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RESUMEN DAVID EASTON

A mediados del siglo XX, la ciencia política se encontraba en una búsqueda de identidad,
enfrentando una crisis que llevó a algunos a cuestionar su capacidad para constituirse como
una disciplina autónoma. Durante siglos, el estudio de la vida política fue más una acumulación
de influencias que una disciplina estricta. Sin embargo, desde la segunda guerra mundial, la
ciencia política ha experimentado una profunda revolución, marcada por la recepción e
integración de métodos científicos y una reconstrucción teórica. La disciplina, anteriormente
sintética y centrada en instituciones políticas a lo largo de los siglos, enfrentó el desafío de
establecer un orden lógico y coherente en un vasto conjunto de conocimientos. A mediados del
siglo XX, surgieron señales de cambio en la selección de problemas de investigación,
cuestionando si la ciencia política era simplemente una disciplina históricamente condicionada
o si tenía una entidad teórica definible. La crisis de identidad llevó a la disciplina a afirmar su
autonomía, destacando su capacidad para constituirse como una disciplina teórica con una
estructura propia.

Objeto de la ciencia política


En el último siglo, han surgido dos enfoques distintos para diferenciar la vida política del resto
de la sociedad y, por fin, para delimitar el objeto de estudio de la ciencia política. Por un lado,
se ha intentado definir la vida política en función de las instituciones a través de las cuales se
manifiestan; por otro lado, se ha prestado atención a la actividad o comportamiento que se
plasma en esas instituciones como formas históricas particulares. Desde la primera
perspectiva, la ciencia política ha sido definida superficialmente como el estudio de las
instituciones gubernamentales o del Estado. Desde la segunda perspectiva, menos aceptada
hasta bien entrado el siglo XX, se ha definido como el estudio del poder o del proceso de toma
de decisiones.

Criterios institucionales
Se distinguen dos enfoques para describir el objeto de la ciencia política. El primero,
centrado en las instituciones gubernamentales, ha sido utilizado, pero se critica por
depender en gran medida de la intuición y carecer de formalización conceptual para
diferenciar estas instituciones de otras. Este enfoque, según algunos, limita los
esfuerzos para elevar el nivel teórico de la disciplina, quedando su contenido sujeto al
consenso generacional de politólogos. El segundo enfoque, basado en el "Estado",
tiene una historia más extensa y se remonta a los siglos XVI y XVII. Sin embargo, a pesar
de su tradición, se cuestiona su utilidad teórica y su valor para comprender la vida
política. Tras la Segunda Guerra Mundial, el uso profesional del término "Estado" ha
disminuido, siendo despojado en gran medida de su contenido y reducido a un
armazón conceptual vacío. En su lugar, ha surgido el concepto de "sistema político",
menos cargado políticamente.

Criterios funcionales
Frente a las limitaciones teóricas de los conceptos institucionales en ciencia política,
surgieron intentos de desarrollar nuevos métodos para describir las variables más
importantes. El enfoque institucional, comúnmente utilizado hasta mediados del siglo
XX, ha sido criticado por depender en gran medida de la intuición y carecer de
formalización conceptual. En respuesta, se propusieron interpretaciones que
identifican el objeto de la ciencia política como una forma de actividad,
comportamiento o función. La especificación de la función política en una sociedad
permitió a los politólogos generalizar su objeto de estudio, liberándolo de limitaciones
estructurales e institucionales variables. El concepto de "poder" ganó relevancia como
perspectiva para el análisis de fenómenos políticos, rompiendo con el método
institucional y conduciendo a una formalización conceptual funcional de la ciencia
política. Sin embargo, a pesar de su eficacia para describir las relaciones de poder entre
individuos, grupos y naciones, el poder presenta un inconveniente significativo: su
ambigüedad persistente. Se ha cuestionado si las ciencias sociales deberían abandonar
la idea de poder como concepto valioso para el análisis y la investigación, o si la
dificultad radica en la necesidad de mejorar los métodos de investigación y análisis.
La descripción de la política como estudio del poder, aunque amplia, se considera
excesivamente limitada, ya que la interacción política abarca más que el simple control
o los esfuerzos para influir mutuamente. La relación política puede involucrar otras
dimensiones que podrían descuidarse al centrarse exclusivamente en el poder. La
amplia definición del poder también plantea la posibilidad de convertir todas las
relaciones sociales en objeto de estudio político, buscando una teoría general del
poder aplicable a todas las interacciones sociales.
A pesar de los intentos de definir la ciencia política mediante conceptos como el
poder, surgen desafíos al tratar de distinguir el poder político de otras formas de poder,
como el paterno, económico o religioso. La búsqueda de un criterio viable para
identificar lo político continúa siendo un desafío.

Hacia mediados del siglo XX, una variante importante y popular en la conceptualización
de la ciencia política se centró en la adopción de decisiones como objeto de estudio. Se
argumenta que el poder adquiere significado al controlar los procesos mediante los
cuales se toman y ejecutan las decisiones públicas. Sin embargo, esta interpretación
relega el poder a un segundo plano, considerándolo simplemente como un factor
condicionante de las decisiones. La descripción de la ciencia política como el estudio de
la elaboración de políticas públicas se ha vuelto común, especialmente en la ciencia
política estadounidense. Aunque la perspectiva de la adopción de decisiones ha
penetrado en diversos campos de investigación política, su uso plantea desafíos para
diferenciar las decisiones políticas de otras esferas de la vida social. La simple
definición de la ciencia política como el estudio de la adopción de decisiones
proporciona poca ayuda para distinguir las decisiones políticas de otras decisiones
sociales. Se reconoce la importancia del punto de vista de la decisión para comprender
al menos un componente del proceso político, pero se señala que las decisiones
también son características de otras organizaciones y contextos sociales. La necesidad
de un criterio claro para separar las decisiones políticas de otras decisiones persiste, y
la conceptualización actual resulta insuficiente para abordar plenamente la diversidad
de datos que la ciencia política debería abarcar.

