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En forma preliminar, destaco que arriba firme a esta instancia que el vínculo se
extinguió por voluntad de la parte demandada mediante CD enviada el día 26/06/2015,
así como también que la acción impetrada por el Sr. Damián Rubén Ávila fue conciliada
conforme surge de acuerdo de fs. 477 homologado a fs. 478.
Siendo ello así, tampoco resulta un hecho controvertido que la relación laboral se
extendió desde el 20/04/2004 al 26/06/2015, que el distracto devino incausado,
injustificado y -en definitiva- arbitrario (cfr. Art. 245 LCT), y que la demandada abonó
en concepto de liquidación final e indemnización la suma de $283.415,80 en (fs. 16).
Sentado ello, por una cuestión de método expositivo, daré tratamiento a los
agravios planteados por la parte actora en el orden que se expondrá a continuación para
una mejor comprensión de las cuestiones debatidas ante esta instancia.
Al respecto, y luego de evaluar a la luz de las reglas de la sana crítica (cfr. Art.
386 CPCCN) las probanzas arrimadas a la causa, me anticipo a señalar que –en lo
sustancial- le asiste razón al accionante.
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Así, en orden al planteo en el cual se controvierte el rechazo de las diferencias
salariales emergentes de la baja en la escala comisional por rótulo, por la suba de
objetivos plus productividad, por las comisiones impagas y por la omisión de aplicar al
sub lite la presunción que emana del artículo 55 R.C.T., destaco que, en efecto, de la
totalidad de los testimonios rendidos en autos, incluso los propuestos por la accionada,
se desprende que la política salarial implementada por la demandada se conformó por un
complejo sistema comisional para incentivar las ventas. Estableció porcentajes, sumas
fijas, premios, topes y la absorción del salario básico.
Ello surge del testimonio rendido en autos por Pittano Jones –propuesto por la
demandada- quien dijo: “Que Alvarez era vendedor. (…) Que Alvarez ganaba por su
función de vendedor era exclusivamente a comisión, con una comisión básica
asegurada por encima de los valores de convenio, y esto significaba que cuando era
vendedor si su comisión era inferior al asegurado se le abonaba o se le liquidaba el
asegurado caso contrario la comisión. (…) Que Alvarez ganaba asegurado el básico
que iba variando de acuerdo a las paritarias del convenio, dos o tres veces por año. (…)
Que las comisiones dependían de lo que se venda. Que el porcentaje dependía del
producto, estaban divididos en distintas letras. Que hay cinco letras de la A a la E, de
mayor comisión (…) Que FRU es un valor nominal adicional a la comisión de un
producto el cual es establecido por la gerencia comercial en forma puntual y temporal
para determinados productos que quiera potenciar la venta de los mismos” (ver fs.
330/332), lo cual luce congruente con aquello que fuera manifestado por el testigo
Gómez Peredo a fs. 333/335 quien aseveró que la remuneración percibida por el actor
estaba compuesta por un básico absorbible más comisiones cuyo cálculo dependía de las
letras asignadas y el premio extra o FRU otorgado por vender determinado producto a
conveniencia de la empresa, variando el valor de acuerdo al producto. Señaló además
que el monto salarial se veía afectado por las notas de crédito emitidas por la empresa
ante las devoluciones.
No soslayo que el relato efectuado por el Sr. Gómez fue impugnado por la
demandada a fs. 337/339, mas lo cierto es que nada indica que el deponente faltara a la
verdad. Nótese que, el hecho de que tenga juicio pendiente con la demandada, no lo
excluye directamente de prestar declaración, sino que implica que sus dichos deberán ser
valorados con la mayor precisión posible para determinar si el mismo genera un fuerza
convictiva suficiente como para tener por probados sus dichos. En este sentido, su
declaración –aun analizada con mayor estrictez- resulta coincidente y corrobora la
versión inicial sobre este aspecto de la relación laboral.
