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Terapia de Mandalas.

Los mandala son representaciones simbólicas espirituales y rituales del macrocosmos y el


microcosmos formadas por diversas formas geométricas. Para los budistas su función es la
meditación y el proceso más importante reside en la creación de éstos, ya que nos permite
plasmar las vivencias propias del momento en que lo diseñamos.

El mandala es un símbolo que mira al interior para poder transformar el universo interior de
nuestro cuerpo y mente. Una de las prácticas habituales de los mandalas es la meditación,
ya que pintar mandalas puede servir para transformar el sufrimiento y preocupaciones en
alegría y felicidad. De ahí que colorear mandalas esté muy interiorizado en el budismo e
hinduismo.

Aplicado en residencias, se trata de una comunicación no verbal adecuada para interactuar


con personas mayores, a quienes a veces les resulta difícil la comunicación terapéutica
basada exclusivamente en el lenguaje. Los mandala utilizan la expresión creativa de los
diseños y colores, permitiendo al paciente recrearse a sí mismo.

A nivel psicológico, los mandalas ayudan a la activación simultánea de los dos


hemisferios del cerebro. En el hemisferio derecho residen capacidades como la creatividad,
el sentido artístico, la imaginación o la intuición, y el hemisferio izquierdo es el responsable
de los procesos secuenciales, precisos, metódicos y detallistas.

Para que un dibujo se considere un mandala, este debe mostrar una figura geométrica
compuesta por una estructura circular que comienzan en un centro definido. A partir de ese
punto inicial, el dibujo se va ampliando mediante patones que se repiten, como si fueran
anillos.

Hay dos maneras para pintar un mandala:


- Desde afuera hacia dentro. Al pintar así el mandala, la persona mirará en su interior
mientras reflexiona.
- Desde adentro hacia fuera. Lo que hace esta otra técnica para pintar un mandala es que se
busque dentro de sus emociones para poder sacarlas al exterior.

Respecto a la forma en la que podemos pintar o crear un mandala, existen dos técnicas
diferentes:
- Pintar desde fuera hacia dentro: este método significa que buscamos estar centrados y en
contacto con nosotros mismos.
- Pintar desde dentro hacia fuera: en este caso queremos exteriorizar nuestras emociones y
sentimientos.

“Una vez acabado el mandala, se debe analizar para explicárselo al residente o se lleva a
cabo un traspaso transdisciplinario si la persona tiene deterioro cognitivo. Por este motivo, es
muy importante respetar los colores y la proyección de éstos”

El psiquiatra y fundador de la escuela de psicología analítica Carl Gustav Jung a mediados


del siglo XX denominó los mandalas como expresiones probables del inconsciente colectivo.
Para Jung, el centro del mandala simboliza el “sí-mismo”, que el sujeto intenta perfeccionar
en el proceso de individualización. Es ahora en la actualidad cuando tanto el mandala en
imágenes como para dibujar se ha popularizado por todos los beneficios que podemos
obtener gracias a este arte.

Jung llegó a utilizar el tradicional mandala de flor de loto para hacer psicoterapia a sus
pacientes. Además incluso a los que tenía sospechas de que padecían una enfermedad
psicológica, les hizo crear sus propios mandalas fáciles y sencillos para poder visualizar si
había una correlación entre estos y sus trastornos emocionales.

En estas sesiones llegó a interesantes conclusiones sobre los mandalas. Tanto es así que a
pesar de que ninguno de los pacientes había visualizado nunca un mandala circular o
ninguna de las fotos de mandalas de flores o de la flor de loto, la mayoría de ellos dibujaban
símbolos muy similares a los que estamos acostumbrados a ver hoy en día. Es por ello, que
Jung expuso que los mandalas eran claramente una representación del que él denominó
inconsciente colectivo.

Siguiendo las exposiciones de este conocido psicólogo, según sus interpretaciones, las
imágenes de mandalas tienen un diseño que está estrechamente relacionado con la
antigüedad y nuestra cultura. Según este suponía y supone hoy en día una manera de
restaurar la armonía de nuestro interior.

“Me resultó cada vez más claro que el mandala es el centro. Es el exponente de todos los
caminos. Es el camino hacia el centro, hacia la individualización." Carl Gustav Jung

Los beneficios de pintar mandalas


¿Por qué es beneficioso pintar mandalas?
Colorear mandalas no solo es cosa de juegos infantiles. La terapia con mandalas para niños
y para adultos cuenta con múltiples beneficios y es una forma de arteterapia. Tengamos la
edad que tengamos, coger una libreta llena de siluetas y rellenarlas con colores, o incluso
crear nuestros propios diseños de mandalas para pintar nos sumerge en un estado que nos
aporta múltiples ventajas. Veamos algunas de ellas.

