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El sistema nervioso central está formado por el encéfalo (cerebro) y la médula espinal. En la
cultura popular el término “cerebro” se usa para referirse al “encéfalo” aunque el cerebro es
solo una parte del encéfalo.
La médula espinal transporta mensajes entre el encéfalo y los nervios presentes en todo el
cuerpo.
Tanto el encéfalo como la médula espinal están protegidos por huesos: el encéfalo, por los
huesos del cráneo, y la médula espinal, por una serie de huesos entrelazados en forma de
anillo, llamados "vértebras". Ambos están protegidos por capas de membranas (llamadas
meninges) y por líquido cefalorraquídeo. El líquido fluye a través de los espacios vacíos del
encéfalo, que reciben el nombre de ventrículos, y alrededor de la columna vertebral.
Protege al sistema nervioso central, le proporciona nutrientes y elimina los desechos.
El encéfalo es como una computadora que controla todas las funciones del cuerpo; controla
lo que pensamos y sentimos, cómo aprendemos y recordamos, y la forma en que nos
movemos y hablamos. También controla muchas cosas de las que apenas nos damos
cuenta, como el latido del corazón y la digestión de la comida. El encéfalo envía y recibe
mensajes del cuerpo. Estos mensajes se transportan a través de la médula espinal.
El cerebro
El cerebro es la parte más grande del encéfalo. Una gran parte del cerebro es la corteza
cerebral (también llamada "materia gris").
La corteza tiene cuatro áreas llamadas "lóbulos" que actúan de forma conjunta para forjar
la personalidad de una persona y todo lo que esta persona sabe. Cada lóbulo procesa un
tipo de información diferente:
El cerebro tiene dos mitades llamadas "hemisferios". Un haz de fibras nerviosas (el cuerpo
calloso) los conecta en el centro, lo cual les permite intercambiar información. El hemisferio
izquierdo controla los movimientos del lado derecho del cuerpo. El hemisferio derecho del
cerebro controla los movimientos del lado derecho del cuerpo.
El tronco encefálico
El tronco encefálico conecta el encéfalo con la médula espinal. Está formado por el puente
tronco encefálico, la médula y el mesencéfalo. Estas partes funcionan al unísono para
controlar y coordinar los mensajes que llegan al encéfalo y salen de él. El tronco encefálico
controla, además, muchas funciones del cuerpo en las que casi nunca pensamos, como la
respiración, la frecuencia cardíaca, la tensión arterial, la deglución (tragar) y la digestión.
El cerebelo
Hay muchas otras partes más pequeñas del encéfalo que cumplen funciones importantes.
Entre ellas, se encuentran las siguientes:
- El tálamo, que recibe mensajes sobre los sentidos, como la vista, el oído y el tacto,
que provienen de los ojos, los oídos y los dedos.
- El hipotálamo, que controla el pulso, la sed, el apetito, los patrones de sueño y otros
procesos que ocurren en el organismo de forma automática.
- La glándula pituitaria, que genera las hormonas que controlan el crecimiento, el -
metabolismo, el equilibrio de agua y minerales, la maduración sexual y la respuesta
al estrés.
La médula espinal tiene tres secciones que se extienden a lo largo de la columna vertebral.
El nombre de cada sección describe la parte de la columna a través de la cual pasa la
médula: cervical, torácica y sacro-lumbar. Estas secciones envían nervios más pequeños
hacia las partes cercanas del cuerpo:
La médula espinal torácica envía nervios hacia los brazos, el tórax y el abdomen.
La médula espinal sacro-lumbar envía nervios a la parte inferior del cuerpo.
En este artículo abordaremos el sistema nervioso periférico, sus divisiones y los nervios
periféricos. El sistema nervioso periférico (SNP) está conformado por todos los nervios que
emergen del encéfalo y la médula espinal, es decir, a partir del sistema nervioso central. Si
imaginas el SNC como la carretera principal, el SNP estaría compuesto por todas las calles
secundarias que salen y entran a la principal; y que además permiten que los impulsos
nerviosos viajen desde y hacia las regiones más alejadas, o periféricas, del cuerpo humano.
El sistema nervioso periférico está casi completamente constituido por nervios. Existen dos
tipos de nervios: nervios craneales y nervios espinales. Funcionalmente, el SNP puede ser
dividido en sistema nervioso autónomo y sistema nervioso somático. Ambos pueden ser
subdivididos; el primero en simpático y parasimpático, y el segundo en motor y sensitivo.
El elemento funcional del sistema nervioso periférico son los nervios periféricos. Cada nervio
está conformado por un haz que contiene numerosas fibras nerviosas (axones) y sus
envolturas de tejido conectivo. La estructura comparable en el sistema nervioso central es
un tracto. Por otro lado, cada fibra nerviosa es una extensión de una neurona cuyo soma o
cuerpo celular está ubicado dentro de la sustancia gris del sistema nervioso central o dentro
de los ganglios del sistema nervioso periférico.
Los nervios periféricos que transportan información hacia el SNC se denominan aferentes
o sensitivos, mientras que los que llevan información desde el SNC son llamados eferentes
o motores.
