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2702/2018/TO1/CFC4
“Isetta, Juan Martín s/
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en tres oportunidades que también concurren materialmente
entre sí-; falsificación de documentos públicos destinados a
acreditar la identidad -reiterado en dos oportunidades los
que, a su vez, concurren materialmente entre sí- y tenencia
ilegítima de un documento nacional de identidad auténtico, que
concurre idealmente con el de conservación de instrumentos
destinados a cometer una falsificación (artículos 12, 40, 41,
45, 54, 55, 145 bis, 145 ter inciso 1 y anteúltimo párrafo,
173 inc. 15, 292 segundo párrafo y 299 del Código Penal de la
Nación; 33 inc. c de la ley 20.974; 403, 530 y concordantes
del Código Procesal Penal de la Nación)” (cfr. Veredicto y
Sentencia de dicho tribunal de fecha 16/05/2022, obrantes en
el Sistema de Gestión Judicial Lex 100).
II. Contra dicho pronunciamiento, el aludido letrado
Sasso interpuso recurso de casación, el que fue concedido por
el tribunal de juicio y mantenido en esta instancia.
III. En su presentación, el nombrado defensor, bajo
la invocación de las causales previstas en ambos incisos del
art. 456 del CPPN, introdujo los siguientes agravios.
a) En primer lugar, afirmó que la sentencia en
cuestión es arbitraria dado que -a su ver- fue erróneamente
evaluada la prueba producida en el caso. Argumentó que si bien
la declaración brindada por la supuesta damnificada (DMMC) en
Sala Gesell contó con las debidas formalidades establecidas en
el art. 250 quáter del CPPN, no prestó juramento de decir
verdad, y por ello no debió ser ponderada por el magistrado en
el fallo.
Añadió que en dicha declaración se observa una
tergiversación de algunos episodios, la exageración de otros y
la omisión de relatar ciertos aspectos esenciales de su
relación con el sindicado Isetta.
Aseveró que el Sr. juez ha tenido por acreditado un
estado de vulnerabilidad de DMMC en contraposición con la
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psicológico sobre la víctima sólo en base al testimonio
brindado en Sala Gesell.
Por otro lado, arguyó que los testimonios producidos
en el debate público aportados por familiares, amistades y
preventores no tienen entidad propia, sino que se desprenden
de la versión brindada por DMMC, y que no se sopesó
adecuadamente prueba documental relevante como ser el
contenido de los mails, fotografías y videos contenidos en el
referido teléfono celular de su defendido que desestiman la
idea de un sometimiento como se pretende en el fallo
impugnado.
Concluyó el punto, asegurando que la sentencia
contiene una fundamentación sólo aparente y debe ser anulada
como acto jurisdiccional válido.
b) En segundo lugar, consideró que los magistrados
aplicaron erróneamente la ley sustantiva, puesto que -a su
entender- no se corroboró la existencia de una captación por
parte de su ahijado procesal y mucho menos con el propósito de
explotación en los términos exigidos por el art. 145 bis del
CP.
Adicionó que de acuerdo con lo preceptuado en el art.
1° de la ley 26842, para que se de alguna de las hipótesis
allí descriptas debe haber un ánimo de lucro, de no ser así no
resulta posible hablar de explotación con los alcances allí
legislados, y en el pronunciamiento se “omite toda
consideración a la necesidad de que exista un fin de
explotación”, en contravención al principio de legalidad; por
ende, solicitó que se case la sentencia examinada y que se
dicte “un nuevo fallo conforme a derecho.”.
Formuló expresa reserva del caso federal.
IV. En el término de oficina previsto por los arts.
465, cuarto párrafo, y 466 del CPPN, no hubo presentaciones.
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Agregó que el nombrado Isetta le prometió a la
damnificada darle dinero y un teléfono celular, y le “envió
los billetes aéreos…por correo electrónico y ella decidió
viajar, teniendo en cuenta que se trataba de boletos de ida y
vuelta (por un período de un mes), podía pasear, no tenía
trabajo en su país, se proveería de un teléfono que
-eventualmente- podía vender y producto de ello obtener
dinero, contaría con efectivo para manejarse en el
extranjero…”.