Ayuda a relajarse: Este tipo de figuras orgánicas o geométricas tiene un componente


espiritual: el simple hecho de observarlo produce una cierta sensación hipnótica que relaja y
produce calma. De hecho, es una técnica de relajación en sí misma, ya que al pintar
mandalas la respiración se acompasa y las pulsaciones bajan.
Mejora nuestra capacidad de concentración: Al colorear mandalas, activamos la
concentración. Al tratarse de figuras geométricas con cierta simetría, es necesario estar
concentrado para no equivocarse en qué línea pintas de determinado color, por lo que la
atención se centra en la tarea para lograr el equilibrio y la armonía en el dibujo.
Forma parte de la meditación: Ahora está de moda el mindfulness, o lo que es lo mismo, la
atención plena. Al pintar mandalas estamos practicando mindfulness ya que nos centramos
totalmente en la tarea y, por tanto, no pensamos en las preocupaciones del día a día o las
tareas pendientes. Tanto es así que cualquier tipo de mandala para colorear es efectivo para
lograr estos efectos: tanto los mandalas de animales como otros dibujos para colorear para
adultos. En la mayoría de casos la concentración que se requiere para colorar mandalas o
pintar mandalas acaban teniendo los mismos efectos que practicar la meditación. Así que
pintar y colorar mandalas te ayudará a desconectarte de tus preocupaciones y a fomentar un
discurso positivo en tu interior.
Reduce los niveles de estrés y ansiedad: Al relajar nuestro cuerpo a nivel fisiológico y dejar a
un lado las preocupaciones, reduce los niveles de ansiedad y estrés producidos por las
situaciones cotidianas o problemas actuales. Varios estudios han demostrado que pintar
mandalas reduce la ansiedad mucho más que pintar cualquier otro dibujo o en otra
superficie. Además, colorear mandalas ayuda a que dejes atrás los pensamientos negativos
que están recurrentemente en tu mente. Tanto es así que cualquiera de las formas para
colorear dibujos de mandalas te será efectiva para conseguir reducir este discurso interno
que no para de repetirse. Además cuando veas los dibujos de mandalas para colorear te
podrá recordar los sentimientos positivos que has experimentado durante el proceso.
Dejamos descansar a nuestra parte racional: Está claro que en nuestra rutina habitual
funcionamos más con la parte racional del cerebro (hemisferio izquierdo), hablamos,
escribimos, pensamos... Digamos que la parte racional está hiperactivada mientras que la
parte creativa, espacial y emocional (hemisferio derecho) la tenemos aletargada. Al pintar
mandalas activamos el hemisferio derecho de nuestro cerebro y permitimos que el izquierdo
deje de funcionar a pleno rendimiento al menos durante un rato.
Ayuda a la expresión e identificación de emociones: Los colores que escogemos no son
casuales. En función de nuestro estado de ánimo utilizamos unos colores u otros y
escogemos también un diseño determinado. Colorear mandalas sirve para dar rienda suelta
a la expresión emocional así como a valorar o calificar el estado emocional que se tenía
mientras se pintaba.
Propicia la aceptación personal y el autoconocimiento: Al identificar la emoción o emociones
que se tenían en el momento de pintar el mandala, somos más conscientes de nuestro
mundo interno. Podemos reflexionar sobre cómo nos sentimos y qué nos lleva a estar así, y
esa será la clave para poder realizar cambios y abordar los problemas o recrearse en las
emociones positivas. Así, se puede decir que pintar mandalas tiene un componente
terapéutico porque facilita la aceptación de la situación así como los defectos y virtudes que
se tienen y propician el cambio terapéutico.
Fomenta la creatividad: Ya sea pintando o incluso creando y posteriormente pintando el
mandala, pensar en los colores a utilizar, cómo distribuirlos en el espacio y cómo
combinarlos, hace que se desarrolle una parte creativa que a veces podemos incluso dudar
que tenemos. Observar la creación una vez realizada y recrearse en ella ayuda a mejorar la
sensación de bienestar, satisfacción y de trabajo bien hecho, por lo que además, ayuda a
subir los niveles de autoestima. Tanto es así que en el momento de dibujar mandalas o
empezar una de estas pinturas para colorear tu cerebro utiliza las dos áreas del cerebro de
una manera equilibrada. Por ello, en un proceso artístico de pintar mandalas difíciles o fáciles
estamos mejorando tanto nuestra creatividad como nuestras habilidades de resolución de
problemas. Es por eso que los mandalas de colores son la mejor manera de entrenar tu
cerebro.
Te dedicas un tiempo a ti: A veces la gente no sabe escoger qué actividad de ocio hacer o no
se siente hábil en ciertas tareas. El hecho de pintar mandalas, al ser un acto sencillo que se
puede hacer en cualquier lugar y en cualquier momento, ayuda a la realización de una
actividad de ocio que no supone excesivo tiempo y que te permite tener tu momento en el
que no estás haciendo ninguna obligación. Te dedicas tiempo a ti y a tus emociones, y eso
siempre está bien.
Estimula el sistema inmunológico: Si pensabas que colorear mandalas sólo te aportaba
beneficios psicológicos, este dato te sorprenderá. Pintar mandalas no sólo es bueno para
nuestro bienestar mental sino que además existen diversos estudios científicos que han
demostrado que estas pinturas para colorear estimulan el sistema inmunológico ya que
mejoran nuestra concentración, reducen el dolor y acaban promoviendo el sueño.
Reconectan con tu niño interior: Sea cuál sean los rotuladores para mandalas que uses,
podrás beneficiarte de un estilo de terapia psicológica si practicas una de estas pinturas para
colorear. Gracias a colorear un mandala podrás reconectar con tu niño interior, pudiendo
hasta superar algunos traumas o dificultades que hemos intentado dejar atrás. Tanto es así
que en el momento de disfrutar de los mandalas para dibujar o pintar los adultos reconectan
directamente con su niño interno, permitiendo que se conozcan más a sí mismos y
aceptándose mucho más.
En muchas ocasiones pintar mandalas puede revelar que tenemos un mal interior que no
quizá no hemos detectado. Por este motivo, si practicas esta arteterapia puedes llegar a ver
problemas que no sabías que estaban allí. En esos casos complementar esta actividad con
la terapia psicológica puede traerte muchos beneficios emocionales.

