Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Modulo 4.
Modulo 4.
Objetivo de aprendizaje
Destinemos un momento para recordar las múltiples violencias a las que ustedes
también estuvieron expuestos cuando eran niños y niñas.
https://view.genial.ly/64681b9da7ce7a00111ec9a0/presentation-copy-carta-personal-m4
Por las consecuencias que acarrean las múltiples violencias, Ecuador es un país donde
se constata un significativo proceso de deterioro de la vida en comunidad dentro del
espacio educativo. Esto obedece a múltiples factores relacionados con las violencias
mencionadas, también asociadas a un sistema fundamentado en el individualismo y la
competitividad, lo que resulta en la ruptura de los vínculos necesarios para una vida
armónica y una cultura de paz. La sobrecarga de trabajo docente y el desprestigio
social del mismo también son factores que contribuyen a ese deterioro de la vida en la
comunidad educativa (Mineduc, 2018).
Ahora, como docentes nos encontramos con la paradoja de que, como señala Santos
Guerra (2020), y más allá de varios documentos oficiales que digan otra cosa, la
escuela como institución, y el rol docente en particular, no suele pensarse para
enseñar, por ejemplo, ¿Cómo enfrentar un duelo? ¿Cómo abordar un conflicto? ¿Cómo
cultivar la autoestima? Se subvaloran estos aprendizajes frente al de las matemáticas,
la geografía, la gramática, etc. Sin embargo, para aprender todas estas últimas, se
requiere tener una disposición emocional y relaciones de confianza entre compañeras
y compañeros.
El aprendizaje no se puede obligar, y para garantizar que este se logre, como docentes
debemos acompañar a las y los estudiantes para que alcancen esa disposición al
aprendizaje. Es decir, acompañarles para alcanzar el bienestar que les coloca
disponibles para aprender. Y es que “la disposición emocional de las y los estudiantes
determina su habilidad para aprender” (Begoña Ibarrola, 2020). Y cómo sus emociones
son reacciones provocadas por vivencias en sus contextos comunitarios, familiares y
escolares especialmente, el acompañamiento socioemocional se torna indispensable
en el marco de las estrategias pedagógicas orientadas a una educación integral que
educa para la vida.
Estas son la alegría, la sorpresa, la confianza, la calma, y el amor. Y, por otro lado, hay
otras emociones que generan bloqueo, distracción, apatía, lo que juega en contra en el
proceso de aprender, como sucede con el miedo, la ansiedad, la ira o enojo, la tristeza,
el aburrimiento y la envidia.
Las y los docentes tienen el rol de despertar o mantener despierto en las y los
estudiantes la curiosidad, las ganas de saber. Y esto se logra por medio del
acompañamiento socioemocional, donde los afectos y los vínculos ocupan un lugar
protagónico. Conocer a las y los estudiantes a través de indagar sobre sus contextos,
sus dinámicas familiares, sus creencias, sus ideas, sus emociones, implica un
compromiso de afecto, de reconocerles como sujetos plenos. Este acompañamiento
socioemocional se traduce en ese clima de aula armónico, donde hay confianza y, por
lo tanto, un espacio seguro donde las y los estudiantes pueden expresarse, contar
cómo se sienten, decir lo que piensan, preguntar, cuestionar y resolver conjuntamente
desde un problema matemático, un conflicto entre compañeros o compañeras o una
exigencia a partir de un sentimiento de injusticia. En este sentido, desde el
acompañamiento socioemocional, el aula se convierte en un espacio de resiliencia,
donde la disposición emocional apertura las posibilidades de aprendizaje significativo
ligado a sus experiencias de vida (sociales) y sus proyecciones a futuro.
Como docentes cabe siempre la pregunta ¿cómo generamos un clima de aula en que
las y los estudiantes tengan la confianza de acudir a nosotras y nosotros para ser
protegidos? (Santos Guerra, 2021). Mientras más fuerza cobre la intención de lograr un
acompañamiento socioemocional desde nuestro rol docente, tendremos más
herramientas para manejar los tantos conflictos que surgen cada día, así como para
manejar las dificultades que enfrentan las y los estudiantes por sus contextos de
violencia; tendremos más herramientas para acompañarles en ese manejo de
emociones, ayudarles a conectar con sus fortalezas, sus anhelos, y la confianza en sus
capacidades para alcanzarlos. Aprender para el desarrollo de la convivencia se logra en
un clima donde las personas se sienten queridas, respetadas y valoradas.
4.2.- ¿Cómo habilitar el espacio del aula para que las y los estudiantes estén
emocionalmente predispuestos al aprendizaje?
Para fortalecer el trabajo en el aula orientado a generar entornos sanos que favorecen
una convivencia armónica y así el aprendizaje, a continuación cuentan con diversas
herramientas que pueden utilizar según los diferentes subniveles educativos. Estas
actividades están orientadas al reconocimiento de las emociones, así como a la gestión
de las mismas, la resolución de conflictos, el respeto a la diversidad, el fortalecimiento
de la empatía, el trabajo colaborativo, entre otros aspectos ligados a las habilidades
socioemocionales.
Las actividades planteadas están en sintonía con el vínculo entre las emociones y el
aprendizaje revisado en el acápite anterior, recordando los valores que definen el perfil
de salida de las y los bachilleres en Ecuador: justicia, innovación y solidaridad. A la vez
que fortaleciendo las habilidades para la vida según las tres categorías básicas que
plantea la OMS, como se vio en el módulo 3 de este curso, y que el Mineduc las
subraya en su Guía de Desarrollo Humano Integral (2018):
2. Dimensión social o de Ciudadanía Activa (aprender a vivir juntos): que incluye las
habilidades para una ciudadanía activa como respeto por la diversidad, empatía y
participación.
¿Y si hablamos de género?
Los y las docentes son la piedra angular de un sistema educativo. Su propio papel como
educadores los señala como agentes de cambio y referentes a seguir para las niñas,
niños y adolescentes. Para que aprovechen al máximo estos roles, las escuelas
necesitan que en el día a día del acompañamiento que brinden, se cumpla con algunos
puntos como los que siguen:
Esto nos evidencia la necesidad de promover entre los equipos docentes, que las
profesiones no deberían tener género, y no están hechas para hombres y mujeres, sino
para fortalecer las habilidades y competencias de las personas.
https://view.genial.ly/63d2ff635a1b7a0019a5bd38/presentation-m401-la-carita-si-y-la-carita-no
● Básica Elemental
https://view.genial.ly/63d688dff9ea5600110123d1/presentation-m42-reconociendo-cualidades
● Básica Media
https://view.genial.ly/63d96f069f2d2e0018a3cdf9/interactive-content-43-juego-de-las-emociones
● Básica Superior
https://view.genial.ly/643b6d131faafc00128bf969/interactive-content-m4-nivel-basica-superior
● Bachillerato
https://view.genial.ly/645b12a94872750018becae6/interactive-content-m4-bachillerato
Bibliografía
Boal, Augusto (ed.2002) Teatro del oprimido. Juegos para actores y no actores.
Alba Editorial, Barcelona. Acceso en:
http://programadecapacitacion.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/sites/95/2019/02
/Juegos-Para-Actores-y-No-Actores-AUGUSTO-BOAL.pdf