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Matematica y su
didactica I
Profesor de cátedra: Alejandro Alessi
Material teórico y práctico extraído de publicaciones de autores reconocidos por sus aportes en la
investigación de la enseñanza de esta disciplina.
ÍNDICE
Números y operaciones 5
1
Niveles de conceptualización de la cantidad 7
Niveles de representación gráfica de la cantidad 9
Niveles de conceptualización de la noción de CLASE 10
Niveles de conceptualización de la noción de SERIE 11
Funciones del número 13
Cálculo 28
Operaciones 34
División 42
Geometría 47
Evaluación 74
Instrumentos e indicadores 77
Secuencia didáctica 78
El juego 78
Trabajos prácticos 81
Práctica 82
¿Qué entendemos por Matemática cuando se trata de enseñarla en la escuela? 1
… Los problemas son el corazón de la actividad matemática. Brousseau señala que “un
alumno no hace matemática si no se plantea y no resuelve problemas”… Los problemas han sido el
motor de la ciencia matemática en la medida en que su resolución ha permitido elaborar nuevos
conceptos, relacionarlos con otros ya conocidos, modificar viejas ideas, inventar procedimientos.
… Podemos decir que un problema es tal en la medida que invita a un desafío y a la toma
de decisiones en donde los conocimientos de que se disponen no son suficientes, pero tampoco,
tan escasos. La situación debe estar ubicada en el centro de la balanza entre lo “nuevo” por
producir y lo “viejo” que ya se sabe.
a. Invente una cuenta de dividir en la cual el dividendo sea 251 y el resto sea 7. ¿Cuántas
cuentas se podrán inventar?
b. Invente una cuenta de dividir en la cual el divisor sea 12 y el resto sea 5. ¿Cuántas
cuentas se podrán inventar?
Una nueva cuestión para considerar como parte del trabajo matemático y que se ve
reflejada en la resolución de un problema es el modo de representar matemáticamente la
situación que se pretende resolver.
1
Extraído y adaptado de Itzcovich, Horacio, “La Matemática escolar. Las prácticas de enseñanza en el aula”,
Rosario, Aique, 2008.
… La intención es ahondar en el juego entre exploración y representación que el problema
demanda.
Elaborar conjeturas
¿Será cierto que siempre que se sumen tres números naturales consecutivos el resultado
es un múltiplo de tres?
Ahora bien, para explicar el hecho de que se obtiene un múltiplo de tres, la representación
del problema juega un papel importante. Ni la representación que se elija ni los argumentos que
se esbocen serán únicos. Presentamos a continuación dos maneras diferentes de dar cuenta del
resultado:
- Al ser tres números consecutivos, siempre es posible imaginar que se le resta uno al
tercero y se le suma uno al primero, lo que garantiza no cambiar el resultado. De esta
manera, se obtiene la suma de tres veces el número del medio, que por ser el triple de
un número, es múltiplo de tres. Por ejemplo:
1023 + 1024 + 1025 = 1024 + 1024 + 1024 = 3 x 1024 = 3072, que es múltiplo de tres.
- Al ser tres números consecutivos, podemos llamar al del medio n, luego el anterior
será n – 1 y el siguiente será n + 1. Su suma resultará n – 1 + n + n + 1 = 3 x n, que es la 4
Es claro que estas dos maneras de dar razones son bien distintas y se apoyan en
conocimientos y en modos de representar diferentes. En el primer caso, se recurrió a una
representación aritmética, en tanto que en el segundo caso se apeló a una representación
algebraica. Pero, en ambos casos, se recurre a argumentos matemáticos que permiten involucrar
cualquier terna de números consecutivos, explicando y validando la conjetura planteada.
La Matemática es una disciplina que permite conocer el resultado de algunas experiencias sin
necesidad de realizarlas efectivamente; por otro lado, para que la actividad matemática sea realmente
anticipatoria de la experiencia, es necesario estar seguro de que esa anticipación fue realizada
correctamente; en otras palabras, es necesario validar la anticipación. Construir herramientas que
permitan obtener resultados sobre aspectos de la realidad sin necesidad de realizar experiencias
efectivas y responsabilizarse matemáticamente por la validez de esos resultados son, desde nuestra
perspectiva, dos aspectos ineludibles del quehacer matemático escolar” (Marco General del Diseño
Curricular. 2004. Bs. As. GCBA. Secretaría de Educación).
NÚMEROS Y OPERACIONES
““Números, estamos rodeados” es la forma que elegí para convencerla/o de que no hay
manera de vivir hoy sin estar atado a algo que tenga que ver con los distintos sistemas de
numeración, desde la hora, el peso, la altura, las calorías, el sueldo, el horario del tren, la nota, las
fechas. Elija lo que quiera. Los números sirven para envolver todo lo que hacemos y forman parte
de la vida cotidiana en tantas formas que hoy sería imposible, IMPOSIBLE, vivir sin ellos… Mientras
que nos comunicamos con múltiples idiomas, según la región del mundo que habitemos, los
números cruzan todas las barreras lingüísticas y se instalan como pares o iguales tanto en español,
inglés, francés, alemán, italiano, portugués… y la/lo dejo a usted seguir. ¿No es extraordinario que
eso suceda?”2
“El número es un sistema de relaciones construidas por el sujeto en su interacción con los
objetos”.3
“Las operaciones lógicas, los números, las clases, no están en la realidad, aun cuando los
objetos físicos permitan ser clasificados o enumerados. El ajuste recíproco que se presenta como
evidente, es sólo aparente”. 4
2
Paenza, Adrián, “¿Cómo, esto también es matemática?, Buenos Aires, Sudamericana, 2012, págs. 36 y 37.
3
Boggino, Norberto, “De lo prenumérico a la noción del número” en “La disyuntiva de enseñar o esperar que
el niño aprenda”, Rosario, Homo Sapiens, 1995, pág. 62.
4
Boggino, Norberto, “De lo prenumérico a la noción del número” en “La disyuntiva de enseñar o esperar que
el niño aprenda”, Rosario, Homo Sapiens, 1995, pág. 63.
«cualquiera», en el sentido de que se trata de un objeto puro que no es del mundo físico. El
número no está en el mundo físico y, en general, todo el conocimiento lógico-matemático consiste
en relaciones creadas por el Sujeto. Consecuentemente, su fuente es endógena. Cada sujeto debe
crear las relaciones de igual, diferente, más, equivalente, o el concepto de número. Su fuente sólo
está en la «mente» del sujeto”. 5
“La clasificación no es una actividad sino una operación «mental» y sólo puede realizarse a 6
partir de que el sujeto ha construido el «esquema de clase». Las operaciones constituyen un
esquema asimilador acomodado con bastante exactitud a lo real”. 6
“Piaget afirma que el número es una síntesis de dos tipos de relaciones, una de orden y
otra de inclusión jerárquica. Si el niño no ordena lógicamente los objetos ni siquiera podrá contar
correctamente la secuencia presentada. Pero a su vez, el hecho de establecer relaciones de orden
no supone la posibilidad de cuantificar, ni esta se da por el mero hecho de contar. Para poder
comprender la operación que realiza y cuantificar los objetos deberá, además de establecer un
orden, comprender que el uno está comprendido en el dos, que el dos está comprendido en el
tres, el tres en el cuatro, pero además, deberá comprender que el dos es uno más que el uno y
uno menos que el tres, que el tres es uno más que el dos y uno menos que el cuatro, y así
sucesivamente. Deberá construir, en suma, las relaciones de inclusión jerárquicas entre clases y
sub-clases.
Por lo tanto, el propósito del trabajo en el aula tenderá a que los niños construyan
relaciones. Por ejemplo, para la tarea de inclusión de clases o cualquier otro tipo de relaciones, el
niño deberá operar con objetos físicos e interrogarse acerca de ellos. En este sentido, podrán
aprovecharse situaciones de la vida diaria, juegos o plantear situaciones-problemas, pero siempre
con el propósito de que el niño establezca todo tipo de relaciones entre los objetos, que pueda
interrogarse acerca de si hay más maderitas rojas que maderitas, por ejemplo, o simplemente
acerca de una diferencia entre dos objetos (forma, color). La relación de diferencia parece ser
previa a la relación de inclusión jerárquica, porque ¿cómo podrán establecerse relaciones
jerárquicas si, previamente, no se establecieron diferencias? Pero a su vez ¿cómo podrán asociarse
los elementos de un mismo conjunto si no se establecen relaciones de equivalencias entre ellos?
Por ejemplo, la propiedad de tener el color rojo, permite al niño establecer relaciones de
equivalencia (según el criterio de color) relacionando las maderitas de color rojo. En otros
términos, el conjunto de todas las maderitas rojas puede constituir dicha clase”. 7
5
Boggino, Norberto, “De lo prenumérico a la noción del número” en “La disyuntiva de enseñar o esperar que
el niño aprenda”, Rosario, Homo Sapiens, 1995, pág. 63.
6
Boggino, Norberto, “De lo prenumérico a la noción del número” en “La disyuntiva de enseñar o esperar que
el niño aprenda”, Rosario, Homo Sapiens, 1995, pág. 64.
7
Boggino, Norberto, “De lo prenumérico a la noción del número” en “La disyuntiva de enseñar o esperar que
el niño aprenda”, Rosario, Homo Sapiens, 1995, págs. 64 y 65.
que haya necesidad de precisarla. Pero el niño sólo podrá cuantificar cuando logre articular las
relaciones de orden y de inclusión jerárquicas de clases”. 8
“La construcción operatoria del concepto de número implica trabajar con el propósito de
que el niño construya un conjunto de esquemas, nociones y relaciones previas y, no
7
necesariamente, con los números. Supone abordar aspectos lógicos y matemáticos que van desde
las relaciones de equivalencias, diferencias, orden e inclusión jerárquica hasta la estructuración de
la clase, la serie y la conservación de la cantidad, pasando por las correspondencias o
equivalencias numéricas. El número comporta aspectos cualitativos y cuantitativos que son
indisolubles y que se soportan mutuamente en su estructuración. Por lo tanto, la tarea debe
centrarse esencialmente en el campo de las acciones pre-numéricas”.10
“El número no deriva de los textos ni se aprende por mera transmisión ni dibujando y
repitiendo grafismos en un cuaderno. En algún sentido, podríamos afirmar que el niño construye
el número desde su nacimiento, en la medida en que establece relaciones lógicas entre los objetos
físicos, los clasifica o los ordena en sus actividades diarias”. 11
“El número es una «estructura mental» que no se adquiere del entorno sino que la
construye el sujeto en su interacción con lo real”.12
En este nivel el niño es incapaz de relacionar los aspectos cualitativos con los aspectos
cuantitativos, lo cual lo lleva a evaluar las cantidades a partir de algunos de los atributos de los
objetos, el largo o el ancho de un cuerpo o la igualdad de los extremos de dos filas de caramelos,
por ejemplo.
El niño disocia los aspectos cualitativos de los cuantitativos y evalúa las cantidades según
relaciones perceptivas deformantes de lo real. Se contenta con realizar evaluaciones globales,
preocupándose únicamente por el espacio ocupado por las fichas. No realiza correspondencias ni
puede enumerar una colección de ocho elementos…
8
Boggino, Norberto, “De lo prenumérico a la noción del número” en “La disyuntiva de enseñar o esperar que
el niño aprenda”, Rosario, Homo Sapiens, 1995, pág. 66.
9
Boggino, Norberto, “De lo prenumérico a la noción del número” en “La disyuntiva de enseñar o esperar que
el niño aprenda”, Rosario, Homo Sapiens, 1995, pág. 67.
10
Boggino, Norberto, “De lo prenumérico a la noción del número” en “La disyuntiva de enseñar o esperar
que el niño aprenda”, Rosario, Homo Sapiens, 1995, pág. 68.
11
Boggino, Norberto, “De lo prenumérico a la noción del número” en “La disyuntiva de enseñar o esperar
que el niño aprenda”, Rosario, Homo Sapiens, 1995, pág. 68.
12
Boggino, Norberto, “De lo prenumérico a la noción del número” en “La disyuntiva de enseñar o esperar
que el niño aprenda”, Rosario, Homo Sapiens, 1995, pág. 68.
… Las actividades cotidianas en el aula, permiten constatar cómo los niños establecen
relaciones correctamente entre objetos (fichas, caramelos, chapitas) y el dibujo de éstos, o entre
objetos y su representación con cifras, pero sin embargo, niegan que la cantidad de ambos sea la
misma. Esto se debe a que persiste un proceso de asimilación deformante de lo real, donde
predominan los aspectos perceptivos.
El niño puede establecer una correspondencia biunívoca entre los elementos (sin poder 8
numerarlos), pero sigue evaluando la cantidad con criterios cualitativos y no con criterios
cuantitativos…
c) Equivalencia numérica.
A través de la acción sobre los objetos, el niño logra saber que el número de elementos
(cotidad) de cada conjunto de caramelos, por ejemplo, se conserva. Y puede afirmar que en cada
conjunto hay ocho caramelos, pero aun así, sigue sosteniendo que la cantidad de ambos no es la
misma.
Aun cuando sus esquemas intuitivos se hagan cada vez más flexibles y permitan anticipar y
construir un cuadro exacto de correspondencias y de equivalencias numéricas, persiste un proceso
de asimilación deformante de lo real, que hace que el niño se centre en aspectos cualitativos y
cuantitativos en forma alternativa, sin poder articularlos en un mismo momento. Por ello sigue
expresándose a través de respuestas contradictorias, pero que señalan, simplemente, un tipo de
error constructivo que se corresponde con el modo de comprensión de lo real posible en ese
momento del desarrollo.
d) Conservación de la cantidad.
En este cuarto momento, por primera vez, se logra superar la deformación en el proceso
de asimilación-acomodación y el equilibrio entre ambos. El niño podrá coordinar todos los
aspectos y puntos de vista en un solo sistema de reciprocidades objetivas. De esta manera, en el
momento en que las relaciones espaciales se reúnen en la idea de un espacio único y que el
esquema de acción se vuelve reversible o que los elementos de un conjunto constituyen un todo
invariante, se ha constituido el esquema de conservación de la cantidad. Es el momento en que las
intuiciones articuladas se transforman en sistemas operatorios de conjunto.
La noción del número no se puede enseñar directamente; el niño tiene que construirla por
sí mismo. Por lo tanto las intervenciones pedagógicas no deberán pasar por la enseñanza del «1»,
del «2», o del «3», sino por animar al niño a operar sobre los objetos y a pensar activamente para
que construyan la estructura lógico-matemática del número y así poder aprender el «2», el «4», o
el «3.040»”.13
El niño recorre un camino que va desde la imitación de las acciones u objetos por medio
de «símbolos» (individuales), hasta la utilización de «signos» matemáticos (sociales).
En un primer momento los niños realizan dibujos cualesquiera que, subjetivamente, tienen
para ellos una relación de semejanza con la cantidad que pretende expresar. Pero la misma
representación no permite ser descifrada por una tercera persona, en tanto no es posible atribuir
el mismo significado. Por ejemplo, un niño dibuja una casa para representar cuatro elementos. Sus
argumentos son que en ella vive él junto a su hermano y sus padres.
b1) Dibujo global con “x” elementos. En el primer momento, persiste la expresión global del dibujo,
pero ha avanzado con respecto al nivel anterior, en tanto en este discrimina la cantidad de
elementos y establece una correspondencia entre el dibujo y los objetos concretos.
13
Boggino, Norberto, “De lo prenumérico a la noción del número” en “La disyuntiva de enseñar o esperar
que el niño aprenda”, Rosario, Homo Sapiens, 1995, págs. 69, 70, 71 y 72.
b2) Dibujo con correspondencia evidente. Se manifiesta por primera vez, una forma de expresión
cuantitativa expresa a través de la cantidad de elementos dibujados y se establece,
explícitamente, una correspondencia término a término entre los objetos concretos y el dibujo.
Por ejemplo, un niño a quien se le presentaron cuatro caramelos dibujó cuatro elementos
cualesquiera, mientras otro dibujó cuatro caramelos. Se trata de diferentes expresiones que
denotan un mismo nivel de estructuración cognoscitiva.
10
b3) Representación esquemática de los elementos. En el marco de las representaciones gráficas
donde se establece una correspondencia biunívoca entre elementos, este momento constituye el
más avanzado.
En este nivel el niño reemplaza la representación esquemática o el dibujo por las cifras, en
función de que comienza a primar lo cuantitativo por sobre lo figural. Ya no realiza una copia del
objeto sino que intentará representarlo con cifras convencionales, aunque todavía utiliza
cualquiera. Por ejemplo, para representar cinco caramelos, realiza cuatro números cualesquiera…
Finalmente, los niños utilizan los grafismos correctos (números) para representar la
cantidad de elementos que se le presenta. Utilizan una sola cifra para representar gráficamente la
cantidad…
a) Colecciones figurales.
“En síntesis, lo que un niño realiza en este primer nivel de conceptualización es establecer
relaciones de semejanza entre un elemento y el posterior en forma sucesiva, alternando los
criterios. Pero no tendrá en cuenta las diferencias ni realizará inclusiones entre clases y subclases
ni establecerá relaciones de pertenencia entre un elemento y el conjunto del cual forma parte.
14
Boggino, Norberto, “De lo prenumérico a la noción del número” en “La disyuntiva de enseñar o esperar
que el niño aprenda”, Rosario, Homo Sapiens, 1995, págs. 72, 73 y 74.