Las neuronas aferentes conducen una gran variedad de impulsos desde los receptores u
órganos sensitivos. Por ejemplo, conducen sensaciones como el tacto, dolor, temperatura,
y posición en el espacio (propiocepción). Además, pueden transmitir algunos tipos de
sensibilidad más especializados; como es el caso del olfato, visión, audición y balance. Por
otra parte, las neuronas eferentes conducen información general hacia órganos efectores;
como el músculo esquelético, órganos y glándulas. Son responsables del inicio de la
contracción muscular voluntaria e involuntaria, así como de otras funciones como la
secreción glandular.
Los nervios pueden ser clasificados como craneales o espinales, de acuerdo con el lugar del
SNC desde donde emergen. Los nervios craneales emergen desde el encéfalo mientras que
los nervios espinales abandonan el SNC desde la médula espinal. Existen 12 pares de nervios
craneales y 31 pares de nervios espinales; totalizando 43 pares de nervios que conforman la
base del sistema nervioso periférico.
Nervios craneales
El primer grupo de nervios son los doce nervios o pares craneales: Olfatorio (I), óptico (II),
oculomotor (III), troclear (IV), trigémino (V1, V2, V3), abducens (VI), facial (VII),
vestibulococlear (VIII) glosofaríngeo (IX), vago (X) e hipogloso (XII).
Los nervios craneales son nervios periféricos que inervan principalmente estructuras
anatómicas de la cabeza y el cuello. La excepción a la regla la constituye el nervio vago, el
cual además inerva varias vísceras torácicas y abdominales. Los nervios craneales se
originan a partir de núcleos específicos ubicados en el encéfalo. Abandonan la cavidad
craneal pasando a través de forámenes y se proyectan hacia las estructuras que son
responsables de inervar. Se pueden clasificar en tres grupos según el tipo de información
que llevan sus fibras:
Sensitivos
Motores
Mixtos
Nervios espinales
El segundo grupo de nervios periféricos son los nervios espinales, de los cuales tenemos 31
pares en total: ocho cervicales, doce torácicos, cinco lumbares, cinco sacros y uno coccígeo.
Su numeración se relaciona con los niveles vertebrales. Los nervios cervicales se nombran
según la vértebra ubicada inmediatamente bajo ellos; los demás, se nombran según la
vértebra inmediatamente superior a ellos. Si has leído con atención, habrás notado que el
número de vértebras y nervios cervicales no concuerdan, y estás en lo correcto. Hay ocho
nervios y siete vértebras cervicales. El octavo nervio cervical es la única excepción a la regla
antes mencionada y emerge entre la séptima vértebra cervical y la primera vértebra
torácica.
Cada nervio espinal comienza con múltiples raicillas que se unen entre sí para formar dos
raíces principales. La raíz anterior transporta fibras motoras cuyos cuerpos neuronales se
ubican en el asta (cuerno) anterior de la sustancia gris de la médula espinal. La raíz posterior
transporta fibras sensitivas provenientes de neuronas cuyos cuerpos neuronales se ubican
en el ganglio de la raíz dorsal. En las regiones torácica y lumbar superior, la raíz anterior
también transporta fibras autónomas provenientes de neuronas preganglionares
simpáticas cuyos somas se encuentran en el asta lateral de la sustancia gris de la médula
espinal. Las raíces espinales anterior y posterior luego se unen entre sí para formar el nervio
espinal, que transporta información mixta (motora y sensitiva).
Tanto los nervios craneales como espinales contribuyen al sistema nervioso somático. Los
nervios craneales proporcionan control motor y sensibilidad a la cara. Con respecto a los
nervios espinales, como mencionamos anteriormente, los ramos posteriores viajan hacia
posterior para inervar la columna vertebral, músculos vertebrales y piel de la espalda
mientras que los ramos anteriores inervan los miembros y la parte anterior del tronco. La
mayor parte de los ramos anteriores se combinan entre sí para formar plexos desde los
cuales se desprende la mayor parte de los nervios periféricos principales. La excepción a
esta regla son los ramos anteriores de la región torácica que se distribuyen de forma
relativamente independiente unos de otros sin formar plexos. Por ejemplo, los nervios
intercostales y subcostal.
Los plexos nerviosos, formados por los ramos anteriores de los nervios espinales, son:
Los plexos lumbar y sacro pueden también ser denominados en conjunto plexo
lumbosacro, pero los mantendremos separados con el propósito de mantener claridad.
Cada plexo nervioso proporciona numerosos nervios periféricos que conducen fibras
motoras y sensitivas hacia y desde sus respectivas estructuras inervadas.
Finalmente, pero no esto menos importante, hemos llegado a la división autónoma del
sistema nervioso periférico (SNA). Es un sistema involuntario, es decir no poseemos control
consciente sobre él (auto=propio nomos=ley, es decir, está bajo su propio control o leyes). El
SNA es responsable de la inervación sensitiva y motora al músculo liso, vasos sanguíneos,
glándulas y órganos internos. Como tal, proporciona una regulación coordinada de las
funciones glandulares y viscerales, jugando un rol en la mantención de la homeostasis.
