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Tarjeta 1
Las proteínas intervienen en prácticamente todos los procesos que tienen lugar en las células y
ejercen una diversidad casi inagotable de funciones.
Son las macromoléculas biológicas más abundantes y se hallan en todas las células y en todas
partes de ellas. Cada una está codificada por un gen determinado y se encarga de realizar una
función específica.
Las funciones de las proteínas son específicas de cada tipo de proteína y permiten que las
células defender de agentes externos, mantener su integridad, controlar y regular funciones,
reparar daños,etc. Todos los tipos de proteínas realizan su función de la misma forma: por
unión selectiva a moléculas.
Función de transporte: en los seres vivos son esenciales los fenómenos de transporte,
bien para llevar una molécula hidrofóbica a través de un medio acuoso (transporte de
oxígeno o lípidos a través de la sangre) o bien para transportar moléculas polares a
través de barreras hidrofóbicas (transporte a través de la membrana plasmática). Los
transportadores biológicos son siempre proteínas.
Función estructural: las células poseen un cito esqueleto de naturaleza proteica que
constituye un armazón alrededor del cual se organizan todos sus componentes, y que
dirige fenómenos tan importantes como el transporte intracelular o la división celular.
En los tejidos de sostén (conjuntivo, óseo, cartilaginoso) de los vertebrados, las fibras
de colágeno forman parte importante de la matriz extracelular (de color claro en la
figura) y son las encargadas de conferir resistencia mecánica tanto a la tracción como a
la compresión. 13
Enzimática: la gran mayoría de las reacciones metabólicas tienen lugar gracias a la
presencia de un catalizador de naturaleza proteica específico para cada reacción. Estos
biocatalizadores reciben el nombre de enzimas. La gran mayoría de las proteínas son
enzimas.
Función hormonal: las hormonas son sustancias producidas por una célula y que una
vez secretadas ejercen su acción sobre otras células dotadas de un receptor adecuado.
Algunas hormonas son de naturaleza proteica, como la insulina y el glucagón (que
regulan los niveles de glucosa en sangre) o las hormonas segregadas por la hipófisis
como la hormona del crecimiento, o la calcitonina (que regula el metabolismo del
calcio).
Reconocimiento de señales químicas: la superficie celular alberga un gran número de
proteínas encargadas del reconocimiento de señales químicas de muy diverso tipo
(figura de la izquierda). Existen receptores hormonales, de neurotransmisores, de
anticuerpos, de virus, de bacterias, etc. En muchos casos, los ligandos que reconoce el
receptor (hormonas y neurotransmisores) son, a su vez, de naturaleza proteica.
Función de defensa: la propiedad fundamental de los mecanismos de defensa es la de
discriminar lo propio de lo extraño. En bacterias, una serie de proteínas llamadas
endonucleasas de restricción se encargan de identificar y destruir aquellas moléculas
de ADN que no identifica como propias. En los vertebrados superiores, las
inmunoglobulinas se encargan de reconocer moléculas u organismos extraños y se
unen a ellos para facilitar su destrucción por las células del sistema inmunitario.
Función de movimiento: (contráctiles) todas las funciones de motilidad de los seres
vivos están relacionadas con las proteínas. Así, la contracción del músculo resulta de la
interacción entre dos proteínas, la actina y la miosina. El movimiento de la célula
mediante cilios (foto de la izquierda) y flagelos (figura de la derecha) está relacionado
con las proteínas que forman los microtúbulos.
Función de reserva: la ovoalbúmina de la clara de huevo, la lacto albúmina de la leche,
la gliadina del grano de trigo, constituyen una reserva de aminoácidos para el futuro
desarrollo del embrión.
Función reguladora: muchas proteínas se unen al ADN y de esta forma controlan la
trascripción génica. De esta forma el organismo se asegura de que la célula, en todo
momento, tenga todas las proteínas necesarias para desempeñar normalmente sus
funciones. Las distintas fases del ciclo celular son el resultado de un complejo
mecanismo de regulación desempeñado por proteínas como la ciclina.
Las proteínas son macromoléculas biológicas de alto peso molecular, solubles, con afinidad
para con otras sustancias y poseen una estructura tridimensional.