Solamente realizará colecciones figurales a partir de los esquemas perceptivos y bajo la forma de
un percepción espacial…
«Una clase supone dos caracteres o relaciones, ambas necesarias y que bastan para su
constitución: 1) las cualidades comunes a sus miembros y a aquellos de las clases que forman
parte, así como las diferencias específicas que distinguen a sus propios miembros de las demás
clases (comprensión). 2 ) Las relaciones parte-todo (pertenencia e inclusión) determinadas por los
cuantificadores «todos», «algunos» y «ninguno» aplicados a los miembros de las clases de que
forma parte, pero en tanto están calificados bajo 1 (extensión de la clase)» (Piaget, 1976: 29)”.15
Seriar implica establecer relaciones entre un conjunto de elementos que son diferentes en
algún aspecto y ordenar esas diferencias.
En otros términos, podríamos decir que seriar es ordenar las diferencias de un conjunto de
objetos, según algún criterio específico. Por ejemplo, según la diferencia de altura…
Pero así como con la clase se deben construir otras relaciones como la de pertenencia e
inclusión, en el proceso de formación de la noción de serie se presentan dos tipos de relaciones
nucleares previas: la reciprocidad y la transitividad.
La reciprocidad posibilita que cada elemento de una serie tenga una relación tal con el
elemento inmediato, que al invertir el orden de la comparación, dicha relación también se
invierte. Por su parte permite considerar a cada elemento de la serie como término de dos
relaciones inversas (salvo el primero y el último). Por ejemplo: una varilla es más larga que la que
le sigue y más corta que la que le precede. La transitividad permite establecer una relación entre
un elemento de una serie y el siguiente y de este con el posterior y, consecuentemente, deducir la
relación que se establece entre el primer elemento y el último de una serie dada de objetos…
15
Boggino, Norberto, “De lo prenumérico a la noción del número” en “La disyuntiva de enseñar o esperar
que el niño aprenda”, Rosario, Homo Sapiens, 1995, págs. 75, 77, 78 y 79.
a) En un primer momento formarán «parejas», «tríos» o «grupos de 4 o 5 elementos» pero sin
establecer relaciones «más largo que» o «más corto que» y sin tener en cuenta la línea de base:
- Primero formarán «parejas» donde cada elemento será perceptiblemente mayor o menor
que el otro. Lo cual no supone en sí mismo ningún tipo de relaciones, simplemente toma
uno «grande» y uno «pequeño».
- Luego formará «tríos», lo que supone incluir la categoría de «mediano», además de la de
12
«grande» y «chico». Si bien constituye un avance con respecto a la anterior, en ambos
casos dejan como «residuo» a las varillas que no pueden incluir en estas categorías.
- Posteriormente logran ordenar cuatro o cinco varillas pero tomando en cuenta uno solo
de los extremos.
- Hasta que, como una «transición» entre este primer nivel de conceptualización y el
siguiente, logran considerar la «línea de base» y tener en cuenta dos extremos en la
seriación de 4 o 5 varillas”.16
En este marco, debemos señalar con toda claridad que CONOCER LOS NIVELES DE
CONCEPTUALIZACIÓN del número como de cualquier otro concepto, NO IMPLICA SABER CÓMO
ENSEÑAR. El trabajo precedente constituye un conjunto de hipótesis fruto de investigaciones que
dan cuenta de los distintos pasos que jalonan el proceso de construcción de las nociones
prenuméricas. Constituye un aporte pero sólo se reduce a las perspectivas del SUJETO que
aprende y del OBJETO de conocimiento, sin considerar la dimensión del CONTEXTO SOCIAL ni las
posibles derivaciones didácticas”.18
16
Boggino, Norberto, “De lo prenumérico a la noción del número” en “La disyuntiva de enseñar o esperar
que el niño aprenda”, Rosario, Homo Sapiens, 1995, págs. 80 y 81.
17
Boggino, Norberto, “De lo prenumérico a la noción del número” en “La disyuntiva de enseñar o esperar
que el niño aprenda”, Rosario, Homo Sapiens, 1995, pág. 82.
18
Boggino, Norberto, “De lo prenumérico a la noción del número” en “La disyuntiva de enseñar o esperar
que el niño aprenda”, Rosario, Homo Sapiens, 1995, pág. 83.
19
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 12.
“Un docente de sala de 4, a principio de año, con el fin de conocer los saberes de conteo
de sus alumnos, les propone un juego de emboque de pelotas en el cual gana el equipo que
emboca la mayor cantidad. Los alumnos, para poder resolver la situación, deberán cuantificar las
pelotas embocadas y comparar lo obtenido por cada equipo con el fin de saber cuál es el ganador.
En este caso, la situación le posibilita al docente diagnosticar los saberes de conteo de los
niños para luego presentar otros problemas que favorezcan avances en este sentido… 13
Siguiendo con nuestro ejemplo, supongamos que la mayoría de los niños cuentan
correctamente hasta 5, el docente puede plantear la siguiente situación:
Les presenta un dado con constelaciones (puntos) hasta 6 y les propone un juego que
consiste en tomar la cantidad de tapitas que el dado indica y colocarlas en un pote.
Para resolver esta situación, los niños deberán hacer uso de sus saberes de conteo y
ampliar el campo numérico hasta 6.
En este caso se han incluido dos variantes: el campo numérico y el contexto de juego,
llenar el pote…
Continuando… la docente entrega a cada niño un pote con 20 botones y a cada grupo un
dado como el descrito. Cada jugador tira el dado y saca de su pote la cantidad de botones que este
indica. Gana el jugador que primero se queda sin botones.
“El docente, primero, elige los contenidos a enseñar y, luego, realiza los procesos de
contextualización y descontextualización. El proceso de contextualización consiste en la búsqueda
de contextos significativos para el grupo escolar, en los cuales el contenido a enseñar tenga
sentido. El proceso de descontextualización implica sacar al contenido del contexto específico en
el que fue abordado con el fin de generalizarlo y acercarlo al saber disciplinar. A partir de allí, ese
contenido debe ser puesto en movimiento en diferentes actividades”. 21
“El número como memoria de la cantidad hace referencia a la posibilidad que dan los
números de evocar una cantidad sin que ésta esté presente. Alude al aspecto cardinal del número,
implica cardinalizar un conjunto de elementos.
Por ejemplo:
20
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, págs. 20 y 21.
21
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 23.
Después de realizar un juego de bowling la maestra le pregunta a un grupo: «¿Cuántos
bolos derribaron?».
En este caso, los niños deberán cardinalizar la cantidad de bolos derribados y recordarla
para resolver la situación….
Por ejemplo: La maestra le pide a un niño que traiga del armario, en un solo viaje, los
alfajores necesarios para los integrantes de su mesa…
… es la función que permite recordar el lugar ocupado por un objeto en una lista
ordenada, sin tener que memorizar la lista. Se relaciona con el aspecto ordinal del número, que
indica el lugar que ocupa un número en la serie…
La función del número para calcular, también llamada para anticipar resultados, es la
posibilidad que dan los números de anticiparse al resultado de una transformación cuantitativa en
situaciones no visibles, no presentes, aún no realizadas, pero sobre las cuales se posee cierta
información.
Esta función implica comprender que una cantidad puede resultar de la composición de
varias cantidades y que se puede operar sobre los números para prever el resultado de una
transformación de la cardinalidad. Las transformaciones pueden producirse al juntar, reunir,
agregar, quitar, sacar, partir, repartir cardinales de distintos conjuntos.
… «Por turno, tiren los dados (dos) y avancen los casilleros que los dados indican»…
Para determinar la cantidad puede hacer uso de uno de los siguientes procedimientos:
Conteo. Julieta, señalando cada puntito de uno de los dados, dice: «uno, dos», y
luego, señalando cada puntito del otro, dice: «tres, cuatro, cinco».
Sobreconteo. Implica determinar el valor total a partir de la percepción global de
uno de los dados, y luego continuar contando el valor del otro dado. Julieta,
mirando el primer dado, dice «Dos» y luego, señalando cada puntito del otro
dado, dice: «tres, cuatro, cinco».
Resultado memorizado. Determinar el valor total a partir de un cálculo mental que
no incluye el conteo. Julieta, mirando los dados dice: «Dos y tres son cinco»”. 22
22
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, págs. 39, 40, 41 y 42.
ACTIVIDADES O JUEGOS PARA PROPONER:
1) Los peces de colores. Una sábana a modo de laguna. Cañas de pescar con un imán de
anzuelo; una para cada niño- Siluetas de peces de cinco colores diferentes, atraíbles por
un imán, y no menos de 10 de cada color. Un reproductor de música. // Se ubica la sábana
en el centro de la sala, se colocan las siluetas de peces sobre ella y se distribuye a los niños
alrededor de la sábana con una caña. // Consigna: mientras suena la música hay que
15
pescar los peces, cuando la música para dejamos de pescar. // Al parar la música, la
docente plantea preguntas del tipo ¿Cuántos peces pescaste? ¿Cuántos rojos?
2) Las tapitas. Por turno, tiren el dado, tomen las tapitas que el dado indica y colóquenlas en
el pote.
3) Las fichitas. Se juega de a dos. Se entrega, cada dos jugadores, un dado y un recipiente
para colocar las fichas, y a cada jugador un pote con diez fichas. // Consigna: Por turno,
tiren el dado, saquen de su pote las fichas que el dado indica y colóquenlas en el
recipiente del centro de la mesa. // Gana el jugador que primero se queda sin fichas.
4) A llenar el tablero. Un dado con puntos del 1 al 3. Un tablero de 3x3. Un recipiente para
colocar las fichas. // Se juega de a dos. Cada dos se entrega un dado y un recipiente para
colocar las fichas, y a cada jugador un tablero. // Consigna: Por turno, tiren el dado,
saquen del recipiente del centro de la mesa las fichas que el dado indica y colóquenlas en
el tablero, una en cada casillero. // Gana el jugador que llena el tablero.
5) La mona. Cartas españolas del 1 al 6 y una sota. // De dos a cuatro jugadores. Se reparten
todas las cartas. // Consigna: Cada jugador mira sus cartas; forma parejas con las cartas de
igual número y las coloca a su lado, formando un montón. Luego, el primer jugador ofrece
las cartas que tiene en la mano al jugador de al lado para que tome una. Si forma pareja, la
coloca en su montón; si no, se la queda. // Pierde el jugador que se queda con la sota.
6) Buscamos uno más que (o uno menos que). Cartas españolas del 1 al 6. // Cuatro
jugadores, dos cartas a cada jugador. // Consigna: El primer jugador coloca una de sus
cartas en el centro de la mesa, boca arriba. El siguiente, para tomar la carta de la mesa,
debe tener una carta cuyo valor sea uno más que el de la carta de la mesa; de no ser así,
coloca una carta en el centro. // Gana el jugador que más cartas junta.
7) A formar 6. Cartas españolas del 1 al 5. // Cuatro jugadores. Se colocan las cartas boca
abajo, en el centro de la mesa, formando un montón, y se da vuelta una de las cartas. //
Consigna: Hay que juntar dos cartas que den 6. Cada jugador, por turno, da vuelta una
carta del montón; se da 6 con la que está en la mesa, se la lleva; si no, la deja formando un
pozo. // Gana el jugador que más cartas junta.
“Los primeros contactos del niño con los números se realizan a nivel oral y en forma
global. Escuchan y repiten el nombre de los números; primero, en forma aislada y luego, en forma
ordenada.
Por ejemplo: los niños realizan usos orales de los números en forma aislada cuando
reconocen que el colectivo 7 los lleva a la casa de su abuela; que viven en el piso 3…; en estos usos
el niño no relaciona a los números como parte de la serie numérica. Son palabras que dice al igual
que otras. A medida que las nombra también va reconociendo su escritura; es así como dice: «este
es un siete, un tres, el trece»; esto no implica necesariamente poder contar ni escribir esos
números.
Luego, en contacto con el medio, con sus pares, con los adultos comienza a escuchar
partes de la serie numérica en forma ordenada. Imita a los adultos cuando éstos cuentan para
cardinalizar una colección; camina diciendo los números a modo de cantito; se siente fascinado
por ellos. Estos saberes son estimados por el adulto, pues el conocimiento de la serie numérica es 16
socialmente valorado.
También se conecta con diferentes portadores que le permiten ver la secuencia numérica,
a saber: en el teléfono, en el control del televisor, en la regla, etc.
Al repetir partes de la serie numérica, no siempre lo hacen en forma ordenada, dado que
su construcción acarrea dificultades. Algunas de ellas son:
Cuando los niños dicen: «uno, dos, tres, siete, nueve, seis, diez», pretenden recitar la serie
convencional, pero, como no la conocen en su totalidad, establecen un orden propio.
Cuando los niños dicen: «diez y uno, diez y dos, diez y tres», conocen el orden de la serie,
pues saben que después de diez se vuelven a repetir los números desde uno a nueve, pero
desconocen el nombre convencional de esa porción de la serie. Este tipo de dificultades es
común que se presenten con el nombre de los números: once, doce, trece, catorce,
quince, y no con los posteriores, dado que, para el niño, «diecinueve» es «el diez y el
nueve».
Cuando los niños dicen: «dieciocho, diecinueve, ¿cómo sigue?», y el adulto responde:
«veinte»; ellos dicen: «¡Ah!, sigue todo igual, veintiuno, veintidós»; demuestran que
conocen el orden de los números y que los mismos se repiten, pero desconocen el nombre
del cambio de decena”. 23
Los niños del Nivel Inicial, frente a las escrituras de dos números reconocen que:
Entre dos números de diferente cantidad de cifras, el mayor es el que tiene mayor
cantidad de cifras. Los chicos dicen: «si tiene muchos números es más grande».
Entre dos números de igual cantidad de cifras, reconocen que la posición de las cifras
determina cuál es el mayor. En términos de los niños: «el primero es el que manda»”. 24
23
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, págs. 59 y 60.
24
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 65.
ACTIVIDADES O JUEGOS PARA PROPONER:
1) Ser el primero en obtener 5 puntos. Tarjetas con números del 0 al 5 (10 tarjetas de cada
número). // Grupos de hasta 4. Se entrega a cada grupo un juego de tarjetas que se
colocan en el centro de la mesa, boca abajo. // Consigna: Cada jugador toma dos tarjetas y
las coloca frente suyo, boca abajo. Luego, todos simultáneamente, las dan vuelta. Obtiene
un punto el jugador que armó el número mayor. // Gana el primero que obtiene 5 puntos.
17
2) Vamos a ordenar los materiales de la sala para saber qué hay en cada caja. Por pareja
tendrán que realizar la etiqueta de la caja que les tocó, indicando el material y la cantidad.
3) Dos perros para un hueso. Se forman dos equipos con igual cantidad de jugadores. Los
integrantes de cada equipo se ubican uno al lado del otro, y ambos equipos enfrentados.
En el centro de la cancha se ubica una pelota y se designa el arco de cada grupo. Cada
equipo debe numerarse siguiendo el orden convencional y cada integrante, recordar su
número. La maestra dice en voz alta un número. En cada equipo, el niño que tiene ese
número debe salir corriendo y tratar de ser el primero en tomar la pelota y embocarla en
su arco. El equipo que lo logra obtiene un punto. // Gana el primero que llega a 10 puntos.
4) Croquet. Un palo o bate por jugador. Una pelota pequeña por cada jugador. Cinco arcos
numerados del 3 al 7. // Hasta 4 jugadores. Se traza una línea de salida y una de llegada y
se ubican entre ellas los arcos numerados en forma dispersa. Cada jugador, a su turno,
debe impulsar su pelota con el palo, pasándola en forma ordenada por debajo de los
arcos, desde la línea de salida hasta la de llegada. // Gana quien primero alcanza la línea
de llegada.
5) Las escaleras. Cartas españolas del 1 al 5. // Grupos de cuatro jugadores. Se sacan los
cuatro 1 y se colocan en el centro de la mesa boca arriba. Se mezclan las restantes cartas y
se reparten dos a cada jugador; con el resto se forma un pozo. // Consigna: Cada jugador,
a su turno, debe bajar una carta que le permita respetar el palo y continuar la serie. // El
jugador que no puede colocar cartas pierde el turno. Después de la primera ronda, se
reparten dos cartas a cada jugador y se continúe el juego. // Gana el jugador que primero
se queda sin cartas.
“Una propuesta para la elaboración de cartas por parte de los niños puede ser plantearles
que cada uno elija un palo (por ejemplo nube, sol, flor, etc.) y, utilizando diez cartones, armen las
cartas correspondientes; usando números y dibujos para reproducir las cartas habituales. Una vez
terminada la confección del material, los niños forman grupos de cuatro, cada uno aporta sus
cartas, y juegan a algunas de las propuestas conocidas”.25
25
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 81.
SISTEMAS DE NUMERACIÓN HISTÓRICOS26
Para que los alumnos comprendan nuestro complejo sistema de numeración se utilizan
diversos recursos. Algunos consisten en materializaciones del agrupamiento y otros, en la
comparación con sistemas que tienen las mismas características que el nuestro (posicional, con
base) y con sistemas que tienen características distintas (aditivos). Es decir, el estudio de otros
sistemas de numeración, además del decimal, permite una más clara comprensión de este último. 18
El proceso histórico que recorrieron los sistemas de numeración muestra que cuando los
hombres empezaron a contar usaron sus dedos, guijarros, marcas en bastones, nudos en una
cuerda y algunas otras formas, para ir pasando de un número al siguiente. Pero a medida que se
hizo necesario manejar cantidades mayores, algunos sistemas resultaron poco prácticos. En
diferentes partes del mundo y en distintas épocas se llegó a la misma solución: cuando se alcanza
un determinado número se utiliza una marca distinta que lo representa. Este número es la base
del sistema. La base que más se ha utilizado a lo largo de la historia es 10, aparentemente, por ser
el número de dedos que tenemos en las manos. Hay algunas excepciones notables, como son la
numeración babilónica, que usaba 10 y 60 como bases, y la numeración maya, que usaba bases 20
y 5, aunque con alguna irregularidad.
