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La reseña

Taller de Expresión I
Cátedra Vernino

2023

Material preparado por Teresita Vernino, Patricia Somoza, Alicia Méndez y Magdalena Giovine
Colaboración: Silvana Meta
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Índice

1. Reseñas literarias
-Sobre Los lemmings y otros, de Fabián Casas, por Sandro Barrella
-Sobre Mármara, de Inés Fernández Moreno, por Marcos Herrera
-Sobre Magnetizado, de Carlos Busqued, por Graciela Speranza
-Sobre Las cosas que perdimos en el fuego, de Mariana Enríquez,
por Violeta Gorodischer
-Sobre El gato tuvo la culpa, de Hebe Uhart, por el Club de
catadores

2. Sobre el género
-“La reseña como género discursivo”, Daniel Link
-“Enamorado”, Graciela Speranza
-“Críticos de cine”, Javier Porta Fouz (fragmento)

3. Entrevista a Alejandra Kamiya

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1. Reseñas literarias

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LA NACIÓN. Suplemento Cultura-Domingo 16 de abril de 2006 El orden de los cuentos no es arbitrario. El primero presenta,

Bibliografía desde el paisaje remoto de la infancia –que nunca es mostrada como


un paraíso perdido–, algo así como el elenco estable del ciclo de
Ciclo de Boedo Boedo. En el último ese mismo elenco vuelve marcado por el pesado
Por Sandro Barrella
rastrillo del tiempo. Entre uno y otro surge la voz del narrador,
Los Lemmings y otros especie de álter ego pacientemente construido por Fabián Casas, el
Por Fabián Casas. Santiago Arcos Editor, 101 páginas, $ 23. mismo que en sus libros de poemas asume la primera persona del
singular.
Antes de su emancipación en 1972 según ordenanza “Los Lemmings”, el cuento que abre y da título al libro,
municipal número 26.607, lo que se conoce como Boedo pertenecía comienza con un arltiano cross a la mandíbula: “La dictadura fue la
por derecho al barrio de Almagro. Sin embargo, sus habitantes nunca música disco”. Menos un axioma sociológico que un hallazgo de la
se sintieron “almagrenses” y, por paradójico que pueda parecer, el lengua, la imagen revela, en su concentración de sentido, los
equipo de fútbol que los identifica, San Lorenzo de Almagro, no estragos del Proceso en la generación que lo padeció cuando pasaba
lleva en su nombre el del barrio que aquellos supieron conseguir. En de la infancia a la adolescencia. Casas hace luego un guiño al lector
uno de los ocho cuentos que forman Los Lemmings y otros, un con una réplica casi exacta del comienzo de El cazador oculto (“si
personaje resuelve, lejos de los despachos oficiales, cualquier de veras quieren escuchar otra historia...”) para despejar cualquier
discrepancia: “Boedo queda donde estemos nosotros”. Como la duda: lo que sigue es un relato de iniciación. Otros guiños, en forma
esfera de Pascal, cuyo centro está en todas partes y la circunferencia de cita, remiten a sus propios versos, como el pedido del “resaltador”
en ninguna, el Boedo de Los Lemmings... es un universo en a Proust, sucedáneo de la magdalena, o el recuerdo de los amigos
expansión, la caja de resonancia para el coro de voces que Casas borrados antes de tiempo “con el liquid paper del Proceso, las
pone en circulación, una especie de Ítaca de la que parten y a la que Malvinas y el Sida”.
regresan los personajes de estas historias. “Cuatro fantásticos”, el segundo cuento, amplifica la versión
infantil de la experiencia en la búsqueda de un héroe que actúe como

