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LEY MICAELA
2 y desigualdades
Conceptos básicos
educ.ar Programa de
Género y Diversidad
Presidente de la Nación
Dr. Alberto Fernández
Vicepresidenta de la Nación
Cristina Fernández de Kirchner
Jefe de Gabinete
Juan Manzur
Ministro de Educación
Mg. Jaime Perczyk
Jefe de Gabinete
Prof. Daniel Pico
Módulo II
Sistema Sexo-género y desigualdades. Conceptos básicos ................................................ 4
Objetivos ............................................................................................................................................................................ 4
1. Sistema Sexo-género
El género (y el sexo) como construcción social .................................................................... 5
5 A modo de cierre:
Construyendo políticas públicas para superar la desigualdad............................... 22
Bibliografía.....................................................................................................................................................................24
Objetivos
l Comprender el concepto de sistema-género como ordenamiento socio-his-
tórico, jerárquico y productor de desigualdad entre los géneros.
l Identificar las formas de socialización de género.
l Identificar la construcción de feminidad y masculinidad hegemónicas.
l Dar cuenta de la especificidad que adquiere la desigualdad de género en el
ámbito educativo y laboral.
Entender que la naturaleza no define lo que somos fue quizá el aporte más impor-
tante del feminismo. Algunas autoras como Judith Butler3 plantean que lo bioló-
gico, el cuerpo sexuado, también es una construcción socio-cultural. Y que cada
sociedad clasifica estas características biológicas según el esquema de pensa-
miento previo que cada cultura tiene. De hecho, hay sociedades donde los cuerpos
intersexuales o las identidades trans tienen otra valoración (y no son patologizados
como en la nuestra).
Si la diferencia sexual no define nuestra identidad, ¿cómo construimos quienes so-
mos? la identidad la vamos construyendo a lo largo de nuestras vidas y puede ir
cambiando. Se realiza a través de un proceso de socialización diferencial, vamos
incorporando cómo debemos ser y actuar en función del género que se nos asignó
al nacer (vulva = mujer = madre / doméstico / débil vs. pene = varón = público /
proveedor / fuerte). A este proceso por el que vamos incorporando expectativas
sociales, actitudes según el sexo, se lo llama socialización de género.
La identidad de las personas tiene muchas dimensiones: la pertenencia a determi-
nado género, a determinada clase social, la nacionalidad, el ser o no migrantes, la
racialización, la edad, etc. Y si bien no todas las mujeres son iguales ni atraviesan
las mismas situaciones de opresión, autoras como Judith Astelarra4 sostienen que
todas las mujeres están afectadas por un sistema de género que las discrimina,
independientemente del grupo al que pertenezcan.
La socialización de género está dada por distintas instituciones: la familia, la es-
cuela, el barrio, los medios de comunicación, las iglesias, los espacios laborales,
los grupos de pares, etc. También la incorporamos de manera más sutil a través del
corpus de “chistes” machistas o del lenguaje sexista.
3 Judith Butler es una de las más importantes filósofas y escritoras feministas estadouniden-
se. Es considerada una de las fundadoras de la teoría Queer.
4 Judith Astelarra es socióloga y feminista argentina, se especializa en estudios de género.
Claro que ninguna persona encarna los estereotipos en su totalidad, las personas
somos todas diferentes y podemos cumplir más o menos con lo que se espera de
nosotras/os. Sin embargo, construimos nuestra subjetividad mediante representa-
ciones compartidas y valoradas socialmente. ¿Qué pasa cuando una persona no
cumple con el estereotipo? Muchas veces se la juzga y/o se la discrimina. ¿Cuán-
tas veces escuchamos decirle a un niño que llora porque se lastimó o se angustió
que es un “maricón” –como insulto- o que “los niños no lloran”, en vez de abrazarlo
y contenerlo? ¿Cuántas veces escuchamos que a una niña le gritan “varonera” o
“machona”, porque le gusta jugar al fútbol o a la lucha, y entonces deja de hacerlo-?