En este sistema posicional, los números se representaban sólo con dos signos: una marca
vertical hecha con un punzón en forma de cuña, representaba a la unidad, y una horizontal, el
número diez. Con esos dos signos, se podían escribir todos los números naturales del 1 al 59,
repitiendo el signo del diez y de la unidad tantas veces como en el número hubiese decenas y
unidades. Por ejemplo:
▼ ▼▼▼ ▼ ◄ ▼▼ ◄◄ ▼
▼▼
1.60 + 5 = 65 1.60.60 + 12.60 + 21 = 4341
26
Extraído y adaptado de “Claves para enseñar Matemática a partir de su historia” de Legorburu, N. y
Miguiarra, M.
En un comienzo, la representación de un número en el que alguno de los órdenes
intermedios no existe, podía confundirse con la de otro número. Por ejemplo, el número 2623 =
1.60.60 + 0.60 + 23, podía confundirse con el 83 = 1.60 + 23.
▼ ◄ ▼▼▼
◄
Para evitar este tipo de inconvenientes, posteriormente, se introdujo un signo separador 19
╫, que jugaba el mismo papel que el cero.
▼ ╫ ◄ ▼▼▼
◄
LA NUMERACIÓN RANQUEL
Los ranqueles habitaron en los siglos XVIII y XIX en el centro de La Pampa, con notoria
presencia en el sur de San Luis, Córdoba, Santa Fe y en el noroeste de la provincia de Buenos Aires.
Uno quiñé
Dos epú
Tres cla
Cuatro meli
Cinco quechú
Seis caiu
Siete relgué
Ocho purrá
Nueve ailliá
Diez marí
Cien pataca
Mil barranca
Cincuenta quechú-mari
Un millón marí-pataca-barranca
Los sumerios tenían dos tipos de símbolos, una cuña vertical para las unidades: ▼ y una
horizontal para las decenas: ◄. Iban escribiendo todos los números del 1 al 59, y al llegar al 60,
usaban el mismo símbolo con el que designaban al uno, pero ahora se entendía que al ocupar otra
posición quedaba multiplicado por 60.
◄ ▼▼ = 13
▼
◄ ▼▼▼
◄ ▼▼ = 45
◄
◄
▼ ▼▼ = 62
20
▼ ◄ ▼▼ = 72
Al no tener símbolo para el cero se generaba una ambigüedad que sólo podía resolverse
teniendo en cuenta el contexto en el que el número aparecía. Por ejemplo: el símbolo ▼▼podía
valer 2, 2.60, 2.60.60 ó 2.60.60.60.
Los mayas tenían también dos tipos de símbolos, un punto que representaba a las
unidades, y una raya para el cinco. Con estos podían escribir los números del 1 al 19.
¿Qué hacían cuándo querían escribir números mayores que 19? Lo mismo que hacemos
nosotros cuando queremos escribir un número mayor que 9: hacemos uso de la lectura posicional
y nos corremos un lugar a la izquierda, pero con una diferencia: ellos lo escribían hacia arriba:
° 1.20 = 20
°°° + 3
_______
23
°° 2.20 = 40
°°
— + 7
_______
47
Pero la gran ventaja de este sistema respecto al súmero es el uso del cero, al cual
representaban por el símbolo: @, lo que les permitía escribir el número 413 así:
° 1.20.20 = 400
@ 0.20 = 0 21
OOO
________
________
13
Los números naturales y el sistema de numeración27
Nuestro sistema de numeración es una creación cultural con características propias, que
difieren de las de otros sistemas pertenecientes a otras culturas. Como cualquier objeto de
construcción cultural, es una convención y, como tal, arbitraria; por lo tanto la posibilidad de que
este sistema pueda ser aprendido por las nuevas generaciones depende de la enseñanza.
… Desde muy chicos, los niños poseen conceptualizaciones acerca del sistema. El gran
desafío para la enseñanza es lograr vincular tales conceptualizaciones de los niños con los saberes
considerados válidos. El problema didáctico al que se enfrentan los docentes, entonces, es lograr
enseñar un objeto complejo produciendo argumentaciones al nivel del conocimiento de los
alumnos. Para esto, los maestros deben realizar una reconstrucción de ese objeto que lo haga
apropiable por los que aún no disponen del conocimiento acabado en el momento en el que
tienen que estudiarlo.
27
Extraído y adaptado de Itzcovich, Horacio, “La Matemática escolar. Las prácticas de enseñanza en el aula”,
Rosario, Aique, 2008.
iv. Se escribe en un orden decreciente de izquierda a derecha: las cifras que
representan cantidades mayores, a la izquierda; y las menores, a la derecha.
v. Incluye el cero.
vi. Entre dos números de la misma cantidad de cifras, es mayor el que tiene a la
izquierda el número mayor.
vii. Entre dos números de diferente cantidad de cifras, es mayor el que tiene más
cifras. 22
Decimos “veintiuno, treinta y uno, cuarenta y uno”, etc., es decir, que enunciamos
la decena entera y la unidad extra. En cambio, decimos “once”.
Cuando decimos “doce, trece”, lo que suena primero es el “dos” y el “tres”, razón
por la que muchos chicos escriben esos números como 21 y 31. En cambio, a partir
del treinta, todas las decenas dan cuenta de la cifra con la que comienzan al
denominarlas, lo que aporta una información sumamente importante para poder
aprender a leer y escribir números... Es interesante reflexionar, ahora, sobre uno
de los supuestos que se encuentran más arraigados en la enseñanza y que sugiere
trabajar en el inicio de Primer grado con pocos números, por ejemplo, con un
intervalo numérico que no supere el 20. Como vimos, justamente esos son los
números que ofrecen mayor dificultad, por ser los que menor información brindan
a través de la numeración hablada, en donde los chicos se apoyan al principio para
poder interpretarlos y escribirlos.
ACTIVIDAD:
a. Realiza un punteo de las características del funcionamiento de cada recurso didáctico que 23
conoces utilizando las categorías que utilizamos para nuestro sistema de numeración
(cantidad de símbolos utilizados, posibilidad de representar infinitos números naturales,
base en la que están organizados, necesidad del cero, función del lugar que ocupan los
símbolos, relación entre la cantidad de símbolos y el valor del número representado…
b. Establezca semejanzas y diferencias entre las características de estas representaciones
concretas y las de nuestro sistema de numeración.
En los algoritmos convencionales de suma y resta, para resolver las operaciones, se opera
sobre todas las cifras como si fueran unidades (cuidando siempre de sumar o restar entre sí las del
mismo orden), sin necesidad de considerar momentáneamente su posición. Por ejemplo, al sumar
724 + 87, se suma 2 + 8 + 1 (del reagrupamiento de 4 + 7), sin tener que pensarlo como 20 + 80 +
10, porque su lugar en la escritura garantiza –para quien disponga de ese conocimiento- que
quedará en el lugar de las decenas. Es decir, únicamente el haber construido un conjunto de
relaciones que permita comprender el significado de los números y de las transformaciones que se
operan sobre ellos a través de esos cálculos permite controlar que se está sumando “como si”
fueran 2 y 8, pero en realidad son 20 y 80, porque el resultado de 2 + 8 está relacionado con el de
20 + 80, etc.
Dependiendo del tipo de enseñanza que se lleve adelante, las operaciones y el sistema de
numeración se trabajarán por separado, como si no existiera ninguna relación entre ellos; o se
planteará intencionalmente una enseñanza donde queden explicitadas todas las relaciones que los
unen. Si se eligiera la primera opción, es posible obtener como consecuencia, que los alumnos no
dispongan de respuestas cuando se los interrogue sobre cuestiones internas, por ejemplo: ¿Por
qué, al sumar 16 + 18 no puede dar veinti…? ¿Por qué, cuando sumamos o restamos, hay que
encolumnar los números de derecha a izquierda? ¿Por qué nos “llevamos” o le “pedimos” al de al
lado?
Las razones por las que funcionan así esas reglas de los algoritmos se derivan de las
propiedades del sistema de numeración: encolumnamos, porque es un sistema posicional,
reagrupamos, porque es de base diez y, por lo tanto, no puede haber nada que supere los 9
elementos en cada potencia de la base; operamos de derecha a izquierda, para lograr economía al
reagrupar.
Otro ejemplo que nos permite tomar contacto con esta problemática es el algoritmo de la
multiplicación por dos cifras. Si les preguntamos a alumnos de Segundo Ciclo acerca de las razones
por las que es preciso desplazar el segundo producto un lugar a la izquierda, en muchos casos, nos
encontraremos con que muchos contestan: “No sé, la maestra me dijo”; “A mí me lo enseñaron
así”. A eso, llamamos contestar desde la fe.
La investigación que Delia Lerner, Patricia Sadovsky y Susana Wolman (1994) realizaron en
la Argentina acerca de cómo se aproximan los chicos al conocimiento del sistema de numeración
arrojó dos certezas.
Dependerá del tipo de números que se les pida que escriban para que estos conflictos
surjan o no… Será necesario ofrecerles a los alumnos diversas situaciones en las que tengan que
comparar, ordenar, leer y escribir números en distintos intervalos numéricos. Se trata de favorecer
el uso y el estudio de la serie numérica mediante la identificación de regularidades en la serie oral
y en la serie escrita.
Exploración de las regularidades de la serie numérica oral y escrita para leer números y
escribirlos (Primer grado)
Los cuadros de números son portadores que permiten generar variadas situaciones que
favorecen la determinación de ciertas regularidades: “Después de los diecis, veintis, treintis, se
empieza otra vez con el 1, 2, 3, hasta el 9”; “Los diceis empiezan con 1”; “todos los ochenta
empiezan con 8”; “El cuarenta y siete va con cuatro y siete, te lo dice el número”.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
10 11 12 13 14 15 16 17 18 19
20 21 22 23 24 25 26 27 28 29
30 31 32 33 34 35 36 37 38 39
40 41 42 43 44 45 46 47 48 49
50 51 52 53 54 55 56 57 58 59
60 61 62 63 64 65 66 67 68 69
70 71 72 73 74 75 76 77 78 79
80 81 82 83 84 85 86 87 88 89
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99
100
Los portadores funcionan como fuentes de información, como “diccionarios” numéricos a
los cuales consultar. No tiene mayor sentido que allí figuren sólo los números que los chicos
conocen. Si los conocen, para qué consultarlos: al diccionario, vamos por las palabras que
desconocemos o de las cuales dudamos. Por otro lado, es necesario incluir intervalos amplios de la
serie numérica para que las regularidades puedan ponerse en juego. Por ello, un cuadro numérico
para Primer grado debería incluir, de entrada, los números hasta el 100, como mínimo.
26
Uno de los propósitos del uso de los cuadros numéricos es que los niños puedan acceder a
información sobre la escritura y lectura de números a través de las relaciones entre la numeración
hablada y la numeración escrita. Por ejemplo, supongamos que el docente le entrega a Joaquín un
papel donde escribió el número 32 y le pide (sin nombrar el número) que le dé a Julián tantas
fichas como dice el papel. Si Joaquín no sabe leerlo, el maestro puede indicarle que use el cuadro
para averiguarlo. Joaquín, entonces, comenzará a contar desde el 1, señalando con el dedo cada
uno de los números de la serie hasta llegar al 32 y, de esa manera, sabrá que al 3 y al 2, les
corresponde la expresión “treinta y dos”, y podrá comenzar a resolver el problema… Si el maestro
le indica verbalmente que tienen que mandar un mensaje a un compañero escribiendo el número
32, los alumnos podrán centrarse en el nudo de la decena y, desde allí, contando de uno en uno,
encontrar el número solicitado; otros buscarán el nudo de la “familia” y la columna
correspondiente al valor de la unidad estableciendo las coordenadas (32: “Está en la fila de los
treinta y en la columna de los que terminan en 2”).
Comparar números. Así, podrán establecer, por ejemplo, que 87 es mayor que 47
porque “viene después”.
Determinar el antecesor o el sucesor de un número: si hoy es 28, ¿qué día fue
ayer?, ¿qué día será mañana?...
Averiguar dónde están todos los números que empiezan con una cifra
determinada, por ejemplo, todos los números que empiezan con 1, o los que
empiezan con 5, etc…
Averiguar dónde están todos los que terminan con una cifra determinada: ¿qué
números serán esos? ¿qué diferencia hay entre el primer cuatro del 44 y el
segundo cuatro?
Establecer cuántos números hay, por ejemplo, entre el 20 y el 30. ¿Y entre el 9 y el
19?... Anotar otros números con los que pasa lo mismo, es decir, que hay 10
números entre ellos. Establecer la regularidad de que no hay ningún caso en el
cuadro en que no se cumpla que un número que está debajo, en la misma
columna, no tenga 10 números más.
Descubrir dónde están todos los números terminados en 9. ¿Qué sucede después
de los números terminados en 9? ¿Cómo cambian esos números?, ¿tienen un
orden?, ¿cuál?
Saber rápidamente en qué fila mirar para ubicar un número sin tener que buscar
uno por uno.
Resolver adivinanzas, por ejemplo: “Alguien pensó un número, está en la fila de
los veinte. Es más grande que el 25. Es más chico que el 27. ¿Cuál es?”.
Completar cuadros a los que les faltan algunos números.
Averiguar cuál es el número que está tapado.
Corregir portadores con algunos números equivocados.
Resolver adiciones y/o sustracciones. Por ejemplo, para sumar 25 + 20, algunos
27
alumnos tendrán que contar desde el 1 hasta llegar a 25, y luego, seguir contando
20 más. Otros podrán partir del 25 y “sobrecontar” los 20 siguientes; otros
partirán del 25 y utilizarán la regularidad del cuadro sabiendo que, entre el 25 y el
35, hay 10 números y que, entre el 35 y el 45, hay 10 más, y que por lo tanto, se
puede usar el conteo de 10 en 10: “25, 35, 45”.
Una cuestión que genera debate es cómo usarla calculadora para que los alumnos
aprendan Matemática.
Para que esto sea posible, las situaciones tendrán que contemplar siempre que los
alumnos anticipen y registren el procedimiento primero y, luego, lo validen utilizando la máquina.
Es posible que algunos alumnos, para resolver el primer ítem, opriman -7. En ese caso, en
el visor, aparecerá el número 465, es decir que la máquina mostrará, de inmediato, el error.
Entonces, al haber anotado previamente en la tabla -7, ese alumno podrá saber que, con esa
orden, no llega al resultado buscado y podrá preguntarse por qué, si la diferencia entre los dos
números escritos es el 7, no logra que aparezca 402. Luego podrá revisar lo hecho y repensar el
problema. En cambio, si no hubiera registrado nada, el resultado aparecería como algo
contingente. “No me dio, no sé por qué, pruebo otra vez” son algunos de los comentarios que
hemos podido escuchar; incluso, hemos observado alumnos que, varias veces, dieron la misma
orden sin ser conscientes de ello.
En las discusiones posteriores, será muy interesante que los alumnos puedan argumentar
acerca de las dificultades que surgieron, ya que, en estas argumentaciones, quedarán explicitados
los contenidos a los que apunta la situación. Por ejemplo: “Hay que hacer menos setenta porque
ese siete no vale siete, vale setenta, están en el lugar de los que valen diez, veinte, treinta…” 28
2. Mercedes tecleó el número 740, pero se confundió. Quería que apareciera el 1740.
¿Cómo puede corregirlo sin borrar?
3. Formá el número 437 utilizando solamente las teclas: 1, 0, +, =, todas las veces que
consideres necesarias. Escribí las operaciones antes de usar la máquina.
4. Hacé que, en el visor, aparezca el número 44. No se puede usar la tecla del 4. Anotá las
órdenes que darás a la máquina. Después escribí el número 444 sin tocar la tecla del 4,
¿podrías utilizar lo que hiciste para formar el 44?
5. Proponé números que se podrían sumar o restar a los siguientes números para
obtener resultados terminados en 0: 35 83 124 391
CÁLCULO28
Desde el ingreso a la escuela los niños de primer año se enfrentan a numerosos problemas
que les exigen unir, agregar, restar, quitar, perder, retroceder entre otros sentidos. En las primeras
exploraciones para resolverlos prueban y ensayan a partir de los conocimientos que tienen
disponibles y producen estrategias diversas –dibujos, rayitas, contar con los dedos o escribir
números- sin conocer aún los cálculos que los resuelven de manera experta.
En las últimas etapas de primer año se espera hacer evolucionar estos procedimientos
iniciales ligados al conteo de objetos y dedos, o representaciones con palitos hacia estrategias de
cálculo. Si bien desplegar estrategias variadas al resolver un cálculo y sostener el control sobre los
resultados obtenidos es un proceso que ocupa varios años de la escolaridad, es preciso promover
su aparición desde el primer año. Pero, ¿cómo generar condiciones en las aulas para promover
esta evolución desde el conteo hacia el inicio en el cálculo?
Desde el 1º año se propone la enseñanza del cálculo mental, considerado como cálculo
reflexionado (en oposición a los cálculos mecánicos o algorítmicos). Esta clase de cálculo no
implica necesariamente resolver “sin escribir” sino que supone que existen maneras diferentes de
calcular y que se puede elegir la forma más adecuada a cada situación y a los números que están
en juego. Cada cálculo, desde esta perspectiva, representa un problema por resolver ya que exige
tomar decisiones diferentes y pensar estrategias de acuerdo con los números involucrados en
cada caso. Veamos algunos ejemplos.
Para resolver 10 + 10 se espera que los niños de primer año puedan recurrir al resultado
que ya tienen disponible en su memoria; para resolver 11 + 11 podrían utilizar dicho resultado y
agregarle 2; para resolver 19 + 19 usar 20 + 20 y quitarle 2, y en cambio para 17 + 38 podrían
28
Extraído y adaptado de “La enseñanza del cálculo en primer año” de Broitman, Claudia; Grimaldi,
Verónica y Sancha, Inés. 2008.
realizar descomposiciones, por ejemplo 10 + 30 y 7 + 8 para finalmente calcular 40 + 15, o hacer 38
+ 10 +7.