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sustituto del padre ausente. Los sucesivos novios de la madre irán que les da soporte: el trabajo minucioso sobre la lengua crea una
ocupando ese lugar dejado por el padre, “metido en la guerrilla”, ilusión de oralidad y rubrica un estilo.
según revela el último de los “fantásticos”. La referencia a la lucha Esto se ve reforzado en el relato, “Apéndices al Bosque
política en los años setenta vuelve a hacerse presente, de modo Pulenta”. En la primera parte es Máximo quien da su versión de los
asordinado, sin demasiadas explicaciones, en “La mortificación hechos, en un monólogo fragmentario, frente a un interlocutor mudo
ordinaria”, un cuento oscuro, de construcción precisa, en el que los que remeda la figura de un terapeuta. En la segunda parte toman la
contornos del realismo practicado por Casas se diluyen. El palabra, según pasan los años, dos personajes del ciclo, para cerrarlo.
protagonista, acosado por una amnesia parcial, revive su pasado en Casas, que, seguramente, aporta algo de sí al personaje del hijo en el
una organización armada como un ajuste de cuentas entre cuento “El relator”, le da voz a Nancy Costas para hacer el recuento.
delincuentes de poca monta. A diferencia de Máximo, Nancy escribe. Escribe “en un cuaderno
“El bosque pulenta”, uno de los mejores cuentos del libro, Gloria”, y en su escritura pasa a gran velocidad la película hablada
funciona a su vez como bisagra del ciclo. Los chicos que en el de una generación que hizo en Boedo la experiencia de la vida. Con
primer relato tomaban Talasa (jarabe eufónico-eufórico) y se los vivos y los muertos, con los sobrevivientes. Los que pudieron,
contaban historias en la pieza del tano Fuzzaro están dejando de finalmente, regresaron a Ítaca.
serlo. Cuando el cuento termine serán adolescentes. Máximo Con el oído atento del poeta, Fabián Casas entrega en estos
Disfrute, héroe absoluto de la historia, no sólo es el proveedor de cuentos una crónica urbana, novela familiar-barrial, literatura
aventuras; es, sobre todo, el creador de un lenguaje. La fascinación atravesada por una época oscura que logra trascender con el brillo de
que el narrador siente por la jerga de Máximo es directamente la lengua.
proporcional a la que le inspira su figura. Como en el resto de los
cuentos, la narración progresa por acumulación de pequeños
sucesos, desvíos en el cauce principal de la trama, un chiste oportuno
que se resuelve en iluminación epifánica. El carácter episódico, la
circulación constante de microhistorias, se funden en la “musiquilla”

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Radar Libros, 29/11/2009 Pero de su nombre nos enteramos bien pasada la mitad del relato y
es apenas una pista más para confirmar el carácter autobiográfico de
Amor y amistad
Por Marcos Herrera lo que se está contando. Mara e Inés hablan en voz baja mientras
juegan al scrabble y repasan “momentos determinantes, nudos
Mármara, de Inés Fernández Moreno. Alfaguara, 188
páginas. alrededor de los que se teje la trama de una vida: la muerte del
hermano, del que conservaba un zapatito de bebé como un amuleto
Inés Fernández Moreno logró unir temas, épocas y sentimientos en en un estante de la biblioteca, una amenaza de cáncer a los treinta
una colección de cuentos y relatos que lentamente van cobrando un
sesgo autobiográfico. años, la entrada y la salida de la militancia, los grandes amores, su
primer hijo, la decisión de venir a España, la muerte de la hermana y
Inés Fernández Moreno escribe cuentos con la misma destreza del padre... Empatábamos en hijos y en muertos”.
relajada con la que los grandes jazzeros tocan standards. No quiere En todo el volumen, como en este párrafo, Inés Fernández
“romperle el espinazo a la sintaxis”, realizar experimentos Moreno deja claro, sin estridencias, desde dónde cuenta sus
metaliterarios, ni parodiar la nada. Narra con maestría, asentada en historias. En sus cuentos, hechos de detalles cotidianos, cómicos o
un clasicismo transparente, conocedora de sus recursos: fluidez, trágicos, siempre está definida la posición política de la voz
precisión y levedad. narradora. Una voz que describe y en muchos casos desmantela con
Su último libro se divide en dos partes; la primera, “En la precisión y piedad las características de la idiosincrasia de la clase
periferia”, consta de doce cuentos cortos de aproximadamente diez media argentina. Así, “Confesiones en un ascensor” es un
páginas cada uno; la segunda, “Mármara”, consta de dos relatos. equilibrado relato en donde es tan importante lo que se cuenta, lo
“Mármara”, relato largo o nouvelle, es la historia de una amistad. que se insinúa, como lo que se calla, con un muy femenino punto de
Dos mujeres de mediana edad que habían compartido la vista que se detiene hasta en la pelusa en el pantalón del protagonista
adolescencia se reencuentran en España. Mara es una chaqueña masculino; “Hombre en la taberna” realiza un paralelismo entre la
arrolladora y sabia, y la que narra en primera persona se llama Inés. visita a una exposición de cuadros de Picasso y una relación de

