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-Heidegger, su profesor de filosofía: Concibe la filosofía como un algo que está siempre en
camino. El punto de partida de la filosofía en Heidegger es el aná lisis de la cotidianidad del ser
humano. Le interesa nuestro “ser en” las cosas, es decir, todo lo que afecte a la relació n con
nuestro entorno real, y en el “ser con” otras personas, lo que se convertirá posteriormente en el
nú cleo del pensamiento de Hannah.
-Jaspers: Valoraba la conversació n por encima de todo. estaba abierto a las preguntas de sus
alumnos, los animaba a desarrollar discusiones sobre problemas filosó ficos difíciles. Hannah
realizó el doctorado con Jaspers con un trabajo titulado: Sobre el concepto de amor en
Agustín de Hipona.
-San Agustín:
PRIMERA CLAVE: Atribuía gran importancia al hecho de comenzar. Esta posibilidad de
comienzo y de espontaneidad es para Arendt una posibilidad fundamental del ser humano. Los
seres humanos siempre tienen la posibilidad de comenzar de nuevo, lo que ella llama natalidad.
Somos los ú nicos seres que podemos volver a empezar constantemente, sin importar las
condiciones en las que se encuentre.
SEGUNDA CLAVE: El concepto de pluralidad indica que las personas son diferentes, y es esta
característica se encuentra su esencia. Cada uno es diferente, es ú nico, es él mismo, y en ello
reside su valor.
-Sócrates: Se sentía obligado a rendir cuentas ante sí mismo sobre lo que había pensado y
hecho durante el día. Es decir, llevaba a cabo una especie de examen de conciencia. Afirma que
en el ser humano mismo hay una instancia que le aconseja, le anima o le veta.
Hannah volverá a este tema preguntá ndose, por ejemplo: ¿Có mo se interrelacionan el hecho de
pensar y de actuar? o ¿Có mo se efectú an los procesos mentales y có mo llegan estos a ser juicios?
2) LA CONDICIÓ N HUMANA
Dividió en tres á mbitos el conjunto de actividades que realiza el ser humano en su hacer.
El tema principal que ocupó Arendt tras la IGM fue el aná lisis del desarrollo del totalitarismo,
que expuso en su libro Los orígenes del totalitarismo. Esta obra originó una gran polémica ya
que establecía comparaciones entre el fascismo y el comunismo y los pone al mismo nivel,
afirmando que ambos son totalitarios porque no hay libertad, los individuos no pueden
expresar sus ideas ni pensar libremente.
Las deficiencias de los sistemas democrá ticos modernos produjeron un desencanto, ya que
colocaron la dimensió n de homo faber, de la labor, en primer lugar en vez de la de zoon
politikon. Se forman así las sociedades comunistas que buscan la satisfacció n de las necesidades
má s inmediatas sin preocuparse por crear un mundo duradero en el cual registrar las acciones
dignas de recuerdo
Dedicó su obra Eichmann en Jerusalén al estudio crítico de las causas que favorecieron a las
atrocidades que se llevaron a cabo durante el régimen nazi.
4) BANALIDAD DEL MAL
Arendt fue hasta Jerusalén tras la segunda guerra mundial como reportera, y se escandalizó
profundamente ante el comportamiento burlesco de Eichmann, autor de numerosos crímenes
contra judíos.
La representació n banal del mal de Eichmann viene dada por la imagen que este transmite de
buró crata gris, débil de voluntad, amante del orden, servicial, obediente de las ó rdenes de sus
superiores, … parecía un hombre normal
Psicoló gicamente, se alejaba mucho de ser un individuo malvado y cruel como nos
podríamos imaginar de otros nazis.
Cuando el mal es cometido por una organizació n, cuando este tiene cará cter colectivo, no es
descartable que en el mando superior haya monstruos inmorales, pero entre los mandos
intermedios e inferiores lo má s probable es que se encuentran seres normales que,
involucrados en ese contexto grupal y bajo la influencia de una persona de autoridad, renuncian
a la autonomía moral a favor del reconocimiento y aceptació n del grupo.
Eichmann fue uno de los muchos alemanes que, deseosos por ser aceptados por sus superiores
o por el grupo, se ciegan de forma voluntaria para seguir ó rdenes inmorales. En esto reside el
cará cter banal del mal.
Es decir, los cabecillas de los regímenes totalitarios pueden ser psicó patas pero por debajo de
ellos hay miles de personas que o colaboran activamente en ese régimen o miran para otro lado.
Estas personas, ciudadanos, se convierten en có mplices ya que son conscientes de la situació n
pero no hacen nada al respecto. Son seres banales que si no existieran, los líderes totalitarios no
saldrían adelante, no existirían sus regímenes.
SIMONE
1) CLAVES EXISTENCIALISTAS
2) PRINCIPIOS FEMINISTAS
Fue una de las novelistas y filó sofas existencialistas má s conocidas del siglo.
Se centra en reivindicar y defender el valor, la dignidad y la igualdad de la mujer.
Fue ademá s, una de las figuras intelectuales y literarias má s importantes de Francia del siglo XX
y también una representante emblemá tica y coherente del movimiento femimista
contemporá neo.
En El Segundo Sexo (1949) establece la base teó rica del feminismo del siglo XX.
Pone al descubierto la falacia intelectual que condenó a la mujer a ser el complemento, y que
justificó esta condena. (Las falacias son razonamientos que llevan a una trampa). La mujer es
considerada “el segundo sexo” ya que siempre se la define en relació n al hombre.
Se plantea: ¿Hay unas condiciones innatas en la mujer para que esta se comporte como mujer?
A lo que responde que no hay una naturaleza femenina innata que justifique la situació n injusta
de las mujeres en la sociedad del momento. La tradicional creencia de que existe una feminidad
caracterizada por la sensibilidad, la dependencia, la falta de ambició n, el instinto protector, la
delicadeza…
es falsa. Si hombres y mujeres son diferentes se debe a razones culturales. La educació n y los
convencionalismos sociales condenaron a la mujer al ostracismo intelectual, laboral, econó mico
y cultural de la mujer. Segú n Simone las diferencias entre el hombre y la mujer no está n tan
condicionadas por los aspectos bioló gicos como por los aspectos sociales.
Es decir, hay unos prejuicios a lo largo de la historia que impiden que la mujer se realice como
persona, ya que la han calificado en funció n del marido.
La feminidad es una etiqueta que le colocan a las mujeres. Nada debería impedirles que se
proyectaran ellas mismas como lo hacen los hombres. La mujer también se crea su ser, ella
tampoco está determinada desde un principio, sino que tiene posibilidad de ser.
No se nace mujer, se llega a serlo.
Como se ha reconocido que tanto la mujer como el hombre tienen libertad para escoger su
modelo de vida
Es hora de que la mujer recupere su lugar en el mundo, ya que el que ocupaba no era el que se
merecía. Es decir, el feminismo supone una lucha para recuperar el derecho de las mujeres que
durante muchos siglos fue opacado.
Ningú n destino bioló gico, psíquico ni econó mico define a la figura que ocupa en la sociedad la
mujer, es el conjunto de la civilizació n la que elabora esre producto.