EL SISTEMA POLITICO
Los intentos de describir la amplia gama de temas de la ciencia política han tenido
resultados limitados. Las definiciones institucionales basadas en el gobierno y el
Estado, así como las formalizaciones conceptuales funcionales centradas en el poder y
la adopción de decisiones, no han abordado completamente las temáticas que los
politólogos intuitivamente incluirían en su disciplina.
Se reconoce que cada sistema de formalización conceptual crea sus propias
perspectivas y limitaciones. La validez de una definición formal depende de su
capacidad para ofrecer una descripción lo suficientemente general del objeto de
estudio, de modo que no excluye la temática que ha sido propia de la ciencia política
en el pasado y en el presente, y que cuente con una justificación teórica convincente.
Es fundamental que los politólogos, al igual que otras disciplinas, no identifiquen su
campo de interés específico con el comportamiento total de una sociedad. La ciencia
política, en su posición teórica, representa un nivel equivalente de abstracción en
comparación con otras disciplinas, y ninguna es "más fundamental" que las demás ni
tiene prioridad sobre ellas. En lugar de centrarse en términos como gobierno, Estado,
poder o procesos de adopción de decisiones, se sugiere identificar más
provechosamente las interacciones políticas en una sociedad como su sistema político.
El sistema político se describe como el comportamiento o serie de interacciones
mediante las cuales se toman y cumplen, en nombre de una sociedad, los repartos
investidos de autoridad o decisiones vinculantes. Esta definición ofrece un punto de
partida para configurar la ciencia política como una disciplina teóricamente autónoma
e independiente, distinguiendo el sistema político de otros sistemas de
comportamiento, como el religioso, económico, psicológico y cultural.

LOS REPARTOS DE BIENES INVESTIDOS POR LA SOCIEDAD


La escasez es un punto de partida fundamental para el análisis político, ya que no hay
suficientes bienes para satisfacer las necesidades de los miembros de una sociedad.
Diferencias y conflictos sobre bienes limitados son inevitables, y en muchos casos, los
miembros pueden negociar soluciones de manera independiente. Sin embargo, en
ciertos casos, surgen diferencias que no pueden ser resultados de manera autónoma,
lo que lleva a la creación de instituciones o procesos para imponer soluciones. En todas
las sociedades, se han ideado sistemas para regular las diferencias y coordinar los
esfuerzos de los miembros. Estos sistemas implican la adopción y cumplimiento de
decisiones que los miembros consideran vinculantes. La ciencia política se centra en el
estudio de estas interacciones, que constituyen el comportamiento del sistema
político. El sistema político se define como el conjunto de interacciones mediante las
cuales se hacen y cumplen los repartos investidos de autoridad en nombre de una
sociedad. Los repartos distribuyen valores y pueden adoptar formas formales o
informales. La clave del sistema político es la autoridad, la probabilidad de que las
decisiones sean reconocidas como vinculantes. Aunque existen otros repartos
autoritativos en organizaciones dentro de la sociedad, la ciencia política se enfoca
principalmente en aquellos que son aceptados como vinculantes por la mayoría de los
miembros de la sociedad. Se reconoce la importancia de los grupos internos en estas
organizaciones, pero se distingue como sistemas políticos organizacionales, mientras
que el sistema político social es el objeto central de la ciencia política.
AREAS RESULTANTES DE INVESTIGACION
Las áreas de investigación derivadas de la descripción del sistema político abarcarán
todas las estructuras, procesos y actividades relacionadas con la elaboración y
realización de repartos investidos de autoridad en una sociedad. Estas áreas variarán
según el tipo de sistema político y el período histórico estudiado, lo que destaca la
insensatez de describir el objeto de la ciencia política según las instituciones existentes
en un momento histórico dado.

A mediados del siglo XX, la ciencia política se centraba en estructuras y procesos


variables, desde sistemas primitivos hasta sociedades industrializadas y diferenciadas
estructuralmente. Se exploraban elementos como cámaras legislativas, órganos
ejecutivos, organizaciones administrativas, partidos y grupos de presión para
comprender quién hace los repartos, su naturaleza y cómo se llevan a cabo.

El estudio del comportamiento electoral se enfoca en identificar los problemas


alrededor de los cuales se discuten los repartos autoritativos y explicar el
reclutamiento de responsables. El derecho público examina cómo un sistema legaliza
decisiones según criterios jurídicos para que se les reconozca autoridad. La política
comparada se centra en aspectos similares de la vida política en marcos culturales y
sociales diferentes. Las relaciones internacionales se orientan hacia las instituciones y
estructuras que adoptan y ejecutan decisiones vinculantes entre sistemas políticos.

Otros temas estudiados por la ciencia política, como la filosofía política y la teoría
empírica, no quedan excluidos de la nueva definición. La filosofía política se dedica a la
valoración ética de repartos y estructuras afines, mientras que la teoría empírica busca
sistematizar procesos de investigación y ofrecer teorías generales o parciales sobre la
elaboración y ejecución de repartos autoritativos en la sociedad.

Este catálogo de temas demuestra que la nueva definición de ciencia política está en
línea con la investigación actual. Aunque los campos secundarios mencionados no son
permanentes históricamente, representan formas convenientes de dividir el campo
para investigaciones especializadas. La formalización conceptual invita a nuevas
formulaciones y desarrollos sin excluir los problemas del pasado en la investigación
política.

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