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El endoso se relaciona con la transmisión que permiten algunos títulos de crédito.

El artículo 26 de la LGTOC establece


que el endoso permite la transmisión de títulos nominativos a través de un texto.

Los requisitos del endoso (art. 29, LGTOC) y sus presunciones legales son los siguientes:

1. Nombre del endosatario. El endoso debe contener el nombre del endosatario (art. 29, LGTOC)
2. Firma del endosante. El endoso debe contener la firma del endosante o de quien lo haya hecho a su ruego
(art. 29, fracc. II, LGTOC)
3. Incorporación cartular del endoso. El endoso debe constar en el título o en una hoja adherida a él (art. 29 del
proemio de la LGTOC).
4. Tipo de endoso. En éste debe especificarse la clase de endoso de que se trata (art. 29, fracc. III, LGTOC).
5. Transmisión integral. El endoso debe hacerse por la totalidad de su valor (art. 31, in fine, LGTOC)
6. Fecha. El endoso debe contener la fecha en que se efectuó (art. 29, fracc. IV, LGTOC); en su defecto, se
entenderá que se realizó, precisamente, el mismo día en que el endosante adquirió el título (art. 30).
7. Lugar. El endoso debe contener el lugar del endoso (art. 29, fracc. IV, LGTOC); de lo contrario, se entiende que
se realizó en el domicilio del endosante.
8. Serie no interrumpida (persona moral). Sólo se considera que el endoso lo efectuó una persona moral
cuando en la ante firma se inserte: a) su razón social o denominación; b) la representación que ostente la
persona física que lo suscribió

TIPOS DE ENDOSO

Endoso en propiedad: Mediante este endoso, el endosante transmite al endosatario con plenitud jurídica no sólo el
derecho incorporado sino “la propiedad” del título, de sus accesorios y de sus inherentes (art. 34, LGTOC).

Endoso en procuración: El endoso en procuración o al cobro (art. 35, LGTOC) convierte al endosatario
en un mandatario judicial y de cobranza; es decir, sólo transfiere la posesión, de manera limitada, a fin de que el título
se presente para su cobro o aceptación, que se proteste su falta de pago, que se ejecute por la vía judicial o que se
reendose en procuración. No se trata de un tipo de poder para pleitos y cobranzas, sino un poder especial para cobrar,
extrajudicial o judicialmente, un título cambiario.

Las facultades del endosatario en procuración son exclusivamente, es decir en forma limitativa, cinco, según
establece el art. 35 de la LGTOC:

1. Para presentar el documento a la aceptación.


2. Para cobrarlo judicialmente.
3. Para cobrarlo extrajudicialmente.
4. Para endosarlo en procuración.
5. Para protestarlo, en su caso.

Endoso en garantía: En su calidad legal de bienes muebles y por tener un valor intrínseco —en virtud del elemento de
la incorporación—, los títulos de crédito son muebles que, como tales, pueden ser dados como garantía,
precisamente prendaria, del cumplimiento de una prestación. La firma del suscriptor de un documento que se ofrece
como prenda es su cualidad más importante, ya que gracias a ella el título se acepta como garantía.

Se pueden constituir dos tipos de prendas sobre un título:

1. Endoso en garantía. No transmite la propiedad sino la posesión temporal.


2. Prenda mercantil. Se constituye en un título mediante la transmisión correspondiente al contrato de prenda (art.
334, fraccs. I, II y III, LGTOC), en la que si bien opera la transmisión de la propiedad mediante su endoso, precisamente
en propiedad (art. 36, 3er. párr., in fine, LGTOC), su abuso y disposición no podrá realizarse sino con el previo
consentimiento del deudor (art. 344, LGTOC).
Tipos de vencimiento

Determinar la fecha de vencimiento de un título de crédito es en extremo importante, porque su acontecimiento


provoca consecuencias críticas. En materia cambiaria existen cinco clases de vencimiento, de las cuales cuatro son
típicos (art. 79, fraccs. I, II, III y IV, LGTOC) y otra proviene de una presunción legal (último párrafo del mismo art. 79,
LGTOC). Las primeras cuatro son: a la vista, a cierto tiempo vista, a cierto tiempo fecha y a día fijo, y la quinta es la
presunción de que un vencimiento es a la vista, cuando a) se inserte en el texto una clase diferente de las cuatro
primeras, o b) cuando involucró vencimientos sucesivos.

