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una serie de perícopas cuyos temas incluyen el arrepentimiento, el rechazo del pueblo judío, y la
plegaria del Señor por los suyos. El pueblo rechaza la oferta de salvación, pero otros son
mente de Jesús.
En 1-5 la indicación «En aquella misma ocasión» afirma la conexión de este episodio con 12.57-
59. Entre el gentío hay personas que aprovechan la ocasión, incitados seguramente por el
sentido de urgencia evidente en 12.54-59, para narrar una tragedia reciente en la nación. El
gobernador romano, Poncio Pilatos causó la muerte de unos galileos mientras estos sacrificaban
en el Templo. Aparte de estos detalles, nada sabemos de este evento. Ninguna otra fuente
histórica preserva datos del evento y por tanto algunos dudan de su autenticidad. Sin embargo, el
evento corresponde al carácter de este gobernador, según Josefo. 1 Además, tenemos que
considerar que simplemente porque los historiadores mas destacados de una época histórica
opinen que algunos eventos no son dignos de preservar no es razón para negar la veracidad de
ellos. ¿Cuántos de los destacado historiadores de los Estados Unidos al narrar la era colonial de
El porqué éstos llaman la atención hacia este evento no está claro en la perícopa. Algunos
intérpretes opinan que era otro intento para probar a Jesús. En este caso, sería para determinar su
alianza política. Aunque existe esta posibilidad, es mejor ver aquí un esfuerzo para desviar el
discurso de Jesús del tema que está a mano. La idea de arreglar cuentas con el acusador insinúa
que todos tienen la necesidad de saldar cuentas. Al oír esta declaración, algunos queriéndose
justificar, introducen en el argumento la tesis de que algunos («estos galileos») merecen más
1
Guerras Judías 2.9.4; Antigüedades 18.3.2.
Lucas capítulo 13/2
castigo que otros. La referencia al evento histórico y el comentario de Jesús clarifican que la
referencia al acusador en 12.57-59 es nada menos que Dios mismo. Algunos entre el gentío
comprenden muy bien las implicaciones de lo que Jesús dice y tratan de quitarle la fuerza a la
aplicación hacia ellos mismos. Su modo de pensar para proseguir de la siguiente manera, «sí
todos tenemos que dar cuenta, pero hay diferentes niveles de cuentas y algunos son peores que
otros. En realidad nosotros no estamos en situación tan severa y no merecemos tal castigo.»
En su comentario Jesús añade la referencia a otra tragedia aún más casual y así levanta la
cuestión de que si en verdad el nivel del pecador resulta en un castigo mucho peor. ¿Sería que
Dios está pagándoles a estos por lo que sus pecados merecen? Las palabras de Jesús sugieren
que la razón por cual estos eventos son tan trágicos es porque exponen la mortalidad del ser
roba al ser humano la oportunidad de arreglar cuentas. Todo ser humano morirá y la tragedia
tiempo que le resta en el camino es suficiente para aliviar todas sus necesidades, aun las de
arreglar cuentas con Dios. Pero puede ser que de repente llegue al final y no tuvo oportunidad
para arreglar cuentas. Esa sí es una tragedia con consecuencias eternas. Sin arrepentimiento,
afirma Jesús, todos perecerán. «Perecer» en este caso se refiere a lo que el cristianismo designará
como «la segunda muerte», esto es, el juicio final. Por lo tanto, Jesús llama al pueblo al
arrepentimiento (metanoete), ese cambio de pensar que pone las cosas de Dios primero,
resultando en un intenso amor a Dios y al prójimo. Es tener una mentalidad centralizada en las
enseñanzas de la fe cristiana.
Lucas capítulo 13/3
reconocida como símbolo de Israel en el AT y en la tradición judía. «Tengamos presente que las
higueras y las viñas para los Israelitas . . . eran el signo de su instalación en la tierra
prometida». 2 Plantar una higuera en medio de una viña no era extraño como notamos en 2 R
18.31 y en Mi 4.4. El hombre espera fruto de su higuera por tres años, pero no encuentra fruto
esta declaración es seguida por tres ejemplos del fruto esperado. Los tres ejemplos tratan de las
relaciones con el prójimo. Descubriendo que su higuera no tiene fruto el hombre ordena al
viñador que corte la higuera. El sentido de justicia demanda que el lugar de la higuera sea
utilizado por otra más fértil. Sus oyentes claramente comprenden que Jesús está hablando del
pueblo escogido. La imagen era muy bien conocida. ¿Qué hará el Señor con su higuera?
Aquellos Israelitas fieles entre la audiencia, es decir aquellos quienes verdaderamente conocían
a su Señor, saben qué esperar del dueño de la higuera. Y así es como Jesús concluye la parábola.