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pareja que se desmorona; en “Truhanes” asistimos a la hilarante aparece como una revelación esperada el nombre de la protagonista
pasión etimológica de una familia excéntrica, experta en velorios; que narra: Inés. “Las palabras y las cosas se abrazaron
“En la periferia” es la historia de una militante montonera chupada amorosamente ante mí, como si fuera la primera vez. Esa era la
por los milicos cuando es internada con una hemorragia de parto en huella que, sin saberlo, yo había seguido, y había encontrado.”
el hospital Rivadavia, vista por quien la ayudara en esa noche En todos los cuentos de Mármara se siguen huellas; se busca,
nefasta y recibiera sus pobres y pocas pertenencias como testimonio detrás de las historias, una identidad.
de una suerte y un destino; “Pensamiento lateral” es un relato La militancia política, la violencia militar de la última
carveriano (pero a la Fernández Moreno): los datos mínimos para dictadura, la crisis de 2001 son telones de fondo. En primer plano
armar el malestar de su protagonista adolescente y del lector. Varios siempre están los ricos detalles de las vidas particulares retratadas
de estos relatos describen el resentimiento del argentino exiliado con pasión de coleccionista.
como una ridícula, simpática y orgullosa furia de cabotaje. Es
imposible no relacionar la poética de la autora con el sencillismo
creado por el gran poeta que fuera su padre.
Volviendo a la historia que da título al libro, las dos amigas
realizan un viaje al pueblo del abuelo de Inés, una especie de road
movie apacible en donde al principio el encuentro con las cosas
defrauda (hay incluso un busto del abuelo que no se parece en nada
al abuelo). Pero al final, cuando las dos amigas se están por ir,
ocurre “el momento epifánico que justificaba y hacía estallar por fin
aquel viaje de sentido”. “Queréis unas quimas”, dice el dueño de
casa. “Quimas, dijo, y esa palabra, como la magdalena de Proust,
produjo su efecto de eternidad.” Es en este momento en donde

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TELAM CULTURA 30/03/2018 LIBROS literalmente noqueados con un despliegue apenas soportable de
El Libro de la Semana: Magnetizado, de Carlos sordidez y violencia bruta, diestramente calibrado por un narrador
Busqued seco y preciso. Escrita en la orgullosa soledad del outsider, resultó
sin embargo inesperada finalista del premio Herralde de novela, se
Para la autora, el libro de Busqued no es "ni novela negra, ni
realismo sucio, ni crónica, ni reportaje, ni nonfiction. Busqued tradujo a varios idiomas y llegó al cine en versión durísima de
acaba de inventar un género descoyuntado, crudo como la realidad Adrián Caetano, el más duro de nuestros directores. No era fácil
descarnada que lo inspira".
superar o igualar la marca de ese comienzo. Busqued (Presidencia
Roque Sáenz Peña, 1970) se tomó casi diez años de punching ball
Por Graciela Speranza
antes de reincidir y, como si hubiese buscado asestar un golpe
todavía más certero, vuelve ahora sin el velo de la ficción,
adelgazando la presencia del narrador y el autor hasta volverlos
invisibles, en un libro sin modelos reconocibles, sin género y sin
anestesia, Magnetizado. Una conversación con Ricardo Melogno.

