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~
Ecología y desarrollo
humano: la cuestión de la
infancia
Ecología y desarrollo humano:
la cuestión de la infancia
Ecología y desarrollo humano: la
cuestión de la infancia
Furio Pesci
ITALIA

reflexionar en profundidad sobre las mejores


ABSTRACTO
prácticas para proporcionar a los niños la
La ecología del desarrollo humano ha sido
atención que necesitan y garantizar la
protección de sus derechos. Montessori ofrece
durante mucho tiempo un aspecto importante de la
interesantes sugerencias para la práctica
investigación educativa; comenzando con la teoría
educativa de Maria Montessori y la educativa.
estudios de Urie Bronfenbrenner, la ecología forma
parte integrante de una visión actualizada de las PALABRAS clave
prácticas educativas. Los recientes debates sobre la Entorno educativo, Educación infantil,
protección y la sostenibilidad del medio ambiente Crianza, Desarrollo afectivo, Montessori,
también llaman la atención de estudiosos y 18 Ecología
educadores sobre esta cuestión en la actualidad. La
encíclica del Papa Francisco sobre la crisis
medioambiental llama a todas las personas,
independientemente de su fe religiosa, a tomar
iniciativas para la defensa del medio ambiente y la
promoción de mejores condiciones de vida para los
seres humanos e incluso para todos los seres vivos.
La cuestión ecológica recuerda la necesidad de
proteger el principal entorno educativo y vital del
niño, que es la familia; la reciente resolución del
Consejo de Derechos Humanos de la ONU subraya
este objetivo y proporciona una base para
RELAdEI 5.1 - Abril 2016 - issn 2255-0666
(La ecología del desarrollo humano ha sido du- rante mucho
tiempo un aspecto importante de la inve- stigación en
educación; a partir de la teoría educativa de María Montessori y
los estudios de Urie Bronfenbrenner la ecología es una parte
integral de una visión actualizada de las prácticas educativas. Los
recientes debates sobre la pro- tección y la sostenibilidad del
medio ambiente llaman hoy la atención de los estudiosos y
educadores sobre este tema. La encíclica de Francisco sobre la
crisis ambiental pide a todas las personas, independientemente
de su religión, a tomar iniciativas para proteger el medio
ambiente y para la promoción de mejores condiciones de vida de
las per- sonas y por todos los seres vivientes. La cuestión
ecológica recuerda la necesidad de protección del principal
ambiente educativo de la vida del niño, que es la familia; La
recien- te resolución del Consejo de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos indica este proposito y nos permi- te
reflexionar profundamente sobre las mejores prácticas que se
implementarán para ofrecer a los niños la atención que necesitan
y garantizar la protección de sus derechos. Montessori ofrece
sugerencias interesantes para la práctica educativa.
PALABRAS CLAVE Entorno Educacional, Educación Infan-
til, Crianza del niño, Desarrollo afectivo, Montessori, Eco- logía

(ESPAÑOL) La ecología del desarrollo humano ha sido durante


mucho tiempo un aspecto importante de la investigación
educativa; desde las obras educativas de Maria Montessori y los
estudios de Urie Bronfenbrenner, la ecología se convirtió en parte
integrante de una vi- actualizada.

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sión sobre las prácticas educativas. Los debates actuales (Franciscus, 2015), ya que se presenta como un
sobre el entorno biológico y social, su protección y proyecto que intenta establecer un diálogo entre
sostenibilidad, recuerdan la atención de estudiosos y visiones del mundo y humanas muy diferentes y
educadores sobre esta cuestión. La encíclica del Papa contrastadas sobre la cuestión medioambiental, que
Francisco sobre la crisis medioambiental pide a todas las es claramente uno de los principales problemas de
personas, independientemente de sus creencias religiosas, nuestro tiempo y que necesita un compromiso
que tomen iniciativas para proteger el medio ambiente y educativo específico.
promover mejores condiciones de vida para todas las La pedagogía de Montessori en su conjunto,
personas e incluso para todos los seres vivos. La cuestión además, nace de las reflexiones de una educadora
ecológica recuerda la necesidad de proteger el principal que interpretó y expresó de manera original la
entorno educativo en la vida del niño, que es la familia. Una necesidad de una religiosidad armonizada con el
reciente resolución del Consejo de Derechos Humanos de conocimiento científico, en un diálogo entre fe y
las Naciones Unidas señala este propósito y constituye una laicismo que parece afín al espíritu y al contexto en
base para una profunda reflexión sobre las mejores el que se mueve hoy el Papa actual, aunque la
prácticas a aplicar para ofrecer a todos los niños la naturaleza y la gravedad de los problemas de nuestro
atención que necesitan y garantizar la protección de sus tiempo sean diferentes de los que se planteaban en la
derechos. Mon- tessori aporta interesantes sugerencias para época de Montessori.
la práctica educativa. Un aspecto muy significativo de la coeducación
palabras Entorno educativo, Primera infancia montessorianos es la conciencia de la oppor-
CLAVE
Educación, Crianza, Desarrollo emocional, Montes- sori, La referencia a esta teoría particular de la educación (que
Ecología corresponde a una práctica establecida de valor reconocido)
es apropiada para analizar a nivel pedagógico un texto como la
LA CUESTIÓN ECOLÓGICA: encíclica Laudato si'.
MONTESSORI Y LA ENCÍCLICA LAUDATO
SI'
La visión "cósmica" de la pedagogía Montessori es
hoy bien conocida incluso fuera de las escuelas que
aplican el método Montessori. De hecho, en los
últimos años de su vida, la pedagoga italiana llevó a
cabo una reflexión personal sobre muchos aspectos
que hasta entonces no había considerado en su obra,
entre ellos lo que hoy podría considerarse una forma
de educación "ambiental" (Montessori, 1946). (Se
trataba de una nueva formulación de su teoría
pedagógica y de algunas de las prácticas inspiradas
en ella, bajo la influencia decisiva de la espiritualidad
oriental, que había conocido bien en el trato con sus
amigos y conocidos indios, especialmente durante
los años de su "internamiento" en la India. Es útil
recordar estas experiencias para comprender la
educación "cósmica" de Montessori y su pertinencia
en el contexto de los problemas actuales.
La educación cósmica era, después de todo, un
elemento que ya estaba presente, al menos
implícitamente, en los primeros experimentos
llevados a cabo en Roma en los "hogares de niños" de
los que partió toda la historia del movimiento
Montessori, pero el contacto con la espiritualidad
hindú proporcionó a Montes- sori indudablemente
nuevas percepciones, que se injertaron en el
trasfondo de la religiosidad que impregna toda la
obra de María Montessori (Montessori, 2013).
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tunidad de hacer que el niño tome
conciencia, a través de un camino
autónomo de descubrimiento, de su lugar
en el universo, mediante una serie de
"narraciones" (la llamada "fábula cósmica")
y experiencias con diversos materiales
didácticos. Es evidente, en el contexto del
método Montessori, que la toma de
conciencia del problema medioambiental,
tan apreciado hoy por los ecologistas,
deriva fundamentalmente de la toma de
conciencia de la estructura del universo y
del lugar del hombre en él.
El "sentido" del universo que la
propuesta educativa de Montessori
pretende despertar en los niños tiene una
doble inspiración: por un lado, se basa en
una especie de "divulgación" a nivel infantil
de los principales conocimientos científicos
sobre la "historia" del universo, la Tierra y la
humanidad; por otro, apoya el desarrollo de
un sentido "espiritual", no necesariamente
confesional, de la vida, que intenta captar
su profundidad y sus múltiples dimensiones
de forma no trivial. La propia vida de María
Montessori se caracteriza por el esfuerzo,
no siempre lineal y no siempre exitoso, de
conciliar fe y ciencia, sentimiento y razón.
Fue influenciada en su juventud por el
sacerdote-científico Antonio Stop- pani,
con quien estaba emparentada, alumna de
antropólogos positivistas durante s u s
estudios universitarios y sus primeras
experiencias de investigación, autora de
libros sobre el desarrollo de la liturgia
católica y la catequesis (gracias a los cuales
su método recibió la bendición apostólica
del Papa Benedicto XV - cf. Montessori,
1949. Montessori, 1949: la recopilación
conclusiva de esos textos, publicados entre
1922 y 1931 y editados por María
Montessori pocos años antes de su muerte,
para la edición completa de sus obras
mayores en Italia), amiga de Anna Freud,
una
contacto de por vida con las figuras de socorro. 19

