UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Cuántica para todos y para todo

Juan Diego Báez Zabala
CC. 1007106824
Relatoría Agujeros Negros Cuánticos

Los agujeros negros son uno de los misterios físicos más grandes del Universo que han

logrado llamar la atención de muchas personas del mundo científico a lo largo de la historia,

desde que Einstein en su teoría de la relatividad teorizó su existencia como un punto tan denso

que el espacio-tiempo se curvaría tan drásticamente que incluso la luz a la velocidad máxima del

universo sería incapaz de salir de ellos.

Desde los inicios de la física se habían hecho varias investigaciones acerca de las bases

necesarias para obtener evidencia observacional de un agujero negro, pues si bien se veía en las

ecuaciones de la relatividad e incluso antes con Newton en la física clásica, no se concebía cómo

algo así podía existir. Para ello primero fueron necesarios la ley gravitacional propuesta por

Newton, que la luz tenía una velocidad finita, lo que significaba la velocidad de escape de un

cuerpo con atracción gravitatoria y la imagen corpuscular que poco a poco se fue formando de la

luz; una vez obtenidos estos datos y evidencias, Laplace y otros astrónomos calcularon que la luz

no podría escapar de un cuerpo que tuviese la misma densidad del sol, pero un radio 500 veces

superior, esta idea, absurda para la comunidad científica fue abandonada. No fue sino hasta que

Bessel demostró que Sirius (la estrella más brillante) tenía un compañero que afectaba su

movimiento, años después se demostró que existía un cuerpo compacto llamado Sirius B, ése fue

el inicio en la búsqueda de cuerpos súper densos en el firmamento.

Actualmente hay varios procesos cuánticos y otros tantos explicados por la relatividad

especial que van desde el nacimiento de los agujeros negros (el colapso de estrellas gigantes y

los agujeros negros supermasivos) pasando por los sucesos que se teorizan ocurren dentro y fuera

del agujero negro hasta su posible final luego de trillones de trillones de años.
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Juan Diego Báez Zabala
CC. 1007106824
Primero los fenómenos físicos que explican la velocidad de la luz en el vacío y el límite que

significa para el Universo y la materia, que poco a poco también fue variando por el cómo se

concebía la luz, hasta finalmente la clasificación del fotón, que presenta tanto propiedades de

onda como corpusculares. Luego de ello la relatividad (y después la cuántica) explicó cómo es

que se crea el pozo gravitacional que, con el colapso de las estrellas termina formando una

singularidad y aún así, la singularidad y todo lo que pasaba dentro eran inexplicables para la

relatividad, por lo que fue necesario buscar explicaciones en otras teorías. Pasando por la

teorización en los viajes en el tiempo que violarían las leyes de causalidad del espacio-tiempo, la

explicación de la pérdida de información una vez superado el horizonte de sucesos y lo extraño

que se vuelve el mundo físico y cuántico en presencia de un agujero negro. Todo esto para

Einstein y la relatividad era increíble y a pesar de lo que decían las ecuaciones, siempre estuvo

en desacuerdo con el planteamiento de todos estos fenómenos.

Con la llegada de Hawking y las formulaciones que hizo fue posible entender y dar

explicación a varios procesos de los agujeros negros y uno de sus mayores aportes consistió en el

planteamiento de la radiación de Hawking, que explicaba cómo en el vacío se generan

constantemente pares virtuales de partículas y antipartículas que se destruyen entre sí,

manteniendo las leyes de conservación de la energía; pero que, en presencia de un agujero negro

una de ellas caería dentro de éste y otra saldría hacia el espacio exterior, desde el punto de vista

de un observador, el agujero negro empieza a ‘evaporarse’ lo que termina en el fin de la prisión

más grande del Universo, los agujeros negros.

Si bien en el 2020 se logró tener la primera “imagen” de un agujero negro aún quedan

misterios y paradojas que todavía constituyen el reto de responder para los científicos.