Porque aunque seguramente nadie lo recuerde, el interlocutor del


subtítulo no es un personaje de ficción sino un asesino serial que en
Escribir en orgullosa soledad libros que encierren la violencia de un setiembre de 1982 tuvo en vilo a los taxistas de Buenos Aires y saltó
cross a la mandíbula... Eso, se recordará, recomendaba Arlt en su a los titulares de las páginas policiales. Lleva más de treinta años
pugilístico prólogo a Los lanzallamas, de 1931, y es probable que no encerrado en cárceles y psiquiátricos, desde que, en una semana
haya escritor argentino más fiel a su mandato que el chaqueño fatídica para el barrio de Mataderos, con diecinueve años y sin
Carlos Busqued. Su primera novela, Bajo este sol tremendo (2009), motivos aparentes, mató a cuatro taxistas en circunstancias
una parábola negra sobre la herencia perversa de la dictadura, la curiosamente idénticas, a tres en Capital y a uno en provincia.
decadencia y la anomia del interior derruido, dejó a los lectores
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Magnetizado por el misterio del caso, Busqued conversó con él Con el mismo recurso seudo-documental con que Bajo un sol
durante un año y editó las noventa y cuatro horas grabadas en el tremendo incluía una nota sobre un calamar gigante de la revista
complejo penitenciario de Ezeiza, donde Melogno sigue detenido Muy interesante, Busqued monta ahora recortes de prensa sobre el
por su "peligrosidad potencial", después de haber cumplido la caso Melogno, interroga, transcribe, edita y dispone, pero no
condena y más de veinte años de encierro en la Unidad 20 del interpreta ni abre juicio. Deja que la carga eléctrica que fluye en el
Hospital Borda. montaje dibuje un campo magnético de posibles causas, motivos,
recuerdos y retazos de la historia familiar, piezas sueltas de un
El misterio inexplicable del arrebato homicida se resume en una
rompecabezas psicológico y social que el lector, cuando se recupere
crónica seca y un collage de notas de prensa que recapitulan el caso
del cross a la mandíbula, tendrá que componer por su cuenta.
en el comienzo del libro, se enmaraña en los informes psiquiátricos,
las pericias, los diagnósticos y las condenas que se consignan en una Ni siquiera los forenses llegan a un diagnóstico firme con el que
cronología sombría ("Treinta y cuatro años de Ricardo según el resolver el caso (personalidad anómala, síndrome esquizofrénico
Estado"), y se ahonda en entrevistas al juez que le tomó la primera sobre personalidad psicopática, cuadro delirante crónico compatible
declaración y la médica psiquiatra que lo trató durante siete años en con parafrenia o paranoia, psicópata esquizo, perverso histérico,
el Borda. Pero palpita sobre todo en las muchas páginas de autista) y es el propio Melogno el irónico y sorprendentemente
conversación en que Melogno recorre su infancia, el limbo cuerdo observador de la inconsistencia de la justicia para resolver el
insondable de los asesinatos y el infierno de cárceles y psiquiátricos enigma: "En Capital soy inimputable, no comprendo mis actos. En
por los que peregrina desde entonces. ¿Qué lo llevó a matar a cuatro Provincia comprendo y, en consecuencia, soy responsable de mis
taxistas a sangre fría? ¿Por qué en circunstancias casi idénticas? actos. Premio Nobel de psiquiatría para la justicia de Provincia, que
"Tengo un problema adentro", le dijo a un vecino que lo vio tiene el remedio para la locura: la avenida General Paz".
deambular desesperado por el barrio en esos días, y el libro, se diría,
Todo parece llegar al lector "en directo", despachado en bruto en el
es una dilatada expansión de esa respuesta.
montaje de las entrevistas y los informes austeros, incontaminado a

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primera vista por los protocolos de la ficción que colorean el la fantasía de una vida bucólica en el campo. Después de tantos años
nonfiction. Pero aunque Busqued simula desaparecer detrás del de encierro, quiere perder la vista en la larga distancia. "Yo fui una
"personaje" que domina el relato en primera persona, interviene en cucaracha. Y después un monstruo. Y después un preso", dice y
bambalinas con puntadas invisibles. La conversación va entramando Busqued le da la última palabra: "Me gustaría ser una persona."
imperceptiblemente los componentes tóxicos del caso —la madre
Ni novela negra, ni realismo sucio, ni crónica, ni reportaje, ni
golpeadora, el espiritismo, la santería, la droga, el arma convertida
nonfiction. Busqued acaba de inventar un género descoyuntado,
en objeto transicional, la "situación de calle" antes del limbo
crudo como la realidad descarnada que lo inspira, con el que
homicida, y más tarde la pesadilla interminable de la "cura"
revitalizar los protocolos vencidos del realismo: el identikit literario
psiquiátrica, las cantidades ingentes de Halopidol, los intentos de
o, si se quiere una descripción más formalista, el montaje ético y
fuga y la dura supervivencia en la jungla carcelaria. Un sutilísimo
metafísico.
hilo metafórico recorta el campo magnético desde la Ley de Ampère
que se cita en el epígrafe y la sensación magnética de la sangre
pegajosa en las manos que inspira el título, hasta la escena
extraordinaria que Busqued recorta, recrea y pone en abismo en
"Electricidad y magnetismo", la única pieza "escrita" del libro, tan
perfecta en su potencia visual y su economía, que antes que
arrancada de la realidad parece concebida hasta el menor detalle por
un gran director o un buen novelista.