Describió seguidamente que así fue como “MC arribó
al país el día 5 de noviembre de 2017…Al arribar al aeropuerto
de Ezeiza la víctima brindó como dirección de referencia en el
territorio nacional el domicilio ubicado en la calle Soldado
de la Independencia nro. 1241 de esta ciudad donde vivía
Isetta…el imputado había sido quien le había aportado los
datos de aquella residencia para informar a las autoridades
argentinas.”, y que “En esta primera etapa, la planificación
de Isetta incluía la “construcción” de una especie de vínculo
afectivo de pareja donde MC tuviese plena confianza en el
imputado a fin de consolidar su permanencia en el país.”.
Añadió que antes de su regreso a la ciudad de
Medellín el día 18 de enero de 2018 “MC detectó la primera
situación de violencia por parte de Isetta…Relató que él le
había pedido que la acompañe a visitar un posible nuevo
departamento para mudarse, se negó y a su regreso la insultó y
le dijo “que la iba hacer sufrir mucho (…) que la iba a hacer
pagar lo que le hizo Yésica [otra mujer de nacionalidad
colombiana que desconocía (…) que los colombianos eran todos
una mierda…”. Al regreso lo notó raro, y luego se dio cuenta
de que él consumía cocaína cuando ella no lo veía. Esta
situación de violencia era seguida de pedidos de disculpas…”.
A continuación, detalló el magistrado que durante el
período en que la damnificada permaneció en Colombia y hasta
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amenazaba con un cuchillo y con matar a su hijo que vivía en
dicho país.
Adicionó que también se comprobó, entre otras cosas
que no amerita aquí transcribir, que “Además de las agresiones
físicas…Isetta la obligó a mantener relaciones sexuales sin su
consentimiento, la obligaba a hacerlo siempre que él quisiera,
incluso ejerciendo fuerza física para lograrlo. También la
obligó a tomar pastillas que la hacían perder el conocimiento
o al menos la mantenían débil y mareada, la víctima presumía
que eran las mismas pastillas que él consumía para dormir:
clonazepam o alguna droga similar. En función de ello, la
víctima en varias oportunidades perdió el conocimiento y la
noción del tiempo.”.
Indicó que además se constató que la víctima logró
regresar a Medellín el día 22 de febrero de 2018, que se
instaló en la casa de una prima en un pueblo cercano a dicha
ciudad, que el enjuiciado continuó comunicándose con sus
familiares para intentar localizarla y amedrentarla para que
vuelva con él, remitiéndole incluso vía electrónica una imagen
del frente del inmueble donde vivía el exmarido Sergio Vélez
con su hijo, en clara señal de amenaza (circunstancias éstas
que fueron informadas a las autoridades colombianas), y que le
hicieron llegar un ticket de avión para que vuelva nuevamente
a Buenos Aires.
Agregó que así entonces el día 14 de marzo de 2018 MC
viajó por tercera vez a nuestro país, y durante esa estadía la
mantuvo encerrada sometiéndola a las mismas situaciones de
violencia.
Por último, aseveró que quedó acreditado que MC
realizó el cuarto viaje a la Argentina el día 26 de diciembre
de 2018, detallando que “En esta oportunidad, permaneció 142
días junto con el imputado. Al menos, se constató que estuvo
residiendo en Niceto Vega 5759 de esta ciudad hasta que se
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legislado.”, y por ello “el Juzgado que previno decidió llevar
a cabo el acto procesal exento de todo carácter coercitivo que
pueda frustrar la naturaleza de la declaración de MC…”.
Agregó que de todos modos “la toma del juramento no
es algo que haga a la validez del acto testimonial sino,
eventualmente, a su mayor o menor valor probatorio en juicio.
Y…hay suficientes elementos que…permiten encontrar el relato
de la víctima coherente, lógico y verosímil.”, precisando que
“sus dichos coinciden con tres denuncias (1/1/18, 20/02/18 y
13/2/18) realizadas por personas allegadas a la víctima en
organismos internacionales y especializados a la investigación
de este tipo de casos.”.
