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Clase 3
Gasto Público
Es toda salida de las arcas o del tesoro del Estado que generalmente es monetaria (puede
ser en especie) que debe ser autorizada legalmente y que tiene como destino la satisfacción
de las necesidades públicas (cumplimiento de los fines del Estado).
Los gastos públicos constituyen las erogaciones que efectúa el Estado para adquirir bienes
instrumentales o intermedios y factores para producir bienes y servicios públicos, o para
adquirir bienes de consumo a distribuir gratuitamente o contra el pago de una retribución
directamente a los consumidores, o bien para transferir el dinero recaudado con los recursos
a individuos o empresas, sin ningún proceso de producción de bienes o servicios.
De los modernos estudios de la política financiera se desprende que para poder efectuar
una correcta o adecuada elección de las erogaciones públicas es necesario tener en
cuenta factores tan importantes como: 1) la estructura económica, o sea si se trata de
una economía desarrollada o en vías de desarrollo, 2) la etapa o coyuntura de aquélla,
es decir si se trata de un estado de recesión o de un estado de expansión y 3) los
medios o recursos con los cuales habrán de ser financiados tales gastos públicos.
Para realizar este análisis es necesario describir dos principios económicos el del
multiplicador y el de aceleración
Principios del multiplicador: Este principio es, el que le sigue la pista a los efectos de un
aumento de los gastos públicos, o sea, la regla que efectivamente nos demuestra cómo
o en qué términos se ha dado la relación existente entre los gastos públicos y los gastos
privados.
Un egreso público se traduce siempre en un ingreso del mismo monto para quienes lo
perciben, por ejemplo, los empresarios constructores de una obra pública. Ese ingreso
será consumido en parte por tales empresarios al pagar los sueldos de sus empleados y
los salarios de sus operarios, en consecuencia, la parte consumida por los empresarios
se ha traducido en ingresos para los empleados y operarios. A su vez, éstos consumirán
parte de sus respectivos ingresos gastándolos en mercaderías y servicios, esos gastos
de consumo crean, por lo tanto, nuevos ingresos para los proveedores de esas
mercaderías o servicios. Y así se va prolongando dicho proceso en forma casi
indefinida.
Suponiendo que la parte proporcional consumida de cada uno de esos ingresos sea
constante, el aumento total en el volumen de ingresos puede ser matemáticamente
determinado. Así, por ejemplo, si el gasto público fue de 10.000 unidades monetarias,
éste representó para los empresarios constructores de la obra pública un ingreso
también de 10.000 unidades monetarias. Considerando que dichos empresarios
consumieron un 80% de ese ingreso en el pago de las remuneraciones de sus
empleados y operarios, el ingreso total de éstos fue de 8.000 unidades monetarias. Si de
este último ingreso esos empleados y operarios consumieron también un 80% en
mercaderías y servicios, resulta que el ingreso total de los proveedores fue de 6.400
unidades monetarias. Manteniéndose esa proporción del 80% de consumo en cada uno
de éstos, resulta que el gasto público inicial de 10.000 unidades monetarias se ha
transformado en un monto total de ingresos igual a 50.000 unidades monetarias.
De lo explicado podemos decir que el efecto de un gasto público sobre los ingresos
depende, básicamente de dos factores: del monto o cuantía del gasto público y de la
parte que se consuma de cada uno de los ingresos que se van produciendo lo que se
denomina la propensión marginal al consumo. Cuando se desee establecer el efecto de
un gasto público sobre los ingresos, en un determinado período, a los dos factores
mencionados habrá que añadirse un tercero la velocidad de las transacciones antes
mencionadas.
El principio del multiplicador sirve, para establecer el incremento total de los consumos
resultantes de un gasto público.
Legislación Impositiva
Principio acelerador: Muy relacionado con el principio del multiplicador, demuestra como
la inversión en equipos, maquinarias y bienes de capital se halla en gran parte
determinada por los aumentos del consumo.
Este principio se explica partiendo de la premisa de que cuando el consumo o demanda
de un determinado artículo permanezca invariable o constante, las empresas
productoras de él no precisarán nuevas inversiones. En esas circunstancias, las
empresas productoras sólo necesitarán invertir en la reposición normal de los equipos,
maquinarias y bienes de capital empleados. Pero si la demanda o consumo de esos
artículos se incrementa, las empresas que los producen necesitarán suponiendo que ya
hayan estado empleando todos sus equipos, además dela inversión para la reposición
normal de éstos, una nueva inversión para la adquisición de más equipos, maquinarias y
bienes de capital.
Así, por ejemplo y suponiendo que no se descubran nuevas técnicas de producción, un
10% de incremento en la demanda o consumo de un artículo requerirá un 10% de
aumento en la existencia total de equipos y bienes de capital utilizados en su
elaboración. Si suponemos que cuando la demanda de ese artículo era constante el
coeficiente de reposición normal de los equipos y maquinarias destinados a su
producción era del 10%, resultará entonces que las empresas productoras de aquél,
como consecuencia del referido aumento en el consumo, deberán invertir, además de
aquel 10% necesario para la reposición, otro 10% para la adquisición de nuevos equipos
y maquinarias. En consecuencia, podemos comprobar que un 10% de aumento en el
consumo de determinado artículo se ha traducido en un incremento del 100%
(10%x10%) en la inversión de los bienes de capital destinados a la producción.
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