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LA LEGITIMA DEFENSA Y ESTADO DE NECESIDAD COMO DERECHO

FUNDAMENTAL

CARLOS EMILIANO MUÑOZ SÁNCHEZ

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE HIDALGO

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Abstract
In this work I emphasize how self-defense combined with aspects of disorientation
disinterestedness can aggravate innocence, for my investigation I still collect very
important information from jurisprudence, cases and facts where the excess of self-defense
and the use of self-defense There have been two very large controversies regarding
interpretation of these. And as for the state of necessity, it is a cause of justification that by
its nature clashes with self-defense, since in the necessary state there is no defense of
aggression, but aggression against a legal good protected to save another legal good.
This work is mainly dedicated to know how to use each of these tools and rights of the
individual in a central and measured way

Carlos Emiliano Muñoz Sánchez

Carlos.munsz@gmail.com
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Resumen
En este trabajo enfatizo como la legitima defensa combinada con aspectos de
desorientación desinterés pueden llegar a agraviar la inocencia, para mi investigación aun
sigo recabando información muy importante desde jurisprudencias, casos y hechos donde el
exceso de legítima defensa y el uso apropiado de la legitima defensa han sido dos
controversias muy grandes en cuanto interpretación, de estas. Y en cuanto a el estado de
necesidad este es una causa de justificación que por su naturaleza choca con la legítima
defensa, ya que en el estado necesario no existe defensa de una agresión, sino agresión
contra un bien jurídico tutelado para salvar otro bien jurídico.
Este trabajo va principalmente dedicado para saber utilizar cada una de estas herramientas y
derechos del individuo de manera céntrica y mesura

Carlos Emiliano Muñoz Sánchez

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Palabras clave
Agredir
Autolesión
Mesura
Bien
Clasistas
Putativa
Salvaguardar
Lesión
Doce Tablas
Facultad
Defensa
Inconsistencias

Carlos Emiliano Muñoz Sánchez

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La legítima defensa y Estado de Necesidad como Derecho fundamental

Hoy en día, consideramos la Legitima Defensa como un acto de defensa propia

(anteriormente conocido de esa manera, pero, ¿Por qué paso de un concepto como defensa
propia a legítima defensa?, para responder la pregunta la ley nos señala que no solo existe
la defensa de bien jurídico o bienestar personal, sino que también existe la defensa que
involucra a conocidos, parientes, o algún otro individuo que se encuentre en peligro o
amenazada de un peligro real, la norma nos exime según el Artículo 15, Capitulo IV-
Causas de exclusión del delito, párrafo cuarto, del Código Penal Federal:
4.- Se repela una agresión real, actual o inminente, y sin derecho, en protección de
bienes jurídicos propios o ajenos, siempre que exista necesidad de la defensa y racionalidad
de los medios empleados y no medie provocación dolosa suficiente e inmediata por parte
del agredido o de la persona a quien se defiende.
Se presumirá como defensa legítima, salvo prueba en contrario, el hecho de causar daño a
quien por cualquier medio trate de penetrar, sin derecho, al hogar del agente, al de su
familia, a sus dependencias, o a los de cualquier persona que tenga la obligación de
defender, al sitio donde se encuentren bienes propios o ajenos respecto de los que exista la
misma obligación; o bien, lo encuentre en alguno de aquellos lugares en circunstancias tales
que revelen la probabilidad de una agresión; (Código Penal Federal, última modificación en
reformas publicadas el día 21-06-2018)
La legítima defensa consiste en repeler como ya antes mencionado en el artículo
numero cuarto, una agresión real, actual o inminente. Esto quiere decir en el caso de una
agresión real, que este tiene que ser en base a la verdad, descartando ideas ficticias, en
cuanto a una agresión actual esta debe ser en el momento en el cual se quieran violentar y
agredir los derechos de la víctima, al igual que la defensa y la respuesta debe ser incluida en
ese momento y de manera inevitable esto quiere decir que repele la acción.

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Desarrollo Histórico de la legitima defensa.