Al respecto, explicitó que el 1 de febrero de 2018
P.M.C. (hermana de la víctima) formuló una denuncia ante el
Consulado de la República de Colombia en Buenos Aires,
haciendo saber sobre la situación de amenazas, golpes y demás
padecimientos a los que estaba siendo sometida MC, extremos
éstos ratificados en oportunidad de declarar en el debate
público, que el día 20 de febrero de 2018, Graciela Giménez,
en nombre de la O.N.G “Mujeres por la Nación”, efectuó una
presentación solicitando en una Fiscalía la apertura de una
investigación oficial, relatando que se había comunicado en
varias ocasiones con el aludido Vélez quien le manifestó su
preocupación por la damnificada y su hijo por las amenazas
recibidas, y que el 13 de febrero de 2018 la Dirección de
Investigación Criminal e Interpol de la Policía Nacional de
Colombia recibió un correo electrónico anónimo poniendo en
conocimiento las vicisitudes por las que estaba atravesando
que MC.
Asimismo, consignó que la damnificada mantuvo su
relato inalterable, coherente y homogéneo pese a haber
brindado testimonio en distintas fechas y contextos, dado que
el primero de ellos lo hizo el día 2 de marzo 2018 en la
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particular estrictez, armonizándolo y cotejándolo con el resto
del plexo probatorio generado en el evocado debate público.
Cabe recordar que la anulación de actos procesales
sólo tiene en mira resguardar determinados derechos
esenciales, resultando improcedente declarar la nulidad por la
nulidad misma, sin la existencia de un perjuicio (pas de
nullité sans grief).
En este orden de ideas, “[l]a nulidad, comprendida
como última ratio de la reacción procesal frente al defecto,
es, tan sólo, una excepción, algo así como una decisión rara
en el procedimiento, para cuando no haya forma de reparar el
daño causado con el incumplimiento formal” (Maier, Julio B.
J., “El incumplimiento de las formas procesales”, en Nueva
Doctrina Penal, 2000-B, Editores del Puerto, p. 813) (cfr. mi
voto en la causa de la Sala III nro. 7925, “Casal Muñiz, Pedro
Andrés Fabián y otro s/recurso de casación”, reg. nro.:
1082.07.3, rta.: 13/08/2007; entre muchos otros). Esto es,
requiere la existencia de un vicio que revista trascendencia
por su afectación a un principio constitucional, generando un
perjuicio y que no ha sido subsanado, circunstancia ésta que
no se verifica en el presente.
Este fue el temperamento asumido racionalmente por el
Sr. Juez al constatar que el testimonio brindado por la
damnificada se mantuvo inalterable a lo largo del tiempo y en
distintos ámbitos en las tres ocasiones señaladas, y que se
abastece y encuentra correlato en los demás elementos de
convicción sustanciados en el caso.
En efecto, conforme surge de la sentencia examinada,
se observa que el magistrado ha tenido en consideración un
nutrido y complejo universo probatorio, constituido por
declaraciones testimoniales brindadas en el debate público por
Emiliano Federico Formento, Carlos Emil Silva Burgos, Lorena
Andersch, Araceli Chazarreta, Marcelo Rafael Saucedo, Carlos
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la Unidad Operacional Control del Narcotráfico y el Delito
Complejo Central de la P.S.A., entre ellas, acta de
allanamiento, croquis y fotografías, acta de la audiencia
testimonial llevada a cabo por videoconferencia grabada en
soporte audiovisual con la colaboración de la Fiscalía nro. 16
delegada ante los Jueces Penales del Circuito Especializados
de la República de Colombia, acta labrada en la República de
Colombia, respecto de la declaración brindada el 15 de octubre
de 2019 en los términos del artículo 250 quáter del Código
Procesal Penal de la Nación y el disco que contiene copia de
la grabación de la audiencia, actuaciones remitidas por la
Superintendencia de Personal, Instrucción y Derechos Humanos
de la P.F.A., DVD que contiene imágenes captadas por el Centro
Regional de Vigilancia I del Este de la P.S.A. del Aeropuerto
Internacional Ministro Pistarini acompañado en Informe de la
Unidad Operacional Control del Narcotráfico y el Delito
Complejo Central de la Policía de Seguridad Aeroportuaria,
etc.; todo lo cual se encuentra detallado a fs. 24 y 28/44,
entre otras cosas, donde me remito a fin de evitar
reiteraciones estériles.