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comisiones por rótulo, alteraba los objetivos que los empleados debían alcanzar para
comisionar como así también reducía de su salario el adicional FRU cuya determinación
dependía del cumplimiento de estos últimos.
Asimismo, destaco que –en concordancia con los dichos de los Sres. Pittano
Jones y Gómez- también se expidió el testigo Culcuy quien expresó “Que el sueldo de
Alvarez es variable (…) Que se refiere a que es variable porque cobraban todo por
comisión, el básico era absorbible, significa que si bien figuraba un básico cobraban
las comisiones de las ventas descontando el básico. Que las comisiones dependían de
las ventas diarias y del total mensual. Que lo sabe el dicente lo sabe porque
comisionaba y trabajaba ahí vendiendo. Que el cálculo de las comisiones era variable,
por productos con letras, letra A era la que m ás pagaba, letra B,C,D, y Z que era la
que menos pagaba de comisión, también existía un FRU que era un adicional que se le
ponía al producto, y calculado por la letra se generaba la comisión por la venta. Que lo
sabe el dicente porque trabajó vendiendo de esa forma. Que el porcentaje de comisiones
era variable, dependía de la demanda del producto, de la época del año, y se manejaba
por sistema ajeno a los vendedores. Que la comisión plus productividad la comisión era
un porcentaje del valor del producto multiplicado por la letra que tenía el producto y
por el medio de pago del cliente. Entonces tu productividad iba a estar ligada a ese
cálculo que era variable, exactamente no se podía prever” (ver fs. 347/349).
Las constancias descriptas y analizadas (cfr art. 386 C.P.C.C.N.) revelan que –
como adelantara- la pretensión en análisis deviene procedente. En efecto si bien la
empleadora tiene facultades para articular un sistema variable y puede producir
modificaciones teniendo en cuenta que una de las características de este sistema
remuneratorio es precisamente su variabilidad que se vincula con el valor de los
negocios u operaciones que concierte el trabajador lo que puede hacer que aumente o
disminuya el monto del salario de un período a otro, ello no puede causar un perjuicio al
trabajar que implique una reducción remuneratoria, lo relevante es que el mantenimiento
o respeto de las pautas convenidas desde el inicio de la relación laboral se incorporó al
marco normativo que regula los contratos con carácter obligatorio, por lo tanto el
porcentaje comisional o las pautas convenidas para el cálculo de la comisión no puede
sufrir reducción alguna ya que ello implica modificar la contraprestación remuneratoria.
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menos se encuentra demostrado que el actor hubiere obtenido a cambio una
contraprestación o ventaja alguna.
En tal contexto, se advierte que la suba de objetivos implicó una mayor carga
laboral y una modificación de las obligaciones a cargo de la demandada, a poco que se
advierta que un sistema de objetivos de ventas muy altos –distintos a los impuestos
desde el inicio de la relación laboral- implicó que las comisiones se abonarían a partir de
una cantidad mayor de operaciones, percibiendo el empleado importes similares por una
cantidad mayor de operaciones concertadas, lo que significa que si esos objetivos no
hubiesen variado casi seguramente el trabajador hubiera percibido un importe mayor.
Por otra parte, observo que la recurrida tampoco exhibió al perito contador la
documental que permita explorar la política comercial implementada, los objetivos y su
cómputo, ni las deducciones en comisiones, circunstancia que impidió verificar si los
pagos efectuados que dan cuenta los recibos acompañados a fs. 31/67, resultaron
suficientes.
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En este contexto, obvio es que Garbarino se halla en mejores condiciones o posee
a su alcance con mayor facilidad los elementos necesarios para el esclarecimiento de los
hechos. En tal marco, entiendo que a la accionada le bastaba presentar algún elemento
concreto para disipar cualquier duda acerca del esquema comisional y como se ha visto
no lo hizo, por lo que tal omisión crea una fuerte presunción respecto de las
afirmaciones de la actora.