¿Cómo iniciar el proceso que permita a los niños poner en juego esta diversidad de
estrategias? ¿Qué aspectos involucra el trabajo con el cálculo para que los alumnos puedan
producir esta variedad de recursos? Cuando los niños empiezan a reconocer que 5 + 5 = 10 ya no
precisarán contar para resolver un problema que involucre este cálculo; podrán apelar al resultado
ya conocido sin contar. Para que esto sea posible -con este y otros resultados- será necesario
29
propiciar la construcción de un repertorio de cálculos en memoria que sirva de apoyo para
resolver nuevos cálculos y, a su vez, promover la utilización de composiciones y descomposiciones
basadas en los conocimientos que los alumnos van construyendo sobre el sistema de numeración
decimal. Resultará indispensable, además, un trabajo de reflexión colectiva sobre los cálculos,
considerándolos como objeto de estudio en sí mismos, para permitir la validación de recursos
propios, la incorporación de estrategias de otros y el análisis de relaciones y propiedades del
sistema de numeración y las operaciones -aunque en primer ciclo no sean aún formuladas como
tales-. Este trabajo supone un interjuego permanente entre las ideas que los niños van
construyendo sobre los cálculos y sobre el sistema de numeración: aprender más sobre los
cálculos permite aprender más sobre los números y viceversa.
La construcción de estrategias de cálculo mental, por lo tanto, exigirá explorar
propiedades de los números y de las operaciones. Por ejemplo, para sumar 34 + 45 se puede
pensar el 34 como 30 + 4 y el 45 como 40 + 5 y luego sumar esos cuatro números en cualquier
orden. Las maneras en las que se pueden componer o descomponer los números para cada cálculo
involucran propiedades que pueden ser explícitas, pero recién en el segundo ciclo los niños
estarán en condiciones de identificar y nombrar las propiedades involucradas (asociativa y
conmutativa). Sin embargo sí es posible analizar con los alumnos que es posible sumar 30, 40, 4 y
5 en cualquier orden.
Otro recurso de cálculo que se espera que los alumnos aprendan a usar desde primer año
es la calculadora. Cuando la situación o los números involucrados lo requieran, la calculadora
podrá elegirse como un instrumento adecuado para resolver problemas o cálculos. En la vida
cotidiana, un adulto no duda en calcular mentalmente el triple de 5.000 y le resulta obvio que para
resolver 234.365 x 3.872 conviene usar la calculadora. Esta posibilidad de elección de la forma de
calcular que mejor se adapta a los números también debe ser propiciada en la escuela. Para ello,
será necesaria la investigación por parte de los niños sobre formas de utilizar la calculadora.
También resultará interesante proponer su uso para la verificación de resultados obtenidos
mediante otra estrategia.
Frente a los problemas que requieren solo una respuesta aproximada, será suficiente
realizar cálculos estimativos. Por ejemplo, para determinar si alcanza con un billete de $50 para
comprar dos productos que cuestan $38 y $24, se espera que los alumnos puedan analizar que
como 30 + 20 ya es 50, entonces no alcanzará. Otro propósito del cálculo estimativo es anticipar y
controlar resultados obtenidos mediante otras estrategias de cálculo; por ejemplo estimar que la
suma 23 + 42 va a dar aproximadamente 60.
El tratamiento de los algoritmos de cálculo (cuentas) se propone recién en 2º año cuando
los alumnos ya han tratado con una amplia gama de problemas que les ha permitido construir
diversos sentidos posibles de una operación, cuando ya dominan recursos de cálculo mental,
cuando disponen de un repertorio de cálculos memorizados con números redondos y cuando
pueden realizar cálculos estimativos. Además, para comprender los algoritmos precisarán haber
abordado el estudio más sistemático de las descomposiciones decimales de nuestros números –
subyacentes a los agrupamientos que se realizan en dichos procedimientos-.
Algunos contenidos y propuestas de trabajo para cálculo mental en primer año
Se trata de una versión sencilla de la tradicional Escoba del quince. Los niños juegan de a
cuatro, se reparten las cartas del mazo entregando en cada mano, tres a cada niño. Al iniciar el
juego se colocan cuatro cartas boca arriba a la vista de todos. En cada turno deberán “comprar”.
La condición para comprar es que la carta del alumno, junto con las compradas, sumen diez. Su
carta y las compradas pasan a constituir su pozo individual. El niño que no puede comprar en su
turno se deshace de una de sus cartas que formará parte de las de la mesa. En cada mano se
reparten nuevamente las cartas hasta que se acaban. Gana el alumno que ha obtenido más cartas
al finalizar el juego.
El maestro partirá del reconocimiento por parte de los alumnos de cálculos de suma y
resta que les resultan fáciles y difíciles. Progresivamente, apuntará a que los niños amplíen el
repertorio de cálculos fáciles o “memorizables” a través de diferentes situaciones como por
ejemplo, el registro en carteles de los resultados que “ya saben” u otros nuevos juegos.
Será interesante que los alumnos vayan dejando registro escrito en sus cuadernos y el
docente en carteles, de los resultados que se espera que sean progresivamente memorizados. El
repertorio de cálculos podrá incluir:
- sumas de números iguales de una cifra (2+2=4, 4+4=8, 6+6=12, etc.),
- sumas de dígitos (3+ 4= 7, 5+7=12, etc.),
- restas que involucran dobles y mitades (10-5=5, 6-3=3, etc.),
- sumas y restas que dan 10 (3+7=10, 8+2=10, 14-4=10, etc.).
El docente podrá organizar diferentes momentos de trabajo para que los alumnos tomen
conciencia de cuáles son los cálculos que ya tienen disponibles en la memoria y cuáles son los que
aún tienen que aprender y recordar. Asimismo, cuando resuelven problemas de diferentes
contextos, enfatizará en los momentos de intercambio las ventajas de recordar algunos resultados
para evitar realizar los conteos en cada caso.
Las relaciones numéricas involucradas en algunas propuestas ponen en primer plano los
vínculos entre las operaciones aritméticas y el sistema de numeración; de este modo, los niños
31
pueden apoyarse en sus conocimientos acerca de los números y el sistema de numeración para
diseñar estrategias de resolución. Por ejemplo:
- sumas y restas de uno a cualquier número (9 - 1, 18 + 1, 25 - 1), que pueden vincularse
con las relaciones de anterior y siguiente en la serie numérica;
- sumas de múltiplos de 10 de dos cifras más números de una cifra (20 + 6, 60 + 9),
propuestas en las que puede analizarse en forma explícita la posibilidad de apoyarse en los
nombres de los números (veinte más seis es veintiséis; sesenta más nueve es sesenta y nueve);
- sumas de “dieces” (10 + 20, 40 + 40, 30 + 50) para las cuales puede analizarse que
conocer resultados de sumas y restas con números pequeños es útil para resolver cálculos con
números más grandes (saber que 4 + 4 = 8 sirve también para resolver 40 + 40 = 80);
- sumas y restas de cualquier número de una o dos cifras, más 10 (5 + 10, 54 - 10, 54 + 10),
que ponen en juego la posicionalidad del sistema de numeración; también agregar o quitar 10
sucesivamente a cualquier número.
- componer y descomponer números de diferentes maneras a partir del trabajo con
billetes y monedas (¿Cuántas monedas de $1 y billetes de $10 son necesarios para formar $28? o
bien Si tengo 3 billetes de 10 y 4 monedas de 1, ¿cuánto dinero tengo?), para reflexionar sobre las
regularidades que encuentran en el valor de las cifras según la posición que ocupan en el número.
III. Usar resultados memorizados y regularidades del sistema de numeración para resolver otras
sumas y restas
Para la resolución de cálculos que no forman parte del repertorio memorizado es posible
utilizar resultados numéricos conocidos. Por ejemplo, para resolver el cálculo 9 + 8, los alumnos
podrán calcular 10 + 8 – 1 (redondeando el 9 a 10 y apoyándose en las sumas de “dieces” más un
número de una cifra) ó 9 + 9 - 1 u 8 + 8 + 1 (utilizando las sumas de números iguales). Para ello es
necesario que se explicite en la clase que es posible usar resultados ya conocidos para averiguar
otros. Una manera posible de presentar esta actividad a los alumnos es haciendo explícito el uso
de los cálculos disponibles. Por ejemplo:
- Ya sabemos que 5 + 5 = 10. Usá ese cálculo para resolver estos otros: 5 + 6; 6 + 5; 4 + 5
- Usá 10 + 10 = 20 para resolver 10 + 11
- Si sabemos que 30 – 10 = 20, ¿cuánto será 30 – 9?
Los conocimientos que los niños van elaborando sobre el sistema de numeración y sobre
las propiedades de las operaciones –aunque en 1º año aún no se traten en forma explícita-
pueden utilizarse para descomponer números de dos cifras en la resolución de sumas y restas. Por
ejemplo, para resolver 17 + 29, los niños –entre otras estrategias posibles- podrán:
- realizar la descomposición 10 + 7 + 10 + 10 + 9,
- sumar los dieces 30 + 7 + 9,
- ir agregando los dígitos 37 + 9 = 46.
O para resolver 45 – 15, podrán:
- desarmar el 15 en 10 y 5,
- ir restando sucesivamente 45 – 10 = 35, y 35 – 5 = 30.
Y para 45 + 7 será posible primero sumar 5 y luego 2 usando otras descomposiciones que
no sean necesariamente en “dieces” y “unos”.
32
De este modo, los niños van transformando el cálculo que se plantea en otros que pueden
resolver, apoyándose en lo que ya saben. A partir de los diferentes procedimientos que aparecen
en la clase, es posible analizar que los números se pueden descomponer de distintas formas y aún
así, obtener el mismo resultado. Es esperable que convivan en la clase descomposiciones
diferentes para cada cálculo, de manera que los alumnos dispongan de variadas opciones para
resolver sumas y restas.
Algunos problemas no requieren una respuesta exacta, sino que para resolverlos es
suficiente realizar un cálculo aproximado. Por ejemplo: Voy a comprar un paquete de galletitas de
$3, un pan de manteca de $2 y un dulce de leche de $7 ¿Me alcanza si pago con un billete de $10?
Para este tipo de problema se espera que puedan producir argumentaciones como las siguientes:
“7+3 ya suman 10, si sumo 2 más me paso”, o bien, “3+2 es 5, con 5 más llego a 10, 7 es más
grande que 5, así que no me alcanza la plata”. Es importante que los niños comprendan que no se
les está pidiendo que encuentren el resultado exacto.
La calculadora es un recurso que los alumnos de 1º año pueden comenzar a utilizar para la
resolución de cálculos y problemas. Para ello, es necesario presentar situaciones que les permitan
conocer su funcionamiento, aunque aún no dispongan de conocimientos matemáticos suficientes
para comprender el significado de todas las teclas.
La calculadora es una herramienta que permite a los niños verificar en forma autónoma
los resultados obtenidos por medio de estrategias de cálculo mental y estimativo, sin necesidad de
recurrir siempre a la figura del maestro para validar los resultados.
Es preciso instalar durante varias clases los diferentes momentos de trabajo con y sin calculadora,
para que los niños acepten que hay un tiempo de resolución con lápiz y papel y otro posterior de
control con la calculadora. Otra actividad posible es que los alumnos, en parejas, dada una hoja
con una serie de cálculos resueltos, encuentren y corrijan los erróneos. También se podrá acordar
con los alumnos que en algunos momentos haya tres o cuatro niños que con calculadoras y
marcador en mano, corrijan a sus propios compañeros los cálculos realizados por otros medios.
VIII. Usar la calculadora para resolver problemas
Resulta útil el uso de la calculadora para resolver aquellos problemas que apuntan en
forma prioritaria al análisis del enunciado, de los datos o de las operaciones necesarias y no a la
resolución de cálculo propiamente dicha.
En primer año se espera que los alumnos aprendan a resolver con la calculadora
problemas de suma y resta que involucran uno o varios cálculos, y tengan que anotar los cálculos
33
parciales a medida que los realizan. Al enfrentarse a los primeros problemas con calculadora suele
suceder que muchos niños anotan directamente los resultados. Será necesario explicitar una y
otra vez la importancia de dejar registro escrito de los cálculos realizados para poder reconstruir
estrategias y analizar colectivamente errores y aciertos.
El uso de variedad de procedimientos de cálculo cada vez más avanzados por parte de los
niños requiere de ciertas condiciones de trabajo en la clase. Los momentos de trabajo colectivo,
luego de una fase de trabajo individual o en pequeños grupos, propician la comunicación entre los
niños de sus estrategias al resto del grupo, la interpretación de las de otros alumnos, la
comparación y el análisis de los procedimientos y la argumentación sobre su validez. Elaborar y
registrar conclusiones permite sistematizar en forma provisoria el intercambio de ideas, y este
registro puede ser consultado para seguir produciendo avances en las formas de resolución.
A medida que avancen en el trabajo con el cálculo mental, la estimación, el control de los
resultados y el uso de la calculadora, progresivamente los alumnos producirán representaciones
más próximas al cálculo “experto”. En la clase convivirán estrategias variadas -ya que un mismo
problema puede resolverse con muchas operaciones- que se espera sean analizadas en el
momento de trabajo colectivo, para decidir cuáles resultan más pertinentes.
34
Además del tipo de organización y gestión de la clase, es necesario tener en cuenta
algunas características de los problemas que se proponen. Existen ciertas condiciones del
problema que el maestro puede manipular con el objetivo de propiciar una modificación en los
procedimientos de los niños, y para enfocar el análisis en alguna cuestión particular. Así, presentar
números pequeños o redondos permite tener un mayor control sobre los cálculos que se realizan;
proponer números grandes favorece el análisis de estrategias más económicas que el conteo, y el
progresivo abandono de estas últimas a favor de aquellas. Por ejemplo, si el cálculo que se
propone es 12 – 5, los alumnos podrían resolver contando desde 5 hasta 12, o también recordar la
suma 5 + 7 = 12; si el cálculo que se propone es 43 – 18, la estrategia de contar de uno en uno se
obstaculiza y se propicia la aparición de otros modos de resolver vinculados al cálculo, como partir
del 43 y restar sucesivamente; por ejemplo: 43 – 10 = 33; 33 – 3 = 30; 30 – 5 = 25.
Estas propuestas e ideas intentan acompañar a los docentes de primer año en el trabajo
en torno a un contenido que durante mucho tiempo ha sido espacio de mecanización, ejercitación
y repetición. Por el contrario pensamos hoy que el trabajo sobre el cálculo es un tipo de actividad
matemática que implica producir ideas nuevas, elaborar conjeturas, ponerlas a prueba, comparar
diferentes maneras de resolver, buscar si son o no válidas, tomar decisiones. Desde esta
perspectiva - ya lo hemos señalado - los cálculos constituyen verdaderos problemas matemáticos.
El trabajo en torno a su resolución permitirá adentrar a los niños en los modos de hacer y pensar
propios de la matemática.
OPERACIONES
“El plan curricular de preescolar a cuarto año de EGB debe tener una orientación
conceptual…
29
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, págs. 22 y 23.
30
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, pág. 41.
Pero la construcción de la comprensión no puede apresurarse. Como el aprendizaje no
puede separarse de las experiencias significativas, es el desarrollo de experiencias significativas lo
que debe impulsar el plan curricular. Los conceptos que los niños construyen por sí mismos
proporcionan una base para nuevos aprendizajes. Una regla o un dato memorizados se olvidan
con rapidez, pero la comprensión «se mantiene»
El plan curricular de preescolar a cuarto año de EGB debe involucrar activamente a los 35
niños en hacer matemática…
El plan curricular de preescolar a cuarto año de EGB debe hacer hincapié en el desarrollo
del pensamiento matemático y las habilidades de razonamiento de los niños. Para el nivel de
preescolar a cuarto año de EGB, se recomienda poner el acento en la necesidad de que los niños
adquieran confianza en su habilidad para pensar y comunicarse matemáticamente. Los niños que
estén seguros de sí mismos, estarán mejor preparados para resolver problemas y analizar datos.
El plan curricular de preescolar a cuarto año de EGB debe poner el acento en la aplicación
de la matemática. La finalidad última de aprender el contenido matemático no es completar los
ejercicios al final de un capítulo de un libro de texto o aprobar un examen de competencia con
calificación mínima. Más bien, los procedimientos matemáticos son procesos del mundo real que
ayudan a los niños a resolver problemas en su vida cotidiana. Las actividades de la clase que se
basan en la recolección e interpretación de datos preparan a los niños a satisfacer esas exigencias.
El plan curricular de preescolar a cuarto año de EGB debe incluir una amplia gama de
contenidos”.31
4x3
oooo oooo oooo
6x5
ooooo ooooo ooooo ooooo ooooo ooooo
(Los alumnos para multiplicar 4x3 hacen tres grupos de cuatro semillas y luego cuentan,
para llevar a cabo 6x5 hacen seis grupos de cinco palitos y luego cuentan el total)”. 32
“Así como confiar cincuenta ciudades capitales de Estado a la memoria contribuye poco a
una comprensión del gobierno, la memorización de tablas de sumar no provee ninguna
comprensión de los procesos matemáticos, ninguna familiaridad con los conceptos de la suma y
ninguna seguridad cuando la memoria falla. Pero los niños pueden desarrollar estrategias básicas
31
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, págs. 79, 80 y 81.
