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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación superior

Universidad Experimental Simón Rodríguez

Maturín-Estado Monagas

ORIENTACION
SEXUAL
PROFESORA: ESTUDIANTE:

María Salazar Andreina López

MATURIN, 12 DE DICIEMBRE DEL 2023


INTRODUCCION

A lo largo de la historia ha sido difícil definir el concepto de «sexualidad». Se entiende por


sexualidad al conjunto de características de cada sexo o a la condición sexual propia de la
especie humana y de todos los animales y plantas que se reproducen mediante la unión de
células específicas y diversas: masculina y femenina. Otras se veces se ha entendido por
sexualidad, y ya desde el punto de vista de la especie humana, como el impulso hacia los
individuos del sexo opuesto. Impulso que en los animales reviste las características instintivas,
pero que en el hombre, por su racionalidad y por el papel que ejerce la voluntad en la
conducta, adquiere otras modalidades. Según los datos científicos, el ser humano está de tal
manera marcado por la sexualidad, que forma parte de los factores que caracterizan la vida de
los hombres. Es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, culturales,
éticos, espirituales y estructuras cerebrales, aclarando que la sexualidad va más allá de lo
puramente biológico y que está bajo la influencia de diversos elementos.

Este trabajo contiene una revisión bibliográfica acerca de la neuropsicología de la sexualidad


humana. Para comenzar, se ha considerado importante describir el desarrollo ontológico de la
sexualidad desde un punto de vista cronológico a nivel genético, gonadal, somático y
fenotípico. Desde el primer día del desarrollo embriológico de un individuo hasta su madurez,
aparecen y se desarrollan los caracteres sexuales. Durante los nueve primeros meses del
desarrollo embrionario solo se expresa el código genético por una serie de inducciones
sucesivas, moduladas y orientadas por las condiciones físico-químicas del medio interno; los
caracteres expresados de esta manera son los mismos para los individuos del mismo sexo.
Después del nacimiento, el organismo está sometido a la influencia del medio externo al cual
debe adaptarse. Desde el punto de vista de la Neuropsicología, la dimensión humana de la
sexualidad se basa en los descubrimientos estructurales y funcionales que intervienen en la
conducta sexual del ser humano. Los investigadores están cada vez más seguros de que el
órgano sexual más importante es el cerebro y es posible explicar la sexualidad humana desde
las diferencias estructurales del mismo. Estos dimorfismos encefálicos dependen de la
influencia en la fase temprana de las hormonas que actúan sobre los núcleos cerebrales que
median diferentes aspectos de la conducta sexual. Hoy en día, gracias a las técnicas de
neuroimagen se sabe que el cerebro es sexualmente dimórfico. Estos conocimientos sobre las
diferencias cerebrales de los sexos y los circuitos cerebrales relacionados con la identidad y
orientación sexual, van a posibilitar una interpretación de algunas conductas sexuales
humanas. Por ello, se analiza cada una de las estructuras cerebrales posiblemente involucradas
en la sexualidad humana y los neurotransmisores que regulan esta conducta, ya que las
hormonas y los neurotransmisores son esenciales en la atracción sexual, la elección de pareja,
el apego y la conducta sexual. Sin duda, la sexualidad es uno de los grandes temas de las
últimas décadas. Las cifras nacionales revelan una importante necesidad de que este tema sea
abordado de manera integral, científico y humano. Hoy en día comienzan a observarse los
problemas derivados de una sexualidad poco elaborada y socialmente inadecuada. Con
relación a esta cuestión, en las páginas finales se ofrece una explicación de las posibles bases
neurobiológicas del trastorno hipersexual (THS).
CONCEPTO DE SEXUALIDAD A TRAVÉS DE LA HISTORIA.

