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A MODO DE ÍNDICE
[La numeración de epígrafes se corresponde con los del Libro de Dirección del
Departamento de Dirección Escénica].
2.4.3. El Para qué: finalidad o misión para el que esa obra fue creada.
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[Recordad que este índice se refiere solo al apartado del análisis sincrónico,
siendo esta la totalidad de los apartados:
I. Información y documentación
II. Análisis sincrónico
III. Análisis diacrónico]
GLOSARIO
1. El CÓMO: la forma
Argumento
[Por ser un término polisémico en la terminología teatral y literaria, según las
diferentes épocas y poéticas, nosotros/as en este curso no lo utilizaremos en el
análisis de textos dramáticos. Utilizaremos la dicotomía fábula-trama, pero sin
olvidar que “el vínculo entre fábula y argumento proporcionará la clave de la
dramaturgia” (Pavis, p. 1981)].
Fábula
Tiene diversas acepciones. Nos apoyaremos en esta: es “el establecimiento
cronológico y lógico de los acontecimientos que constituyen el armazón de la
historia representada” (Pavis, p. 198). La fábula puede ser entendida como el
material de la historia representada.
Trama
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Patrice Pavis, Diccionario del teatro. Dramaturgia, estética, semiología.
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“Se elabora a partir de la fábula, pero según el orden en el que los acontecimientos
son abstraídos por el lector y/o espectador. […] La trama impone una estructura
del relato” (Javier Mateo2, p. 39).
Cadena de hechos
Es la sucesión de acontecimientos de una obra. Las acciones de la obra van
marcando una trayectoria, tienen una intención progresiva. Establecer la cadena de
hechos nos desvelará cuál es el eje de la acción y qué motivos la originan (Javier
Mateo, p. 42).
Acción dramática
Es el elemento que permite pasar lógica y temporalmente de una situación a otra.
Es la serie lógico-temporal de las diferentes situaciones (Patrice Pavis, p. 21).
Crea el eje del relato, a partir del cual debemos interpretar la historia. El análisis
debe centrarse en definir las acciones principales de la obra para observar cómo
entre ellas se establecen vínculos significativos (Javier Mateo, p. 41).
Estructura interna
Es la forma de componer la historia. Podemos considerar que hay dos tipos de
construcción dramática (V. Klotz): estructura cerrada y estructura abierta. a)
Estructura cerrada: también llamada lineal, vertebrada, ortodoxa o clásica. En ella la
acción debe cumplir con dos exigencias fundamentales: unidad (que la acción sea
una sola, o bien una principal a la que se subordinan otras secundarias) e integridad
(que la acción sea entera o “acabada”, con principio, medio y fin). (Javier Mateo, p.
44 y 45).
b) Estructura abierta: también llamada algebraica o invertebrada. En el caso de
que la fábula no siga forzosamente el orden en el tiempo, o la secuencia
lógica causa-efecto. (Javier Mateo, p. 47).
Estructura externa
Es la división en actos, escenas y motivos (en la dramaturgia clásica), o en cuadros
(en la dramaturgia épica), son dos modos de aproximación a la materia dramática.
En el primer caso, se hace en función de la curva del conflicto (planteamiento, nudo
y desenlace). En el segundo caso, es lineal. (Javier Mateo, p. 43).
Lenguaje
Para el estudio del lenguaje en el texto dramático-literario tenemos en cuenta
principalmente tres cuestiones (Javier Mateo, p. 58 y 59).
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Apuntes de clase del profesor Javier Mateo: Tema 3. Del texto al espectáculo (I). El
trabajo del director anterior a los ensayos.
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a) La palabra se ve enriquecida por múltiples significados, cumpliendo una
función polisémica; y a veces una función retórica, apoyada por el uso de un
lenguaje bello e idealizado (destacamos aquí la utilización de las figuras
literarias, cuyo listado adjuntamos como anexo). [Esto se relaciona con una
de las funciones posibles del lenguaje, la función poética (crear belleza en sí
mismo, en la totalidad del texto dramático o en algunos pasajes)].
Diálogo
La palabra teatral, incluso en el monólogo, es una palabra dialogada que genera la
acción. Al estudiar la técnica del diálogo nos fijamos en (Javier Mateo, p. 59):
Cinco formas de diálogo (véase: Javier Mateo, p. 60; y apuntes de clase: García
Barrientos).
Didascalias
Véase: Javier Mateo, p. 63
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Acotaciones
Véase: Javier Mateo, p. 63
Espacio
Apuntes de clase (García Barrientos). También hay información en: pp. 64-68
apuntes de Javier Mateo.