¿Cuántas veces repetimos que una mujer es “mala madre” porque sale con sus ami-
gas dejando a sus hijas/os al cuidado de otra persona? ¿Cuántas veces le dijimos a
un amigo que es un “pollerudo” por volverse temprano a su casa porque así lo pautó
con su pareja?. Así se van construyendo los estereotipos, y una feminidad y una
masculinidad hegemónicas, y quienes no cumplen –o intentan cumplir- con ellas,
son objeto de discriminación, bullying, suelen ser excluidas/os. La inclusión de la
perspectiva de género y diversidad y los feminismos proponen el reconocimiento
y la valoración de la diversidad existente de cuerpos, identidades, expresiones de
género y proyectos de vida.
Existen otras formas de masculinidad posibles: varones cis que no son heterosexua-
Glosario les (homosexuales, gays, maricas, bisexuales, etc.), varones trans o personas con
Cis-género: se refiere a las personas que expresión de género masculina pero que no se consideran varones (como algunas
tienen una identidad de género coinciden-
lesbianas y personas no binarias), entre otras. Por eso decimos que no hay una sola
te con el género asignado al nacer. Por
ejemplo, alguien que por haber nacido con masculinidad sino muchas masculinidades en plural.
genitales “femeninos”, se le asignó ese gé- Pero también, hay varones-cis heterosexuales que no se sienten cómodos con los
nero y se siente identificada como mujer mandatos de masculinidad hegemónica y están repensando su lugar de privilegio
Masculinidad hegemónica: conjunto de y las consecuencias que tiene para sí y para otras personas cumplir con el mandato
prácticas y discursos en los que se so- de “ser macho”. Varones que quieren conectar con su afectividad, ser correspon-
cializan los varones cis en general, y los sables en los cuidados de sus hijas/os, desarrollar actividades que se consideran
heterosexuales, en particular. Implica una “femeninas”, construir vínculos más igualitarios con sus parejas, o con las mujeres
jerarquía, suponiendo una superioridad y personas LGBTIQ+ en general, cuestionar y romper con la complicidad entre ellos
por sobre las mujeres y las identidades
frente al acoso o la violencia por razones de género, desarrollar estudios o profesio-
y expresiones de género femeninas, su-
bordinándolas/es. Se basa en los valores nes feminizadas, etc. Este proceso implica “deconstruir” cosas aprehendidas desde
de: autosuficiencia, belicosidad heroica, muy chicos y reforzadas a lo largo de su vida, en un proceso subjetivo que implica
autoridad sobre las mujeres y valoración repensarse, cuestionarse, empatizar con las y los otros, relegar comodidades, asu-
de jerarquía. mir nuevas tareas y construir nuevas formas de relacionarse y estar en el mundo.
Para reflexionar
¿En tu familia o ámbito laboral que
masculinidades están presentes? ¿Se
evidencian estos privilegios mencio-
nados? ¿Qué cambios serían necesa-
rios para disminuir las desigualdades
de género que producen los roles es-
tereotipados y hegemónicos?
5 Chiodi, A., Fabbri, L., & Sánchez, A. (2019). Varones y masculinidad (es).
6 Luis Bonino es psicoterapeuta argentino especializado en estudios de masculinidad y mi-
cromachismos.
“Los niños que terminen pueden ir al recreo”, dice la maestra. Julia se queda sentada
en su pupitre, esperando su turno. “Fulanita, he dicho que podéis ir al recreo” y, como
Julia permanece inmóvil, al final le explica que con “niños” se refiere también a las
niñas. Horas más tarde, el profesor de gimnasia dice: “Los niños que quieran formar
parte del equipo de fútbol que levanten la mano”. Julia alza la mano, decidida, a lo
que el profesor, incómodo, reacciona: “He dicho los niños”. Julia, estupefacta, no
entiende nada. “¿Pero no había dicho ‘los niños’?”. Y así, las mujeres, desde peque-
ñas, tienen que aprender a deducir cuándo están incluidas y cuándo no. Aunque
la anécdota puede parecer divertida, en realidad no lo es. Desde antes de nacer se
educa de modo distinto a unas y otros, se nombran de modo diferente”.
7 Martín, M. (2019). Ni por favor ni por favora: cómo hablar con lenguaje inclusivo sin que se
note (demasiado). Catarata.