Sobre el punto, estimo pertinente memorar que el art. 55 L.C.T. establece una
presunción a favor de las afirmaciones del trabajador respecto de los elementos que
debieron constar en el libro del art. 52 de la norma citada. La empleadora reconoció que
el salario del actor era netamente variable (ver fs. 172vta), en función de las comisiones
por ventas y, en este marco, la falta de exhibición de la documental que sustenta
contablemente el pago de las comisiones y los valores por los que debió hacerlo,
constituye una presunción en contra del empleador y tornan ciertos los presupuestos
expuestos en el inicio respecto del cálculo deficiente de las mismas, como también de las
impagas.
En el caso de autos, el actor especificó las operaciones acordadas por las que -
según sostuvo- dejó de percibir total o parcialmente la comisión, por deducciones
indebidas y/o por modificaciones en las pautas de su liquidación (fs. 6vta/8).
Frente a los argumentos del escrito inicial, ante las declaraciones reseñadas,
correspondió –insisto- a la demandada explicar y demostrar el procedimiento de cobro
por comisiones. Es normal que las empresas diseñen instructorios y/o notas en las que
consten las pautas para liquidar las comisiones y la suba de objetivos plus producción,
pero lo cierto es que en autos no se permitió verificar la entidad de las comisiones e
incentivos.
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contraprestación de su labor la comisión que le corresponde para el caso de que después
de celebrado el negocio uno de los contratantes decida retractarse.
A modo de ejemplo, el Sr. Ordoñez (propuesto por la demandada) a fs. 350 dijo:
“Que si un producto era anulado el vendedor pierde su comisión, que lo sabe porque
sigue vigente al día de hoy” lo cual fue corroborado por el Sr. Pittano Jones quien
expresó que “…en el caso de que el cliente opte por devolver el producto sin llevar otro
en su reemplazo (…) la comisión no se paga…” (ver fs. 332) y por el Sr. Culcuy a fs.
348: “Que si devolvían un producto se caía la venta y se anulaba la comisión. Lo sabe
porque trabajó ahí y le pasó”.
Se debe tener en cuenta –reitero- que los testimonios analizados son coincidentes
en los aspectos sustanciales y provienen de personas que han tomado conocimiento
directo de los hechos sobre los que declaran, pues todos fueron compañeros de trabajo
del demandante, desarrollando idénticas funciones que el actor, por lo que les otorgaré
plena eficacia probatoria (cfr. Arts. 90 LO y 456 CPCCN). Cabe destacar que los
sucesos laborales se dan en una comunidad de trabajo por eso quienes participan de ella
son los que pueden aportar datos de la relación por haber tenido un conocimiento
personal de los hechos a acreditar.
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expuesto al trabajador con absoluta claridad, precisión y certeza los cambios impuestos
en el sistema retributivo (conf. Arts. 62 y 63 LCT).
II.- A continuación, el actor se queja por el rechazo del rubro “básico absorbible”
pues afirma que –contrariamente a lo decidido en origen- la demandada descontaba bajo
dicho concepto sumas superiores al básico, incluyendo –además- rubros adicionales al
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básico, como ser los aumentos del sindicato de comercio, adicionales de convenio y
tickets de la Ley 26.341. En definitiva, el recurrente manifiesta que la suma fija por
acuerdos convencionales y la correspondiente a la mentada ley que absorbió la
demandada conjuntamente con el básico, no conforman la remuneración mínima tal
como lo establece el CCT 130/75.
Ahora bien, para proceder al rechazo de este segmento, la Sra. Jueza “a quo”
concluyó a fs. 558 que no correspondía a la demandada abonar diferencia salarial alguna
a favor del trabajador, en tanto del detalle de las remuneraciones percibidas por el
accionante no surgiría que Garbarino S.A hubiera abonado en alguna oportunidad suma
inferior al salario básico garantizado por convenio.