Tiempo
Apuntes de clase (García Barrientos). También hay información en: pp. 64-68
apuntes de Javier Mateo.
Género
Listado de géneros
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. La Tragedia y la Comedia (géneros mayores o puros), los cuales irán
evolucionando y de sus mezclas surgirán otros dos:
. la Tragicomedia (Renacimiento) y el Drama (XVIII). (Géneros intermedios). . El
Drama Satírico, la Farsa, el Auto Sacramental, el Melodrama y el Vodevil. (Géneros
menores).
. Otros más específicos en nuestro país son: el Entremés, el Sainete, el Drama
Litúrgico, etc., y fuera de nuestro país los Mask, los Interlude, las Pastourelles,
etc.
. Por último, entre los géneros musicales destacamos: la Ópera, la Opereta, el
Musical y el Cabaret, y más concretamente en nuestro país, la Zarzuela y la
Revista Musical.
semántico) Introducción
La forma estructural sirve eficazmente a la ideología, y por ello, para el
estudio del significado seguiremos la noción de estructura significativa de
Goldman. Dicha noción se basa en la coherencia interna que la obra
necesariamente debe establecer a partir del conjunto de relaciones entre los
diferentes elementos que la constituyen, y fundamentalmente, entre el contenido
y su forma (Javier Mateo, p. 71).
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• Permanecer invisible detrás de los personajes.
• Situarse “a la vista”, mediante la utilización de elementos épicos, rompiendo
de esta forma tanto la ilusión como la creencia en la presentación objetiva y
exterior de los elementos.
Para analizar cómo el autor organiza la visión del mundo, seguiremos los modelos
de sistemas estructurales que establecen Agustina Aragón, por un lado, y Juan
Antonio Hormigón, por otro. Podemos distinguir:
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[…] En este tipo de obras se pretende que el lector-espectador llegue a
liberarse de la propia obra y de su relación causa-efecto (que es característico del
régimen narrativo donde el espectador sale con la lección bien aprendida), para
lograr una interpretación activa del texto. Aquí el espectador observa, pero, sobre
todo, selecciona, compara e interpreta gracias a que se le ofrece esta posibilidad. El
director de escena o creador no debe imponer una visión al espectador unívoca,
sino que tiene que intentar «hacer pensar» la visión. El teatro discursivo, como
teatro emancipador (de lucha antagónica que contradice las estructuras de
dominación), pretende provocar en la sociedad «una correlación de fuerzas que dé
lugar a una acción revolucionaria del espectador». Es decir, tiene la pretensión de
efectuar una transformación social.
• Modelo asociativo
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b) La temática: determinación, jerarquía, e idea controladora.
Introducción
Todas las grandes obras presentan una realidad que nos permite conocer en
profundidad la atmósfera espiritual de una época determinada, el conjunto de
pensamientos, ideas, creencias, costumbres y sentimientos propios de esa época y
ver cómo estas se relacionan con nuestro presente.
Determinación de la temática
Los temas son elementos del contenido (motivos) donde reposan las ideas
centrales, las imágenes y el discurso de la pieza.
Podemos considerar que los temas son eternos y que la dramaturgia (ya sea
novelesca, dramática o cinematográfica) se ha encargado básicamente en repetir
una y otra vez los mismos asuntos. Hay incluso quienes reducen los temas
únicamente a dos, la vida y la muerte, o tal vez tres, el amor. El resto, no serían sino
una derivación de éstos [(Juan Rulfo, El desafía de la creación)].
En nuestro análisis, estudiar el contenido de una obra nos permite
interrelacionar/descifrar la manera en que el autor ha insertado los temas y los
motivos en la fábula, e incluso para qué lo ha hecho así (Javier Mateo, p. 76).
Jerarquía
Para plantear (o acceder) al tema principal de una obra Peter Brook nos
aconseja leer el texto como un todo: obtener una lectura orgánica del mismo. Así,
el trabajo dramatúrgico tratará de determinar globalmente la temática del texto
para distinguir y separar, a través de sus motivos, los temas principales de los
secundarios, y clasificarlos jerárquicamente hasta lograr descubrir aquel o
aquellos que intensifican el significado de la obra hasta llegar a alcanzar una
dimensión simbólica.
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dentro del texto como un elemento unificador. Estas recurrencias aparecen en el
texto en forma de repeticiones, reiteraciones, variaciones, transformaciones,
anáforas...).