El viñador sugiere «Señor déjala un año más, hasta que yo cave alrededor de ella y la abone»
resonando con sus palabras una de las afirmaciones más significantes del AT: «Jehová, Jehová,
Dios compasivo y clemente, lento para la ira y grande en misericordia y verdad». 3 El dueño no
abandona su higuera en su infertilidad. Sí, él espera fruto, pero hará todo lo posible para que su
pueblo produzca fruto. Cavar y abonar representan los esfuerzos del Señor Jesús (el viñador)
clemencia y la misericordia del Señor, la parábola concluye con la amenaza del castigo final:
«Si da fruto en el futuro, bien; y si no, la cortarás». Los receptores de misericordia tienen una
2
Alessandro Pronzato, Las Parábolas Según San Lucas, Salamanca: Sígueme, 2003.
3
Ex 34.6
Lucas capítulo 13/4
nueva oportunidad, ¿cuánto tiempo más le queda en el camino para arreglar cuentas? Esta
incertidumbre demanda la necesidad de actuar ahora, mañana puede ser muy tarde.
dieciocho años, aunque el énfasis central del episodio es que éste milagro ocurrió en sábado.
Cuándo y dónde ocurre este relato es imposible de determinar ya que Lucas no nos da
información alguna. Lucas nos da detalles mínimos para comprender la enseñanza y nada más
(un sábado en una sinagoga Jesús enseña). En la asamblea se encuentra una mujer que ha sido
atormentada 4 por un espíritu maligno por dieciocho años. La expresión «que tenía un espíritu de
enfermedad» literalmente lee «un espíritu de debilidad». La frase es única en Lucas 5 y tiene el
sentido de que el espíritu se había difundido por todo el cuerpo de la mujer para encorvarla.
Es una escena que da lástima y debe conmover a toda persona que se encuentre en su presencia,
incluyendo todos los congregados en la sinagoga. Viéndola Jesús, tiene compasión de ella y la
llama, diciéndole «Mujer, eres libre de tu enfermedad». Jesús pone sus manos sobre ella y al
instante se endereza. La mujer es meramente recipiente de la gracia de Dios. Ella no pide por sí
misma y Lucas no añade detalles de su fe. Esta falta de detalles sirven para enfatizar la autoridad
y el poder de Jesús para sanar en sábado. Naturalmente la mujer responde glorificando a Dios
por su curación, realizando así los deberes sabatinos, glorificando a Dios por su magnificencia y
su poder.
4
La mujer no es poseída por un espíritu inmundo ya que su conducta no es afectada. Está bajo las ataduras de un
espíritu que resulta en una condición física pobre.
5
4.37; Hch 8.7 y 19.13.
Lucas capítulo 13/5
Este se enoja porque Jesús sanó en sábado y en vez de reprender a Jesús por su obra, dice a la
gente congregada (quizás la asamblea esta glorificando a Dios por el milagro a favor de la mujer)
«seis días hay en que se debe trabajar; en estos, pues, venid y sed sanados, y no en sábado». Las
palabras son dirigidas al pueblo con la intención de advertirles sobre Jesús. Como si dijera, «Si
este fuera verdaderamente hombre de Dios, sanaría cuando es lícito trabajar y no en sábado.»
diferentes tipos de trabajos en sábado, entre ellos la curación. 8 Para el dignatario de la sinagoga
Jesús había trabajado. Pero consideremos lo que hizo Jesús en este episodio: habló a la mujer y la
Cuando es el turno de Jesús, Jesús acusa al principal de la sinagoga de hipocresía. Jesús ofrece
un contraste entre las necesidades básicas de animales domésticos y la atadura satánica de una
hija de Abraham. Las necesidades de estos animales exigen que sus dueños trabajen aun en
sábado. Jesús define el sábado como día de liberación mientras el dignatario lo define a través
de sus prohibiciones—hay seis días para trabajar, entonces no esperen curación en sábado.
¿Cuántas veces se había encontrado la enferma con los oficiales de la sinagoga y ellos,
ninguno de los otros días era licito para sanar a la mujer. Jesús al verla discierne su necesidad, se
6
Un oficial a cargo del orden en el servicio en la sinagoga.
7
Ex 20.8-11 y Dt 5.12-15.
8
m. Sáb 7.2.