32
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, pág. 113.
que los ayuden a descubrir respuestas para los problemas de suma, resta y hasta multiplicación y
división. Lo mejor de todo es que cuando emplean estas estrategias en situaciones de resolución
frecuentes y adecuadas, terminan por recordar naturalmente las operaciones, sin estrés ni miedo
al fracaso”.33
“No hay duda de que el aprendizaje de las operaciones básicas es esencial para el logro del
poder matemático. Es importante que los alumnos conozcan y puedan aplicar las operaciones a la 36
resolución de problemas, a la aritmética mental y a las situaciones en que deben hacer
estimaciones. Pero memorizar las operaciones sin un medio para deducir una operación olvidada
despoja a los estudiantes del control y del poder mismo que les permite verse como
matemáticos”.34
“Una actividad le permite establecer conexiones entre los dobles matemáticos, las
fracciones y la simetría… hace que los niños plieguen un papel para formar dos mitades. (Las
mitades pueden ser tan simples como cuadrados rasgados o tan ornamentales como mariposas de
papel.) En una de las mitades, los niños colocan un número determinado de puntos pintados con
témpera. Entonces, y antes de que la pintura se seque, doblan rápidamente la mitad en blanco
sobre la mitad pintada”. 35
“SUMA Y RESTA
MULTIPLICACIÓN
33
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, pág. 115.
34
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, pág. 116.
35
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, págs. 117 y 118.
Construcción de operaciones de 4 por duplicación de las 2
4 x 6 = (2 x 6) x 2
Construcción de operaciones de 6 a partir de las de 5
6 x 3 = (5 x 3) + 3
Construcción de operaciones de 6 por duplicación de las de 3
6 x 7 = (3 x 7) x 2
Construcción de operaciones de 4 a partir de las de 5 37
4 x 7 = (5 x 7) – 7
Dar vuelta una operación 7x4=4x7
Ver un patrón en las operaciones para 9 (hay muchos). La suma de los dígitos en los
productos siempre es igual a 9. Los dígitos de las decenas aumenta en 1 cuando los de las
unidades disminuyen en 1…”.36
“En vez de aprender un algoritmo creado por el docente, es necesario que los alumnos
construyan sus propios procedimientos – procedimientos que tienen significado para ellos y
pueden reproducirse y modificarse para satisfacer las exigencias de tareas matemáticas más
difíciles”.38
“Cuando los niños puedan decidir por sí mismos si sus respuestas son correctas o no, ya no
necesitarán la verificación externa del docente. Ganarán confianza. Considerarán posible controlar
la matemática en vez de que ésta los controle a ellos. Por consiguiente, disfrutarán de la disciplina
y seguirán esforzándose por lograr una mayor conciencia matemática”. 39
“Cuando un alumno da una respuesta, es importante hacer que explique cómo llegó a ella.
Las respuestas correctas pueden ser el resultado de una ráfaga de intuición o un razonamiento
defectuoso. Por otra parte, las respuestas incorrectas pueden representar sólo un error menor en
un procedimiento que es lógico en otros aspectos. Cuando los niños explican su manera de pensar,
los docentes pueden descubrir la lógica subyacente a la respuesta y los alumnos pueden aclarar y
confirmar su propio pensamientos”.40
36
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, págs. 118 y 119.
37
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, pág. 149.
38
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, pág. 150.
39
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, pág. 151.
40
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, pág. 153.
LA CONSTRUCCION DEL SENTIDO DE LA SUMA Y LA RESTA A TRAVES DE DIFERENTES
PROBLEMAS41
Transformación “Laura tenía 6 figuritas. Los niños tienen dificultades para entender
positiva Después de jugar se qué se les está preguntando.
Incógnita: quedó con 11 figuritas. Se trata de otro problema a resolver con
Transformación ¿Cuántas ganó?” una resta aunque la transformación sea
positiva. La operación no es evidente.
El tamaño de los números provoca la
evolución del conteo al cálculo.
41
Adaptado de: BROITMAN, C. Las operaciones en el primer ciclo. Cap.1 “Sumar no es siempre agregar ni
restar es siempre quitar”. Buenos Aires: Novedades Educativas. 1999
Transformación “Laura perdió 3 figuritas. Dificultades para encontrar el estado inicial.
negativa Ahora tiene 6. Un problema “de perder” que se resuelve
Incógnita: Estado ¿Cuántas tenía antes de sumando. La suma adquiere un nuevo
inicial jugar?” sentido.
Una “Laura jugó 2 partidos a Ofrece mucha más dificultad, incluso para
transformación las figuritas. Perdió en el niños del segundo ciclo.
positiva y una primer partido 6 Puede proponerse a finales de 3º año con
negativa. figuritas y dice que entre números muy pequeños.
Incógnita en una ambos partidos perdió 3 El trabajo colectivo posterior debe apuntar
de las figuritas. ¿Qué pasó en el a la búsqueda del cálculo que resuelve la
transformaciones segundo partido?” situación.
5) Una
transformación “Laura le debía 6 Esta clase de situaciones origina diferentes
opera sobre un figuritas a Malena. problemas si se trata de una transformación
Si le devuelve 4. ¿Cuántas positiva o negativa y según si se trata de
estado relativo
le debe ahora?” conocer el estado relativo inicial, el final o la
transformación.
6) Dos estados
relativos se “Laura le debe 6 figuritas Es similar a la cuarta categoría (composición
componen para a Malena, pero Malena de transformaciones) pero en este caso no
le debe 4 figuritas a hay un orden temporal. Hay simultaneidad
dar lugar a otro
Laura. Entonces ¿Cuántas entre los estados relativos.
estado relativo figuritas tiene que darle Se debe evaluar “quién le debe a quién” a
Laura a Malena?” partir de cada una de las “deudas”.
Cantidad de cuadernos
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Precio
36
a organizaciones X
rectangulares
Sentido de
REPARTO de la
división “Se deben acomodar 40 Es conveniente que los alumnos recurran a
(problemas de asientos en 8 filas una representación para efectuar el reparto
repartir: ¿cuántos asientos uno a uno y luego cuenten cuántos asientos
aquellos en los tendrá cada fila? hay o bien al tanteo de diferentes sumas
que conocemos repetidas.
la cantidad de
colecciones que
“Tengo 24 caramelos
se quieren
para repartir entre 6 Es importante reflexionar sobre repartos NO
formar y
amigos ¿cuántos puede EQUITATIVOS
queremos
recibir cada uno?
conocer la
medida de cada
colección
Sentido de “Para un acto, se deben En estos casos, en vez de recurrir al reparto
PARTICIÓN de la acomodar 40 asientos podrán utilizar como estrategia las restas
división en filas de 5 asientos reiteradas.
(problemas de ¿cuántas filas podemos
partir: son armar?
aquellos en los
Es importante reflexionar sobre particiones en 42
que conocemos
las que sobran elementos.
la medida de
cada colección y
queremos
conocer cuántas
colecciones se
pueden formar)
Hemos sugerido trabajar con problemas de reparto, incluyendo algunos en los que el
reparto no es necesariamente equitativo. La finalidad está en lograr que los niños analicen frente a
42
Adaptado de: Itzovich, Horacio y Broitman, Claudia, “Orientaciones didácticas para la enseñanza de la
división en los tres ciclos de la EGB”, Documento Nº 2, 2001.
los enunciados de los problemas, si hay o no una restricción de reparto equitativo. Leer
enunciados, revisarlos, transformarlos, considerar la cantidad de soluciones posibles, etc. forma
parte de la tarea de aprender a resolver un problema.
“Un señor tiene 8 caramelos y se los da a dos niños ¿Cuántos les da a cada uno?”.
Los niños de los primeros años de la EGB, cuando no disponen de un algoritmo para
43
dividir, utilizan diversos procedimientos para resolver los problemas.
“Para la biblioteca del aula juntamos 15 libros. Tenemos que acomodarlos en 5 estantes y que en
todos los estantes haya la misma cantidad de libros ¿Cuántos libros pondremos en cada uno?”
“Mi mamá donará una torta para la fiesta. Para hacerla necesita 25 galletitas de chocolate. Si
cada paquete tiene 5, ¿cuántos paquetes necesita?”.
Problemas en los que hay que decidir qué hacer con lo que sobra
Es importante desde los primeros contactos con los problemas de reparto enfrentar a los
alumnos a tener que analizar qué hacer con los elementos que sobran.
“Un señor tiene 18 caramelos y quiere repartirlos en partes iguales para sus 4 hijos. ¿Cuántos les
dará a cada uno?”
Es a través de una instancia de discusión que todos los alumnos podrán ir apropiándose de
la solución correcta. Lo aprendido, será fértil para resolver un nuevo problema. Tampoco será
suficiente con una sola situación para que todos los niños puedan aproximarse al conocimiento
que está en juego. Será necesario planificar una colección de problemas para varias clases.
Otras dos ideas: “La división es una operación que permite resolver una amplia gama de
problemas diversos” y “El conocimiento del algoritmo no garantiza el reconocimiento de su uso en
distintos tipos de problemas”.
Como hemos visto en la parte I, un tipo de problemas que pone en juego la división, son
los problemas de reparto o partición. La operación de división ha estado clásicamente vinculada a
este tipo de problemas. Son los más sencillos de reconocer para los niños y los más presentes en la
escuela. Sin embargo, el concepto de la división permite resolver una mayor diversidad de
situaciones.
¿Qué otros tipos de problemas pueden plantearse a los alumnos de los diferentes años?
Problemas de organizaciones rectangulares
44
O como el siguiente, en el que hay resto:
- “Tengo 234 baldosas para embaldosar la terraza. Si voy a colocarlas en 17 filas. ¿Cuántas puedo
poner en cada una? ¿Sobran baldosas? ¿Cuántas?”
Y cuando los niños ya dominan el algoritmo, por ejemplo, a fines de tercer año o principios
de cuarto, es interesante plantearles este tipo de problemas con el fin de enriquecer el concepto
de la división. Por ejemplo: “Para la fiesta de la intendencia se quiere ubicar 3452 butacas. En la
plaza se pueden colocar 132 butacas por fila. ¿Cuántas filas se pueden armar? ¿Sobran butacas?”
En el segundo ciclo se aspira a que los alumnos recurran al algoritmo de la división para
enfrentarse a este tipo de problemas. Aunque algunos aún utilicen otros recursos, será parte de la
tarea a desarrollar, lograr que todos reconozcan esta operación como la más económica.
Problemas de iteración
Hay otro tipo de problemas para los cuales la división es una herramienta apropiada. Se
trata de aquellos en lo que hay que “encontrar cuántas veces entra un número dentro de otro”,
aunque los contextos en los que se presentan no den cuenta “inmediatamente” de esta relación.
“Estoy en el 238. Doy saltitos para atrás de 12 en 12. ¿A qué número llego más cercano al 0?”
La intención de este trabajo es que los alumnos puedan comparar los diversos modos de
resolverlo, y analizar la economía de uno sobre el otro.
En tercer o cuarto año, los alumnos podrán reconocer la división como recurso para
resolver también este tipo de problemas.
“Sabiendo que hoy es Martes. ¿Qué día de la semana será dentro de 1000 días?
Estos problemas, además de poder ser considerados como problemas de iteración, tienen
la particularidad de que la respuesta a la pregunta planteada, está dada por el análisis del resto, al
igual que en otras situaciones.
Hemos planteado anteriormente problemas en los que “hay que decidir qué hacer con lo
que sobra” para el trabajo en los primeros años. Una vez que los niños ya conocen el algoritmo de
la división, este tipo de problemas apunta en una nueva dirección: analizar el significado del resto
en el cálculo.
“Hay 625 pasajeros para ser trasladados a un congreso en micro. En cada micro entran 45
personas. ¿Cuántos micros se necesitan?”.
Parte III: Cálculos aproximados, mentales, algorítmicos y con calculadora para resolver
problemas de división
Numerosos trabajos (Parra, 1994; Saiz, 1994) coinciden en considerar como objeto de
45
estudio en la escuela la variedad de estrategias de cálculo mental, por ser éste un cálculo
reflexionado, en donde los alumnos pueden tener control de las acciones que realizan. Y también
en señalar numerosos riesgos de que los alumnos solamente utilicen en la escuela los algoritmos
convencionales, dejando afuera infinidad de recursos.
Se incluye dentro de la concepción que adoptamos de cálculo mental tanto el cálculo
exacto como el aproximado, el oral como el escrito. A partir de muchas dificultades que los
docentes plantean en relación con los resultados que los niños obtenían en sus cálculos de dividir,
se sugiere plantear actividades diversas para que sus alumnos puedan obtener siempre antes de
realizar un cálculo algorítmico o con calculadora, resultados estimativos previos y controlar
posteriormente los resultados exactos.
Otro tipo de actividades de cálculo mental abordadas involucraban obtener resultados de
ciertos cálculos apoyándose en propiedades de los números y las operaciones. Por ejemplo: “Sin
hacer la cuenta, determinar la cantidad de cifras que tendrá el cociente de dividir 123.456 por 24”,
o bien, “Para dividir 2438 por 8 un alumno hizo 2438 : 2 y obtuvo 1219. ¿Cómo seguirías este
cálculo?; “Sabiendo que 9000 : 2 = 4500 calcular 9000 : 4 ; 27000 : 6 y 90000 : 20; etc.
Consideramos que el uso de la calculadora para resolver problemas permite a los alumnos
y al docente (bajo ciertas condiciones y decisiones didácticas) “poner el énfasis” de algunas clases
en las operaciones, datos, pasos y respuestas de los problemas, en lugar de concentrar la atención
en el cálculo algorítmico.
Por ejemplo, algunos posibles tipos de problemas de división con calculadora son los
siguientes: “Encuentra el resultado de hacer 2356 : 22 con la calculadora, pero sin oprimir la tecla
del 2 pues no funciona” , o bien “Juan hizo con la calculadora 5425 dividido 15 y obtuvo 339,0625.
¿Cómo hacer, a partir de este resultado, para encontrar el resto usando la calculadora?”
Como señalan diversos autores (Ferreiro, 1986 y Carraher, Carraher, Schlieman, 1991) los
niños en contextos extraescolares, por necesidades de índole social, producen estrategias de
cálculo propias. Estas, en general, en la escuela, no son reconocidas. Y paradójicamente la escuela,
les ofrece numerosas veces otros recursos de cálculo “oscuros a sus ojos”, obsoletos presentados
como si fueran los únicos. Y sin mostrar los vínculos entre unos y otros.
Desarmar este circuito que conduce a la discriminación y al fracaso de tantos niños en la
escuela, es una de nuestras urgencias...
Parte IV: Las relaciones entre Dividendo, divisor, cociente y resto un objeto de estudio para el
tercer ciclo.
46
Ejemplo 1: Proponer una cuenta de dividir en la que el divisor sea 45 y el resto 12. ¿Hay una sola?
¿Cuántas hay? ¿Por qué?
Para hallar distintas cuentas puede ser que algunos alumnos atribuyan arbitrariamente un
valor al cociente, lo multipliquen por el divisor y sumen el resto a este resultado para obtener el
dividendo. Sin embargo, no puede esperarse que la mayoría realice de entrada este
procedimiento. En numerosos casos, buscan azarosamente valores para el dividendo, realizan la
cuenta e intentan corregir, mediante ensayos y errores, el valor del dividendo, de manera de
aproximarse a la solución.
Ahora bien. Esta situación pone de manifiesto un hecho particular, poco desarrollado en el
segundo ciclo, que tiene que ver con la posibilidad de aceptar que ellos pueden atribuir valores
arbitrarios al cociente y analizar que estos valores son independientes del resto y del divisor. Estas
cuestiones deberán ser elaboradas como producto del trabajo con este tipo de problemas.
Al mismo tiempo que un problema como el anterior contribuye a una reconceptualización
de la división entera abre el camino a la movilización de la noción de variable: en la medida en que
se modifica el valor asignado al cociente, se modifica el valor del dividendo. Más aún, si se va
incrementando de 1 en 1 el valor del cociente, se incrementa de 45 en 45 el valor del dividendo.
Para favorecer este análisis se podría ubicar en una tabla los valores del cociente y del dividendo,
de modo de poner de manifiesto la regularidad de las modificaciones que se van operando:
Cociente Dividendo
1 57
2 102
3 147
4 192
5 237
Ejemplo 2: Proponer una cuenta de dividir en la cual el divisor sea 5 y el cociente sea 12. ¿Hay una
sola cuenta? ¿Cuántas hay?
Ejemplo 3: Buscar cuentas de dividir en las cuales el cociente sea 12 y el resto sea 6. ¿Cuántas hay?
Ejemplo 4: ¿Es posible que en una cuenta de dividir, el dividendo sea 32, el cociente 12 y el resto 1?
¿Por qué?
Sintetizando: lo que no puede faltar en una clase de matemática es un docente que prepare una
colección de problemas, que genere un espacio de debate entre los alumnos sobre las
resoluciones de los mismos y que busque, a su vez, argumentos que sostengan los resultados
que se van obteniendo.
Sugiero la lectura de textos de diversos autores para interpretar con la mayor profundidad
posible definiciones de las operaciones básicas y la aplicación de las propiedades.
GEOMETRÍA
A partir del espacio físico y de sus relaciones, el niño irá gradualmente acercándose a un
espacio cuya vía de acceso es la abstracción. Ese espacio sólo puede ser concebido
intelectualmente, como ente de razón. Se trata d un espacio geométrico o ideal, pasible de ser
pensado en ausencia del objeto o de su representación y de figurarse como estructura de más de
tres dimensiones.
El estudio del espacio físico y el problema de su aprehensión por parte del sujeto que
aprende, obliga a dividirlo en subcategorías, a saber: orientación, lugar, distancia, longitud y
formas geométricas.
ORIENTACIÓN
Con la percepción de los movimientos de traslación del sujeto y/o de los objetos
aparecen, además de las nociones de dirección, las de sentido, cambios de dirección y cambios de
sentido. Dos personas, dos autos, etc. pueden moverse en igual dirección y sentido, en igual
dirección y distinto sentido o en diferentes direcciones.