En este orden de ideas, cabe recordar que el art. 19 del CCT Nº 130/75 en su
redacción original, luego de consignar la escala de remuneraciones mínimas para el
personal de vendedores comprendidos en el art. 10 y de acuerdo con las categorías
establecidas, dispuso que “las remuneraciones establecidas en la presente escala serán
consideradas como remuneración mínima garantizada para el personal de Vendedores
que perciban sus remuneraciones a sueldo fijo y comisión o comisión solamente”; de lo
cual se desprende sin duda alguna que la remuneración mínima garantizada sólo incluía
el salario básico de convenio y el adicional por antigüedad (cfr. art. 24 del convenio
citado) y ningún otro rubro, extremo corroborado a su vez por el art. 38 (íd. ant.) en
cuanto señala que “las remuneraciones básicas correspondientes a los trabajadores
comprendidos en esta convención colectiva, son las que se detallan en el art. 19”.
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relevante es que la norma convencional también establece que dicho mínimo garantizado
“únicamente incluye el salario básico y el adicional por antigüedad” (arts. 24 y 38 CCT
130/75), por lo que considerando las sumas abonadas por tales conceptos y las deducidas
en concepto de “básico absorbible” se verifican diferencias salariales a favor del Sr.
Álvarez.
Reitero que, para realizar esta afirmación, pongo de resalto no solo que el CCT
130/75 en su artículo 37 prevé la modalidad de pago únicamente a comisión, sino que
además también se encuentra especificado en el convenio precitado qué rubros integran
el básico absorbible [tal como dijera precedentemente], decisión ajena a las partes
contratantes, pues es el resultado de la voluntad colectiva.
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III.- Respecto a la multa prevista por el art. 2 de la ley 25.323 debo señalar que
la queja habrá de prosperar, pues la precitada norma dispone: “Cuando el empleador
fehacientemente intimado por el trabajador no abonare las indemnizaciones previstas
en los artículos 232, 233 y 245 de la ley 20.744 (t.o. en 1976) y los artículos 6º y 7º de
la ley 25.013 o las que en el futuro las reemplacen y consecuentemente lo obligare a
iniciar acciones judiciales o cualquier instancia propia de carácter obligatorio para
percibirlas, éstas serán incrementadas en un 50%...”.
IV.- En lo que respecta a la condena en los términos del art. 45 ley 25.345, de la
conclusión arribada precedentemente surge que el accionado consignó una errónea
remuneración en los registros laborales y en el certificado que fuera adjuntado a fs.
122/128 en la medida en que los datos allí consignados no se condicen con las
conclusiones a las que se arribó en este pronunciamiento, por lo que la cosa ofrecida no
es la cosa debida, por lo que mal puede imputarse al accionante no haber tomado lo que
no era debido (artículos 8684 y 869 CCYCN, antes 740 y 741 del Código Civil vigente
al momento de los hechos).
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Ahora bien, con relación al planteo de inconstitucionalidad articulado por el actor
respecto al tope previsto por el art.245 de la LCT (ver fs. 16) señalo que la cuestión
planteada ya ha sido resuelta por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso
“Vizzoti, Carlos A. c/ AMSA S.A.” del 14 de septiembre de 2004, estableciendo nuestro
máximo tribunal que “(…) no hay dudas en cuanto a la validez constitucional de un
régimen tarifado de indemnizaciones por despido sin justa causa, esto es, un sistema
que resigne la puntual estimación del daño en pos de determinados objetivos, entre
otros, la celeridad, certeza y previsibilidad en la cuantía de aquéllas. Con todo, si el
propósito del instituto es reparar, tampoco hay dudas con respecto a que la modalidad
que se adopte, en todo caso, debe guardar una razonable vinculación y proporción con
los elementos fácticos que el propio legislador eligió como significativos para calcular
la prestación” (considerando nro. 6).