Los nervios autónomos también son periféricos, de modo tal que la estructura general de
un nervio periférico discutida anteriormente se aplica igualmente. Sin embargo, hay una
diferencia: todos los nervios autónomos motores hacen sinapsis en un ganglio simpático o
parasimpático. La porción del nervio que se encuentra antes del ganglio recibe el nombre
de porción preganglionar y lleva la información hacia el cúmulo de somas neuronales. La
parte localizada después del ganglio se denomina postganglionar y lleva el impulso en
camino directo hacia el efector.
División simpática
Las fibras preganglionares de los nervios simpáticos abandonan la médula espinal a través
de las raíces anteriores de los nervios T1 a L2 (dando origen al término toracolumbar usado
a veces para describirlo), ingresando al nervio espinal correspondiente. Las fibras luego
viajan a través de los ramos comunicantes blancos hacia los ganglios paravertebrales de los
troncos simpáticos ubicados a ambos lados de la columna vertebral.
Algunas fibras hacen sinapsis aquí, mientras que otras viajan a través de ellos sin hacer
sinapsis, abandonando los troncos simpáticos en forma de nervios esplácnicos (mayor,
menor, imo o menor, lumbar, sacro). Estos nervios esplácnicos, hacen sinapsis más cerca de
sus órganos diana en ganglios llamados prevertebrales. Estos ganglios prevertebrales son:
celíaco, aorticorrenales y mesentéricos superior e inferior. Las fibras postganglionares luego
se proyectan hacia sus estructuras diana, ya sea directamente o retornando a través de los
ramos comunicantes grises, y siguiendo el camino de los nervios espinales a lo largo del
cuerpo. Más precisamente, los órganos involucrados son vasos sanguíneos, glándulas
sudoríparas, músculos piloerectores, el iris y órganos internos. Un ejemplo de órgano diana
del sistema nervioso simpático es la glándula suprarrenal. La actividad de los nervios
simpáticos estimula liberación de epinefrina o adrenalina por medio del sistema simpático
suprarrenal medular.
División parasimpática
Este sistema es reconocido como la parte más compleja del sistema nervioso periférico y
está compuesto por una alta concentración de neuronas y células gliales. De hecho,
contiene la más larga recopilación de neuronas que se encuentran fuera del cerebro.
Desde la cuarta semana de gestación, una parte de las células de la cresta neural, que dan
origen a la mayoría del sistema nervioso entérico, migran a través de todo el tubo digestivo.
La otra parte de las mismas células, que contribuye en menor medida a la formación del
SNE, migran desde la región craneal hasta la región caudal (es decir, de la cabeza hacia el
extremo opuesto). Estas últimas se extienden paulatinamente por el tracto gastrointestinal
del embrión en todos sus componentes:
Intestino medio, que dará origen al intestino delgado, incluyendo su primera proposición
llamada “ciego”; el colon ascendente, el apéndice y una parte del colon transverso, llamada
“segmento proximal”.
Intestino posterior, que conforma una parte del colon transverso llamada “porción distal”,
así como su parte descendente, las sigmoides (partes del colon que tienen forma de “S”) y
el recto.
el sistema nervioso entérico se divide en dos principales segmentos que surgen de la cresta
neural. Cada uno de ellos contiene una gran variedad de células gliales y nerviosas, y se
encargan en conjunto de regular la ingesta, la absorción y metabolismo de todo lo que
ingerimos. Estos segmentos, de acuerdo con Oswaldo, et al. (2012), son los siguientes:
Las neuronas que forman parte del sistema nervioso entérico, y que por lo tanto se
encargan de regular nuestra actividad gastrointestinal son las siguientes (Oswaldo, et al,
2012):
2. Neuronas motoras: Como su nombre lo dice, se encarga de activar las capas musculares
que conforman tanto el tubo digestivo como los vasos sanguíneos y algunas glándulas. Se
dividen a su vez en neuronas motoras excitatorias (por ejemplo, la acetilcolina), o neuronas
motoras inhibitorias (como el óxido nítrico o el GABA). Estas últimas, las neuronas
inhibitorias, son las responsables de regular la secreción de agua, el flujo sanguíneo y la
liberación de electrolitos.
4. Neuronas intestino fugas: Sus prolongaciones se ubican fuera del tubo digestivo y se
conecta con los ganglios nerviosos para formar un nuevo ganglio llamado “prevertebral”.
Su principal función es la de avisar sobre los cambios en la actividad del intestino, por lo que
se trata se mecanorreceptores (neuronas secundarias que disparan potenciales de acción
ante estímulos mecánicos).
Principales funciones del SNE y patologías asociadas
De acuerdo con Furness, 2012, las principales funciones que desempeña el sistema nervioso
entérico en su conjunto son las siguientes:
Mantener la integridad de la barrera epitelial que dividen las células del intestino.
Además, el funcionamiento inadecuado del SNE puede ser de origen congénito o bien,
adquirido durante el desarrollo posnatal. Generalmente esto último ocurre por una
condición médica secundaria que termina por dañar significativamente en funcionamiento
del SNE, aunque también puede ocurrir por un efecto iatrogénico de algún fármaco, o por
una neuropatología inducida por consumo de drogas.