La legítima defensa es antigua desde las principales civilizaciones, en la historia no
se tiene en cuenta donde es que se creó este medio de justificación, pero se sabe que este
nació cuando se vio agredido por el otro.
En Roma, la ley de las doce tablas llevaba el concepto de legítima defensa desde
entonces, estas permiten matar al ladrón nocturno si es que se encuentran métodos para
fundamentar lo ocurrido: (Testigos), al igual que sea de día permitía matar al ladrón si esta
venia armado y claro que se pudiera comprobar
En México, en el año 1835 en el código penal de Veracruz establecía: “No estará
sujeta a pena alguna el homicidio que se comenta en los siguientes casos:1, en el de la
necesidad de ejercer la defensa propia y natural de la propia vida o de la otra persona,
contra alguna agresión injusta, cuando no hay otro medio de repelerla; 2 en el acto de
repeler alguna agresión sobre bienes propios o ajenos, resultado la muerte de la defensa
necesaria para la conservación de aquellos; 3, en el defender la libertad propia, de los padre,
hijos de la mujer o hermanos o la persona de una mujer cuyo honor se atente con fuerza o
violencia no presentándose en el acto otro medio de evitar el atentado”.
En esta época vemos un México que contiene ideas muy clasistas, cosa que
actualmente se consideraría un homicidio culposo con una sentencia mínima de 12 años.
En un México más modernizado, en el México de 1871 el código penal artículo 34
dice lo siguiente: Obrar el acusado en defensa de su persona, o de su honor o de sus bienes,
o de la persona, honor o bienes de otro, repeliendo una agresión actual, inminente, violenta
y sin derecho, a n o ser que el acusado pruebe que intervino alguna de las circunstancias
siguientes: I, que el agredido provocó la agresión dando causa inmediata y suficiente para
ella; II, que previo la agresión y pudo fácilmente evitarla por otros medios legales; III, que
no hubo necesidad racional del medio empleado en la defensa.
La Agresión como causa de la defensa
Definir la agresión, en los principales diccionarios y libros, encontramos a la
agresión como una acción violenta con la intención de causar daño a otra, agraviar derechos
humanos de esta, dentro de la psicología social esta es considerada como un
comportamiento interaccional entre un agresor y una víctima con la intención de dañar o
perjudicar.

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Actualmente contamos con más de 15 clasificaciones de agresión de las cuales no

aclara nuestro código penal actual, un ejemplo seria agresión escolar, agresión colectiva
que, si bien aún no he logrado encontrar una jurisprudencia, para dicha controversia que
podría crear.
Se ha planteado el interrogante de si la conducta agresiva debe de ser dolosa e
intencional; o bien, si es factible que esa conducta agresiva pueda ser imprudencial o
involuntaria. Para que exista una verdadera agresión se precisa una voluntad de ataque,
pero cuando no hay animo defensivo nos encontramos con la defensa putativa, cuando no
hay animo de defensa, nos encontramos con el pretexto de legítima defensa
Para la agresión no realmente tendría que ser un comportamiento doloso, aun siendo
en mayor de los casos así. La agresión debe ser un acto voluntario, en sentido que tendría
que existir voluntad de movimiento del individuo, si este al no ser actor de voluntad como
un ejemplo movimientos de reflejo, no constituirán alguna conducta y por lo tanto no son
considerados como una agresión,
Sujetos actuantes de la agresión
En párrafos precedentes ha quedado establecido, que la agresión que interesa al
instituto de la legítima defensa, es aquella que deriva del comportamiento humano, sea
racional o irracional; y que la que proviene de los animales o cosas mecánicas, en caso de
acometimiento la repulsa deberá quedar amparada bajo otra causa de justificación
denominada "estado de necesidad".
Sin embargo, el hecho de que solamente las personas humanas puedan ser,
jurídicamente, los sujetos actuantes de una agresión, considero que no se agota el tema.
Pues en la Doctrina y en el Derecho Positivo, se han planteado los interrogantes, sobre la
legalidad o ilegalidad, de la agresión proveniente de u n inimputable, de una autoridad y de
una muchedumbre, entre otros.
La autolesión y la legitima defensa
¿Se podría amparar a una tercera persona de su propio ataque? ¿Cubriremos
justificadamente un ataque letal de una persona a ella misma reduciendo entonces esta?
Obviamente en un ejemplo como terrorismo, que implique a individuos externos a este y a
si mismo esta justificado el uso de la legitima defensa. Pero más allá en un caso donde no
involucremos a terceros y un sujeto que amenace con privarse de la vida, en un caso donde

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este tenga un arma de fuego o un arma letal apuntando alguna zona vital, ¿Tenemos la
facultad permitida para actuar en contra de este sujeto y sacrificar o lesionar otro bien de
menor o igual valor?
En este punto me gustaría citar el Artículo 15 del código penal Federal apartado número
cinco:
5.-Se obre por la necesidad de salvaguardar un bien jurídico propio o ajeno, de un
peligro real, actual o inminente, no ocasionado dolosamente por el agente, lesionando otro
bien de menor o igual valor que el salvaguardado, siempre que el peligro no sea evitable
por otros medios y el agente no tuviere el deber jurídico de afrontarlo. Código Penal
Federal (2018)
Entendemos que si estamos facultados para realizar dicha acción, pero una de las
inconsistencias o controversias que tendríamos seria en caso de un peligro real(más aparte
de la que tendríamos en el siguiente apartado), ya sea que la víctima/victimario no se
encontrara en condiciones estableces, para declarar un verdadero peligro, al igual que el
individuo accionante del deber jurídico, este debería entender la situación de un peligro real
y no tener suposiciones o hechos ficticios que pudieran alterar el contexto de la situación,
como un estado bajo los efecto del alcohol o efectos de algún estupefaciente.