Como más de un personaje arltiano, se deduce hacia el final,


Melogno parece haber conseguido "ser a través del crimen" y alienta

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Uno de los últimos exponentes fue, de hecho, la antología que
La Nación celebra al gran escritor norteamericano King, tributo al rey del
terror, editada por Interzona. Allí, diversos escritores de América
Princesa del terror: Mariana Enríquez milita en un latina rindieron su homenaje desde las apuestas más diversas:
género para nada menor zombis, apariciones, sectas, pacientes psiquiátricos y demonios son
sólo algunas de las variables que fueron tomando estas historias.
Con Las cosas que perdimos en el fuego la escritora se pone al
Entre ellas, vale decir, se destaca un cuento sobre adoradores
frente de una escena literaria que despierta miedo en el lector;
sobre esta forma de ficción hablará mañana en la Feria satánicos ("Los Domínguez y el diablo") en el que no falta ni la
mirada infantil, ni el ritual iniciático, ni el clima pesadillesco, ni
30 de abril de 2016
todos esos condimentos que logran en el lector algo difícil de
conseguir a través de la escritura: la sensación física que despierta el
miedo. La autora del cuento en cuestión se llama Mariana Enríquez
Violeta Gorodischer (Buenos Aires, 1973) y algo del tema sabe. Ella, que también
escribió Los peligros de fumar en la cama, las crónicas de sus viajes
Si el terror ha sido catalogado, a lo largo de los años, como uno de a cementerios en Alguien camina sobre tu tumba y la novela Bajar
los géneros "menores" de las letras argentinas, algo empezó a es lo peor, entre otras, vuelve ahora a la escena literaria con Las
cambiar de un tiempo a esta parte. La propagación de series, cosas que perdimos en el fuego (Anagrama): un conjunto de cuentos
películas y cierta reapropiación pop de los grandes maestros del que la consolidan como la princesa del terror en la Argentina. De
género, con Stephen King a la cabeza, le fueron dando un lugar cada visita en el país para la Feria del Libro, el legendario editor Jorge
vez más visible y, por qué no, consolidado en el terreno de la Herralde presentó el libro el sábado pasado y habló maravillas de
literatura vernácula. esta autora, que lo dejó "impactado" ya en la primera lectura.