¿Cómo pintar mandalas?


Para comenzar, puedes encontrar mandalas para todos los gustos, desde dibujos grandes a
más pequeños que requieren ser más detallista. Además existen páginas en internet dónde
nos ofrecen tanto algunas fotos para dibujar mandalas o dónde incluso podemos colorear
mandalas gratis. Y los encontrarás en forma de cuadernos de dibujo con plantillas en blanco
e incluso puedes descargar mandalas para pintar de cualquier página web sobre este tema.
Antes de comenzar debes tener algunas cosas en cuenta:

Puedes colorear mandalas con lápices de colores, rotuladores, acuarelas o cualquier otro
material que se te ocurra.
Los dibujos de mandalas más grandes son perfectos para iniciarse y los pequeños para
potenciar la concentración y mejorar el estrés.
No pienses en los colores que vayas eligiendo ni dónde los aplicas, simplemente déjate llevar
por lo que te apetezca hacer en ese momento.

Lo hagas como lo hagas, estará bien hecho, porque simplemente es un reflejo de ti mismo en
ese momento. De todas formas, hay libros o webs sobre pintar mandalas que proponen
posibles interpretaciones de tus creaciones en función de los colores y las formas que has
empleado. Yo considero que uno mismo es quien mejor puede interpretar lo que hace. Para
alguien el color verde hierba puede ser símbolo de naturaleza y pureza y para otro puede ser
un color asociado a momentos desagradables de su vida personal. Así que mejor interpreta
lo que hayas hecho en función de tu criterio y no de una tabla.

Sólo cuando hayas acabado tu creación es cuando está bien analizarla. Valora lo que ves e
interpreta tus propias emociones. Piensa porqué has escogido colorear un mandala más
circular o con formas diferentes, con gran complejidad o sencillo, si usas muchos colores o
pocos, si los colores están bien distribuidos o son caóticos, etc.
A lo largo de los años cientos de hombres y mujeres han probado diferentes actividades para
concentrarse, relajarse y tranquilizarse. Por eso, no es sorpresa que hoy en día existan
amantes del sudoku, los rompecabezas, las sopas de letras y, por supuesto, de los hermosos
y asombrosos mandalas.

De acuerdo con la cultura budista, los mandalas son representaciones del macrocosmos en
forma de ruedas o círculos. Y se usan, principalmente, para practicar la meditación.

Aunque no lo creas, colorear mandalas puede ser tu nuevo hobby favorito para después de
una gran jornada laboral, largas horas de estudio en la escuela, el estrés causado por el día
a día y muchas otras cosas más. ¿Quieres saber por qué? Continúa leyendo.

Si al igual que otras personas no te has dado la oportunidad de hacer terapia con mandalas,
aquí te compartimos 8 asombrosas razones que, sin duda alguna, harán que quieras ir a una
librería y tener tu propio libro en casa:

1- La terapia con mandalas permite que las personas se desestresen, pues no necesitan
nada más que un par de colores, un sacapuntas, mucha paciencia y un espacio tranquilo
para estar.

2- A lo largo de los años se ha demostrado que los mandalas sirven para incrementar la
relajación en las personas, por ese motivo, son útiles para momentos de estrés y
preocupación excesiva.

3- La terapia con mandalas no se centra únicamente en temas de salud física o emocional,


sino que también ayuda a que las personas descubran su creatividad.

4- Colorear mandalas es altamente beneficioso para el equilibrio emocional, atenuar los


síntomas de la ansiedad y mitigar los pensamientos negativos de la mente.

5- El simple hecho de observar y colorear un mandala relaja y produce calma, pues una
persona deja de pensar en sus preocupaciones y mantiene su mente completamente
despejada.

6- Al colorear un mandala las personas entran en un estado de concentración, y esto se debe


a que colorean el contorno de muchas figuras simétricas, evitan salirse de las líneas y usan
diferentes colores.

7- Algunas personas que realizan terapia con mandalas tienen un amplio acercamiento con el
mindfulness, mejor conocido como “atención plena”, ya que al pintar se olvidan de sus tareas
pendientes y se desconectan de sus preocupaciones.

8- La terapia con mandalas ayuda a que las personas dejen descansar su parte racional del
cerebro, es decir, el hemisferio izquierdo. Al hacer esto, activan su hemisferio derecho, el que
está ampliamente relacionado con la creatividad y las emociones.

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