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Bienes jurídicos objeto de la agresión

Los intereses defensibles
Para mayor entendimiento recordaremos que todo considerado bien es defendible,
bajo la valorización jurídica anteriormente, y que se encuentre dentro de los parámetros
considerados para ser bienes que estable Código Civil Federal, pero antes de continuar con
aquellos intereses defendibles. Entendemos ¿qué es un bien jurídico?
“Desde un punto de vista jurídico, la ley entiende por bien todo aquello que pueda ser
objeto de apropiación” -afirma Rafael Rojina Villegas en su “Comprendio de Derecho
Civil” (1998) y otra definición más amplia según el diccionario del español jurídico
conceptualiza al bien jurídico como: “Condición necesaria, o al menos útil, para el
desarrollo de la vida del individuo y de la sociedad. Los bienes jurídicos pueden consistir
en objetos, materiales o inmuebles, relaciones, intereses o derechos, que en cualquier caso
han de ser socialmente valiosos y por ello dignos de protección jurídica…” (Rae,2019)
Parece ser que el concepto de Rafael Rojina, es controversial para lo principio visto
de una vida, pues habla de un “objeto de apropiación” el autor al referirse a objeto no
necesariamente habla de un medio con valor económico sino igual de valor social y
significativo para la sociedad como la definición del diccionario de la Real Academia
Española que habla de los objetos a interpretación de bienes, en este caso una resaltable de
ellas son “…derechos…” entonces desenglosamos otro tema para punto de investigación,
en este caso derecho entrarían fundamentales, de apropiación, etc.… Al tener una
definición más amplia de lo que encontramos como bien jurídico entonces podremos
entender el siguiente apartado del Código Penal Federa, Articulo numero 15:
3.- Se actúe con el consentimiento del titular del bien jurídico afectado, siempre que
se llenen los siguientes requisitos:
1.- Que el bien jurídico sea disponible;
2.- Que el titular del bien tenga la capacidad jurídica para disponer
libremente del mismo; y
3.- Que el consentimiento sea expreso o tácito y sin que medie algún vicio; o
bien, que el hecho se realice en circunstancias tales que permitan fundadamente
presumir que, de haberse consultado al titular, éste hubiese otorgado el mismo;

En este punto me gustaría recalcar lo anteriormente visto a una agresión contra la

persona que actúe en contra se misma, ahora que se entiende al bien jurídico igualmente

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como un derecho igualmente podemos entender a la vida, ahora bien como nos dice el
apartado número tres del Código Penal Federal: “Se actúe con el consentimiento del titular
del bien jurídico afectado…” Entendemos que esta facultado para actuar en cuanto una
persona este siendo violentada pero no podemos actuar sin el consentimiento de la víctima,
pero si en este caso ¿La victima es el victimario? En busca de entender al derecho y la
jurisprudencia, creo seriamente este caso sigue siendo una incógnita y un hueco en nuestro
sistema de código penal.
El domicilio y la legitima defensa privilegiada
El artículo numero 15 fracción IV párrafo segundo nos dice: “Se presumirá como
defensa legítima, salvo prueba en contrario, el hecho de causar daño a quien por cualquier
medio trate de penetrar, sin derecho, al hogar del agente, al de su familia, a sus
dependencias, o a los de cualquier persona que tenga la obligación de defender, al sitio
donde se encuentren bienes propios o ajenos respecto de los que exista la misma
obligación; o bien, lo encuentre en alguno de aquellos lugares en circunstancias tales que
revelen la probabilidad de una agresión”

El domicilio, como lo habíamos comprobado en un momento entra de la categoría

de bien, un bien inmueble, se podrá ejercer daño en contra del individuo que trate de
penetrar al hogar del agente, o algún conocido, este tiene la facultad suficiente para dañar al
perpetrador.
El domicilio se encuentra protegido en el artículo 16 de la Constitución, contra actos
autoritarios no fundados ni motivados, también se encuentra protegido en el artículo 285
del Código Penal Federal, donde el bien jurídicamente tutelado, es la inviolabilidad del
mismo.
Es frecuente que los derechos patrimoniales, concretamente el de propiedad, sean
objeto de una agresión violenta que motive la autodefensa por parte del agente. Pero la
incógnita a despejar estriba en determinar, cuál deberá ser la magnitud de la repulsa. ¿Podrá
atentar el agente de la defensa, contra la vida o la integridad física del agresor, en caso de
hurto por parte de éste?
Así pues, el problema de la legítima defensa de los derechos patrimoniales, en
nuestra legislación penal federal o del estado, debe solucionarse, en aras de una mejor
justicia, a través de un juicio valorativo, que debe ser afirmado por el Juez, sobre la no fácil