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Como buena alquimista, Enríquez no sitúa los disparadores del Porque, eso sí, hay que decirlo: lejos de la elipsis o las sugerencias,
miedo en los lugares clásicos o, mejor dicho, esperables, sino que Mariana Enríquez muestra todo, y lo muestra con morbo.
logra filtrarlos detrás de cierta estructura engañosa: si el escenario
Cierto aire de denuncia social puede percibirse, también, en este
recurrente de sus historias, siempre locales, es una ciudad marginal y
libro que ya promete publicación en 20 países. Pero lo interesante es
"peligrosa" (de las calles más abandonadas de Constitución a las
que Enríquez no cae en lugares comunes, sino que se ubica en una
desoladas rutas argentinas en una noche oscura), lo que acecha se
zona más bien incómoda para abordar estos temas: mientras en
revela de pronto como algo totalmente distinto, como si el riesgo
Constitución las madres adictas y desesperadas entregan a sus hijos
latente en la marginalidad perteneciera a otro orden. No es el peligro
para ritos satánicos, en la villa, tal vez recuperando su intención
tradicional, no son nuestros cotidianos fantasmas de clase media los
original de crítica a las formas de sometimiento, los pobres
que podrían hacernos daño: la verdadera amenaza está en otra parte,
perseguidos por la policía se vuelven zombis deformados por la
parece sugerir, en susurros, la autora. Lo mismo sucede con el
toxicidad del Riachuelo. En los colegios, a plena luz del día, el
espacio doméstico: en el universo familiar de las casas, refugio
silencio adulto ante el bullying toma nuevas connotaciones cuando
urbano por excelencia, es donde más inseguros estamos.
una de las niñas se arranca las uñas en medio de la jornada escolar.
La destreza narrativa se exhibe en una escritura que es por
Tampoco el feminismo le resulta ajeno a la autora (casi todas sus
momentos juguetona, por momentos experimental, que amaga
protagonistas son mujeres), pero la perspectiva de género se aborda
incluso con construir una sólida historia cercana al policial, o indaga
desde una posición compleja, sin polos maniqueos. De alguna
a fondo en la psicología de los personajes hasta que de pronto el
manera, lo terrorífico se duplica: junto a los núcleos intangibles del
desenlace golpea como un cross a la mandíbula y resignifica todo el
miedo conviven relaciones de pareja que son, literalmente, "de
relato volviéndolo escalofriante. El miedo irrumpe entonces como en
terror": ellas están presas del vínculo, por una u otra razón, al mejor
un efecto de choque, siempre inesperado, hiperbólico, explícito.
estilo gótico, cuestionadas por hombres que ponen en duda sus
percepciones. El cuento que da origen al título del libro es uno de los
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más extremos: un grupo de Mujeres Ardientes se incendia por
voluntad propia en protesta a los femicidios; quieren crear "una
nueva belleza" para que los hombres ya no tengan a quien quemar.
Los "machos" causan el malestar femenino, pero son ellas, con sus
excesos, las que devienen brujas contemporáneas, amenaza latente
para cualquier par.

Los 12 cuentos arman un conjunto sólido. Entre el acriollamiento del


género, el trabajo con la construcción de personajes y el in
crescendo narrativo, Las cosas que perdimos en el fuego ilumina con
luz intermitente de velas las zonas más oscuras de la literatura
argentina.

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Blog de los catadores Adriana Hidalgo Editora e Interzona, publicaron los libros de
cuentos Del cielo a casa (2003) y Camilo asciende y otros relatos
El gato tuvo la culpa, de Hebe Uhart
(2004). Llegan las reseñas en los grandes medios, la crítica la
celebra, recibe el premio Konex y es captada finalmente por el radar
El periplo de la literatura de Hebe Uhart (Moreno, Buenos Aires,
de una editorial de fuste internacional, Alfaguara, que en 2010
1936) ha sido lento, largo, casi secreto. Desde 1962, año de su debut
publica sus Relatos reunidos, una antología de 500 páginas de
con Dios, San Pedro y las almas, su obra ha encontrado su lugar de
cuentos y novelas breves originalmente publicados entre 1962 y
forma casi exclusiva en pequeñas editoriales independientes de
2004 que sirvió para ubicar a Uhart en un sitio que sólo ella podía
existencias breves y visibilidades limitadas. En Argentina, el círculo
ocupar, aunque sabiamente lo desdeñe.
de sus lectores era reducido; fuera de su país ese círculo no existía.
El gato tuvo la culpa es el resultado de una segunda criba de la
Por algún motivo, sus cuentos y sus novelas no conseguían acceder a
frondosa producción de Uhart: 29 cuentos y una nouvelle que habían
eso que suele llamarse “el gran público”, a pesar de contar con
quedado fuera de la selección de Alfaguara y que funcionan como la
devotos ilustres, como su amigo Elvio Gandolfo o Ricardo Piglia,
ampliación del mundo narrativo de Uhart, que parece estar siempre
por no hablar de Fogwill, quien estaba dispuesto a afirmar a los
contando la misma historia a la vez que la expande mediante
gritos que Uhart es “la mejor cuentista argentina”. La respuesta de
variaciones cada vez más finas. El orden cronológico de los relatos
Uhart: “Fogwill es loco”. Sin premios, sin reconocimientos, sin
ayuda a percibir la gradación del tono, que se vuelve más personal
aspavientos, Uhart continuó escribiendo y publicando a un ritmo
con el paso de los libros, de modo que, si en los primeros textos la
constante. Alguna vez, comentó: “Yo siempre estoy a contrapelo de
influencia de Felisberto Hernández es evidente e insoslayable al
las épocas: o soy de antes o soy de después”. No le faltaba razón.
nivel de la frase, hacia la mitad del volumen nos encontramos ante
Nadie extraordinario parece ser cabalmente contemporáneo. Y, sin
una asimilación completa: la voz de Uhart es ya enteramente suya, y
embargo, al menos de alguna manera, su época le dio alcance
aunque Felisberto nunca la abandona, desde entonces la acompaña
cuando dos editoriales independientes de creciente prestigio,
de un modo más delicado.