Vencimiento “a la vista”. El vencimiento de un título “a la vista” sucede cuando, precisamente, se pone ante los ojos
del obligado a pagar, cuando se pone a la vista, se le muestra, en cualquier lugar y fecha, al deudor del pago, dentro
de los seis meses que sigan a la fecha de su emisión. Presentado y puesto que sea ante los ojos del deudor, durante
esos seis meses, el documento vence, y a partir de entonces, si no se paga, corre el término prescriptorio; si no se
presenta durante esos seis meses, nada sucede, pero a partir de que acontezcan esos seis meses el documento se
entiende vencido para efectos prescriptorios, se haya presentado o no el título. Este límite de seis meses encuentra
su razón lógica en el hecho de que un título a la vista no puede ser “eterno”. A pesar de que la fecha del vencimiento
es determinable, no podrá acontecer, o sea, no podrá mostrarse al principal a fin de producir su vencimiento, después
de seis meses, porque venció después de concluidos seis meses de su emisión (art. 128, LGTOC)

Vencimiento “a cierto tiempo vista”. El vencimiento “a cierto tiempo vista” consta de dos momentos: la vista y a
partir de ésta el transcurso de un cierto tiempo. El primero sucede cuando el tenedor le muestra el título al obligado y
entonces empieza a correr el segundo plazo, que se prefijó en el texto del título, que al vencer, permite exigir la deuda.

Al igual que en el vencimiento “a la vista”, en este tipo de vencimientos el primer momento debe acontecer durante
los seis meses de la emisión del documento. Si, por ejemplo, se pacta un plazo de tres meses vista, los tres meses
empezarán a correr desde que el título se ponga ante los ojos del obligado, o desde que concluyan los seis meses, si
no se presentó.

Vencimiento “a cierto tiempo fecha”. El vencimiento “a cierto tiempo fecha” presenta un mecanismo idéntico al
anterior, en el sentido de que consta de dos momentos previstos en la ley con el mismo afán de prevención para el
girado aceptante, pero porque el primer momento, el de alerta, no es sólo determinable, es decir, no es a la vista, sino
que se fija en un día específico. La fórmula sería: “esta letra vence tres meses después del 15 de enero”, etc.
Igualmente se desconoce su uso en la práctica, no obstante que está previsto de manera expresa en favor del pagaré
(art. 172, LGTOC).

Vencimiento “a día fijo”. El vencimiento “a día fijo” significa, como indica su denominación, una fecha específica, a
partir de la cual la obligación consignada en el título es exigible. Todos los participantes saben con certeza la fecha
del vencimiento; la obligación contenida en el título no vence ni antes ni después.

Vencimiento a la vista, como presunción. La LGTOC establece (art. 79, último párrafo) que las letras con otra clase
de vencimiento diferente a los cuatro arriba señalados, o con vencimientos sucesivos, se entenderán siempre
pagaderas a la vista por la totalidad de la suma que expresan.

EL PAGO

Como ya se estudió, respecto de un título hay obligados y responsables; el obligado es el que debe pagar, porque fue
el único que se obligó a ello, y los responsables (los endosantes) son los que responden de que la cantidad se pague
si el obligado no lo hace, porque también utilizaron el título. De esta premisa se deduce que si el pago lo efectúa el
obligado, se extinguen todas las obligaciones incorporadas al título, ya que la responsabilidad de cada endosante
pierde justificación, pues no habrá de qué responsabilizarse.

Sin embargo, las conductas y posibilidades de los participantes serán diferentes si el pago lo ejecuta, no el obligado,
sino uno de los responsables, o si lo realiza el obligado, al vencimiento y no de forma judicial, o si lo hace previo
embargo y sentencia judicial. En cuanto al pago, entonces, deben tenerse presentes las siguientes reglas:
Pago extrajudicial

El título debe presentarse para su cobro en la fecha, el lugar y la dirección señalados para tal efecto; en caso de no
estar consignado el lugar, deberá presentarse en el domicilio del obligado principal y, si existen varios, en cualquiera
(art. 126, LGTOC). Si no se consigna la fecha, se aplicarán las reglas antes examinadas.

Debido a la ficción de la incorporación, el pago debe hacerse, en todo caso, precisamente contra la entrega del título
(art. 129, LGTOC). Esto no es sólo un requisito, sino una de las pocas obligaciones fincadas al beneficiario para poder
cobrar y, en su caso, ejecutar (art. 17, LGTOC), lo que implica que el obligado por pagar un título, y que ya lo pagó, no
tiene ninguna obligación de guardarlo para ofrecerlo como prueba cuando su contraparte alegue el impago en juicio.

En caso de que al vencimiento el acreedor no se presente a cobrarlo (lo que puede obedecer a múltiples razones de
mala o buena fe, por ejemplo, se deja pasar el vencimiento para, de manera deliberada, provocar un embargo; desde
luego, puede dejarse pasar por mero olvido), el deudor se libera de su obligación si deposita el valor del documento,
por vía de jurisdicción voluntaria, en un juzgado competente, para lo que previamente debió haber adquirido un billete
de depósito u otro documento equivalente (art. 132, LGTOC). Una vez pagado el título y entregado al obligado, el
círculo de obligaciones concluye.

Pago judicial

Debido a la naturaleza ejecutiva de estos documentos (núm. 2.22), si un título no se paga bastará su presentación
ante el juez para probar que, enefecto, no se pagó; de haberse pagado, como hemos visto, se habría entregado y no
se tendría con qué probar al juez el incumplimiento. Ciertamente puede probarse el pago por otros medios, pero
siempre que se trate de alguna excepción personal, en su caso, del demandado en contra del actor.