La sexualidad varía de una cultura a otra y en el contexto socio-histórico en que se desarrolla,


durante la prehistoria existieron dos etapas: la monogamia natural y la monogamia que tenía
como finalidad asegurar el patrimonio familiar. En el Antiguo Testamento, se señalan las
normas que regulaban la conducta sexual de la época. En el judaísmo, el matrimonio tenía
como finalidad la descendencia y la esposa hebrea tenía el “privilegio” de compartir los favores
del esposo con otras esposas secundarias, pero si ella era infiel era apedreada. En la cultura
egipcia el incesto estaba permitido y la circuncisión, tenía un carácter ritual en la adolescencia.
En Grecia, se toleraba la homosexualidad masculina entre adultos y adolescentes púberes
dentro de un contexto educativo. En Atenas las mujeres no podían andar solas, privilegio
exclusivo de las hetairas (prostituta fina). En la edad Media, la Iglesia refrenda el matrimonio
monógamo y declara al instinto sexual como demoníaco. En 1530 la Reforma protestante de
Martín Lutero admite el primer divorcio solicitado por Enrique VIII para separarse de Catalina y
casarse con Ana Bolena. A finales del siglo XV aparecen en Europa las enfermedades de
transmisión sexual, que fueron consideradas como un castigo celestial. Durante los siglos XVIII
y XIX o época victoriana, conductas sexuales como la masturbación, eran consideradas
inapropiadas. En 1882 apareció el trabajo de Richard Kraft-Ebing “Psychopatia Sexualis”, donde
describe compor0tamientos sexuales patológicos. Sigmund Freud (1856-1939), médico vienés,
demostró la trascendencia de la sexualidad en los individuos. Su teoría de la personalidad,
tiene como pivote el desarrollo sexual. Introdujo el término de “lívido” como la energía de la
que emanan todas las actividades de los hombres. Por la misma época de Freud, el médico
inglés Havellock Ellis publicó su obra Psychology of Sex. El describe que el deseo sexual es igual
para hombres y mujeres y refuta que la masturbación ocasionara insannia. Margaret Sanger
inició el movimiento de control de la natalidad en los Estados Unidos y entre 1922 y 1927
publicó artículos sobre la sexualidad de la mujer. Geramine Greer, feminista activa, publicó su
obra “El eunuco femenino”, que es considerada el baluarte del movimiento feminista. Alfred
Kinsey inició el estudio sistemático de la sexualidad y en 1966 Masters y Johnson publican su
libro “Respuesta Sexual Humana”, anotando que tanto hombres como mujeres tienen la
misma capacidad de respuesta sexual. El análisis histórico demuestra que el comportamiento
sexual no es simplista, ya que éste dependerá del contexto socio-histórico y cultural en que se
desarrolla.

ENFOQUE INTEGRA.

La educación sexual integral constituye un espacio sistemático de enseñanza y aprendizaje que


comprende contenidos de distintas áreas curriculares, adecuados a las edades y etapas de
desarrollo de las personas desde el Nivel Inicial hasta la Formación Docente.

Un enfoque de la Educación Integral en Sexualidad (EIS) basado en un marco de derechos que


busca equipar a las y los jóvenes con los conocimientos, aptitudes, actitudes y valores que
necesitan para determinar y gozar de su sexualidad física y emocionalmente, a nivel individual
y en sus relaciones.

La “sexualidad” se define como “una dimensión central del ser humano que incluye: el
conocimiento del cuerpo humano y nuestra relación con este; lazos afectivos y amor; sexo ;
género; identidad de género ; orientación sexual; intimidad sexual; placer y reproducción.
ASPECTOS BIOLÓGICOS QUE INTEGRAN LA SEXUALIDAD.

Comprende aquellos aspectos que desde el punto de vista físico y orgánico tienen que ver con
la expresión sexual. Se integran en ella, por tanto, distintos aparatos y órganos regidos por el
cerebro que, tras recibir información desde los órganos de los sentidos, elabora la respuesta
sexual humana.

Los órganos de los sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) son parte esencial de esta
dimensión así como la piel, que en su totalidad constituye el mayor órgano sensorial sexual y
es considerada, junto con las mucosas, un agente erógeno de importancia capital. Los órganos
genitales, que se integran en esta dimensión, a menudo han monopolizado todos los aspectos
placenteros de la sexualidad en detrimento del placer proveniente de otras zonas corporales
como la piel. Esto, que es muy evidente en el hombre, no lo ha sido tanto para la mujer, en
quien se reconoce una gran sensibilidad de las zonas no genitales (piel y mucosas sobre todo),
lo que la hace más sensible a estímulos táctiles como besos y caricias.