Los aminoácidos son las unidades estructurales de las proteínas. Se componen de un carbono
central (Cα) unido a un grupo amino (NH2), a un grupo carboxilo (COOH) y a un átomo de H.
También hay otro átomo o grupo de átomos (Grupos R) unido al carbono central. Las cadenas
laterales varían su estructura, tamaño, carga e influyen en su solubilidad.
Los aminoácidos individuales son iones dipolo y solubles en agua. Cuando se combinan
formando péptidos, las cargas iónicas sobre los grupos NH3 + y COO- que forman los enlaces se
han perdido. Están enlazados entre sí por condensación del grupo α-carboxilo de uno con el α-
amino de otro. Estos enlaces se denominan enlaces peptídicos (enlace covalente formado por
condensación). En este enlace, se pierde una molécula de agua por la condensación. Los
grupos participantes en un enlace peptídico no llevan cargas iónicas. Las mitades de los
aminoácidos enlazados se llaman residuos. El grupo amino libre y el grupo carboxilo libre en
extremos opuestos de una cadena peptídica, se denominan N-terminal y C-terminal. Estos se
ionizan de la misma manera que lo hacen en los aminoácidos libres, aunque las constantes de
ionización son diferentes.
H2O
proteasa
Según su composición
Según su conformación
Las proteínas poseen propiedades físico químicas en base a la solubilidad y a las propiedades
acido base. La capacidad amortiguadora también es una propiedad distintiva.
Las propiedades acido base hacen referencia a que la carga electrónica que manifiesta una
proteína esta dada por el αamino del extremo N-terminal, por el carboxilo en el c-terminal y
según la ionización de los grupos libres disociables presentes en las cadenas laterales de la
proteína.
Gracias a la existencia de los grupos ionizables de las cadenas laterales de algunos aminoácidos
sumados a los grupos COOH y NH2 terminales, podemos justificar el poder amortiguador de
las proteínas en una amplia zona de pH. Aunque cada AA tiene unos grupos ionizables con
unas constantes de ionización (pKa) características, el valor de dichas constantes puede verse
ligeramente modificado por el entorno proteico.
Cuando el pH es bajo, los grupos ionizables están protonados, y la carga neta de la proteína es
de signo positivo. Cuando el pH es alto, los grupos ionizables están desprotonados, y la carga
neta es de signo negativo. Entre ambas 18 zonas, habrá un pH en el cual la carga neta de la
proteína es nula. Es el pH isoeléctrico o punto isoeléctrico, y es característico de cada proteína
Para estudiar una proteína en particular, se la debe separar de todas los demás componentes
de la célula, incluso de otros polipéptidos. Los pasos de la purificación difieren para las
distintas proteínas y se basan en las propiedades físico químicas de las mismas (ej, tamaño,
cargas y propiedades de unión). Los objetivos al igual que los criterios de obtención de pureza
son el aumento de la actividad biológica por unidad de peso (eliminando el material inactivo u
otros compuestos no deseados) y obtener un rendimiento máximo.
Para muchas proteínas los métodos se deben aplicar a baja temperatura (0-4°C) para reducir al
mínimo la degradación de la proteína ya que se inhibe la actividad de las proteasas.
El primer paso en cualquier purificación de proteínas es la rotura de las células para liberar sus
proteínas en una solución denominada extracto crudo. Luego, se dispone de diversos métodos
para purificar una o más de las proteínas que contienen:
Si se aplica a un sistema heterogéneo, se procede a la separación de la fase insoluble de la fase
soluble mediante el uso de un filtro o tamiz (filtración) o bien, se aplica una fuerza centrífuga
(centrifugación). Si, en cambio, se toma en cuenta otras propiedades físico químicas de la
proteína, existen otras formas de separación.
La diálisis separa las proteínas de los disolventes aprovechando el mayor tamaño de las
proteínas, utilizando una membrana semipermeable. La diálisis retiene las proteínas grandes,
mientras que permite que la concentración de los demás solutos en la preparación de proteína
cambie hasta llegar al equilibrio con la solución del exterior de la membrana. (la membrana
permite el intercambio entre sales y tampon, pero no de proteínas, las cuales quedan
retenidas en el saco).