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Capítulo 1

La Dirección Divina del Mundo

1- Alma: Desearía esclarecer alguno conceptos sobre los que se declara: “…


internalizarás en tu corazón que El Eterno es Dios…”

[Debarim 4:39. El versículo completo es: “Deberás conocer hoy e internalizar en tú


corazón que el Eterno es el Poder Supremo (Dios) en el Cielo arriba y en la Tierra abajo;
no hay otro”. En hebreo, este versículo emplea dos nombres divinos: el Tetragrama
(YHVH, ‫ )הוהי‬y Elohim (‫ )םיהלא‬nombre usualmente traducido por “Dios”. Para comprender
el sentido de este versículo, es necesario explicar el significado preciso de estos nombres.
El Nombre YHVH es una combinación de los tres tiempos del verbo “ser”: fue (HYH) es
(HVH) y será (YHVH). Por un lado, representa la idea de eternidad e infinitud; por otro, la
idea de aquello que es por y en sí mismo, es decir, el Ser absoluto. Es este nombre el que
alude a la esencia divina en la medida en que el hombre puede concebirla. El nombre
Elohim, en cambio, es un atributo que designa la manifestación de lo divino en la Creación
y representa el poder trascendental que rige la Creación. Rambán explica que Elohim, es
un nombre compuesto por ‫לא‬, El, palabra que en sí misma significa “Poder”, y ‫םיה‬, him,
que quiere decir “ellos”. Por lo tanto, Elohim literalmente significa “el poder de ellos”. Lo
que esto quiere decir es que el Ser Absoluto es el Poder único y supremo que gobierna y
dirige en forma absoluta todos los aspectos y fuerzas de que está compuesta la Creación.
Por ello, cuando el versículo afirma “internalizarás en tu corazón que el Eterno (YHVH) es
el Poder Supremo (Dios)”, quiere decir que el ser humano tiene la obligación de tomar
conciencia plena de la Unicidad absoluta del Ser Supremo que se oculta detrás de la
multiplicidad de aspectos que conforman el universo y los rige acorde con Su voluntad.]

Esos conceptos constituyen el fundamento de nuestras convicciones espirituales, que


todo individuo está obligado a conocer, cada uno hasta donde alcance su comprensión.

2- Intelecto: ¿A qué conceptos te refieres específicamente? Los principios fundamentales


de la Torah son trece (Trece Principios enunciados por Rambám).

¿Cúal de ellos quieres analizar?

3- Alma: Creo que esos trece principios son verdaderos en su totalidad, sin duda alguna.
Sin embargo, algunos de ellos los creó y también los comprendo, mientras que otros
solamente los creo, pero no me resultan claros desde la perspectiva de la razón y del
conocimiento.

4- Intelecto: ¿Cuáles son los que solamente crees verdaderos, y cuáles los que te son
claros por medio de la razón?

5- Alma: La existencia de Dios, Su Unicidad (Él es la única realidad absoluta), Su


eternidad, Su trascendencia absoluta respecto de lo material y todos los accidentes de lo
material, la creación ex nihilo (existencia de la nada), la profecía, la profecía de Moshé, el
origen divino de la Torah y su carácter permanente e inmutable -todos estos conceptos
los creo y comprendo, así que sobre ellos no preciso de explicación.

Pero respecto a los conceptos de Dirección Divina (Hashgajá, Providencia), recompensa y


castigo, la venida del Mashiaj y la resurrección de los muertos, creó en esos principios por
deber religioso, pero desearía hallarles una explicación racional satisfactoria.

6- Intelecto: ¿Qué los hace difícil de comprender?

7- Alma: Los grandes acontecimientos que en forma recurrente se desarrollan en el


mundo (histórico o naturales), que ostensiblemente muestran lo opuesto de la dirección
divina. Y más aun considerando que la razón humana parece ser incapaz de vislumbrar
hacia dónde se dirigen esos acontecimientos, qué es lo que el Señor desea de Sus
creaturas, hacía donde Él las dirige y cuál es el fin de todo eso.

En los actos del Eterno se percibe una amplitud tan inmensa que ningún corazón podría
abarcarlos. Por eso desearía que me enseñaras el método correcto para comprender la
rectitud de estos conceptos, sin desvío a la derecha o a la izquierda.

8- Intelecto: Pero eso implica analizar algunos conceptos sumamente profundos y


difíciles de comprender -por ejemplo, el sufrimiento de los justos y la prosperidad de los
malvados- que dejaron perplejos a los más grandes sabios y profetas, incluso a nuestro
maestro Moshé, nociones que no es posible comprender cabalmente.

9- Alma: Dejaré de lado los detalles que no pueda comprender. Pero sí deseo aclarar por
lo menos los principios generales, de tal modo que obtenga yo un conocimiento razonado
y convincente de estos temas tan amplios. Y entonces, sobre aquello que no pueda yo
comprender, me diré: “No te incumbe a ti terminar la labor” (Abot 2:16).

10- Intelecto: Es evidente que el Ser Supremo estableció el mundo sobre la justicia
(normas y leyes) y lo dirige conforme a una justicia recta y confiable. Esto es algo que tú
mismo puedes percibir con claridad y que no deja lugar a duda alguna, como atestigua
sobre Dios el Pastor Fiel (Moshé): “La Roca, perfecta es Su acción, ya que todos Sus
caminos son justicia; el Poder fiel en quien no hay iniquidad, Justo y Recto es Él (Debarim
32:4).