La piel, en su totalidad, constituye el mayor órgano sensorial sexual y es considerada un agente


erógeno de capital importancia.

Cuando el encuentro amoroso avanza y se llega a la fase de excitación, las sensaciones


provenientes de los órganos de los sentidos influyen de manera distinta en cada uno de los
sexos. Los estímulos auditivos favorecen la excitación sexual de la mujer sutilmente más que
en el hombre, mientras que en éste juegan mayor papel los visuales.

También se integran en esta dimensión biológica las cuestiones relacionadas con el desarrollo
sexual y sus diferentes etapas, que comprenden toda la vida. Desde el nacimiento, la infancia,
la pubertad, el tiempo en el que se inicia la capacidad de procreación y hasta cuando ésta se
pierde se sigue viviendo como ser sexuado. Integra también los distintos aspectos relacionados
con la respuesta sexual humana, que es posible gracias a la implicación de diferentes sistemas
de nuestro organismo (nervioso, endocrino y vascular).

El sexo asignado al nacer (también llamado sexo biológico) es una etiqueta que te ponen al
momento de nacer, según ciertos factores médicos como tus hormonas, cromosomas y
genitales. A la mayoría de personas se les asigna el sexo masculino o femenino.

ASPECTOS PSICOLÓGICOS DE LA SEXUALIDAD.

La sexualidad es la serie de fenómenos emocionales y de conducta relacionados con el sexo


opuesto de una persona. El aspecto psicológico de la sexualidad incluye la forma como la
persona se asume como hombre o mujer (identidad). Tiene que ver con las emociones y el
desarrollo de los afectos. Así pues, la dimensión psicosocial de la sexualidad conjuga factores
psicológicos (emociones, ideas, actitudes personales) con factores sociales (influencia del
entorno social) y su evaluación es muy importante porque con ella se puede explicar el origen
de numerosos trastornos sexuales.

Es la forma en que cada individuo retoma y reproduce todo lo que su sociedad le enseñó que
debe hacer o como debe actuar, ya que la sociedad suele tener muchas expectativas de cada
sujeto, según sea su sexo. En consecuencia, estos aspectos no quedan fuera del individuo, sino
que los interioriza, los hace propios hasta que coinciden con su forma de pensar y de sentir.

LA IDENTIDAD DE GÉNERO MASCULINA Y FEMENINA

 Sexo biológico: Características biológicas y físicas usadas típicamente para asignar el


género al nacer, como son los cromosomas, los niveles hormonales, los genitales externos
e internos y los órganos reproductores.

 Género: Construcción social, cultural y psicológica que determina el concepto de mujer,


hombre y de otras categorías no binarias o normativas. Es la conceptualización de nuestra
identidad y comportamientos.

 Identidad de género o identidad sexual: Es la percepción y manifestación personal del


propio género. Es decir, cómo se identifica alguien independientemente de su sexo
biológico. La identidad de género puede fluir entre lo masculino y femenino, no existe una
norma absoluta que lo defina.

ASPECTOS SOCIALES Y ECONÓMICOS.

Aspectos sociales: La sexualidad es parte fundamental para el desarrollo humano, fomenta


una personalidad propia y la creatividad del individuo, la sociedad impone normas morales que
promueven o limitan este desarrollo, que impacta en el desarrollo de la comunidad.