En atención a ello, y el carácter vinculante que -a mi juicio- tienen los fallos
dictados por la Corte Suprema de Justicia para los tribunales inferiores, en virtud de que
en definitiva dicho tribunal es el intérprete final de las normas de la Constitución (art.
116 CN) considerando el tope aplicable de $36.153,63 (Resol. ST 1889/2015)
corresponde establecer la base salarial para este caso en la suma de $36.153,63, pues
conforme la doctrina que surge del Fallo Vizzoti, dicho tope no resulta confiscatorio
respecto de la mejor remuneración mensual normal y habitual reconocida en este
pronunciamiento de $42.689,72.
En definitiva, teniendo en cuenta los montos percibidos por el Sr. Álvarez que
surgen del recibo obrante a fs. 113, el actor resulta acreedor a los siguientes conceptos y
montos: a) Diferencia por Indemnización por antigüedad: $185.033,64 (11 períodos
computables, cf.art.245 LCT: $397.689,93 – $212.656,29); b) Diferencia Indemnización
sustitutiva de preaviso: $49.739 ($85.379,44 – $35.640,44); c) Diferencia SAC
s/preaviso: $4.144,91 ($7.114,95– $2.970,04); d) Diferencia Integración mes de despido:
$2.277,13 ($5.691,96– $3.414,83); e) Diferencia SAC s/integración: $189,76 ($474,33 –
$284,57); f) Indemnización art. 2 ley 25.323 sobre diferencias: $120.692,22; g)
Indemnización art.80 LCT: $128.069,16; h) Diferencia Indemnización Vacaciones
proporcionales: $5.278,67 (14 días, $19.921,86 – $14.643,19); i) Diferencia SAC s/rubro
anterior: 439,88 ($1660,15 –$1220,27); j) Diferencias salariales por comisiones:
$187.558,56 ($8154,72 x 23 meses); k) SAC s/ Diferencias salariales por comisiones:
$15.629,88; l) Diferencias salariales por Básico absorbible: $17.027,49 (según detalle
considerando II), SAC s/ rubro anterior: $1.418,95.
En consecuencia la presente demanda asciende a la suma de $717.499,25
(PESOS SETECIENTOS DIECISIETE MIL CUATROCIENTOS NOVENTA Y
NUEVE CON VEINTICINCO CENTAVOS), con más intereses a cuya tasa me
referiré a continuación.
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Al monto total de condena deberá aplicarse la tasa de interés nominal que el
Banco Nación aplica para operaciones de préstamos para libre destino hasta 60 meses
conforme actas CNAT 2601 y 2630 desde que cada suma es debida y hasta el
30/11/2017. A partir del 01/12/2017 y teniendo en cuenta lo resuelto en el Acta CNAT
Nro. 2658, corresponde acatar prudentemente su aplicación y disponer que desde esa
fecha y hasta su efectivo pago, la tasa aplicable sea la activa efectiva anual vencida,
cartera general diversa del Banco Nación (conf. Acta 2658, CNAT). Esto último sólo es
a los fines de evitar una situación caótica con relación a los intereses.
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Resulta necesario, entonces, ante la entrada en vigor de un nuevo ordenamiento
arancelario, discriminar aquellas tareas pasadas durante la vigencia del régimen anterior,
de las que se hicieron a partir de la operatividad del nuevo sistema.
De tal modo, en el caso, en tanto los trabajos profesionales por la labor cumplida
en primera instancia se realizaron estando en vigencia la ley 21.839, el art. 38 OL.O., y
Leyeres arancelarias vigentes, habrán de utilizarse las normas arancelarias allí
contenidas.
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art. 1 de la ley 26.856 Acordadas C.S.J.N. 15/13 punto 4) y 24/13 y devuélvase. Con lo
que terminó el acto, firmando los señores jueces por ante mí, que doy fe. Se deja
constancia que la doctora Graciela Liliana Carambia no vota (art. 125 L.O.)
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