LUGAR
Para Arjitas –el pitagórico– cada cuerpo ocupa un lugar y no puede existir a menos que
exista su lugar. El espacio, de este modo, actuaría como poder limitante estableciendo las
fronteras o límites de los cuerpos.
Aristóteles concibe el lugar (topos) como aquella parte del espacio cuyos límites coinciden
con los del cuerpo ocupante.
Para el niño, el espacio de su experiencia está íntimamente ligado al lugar de los objetos.
La construcción de la noción de lugar está en relación directa con la aprehensión del objeto
mismo. Así, distinguir un objeto es percibir lo que abarca, lo que comprende. El conocimiento de
un objeto como un todo delimitado y sus relaciones con otros objetos permite el acceso a
espacios cada vez más amplios y complejos.
EL LUGAR DE UN OBJETO
DISTANCIA Y LONGITUD
La distancia es el lugar vació u ocupado que separa los objetos. Las nociones de “cerca” o
“lejos”, “más cerca”, “menos cerca”, “menos lejos”, así como las acciones de “acercar”, “alejar”,
“colocar entre”, conducen al concepto de distancia.
Por lo general se usan como sinónimos las palabras distancia y longitud; sin embargo la
noción de longitud difiere de la de distancia por referirse siempre a un espacio “ocupado”,
propiedad de un objeto, se extensión lineal.
Si A es tan largo como B y B es tan largo como C, entonces A es tan largo como C.
Análogamente para las relaciones de mayor y menor.
El niño utilizará primero unidades arbitrarias, tales como pasos, el ancho de la mano
extendida, piolines, largos de objetos cotidianos, varillas, etc., hasta sentir la necesidad de una
unidad de medida universal.
A los seis o siete años el niño percibe los objetos globalmente. Las imágenes recogidas de
la realidad se hallan bajo la influencia creativa de su imaginación y de su carga afectiva.
En el primer ciclo de la escuela primaria las actividades deben conducir a relaciones del
tipo “es parecido a”, “tiene diferencias con”, “tiene bordes, esquinas, caras”.
El manipuleo de los objetos permitirá al niño ordenar una colección de objetos por
diferencias, clasificar los objetos por sus formas, por las acciones de rodar fácilmente o no hacerlo
y determinar elementos o partes de una figura plana o de un cuerpo.
PROPUESTA DE ACTIVIDADES PARA LA EXPOLORACIÓN DEL ESPACIO
LUGAR: armar, recortar, señalar fronteras; poner, sacar, lanzar objetos en…, determinar el
número de regiones y de secciones; dibujar, colorear, señalar, representar fronteras, regiones,
líneas abiertas o cerradas; armar rompecabezas, juegos deportivos.
DISTANCIA Y LONGITUD: acercar o alejar objetos; estimar distancias; ordenar varillas por
su largo; elegir unidades de medida; medir un mismo largo con distintas unidades de medida;
armar trayectos tan cortos como…
https://ptyalcantabria.wordpress.com/discalculia-2/bloques-logicos/
Los Bloques Lógicos son un material de fácil manipulación creado por William Hull a
mediados del siglo XX, sin embargo, fue Zoltan Dienes (de quien toma su nombre), quien lo utilizó
en Canadá y Australia para trabajar procesos lógicos en el aprendizaje de la Matemática.
En los juegos conjuntivos de los bloques lógicos se enseña a los niños a considerar los
atributos “compuestos” que sean tales que un bloque pueda poseerlos a la misma vez. Por
ejemplo: rojo y cuadrado. Un bloque que sea a la vez rojo y cuadrado posee el atributo “rojo y
cuadrado”. Si formamos el conjunto de todos los bloques rojos y el conjunto de todos los bloques
cuadrados, entonces los que son rojos y cuadrados estarán en la intersección de los mismos.
Si formamos el grupo de las piezas que no son cuadrados por un lado y el de las piezas
amarillas se nos presentaría la siguiente situación: hay piezas que no son cuadrados y son
amarillas y, por lo tanto podríamos distinguir claramente entre las piezas no cuadradas y no
amarillas, las piezas no cuadradas amarillas y finalmente las piezas cuadradas y amarillas, como se
percibe en la siguiente imagen:
https://creciendoenelsansuena.wordpress.com/
Ninguna pieza amarilla puede estar fuera del grupo de las piezas amarillas y ningún objeto
no cuadrado puede encontrarse en el exterior del grupo de las no cuadradas. Las no cuadradas
amarillas deberán hallarse en ambos grupos (en la intersección de los conjuntos de las piezas “no
cuadradas” y “amarillas”).
El número de atributos que se hagan intervenir generará facilidad o dificultad para llevar a
cabo las actividades, por ejemplo en el caso de “rectángulo amarillo grueso” se trata de la
conjunción de tres atributos.
JUEGOS CON AROS:
El juego se realiza con dos aros, que pueden disponerse en el suelo de forma tal que se 54
EL JUEGO DE LOS NO
En este juego un niño elige una pieza cualquiera y pregunta a los otros niños de su grupo
todo lo que esta pieza escogida no es.
Por ejemplo el niño eligió un cuadrado pequeño, rojo y delgado. Esta pieza no es grande,
no es gruesa, no es azul, no es rectángulo, no es triángulo y no es círculo; pero tampoco es un
triángulo rojo ni un cuadrado grueso, etc.
Llega un momento en que los niños enuncian los atributos que no son de los bloques
lógicos; dicen por ejemplo “no es negro”, “no es conejo”, “no se come”, etc. De esta forma la
extensión enorme de lo que no es se hará más accesible a los niños.
Otra modalidad de este juego consiste en que un niño enumere todas las cosas que él no
es. O bien se les puede hacer decir alternativamente lo que es y no es.
En cuanto cometa un error será sustituido por otro niño, puede ser quien haya señalado
el error.
Se circunscriben al espacio físico o sensible. Es decir, al espacio que «vemos», que «tocamos», que
nos contiene y contiene a los objetos concretos. Nos apropiamos de él a través de los sentidos, de
la percepción, del contacto directo.
Se refieren a la realización de:
Acciones; como fabricar, desplazarse, desplazar, dibujar, etc.
Comunicaciones, a propósito de acciones o de comprobaciones; por medio del lenguaje
y/o las representaciones espaciales podemos comunicar información que sustituye a la
percepción.
Su éxito o fracaso son determinados por el sujeto mediante la comparación entre el resultado
esperado y el obtenido.
con un medio que ya no es un espacio físico y sus objetos, sino un espacio geométrico, esto es: un
espacio conformado por conjuntos de puntos y sus propiedades, que nos permite comprender al
espacio físico constituyéndose, en parte, como modelización de este. Al espacio geométrico lo
conocemos a través de la representación, acción que nos permite –en su ausencia- evocar un
objeto. La validez no se establece empíricamente, sino que se apoya en razonamientos que
obedecen a las reglas del debate matemático”.43
Para que el niño domine el espacio es necesario que sea capaz de manejar un lenguaje que
le posibilite comunicar posiciones, describir e identificar objetos y también indicar oralmente
movimientos. Se trata de un lenguaje que se construye y se hace más preciso a partir de su
utilidad en la resolución de situaciones problemáticas significativas…
Problemas relacionados con acciones concretas, como describir el recorrido que un niño
debe realizar para ir desde su mesa hasta la biblioteca de la sala.
Analizar las posiciones de los objetos en su relación con el sujeto y con otros objetos.
Plantear situaciones que lleven al niño a darse cuenta de que un mismo objeto no se ve de
igual forma desde distintas posiciones.
Realizar representaciones espaciales que indiquen los objetos y su ubicación. Continuando
con el ejemplo, le podemos proponer al niño que dibuje el recorrido realizado para ir
desde su mesa hasta la biblioteca de la sala.
Pasar de lo tridimensional a lo bidimensional y viceversa, a través de las representaciones.
Comprender que los desplazamientos de las personas y de los objetos generan
modificaciones en las relaciones espaciales involucradas.
Seleccionar puntos de referencia externos para orientarse u orientar a otros en los
desplazamientos.
Usar el lenguaje para comunicar posiciones y desplazamientos.
Anticipar acciones, desplazamientos, posiciones, etc.”. 44
43
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, págs. 90 y 91.
44
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, págs. 99 y 100.
“Las acciones más importantes a trabajar son:
Los niños no sólo deben emitir, sino también decodificar mensajes gráficos; por lo tanto,
se les pueden proponer situaciones en las cuales deban pasar, también, de lo bidimensional a lo
tridimensional”.45
Las actividades pueden implicar el uso de los mismos materiales, sin embargo las acciones
involucradas pueden ser diferentes. Esta diferencia, por lo general, constituye una variable
didáctica, es decir, la resolución de un obstáculo cognitivo distinto…
La ubicación espacial de los subgrupos se debe prever de tal forma que todos tengan el
mismo frente para evitar los problemas de lateralidad; es decir, se debe propiciar que los
puntos de referencia de los niños que forman el mismo grupo sean coincidentes…
Los avances de los niños en el campo espacial no siempre son tan evidentes como en el
campo numérico, dado que no sólo implican una acción efectiva o corporal, sino también
decisiones internas sobre representaciones que no se traducen necesariamente en
acciones.
Las actividades no son competitivas, sino cooperativas, dado que cada uno de los
participantes debe suministrar información clara y precisa para que la propuesta se pueda
realizar”.46
45
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, págs. 100 y 101.
46
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 102.
ACTIVIDADES O JUEGOS PARA PROPONER:
1) El espejo. Se trabaja con el grupo total. Se ubican los niños en semicírculo y el docente
delante de ellos, de espalda. El docente arma con su cuerpo una estatua. // Consigna:
Armen una estatua igual a la mía como si fueran mi espejo.
2) La estatua. Se forman parejas. Uno de los niños arma con su cuerpo una estatua detrás de
un biombo. Otro lo observa durante un lapso breve de tiempo y, delante del grupo, realiza
57
con su cuerpo una estatua igual a la de su compañero. Se corre el biombo y se comparan
ambas estatuas.
3) La estatua 2. Uno de los niños arma con su cuerpo una estatua detrás del biombo. Otro la
dibuja en papel y le entrega el dibujo al tercer participante. Este último arma con su
cuerpo una estatua de acuerdo al mensaje gráfico recibido. Se corre el biombo y se
comparan ambas estatuas. Se invierten los tres roles.
4) Armando el circuito. Plano del circuito realizado por el docente. Colchonetas, aros y
bastones. // La maestra muestra a la totalidad del grupo el plano del circuito realizado por
ella y les pide a los niños que lo interpreten. Forma grupos de cuatro. // Consigna: Armen
con las colchonetas, aros y bastones un circuito como el del plano y luego lo recorren
usando movimientos diferentes. // Muestran y comparan.
5) Te regalo un circuito. Hojas blancas y goma de pegar. Colchonetas, aros y bastones.
Figuras geométricas de papel: rectángulos y círculos. // Grupos de tres. Se les entregan las
hojas, goma y figuras geométricas. // Consigna: En la hoja, armen con estas figuras un
circuito y se lo regalan a otro grupo. El otro grupo, con las colchonetas, aros y bastones
arma un circuito como el que le regalaron. Cuando terminan el circuito lo recorren.
6) Veo veo espacial. Se trabaja en grupo total. El docente elige uno de los objetos que se
encuentran en la sala, por ejemplo: armario, pizarrón, muñeca, lámina, etc. El grupo trata
de descubrir cuál es el objeto mediante preguntas: ¿está arriba de la mesa? ¿al costado de
la puerta?
7) Las construcciones. Dos juegos de siluetas de objetos realizados en goma eva (sol, casa,
niño, pelota, etc.). // Se forman grupos de cantidad par de integrantes. Se divide a cada
grupo en dos subgrupos. Se entrega a cada subgrupo un juego de los materiales
mencionados. El grupo A realiza con sus materiales una construcción, sin que el grupo B la
vea. El grupo A le dicta al B cómo colocar las piezas, a fin de que el grupo B obtenga la
misma construcción. Comparan y sacan conclusiones.
8) La cuadrícula. Dos cuadrículas iguales de 4x6 casilleros, una dibujada en el piso y otra en
una hoja. // Se forman grupos de cantidad par de integrantes. Se divide al grupo en dos
subgrupos. El grupo A dibuja en la hoja un recorrido que luego le dicta al otro grupo. El
grupo B debe realizar el recorrido en la cuadrícula colocada en el piso de acuerdo a las
indicaciones recibidas. Se invierten los roles.
Para trabajar las formas geométricas sugerimos realizar, entre otras, actividades que
impliquen:
La manipulación, observación, comparación de características de los cuerpos y de las
figuras entre sí.
Relacionar los cuerpos con las figuras a través de la acción de representar por medio del
sellado o contorneado.
Pasar de lo tridimensional a lo bidimensional y viceversa, a través de las representaciones.
Plantear situaciones que lleven al niño a darse cuenta de que un mismo cuerpo puede
tener huellas iguales o diferentes.
58
Comprender que dos figuras pueden formar una tercera.
Reconocer que las huellas de los cuerpos son figuras.
Usar el lenguaje para comunicar características de cuerpos y figuras”. 47
“La medida es, por un lado, una herramienta para explorar y establecer relaciones a
propósito de las formas y, por otro, es generadora de la necesidad de la producción de números
47
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, págs. 121 y 122.
que expresen los resultados del acto de medir. En este sentido, la medida es un puente entre el
conocimiento del espacio y el conocimiento de lo numérico”. 48
“Medir es el proceso por el cual averiguamos cuántas veces una cantidad –elegida como
patrón o unidad de medida, convencional o no convencional- está contenida en otra de la misma
magnitud. El número obtenido a partir de este proceso de iteración es, precisamente, la medida.
Por lo tanto, medir implica calcular cuántas veces «entra» la unidad elegida en el objeto que se 59
desea medir. El «cuántas veces» hace referencia al número, ya que la medida es una aplicación del
número en el espacio continuo, sin dejar huecos ni realizar yuxtaposiciones”. 49
“Construcción de la medida.
«si a = b y b = c, entonces a = c»
Para lograr construir «qué es medir» el sujeto, de alguna manera, atraviesa el camino
recorrido por el hombre a lo largo de la historia. Camino que va desde el uso de medidas
relacionadas con el propio cuerpo hasta la universalización de la medida en la construcción del
Sistema métrico decimal”.50
48
Diseño Curricular para la Escuela primaria. 1º Ciclo. (2004) Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
49
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 143.
50
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, págs. 145 y 146.
Chamorro y Belmonte (1988) expresan:
«una magnitud casi siempre responde a una característica física, a un atributo observable
de los objetos (como la longitud, masa, capacidad, volumen, densidad, temperatura…)»”. 51
“… sólo manipulando es posible distinguir las distintas propiedades de los objetos; es difícil
comprender que unos objetos son más pesados que otros usando tan sólo la vista, que un
60
recipiente tiene más o menos capacidad que otro sin recurrir al trasvasado de líquidos… es
necesaria la existencia de talleres, laboratorios, rincones, etc., donde se trabajen las distintas
magnitudes y su medida, aunque el propio entorno de la clase también da ocasiones para utilizar
las distintas magnitudes, empleando los instrumentos más diversos para realizar el acto de medir.
Para desarrollar estas actividades se podrán utilizar materiales diversos, entre ellos:
51
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 148.
52
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 149.
53
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 151.
1) Midiendo con tiras. Tiras de goma eva de tres tamaños y tres colores, una de cada una. El
material debe estar realizado de tal forma que, por ejemplo, la tira roja para un grupo sea
de 10cm; para otro, de 20cm y para otro, de 40cm. Objetos de la sala. Hojas y lápices. //
Forman grupos y se le entrega a cada uno un juego de tiras. Se les plantea que encuentren
diferencias y semejanzas entre las tiras. // Consigna: busquen objetos de la sala que midan
igual que las tiras y anoten lo que averiguaron. // Se compara lo hecho por los distintos
grupos.
61
2) Los paneles. Dos paneles de longitudes similares. Las tiras de goma eva de la actividad 1.
Hojas y lápices. // El docente señala los dos paneles que están colgados en la sala en
paredes diferentes y dice: El panel más largo lo vamos a usar para colocar los trabajos de
plástica, en el más corto ubicaremos los de computación. Debemos averiguar cuál es el
más corto. Forman grupos y les entrega a cada grupo las tiras. // Consigna: Averigüen cuál
es el panel más corto usando una sola tira y anoten lo que averiguaron. // Se compara lo
hecho por cada grupo.
Los cubrimientos deben ajustarse a la longitud a medir sin dejar espacios vacíos.
Es necesario conservar la unidad de medida.
La comparación sólo es posible utilizando una misma unidad de medida.
Es posible medir contando con una sola unidad de medida.
Los desplazamientos deben ser lo más continuos posibles.
Para registrar las mediciones es necesario anotar la cantidad y la unidad”. 54
1) ¿Dónde colocamos la pelota? Determinar el centro de la cancha para el juego “Dos perros
para un hueso” // Consigna: Tenemos que decidir dónde colocar la pelota para que quede
en el centro de la cancha y poder jugar ¿Cómo podemos hacerlo?
2) Las canchas de Bowling. Determinar cuál de las canchas es más corta. // Bastones, sogas.
// La maestra arma tantas canchas como grupos hay. Las ubica en sectores diferentes del
patrio, de forma tal que no queden alineadas. En cada cancha coloca diez bolos y marca la
línea de tirada a distancias diferentes. Así quedan determinadas canchas de tamaños
distintos. Los niños juegan al bowling. Al finalizar la maestra plantea: ¿Las canchas son
iguales? ¿Cuál es la más corta? ¿Cómo podemos averiguarlo?
“El instrumento que se utiliza para medir el peso de un cuerpo es la balanza. Es importante
que el niño del nivel conozca diferentes tipos de balanzas, así como el uso social que se hace de
54
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, págs. 156 y 157.
cada una de ellas. Por ejemplo: la balanza de la farmacia, del almacén, de la fiambrería, de la
verdulería, o de cocina.