La sexualidad, que con frecuencia se enmarca en las relaciones genitales, tiene una
significación más amplia, que incluye formas de pensar, sentir y actuar de cada persona, desde
su nacimiento hasta su muerte, la forma en que se ve el mundo y la forma en que el mundo ve
a las personas. Es una parte de nuestra personalidad e identidad; o sea, el aspecto psicológico
de ésta, y una de las necesidades humanas que se expresan a través del cuerpo; constituye un
elemento básico de la feminidad o masculinidad, de la autoimagen, de la autoconciencia, del
desarrollo personal, y estimula la necesidad de establecer las relaciones interpersonales. El
aprendizaje de la sexualidad comienza en el nacimiento. En este proceso se requieren dos
factores: el individuo mismo, quien va a aprender, (que ofrece un potencial psicológico, dentro
de un marco genético) y el medio ambiente, que va a orientar, moldear y definir su proceso de
aprendizaje con una resultante: la persona y sus conductas. Las normas sociales que rigen la
expresión de la sexualidad varían con el tiempo, la cultura y las circunstancias; existen
comportamientos sexuales que en el pasado o en algunas sociedades están bien considerados
y que pueden ser rechazados en otras. Sin embargo, es conveniente aclarar que en la
sexualidad no existen normas, sino formas diferentes de expresarla.

El tema de la sexualidad es tan amplio como el propio pensamiento humano; es por ello que,
dada su variedad e importancia, en este trabajo destacamos aquellos aspectos sociales más
relevantes que se constituyen como los principales objetos de estudio de la ciencia en la
actualidad
Aspectos económicos: Las personas de menor estado socioeconómico declaran estar menos
satisfechas sexualmente, lo cual sucede especialmente en el caso de las mujeres, a las que
parece influirles más dichos factores.

LA SEXUALIDAD Y SUS CLASES SOCIALES.

Antes que un medio de dominación económica y política, el establecimiento del dispositivo de


sexualidad revela la autoafirmación de una clase, la autoproducción de un cuerpo diferencial,
una autosexualización, la autogeneración de un cuerpo de clase. Del mismo modo que la
nobleza se da la sangre, para distinguirse corporalmente, la burguesía de adjudica el sexo
como singularidad por medio de prescripciones médicas, biológicas y eugenésicas que tienen
por centro, el sistema herencia-perversión.

La burguesía del siglo XVIII, se afirmará a sí misma, y con ello a todo su proyecto económico y
político, lo que explica su hegemonía, no sólo por ideología o conciencia de clase, sino
físicamente al autoproducirse y autovalorarse como cuerpo sexual, conforme a un modelo de
salud y fuerza, a una scientia sexualis.

La sexualidad sana, es la realización de una técnica racista de poder de la burguesía, como


parte de una estrategia general de protección, expansión, proliferación y conservación de su
dominio político y económico. El cuerpo propio de la burguesía es el cuerpo sexual que se
autoproduce a través del dispositivo de sexualidad y que se prolonga —en dinámicas de
conflicto y resistencia—, a las clases populares a partir del siglo XIX, de la mano con la
hegemonía del orden burgués.

Según Foucault, si la sexualidad consiste en los efectos que sobre los cuerpos, las conductas y
las relaciones sociales induce un dispositivo complejo de saber-poder-placer, una tecnología
política de dominación, entonces, o bien existen sexualidades de clase o bien la sexualidad
pertenece sólo a la formación histórico-social de la burguesía.

En cualquier caso, la teoría de la represión sexual que está en relación con el despliegue
imperativo del dispositivo de sexualidad, lo justifica en tanto subordina el sexo a la ley, pero lo
critica en cuanto a los grados de la represión. Para Foucault, la liberación sexual propiciada por
la hipótesis represiva ha transcurrido sin que se modifiquen las estructuras políticas y sociales
de dominación.

En la analítica foucaultiana, el principio productivo del dispositivo de sexualidad, en lugar del