Del análisis lógico y racional de dichas evidencias,
han quedado determinadas de modo indubitable las
circunstancias de modo, tiempo y lugar en que han acontecido
los sucesos descriptos desde el momento en que el imputado
Isetta se vinculó con la víctima, y las sucesivas maniobras
abusivas y de violencia desplegadas por el nombrado en
perjuicio de MC a través de las distintas secuencias ya
reseñadas, estableciendo asimismo que “Los hechos comprobados
en autos presentan las características de actos de violencia
contra la mujer en los términos de los arts. “1” y “2.a” de la
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar
la Violencia contra la Mujer.”, dado que el enjuiciado
“naturalizó hechos de violencia física y verbal como
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1128/06, de fecha 9 de octubre de 2006, nº 6907, “Calda,
Cintia Laura s/rec. de casación”, reg. n° 1583, rta. el 27 de
diciembre de 2006, nº 5605, “Ledesma Sánchez, Sergio Bernardo
y otro s/rec. de casación”, reg. n° 876/07, de fecha 27 de
junio de 2007 -de la Sala III de este Tribunal-, nº 15197,
“Taboada, Mathías Ezequiel s/rec. de casación”, reg. nº 20559
de esta Sala II, de fecha 10 de octubre de 2012, y FCB
53030004/2004/TO3/CFC2, “Cornejo Torino, Jorge Antonio y otros
s/rec. de casación”, reg. n° 1673/17 de la Sala IV, de fecha
19 de diciembre de 2017, entre muchas otras).
Como colofón de lo expuesto, se concluye que el
decisorio cuestionado, en lo que atañe a los tópicos
señalados, aparece como la derivación lógica y razonada de las
pruebas allí evaluadas, sin que las críticas esbozadas por el
impugnante logren conmover lo resuelto como acto
jurisdiccional válido (arts. 123, 404 inc. 2° y 471 a
contrario sensu del CPPN).
c) En tercer orden, y en lo que hace a la invocada
errónea aplicación de la ley sustantiva, compete formular las
consideraciones que en adelante se expondrán.
El apelante esgrime, en esencia, que no se verificó
en el caso un supuesto de captación con fines de explotación y
que no existió un ánimo de lucro.
En principio resulta oportuno recordar que la ley
26842 prescribe en su art. 1ro que se sustituye el artículo 2°
de la ley 26364, quedando redactado -en lo pertinente- del
siguiente modo “Se entiende por trata de personas el
ofrecimiento, la captación, el traslado, la recepción o
acogida de personas con fines de explotación, ya sea dentro
del territorio nacional, como desde o hacia otros países.”, y
que “se entiende por explotación la configuración de
cualquiera de los siguientes supuestos, sin perjuicio de que
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Siguiendo esta línea de pensamiento, destacó que de
acuerdo al “Protocolo de la ONU para prevenir, reprimir y
sancionar la trata de personas, que complementa la Convención
de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada
Trasnacional del año 2000 (ley 25.632 de 2002), la explotación
cuya finalidad persiguió Isetta en este caso particular de
“trata”, encuadró en el punto “A”, a saber: “cuando se
redujere o mantuviere a una persona en condición de esclavitud
o servidumbre, bajo cualquier modalidad”.”, y que “del
preámbulo del instrumento legal aludido se desprende que, para
prevenir y combatir eficazmente la trata de personas,
especialmente en mujeres y niños, se requiere un enfoque
amplio e internacional, debiendo amparar los derechos humanos
en juego. Es por ello, que la finalidad que se culmina en el
delito en cuestión, no se agota con la explotación meramente
sexual y laboral, sino que también incluye casos como el
presente, en el que el objetivo buscado por el tratante es
someter a una relación de subordinación…”.