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vo de la masonería y de la teosofía de la época, su perspectiva pedagógica como la Montessori.
pedagogía aparece hoy ecléctica y originalmente 20 De hecho, el papado de Francisco fue bien
inspirada por una multiplicidad de intuiciones que acogido por
conviene tener presentes hoy.
Si hubiera que resumir la concepción de Mon-
tessori, habría que decir que una de las
preocupaciones fundamentales de su pedagogía es el
desarrollo de una interacción armoniosa entre el
individuo y el entorno, uno de los temas más
importantes, por otra parte, de toda la reflexión
filosófica y científica del siglo XX sobre la educación.
Esta armonía sólo es posible, para Mon- tessori, a
través de una toma de conciencia por parte del niño
("padre del hombre", no sólo en virtud de un recurso
retórico).
La conciencia de sí mismo que el método
Montessori quiere suscitar en el niño se refiere a su
posición en el mundo, como ser individual, como
miembro de una especie, como persona dotada de
una cultura y perteneciente a una sociedad con
tradiciones y valores propios, como partícipe de los
ideales y valores de toda la humanidad: una
perspectiva cosmopolita en el plano político y
ecuménica en el religioso.
El niño aprende a concebirse a sí mismo y a los
demás como un ser con personalidad; y su carácter
personal incluye también una forma de
trascendencia y relación con Dios que puede
adaptarse a las distintas confesiones religiosas. María
Mon- tessori era católica y se concentró, en un
período central de su vida, en la enseñanza de la
religión católica a través de su método; sus
propuestas di- cticas se aplicaron posteriormente
también a otros contextos religiosos.
Es a partir de este planteamiento básico q u e s e
puede leer la conexión entre la preocupación por la
cuestión medioambiental, la introducción de valores
medioambientales en la educación y una perspectiva
religiosa de la educación como la católica, teniendo
en cuenta la posibilidad de extender consideraciones
similares a otras realidades del mundo religioso
contemporáneo, en sintonía con orientaciones
recientes de la investigación psicológica (psicología
positiva, en particular - véase Peterson y Seligman,
2004).
Sobre esta base, la encíclica Laudato si' ofrece una
serie de sugerencias, desde una perspectiva
Montessori, para reflexionar sobre los objetivos de la
educación ambiental y sus conexiones con un
conjunto más amplio de valores morales, políticos y
religiosos. Desde este punto de vista, las "aperturas"
propuestas en la encíclica parecen integrarse en una

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muchos, dentro y fuera de la Iglesia católica, como una
novedad notable por la "apertura" que ha manifestado en
muchas cuestiones ética y políticamente relevantes. Entre
ellos figura también la encíclica Lau- datum si', que es el
primer documento de este tipo dedicado a cuestiones
ecológicas (y algunos han llegado a señalar, con cierta
malicia, que probablemente sea la encíclica más larga
jamás escrita).
Sin embargo, no se trata de una novedad absoluta, en el
sentido de que no es la primera vez que un pontífice dedica
una atención específica a las cuestiones medioambientales;
al contrario, desde hace años la ecología es una de las áreas
temáticas incluidas en la doctrina social de la Iglesia,
expuesta de forma exhaustiva y sintética en un amplio
repertorio de tesis que abordan el ámbito mucho más
amplio de las cuestiones sociales que hoy están bajo la
mirada de todos (Pontificio Consejo Justicia y Paz, 2004).
Debería ser precisamente desde una perspectiva capaz
de captar el vínculo entre el agravamiento de los daños
medioambientales y el aumento de la injusticia social
desde donde podrían encontrarse soluciones adecuadas a
un complejo de problemas, todos ellos de extrema
gravedad y estrechamente interconectados, hasta el punto
de que ni siquiera parece posible resolver uno de ellos sin
intentar resolver también los demás.
La perspectiva más auténtica desde la que observar y
abordar los problemas medioambientales es la lucha
abierta contra las injusticias sociales provocadas por un
sistema económico que lleva en sí mismo contradicciones
tan arraigadas que las perspectivas parciales de reforma,
que no cuestionan radicalmente sus fundamentos mismos,
resultan ineficaces.

UN INTERÉS COMPARTIDO
En cualquier caso, se aplica el principio enunciado por
Francisco al comienzo de su encíclica: nada de este mundo
nos es indiferente (Franciscus, 2015, párrs. 3-6); si este
principio se formula para exhortar a las personas a cuidar
de su entorno, también se aplica para subrayar el carácter
especial de la ecología desde una perspectiva católica. Un
aspecto característico de la encíclica es la presencia de
partes exhortativas en el texto, dirigidas tanto a los
creyentes católicos como a los no creyentes.
Y las consideraciones descriptivas de la encíclica
coinciden casi unánimemente, por lo que parece sobre
todo un amplio catálogo de los problemas
medioambientales de nuestro tiempo: "contaminación,
residuos y cultura del despilfarro" (Franci-

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scus, 2015, párrs. 20-22) son sin duda algunas de las "ontológica", del hombre se ha convertido precisamente en la
emergencias que no solo los "ecologistas", sino todas de consumidor, tanto de bienes externos como de su propia
las personas de hoy en día desearían combatir. Sin vida, muy a menudo vista y percibida como un mosaico de
embargo, es significativo que la referencia a la experiencias más o menos significativas.
"cultura del despilfarro" implique también un Lo que parece, pedagógicamente hablando, profundo-
compromiso educativo concreto.
En este punto, probablemente ejerzan una
influencia considerable en el texto papal los trabajos
de estudiosos como Zygmunt Bauman, que han
señalado acertadamente entre las consecuencias de
la globalización precisamente una "cultura del
despilfarro" aplicada a los seres humanos (Bauman,
2001). La globalización es un fenómeno de
mercantilización del ser humano, al que las leyes del
mercado y el capitalismo contemporáneo esclavizan
y humillan, haciendo que los más débiles estén cada
vez menos protegidos. Si la ecología denuncia la
explotación y la degradación del medio ambiente,
debemos recordar que la explotación y la
degradación son las condiciones de vida
estructurales en las que se encuentra gran parte de la
humanidad.
Esta perspectiva "radical" de entender la situación
contemporánea deriva de una visión antropológica
que capta los fenómenos que tienen lugar en la
sociedad y, en particular, las características
particulares de la cuestión ecológica en el mundo
"globalizado". En cierto sentido, se pueden detectar
profundas similitudes entre la encíclica y los análisis
de economistas y sociólogos contemporáneos que
han interpretado lúcidamente nuestro tiempo, la
posmodernidad, sin renunciar a una lectura crítica
orientada a cambiar la situación actual (Arrighi,
1994; Harvey, 1990).
Según algunas de estas interpretaciones, la
disponibilidad de "cosas" en nuestra sociedad ha
aumentado considerablemente y el único límite
viene determinado por el poder adquisitivo
individual. Esta aparente afluencia, o mejor dicho,
esta vasta y variada facultad de elección ya ha sido
reconocida como uno de los rasgos más
significativos de nuestro tiempo, hasta el punto de
que se ha argumentado, en mi opinión válidamente,
que la propia libertad del ser humano hoy en día
adopta la forma casi exclusiva de la facultad de elegir
los objetos que a uno "le gustan" entre el
caleidoscópico inventario de "bienes" disponibles
(Bauman, 1988).
Al final, esta libertad se ha reducido a la capacidad
del consumidor, que sólo es libre de elegir entre los
numerosos artículos del mercado según la dotación
de su cartera; y la condición existencial, por así decir

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Se trata, en esencia, de que el "consumismo" la expansión del mercado, se inventan nuevos usos
se ha extendido también a los para los cambios inducidos, a menudo innecesarios;
acontecimientos y elecciones importantes todos usamos, como si nada, cosas que en gran
de la existencia, que cada vez parece vivirse medida son inútiles, o las usamos sólo parcialmente;
más, sobre todo entre los más jóvenes, los productos innovadores representan a menudo un
como una mercancía que se consume, o símbolo de estatus, una forma de estar en sintonía
como una serie de experiencias que se usan con los tiempos, bien aceptados dentro de un grupo
y se descartan. en el que no podemos formar parte del mercado.
De hecho, esta tendencia a fomentar el en el que todos los componentes tienen los mismos deseos.
consumo hasta el punto de desarrollar una La civilización del consumo está dominada por la lógica
verdadera mentalidad consumista, como si 21
se tratara de un valor moral positivo, fue,
sin entrar en el ámbito estricto de la
economía política, una de las consecuencias
de todo lo que ocurrió después de la
Segunda Guerra Mundial. La crisis de los
años setenta exacerbó entonces la tendencia
a fomentar el consumo, porque sólo
manteniendo artificialmente alto el
consumo se pueden mantener altos los
beneficios; esta tendencia se ha desarrollado
en los últimos treinta años quizá incluso
más que en el periodo de gran prosperidad
de los años cincuenta y sesenta.
El título de uno de los principales textos
de Bauman, Con- suming Life (Bauman,
2007), es, en mi opinión, significativo:
consigue expresar la idea fundamental del
sociólogo polaco, que en la modernidad, la
primacía del conocimiento, su ideal teórico,
ha dado paso a una primacía de la
producción y el consumo, propia de la
sociedad industrial y de la mentalidad
moderna, de esa prevalencia de las
actividades económicas sobre otras formas de
actividad, desde luego sobre las de carácter
especulativo, y la consecuencia final ha sido
que el hacer se ha convertido en un fin en sí
mismo o incluso supeditado a la lógica del
consumo. Por lo tanto, es necesario hacer,
no para otro fin, sino para el hacer en sí
mismo y consumir lo que se ha hecho; hay
que seguir haciendo más y más, y consumir
lo que es producto del hacer; las cosas no
deben durar - deben r o m p e r s e , para ser
rehechas y revendidas y reutilizadas. Hoy,
los productos que compramos están
destinados a desgastarse, no a durar; un
teléfono móvil, un ordenador, tienen una
vida marcada desde el principio; las propias
empresas obligan a los consumidores a
gastar continuamente, por ejemplo en
actualizaciones tecnológicas. Al servicio de
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de la desechabilidad, que, según sus teóricos y muy complejos y problemáticos (Bateson,
críticos, no sólo afecta a los objetos, sino también a 1972).
las personas. El pegadizo título de otro libro de Ya en los primeros estudios filosóficos y
científi
Bauman es Vidas desperdiciadas (Bauman, 2004);
nuestra perspectiva existencial está determinada por 22 ficación de la simbiosis entre organismo y medio
esta espada de Damo- cle que pende sobre nuestras ambiente, en la
cabezas: todos tenemos que equiparnos para evitar
ser "desechados", tarde o temprano, por quienes
tienen el poder de hacerlo.
La precariedad determina, incluso en las
sociedades "opulentas", la dificultad de diseñar una
identidad personal; los marcos externos de la vida
económica y social son, en cambio, los que permiten
la construcción de la vida interior, pero en una
época de crisis como la nuestra, este proyecto es
inviable y los jóvenes de hoy pagan las consecuencias
más duras, forzados como están a una perspectiva de
futuro muy estrecha.
Un sociólogo como Bauman, estudioso de la
sociedad "individualizada" y "líquida", sostiene que
esta paradoja está presente en el mundo
contemporáneo: no sólo las comunidades están
muertas, o agonizando, sino que la propia sociedad
empieza a ser percibida por la mayoría como un
mero conjunto de individuos, y por eso habla de una
sociedad individualizada (una contradicción en los
términos, un oxímoron: la sociedad no debería estar
individualizada, pero de hecho lo está, porque ya
nadie percibe ni siquiera el vínculo funcional entre
las personas).

LA RELACIÓN ENTRE EL INDIVIDUO Y EL


MEDIO AMBIENTE
Las sugerencias que se derivan de estas
interpretaciones críticas de la sociedad
contemporánea para la investigación educativa son
evidentemente numerosas. En particular, siguiendo
el hilo del discurso de la encíclica, se puede
considerar la necesidad de formar a las nuevas
generaciones para que tengan una relación
armoniosa con el medio ambiente, para que lo
respeten y lo cuiden, teniendo en cuenta que la
relación entre el hombre y el medio ambiente es
siempre problemática, tanto en cada época histórica
como en cada fase de la vida individual.
De hecho, la propia cuestión ecológica remite a
uno de los nudos fundamentales de la
representación científica del mundo y de la
humanidad, la interacción entre organismo y medio
ambiente, que ha sido uno de los grandes temas del
debate cultural del siglo a lo largo del siglo XX y que
h a s i d o t r a t a d o anteriormente en términos

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En la primera mitad del siglo pasado, esta relación parece
caracterizarse por la necesidad del organismo de extraer
del entorno la sustancia que necesita para vivir, que el
entorno no siempre puede proporcionarle y que, por tanto,
debe "explotar" de algún modo y en cierta medida para la
supervivencia del organismo. Esta relación, ya en el plano
biológico, dista mucho de ser armoniosa. Incluso a nivel
social, las formulaciones de esta relación parecen
problemáticas. El individuo, el ser humano en el curso de
su educación, debe "adaptarse" al entorno y esta
adaptación requiere esfuerzos que no siempre tienen éxito.
Desde este punto de vista, la propia educación aparece
como un proceso de adaptación al entorno social, a través
del cual se lleva a cabo la transmisión de un valor social.
conocimiento y la cultura de una generación a otra.
Parecería, a partir de las representaciones de la biología,
Pero también de las ciencias humanas, que la relación
entre el individuo y el medio ambiente se caracteriza por
un squili- brio más que por una interacción armoniosa. La
vida misma está marcada por el continuo intento de
resolver esta tensión, que siempre se renueva debido a lo
costoso inherente a los seres vivos y a las sociedades
humanas. No se puede escapar a esta tensión, en la que la
cibernética ha hecho especial hincapié, influyendo en todo
el debate científico contemporáneo.
La raíz de las cuestiones sociales y políticas, así como
psicológicas y pedagógicas, vinculadas a la cuestión
ecológica se encuentra en este desequilibrio estructural que
siempre hace problemática la relación entre el individuo y
el medio ambiente, tanto si se trata de organismos vivos en
general como de seres humanos en particular. Este
desequilibrio se repite con características propias en los
distintos niveles de la vida biológica y social (Bateson,
1979).
Al abordar la cuestión ecológica, hay que tener en
cuenta el carácter siempre "dramático" del equilibrio entre
el individuo y el medio ambiente; quizá la mejor
representación (más bien habría que decir la mejor
metáfora) de este carácter problemático lo proporcionan
hoy las teorías de la complejidad, la filosofía de Edgar
Morin en particular, que hacen hincapié en la
multiplicidad de dimensiones de esta relación y derivan la
razón del propio desequilibrio de esta misma
multidimensionalidad (Morin, 1999).
Por otra parte, no se puede dejar de reconocer la
importancia histórica de la representación psicoanalítica del
"drama" individuo-entorno, que sustentó el desarrollo de
la psicología científica en el siglo pasado; una visión que
ahora, para algunos estudiosos, está "pasada de moda",
pero que ha tenido el mérito de poner de relieve cómo

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el "microcosmos" humano está atravesado por las entorno vital de los más pequeños, bajo la
mismas tensiones y desequilibrios que existen en la
naturaleza. Tanto la representación del desarrollo
infantil en términos de una relación marcada por
contradicciones a menudo insolubles entre
generaciones (Edipo), como la hipótesis tardía de
Freud de una "pulsión de muerte" (Tánatos) en el
fondo de la acción humana, más allá del mimetismo
científico que contribuyeron a alimentar, significan
una toma de conciencia, a menudo teñida de
amargura y pesimismo, de este vínculo siempre
problemático.
La perspectiva de Montessori se inspira en gran
medida en la concepción psicoanalítica de Freud,
aunque no sigue servilmente ni sus premisas
instintualistas ni sus consecuencias pesimistas para
la condición presente y futura de la especie humana,
condenada a una "neurosis" masiva (el "malestar" de
la civilización) o a un riesgo constante de
autodestrucción alimentado por la propia conciencia
del instinto de muerte (Montessori, 1939).
A nivel pedagógico, es precisamente la relación
entre el individuo y el medio ambiente la que
desempeña un papel central en el debate ecológico.
El problema d e l a salud ambiental es un caso
especial de las muchas situaciones en las que el ser
humano encuentra dificultades para llevar una vida
en armonía con su entorno, ya sea físico o social. La
lección Montessori entiende la cuestión en términos
de una relación que debe renovarse continuamente.
Esta renovación requiere, como ya se ha dicho, la
conciencia de que toda la educación Montessori
tiene como objetivo formar, y no sólo el desarrollo
intelectual que es tan central en la reflexión y la
práctica pedagógica; una nueva conciencia de la
posición del hombre en el cosmos debe surgir a lo
largo de toda su historia, desde su dura relación
con el medio ambiente prehistórico hasta las
perspectivas de explotación de hoy, que pueden
incluso alterar la realidad natural.
y el social (Montessori, 1948).
En la perspectiva Montessori, también hay lugar
para la conciencia de los valores que caracterizan esta
relación. El hombre debe ser consciente de una
historia que se remonta a decenas de miles de años, y
el niño debe estar capacitado para comprenderla. Por
otra parte, esta toma de conciencia exige de los
adultos, de los educadores, un cuidado especial de l a
relación con los niños y los adolescentes. Es un
cuidado especial del entorno educativo lo que hace
posible una especie de "ecología humana", de
"ecología pedagógica", cuidando las relaciones y el

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orientación y responsabilidad de adultos Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre la
capaces de garantizar una calidad de vida protección de la familia en el contexto de la
adecuada a la nueva generación; es esta promoción y protección de todos los derechos
garantía la que hará que los jóvenes de hoy humanos, civiles, políticos, económicos, sociales y
sean capaces de mejorar el mundo de culturales, incluido el derecho al desarrollo.
mañana y de cambiarlo, si es necesario. Inspirándose en los propósitos y principios de l a Carta
En este sentido, sigue vigente la utopía de las Naciones Unidas y reafirmando la Declaración
U n i v e r s a l de los Derechos Humanos, así
contradictoria que caracteriza las ideas
como otros importantes documentos internacionales, como
pedagógicas modernas: por un lado, la
la Declaración
educación parece ser el motor de un cambio
que, de otro modo, sería políticamente de
impracticable; por otro, sin un cambio en el 23
contexto social, que sólo la acción política
concreta puede provocar, la mayoría de las
veces en la lucha y oposición de intereses no
integrables, la misma labor educativa parece
imposible.

ENTRE LOS MITOS DEL PROGRESO Y LAS


EXIGENCIAS DE UN CAMBIO REAL
La sección final de la encíclica está
expresamente dedicada a la dimensión
pedagógica, por así decirlo, de la cuestión
ecológica. Es significativo, sin embargo, que
el texto hable del vínculo entre educación y
"espiritualidad ecológica" (Franciscus, 2015,
párr. 202), una expresión bastante nueva
que parece querer continuar la serie de
gestos realizados por el papa para señalar a
las conciencias de los cristianos el vínculo
entre la vida espiritual y el compromiso en
la sociedad.
La misma "conversión ecológica"
(Franciscus, 2015, párrs. 216-221), que a
veces parece reproponer la propuesta del
decrecimiento en términos católicos, no
puede olvidar que la necesidad de cambio y
reversión debe contar con la realidad de
miles de millones de personas que viven en
el subdesarrollo y la explotación, que serían
doblemente víctimas del propio
decrecimiento, primero por su marginación
del desarrollo pasado y segundo por los
retrocesos que el decrecimiento en las zonas
desarrolladas traería a las no desarrolladas.
Uno de los documentos equiparables a la
encíclica en cuanto a la necesidad de
garantizar espacios vitales adecuados y una
"calidad" que permita un desarrollo lo más
armonioso posible para los niños es
probablemente la resolución adoptada el 25
de junio de 2014 por el Consejo de

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Pekín y la Convención sobre los Derechos del Niño, enfermedades graves.
este documento se refiere directamente a una Una declaración muy importante del
resolución (16 de julio de 2014) del mismo Consejo 24 Consejo de Derechos Humanos es que la familia es
sobre la protección de la familia. el nu-
En esencia, la cuestión "ecológica", aplicada a la
condición de los niños, se centra en la necesidad del
entorno fundamental del niño, que es
universalmente la familia; y por lo tanto, en la lógica
del derecho internacional reciente, debe reconocerse
que la familia tiene la responsabilidad primordial de
la crianza y protección de los niños, y que éstos, para
el desarrollo armonioso y completo de su
personalidad, deben crecer en un entorno familiar y
en un clima de felicidad, amor y comprensión. La
instancia "ecológica", en el sentido de una adecuada
"eco-logía del desarrollo humano", se encuentra por
tanto también en el centro de atención en el
contexto de la definición y defensa de los derechos
humanos: la familia, entendida como el grupo
fundamental de la sociedad y el entorno natural para
el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros
y de los niños en particular, debe tener garantizada la
protección y la asistencia que necesita para poder
asumir plenamente su responsabilidad en el seno de
la familia.
de la comunidad.
En varios puntos de la resolución, el Consejo de
Derechos Humanos reafirma que la familia es el
núcleo natural y fundamental de la sociedad y tiene
derecho a ser protegida por la sociedad y el Estado.
Por el contrario, observa con preocupación que la
contribución de la familia a la sociedad y a la
consecución de los objetivos de desarrollo sigue
estando en gran medida desatendida e infravalorada,
mientras que aún no se reconoce adecuadamente el
potencial de la familia para contribuir al desarrollo
nacional y a la consecución de importantes objetivos
de toda sociedad y de las propias Naciones Unidas,
entre ellos la erradicación de la pobreza y la creación
de sociedades justas, estables y seguras.
La mayoría de los objetivos de desarrollo
acordados internacionalmente, en particular los
relacionados con la reducción de la pobreza, la
educación de los niños y la reducción de la
mortalidad materna, difícilmente podrían alcanzarse
sin estrategias centradas en la familia para lograrlos,
contribuir positivamente, entre otras cosas, a la acción
para erradicar la pobreza y el hambre, lograr la
enseñanza primaria universal, promover la igualdad
entre los sexos y la autonomía de la mujer, reducir la
mortalidad infantil, mejorar la salud materna,
combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras

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parte natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho
a ser protegida por la sociedad y el Estado. Esta es sin duda
la afirmación más significativa de todo el documento, que
pone de relieve el aspecto no meramente "privado" de los
lazos familiares y del amor humano en sí; los lazos
familiares adquieren así una importancia primordial que
no puede subestimarse.
Según esta resolución, la familia es un recurso
indispensable para la cohesión y la integración social, la
solidaridad entre generaciones y el desarrollo social, y
desempeña un papel crucial en la preservación de la
identidad cultural, las tradiciones, la moral, el patrimonio
y el sistema de valores de la sociedad. Reducir la familia a
una "pura relación", parece decir el documento, sería
peligroso para el propio bienestar social.
Por otra parte, los hogares son especialmente susceptibles
a las tensiones provocadas por los cambios sociales y
económicos, y el documento expresa su profunda
preocupación por el empeoramiento de las condiciones de
muchos hogares debido a las crisis económicas y
financieras, la falta de seguridad en el empleo, la
generalización del trabajo temporal, la falta de ingresos
regulares; es significativo que el documento también
mencione entre las causas del empeoramiento de las
condiciones de vida de muchos hogares las mismas
medidas adoptadas por muchos gobiernos para equilibrar
el déficit estatal reduciendo el gasto social (Arrighi, 2007;
Harvey, 2005).
La unidad familiar se enfrenta hoy a vulnerabilidades
crecientes, en particular debido a las condiciones de las
familias monoparentales encabezadas por una mujer, la
pobreza de las familias con miembros ancianos o
discapacitados, la presencia de miembros con VIH
/ SIDA o enfermedades invalidantes o terminales, así como
la propagación de adicciones a sustancias y estilos de vida
poco saludables, el maltrato infantil y la violencia
doméstica.
También hay que tener en cuenta que ha aumentado la
emigración en busca de trabajo, lo que es una causa más de
tensión y desintegración del tejido familiar y conlleva en
algunos casos mayores responsabilidades para las mujeres.
En muchos entornos urbanos, millones de niños y jóvenes
se ven abandonados a su suerte y los lazos familiares se
disuelven, por lo que están cada vez más expuestos a
riesgos como el abandono escolar, la explotación laboral, la
explotación sexual y las enfermedades de transmisión
sexual.
El Consejo de Derechos Humanos subraya que la fa-
milla es la principal responsable de la alimentación y la

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protección de los niños desde la infancia hasta la promoción de los derechos humanos de cada uno de sus
adolescencia, y que la introducción de los niños en la miembros también contribuye a la disminución de las tasas
cultura, los valores y las normas de la sociedad de abandono escolar en los centros educativos, a la
comienza en la familia; para garantizar mejor el consecución de la igualdad entre mujeres y hombres, a l
desarrollo armonioso y completo de su empoderamiento de las mujeres y a la igualdad de género.
personalidad, los niños deben crecer en un entorno
familiar, en un ambiente de felicidad, amor y
comprensión.
Los padres tienen derecho de prioridad en la
elección del tipo de educación que debe darse a sus
hijos y son los principales responsables de la crianza y
el desarrollo del niño; también debe tenerse en
cuenta que el interés superior del niño debe ser el
principio rector de los responsables de su crianza y
orientación. En el plano psicológico y pedagógico, el
papel de los miembros de la familia, en particular de
los padres y otros tutores legales, es prioritario para
reforzar la autoimagen, la autoestima y el estatus de
los niños, así como para proteger su salud y
bienestar; estas funciones y tareas deben ser
reforzadas y apoyadas en la sociedad y por los
gobiernos. El Consejo de Derechos Humanos
subraya la urgencia de hacer realidad la igualdad de
derechos, oportunidades y acceso a los recursos para
hombres y mujeres, el reparto equitativo de
responsabilidades en la familia y una asociación
armoniosa entre los sexos, que es crucial para el
bienestar individual y familiar. En consecuencia, el
documento expresa su aprecio por el hecho de que las
contribuciones sociales y económicas de la mujer al
bienestar familiar y la importancia social de la
maternidad y la paternidad sigan
recibir un apoyo y un reconocimiento insuficientes.

SOLUCIONES ESPECÍFICAS
En muchas circunstancias, las mujeres siguen
soportando una parte desproporcionada de las
responsabilidades asistenciales y en el cuidado de
niños, enfermos y ancianos; a este respecto, la
resolución hace hincapié en la necesidad de abordar
sistemáticamente estos desequilibrios y de garantizar
que la maternidad y el papel de la mujer en la
crianza de los hijos y en la educación no constituyan
motivos de discriminación, ni limiten la plena
participación de la mujer en la vida de la sociedad.
La igualdad entre hombres y mujeres,
especialmente en la participación de las mujeres en
el empleo, y la responsabilidad parental compartida
deben ser elementos esenciales de las políticas
familiares.
El impacto positivo de las políticas y medidas de
protección de la familia en la protección y

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de las niñas, su protección, especialmente y familiares entre mujeres y hombres;
contra la violencia, los abusos sexuales y la c) protección de la familia frente a las causas y
explotación, las prácticas nocivas y las consecuencias de la desintegración familiar;
formas de trabajo infantil; a la inversa, las d) facilitar la integración, la reunificación, la con-
violaciones y abusos contra los derechos servación y la protección familiar, entre otras cosas
humanos y las libertades fundamentales de mediante la provisión de una vivienda adecuada, el
la familia pueden tener consecuencias acceso a servicios básicos y medios de vida
negativas en los esfuerzos por proteger a la sostenibles;
familia y preservar su cohesión entre los e) Reducción de la pobreza mediante ayudas a las
miembros. familias en situación de vida difícil y aumento de la
En general, el Consejo de Derechos rentabilidad de todos los miembros adultos de las
Humanos subraya la importancia de familias económicamente desfavorecidas;
reforzar las asociaciones f) ayuda a las familias monoparentales y, en particular
intergeneracionales y la solidaridad entre atención a las necesidades de viudas y huérfanos, 25
las generaciones y pide a los Estados, a este
respecto, que promuevan oportunidades de
interacción voluntaria, constructiva y
regular entre las generaciones jóvenes y
mayores en la familia, el lugar de trabajo y
la sociedad en su conjunto. También por lo
que respecta a la lucha contra el abuso de
sustancias, unas relaciones familiares
estables, solidarias y enriquecedoras,
apoyadas por la comunidad y, si existen,
por servicios profesionales, pueden
constituir un escudo visible contra este
gravísimo problema actual, especialmente
entre los menores.
Por ello, el documento insta a los
Estados, recordando las obligaciones que les
incumben en virtud del derecho
internacional de los derechos humanos, a
proporcionar a la familia, como núcleo
natural y fundamental de la sociedad, una
protección y una asistencia eficaces,
adoptando las medidas que se exponen a
continuación:
a) creación de políticas familiares de apoyo
a la fa- miles y evaluación de estas políticas
y programas para comprobar su impacto en
el bienestar familiar;
b) diseño, aplicación y promoción de
políticas sensibles a la familia en los
ámbitos de la vivienda, el trabajo, la
sanidad, la seguridad social y la educación
para crear un entorno favorable a la familia,
que incluya servicios asequibles, accesibles y
de calidad para los niños y otras personas
dependientes, regímenes de permisos
favorables a los padres y familiares, y
campañas para concienciar al público y a
otros agentes pertinentes sobre el reparto
equitativo de las responsabilidades laborales
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a través de diversos medios, como la asistencia actitud "cariñosa" hacia los más jóvenes. La red de
sanitaria y la seguridad social, los programas de relaciones del niño también debe incluir a vecinos
difusión de guarderías e instalaciones de lactancia en que le proporcionen apoyo emocional y un
el ámbito local, el trabajo a tiempo parcial, los sentimiento de pertenencia a l entorno
permisos de maternidad y paternidad retribuidos, sociedad de la que también forman parte los niños.
los horarios de trabajo flexibles y los servicios de En el contexto de la vida de los niños, tal como se
atención sanitaria a la maternidad y la infancia. ha esbozado aquí, en el continuo entre el contexto
familiar y doméstico y el contexto comunitario más
EL CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE amplio, los niños deben respirar un clima de
DESDE UNA PERSPECTIVA MONTESSORI cuidado de sí mismos y en los contextos educativos,
La encíclica de Francisco contiene, por tanto, en el especialmente en los entornos escolares, pero
contexto de un discurso global sobre la degradación también en las instalaciones de ocio; los trabajadores
del medio ambiente, interesantes reflexiones sobre la sanitarios y los profesores deben esforzarse
cuestión "ecológica" específicamente en el ámbito de constantemente por crear entornos caracterizados
la educación, con especial referencia a las por la aceptación y la acogida, capaces de animar y
necesidades de los niños. En esta perspectiva, el tranquilizar a los más pequeños.
cuidado del entorno familiar es una prioridad y La implicación de los padres en el cuidado y la
requiere atención a todos los niveles, desde las educación de los niños es indispensable; esta
políticas sociales hasta las acciones cotidianas de los implicación no debe ser iniciativa exclusiva de la
educadores. familia, sino que padres, cuidadores y profesores
Por lo que respecta a una "ecología de la infancia" deben trabajar juntos para crear un enfoque
específica, los conocimientos psicopedagógicos y coherente y solidario que fomente el crecimiento del
sociológicos adquiridos desde hace tiempo sobre niño y el éxito en sus actividades, contribuyendo a la
este tema (Bronfenbrenner, 1979) siguen siendo confianza subyacente que sustenta todo el desarrollo
muy útiles. En efecto, hay que cuidar el apoyo humano incluso en la fase posterior a la infancia.
familiar: los padres deben proporcionar al niño un Además del apoyo de un entorno externo
nivel de amor elevado, constante y consistente, tranquilizador y acogedor, hay que cuidar la
compuesto de cuidados físicos y atención positiva, capacitación permanente de los niños. Para ello, la
de forma adecuada y que corresponda a la comunidad local, no sólo la familia, debe apreciar y
sensibilidad y la individualidad del niño. valorar la aceptación e inclusión de los niños, desde
La comunicación positiva también es necesaria en una edad temprana, en toda la vida comunitaria; si
la familia; los padres deben expresarse de forma bien es cierto que los niños deben tener su propio
positiva y respetuosa hacia el niño, entablando una espacio vital, también lo es que estos espacios no
práctica conversacional que invite al diálogo y a la deben aislarlos del contexto de la vida de toda la
contribución personal. Esto se aplica tanto a la comunidad.
comunicación verbal como a la no verbal. Según la El niño debe ser visto en la sociedad como un
edad del niño, una u otra pueden ser más o menos recurso; con demasiada frecuencia, a pesar del gasto
importantes, pero el principio sigue siendo válido en realizado, falta esta concienciación. La comunidad
ambos casos. Además, también hay que garantizar a demuestra que los niños son recursos valiosos
los niños otras relaciones significativas con figuras cuando invierte compromiso y esfuerzo en un
adultas. Con el apoyo de la familia, el niño también sistema educativo eficiente, proporcionando apoyo
puede experimentar relaciones afectuosas constantes familiar de calidad, organizando previamente
con adultos ajenos a la familia, adquirir experiencias actividades y recursos para satisfacer las necesidades
que amplíen gradualmente el horizonte existencial y físicas, sociales y emocionales de los niños.
contribuir así a la búsqueda de la autonomía, que Por otra parte, con demasiada frecuencia se tiende
también se refiere a la capacidad de establecer a concebir el cuidado de los niños, y también de los
relaciones significativas y cultivarlas personalmente. adolescentes, sólo en términos de una oferta amplia
Desde este punto de vista, los educadores deben y variada de actividades y objetos; en cambio, el
tener en cuenta la calidad de las experiencias que los entorno social no debe carecer de la posibilidad de
niños pueden vivir en su barrio; en cierto sentido, es que los propios niños hagan algo "al servicio" de los
el barrio lo más importante. demás; así, la posibilidad de realizar acciones
26 mismo, el área local, que debe participar en un sencillas pero con sentido y de una

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primer compromiso en el "cuidado" de los demás, entorno es, para la infancia, el conjunto de relaciones con los
ofrece la posibilidad de un empoderamiento muy iguales, para el que la indicación relativa al cuidado de su
significativo. positividad es obvia. Los padres y otros re
Este empoderamiento no debe ser ni demasiado
precoz ni demasiado intenso, con el riesgo de
convertirse en una carga opresiva para conciencias
demasiado jóvenes y aún frágiles; todo debe tener
lugar en el contexto de una seguridad física y
emocional que los padres, el personal sanitario, los
profesores, los vecinos y la comunidad en su
conjunto deben comprometerse a garantizar para el
bienestar y la felicidad de los niños.
Un entorno "ecológicamente" favorable al niño
debe garantizar límites y expectativas físicas y
psicológicas claras. La propia familia está
intrínsecamente dotada de límites, y lleva a cabo una
supervisión adecuada del comportamiento y la salud
del niño, manteniendo unas pautas razonables,
comprensibles y adaptadas al niño, sin coacciones y sin
recurrir a la intimidación o al castigo doloroso.
Los límites físicos y psicológicos deben
encontrarse en el propio cuidado del niño y, en
general, en todos los contextos educativos. Los
profesionales de la salud y los educadores son muy
conscientes desde hace siglos de la necesidad de
utilizar enfoques positivos de la disciplina, que
conllevan la consecuencia casi "natural" de fomentar la
autorregulación y el comportamiento socialmente
aceptable por parte de los individuos, sin presiones
que puedan potenciar el crecimiento y condicionar
la propia libertad del niño.
El espacio vital de los niños también está formado
por los límites del vecindario; los vecinos deben
animar al niño con un comportamiento acogedor y
positivo; del mismo modo, deben intervenir ante un
comportamiento negativo, aunque de forma no
amenazadora y solidaria. Es muy importante que los
encuentros con otras personas del entorno
inmediato, más allá de los límites del hogar, se
desarrollen en un equilibrio de sentido común. Lo
mismo podría decirse de las funciones de los adultos
y de los modelos de conducta en general; no sólo los
padres, sino también otros adultos tienen que
observar y proponer un modelo de autocontrol,
señalar y practicar las habilidades sociales, mostrar
en qué consisten y cuáles son las ventajas de
comprometerse en su aprendizaje, adoptar y
recomendar estilos de vida saludables que más tarde
servirán de guía a los propios niños, ya convertidos
en adultos,
en sus vidas.
Otro elemento de la relación constructiva con el

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Deben procurar ofrecer oportunidades para positivo de la comunidad religiosa, que las
que el niño interactúe positivamente con investigaciones estadísticas muestran como un
otros niños, en los diversos contextos y importante punto de referencia, cuando está presente
entornos de la vida social, desde la escuela en la experiencia vital del niño. El niño que participa
hasta las actividades de ocio y el deporte. El en actividades religiosas adecuadas a su edad, en un
entorno social debe alimentar y manifestar ambiente de serenidad y libertad, puede contar con
expectativas positivas hacia los niños; los relaciones afectuosas adicionales que nutren su
padres, junto con las figuras profesionales, desarrollo espiritual, elemento central del desarrollo
desde los profesionales de la salud hasta los humano global.
profesores, deben animar y apoyar al niño en Otro elemento a tener en cuenta
el desarrollo de actitudes y comportamientos en cuenta es el tiempo que se pasa en casa y su 27
adecuados. Por ejemplo, emprender tareas
que supongan un reto o realizar actividades
lo mejor posible es una parte fundamental
de ello,
ya visto, de una educación armoniosa.
En general, otro aspecto fundamental
entre los recursos que componen el bagaje
de una educación adecuada y positiva es el
uso constructivo del tiempo. Nunca
dejaremos de insistir en la importancia
crucial de este aspecto, en el que están
representados diversos elementos que, en
su conjunto, constituyen uno de los
aspectos más significativos de la
socialización y del desarrollo de la
personalidad del niño.
Entre las "voces" de este uso constructivo
del tiempo está, por supuesto, el juego, junto
con la gama indefinida de actividades
creativas. El niño que tiene la oportunidad
de jugar todos los días es capaz de alcanzar
un grado de armonía y autonomía que le
permite expresarse plenamente, empezando
por la actividad física y la interacción con los
demás. El juego es la forma fundamental de
la expresividad infantil y gran parte de las
experiencias significativas tienen una forma
lúdica.
Las preocupaciones actuales se centran
en el problema de preservar el entorno fuera
del hogar, también en forma de programas
comunitarios. La comunidad es el entorno
adecuado para el desarrollo educativo. Las
experiencias del niño a través de programas
bien dirigidos por adultos competentes
desempeñan un papel fundamental, y cabe
esperar las mejores recompensas del
cuidado de los niños en entornos bien
gestionados. En este sentido, no hay que
olvidar, en una época como la nuestra, tan
ajena a la simpatía en este sentido, el valor

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calidad. Es importante que el niño pase la mayor escolar. Por supuesto, es necesario un trabajo
parte del tiempo en casa, participando activamente intensivo de alfa- bimetización, que debería
en las actividades familiares, jugando de forma comenzar muy pronto,
constructiva, sin estar expuesto a la televisión 28 especialmente en zonas donde la analfa-
durante demasiado tiempo y, sobre todo,
disfrutando de los programas de televisión con la
orientación de los padres; lo mismo debe decirse hoy
de los juegos electrónicos, cada vez más populares.

EL ENTORNO PARA EL DESARROLLO


INFANTIL
Las consideraciones realizadas sobre la atmósfera y
el entorno en el que crece el niño pueden extenderse
a cuáles deben ser los objetivos de un contexto de
crecimiento positivo. En primer lugar, las
experiencias del niño deben orientarse hacia el
compromiso con el aprendizaje, la voluntad de hacer
experiencias y descubrimientos, el desarrollo de la
motivación para el desarrollo de habilidades
personales (Morin, 2000).
El niño debe experimentar cosas nuevas con
curiosidad y energía y, en consecuencia, también
disfrutar dominando nuevos conocimientos y
habilidades. Esto también es posible en contextos
poco atractivos o "entrenados", pero el objetivo de
los interesados en mejorar las condiciones
ambientales debe ser enriquecer el entorno,
prepararlo para un trabajo de formación que permita
el autodesarrollo de la motivación por el aprendizaje
a lo largo del tiempo.
Fundamental, por lo tanto, a nivel pedagógico, es
el compromiso con experiencias de aprendizaje, en
las que todos estén involucrados, adultos y niños por
igual, cada uno participando plenamente en una
serie de actividades que ofrecen oportunidades para
el aprendizaje auténtico, en un clima sereno y
constructivo, libre de inhibiciones u obstáculos
(Ferradas, 2015). La eliminación de estos últimos
debería ser la primera preocupación de los adultos
implicados en el compromiso educativo.
En el entorno vital, la conexión entre el hogar y la
escuela, entre la experiencia y las oportunidades de
aprendizaje que ofrecen la vida familiar y el
vecindario y el currículo escolar debe ser
aprovechable. El niño debe poder experimentar con
seguridad las co- erencias y conexiones entre la
educación recibida en casa y los programas de
alfabetización promovidos por las instituciones
educativas y las asociaciones de la zona.
Los programas deben permitir al niño formar
conexiones significativas en su mente entre las
diversas experiencias y contenidos de la educación

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betismo, sino también en aquellas zonas ricas del planeta
donde el uso excesivo de dispositivos electrónicos parece
entorpecer más que facilitar la educación cul- tural de los
más jóvenes.
Las actividades previas a la lectura, animadas
diariamente por los adultos, el uso de cuentos de hadas y
de una gama ahora muy variada de libros y otros medios
de aprendizaje, las oportunidades educativas que ofrecen
los medios de comunicación, todo puede contribuir a un
enriquecimiento del entorno a través del primer
conocimiento de las imágenes, los símbolos, las letras y los
números en particular, lo que conduce a un
enriquecimiento de la experiencia del niño.
La finalidad de toda labor educativa, por otra parte, debe
estar claramente orientada hacia objetivos de crecimiento
para los que es posible, con respecto al texto de la encíclica,
formular una especie de "carné de identidad" que sea útil
también para captar los rasgos del entorno que no deben
faltar como factores positivos de crecimiento.
Últimamente, la psicología positiva ha urgido la atención
de los educadores hacia la recuperación de la dimensión
del "carácter" como horizonte educativo, y en Estados
Unidos se ha desarrollado un movimiento pedagógico de
orientación similar (Lickona, 1991).
En consecuencia, el entorno debe estar orientado a
conducir al niño hacia las primeras manifestaciones de
empatía y comprensión y conciencia de los sentimientos
de los demás. Estas habilidades permiten el desarrollo de
un sentido de la igualdad y la justicia social que no sólo son
valiosas a nivel "político", sino como determinantes de la
armonía individual y social. Es importante que el niño
empiece pronto a mostrar interés y preocupación por las
personas "excluidas", empezando por los juegos y otras
actividades típicamente infantiles, y por el hecho,
desgraciadamente no infrecuente en todos los entornos,
incluso en los más "apropiados", de que no todo el mundo
recibe el mismo trato, debido a cierta "diversidad".
El entorno educativo debe cuidar el desarrollo de la
integridad y la honestidad personales: los niños pueden
empezar pronto a expresar sus opiniones de forma
adecuada y desarrollar un sentido cada vez más claro de lo que
está bien y lo que no, comprender la diferencia entre la
verdad y la mentira y apreciar la sinceridad, en la medida
en que la vean auténticamente expresada y experimentada
por los adultos a su cargo.
Lo que el entorno "sano" debería ser capaz de presentar
para la labor educativa permitiría el desarrollo de la
responsabilidad y el autogobierno; el niño puede empezar
pronto a realizar, tareas sencillas que se le asignen, a cuidar
de sí mismo

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a sí mismo y a ayudar a los demás, así como a menudo contradice el trabajo de los propios educadores,
comprender, definir y regular su propio mostrando que los ideales se contradicen y se mortifican en la
comportamiento y el de los demás sobre la base de convivencia social,
un control equilibrado, para lo cual se necesita el
apoyo constructivo de los adultos, especialmente en
situaciones especialmente estresantes.
No hay que dejar de tener en cuenta, a este
respecto, que la educación ofrece oportunidades
para planificar y tomar decisiones; aunque esto sólo
pueda ser un objetivo factible a partir de cierta edad,
no hay que impedir que el niño empiece a planificar
su futuro inmediato a una edad temprana, eligiendo
entre distintas opciones e intentando resolver
problemas relacionados con su experiencia de la vida
cotidiana.
Lo mismo puede decirse de las habilidades
interpersonales, en las que tanto han insistido
estudios como el de Howard Gardner sobre las
inteligencias múltiples (Gardner, 1983). En el
entorno escolar y social, el niño debe encontrar
oportunidades para la cooperación, el juego
armonioso y la confrontación con los demás, en las
que también pueda experimentar las dificultades de
la cooperación, que debe llegar a ser un objetivo
intencionadamente perseguido en la escuela y con
vistas al propio aprendizaje.
El entorno debe ofrecer oportunidades para
desarrollar la conciencia de la propia cultura y la
sensibilidad hacia los compañeros y hacia los
distantes y diferentes; el niño debe empezar pronto a
conocer su propia identidad cultural y mostrar
aceptación hacia las personas física, cultural y
étnicamente distantes y diferentes. Desde esta
perspectiva, hoy en día sigue siendo conveniente que
la educación desarrolle también la capacidad de
resistir a la presión del grupo, cuando están en juego
comportamientos y actitudes inaceptables y
peligrosos para la integridad personal o la armonía
social.
En este sentido, el entorno no debe dejar de hacer
hincapié en la capacidad de resolver pacíficamente
los conflictos, grandes y pequeños, que la vida
cotidiana ofrece con frecuencia. Ponerse del lado o
en el lugar de los demás, empezar a resolver
conflictos en u n a f a s e t e m p r a n a sin
recurrir a la agresión física o al lenguaje ofensivo
deben ser valores que el entorno, la comunidad y la
escuela valoren mucho (cf. sobre estas cuestiones en
el contexto Montessori: Lillard, 2005).
Todo ello servirá para desarrollar una adecuada
autoestima en contextos no competitivos. Por
supuesto, es fácil ver cómo la sociedad adulta a

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en la que prevalece injustamente el poder Arrighi, G. (1994). El largo siglo XX.
del más fuerte; al niño, en cambio, hay que Londres: Verso
capacitarlo para que tome decisiones que le Arrighi, G. (2007). Adam Smith en Pekín.
den la sensación de tener control e Londres: Vers.
influencia sobre las cosas que ocurren en su Bateson, G. (1972). Pasos hacia una ecología de la mente.
vida, sin prevaricar a los demás ni ser Chicago, Ill.: University of Chicago Press
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Es en este equilibrio donde se desarrollan Nueva York: Hampton Press
positivamente la autoestima y el amor Bauman, Z. (1988). Freedom. Filadelfia: Open Press 29
propio, que pueden ser de gran importancia
educativa, junto con la apreciación de
situaciones en las que el niño se siente
valorado por los demás con benevolencia y
medida, confiando en la justicia de los
adultos y en el juicio de los demás. Esta
experiencia es una de las más centrales y
ningún niño debería perdérsela.
Consideraciones similares deben hacerse
con respecto al desarrollo temprano en la
infancia de un sentido de significado y
propósito en las acciones, permitiendo al
niño anticipar nuevas oportunidades en su
futuro a través de la imaginación y aspirar a
experiencias que le hagan crecer más,
volviendo a su pasado en reconocimiento
de las etapas y momentos más importantes
en su crecimiento personal.
La educación para María Montessori es
un esfuerzo justo y gozoso hacia la
autonomía; el niño debe desarrollar una
perspectiva positiva hacia su propio futuro
personal, mediante el descubrimiento y la
percepción de que el mundo es interesante
y agradable, y sintiendo que ocupa un lugar
positivo en él; desde un punto de vista
"ecológico", este objetivo podría resumir la
perspectiva pedagógica presente en la
encíclica, suscitando una reflexión reflexiva
sobre los millones y millones de niños a los
que esto se les niega y se les impide,
simplemente porque no tienen ningún lugar
en el mundo, a causa de la pobreza y de la
guerra, pero también a causa de la
inadecuación de los adultos que se ocupan
de ellos en sociedades que parecen haber
olvidado, a pesar de la riqueza material, lo
~
que es necesario para el auténtico
crecimiento de la persona humana.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Furio Pesci
La Sapienza - Universidad de Roma, Italia
furio.pesci@uniroma1.it

Furio Pesci (1964) es profesor asociado de Historia de la


Pedagogía en el Departamento de Psicología de los
Procesos de Desarrollo y Socialización de la Universidad
de Roma "La Sapienza". Ha sido miembro del comité
directivo del Centro Italiano de Investigaciones Histórico-
Educativas (CIRSE) y de la Opera Nazionale Montessori.
Preside el comité científico de la Fon- dazione Montessori
Italia y colabora con las revistas "History of Education and
Children's Literature", "Ri- cerca di senso" y "Ethos".
Entre sus publicaciones figuran: Globalizzazione ed edu-
cazione (Roma: Armando), Maestri e idee della pe-
dagogia moderna (Milán: Mondadori) y Educazione senza
vittime (Padua: CEDAM).

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