Está en la página 1de 1

Caso práctico de responsabilidad penal de la empresa

La empresa farmacéutica multinacional A&G está liderando una investigación sobre una
vacuna contra el Covid-19. Hay otros grupos económicos que investigan posibles
vacunas. La empresa A&G tiene filiales en distintas partes del mundo y su sede central
en Berna coordina de manera simultánea las investigaciones en animales superiores. Uno
de los estudios parece prometedor debido a sus resultados, pero la tasa de letalidad sigue
siendo alta, de acuerdo con los estándares fijados por la OMS y los consorcios de
empresas dedicadas a la investigación farmacéutica.
La filial de la empresa A&G en Indonesia informó que comenzó con la fase 1 de
experimentación en humanos, aprobada por el gobierno de ese país, previo pago de
sobornos. Para agilizar los trámites, la máxima autoridad sanitaria había solicitado a
cambio la financiación de un nuevo hospital de alta complejidad en las afueras de Yakarta,
cuyo costo sería absorbido de manera parcial por la citada empresa A&G. Los directivos
de A&G filial Yakarta consultaron al directorio principal sobre la viabilidad de asumir el
costo de la construcción del establecimiento sanitario, sumado al dinero extra que debería
abonarse en concepto de soborno. El presidente de la compañía, luego de una junta
directiva, resolvió convalidar el pedido y la financiación con el objeto de acelerar la fase
de investigación de la vacuna, ya que existían otras empresas rivales que estaban
desarrollando investigaciones también promisorias.
Los resultados de las investigaciones fueron enviadas de manera inmediata a la sede en
Berna. Los especialistas suizos se alegraron por los resultados promisorios, pero
detectaron que la tasa de letalidad era levemente alta, pero menor a la que provoca la
propia enfermedad. Sin embargo, opinaron que debería autorizarse la producción masiva
de la vacuna. El presidente y el directorio acordaron seguir adelante con la producción
del antídoto, previa autorización del organismo competente.
La autoridad epidemiológica suiza analizó los resultados de las experimentaciones y
concluyeron que la vacuna era viable. El presidente del consorcio A&G se comunicó con
el Presidente del país y varios ministros para presionar por la rápida autorización para la
producción de la vacuna, lo que generaría para el propio país ingresos significativos,
sumado al prestigio internacional que acarrearía que una empresa suiza fuera la pionera
en la lucha contra el patógeno. A su vez, contrataron distintos lobistas para agilizar el
trámite de la aprobación de la vacuna.
La empresa le informó al grupo de compliance externo sobre el proyecto y las dificultades
que atravesaba la firma para lograr una aprobación de la producción masiva de la vacuna.
El compliance solicitó información adicional sobre las reuniones mantenidas con
funcionarios locales y no advirtió ninguna anomalía. Incluso no opuso reparos para que
la empresa asumiera el costo de la construcción de un nuevo laboratorio epidemiológico
en las afueras de Zúrich que fuera solicitado por el gobierno suizo con el objeto de
priorizar la salud pública de los habitantes de ese país.
La producción de la vacuna comenzó en junio de este año y ya fueron inoculados millones
de personas en la eurozona y los Estados Unidos, generando millones y millones de
ganancias para la empresa A&G.
Consigna del caso: Analizar la responsabilidad penal de la empresa, la
responsabilidad individual de cada uno de los intervinientes y la lesividad de la
conducta descrita.

También podría gustarte