La balanza más apropiada para el trabajo en la sala es la balanza de platillos, pues este tipo
de balanza permite comparar el peso de los objetos sin llegar a establecer cuánto pesa cada uno;
es decir, mediante los estados de equilibrio y desequilibrio en la posición de los platillos, se
determina el objeto más pesado, el más liviano o el equivalente. 62
Lo analizado se relaciona con los saberes del decente acerca del peso. Para trabajar
intencionalmente esta magnitud con los niños del nivel se deberán proponer situaciones
problemáticas que impliquen:
Sopesar objetos.
Observar distintos tipos de balanza.
Explorar en la balanza de platillos los estados de equilibrio y desequilibrio.
Buscar en la balanza de platillos formas de pasar de los estados de equilibrio a
desequilibrio, y viceversa.
Comparar objetos que tengan formas iguales y diferentes con pesos iguales y diferentes.
Estimar el peso de objetos”. 55
“Frente a situaciones como las descriptas, los niños pueden hacer uso de los siguientes
procedimientos:
1) Reconociendo el peso. Consigna: Busquen en la sala tres objetos que pesen diferente y
ordénenlos del más pesado al más liviano.
2) Usando la balanza. Balanza de platillo. Bolsa con objetos de igual y de diferente peso. //
Grupos de cuatro. Se entrega a cada uno una balanza de platillo y una bolsa con los
objetos. La docente propone averiguar el peso de los objetos usando la balanza. //
Consigna: Elijan dos objetos y averigüen cuál es el más liviano, usando la balanza.
55
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, págs. 161 y 162.
56
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 162.
3) Usando pesas. Balanza de platillos. Pesas de diferentes pesos y colores. Una bolsa con
objetos de igual y diferente peso. // Grupo de cuatro. Se entrega a cada uno una balanza
de platillo, pesas y una bolsa con los objetos. La docente propone averiguar el peso de los
objetos, usando la balanza y las pesas. // Consigna: Busquen objetos que pesen como la
pesa roja.
4) La galletitería de Don Bartolo. Balanza de platillo. Pesas de diferentes pesos y colores.
Galletitas de diferente sabor en gran cantidad. // Grupo de cuatro. En cada grupo uno de
63
los integrantes adopta el rol de vendedor y el resto el de comprador. A los vendedores se
les entregan los materiales mencionados, para que pesen las galletitas. A los compradores
se les plantea que cada uno va a comprar un solo tipo de galletitas; tiene que pedir al
vendedor las galletitas que quiere y la cantidad indicando el tipo de pesa; por ejemplo
«una pesa roja de galletitas de chocolate». // Luego se toma la merienda con las galletitas
compradas.
“La capacidad consiste en la «facultad de los envases huecos para alojar algo, sea líquido o
sólido continuo, por ejemplo arena». Por lo tanto, la capacidad de un recipiente es el volumen de
líquido o de sólido continuo que puede contener.
Según el Diccionario Larousse, los términos capacidad y volumen son sinónimos, aunque
usualmente utilizamos la palabra volumen para indicar el espacio ocupado y capacidad para
referirnos al espacio vacío con posibilidad de ser ocupado, llenado”. 57
“El trabajo que el docente realizará en la sala se relaciona con el planteo de problemas que
impliquen que los niños:
“Dentro de esta magnitud los niños pueden hacer uso de diversas formas de resolución:
57
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 168.
58
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 169.
Cubrir: se utilizan varios recipientes, todos de igual forma y capacidad. Aquí el conteo es
posterior al cubrimiento.
Desplazar: se utiliza un solo recipiente como unidad de medida. El conteo es simultáneo al
desplazamiento.
Medir con instrumentos: se utiliza el vaso graduado.
El trasvasar en sus dos formas –cubrir y desplazar- y el vaso graduado pueden ser
utilizados para verificar lo anticipado”.59
64
1) ¿Cuál contiene más? Vasos que traen los niños de su casa para la merienda. Jarra con
agua coloreada. // Grupos de dos, cada uno saca su vaso y se les entrega una jarra con
líquido de color // Consigna: ¿En qué vaso entra más agua? // Resuelven y luego exponen
lo realizado.
2) ¿Para cuántos vasos alcanza la jarra? Jarra transparente con jugo. Vasos descartables de
igual forma y tamaño. Papel y lápiz. // Grupos de cuatro, se les entrega los materiales. //
Consigna: ¿Cuántos vasos como este se podrán llenar de jugo? Anoten lo que piensan. //
Llenan los vasos y comparan.
3) Preparando jugo. Dos jarras transparentes diferentes entre sí. Una vacía y otra con agua.
Un vaso descartable. Un sobre con polvo para preparar jugo. Una cuchara. Papel y lápiz. //
Grupos de cuatro. // Consigna: ¿Cuántos vasos de agua como este se necesitan para llenar
esta jarra y preparar el jugo? Anoten lo que piensan. // Preparan el jugo y comparan.
4) Conociendo los vasos graduados. Vasos graduados de diferente tipo
5) Construyendo vasos graduados. Recipientes plásticos transparentes de forma cilíndrica,
vasos descartables de tamaño pequeño. Jarra con líquido de color. Marcadores indelebles.
// Grupos de cuatro. // Indicaciones: llenen un vaso con agua, vuelquen el agua en el
recipiente de forma cilíndrica, con el marcado dibujen una línea a la altura del agua. //
Este procedimiento se repite varias veces.
6) Preparando gelatina. Vasos graduados construidos por los chicos.
59
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, págs. 169 y 170.
“El tiempo es la magnitud más compleja para ser trabajada en el nivel; paradójicamente, el
instrumento que se usa para su medición, el reloj, es el más conocido por los niños, ya que la
presencia cotidiana del mismo hace que su vida familiar y escolar esté regida por él”. 61
Es necesario tener marcadas varias velas, una sirve como vela patrón y las restantes son
las que se usan para medir las actividades”.62
“Aprender Matemática
Es entender cómo
60
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 176.
61
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 178.
62
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 182.
Ser una abstracción del entorno, construida mediante la medida y la
cuantificación. Representa el escribir y se constituye en el primer nivel de
abstracción que puede hacerse de la realidad.
1 2
3 4
RELACIÓN ACCIÓN REPRESENTADA
1-2 Contar, medir.
2-1 Estimar, aproximar.
3-4 Interpretar.
4-3 Graficar.
1-3 Representar, proyectar.
3-1 Fotografiar, dibujar.
2-4 Generalizar.
4-2 Ejemplificar.
1-4 Predecir.
4-1 Confirmar.
2-3 Tabular.
3-2 Usar escalas”.63
63
Villella, José, “¡Piedra libre para la matemática! Aportes y reflexiones para una renovación metodológica
en la enseñanza primaria”, Buenos Aires, Aique, 2008, págs. 43, 44 y 45.
“¿Para qué es necesario enseñar geometría?
En cuanto objeto de estudio, el espacio puede ser caracterizado desde distintos puntos de
vista: físico, psicológico, social, antropológico, arquitectónico. Cuando hablamos de espacio
geométrico hacemos referencia al estudio de las propiedades espaciales de figuras abstraídas del
mundo concreto de objetos físicos, por ejemplo: al jugar con una pelota y observar su movimiento
nos encontramos frente a un objeto con ciertas cualidades: rueda, puede lanzarse… Cuando
abstraemos de él su forma y analizamos si tiene o no caras, cómo es su superficie lateral, cuál es
su diámetro… analizamos la esfera como cuerpo geométrico.
Desde la más temprana edad experimentamos directamente con las formas de los objetos
mediante juguetes y elementos de uso cotidiano, para luego tomar paulatinamente posesión del
espacio, orientándonos, analizando formas y buscando relaciones. Por ello en un primer momento
debemos ayudar a los alumnos a que tomen conciencia del espacio como aquello que los circunda
y en el cual encontrarán distintas formas reconocibles a través de los sentidos. Este
reconocimiento permitirá la experimentación y la construcción de esquemas explicativos de
propiedades, clasificaciones que preparan la ulterior adquisición de teoremas, axiomas…
Así propondremos a los alumnos distintos niveles de acercamiento a este contenido que
podríamos resumir en el siguiente esquema basado en el modelo Van Hiele de construcción del
razonamiento matemático.
68
Nivel 1: distinguir figuras como un todo sin detectar relaciones entre las partes. Por
ejemplo: reproducciones de cuadrados, rombos… identificando sus nombres pero no sus
diferencias o propiedades internas.
Nivel 2: distinguir las partes de las figuras en tanto componentes que las caracterizan. Por
ejemplo: el cuadrado tiene 4 lados iguales, el rectángulo, ángulos rectos…
Nivel 3: construir los primeros esquemas de clasificación con más de un atributo. Con
ayuda puede inferirse que el cuadrado es un caso especial de rectángulo, o que el triángulo
equilátero es isósceles.
Este proceso de construcción necesita de un docente que desafíe a sus alumnos a explicar
todos los porqués de cada una de las afirmaciones que realizan a través de las actividades. Se
necesita de un docente –como afirma el Dr. Toranzos– capaz de:
64
Villella, José, “¡Piedra libre para la matemática! Aportes y reflexiones para una renovación metodológica
en la enseñanza primaria”, Buenos Aires, Aique, 2008, págs. 84, 85 y 86.
GEOMETRÍA Y EDUCACIÓN FÍSICA: “TA-TE-TI CORPORAL
El objetivo de cada equipo es ubicar a sus tres jugadores en línea (vertical, horizontal u
oblicua) a la vez que impedir que el otro equipo lo logre.
El capitán de cada grupo, que permanece fuera del trazado, es el encargado de indicar la
ubicación y los desplazamientos de los jugadores mediante expresiones tales como: hacia delante,
hacia la derecha…
Desarrollo: Juegan dos equipos de no más de 4 jugadores cada uno. El objetivo del juego
es que uno de los grupos logre desplazarse en la cuadrícula siguiendo el recorrido inventado por el
otro.
El primer grupo inventa un recorrido en la cuadrícula del piso y luego lo grafica en ambas
hojas. Entrega una de esas copias, a manera de mansaje, al otro grupo. Este debe decodificarlo. El
primer grupo controlará guiándose por la copia que obra en su poder. Posteriormente se alternan
los roles.
MANCHA PAC-MAN
70
El Pac-man “come” dando una palmada en la espalda al jugador que alcanza, quien debe
sentarse en el lugar, con sus piernas extendidas. Los demás jugadores pueden salvar al atrapado,
pasando por arriba de sus piernas.
LA ESTATUA
Desarrollo: Juegan dos grupos de alrededor de cinco alumnos cada uno. Los grupos se
ubican a ambos lados del biombo, de manera que no se ven. En cada grupo se designa un escultor.
El escultor del grupo A deberá armar una estatua utilizando los cuerpos de los integrantes
de su equipo. Cuando está lista, el escultor del grupo B deberá observarla y reproducirla,
utilizando el cuerpo de los integrantes de su grupo, quienes no podrán ver el modelo a copiar. Una
vez terminada la segunda estatua, se comparan ambas retirando el biombo.
Una variante interesante es que, una vez que se concluye la primera estatua, el escultor B
no podrá observarla sino que el escultor A dictará las posiciones corporales de su estatua al
segundo, a fin de que este pueda reproducirla. La comparación visual se realiza al final.
EL LAZARILLO
Desarrollo: Se juega por parejas. Uno de los alumnos debe guiar al otro, quien está con sus
ojos tapados, para lograr que salga del laberinto.
Las indicaciones del lazarillo no podrán ser verbales, sino que cada pareja deberá crear un
código para comunicarse los desplazamientos, marcándolos en la espalda. No se trata de un juego
en el que uno pierde y otro gana, sino que lo fundamental es la comunicación entre los miembros
de la pareja, antes, durante y después del juego, buscando ajustar las consignas para lograr el
objetivo.
Además no deben aparecer como propuestas cerradas sino de modo que el docente y los
mismos alumnos puedan intervenir modificando sus estructuras y reglas, de acuerdo con sus
propósitos o intereses.
Estos ejemplos sólo pretenden demostrar la posibilidad de relacionar Matemática y
Educación Física”.65
“Una de las razones por las que, en general, la enseñanza de la geometría tiene menos
“presencia” en las aulas es porque no se le reconoce, de manera sencilla, una vinculación directa
con su uso en la vida diaria. Las ideas referidas a que los niños sólo podrán aprender aquello que
les resulte cotidiano y útil responden a una corriente que se encuadra en una concepción de la 72
matemática instrumentalista.
Estas concepciones provocan forzamientos en los conceptos para vincularlos a los objetos
reales, así, se los matematiza; como por ejemplo, al enseñar el concepto de paralelas a través de
las vías del tren. Estas no son paralelas, ni siquiera son líneas rectas. Nuestra propuesta es enseñar
los objetos geométricos donde estos “viven”, es decir, en las figuras geométricas. “Una centración
exclusiva en la utilidad hace perder de vista a la matemática como producto cultural, como
práctica, como forma de pensamiento”.
Si bien hay problemas interesantes que vinculan lo cotidiano con el saber geométrico –por
ejemplo: qué medidas tomar cuando hay que reponer el vidrio de una ventana-, hay todo un
universo de problemas intramatemáticos, puramente geométricos, que otorgan sentido por sí
mismos a la enseñanza de la geometría”. 66
“Sin la posibilidad de elaborar argumentos que sostengan lo que se responde, es decir, sin
validación, no hay geometría (ni matemática), sea cual sea el año escolar del que se trate.
65
Villella, José, “¡Piedra libre para la matemática! Aportes y reflexiones para una renovación metodológica
en la enseñanza primaria”, Buenos Aires, Aique, 2008, págs. 176, 177, 178, 179 y 180.
66
Itzcovich, Horacio, “La Matemática escolar. Las prácticas de enseñanza en el aula”, Buenos Aires.
67
Itzcovich, Horacio, “La Matemática escolar. Las prácticas de enseñanza en el aula”, Buenos Aires.
intervenciones explícitas –es decir, educativas- dirigidas a que todos lleguen a aprender a
desplazarse autónomamente…”68
“… En ciertas prácticas, el maestro asume como estrategia para que los alumnos aprendan
el mostrar el objeto que concretiza el conocimiento para enseñar. En relación con el trabajo con
los cuerpos, rollos de papel, dados, con las cajas de remedio, etc., serán los insumos a través de los
cuales se intentará que los alumnos se apropien de las propiedades de cilindros, cubos, prismas. 73
Como suele ocurrir la mayoría de las veces, los alumnos no “ven” lo que el maestro pretende, con
lo cual se ve obligado a “hacerles ver”. Las definiciones son entonces las herramientas de las que
se vale el maestro para que los alumnos se apropien de esos conocimientos.
PROBLEMA: La maestra entrega “planos” para que, con cuerpos geométricos, los niños
realicen una construcción que resulte igual al modelo. Por ejemplo:
Posteriormente, serán los alumnos quienes deberán hacer una construcción, elaborar la
representación bidimensional y enviarla para que otro grupo –que no ha visto la construcción- la
reproduzca.
68
Itzcovich, Horacio, “La Matemática escolar. Las prácticas de enseñanza en el aula”, Buenos Aires.
69
Itzcovich, Horacio, “La Matemática escolar. Las prácticas de enseñanza en el aula”, Buenos Aires.
condiciones requiere un dibujo para que el otro grupo no confunda el cuerpo que debe utilizar, ni
la posición de este último?
PROBLEMA:
74
EVALUACIÓN
“Por lo común, las pruebas estandarizadas indican qué es lo que los estudiantes no saben
en vez de revelar qué saben. Hacer indebido hincapié en estas pruebas conduce a autoridades,
padres y al público en general a concentrarse en los resultados de la evaluación misma, cuando
podrían concentrarse en la verdadera comprensión de los conceptos matemáticos que la prueba
se propone evaluar”.70
70
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, págs. 124 y 125.
71
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, pág. 126.
72
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, págs. 126 y 127.
“Los legajos son herramientas de evaluación específicas de los estudiantes, que
documentan el contenido del programa y el progreso de los alumnos. Cuando se mantienen a lo
largo de varios cursos, indican los puntos fuertes del alumno y el desarrollo año tras año. Los
legajos estudiantiles proporcionan un medio de evaluar dónde está actualmente un alumno en
términos de su comprensión matemática, cómo progresa, qué modalidades de comunicación
conviene más a sus puntos fuertes individuales y, tal vez lo más revelador, cuál considera su mejor
trabajo”.73 75
“Propuesta uno. Aquí hay cuatro dígitos en las tarjetas (1, 2, 3 y 4). Aquí tienes una figura
para un problema de suma. Ordena estas tarjetas sobre la figura para formar números de dos
dígitos que, cuando se sumen, sean iguales al resultado más grande posible
____ ____
+ ____ ____
_____________
Propuesta dos. Aquí tienes una figura diferente, esta vez para un problema de resta. Usa
las tarjetas para hacer una resta cuya respuesta sea el número más grande posible.
____ ____
- ____ ____
______________
…. Por sí solo, ningún método de evaluación da una imagen total del desempeño o la
comprensión matemática de un niño. Cada uno de ellos aporta sólo una visión fugaz del niño en
un momento determinado. Pero como la combinación de las piezas de un rompecabezas, una
serie de evaluaciones configuran una imagen razonable y coherente”. 74
73
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, pág. 131.
74
Rowan, Thomas E., Bourne, Barbara, “Pensando como matemáticos. La enseñanza de la matemática de
preescolar a 4to EGB”, Buenos Aires, Manantial, 1999, págs. 137 y 138.
¿Se ha logrado autonomía en el desarrollo de los aprendizajes?