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Mucho se ha dicho acerca de la capacidad de Uhart para captar el tregua que aliviana las penas; no son victorias, sino formas de
habla de las personas y para volcar en sus cuentos esos matices que sobrellevar lo que ha tocado.
vienen a definir toda una manera de percibir el mundo y de existir en
él. El gato tuvo la culpa contiene un puñado de muestras espléndidas Más allá de su oído prodigioso para los diálogos y del pulso para
en esta línea: “Cartas de un colono” o “Iorá”, por ejemplo, pero mantener el tono de un relato justo en el punto en el que lo desea,
también “Cómo vuelvo”, donde se nos cuenta, en apenas cuatro ¿qué lecciones tiene para enseñar Hebe Uhart en el panorama de la
páginas y media, el dilema de una maestra de escuela rural que luego literatura contemporánea? Probablemente no se trate de lecciones
de pasar toda su vida en un pueblito al costado de la ruta consigue técnicas, sino de una lección ética. Cada vez que tiene oportunidad,
atisbar la inmensidad del mundo que se ha perdido. Esa es una de las menciona con desagrado lo que ella percibe como el solipsismo de
fuerzas que tensionan la narrativa de Uhart, la revelación (temprana los escritores en la actualidad. Esto le decía a Mariana Enríquez y
o tardía, pero siempre problemática) que suele asaltar a sus Eduardo Carrera en una entrevista publicada en Revista Anfibia en
personajes de que existen otros modos de vivir. Los que intentan 2015: “…me parece que los escritores están mal colocados. Mal
acceder a esas otras dimensiones de la existencia suelen fracasar encarados. Se colocan de manera muy egocéntrica o narcisista. ¿Sí o
justamente porque llevan en el habla la marca idiosincrática de su no? Hay muchos jóvenes que escriben bien, pero los embalurda que
origen. Es lo que le ocurre a Maruja, protagonista de “La elevación son egocéntricos”. Por eso, empezar a leer a Hebe Uhart (y El gato
de Maruja”, cuyo intento de elevación se ve frustrado por no haber tuvo la culpa es una muy buena manera de hacerlo) también es
visto las suficientes películas de Fellini y Antonioni, por no saber acercarse a la posibilidad de una escritura diferente, como si su
cómo participar de una charla culta de café, por no ser capaz de ejemplo habilitara un camino artístico menos preocupado en pedirle
hacerse entender en francés. Y así, sin una intensidad afectada, Uhart algo al lector que en dárselo.
configura el peso de una fuerza que parece querer que todo quede
como está. Si bien esa pesadumbre es perforada a cada momento por
el humor y el disparate, estas gracias nos son ofrecidas como una