Añadió, entre otras cosas, que se comprobó en forma
indubitable que “existía una relación absolutamente
asimétrica, de dominio, sometimiento y subordinación del
imputado para con la víctima, iniciada con base en engaños,
alimentada y mantenida gracias a violencia física, verbal,
psicológica y amenazas con suficiente entidad como para
neutralizar cualquier intento de eludir aquella sujeción. DMC
no tenía decisión de su plan de vida como indica la
jurisprudencia internacional. No se trataba ya de tener o no
libertad de movimiento, no se configuraba una privación de
libertad absoluta. La propia psiquis de la víctima se
encuentra bajo una situación de dominación que se prolonga aun
a la distancia.”.
Agregó que no se trató de una restricción a la
libertad ambulatoria, sino que el encausado Isetta condujo a
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Dicha explotación no se circunscribe a la verificación de una
forma exclusivamente económica, sino que según la ley 26.842
esta debe implicar que: “a) se redujere o mantuviere a una
persona en condición de esclavitud o servidumbre, bajo
cualquier modalidad…”, y ello significa que cualquiera de los
fines de explotación que motiven al autor del delito de Trata
(analizados semántica y armónicamente con los verbos típicos
empleados en el art. 145 bis del CP), evidencian que la
gravedad de la conducta prohibida por la norma radica en el
perjuicio a la dignidad de la víctima que es “tratada” como un
objeto susceptible de ser explotado o comercializado, y en la
consiguiente anulación o grave restricción de su aptitud de
autodeterminación.
Es relevante destacar también, que el Sr. juez ha
consignado que ha quedado comprobado que el imputado para
obtener sus logros “amenazaba continuamente a MC sobre la
posibilidad concreta, inminente y cierta de atentar contra la
vida de su hijo y su familia. Así como se desprende la
verosimilitud que podían tener esas amenazas por la creencia
del entorno social peligroso con el que se manejaba el
imputado en Argentina y en Colombia -Reynal y Meloso- que
llevaron al punto de generar la mudanza de la familia de la
víctima en su país de residencia y cambiar de colegio al
menor.” (ver fs. 152).
Por último, cabe mencionar que el magistrado indicó
que el encartado abusó de la situación de vulnerabilidad
socio-económica preexistente por la que atravesaba la víctima,
como así también ante la falta de recursos para defenderse y
huir al momento en que se desarrollaron los hechos juzgados
(fs. 156).
Finalmente, amerita resaltar que el caso traído a
estudio del Tribunal –tal como se marcó en el fallo impugnado-
constituye un claro ejemplo de violencia contra la mujer.
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conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta,
tanto en el ámbito público, como en el privado, basada en una
relación desigual de poder, afecta su vida, libertad,
dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o
patrimonial, como así también su seguridad personal”.
Asimismo, la ley ejemplifica varios tipos de
violencia. Así, en el art. 5, inc. 2, se refiere a la
psicológica, y dice que es: “La que causa daño emocional y
disminución de la autoestima o perjudica y perturba el pleno
desarrollo personal o que busca degradar o controlar sus
acciones, comportamientos, creencias y decisiones, mediante
amenaza, acoso, hostigamiento, restricción, humillación,
deshonra, descrédito, manipulación, aislamiento. Incluye
también la culpabilización, vigilancia constante, exigencia de
obediencia sumisión, coerción verbal, persecución, insulto,
indiferencia, abandono, celos excesivos, chantaje,
ridiculización, explotación y limitación del derecho de
circulación o cualquier otro medio que cause perjuicio a su
salud psicológica y a la autodeterminación”.