11- Alma: Es precisamente la rectitud de esta justicia y la profundidad de este plan divino
que mencionamos lo que deseo que me expliques, punto por punto.

Anexo

Las Sefirot como estructura cósmica.

El Alma afirmó que “en los actos de Eterno se percibe una amplitud tan inmensa
que ningún corazón podría abarcarlos”. R. Goldblatt comenta que al hablar de los
“actos del Eterno”, Ramjal hace alusión a la dimensión trascendental de Atzilut (Mundo de
Emanación). Es precisamente en esa dimensión trascendental donde se configura la
estructura dinámica de las Sefirot -las modalidades de emanación mediante las cuales el
Creador da forma y dirige la Creación- y es por eso que los “actos” del Creador tienen
ahí su origen. En esa dimensión, todo lo que eventualmente existirá en el mundo tiene
todavía un aspecto indiferenciado, íntimamente ligado con la Unicidad pura y simple del
Creador, aún no sometido a las restricciones de tiempo y espacio que caracterizan al
mundo físico. Está dimensión es por así decirlo, el nivel conceptual, puro de la Creación, y
por ello es aquí donde se configura la estructura sefirótica.

Desde esta perspectiva, los cuatro problemas que el Alma planteó apuntan en el fondo a
comprender esa dimensión trascendental, ya que es ahí donde el Creador determina el
carácter esencial del mundo, así como su desarrollo histórico. Como la estructura
sefirótica está dividida en cuatro configuraciones (Partsufim), cada una de las preguntas
del Alma está enfocada hacia la comprensión de cada una de esas configuraciones:

I. El problema de la Dirección Divina, planteado en la frase “los grandes


acontecimientos que recurrentemente se desarrollan en el mundo, que
ostensiblemente muestran lo opuesto de la dirección divina”, está relacionado con la
configuración de Nukva (femenina). Es en ella donde se forma el carácter que adoptará la
Dirección Divina en el mundo, así como los diversos tipos de emanación a través de los
cuales el Creador regirá y sustentará al mundo.
II. La pregunta acerca de “qué es lo que el Señor desea de Sus Creaturas” se
relaciona con la configuración de Zeir Anpin, que esencialmente se refiere a la estructura
que establece las reglas y normas de justicia que el Creador utilizará para regir al mundo.
Esta estructura fija el sistema de normas de “recompensa y castigo”, en base al principio
de causalidad, intrínseco a la naturaleza de los actos humanos en este mundo (tal acto
comporta tal consecuencia, positiva o negativa).

III. La pregunta acerca de “hacía donde Él dirige” a los seres creados apunta a la
configuración de Arij Anpin. Ésta esencialmente consiste en los atributos de amor y
bondad divinos, los cuales constituyen el trasfondo oculto -pero siempre presente- del
sistema divino de justicia. Aunque ostensiblemente el Creador dirige el mundo en base a
la justicia y el principio de la causalidad, Su amor por la Creación determina que, tanto el
carácter de ésta justicia como su propósito, en realidad expresan la bondad que Él desea
manifestarle. Esta cuestión también está relacionada con el concepto de la época
mesiánica.

IV. Finalmente, la pregunta acerca de “cuál es el fin de todo eso” se relaciona con la
configuración de Atik Yomin. Esta es la estructura de dirección que determina el objetivo
final de la Creación, que como Ramjal explicará más adelante no es otro que conducirla a
la perfección universal.

La pregunta acerca de por qué en este mundo el justo sufre y el malvado prospera
también se relaciona con la naturaleza de la configuración Atik Yomin, ya que éste
fenómeno, que en apariencia contradice los dictados de la justicia divina, en el
fondo se origina en el propósito ultimo de toda la Creación. Solamente dentro de un
esquema que tome en cuenta todos los factores que conducen al propósito último
del mundo es posible comprender esta dolorosa evidencia terrenal. Dicho de otro
modo, solamente cuando se comprenda la estructura de Zeir Anpin (justicia) en
base a la de Atik Yomin (propósito último) es posible responder a esta
problemática. Sin embargo, como en este mundo tal comprensión no es posible
(pues Atik Yomin aún no ha llegado a manifestarse), en la Cabalá esa problemática
es referida bajo el nombre de “el principio incognoscible”.

Las configuraciones de Zeir Anpin y Atik Yomin originan dos tipos de dirección divina en el
mundo: la Dirección Cósmica de Justicia y la Dirección Cósmica de Perfección. Como
Ramjal explicará más adelante, ambas operan en forma simultánea, y es con base a la
dialéctica que se establece entre ambas que el Creador dirige el Universo.
El esquema de las cuatro preguntas del Alma y su equivalencia con los principios
cabalísticos es el siguiente:

1- Dirección Divina - Nukva - Mundo concreto.

2. Recompensa y castigo -Zeir Anpin - Justicia Divina.

3. Venida del Mashiaj -Arij Anpin - Amor Divino.

4. Resurrección de muertos -Atik Yomin - Perfección Universal.

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