Otro de los mensajes que trasmiten en los ámbitos educativos en cuanto al género
es el binarismo y con ello, la legitimación de cuerpos válidos y cuerpos que no lo
son. Si hacemos filas de varones y de mujeres, si hay baños para varones y baños
para mujeres, ¿qué pasa con quienes no se identifican con alguno de estos géne-
ros? Si el fútbol es para los chicos y el volley para las chicas, ¿a qué juegan los varo-
nes que no les gusta el fútbol y las chicas que quieren ser futbolistas? ¿Por qué no
pensar baños mixtos, filas mixtas, deportes mixtos? ¿Es posible construir espacios
educativos que naturalicen, en lugar del binarismo, la diversidad de expresiones,
identidades y cuerpos que existen?. Incorporar la diversidad en el ámbito escolar es
uno de los objetivos de la ESI. La diversidad puede ser sexual, identitaria, racial, en
relación a la nacionalidad, a las discapacidades, etc. Todo lo que no es hegemónico
y considerado “normal” queda excluido o subordinado en nuestra sociedad y, por lo
tanto, también en las instituciones educativas. Incorporar prácticas y miradas di-
versas es fundamental para evitar situaciones de acoso escolar, y para derribar ba-
rreras en el acceso al derecho a la educación. Las y los docentes tienen un rol ético
y político fundamental allí, en pos de garantizar derechos y un trato igualitario.
“Empezaron el jardín, y fue ahí donde más difícil se te hizo, te enfrentaste al mundo
que hay fuera de casa y donde está muy acentuado el ser nena, el ser varón (...) Las
mamás en la puerta me decían que sus hijas sólo hablaban de vos, que las peinabas,
jugabas en el rincón de la casita a las muñecas y estabas todo el tiempo rodeado de
nenas (...) querías hacer las cosas que hacían como, por ejemplo, formarte en la fila
con ellas; el problema venía cuando la señorita te sacaba y te ponía en la fila de los
varones (...) salías llorando a menudo porque te trataban como un varón”.
Mansilla, G. (2014). Yo nena, yo princesa. ediciones UNGS.
Fragmento del libro “Yo nena, yo princesa” que relata la historia de la primera niña
trans en obtener su DNI bajo la Ley de Identidad de Género en nuestro país. Está
escrito por Gabriela Mansilla, su madre, quien acompañó su proceso y lo plasmó en
el libro.
Para las personas trans que logran llegar a la universidad, la principal dificultad con
la que se encuentran son las formas registrales y administrativas. A esto se suma
el nivel de ingresos, la posibilidad de conciliar el trabajo y/o el activismo con el estu-
dio, y la distancia geográfica entre la universidad y el lugar de residencia. Y si bien
estos son condicionantes para muchas/os estudiantes, para las personas travestis
trans tienen aún más relevancia por venir de trayectorias de vida atravesadas por
múltiples vulneraciones y violencias. Además, la ausencia de otras personas trans
y travestis en la universidad dificulta que puedan compartir la experiencia con su
propia comunidad y, al ser casi una excepción, sufren el peso que tiene la mirada
externa sobre ellas.
En muchos casos, el hostigamiento, la repetición, la interrupción y la discriminación
que forman parte de sus trayectorias escolares previas, dificulta la adquisición de
hábitos y estrategias para responder a las exigencias académicas14. Por eso, es fun-
damental la implementación de políticas públicas que promuevan no sólo el ingreso
de las personas travestis trans a las universidades, sino también su permanencia y
terminalidad, acompañen sus procesos con herramientas pedagógicas específicas
para que dejen de ser excepciones y puedan transformarse en una opción más.
El no respeto por esta normativa agrega una situación de violencia a las personas
trans y es un factor más de la expulsión de las instituciones educativas. Esta ley
incluye a todas las personas trans, sin importar su edad. Para una/o/e niña/o/e,
ser nombrada/o/e en las listas, notas, actos, etc. con un nombre que no es el au-
topercibido, le implica una situación de exposición frente a la mirada de las y los
otros. No se sentirá incluida/o/e en ese ámbito y difícilmente quiera continuar con
sus estudios, subir a un escenario a recibir su diploma, participar de eventos o
jornadas, etc.
15 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “Cuidados y mujeres en tiem-
pos de COVID‐19: la experiencia en la Argentina”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2020/153),
Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2020.