En definitiva, considero que las conclusiones
arribadas en la sentencia examinada se desprenden lógica y
racionalmente de las pruebas evaluadas al efecto y constituyen
la aplicación del derecho vigente a las circunstancias que se
tuvieron por debidamente acreditadas en el pronunciamiento,
sin que las críticas esbozadas por la defensa logren conmover
lo decidido como acto jurisdiccional válido (arts. 123, 404
inc. 2, 470 y 471 a contrario sensu del CPPN).
En virtud de las razones expuestas, propongo al
acuerdo: rechazar el recurso de casación interpuesto por la
defensa particular del imputado Isetta, con costas, tener
presente la reserva del caso federal y remitir la causa al
origen (arts. 123, 404 inc. 2, 470 y 471 a contrario sensu,
530 y cc del CPPN).
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Así es mi voto.
El señor juez Guillermo J. Yacobucci dijo:
En las particulares circunstancias de la especie,
comparto el razonamiento y las conclusiones a las que arribó
la colega que lidera el acuerdo. En consecuencia, propiciaré
también el rechazo del recurso.
Sin perjuicio de ello, ahondaré en algunas de las
cuestiones que son criticadas por la defensa en la impugnación
bajo estudio.
A. Como bien quedó explicitado en el voto de la jueza
Ledesma, el planteo referido a la imposibilidad de tomar la
declaración prestada por M.C. en cámara Gesell como elemento
probatorio, quedó suficientemente respondido por el a quo en
la sentencia recurrida. Las críticas formuladas en ese sentido
aparecen como una mera discrepancia con lo resuelto.
Su testimonio, amén de no haber sido prestado bajo
juramento de decir la verdad ni sometido a los apercibimientos
de ley, fue siempre claro, coherente y consecuente. No hay
elemento alguno que imposibilite valorarlo como parte del
plexo probatorio válido de la causa, máxime cuando esa
consecuencia no está prevista en la norma legal -art. 249 del
CP-.
En este aspecto, interesa destacar que su testimonio
fue prestado en el marco de un proceso penal que investigaba
delitos de particular lesividad a múltiples bienes jurídicos
de la víctima, en el que se procuraba resguardarla y evitar la
configuración de nuevos daños hacia su persona que, por otra
parte, hubiesen agravado los padecimientos ya sufridos. De
este modo, comparto con el tribunal lo sostenido respecto a
que, frente a testigos que son víctimas especialmente
vulnerables, el juramento de decir verdad bajo amenaza de pena
introduce un elemento de coerción directa, que podría frustrar
Fecha de firma: 02/05/2023
Firmado por: GUILLERMO JORGE YACOBUCCI, JUEZ DE CAMARA DE CASACION
Firmado por: ANGELA ESTER LEDESMA, JUEZ DE CAMARA DE CASACION
Firmado por: ALEJANDRO WALTER SLOKAR, JUEZ DE CAMARA DE CASACION 23
Firmado por: M. ANDREA TELLECHEA SUAREZ, SECRETARIA DE CAMARA
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la naturaleza del acto, así como la declaración dentro de un
marco de tranquilidad y confianza.
Además, en este caso, no se trata de una mera versión
de lo acontecido prestada por M.C. -sin las formalidades
previstas en el citado artículo- a la que se le dio el valor
de una “verdad superior”, tal como refiere la defensa, sino
que su testimonio brindó detalles que la investigación
posterior logró integrar con el resto de la prueba existente,
conformando un cúmulo suficiente para resolver tanto la
materialidad del hecho criticado como su responsabilidad en el
mismo.
En consecuencia, las pruebas -debidamente valoradas
por el tribunal y reseñadas por la Dra. Ledesma en el voto
inaugural- son múltiples en su naturaleza, aunque tengan como
referencia de producción y orientación a M.C.
Ello, también, permite sortear las críticas de la
defensa vertidas en el punto III.B de su recurso, orientadas a
invalidar las restantes declaraciones testimoniales sopesadas
en el juicio.
Además de la eficacia demostrativa del testimonio de
terceros, consta en el fallo recurrido que el relato fue
sometido a un análisis heurístico sobre su consistencia y
congruencia. Incluso, fue relacionado con los signos
detectados por los profesionales, la trama y circunstancias de
los sucesos descriptos.