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separabilidad del interés jurídico en peligro o su notoria importancia comparado con el que
causó la defensa.
La defensa como efecto de la agresión
Defensa nos dice la RAE
Gramáticamente la defensa significa acción de resistir, para un tema jurídico
Mucho antes la defensa, era un sinónimo de supervivencia, en épocas de conquista
territoriales, esperar el ataque del ajeno a lo propio, ha sido una práctica de proteger la vida,
los bienes y el honor, violentamente y ante una agresión psicológicamente se distingue por
ser una característica de la defensa
Si la defensa fue en su origen un estado psicológico de la persona precedido por el
miedo y la ira, en la actualidad ese sólo hecho, en forma aislada, no nos sirve para
justificarla. Se requiere rodearla de ciertos atributos y caracteres señalados por el legislador
en la norma penal, y a ellos voy a referirme a continuación.
Para algunos estudiosos del derecho penal, no hay autodefensa, si no hay voluntad
de llevarla a cabo; se requiere que con conocimiento vaya proyectada a repeler una agresión
con todas las características enunciadas por la ley penal. De tal suerte de que si a través de
una acción, realmente se está repeliendo un ataque injusto, sin percatarse el agente de tal
evento, faltaría la voluntad y, por ende, no habría legítima defensa.
La defensa del estado
No solo personas físicas atribuimos estas características de defensa legítima
también tenemos que tener en cuenta a las personas morales y el estado es una de ellas, el
estado al tener las mismas capacidades jurídicas que una persona privada lo que obtiene son
derechos y obligaciones , en su defecto deducimos que estas pueden tener bienes propios, y
no tal virtud los mismos pueden ser materia de una agresión, y en carácter público este
igualmente tiene como finalidad un servicio y uso público, e igualmente por lógica son
susceptibles de ser protegidos por un tercero, en caso de que estos se encuentren agredidos
Por lo tanto, los ciudadanos nos vemos obligados que cuidar y proteger los bienes
de terceros en este caso del estado, ya sean en materia público o privado.

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La necesidad como fundamento de la defensa privada

Se llega a considerar como estado de necesidad a la legitima defensa y así como no
hay defensa legítima sin agresión, no habrá legítima defensa sin necesidad. Ya hemos visto
que aparecen, de este modo, la agresión y la necesidad.
La necesidad de una legítima defensa, igualmente no debería de existir como
necesidad de irrumpir en el bien, el uso de la fuerza es solo un medio a un proceso sin fin,
es decir, un caso en donde hubo un excedente de legitima defensa, y este concluyo con la
vida de la “victima” el agente irruptor, mientras que el defensor “victimario” el agraviante
en este homicidio, ira preso por una acción de defensa propia de bienes propios y
familiares, la pregunta que muchos se hará y respaldaran ¿Acaso esta mal que el
“homicida” cumpla una condena de 20 años?, y a mi parecer creo que una pregunta que
todos deberíamos hacer antes que nada, ¿Acaso era necesario infringir en nuestros derechos
fundamentales a la paz?
Limites de la legitima defensa
En primera fase el exceso en la defensa necesaria, implica un rebasamiento a los
límites de la misma fijados por la norma penal que la prevé, constituyendo un desacato a la
proporcionalidad en su doble vertiente, como contenido de la necesidad racional. Pero la
pregunta que surge es, que sí dentro de la teoría de la culpabilidad, el exceso es doloso o
culposo.
En el caso de la llamada legítima defensa putativa (legítima defensa supuesta), que
integra una de las formas de error sobre una causa de justificación. La supuesta acción de
defensa representa una acción dolosa típicamente antijurídica, que cumple, a su vez, los
presupuestos de agresión antijurídica frente al presunto agresor. Esto incurre por ello, en
una situación de defensa, pudiendo ejercer este derecho.

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Referencias

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Astrea, 2000, pag. (1-4), (79-99) (163-165)
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Ontiveros Alonso Miguel, Legitima defensa e imputación objetiva, primera edición,
Ciudad de Mexico, 2004, pag (48-51) (71-74) (112-117)
Camara de Dipudatos del H. Congreso de la Union, Codigo Penal Federal, Ciudad
de Mexico, Diario Oficial de la Federacion, 2018, Art.15-17
Martinez Garcia Hugo, “La legitima defensa, Tesis que en opinión al grado de
Maestro en ciencias Penales”, Nuevo Leon, Universidad Autonoma del Estado de Nuevo
Leon, 1998

Carlos Emiliano Muñoz Sánchez

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