FALTA DE PAGO

Cuando a su vencimiento un título se presenta por quien posee el derecho legítimo de hacerlo, en el lugar adecuado
y el día señalado, y no se paga, el deudor queda en un total estado de evidencia porque, estos títulos son pruebas
preconstituidas de la existencia de una obligación cambiaria, al no estar en poder del deudor el día de su vencimiento
presuponen una prueba del incumplimiento de la obligación. Por este motivo, las defensas que se conceden al
demandado son exiguas

Existen pruebas múltiples de la falta de pago de un título, pero la más clara es que a su vencimiento no esté en manos
del deudor, pues de haberse pagado estaría roto o en sus archivos con la firma cancelada, o constaría en fotocopia
en archivos, porque para cobrarlo el acreedor debió haberlo entregado.

Por ello, para ejecutar la deuda lo único indispensable es mostrar al juez un título vencido. Es un mecanismo judicial
diseñado para garantizar que la institución del título de crédito (la deuda unilateral e impersonal prometida en su texto)
se pague a la brevedad para que los comerciantes y el público continúen teniendo confianza a fin de valerse de la
seguridad que los títulos implican.

Las consecuencias inmediatas de la falta de pago son las siguientes:

Ipso tempo subito: el título se convierte en la prueba irrefutable del incumplimiento de la deuda. El deudor se sitúa en
un estado de incumplimiento evidente. Por tanto, se materializa el requisito más importante para ejercitar la acción
cambiaria, que es la más eficaz y rápida del derecho procesal.

Existen otros dos requisitos también indispensables: a) el protesto, ideado para que el juez tenga la certeza de que el
documento se presentó al cobro y no fue pagado, y b) los términos de actuación, diseñados para asegurar que la
rapidez del juicio sea congruente con el interés del actor en iniciarlo y seguirlo; éste debe ser tan diligente y estar tan
preocupado por su deuda como la legislación por él.
PROTESTO

Para que proceda la acción cambiaria no sólo es indispensable que el título se haya incumplido sino también que el
acreedor haga pública la protesta de que su título no se pagó. Técnicamente la protesta se denomina protesto y tiene
una doble justificación: a) al hacer pública la protesta, tanto ésta como la falta de pago se dan a conocer a los
interesados, sobre todo a los endosatarios, porque al ser advertidos quedan alertados de su posible requerimiento, y
b) el juez comprueba que el documento se presentó en el día, en el lugar y ante la persona adecuados, sin ningún
resultado.

Podemos definir el protesto como el acto público cuya función es probar fehacientemente que un título se presentó
para su aceptación o pago y que éste no fue de ningún modo aceptado o pagado, ya sea total o parcial, a efecto de
permitir un pago o una aceptación por intervención (núm. 3.7). Cuando no haya quienes paguen o acepten el protesto,
los responsables de regreso quedarán prevenidos (art. 140, LGTOC) de que tal vez habrán de pagar. Su levantamiento
se sujeta a lo siguiente:

1. Sólo puede ser diligenciado por un notario o corredor público y, en su ausencia, por la primera autoridad
política del lugar (presidente municipal, síndico, etc.) (art. 142, LGTOC).
2. Debe diligenciarse en el lugar en que debió efectuarse el pago (art. 143, LGTOC).
3. Si no está presente la persona a la que se le debe levantar el protesto, se diligenciará con sus dependientes,
familiares, criados o algún vecino (art. 143, LGTOC).
4. Si la causa del protesto es la falta de aceptación (sólo en la letra de cambio) (núm. 3.5), debe levantarse en los
dos días hábiles siguientes a su presentación, pero siempre antes del vencimiento. Levantado el protesto, el
acreedor queda liberado de levantar protesto por falta de pago (arts. 144 y 145, LGTOC).
5. Si la causa del protesto es la falta de pago, debe levantarse en los dos días hábiles siguientes al vencimiento.
Si se trata de títulos a la vista debe levantarse el día de su exhibición o en los dos días siguientes; estos
documentos únicamente pueden protestarse por falta de pago (arts. 144 y 146, LGTOC).

El protesto debe insertarse en el documento o en hoja adherida a él, en donde el notario, corredor o autoridad pública
que lo diligencie asentará los siguientes datos:

1. Reproducción literal del texto del título.


2. Requerimiento de pago y las razones esgrimidas por el deudor, en caso de negativa.
3. Firma de la persona que lleve la diligencia por parte del acreedor.
4. Hora, lugar y día de la diligencia.
5. La autoridad que lo levante debe retener el título todo el día del protesto y el siguiente, con el fin de que el
obligado pueda presentarse a pagarlo o que algún tercero intervenga, en su favor, a cubrirlo (art. 149, LGTOC).

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