En definitiva, la decisión recurrida encontró debido
sustento en otros elementos de prueba, independientes de
aquella versión, que conformaron un cúmulo de prueba de
talente técnico/objetivo, que fue valorado de forma integral
en el fallo impugnado, y que justifica la imputación y la
responsabilidad de Isetta.
Por lo tanto, como ya lo adelantara, corresponderá el
rechazo de estos agravios.
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En ese contexto, los aspectos reseñados en el recurso
por la defensa no logran desvirtuar la conclusión a la que
arribó el tribunal.
C. Por último, haré una breve apreciación respecto de
la crítica vinculada con la calificación del hecho reprochado,
específicamente en lo atinente a la captación de la víctima y
la finalidad de explotación.
En cuanto a la primera de las cuestiones, adujo la
parte recurrente que no se produjeron pruebas concluyentes
reveladoras de una maniobra de captación.
Por el contrario, entiendo que pudo probarse en
juicio que Isetta realizó diversas conductas que encuadran en
acciones típicas de ese supuesto.
El hecho de conformar un grupo de WhatsApp con
“Juancho G” para que diera cuenta que él era una persona de
bien y generar su confianza, mantener reiteradas
comunicaciones por WhatsApp y Facebook, invitarla al país y
alojarse en su domicilio, pagarle los pasajes y enviárselos
por mail, prometerle dinero y un celular para cuando llegara
son circunstancias reveladoras en tanto, todo ello trasuntó en
una atracción para la nombrada, que posteriormente resultó
víctima de sus designios.
Debe resaltarse en este punto lo declarado en juicio
por los licenciados Puatti y Cires. El primero refirió que la
situación socioeconómica atravesada por la víctima previo a su
primer viaje la posicionó en una condición de vulnerabilidad
preexistente que fue aprovechada por Isetta y profundizada por
sus actos. La falta de trabajo en su país y las dificultades
para obtener empleo hicieron que la víctima considere como
posibilidad real la oferta recibida por el imputado. A su vez,
la segunda evaluó el “enamoramiento” como un posible medio de
captación en este caso concreto.
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Sala IICausa Nº CFP
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“Isetta, Juan Martín s/
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efectivamente constituyan el tipo de trata la circunstancia de
que, en algunas oportunidades, M.C. haya salido sola del
domicilio o que se comunicara desde una cabina pública con su
familia. Tampoco considero que posea carácter
desincriminatorio el hecho de que, en el último período en
Buenos Aires, se haya inscripto un taller de cosmetología y en
un gimnasio. Ello, en tanto, lo relevante para el análisis de
casos como el de autos es la reducción de la autonomía
personal de las personas afectadas, dato que se erige como
fundamental a la hora de analizar las relaciones entre los
imputados y las víctimas alcanzadas por el delito. Ello, como
se vio, quedó demostrado con suficiencia en la sentencia
atacada.
D. Por todo lo expuesto, como ya lo adelantara,
corresponderá rechazar el recurso de la defensa de Juan Martín
Isetta, con costas en la instancia (arts. 470 y 471 -ambos a
contrario sensu-, 530 y ccs. del CPPN).
Así voto.
El señor juez Alejandro W. Slokar dijo:
Que, sellada la suerte del recurso, adhiere en lo
sustancial a la solución propuesta por la colega que lidera el
acuerdo, lo que así vota.
En virtud del resultado habido en el acuerdo que
antecede, el Tribunal RESUELVE:
RECHAZAR el recurso de casación interpuesto por la
defensa particular del imputado Isetta, con costas, TENER
PRESENTE la reserva del caso federal y REMITIR la causa al
origen (arts. 470 y 471 a contrario sensu, 530 y cc del CPPN).
Regístrese, notifíquese, comuníquese al Centro de
Información Judicial –CIJ- (Acordada 5/2019 de la C.S.J.N.),
remítase al tribunal de origen mediante pase digital,
sirviendo la presente de atenta nota de envío.
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