75.0
74,4
67,4
50.0
42,9 41,3
33,1
25.0
24,5
25.0
Horas de trabajo Horas de trabajo Horas de trabajo
remunerado no remunerado total
Comprender al cuidado como derecho, en tanto que todas las personas requeri-
Glosario
mos ser cuidadas en algún momento de nuestras vidas, implica que los Estados
Corresponsabilidad: es el reparto equi- deben ser garantes del mismo y llevar adelante políticas públicas que contemplen
librado de las tareas domésticas y de las
el derecho a cuidar y a ser cuidadas/os/es. Pero también, resulta fundamental llevar
responsabilidades familiares, tales como
su organización, el cuidado, la educación adelante un cambio social y cultural que entienda la redistribución de las tareas de
y el afecto de personas dependientes den- cuidado y la corresponsabilidad dentro del hogar, como ejes centrales a la hora de
tro del hogar, con el fin de distribuir de ma- alcanzar la igualdad de género.
nera justa los tiempos de vida de mujeres La feminización de las tareas de cuidado constituye la principal barrera para las
y varones.
mujeres en el mundo laboral remunerado, pero no es la única. En los empleos su-
ponen que las mujeres van a requerir mayores licencias o van a tener más inasis-
Para reflexionar tencias que los varones (cuando sus hijos/as o alguien de la familia se enferme,
¿Cuántas veces faltaste a un acto para asistir a los actos escolares o llevarles a algún turno médico). Incluso, a las
escolar por priorizar una reunión mujeres que no son madres, es común que se les pregunte si planifican tener hijas/
importante de tu trabajo?, ¿lo viven os, considerando que en algún momento solicitarán una licencia por embarazo/
de la misma manera las madres que maternidad. Las mujeres mismas sienten, muchas veces, que no pueden tomar
los padres?, ¿es igual de posible para determinados trabajos porque los ven incompatibles con las tareas de cuidado que
una mujer y para un varón participar tienen a cargo y suelen aceptar o buscar trabajos de menos horas, más flexibles,
de actividades después de horario, temporarios y con menos perspectiva de crecimiento profesional. Es importante
o por la noche, o fines de semana?, comprender que estas no son barreras legales o formales, sino que operan en el
¿está en las mismas condiciones una plano de la subjetividad, se naturalizan, y tienen un efecto importante y material en
mujer soltera y sin hijas/os que una la realidad de muchas mujeres.
que es madre?, ¿es posible para ellas
volver regularmente a su casa cuan-
do “los chicos ya están durmiendo”?,
¿qué costo tiene para ellas? 4.2. Techo y paredes de cristal, escaleras rotas, brecha salarial
¿Por qué hablamos de techos y paredes de cristal, pisos pegajosos, escaleras ro-
tas y acantilados?, ¿qué es la segregación horizontal y la segregación vertical? Este
Te invitamos a ver los siguientes conjunto de metáforas nos ayuda a comprender cómo se configura la trama de
videos para adentrarnos en la te- desigualdad de género en el ámbito laboral.
mática: El concepto de “segregación horizontal” (o paredes de cristal) se refiere al hecho
l Las brechas de género en de que las mujeres se concentran en los sectores de la actividad económica y las
el mundo laboral en Argentina ocupaciones que tienen menos reconocimiento, mayor inestabilidad, peores con-
- OIT
l http://www.generoytraba- 16 Disponible en: argentina.gob.ar/sites/default/files/mesa-interministerial-de-politicas-de-cuidado.pdf
17 Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género, Ministerio de Economía (2020). “Las bre-
jo.com/corresponsabilidad/ chas de Género en la Argentina Estado de Situación y Desafíos”. Disponible en: https://www.
argentina.gob.ar/sites/default/files/las_brechas_de_genero_en_la_argentina_0.pdf
Paredes 20
de cristal 18
16
Participaciçon de
mujeres y varones por 14
rama de ocupación 12
(en porcentajes
sobre el total de 10
trabajadores) 8
n Varones 2
n Mujeres 0
Industria Construcción Trabajo doméstico Enseñanza
Para consultar datos a nivel mundial y regional sobre brechas de género podes
ingresar en los siguientes links:
l Informe CEPAL 2021 - Brechas de género en el mercado laboral y los efectos
de la crisis sanitaria en la autonomía económica de las mujeres.
l “La COVID 19 ensanchará la brecha de pobreza entre mujeres y hombres,
según los nuevos datos de ONU Mujeres y el PNUD.”
