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(arts. 17 y 130, LGTOC). En todo caso, para que los pagos parciales surtan
efectos legales frente a terceros tenedores del título, deben constar en el
título.151 Al deudor se le concede el beneficio de que, si quiere pagar
una quita, el beneficiario está obligado a recibirla (art. 130, LGTOC).
En caso de que al vencimiento el acreedor no se presente a cobrarlo (lo
que puede obedecer a múltiples razones de mala o buena fe, por
ejemplo, se deja pasar el vencimiento para, de manera deliberada,
provocar un embargo; desde luego, puede dejarse pasar por mero
olvido), el deudor se libera de su obligación si deposita el valor del
documento, por vía de jurisdicción voluntaria, en un juzgado
competente, para lo que previamente debió haber adquirido un billete de
depósito u otro documento equivalente (art. 132, LGTOC).
Una vez pagado el título y entregado al obligado, el círculo de
obligaciones concluye.
Pago judicial
Debido a la naturaleza ejecutiva de estos documentos (núm. 2.22), si un
título no se paga bastará su presentación ante el juez para probar que, en
efecto, no se pagó; de haberse pagado, como hemos visto, se habría
entregado y no se tendría con qué probar al juez el incumplimiento.
Ciertamente puede probarse el pago por otros medios, pero siempre que se
trate de alguna excepción personal, en su caso, del demandado en contra del
actor.152 Entonces, un título vencido que por cualquier motivo (a excepción
del depósito judicial) no obra en poder de quien lo suscribió es la prueba de
que, cualquiera que sea la causa, no se cumplió con la obligación en él
consignada, y se estará ante las consecuencias judiciales que se analizarán
después (núm. 7.8).
Protesto
Para que proceda la acción cambiaria no sólo es indispensable que el título se
haya incumplido sino también que el acreedor haga pública la protesta de que
su título no se pagó. Técnicamente la protesta se denomina protesto y tiene
una doble justificación: a) al hacer pública la protesta, tanto ésta como la falta
de pago se dan a conocer a los interesados, sobre todo a los endosatarios
(núm. 2.20), porque al ser advertidos quedan alertados de su posible
requerimiento, y b) el juez comprueba que el documento se presentó en el
día, en el lugar y ante la persona adecuados, sin ningún resultado.
Cabe hacer la siguiente precisión importante: el requisito del protesto sólo
es indispensable para constituir la acción cambiaria en vía de regreso (la que
se intenta contra los endosantes/responsables), pero no para instaurar la
cambiaria directa (que se intenta sólo contra el obligado o sus avalistas).
Esto obedece a que, para el obligado principal, la advertencia del protesto
es inútil, porque él no necesita ser alertado de una ejecución probable, pues la
suya fue una obligación cerrada, firme y no eventual que, desde que la
contrajo, unilateralmente aceptó ser el único que la debía pagar.153 El
protesto es necesario sólo para el ejercicio de la acción en vía de regreso, es
decir, para ejecutar a los responsables (endosantes).
Podemos definir el protesto como el acto público cuya función es probar
fehacientemente que un título se presentó para su aceptación o pago y que
éste no fue de ningún modo aceptado o pagado, ya sea total o parcial, a efecto
de permitir un pago o una aceptación por intervención (núm. 3.7). Cuando no
haya quienes paguen o acepten el protesto, los responsables de regreso
quedarán prevenidos (art. 140, LGTOC) de que tal vez habrán de pagar. Su
levantamiento se sujeta a lo siguiente:
La autoridad que lo levante debe retener el título todo el día del protesto
y el siguiente, con el fin de que el obligado pueda presentarse a pagarlo
o que algún tercero intervenga (núm. 3.7), en su favor, a cubrirlo (art.
149, LGTOC).