represivo, se asienta en ciertas transformaciones del poder soberano, cuya formulación clásica
hay que buscarla en la teoría del Estado —el Leviatán— de Thomas Hobbes. El supremo
derecho de este poder, es el de matar o dejar vivir, que se simboliza en la espada. A partir del
siglo XVII, la potestad de dar la muerte, que forma parte de la representación jurídico-
discursiva del poder, se subordinará a nuevos mecanismos que exceden el estado de derecho
puro y cuyas funciones se aplican a administrar la vida en cuanto mera biología y ya no, como
existencia jurídica. El derecho de matar no desaparece sino que se redefine como el
complemento de un poder que ahora se ejerce sobre la población, a la que hace vivir o expulsa
hacia la muerte, por medio de mecanismos de control y vigilancia, de incitación y
multiplicación, de supervivencia y organización.
Este poder sobre la vida humana, para el cual la muerte es el límite de su ejercicio, se
establece sobre el cuerpo concebido como máquina y, luego, en el siglo XVIII, como especie
biológica; el primero se somete a las técnicas disciplinarias, el segundo a los controles de una
biopolítica. Alrededor de tales polos y sus instituciones se construye un biopoder anatómico y
biológico, que tiene por finalidad estratégica la administración total de la vida, y del cual el
dispositivo de sexualidad realiza una de sus principales articulaciones de invasión de lo
viviente.

La aparición de este nuevo diagrama de control biopolítico, pone de manifiesto, la situación


estratégica de una sociedad que ha transitado, de la simbólica aristocrática de la sangre, a la
analítica burguesa de la sexualidad.

ASPECTOS CULTURALES: LOS PAPELES SEXUALES

Una vez que se identifica el sexo y se establece el género (masculino o femenino), la sociedad y
la cultura se encargan de asignar a hombres y mujeres comportamientos, valores y roles para
unos y otras. Es por ello que desde que nacen, ambos desarrollan diferentes conductas,
habilidades, necesidades y experiencias.

Cada persona nace ya sea con el cuerpo de una niña o con el cuerpo de un niño. Las diferencias
físicas determinan el sexo de una persona.

El papel sexual de una persona se refiere a la manera en que una comunidad define lo que
significa ser mujer o hombre. Cada comunidad espera que las mujeres y los hombres parezcan
y sientan de ciertas formas y que piensen y actúen de ciertas maneras, simplemente por el
hecho de ser mujeres u hombres. Por ejemplo, en la mayoría de las comunidades, se espera
que las mujeres preparen la comida, que acarreen agua y junten leña, y que cuiden a sus hijos
y a su compañero. En cambio, muchas veces se espera que los hombres trabajen fuera del
hogar para mantener a sus familias y también a sus padres, y que defiendan a sus familias
contra los peligros.

Al contrario de las diferencias físicas entre los hombres y las mujeres, los papeles sexuales son
creaciones de la comunidad. Algunas actividades, como lavar y planchar la ropa, están
consideradas como 'trabajo de mujer' en muchas comunidades. Pero otras actividades varian
de un lugar a otro, dependiendo de las tradiciones, las leyes y las creencias de cada
comunidad. Los papeles sexuales pueden variar dentro de la misma comunidad, con el nivel de
educación, estatus social o la edad de una persona. Por ejemplo, en algunas comunidades se
piensa que las mujeres de ciertas clases deben hacer trabajo doméstico, mientras que otras
mujeres tienen mayores opciones en lo que se refiere a su trabajo.

Los papeles sexuales son transmitidos por los adultos a los niños. Desde que sus hijos son muy
pequeños, los padres tratan a los niños de manera diferente que a las niñas—a veces sin darse
cuenta. Los niños observan a los adultos cuidadosamente y notan cómo se comportan, cómo
se tratan entre sí y qué papeles juegan en la comunidad.

Al ir creciendo, los niños aceptan estos papeles porque quieren complacer a sus padres y otros
adultos y porque estas personas tienen más autoridad en la comunidad. Estos papeles también
ayudan a los niños a entender quiénes son y qué se espera de ellos.
A medida que el mundo va cambiando, los papeles sexuales también cambian. Muchos
jóvenes no quieren vivir de la misma manera que sus padres o abuelos. Puede ser difícil hacer
un cambio, pero en la lucha de las mujeres y los hombres para redefinir sus roles de género,
también pueden mejorar su salud sexual.