Lucas capítulo 13/6
día favorable del Señor, esto es, la venida del Reino de Dios. Concluyendo el episodio de la
mujer encorvada conduce lógicamente («Por tanto. . .») a enseñanzas del Reino de Dios. ¿Por
qué? Por la razón que el poder de Satanás, quien había atado a la mujer por 18 años, se enfrenta
Las parábolas del grano de mostaza y de la levadura enfatizan la aparente insignificancia del
una de las semillas más pequeñas, la cual crece y llega a ser un enorme árbol digno de ser
guarida para muchísimas aves. Hay dos imágenes centrales en la primer parábola. De algo
pequeño e insignificante, crece algo enorme. Los observadores hoy no deben basar su opinión
del Reino por su condición al presente. El comienzo del Reino es pequeño, particularmente en
los ojos de los adversarios, pero su grandeza en el futuro será una maravilla. Además del
contraste entre el comienzo y el fin del Reino, la segunda imagen, un árbol que provee albergue
y sombra, es notable también. «Las aves del cielo» puede ser una referencia a la incorporación
de los gentiles en el Reino de Dios (el árbol). Toda la humanidad encuentra en el Reino toda la
protección que necesita para así realizar su potencial como creación en la imagen de Dios.
contacto con el Reino. Una medida insignificante de levadura leuda casi cincuenta libras de
harina. La influencia del Reino no se debe analizar por la insignificancia del ahora;
eventualmente toda la creación será afectada en forma positiva por la presencia del Reino.
La puerta estrecha
22-30 El comienzo humilde e insignificante continúa siendo el tema en la enseñanza que sigue,
la puerta estrecha. En camino hacia Jerusalén, alguien pregunta «¿son pocos los que se salvan?»
Lucas capítulo 13/7
La respuesta de Jesús parece, a primera vista, ser ambigua. Los oyentes reciben instrucciones de
esforzarse por entrar, aunque algunos al esforzarse encuentran la puerta cerrada. En medio del
discurso Jesús cambia su metáfora, abandonando la puerta angosta, ahora el banquete es el punto
de comparación. Y no obstante, que la puerta es angosta y que pronto será cerrada, encontramos
Jesús responde a la pregunta con una exhortación que es en realidad una advertencia.
Empleando una frase atlética («Esforzaos»), Jesús exhorta a obrar diligentemente para poder
entrar por la puerta angosta. Este esfuerzo no es tanto en las obras para salvación sino en la
diligencia a estar atento a la palabra de Dios y a responder con fe. La advertencia que la puerta
pronto será cerrada indica que la oportunidad de responder está limitada a un tiempo
específico—es urgente que cada uno responda de inmediato pues no se sabe cuándo el dueño
cerrará la puerta. Además la imagen de la puerta angosta sugiere que se salvarán menos de lo
que los oyentes esperarían. Esta selectividad se expande en el cambio de metáforas. Algunos
que piensan que han entrado por la puerta angosta, encuentran que al intentar el acceso al
banquete celestial no obtienen entrada. Estos claman que habían cenado con el Señor y oído sus
enseñanzas. Sin embargo, el Señor no los conoce («No sé de dónde sois») y los describe como
hacedores de maldad. Esta es una solemne advertencia para aquellos que se creen estar cerca del
Señor. Se sentaron a la mesa con el Señor, escucharon sus palabras, fueron testigos oculares de
las maravillosas hazañas que él hizo. Tristemente esos privilegios no garantizan la entrada en el
banquete celestial (el Reino de Dios). ¿Por qué? Porque Jesús no los conoce pues estos no han
hacedores de iniquidad. Estos han vivido con falsas esperanzas, tan cerca del Reino de Dios,
Encontrándose afuera, los rechazados ven a otros sentados a la mesa, quienes según su opinión,
no deberían tener acceso al banquete. Entonces será el crujir de dientes, una expresión que
expresa la consternación producida al ver que los de la casa son echados fuera y los de afuera son
invitados a entrar.
alertan de que Herodes quiere matarle. Quizás en su advertencia estos sugieren que Jesús no
debe seguir su jornada a Jerusalén. Jesús responde en tono de menosprecio. Ser llamado
«zorra» describe la actitud decepcionante del designado. Pero añade que seguirá con sus planes
de ir a Jerusalén. Así que, si Herodes le quiere matar, tendrá que ir allá. No obstante la oposición
humana (Herodes) Jesús llevará a cabo su obra, pues el plan divino («es necesario») exige que
Jesús siga su camino. No importan los deseos de los poderosos, Jesús fielmente seguirá el plan
divino. No cabe duda de que la referencia al tercer día tiene como meta la resurrección al tercer
El capítulo cierra con un oráculo en forma de lamento. Demostrando afinidades con la tradición
profética, Jesús pronuncia un lamento por la ciudad de su destino, Jerusalén. Quiere proteger la
ciudad bajo sus alas, pero el pueblo no quiere acudir bajo su sombra protectora. Por tanto
«Vuestra casa os es dejada desierta; y os digo que no me volveréis a ver hasta que llegue el
tiempo en que digáis: «Bendito el que viene en nombre del Señor». El rechazo de Israel resultará