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SEGUNDO:
1.A.- La defensa de Daniel Adolfo Rodríguez
encuadró su recurso de fs. 5877/5885 vta. en las previsiones
del inciso 2º del artículo 456 del Código Procesal Penal de la
Nación.
Sostuvo que “la demora de este expediente y la
demora que podrá insumir el trámite del mismo hasta la
sentencia final claramente viola el plazo razonable” y que
contrariamente a lo que entendió el Tribunal Oral no se
advierte complejidad de las actuaciones ni demora o medida
dilatoria alguna por parte de la defensa, sino una “demora
injustificada en la actuación jurisdiccional, por supuesto no
atribuible a este Tribunal Oral Federal nro. 4”.
Señaló que “[l]as medidas de prueba realizadas
(…) son diligencias de prueba habituales y normales para
cualquier sumario de esta naturaleza”, las que en su gran
mayoría se realizaron al inicio del proceso. De esa manera,
entendió que “doce (12) años de investigación, son excesivos
para cualquier pesquisa de esta naturaleza”.
Asimismo, indicó que “la actividad procesal
realizada por los anteriores defensores (…) y (…) por el
suscripto (…) se enmarca dentro de la actividad recursiva y
probatoria propia del Alto Ministerio encomendado a esta
defensa técnica”, sin que se advierta planteo dilatorio
alguno.
Agregó que “pueden constatarse varios ‘tiempos
muertos’ en la causa, injustificados por cierto, motivo por el
Tal es mi voto.
El señor juez doctor Juan Carlos Gemignani dijo:
I. Que de conformidad con lo señalado por el
doctor Riggi en el voto que lidera este Acuerdo, considero que
corresponde rechazar los planteos de nulidad articulados por
las defensas; y también que es válida la participación en el
proceso de la Oficina Anticorrupción.
Asimismo, la sentencia cuestionada cumple con
los recaudos de motivación exigidos por los artículos 123 y
404 inciso 2°) del ordenamiento ritual, pronunciamiento que
cuenta con fundamentos suficientes para arribar a un juicio
incriminación penal, con el grado de certeza requerido para
dicha etapa procesal.
En ese sentido, el plexo probatorio producido y
merituado en la sentencia fue suficiente y valorado a la luz
de la sana crítica racional y de los principios de la lógica,
no advirtiéndose fisuras o contradicciones en el razonamiento
hilvanado por los magistrados actuantes que permitan suponer
en el caso un supuesto de arbitrariedad, tal como fuera
alegado por las defensas.
II. Que por otra parte, en cuanto al planteo de
prescripción y de afectación a la garantía del plazo
razonable, cabe tener presente que conforme tengo dicho a
partir de las causas 1253/13 y 783/13 “ALSOGARAY, María Julia
s/recurso de casación”, reg. 667/14, rta. el 24/4/2014 (entre
otras), no es posible decretar la extinción de la acción penal
Ante mí: