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La Filosofía Viral de Byung-Chul Han.
La Filosofía Viral de Byung-Chul Han.
HAN.
1. El cansancio.
Vivimos en la sociedad del rendimiento y en ella impera, según Han, la vida activa
frente a la vida contemplativa. Han perdido importancia todas las actividades que
no son productivas, incluso el ocio no consumista, el descanso por el descanso,
como bien en sí mismo (y no para que nos permita trabajar más y mejor después).
Hasta tal punto esto es así que encontramos cómo la vida, el tiempo total dedicado
al trabajo, se está convirtiendo en un
factor de prestigio. Hay sociólogos que
advierten que, así como el factor
distintivo y de prestigio de la sociedad de
consumo es el comprar bienes caros, por
encima de su precio, el factor de
prestigio pronto será trabajar, incluso por
encima de lo necesario para la supervivencia. Si pensamos esto en un contexto en
el que el trabajo escaseará, más motivo aún para que se convierta en prestigioso.
2. Productividad y
creatividad.
Hay sociólogos que ya advierten que trabajar por encima de lo necesario para la
supervivencia pronto será un factor de prestigio.
3. ¿Autorrealización o autodestrucción?
6. La falta de autenticidad.
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7. La falta de sentido.
Han habla de una sociedad sin creencias (una sociedad secularizada) que ha dejado
incluso de creer en la realidad. Eso explicaría el auge de la posverdad. Ser una
sociedad que no cree en la realidad significa que los individuos, esos individuos
hiperactivos, mecanizados, que sólo trabajan y sólo rinden, no son capaces de
obtener sentido a través de la experiencia.
Yo añado que esa búsqueda de sentido sólo se puede hacer a través de las
humanidades. La poesía, la literatura, la
filosofía, pero no como actividades de
entretenimiento, sino de búsqueda, porque
la pérdida de sentido nos deja aún más
desorientados y más perdidos, y hace que
cobre sentido la actividad, la vida activa. En
esa búsqueda de sentido él reivindica la
vida contemplativa, la posibilidad de no hacer nada, dejar pasar el tiempo, incluso
hasta el aburrimiento. Ya lo observaron otros pensadores, como Walter Benjamin,
el aburrimiento profundo puede llegar a ser muy creativo.