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Su origen se encuentra en el año 1975 cuando La Public Law consideró que los alumnos con
alguna deficiencia podían recibir una educación apropiada en ambientes menos restrictivos, es
decir, en clases con educación ordinaria o general.
Los alumnos con necesidades educativas especiales son aquellos que requieren de atención
específica durante parte de su proceso de escolarización o a lo largo de este periodo. Esta
atención hace referencia a los órdenes físicos, psíquicos, cognitivos y sensoriales.
Necesidades físicas o motrices: son niños con defectos de audición, visión o movilidad sin
serios problemas intelectuales o emocionales.
Necesidades psíquicas: son aquellos niños que no son capaces o no están preparados para
adaptarse a la escuela y/o a las tareas de aprendizaje propuestas debido a razones sociales y
psicológicas.
Talentos extraordinarios: Son aquellos niños que muestran una destacada aptitud y alto
rendimiento en un ámbito concreto o tipo de procesamiento. Los tipos de talento
extraordinario son: académico, creativo, artístico, social y académico.
Las características de una persona superdotada: Estos niños pueden presentar estados
depresivos y de hostilidad, alienación, soledad, aislamiento, intolerancia e intransigencia, por
lo cual pueden pasar de ser superdotados a inadaptados sociales si no consiguen un entorno
educativo, familiar y social que de respuestas a sus necesidades. Sus características son:
muestran un talento superior y único, son extremadamente creativos, tienen resultados
académicos sobresalientes y tienen un grado alto de inteligencia.
El informe Warnock de 1987 destaca que los estudiantes con necesidades educativas
especiales deben tener tres formas de integración: I. social, I. física e I. funcional.
El papel del profesor en este informe es el de reconocer los signos de una NEE y de identificar a
los alumnos con estas necesidades.