¿Se ha desarrollado una actitud de confianza hacia las propias capacidades para realizar el
trabajo propuesto?
hallazgos, las dudas, las marchas y contramarchas en la construcción de las respuestas, los
comentarios que les merecen sus procesos, etc.”75
Para evaluar el proceso de resolución de problemas 76, el docente deberá prestar atención a:
La comprensión del problema por parte del alumno. Este aspecto se mide por el
empleo de las propias palabras para explicar qué dice el enunciado, la fundamentación
del lenguaje y/o el simbolismo utilizado para la traducción del enunciado, la
explicitación de los fundamentos de los pasos seguidos…
Las habilidades puestas de manifiesto por parte del estudiante en el momento de
redactar las estrategias. El claro diseño del plan, el seguimiento y el control que hizo el
propio alumno, los encadenamientos lógicos que propone para pasar de una etapa a
otra de su solución, son indicadores a tomar en cuenta.
La contextualización de la solución. El alumno debe ser capaz de determinar el grado de
viabilidad de la solución respecto de lo que el problema propone, descartando así
soluciones no pertinentes y agudizando su capacidad de verificación de las halladas.
La precisión con que el alumno describe su propio proceso de razonamiento. Cómo
elabora una comunicación eficaz y se hace entender por los demás.
Cómo acepta los señalamientos de los otros y los pone o no en práctica.
Qué ideas aparecen respecto de los contenidos matemáticos usados durante la
resolución del problema y el análisis de la conveniencia de usarlos como recursos para
la solución de otros problemas.
Para cumplir este proceso de evaluación será necesario diseñar variados instrumentos.
Podemos clasificarlos en los de tipo escrito y oral y dentro de ellos, en distintos subgrupos:
75
Villella, José, “¡Piedra libre para la matemática! Aportes y reflexiones para una renovación metodológica
en la enseñanza primaria”, Buenos Aires, Aique, 2008, pág. 170.
76
Extraído y adaptado de Villella, José, “¡Piedra libre para la matemática! Aportes y reflexiones para una
renovación metodológica en la enseñanza primaria”, Buenos Aires, Aique, 2008.
INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
TIPO SUBGRUPOS
Preguntas abiertas
Preguntas cerradas: de respuesta bivalente (si – no)
de selección múltiple
de elección entre la mejor de las dadas
Completamientos
Apareamientos
Presentación de informes
Oral Narraciones
Descripciones
Dramatizaciones
Exposiciones
Eje Número
En relación con la sucesión de números: Conoce la serie convencional. Hasta qué número
puede nombrar de la serie convencional… Puede decir la serie numérica en orden
decreciente…
En relación con el conteo, la comparación y la reunión de cantidades: Separa los objetos
contados de aquellos que aún no ha contado. A la pregunta cuántos hay, responde con un
número o con muchos, pocos, etc.
En relación con la escritura y reconocimiento de números: Reconoce números escritos.
Lee los números en forma convencional. Qué pasa con los números de dos cifras. Cuáles
son los números que le presentan dificultades al escribirlos.
En relación con la designación de posiciones: Hasta qué posiciones puede designar.
Eje Espacio
Eje Medida
78
En relación con el uso de los instrumentos de medida convencionales: Los reconoce. Los
utiliza.
En relación con las magnitudes (longitud, capacidad, peso, tiempo): Anticipa y luego
verifica. Utiliza instrumentos no convencionales. Usa partes del propio cuerpo. Realiza
registros en los cuales indica la cantidad y la unidad utilizada.
SECUENCIA DIDÁCTICA
“Lo invitamos a usted… a diseñar secuencias didácticas que hagan realidad la decisión de
aprender y que acompañen al niño, recién llegado, en ese pasaje de «extranjero a nativo» en el
terreno de la matemática.
En términos de Philippe Meirieu: «La construcción del espacio de seguridad como «marco
posible para los aprendizajes» y el trabajo sobre los sentidos como un «poner a disposición de los
que aprenden una energía capaz de movilizarlos hacia saberes», son las dos responsabilidades
esenciales del pedagogo»”.78
EL JUEGO79
Entendemos “el juego” en el aula como una herramienta que puede constituirse en
fuente de nuevos problemas, lo que puede favorecer el desarrollo de conocimientos matemáticos
en los alumnos. En palabras de Bernard Charlot:
77
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 31.
78
González, Adriana, Weinstein, Edith, “La enseñanza de la Matemática en el Jardín de Infantes a través de
Secuencias Didácticas”, Rosario, Homo Sapiens, 2007, pág. 249.
79
Extraído de “Juegos que pueden colaborar en el trabajo en torno al cálculo mental – Área Matemática”,
Dirección General de Cultura y Educación, Buenos Aires.
“Si por juego se designa una actividad donde el alumno realiza con placer - que no
excluye el esfuerzo, sino que lo sostiene-, una actividad que permite un funcionamiento del
pensamiento no condicionado por reglas exteriores vividas por el alumno como artificiales
y arbitrarias, no tengo ninguna objeción. ¡Además el alumno tiene derecho a que su
actividad sea socialmente reconocida como un trabajo serio y no como un juego y se
engañe a ciertos alumnos con la idea de que ellos juegan en la escuela en vez de trabajar!
79
Pero si por juego matemático, se designa una actividad puntual no articulada alrededor
de un campo de problemas, no anclado en el programa, sin proyecto intelectual ni
institucional, ya no estoy de acuerdo.”
El juego tiene la cualidad de convocar a los alumnos, y para que se transforme en contexto
para el aprendizaje es necesario que se consideren ciertas condiciones, entre ellas que al finalizar
el momento del juego se proponga un momento para el debate acerca de los procedimientos
utilizados durante el desarrollo del mismo.
También será interesante que el maestro invite a los alumnos a jugar nuevamente pero
analizando por qué las estrategias sirven para ese juego y que identifiquen qué condiciones tiene
la situación planteada que hace que sea posible la utilización de esas estrategias.
En este sentido, es necesario organizar un momento específico para la confrontación,
explicitación, discusión y síntesis de los diferentes procedimientos que permitan analizar su
pertinencia y eficacia.
A través del juego se pretende instalar un tipo de práctica que permita al alumno aprender
matemática haciendo matemática. Concebir la enseñanza de la matemática desde esta
perspectiva supone que se generen condiciones en el aula para que los alumnos aprendan a
explorar, transformar, anticipar, argumentar, representar, conjeturar, replicar, extender, buscar
relaciones , establecer condiciones, generalizar, etcétera.
Juego 1 - Damero de 15
Objetivos del juego: reconocer tres sumandos que den 15.
Acrecentar el dominio de cálculos simples, en este caso, sumas de tres números que den 15.
Organización de la clase: se juega de a dos.
Materiales: una banda numérica del 1 al 9. Tres fichas blancas y tres fichas negras.
Reglas del juego: cada jugador dispone de las fichas de un color. Cada uno, por turno, pone una de
las fichas sobre un casillero libre. En cada casillero se puede poner una sola ficha. El objetivo es
sumar 15 con los números de las casillas que cada uno fue ocupando. Si ninguno de los dos sumó
15 una vez que ubicaron todas las fichas, cada uno por turno mueve una de las fichas a un casillero
libre. Gana el jugador que primero obtenga 15.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
80
Juego 2 - Telegrama
Objetivos: identificar distintas escrituras de un número.
Materiales: hoja previamente plegada sobre la que se ha escrito un número.
Organización de la clase: se arman equipos de 4 alumnos.
Reglas del juego: en cada equipo un alumno recibe una hoja con un número escrito, lo escribe de
otra forma y pliega la hoja a fin de ocultar la escritura. El alumno siguiente anota una escritura
diferente y oculta la anterior. Cada alumno solo puede ver la última escritura.
Abril (trabajo grupal presencial): En el primer trabajo práctico se pretende que el/la futuro/a
docente comience a adquirir las herramientas pertinentes para generar prácticas adecuadas para
los distintos grupos y alumnos con los cuales comparta propuestas de trabajo. 81
1- Consigue libros de primer ciclo, analiza las actividades que propone sobre Espacio,
Tiempo, Figuras, Formas, Medidas y Unidades. Selecciona dos de ellas para graduarlas
complejizándolas y simplificándolas.
2- Busca en un libro una propuesta de secuenciación y critícala. Propone actividades y/o
juegos que puedas agregar.
3- ¿Qué contextos extramatemáticos aborda la propuesta del libro? Critica los mismos y
anímate a proponer otros.
Junio (trabajo individual extra áulico): En el segundo trabajo práctico se pretende que el/la
futuro/a docente plasme las ideas que comenzó a conocer sobre la enseñanza de la Geometría, en
una propuesta pensada para alumnos de los primeros años de la escolaridad primaria.
Se solicita que efectúen un borrador de planificación que posea una secuencia didáctica, donde se
perciba coherencia entre lo que se desea que el alumno aprenda y el modo de acercarse a ese
aprendizaje.
Septiembre (trabajo grupal): En el tercer trabajo se pretende que el/la futuro/a docente investigue
y asuma un rol de decisión sobre la enseñanza de los números y las operaciones, seleccionando
material pertinente y compartiendo los motivos de la elección.
Se solicita que elijan un recurso didáctico y que elaboren un escrito mostrando cómo utilizarían el
mismo en la enseñanza de algunas nociones sobre el sistema de numeración decimal y las
operaciones.
PRÁCTICA
1- Escribe, utilizando el sistema de numeración Babilónico, los números del uno al cien.
2- Escribe, utilizando el sistema de numeración Babilónico, veinte múltiplos del número
ochenta.
3- Escribe, utilizando el sistema de numeración Babilónico, el año de tu nacimiento, el año
del descubrimiento de América y la diferencia entre estos años. ¿Qué información brinda 82
esta diferencia?
4- Escribe diez números, utilizando el sistema de numeración Babilónico, y entrégaselo a tu
compañera/o, quien escribirá cada uno de los diez números en el sistema de numeración
decimal. Vos realizarás lo mismo con lo que ella/él te entregue. Comparen los resultados.
5- Realiza las actividades 6, 7, 8 y 9 utilizando ahora el sistema de numeración Sumerio.
6- Realiza las actividades 6, 7, 8 y 9 utilizando ahora el sistema de numeración Maya.
7- Realiza las actividades 6, 7, 8 y 9 utilizando ahora el sistema de numeración Romano.
8- Realiza las actividades 6, 7, 8 y 9 utilizando ahora el sistema de numeración de base dos.
9- Realiza las actividades 6, 7, 8 y 9 utilizando ahora el sistema de numeración de base tres.
10- Realiza las actividades 6, 7, 8 y 9 utilizando ahora el sistema de numeración de base cinco.
11- Realiza las actividades 6, 7, 8 y 9 utilizando ahora el sistema de numeración de base ocho.
12- Lean en grupo y analicen el siguiente texto:
El uso de los bits como unidades de información (0, 1) ha implicado la necesidad de usar
múltiplos muy grandes de esta unidad para poder medir informaciones muy grandes (piense en
bajar una película). Piense que como 1 bit representa sólo dos valores 1 o 0, con dos bits ya puede
considerar 4 alternativas 00, 01, 10, 11… con 10 bits una o dos palabras, etc. Nacieron entonces los
múltiplos kilobit, megabit, gigabit, terabit, pentabit, exabit, zettabit, yottabit… Con un megabit ya
se puede representar una novela y con 1 gigabit todas las páginas escritas que cabrían en una
furgoneta. Cabe notar que todos estos prefijos son usados en el Sistema Internacional de
Unidades para indicar potencias de 10 (kilo… mil, mega… millón, giga… mil millones, tera… billón,
peta… mil billones, exa… trillón, yotta… cuatrillón…). Pero el disparate es creer que estas grandes
cantidades de información se corresponden con las potencias de 10 que parecen indicar los
prefijos. Pues va a ser que no. La clave es entender que el bit corresponde al cardinal del conjunto
binario 0, 1, o sea al 2, el kilobit corresponde no a 1000 bits sino a 2 elevado a diez que es 1024, el
megabit a 2 elevado a 20, etc. También 3es un disparate común confundir el bit con el byte, que es
una cantidad fija de bits”.80
13- Utiliza los NAP para analizar la utilización del cuadro de números en los diferentes años del
primer ciclo.
80
Alsina, Claudi, “Los asesinos matemáticos atacan de nuevo: una nueva selección de errores matemáticos de
los cuales somos víctimas o autores”, 1a ed., Buenos Aires: Ariel, 2012, págs. 146 y 147.
14- Muestra a través de variados ejemplos qué estrategias de cálculo es importante que
menejes y que puedas invitar a construir a tus alumnos.
15- Muestra cinco maneras diferentes de pensar el cálculo 8 + 7.
16- Elabora un escrito con las ventajas y desventajas que brinda la utilización del Ábaco, del
Equipo de Canje y de las Regletas. Desarrolla, paso a paso y con ejemplos, cómo se
construye un número, cómo se adiciona, cómo se sustrae, cómo se multiplica y cómo se
divide con cada uno. 83
17- Busca en libros los problemas que se plantean para cada operación en los diferentes años
del primer ciclo. Clasifícalos de acuerdo al sentido que se aborda en cada uno de ellos.
18- Redacta problemas para cada sentido.
19- Analiza cómo se aborda desde los NAP la enseñanza de las operaciones en el primer ciclo.
20- Investiga sobre estrategias y recursos que se utilizan para multiplicar.
21- Practica todas las operaciones hasta que domines cada técnica en forma adecuada, una
vez logrado el dominio, analiza cada uno de los pasos que llevas a cabo y verifica que
puedes explicar cada uno de ellos.
22- Ensaya con tus compañeras/os la enseñanza de alguna operación, para esto propone un
contexto adecuado, la utilización de recursos pertinentes y el acercamiento paulatino al
algoritmo. Elabora un escrito sobre lo realizado.
23- Analiza en libros de primer año qué relaciones espaciales básicas se abordan y a través de
qué actividades. Elabora una propuesta de graduación para una de ellas.
24- Analiza en libros y en los NAP cómo se abordan los contenidos vinculados a Geometría.
Observa qué contextos y recursos se proponen. Critica si el concepto medición se trabaja
gradualmente y desde aquello que el/la alumno/a sabe.
25- Lean en grupo y analicen el siguiente texto:
El origen de esta teoría es pastelero: cómo divisir un paste cualquiera entre unos
comensales de forma que todos ellos estén de acuerdo en que el reparto ha sido justo, es decir,
que acepten el resultado de la división. Es un disparate matemático creer que hay una sola forma
de hacer justicia en divisiones. Entre las formas de división posible se habla de la proporcional, la
exacta, la libre de envidias, la equitativa, etc. Diferentes condiciones dan pie a diferentes modelos
de proceder para que se asegure el consenso en el grupo que participa en el reparto. Son
interesantes aquellos algoritmos o formas de dividir que llevan al consenso (al margen de su
exactitud). Para dos comensales se aplica el principio: Uno corta y el otro elige
Algo que los dos implicados, por la cuenta que les trae, aceptarán como solución justa.
Una alternativa también es la llamada solución del cuchillo movible: uno de los comensales
empieza a mover dos cuchillos de fuera para dentro, procediendo a cortar cuando el otro le indica
creer que entre ambos cuchillos hay medio pastel.
Para tres comensales, uno corta en tres trozos, el segundo puede modificarlos y el tercero
elige (con cinco cortes es suficiente)… y hay algoritmos para los otros números mayores que tres. 84
En una divertida tira cómica de Ulli Stein, un camarero de una pizzería pregunta a un
comensal: ¿Debo dividir su pizza en cuatro u ocho partes? Y el cliente responde: Haga cuatro
partes. No creo que pueda comer las ocho”. 81
26- Elabora un listado de las magnitudes que pueden trabajarse en el primer ciclo, las
unidades no convencionales que pueden proponerse, la construcción de instrumentos de
medición adecuados para el nivel que posibiliten el acercamiento al concepto de medición
y de unidad convencional.
27- Instala en tu computadora el programa GeoGebra. Utiliza el mismo para construir figuras y
explorar las herramientas que posee.
28- Dibuja, con los instrumentos de Geometría en una hoja lisa, un triángulo equilátero e
indica los pasos que realizaste para la construcción. Efectúa la misma acción con
GeoGebra.
29- Realiza lo mismo que en el ejercicio 31 con cada una de las siguientes figuras: triángulo
isósceles rectángulo, triángulo escaleno obtusángulo, rectángulo, cuadrado, rombo,
romboide, trapecio isósceles, trapecio rectángulo, trapezoide, hexágono regular, octógono
regular, dodecágono regular.
30- Utiliza recursos variados para verificar las propiedades fundamentales de los triángulos.
31- Utiliza recursos variados para verificar las propiedades de los paralelogramos, de los
rectángulos, de los rombos y de los cuadrados.
32- Busca información sobre plegado para representar rectas en diferentes posiciones y para
construir figuras.
33- Construye triángulos en papel y utiliza el plegado y otras técnicas para encontrar los
puntos notables.
34- Busca obras plásticas que puedan servirte para trabajar con los alumnos diferentes
conceptos en Geometría, elabora una serie de actividades partiendo de las mismas.
35- Busca y analiza críticamente diferentes recursos que pueden servir para abordar nociones
Geométricas (Tangram, Varillas móviles, Equipo de Cuerpos Geométricos, Juegos de
encastre, Rompecabezas, Geoplano, Bloques de Dienes, programas en línea, Papiroflexia,
Mecanos, Poliminó, entre otros).
36- Desarma cajas, bonetes, envases y otros elementos, que representen cuerpos
geométricos, analiza el desarrollo de los mismos, las figuras que conforman sus caras.
81
Alsina, Claudi, “Los asesinos matemáticos atacan de nuevo: una nueva selección de errores matemáticos de
los cuales somos víctimas o autores”, 1a ed., Buenos Aires: Ariel, 2012, págs. 196 y 197.