A lo largo de este módulo dimos cuenta cómo la división sexual del trabajo es la
piedra angular de la situación de desigualdad estructural que viven las mujeres y
LGTBIQ+, configurando dos esferas de la vida social asociadas a “lo masculino” y
“lo femenino”: lo público/productivo y privado/reproductivo, respectivamente. Esta
división sexual del trabajo produce desigualdad y se sustenta y justifica ideológi-
camente en base a estereotipos y mandatos de género que están naturalizados y
que se transmiten, producen y reproducen a partir de la socialización diferencial,
siendo los ámbitos educativos espacios privilegiados para sostenerlos, pero tam-
bién para modificarlos. En este esquema jerárquico, binario y heteronormativo, las
diversidades sexuales e identitarias quedan subordinadas y excluidas.
¿Qué pasaría si a varones, mujeres y LGBTIQ+ nos educaran (y socializaran) en
igualdad? ¿Qué pasaría si a los niños los dejaran llorar y expresar sus sentimientos
igual que a las niñas?, ¿si les regaláramos muñecas, cocinita, tabla de planchar, a
los varones, para que se familiaricen desde chicos con el cuidado?, ¿si promovié-
ramos que desde la infancia practiquen otros deportes además del fútbol, como el
patinaje o el baile?, y ¿si las clases de educación física y todos los deportes fueran
mixtos desde los primeros años? ¿Si en vez de hacer filas de varones y mujeres en
la escuela nos ordenamos por otros criterios, o de manera mixta?
Estas acciones pueden ayudar a que las nuevas generaciones sean socializadas
de igual manera, aprendiendo que todas las opciones, elecciones, cuerpos, iden-
tidades son igual de válidas y pueden desarrollar las mismas capacidades si se
otorgan las mismas oportunidades. Cuando hablamos de oportunidades, no nos
referimos solamente a oportunidades materiales (recursos, acceso a la educación,
condiciones de vida digna, etc.) sino también a las ideas y prejuicios que tenemos
sobre las personas según si son varones, mujeres, lesbianas, gays, travestis, tran-
sexuales y a los espacios que les damos a cada una de ellas.
Incorporar políticas con perspectiva de género resulta fundamental a la hora de
Para reflexionar construir una sociedad en condiciones de igualdad y sin discriminación por ra-
Te proponemos que veas el siguiente zones de género. La Educación Sexual Integral resulta fundamental a la hora de
video. ¿Cuáles fueron los mandatos fomentar la igualdad en todos los niveles educativos, recuperado los saberes y
o “piedras” que cargaste en tu infan- aportes de los feminismos, transfeminsmos y las teorías críticas a la sociedad,
cia?, ¿cómo podemos hacer para “ali- valorizado roles y actividades invisibilizadas, educando en la importancia del cui-
vianar” a las futuras infancias? dado (propio y de las otras personas), deconstruyendo estereotipos de género
“Sin mochilas” - Iniciativa Spotlight binarios que limitan la libertad de las infancias y adolescencias, dando lugar a
la afectividad, a la diversidad de expresiones, cuerpos e identidades existentes, y
construyendo relaciones de igualdad entre los géneros.
Estas mismas diferencias las encontramos en nuestros propios espacios de traba-
jo y aparecen allí marcadas por la desigualdad. Resulta un compromiso de todas/
os/es poder revertir estas barreras de género, desnaturalizando estereotipos y ge-
nerando condiciones para alcanzar la igualdad.
La implementación de la Ley de promoción del acceso al empleo formal para
personas travestis, transexuales y transgénero “Diana Sacayán - Lohana Ber-
kins”, junto con políticas de reparación, inclusión y apoyo a la permanencia de
población LGBTIQ+ en el ámbito laboral y educativo resultan imprescindibles para
reducir las brechas de género y para dar respuesta a una población históricamente
excluida y vulnerada. El cumplimiento de la Ley N° 26.743 de Identidad de Género
en todos los ámbitos de la sociedad es el primer paso para respetar el derecho a