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Naturaleza jurídica
La legítima defensa es el acto por el cual un individuo defendiendo cualquier bien
jurídicamente protegido, sea este suyo o de un tercero, material o inmaterial, repele una
agresión ilegítima, actual o inminente, sin defenderse más de lo necesario y ajustado a
una lógica proporción de los medios empleados para repelerla y de los daños causados”.
(Juan Pablo Acosta García). “Repulsa de la agresión ilegítima, actual o inminente, por el
atacado o tercera persona, por el agresor, sin traspasar la necesidad de la defensa y
dentro de la racional proporción de los medios empleados para impedirla o repelerla”.
Estos conceptos reflejan distintas corrientes, las cuales hacen más o menos énfasis en
diferentes elementos, los que responden también a teorías sobre los fundamentos y
naturaleza de la legítima defensa.
Elementos concurrentes
Agresión Ilegítima. Es decir, ir contra el Derecho, además de injusta. Ej., si un demente
realiza una acción injusta, el ofendido puede reaccionar con la legitima defensa. No es
admisible contra actos legítimos. Ej., el delincuente sorprendido flagrantemente que
reacciona, no puede alegar legítima defensa porque la ley permite su captura por quien
lo haya visto. La agresión ilegitima supone: Actualidad e inestabilidad de la agresión.
La actualidad se refiere a que la agresión ha comenzado a producirse. No puede
reaccionar tarde. La inevitabilidad se refiere a que no hay otro recurso para evitar la
agresión. Ej., no existe legítima defensa cuando el agresor esta forzando la puerta y el
dueño de casa no llama a la policía, pudiendo hacerlo, porque hay al menos un tiempo
prudente para hacerlo. La otra es la necesidad racional del medio empleado. Y por
último la falta de provocación suficiente por parte del que se defiende. El que es
agredido no debe haber provocado la agresión. Si es así, es «pretexto de legítima
defensa».