Una vez averiguadas esas isotopías las reagrupamos y jerarquizamos por las
que consideremos más significativas, estableciendo temas, subtemas y motivos,
hasta lograr observar bajo qué tema central la obra se expande relacionando el
resto de contenidos y atrayendo y condensando todos los elementos formales
esenciales. De esta forma, nos permitirá al mismo tiempo desechar lo accesorio, es
decir, aquello que no significa o no añade nada significativo al conjunto. Es un
punto de anclaje, ya que el tema establece un orden de prioridades, una jerarquía
en la información, e impone un punto de vista o una perspectiva desde donde
interpretar la obra
Idea controladora
• “De cómo el amor juvenil es aniquilado por la vieja sociedad” (Romeo y Julieta,
de W. Shakespeare)
• “De cómo el deseo de hacer justicia lleva a Edipo a descubrirse a sí mismo
como culpable” (Edipo Rey, de Sófocles)
• “De cómo el augurio y la ambición empuja al noble Macbeth hacia el mal” o
“cómo el mal, una vez que atrapa a Macbeth, le impide salir de él”.
(Macbeth, de W. Shakespeare).
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c) Los personajes: tipología, discurso y funcionalidad. Conflicto y objetivos.
Introducción
Dice Pilar EZPELETA que «el personaje es, con toda posibilidad, el elemento
esencial donde se articulan las poéticas del texto y de la representación».
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funcional nos servirá para conocer para qué están, y el punto de vista
constitutivo nos servirá para saber cómo son). (Javier Mateo, pp. 102-103).
Para futuros análisis, no dejar de ver las páginas mencionadas arriba. Para el
presente curso seleccionaremos solo el presente apartado]:
a) Los personajes como modelos ideales de personas. ¿Cómo son? (p. 110-117,
Javier Mateo):
1. Grados de caracterización:
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2. Tipos. Según diferentes clasificaciones:
O bien:
• Arquetipo (Edipo, Fausto, Don Juan), Tipo (Galán, Arlechino), Estereotipo
(Juan Rana, el Criado pícaro), Carácter (Harpagón), y Psicológico (Nora,
Vania, Loman)
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Secundarios A través de las situaciones dramáticas y de las relaciones con el resto de
personajes.
Pero de entre toda esta variedad de conflictos, sin duda el más valorado
dentro de la estructura narrativa es el conflicto principal, ya que requiere todo un
nudo o desarrollo para comprender su complejidad, y además necesita de un final
para develar la incógnita primordial. Es el conflicto que tiene vinculación directa
con la resolución, que responde a la trama y que lleva al protagonista al lugar
espacial-temporal de enfrentamiento con su antagonista.
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3. El PARA QUÉ: función o finalidad
El concepto de función se relaciona con el de finalidad que la obra persigue,
es decir, el resultado que el autor quiere provocar con su obra en el
lector/espectador […].
Es cierto que cada autor expresa, a través de los temas, su propia visión del
mundo. Por eso Ubersfeld considera que el teatro es siempre una práctica ideológica e
incluso, con gran frecuencia, una práctica política. La filtración de la ideología en la
dramaturgia, y en los temas escogidos, posibilita descubrir en el autor cuál es su
visión de la naturaleza, del hombre, y de la sociedad.
[Anisenko (Apuntes sobre Shakespeare) diferencia el TEMA de una obra (de qué
trata) de la IDEA (pensamiento fundamental del autor expuesto en la obra: lo que
le hizo escribirla).
a) El Tema es concreto, objetivo, ya que se puede localizar en el espacio
(lugar de la acción) y tiempo. Responde a “¿Cuándo?” y “¿Dónde?”. b) La
Idea es abstracta y subjetiva. Representa las reflexiones del autor respecto a
la realidad expuesta pasada por el filtro del director (es más una
herramienta interpretativa que pertenece a la lectura escénica de la obra que
a la del propio autor)].
Ahora bien, muchas veces es una tarea bastante compleja delimitar con total
seguridad qué idea o intención se encierra detrás de cada obra, ya que muchas
veces la ideología se presenta dispersa en el texto. Según UBERSFELD no hay en el
texto una voz privilegiada de la ideología dominante, ya que por naturaleza el
teatro es descentralizado, conflictual y contestatario. Tal vez, por este motivo, el
autor no es del todo consciente de lo que quiere decir e incurre muchas veces en
contradicciones: «los secretos del autor siempre esconden otros secretos detrás de sus
secretos» (U. ECO).
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dramaturgo sabía lo que hacía, y sobre todo, debe extraer sus propias conclusiones
al analizar una obra. (Javier Mateo, p. 131-134).
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