CUANDO LOS PAPELES SEXUALES SON DAÑINOS

Si una mujer cumple con los papeles que la comunidad le ha asignado, puede que ella sienta
satisfacción y aceptación. Sin embargo, esos papeles también pueden limitar las opciones de
esa mujer, y hacer que ella se sienta menos valorada que un hombre. Cuando eso sucede,
todos se perjudican: la mujer, su familia y la comunidad entera.

En la mayor parte del mundo, se espera que las mujeres sean esposas y madres. A muchas
mujeres les agradan estos papeles, pues pueden llenarlas de satisfacción y elevar su nivel en la
comunidad. Otras mujeres preferirían dedicarse a sus propios intereses, pero sus familias y sus
comunidades no les dan esa opción. Si se espera que una mujer tenga muchos hijos, ella
tendrá menos tiempo de ir a la escuela o de capacitarse de otras formas. Ella gastará la mayor
parte de su tiempo y de su energía satisfaciendo las necesidades de otras personas. O, si una
mujer no puede tener hijos, puede que su comunidad la valore menos que a otras mujeres.

La mayoría de las comunidades valoran más el trabajo del hombre que el trabajo de la mujer.
Por ejemplo, puede que una mujer trabaje todo el día y luego cocine, haga la limpieza y cuide a
sus hijos de noche. Pero como al trabajo de su esposo se le da mayor importancia, ella se
preocupa por el descanso de él y no por el suyo. Sus hijos crecerán pensando que el trabajo del
hombre es más importante, y valorarán menos a las mujeres.

MITOS Y CREENCIAS SEXUALES QUE SON FALSOS

1. EL TAMAÑO DEL PENE NO TIENE NADA QUE VER CON LA CALIDAD DEL SEXO.

Cuando se trata del sexo que involucra un pene, el placer sexual no se determina únicamente
por el tamaño del pene ya que la profundidad de la penetración es solo uno de los muchos
factores que importan cuando se trata del placer - y de los orgasmos. Los besos, las caricias, y
la estimulación de todas las zonas erógenas (que, no solo se encuentran en los genitales)
tienen mucho que ver. Mejor dicho, como se dice por ahí, “no importa el tamaño del barco,
sino cómo se mueve la marea”. Y, además, el placer y la satisfacción sexual dependen también
de otras cosas, como la conexión emocional, la comunicación, el consenso y si tienes una
relación sana con tu pareja, entre otras.

2. HABER TENIDO MUCHAS PAREJAS SEXUALES NO SIGNIFICA QUE UNA PERSONA SEA
“PROMISCUA”.

El número de parejas sexuales de una persona no determina su valor ni su carácter. Es una


elección personal, y mientras que todas las actividades sexuales hayan sido realizadas con
consentimiento libre, la cantidad de parejas sexuales que tu pareja haya tenido antes de estar
contigo, no es asunto tuyo.

3. LAS MUJERES DISFRUTAN DEL SEXO TANTO COMO LOS HOMBRES.


El deseo y el disfrute sexual varían de una persona a otra. Las mujeres experimentan placer
sexual y hay muchas que tienen un fuerte deseo sexual, pero, históricamente, se les ha
permitido menos expresar o mostrar su deseo sexual. Por lo general, los hombres logran
excitarse rápidamente y las mujeres requieren de más estímulos para lograrlo. Por lo tanto,
cada persona vive su sexualidad de manera diferente y única, independientemente del género.

4. NO SE PUEDE SABER SI ALGUIEN TIENE UNA ETS POR SU ASPECTO.

La mayoría de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) no presentan síntomas visibles.


Son infecciones que se contagian de una persona a otra usualmente durante el sexo vaginal,
anal u oral. Por eso, es importante hacerte exámenes regularmente sin importar si tienes
síntomas de las ETS o no. Sin tratamiento, las enfermedades de transmisión sexual pueden
causar serios problemas de salud. Las pruebas son la única forma de saber si tienes alguna con
seguridad. Es importante practicar sexo más seguro y hacerte pruebas de detección
regularmente.

5. AMBAS PERSONAS NO TIENEN QUE LLEGAR A LA VEZ

Aunque esto de llegar a la misma vez se ve representado mucho en las películas románticas o
el porno, muchas veces no sucede así. El orgasmo es una descarga de energía que tiene un
impacto positivo en todo el sistema nervioso y que cada persona siente de diferente manera.
Lo más probable es que las personas consigan orgasmos a destiempo, esto no necesariamente
lo hace más o menos placentero y no significa que haya algo mal contigo o con tu pareja.

6. NO VAS A “PERDER TU VIRGINIDAD” AL USAR UN TAMPÓN.

La virginidad es un concepto social y cultural que tiene diferentes significados dependiendo de


las creencias de cada persona, ya que “tener sexo por primera vez” puede significar muchas
cosas diferentes. En algunas culturas, las personas le dan mucha importancia al himen, el
tejido delgado y carnoso ubicado en la abertura de la vagina. Creen que si su himen está
abierto no son vírgenes. Pero la apariencia de tu himen en verdad no significa nada.

Hay personas que nacen con el himen naturalmente abierto. Además, hay muchas actividades
que no tienen que ver nada con el sexo que pueden hacer que el himen se estire y abra, como
hacer ejercicio, montar bicicleta, o usar tampones. Así que tener himen y ser “virgen” son
cosas diferentes.

7. LA MASTURBACIÓN NO ES DAÑINA PARA TU SALUD.

La masturbación es una práctica sana, normal y segura. Es una buena forma de conocer tu
propio cuerpo y ayudarte a conocer lo qué te gusta sexualmente. La mayoría de las personas
se masturban. La masturbación puede ser buena para ti y para tu pareja, y también si desean
practicarla cuando están juntos.

8. SÍ PUEDES QUEDAR EN EMBARAZO SI TU PAREJA SOLAMENTE PONE “LA PUNTITA” EN TU


VAGINA.

Tus chances de quedar en embarazo no tienen nada que ver con qué tanto del pene entró en
tu vagina. Pero si tiene TODO que ver con si algo de semen cayó dentro de tu vagina o
alrededor de tu vulva. Incluso, aunque tu pareja no haya eyaculado (no se haya venido) cerca
de tus genitales, existe la posibilidad de quedar en embarazo con el líquido pre-eyaculatorio.
Si no quieres quedar en embarazo, usa condón cada vez que tengas sexo, y empieza a usarlo
desde antes de que haya cualquier contacto de pene y vagina.
CONCLUSION

Podemos lograr perfectamente comprender la importancia que tenemos en este momento, en


el cual muchos formamos parte del entorno de niños y niñas, ya que somos responsables
directos de la formación de personalidad e identidad de género de estos, pues, pasamos a ser
sin pretenderlo conscientemente, modelos establecidos para ellos y ellas, y debido a esto el
cuidado que debemos tener de no estereotipar los roles sexuales para evitar limitar el
desarrollo de sus potencialidades y por ende, inhibir las ganas de aprender.

La libre expresión de la sexualidad humana se sustenta en el reconocimiento y respeto a los


derechos humanos universales y a las garantías individuales y sociales establecidas en la
Constitución Política de Nicaragua, los convenios, pactos y tratados internacionales suscritos y
ratificados por el Estado.

Se propone una educación de la sexualidad que asegure la salud el bienestar, el desarrollo


integral y el mejoramiento de la calidad de vida de las personas y la sociedad.

Muchas chicas y muchachos tienen una información limitada y errónea sobre sexualidad, las
relaciones sexuales y la reproducción, aun cuando a la edad de 14 años o menos algunas/os ya
estén involucrándose en actividades sexuales o se les haya forzado a tenerlas.

Importante aplicar de forma sistemática programas de educación sexual desde la educación


infantil.

Las acciones formativas representan una oportunidad única para la educación integral de la
sexualidad.

La sexualidad puede entenderse como la integración de la reproductividad, el género, la


vinculación afectiva y el erotismo.

La educación integral de la sexualidad se caracteriza por un abordaje científico y gradual de la


labor educativa en sexualidad.

La salud sexual se identifica por el ejercicio y respeto de los derechos sexuales.

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