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2. Sobre el género

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La reseña como género discursivo agentes (editores, medios masivos, críticos, escritores), la reseña se
convierte a su vez en objeto de intercambio:
Daniel Link, material de cátedra, 1988
a. Nadie ignora que, más allá de la evaluación, la recensión de
1. Historia y sociología un libro equivale a su promoción: No importa lo que digas,
pero necesito que salga comentado.
A comienzos del siglo XVIII se constituye la crítica literaria b. Los críticos arman bibliotecas ciertamente fabulosas con los
(subsidiaria de la charla de salón, o de café, según las épocas) como ejemplares que las editoriales mandan como servicio de
un género más o menos definido y como uno de los hitos iniciales en prensa. Jamás podrían soportar que un editor, airado,
la formación de una esfera pública burguesa. Los primeros suspendiera ese servicio.
“semanarios morales” (el Tatler, 1709; el Spectator; el Guardian) c. La publicidad de las editoriales está en relación directa con la
incluyen ya reseñas y críticas de arte y literatura. El crítico organiza crítica de sus libros (aunque no se sepa bien en qué porcentaje
el juicio profano del público: se entiende a sí mismo como y hasta qué punto): “¿Vas a poner un aviso en el número que
mandatario del público y, al mismo tiempo, como su pedagogo. De viene? Sale un comentario del libro que publicaste”; “¿No
aquellos años a estos, todo ha cambiado mucho, pero nada sabés si van a comentar algo nuestro en el número que
demasiado. El crítico que hace reseñas sigue funcionando en tanto viene? Porque tengo que reducir el presupuesto de
juez de arte, es decir: a partir de la evaluación de la obra-mercancía publicidad”.
que se somete a su juicio (hipotética y tal vez ilusoriamente,
autónomo respecto de nada que no sea su propio “raciocinio”). La 2. Analítica
reseña, así, es el género de la crítica donde la evaluación aparece de
manera más explícita. La reseña firmada supone un compromiso de la firma respecto de lo
Con la constitución de mercados literarios más o menos que está diciendo. Y, al revés, garantiza cierta legibilidad y una
sofisticados y con fluidos sistemas de relaciones entre los distintos posición de lectura (Ya sabemos desde donde lee HAT).

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Generalmente, la reseña incluye los datos completos de edición suministrar ejemplos (detenerse en aspectos que excedan, en suma, el
(autor, título, lugar, editorial, año, número de edición, traductor si lo mero resumen del argumento).
hubiera, número de páginas –siempre par–, precio de tapa, etc.).
Además de “presentar” al autor (obra anterior, básicamente) y
resumir las características del texto (argumento, tipo de escritura,
estética de la que se desprende, etc.), el crítico evalúa el libro en su
conjunto: aspectos industriales de la mercancía (encuadernación,
impresión, tipo y calidad de papel, etc.) junto con sus aspectos
“intelectuales” (calidad de la traducción y grado de traición del
original, si la hubiera; significación del texto en el contexto estético-
cultural que le corresponde: hito, importancia decisiva, nueva
equivocación, repetición insustancial, profundización de una
tendencia, revolución, retroceso, desautomatización, etc.). Pero,
además, se evalúa el hecho mismo de la circulación de esa
mercancía: el sentido del texto en el sistema literario al que se
integra, su productividad, su necesidad, su prescindencia. Esto último
funcionaría como apelación directa al lector: Por esto, no/sí lo
compres.
De acuerdo con el espacio disponible para la crítica, es
posible acentuar o no su carácter analítico. A mayor espacio, mayor
posibilidad de: a) proponer proposiciones, b) justificarlas, c)

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OTRA PARTE Nº 13, verano 2007-2008 del director taiwanés Tsai Ming-Liang y otro sobre el austríaco
Enamorado Michael Haneke, por ejemplo) solo comenta libros, pero sus filosas
Sobre las luminosas lecturas críticas de Pablo Sicardi referencias al cine y al arte contemporáneo dejan ver que no concibe
Por Graciela Speranza
la miopía forzada del especialista y piensa “el arte en general”. No es
la amplitud del espectro, sin embargo, lo que más sorprende en sus
En el paisaje desleído de nuestra prensa cultural relumbran dos veces
lecturas. Los acopiadores de páginas, ristras de autores y títulos
al mes, ocasionalmente tres, las reseñas críticas de Pablo Sicardi en
abundan entre los críticos, pero lo que lo vuelve único en el espacio
el semanario Diagonal. Cuando ya nos resignábamos a dar por
vital que media “entre los reseñadores ramplones de los diarios y los
extinguida la especie, brilla por fin un crítico capaz de liberar al
recolectores de polvo de la academia” (la ironía, citada en una de sus
lector de las trampas de la mercadotecnia y orientarlo en el popurrí
reseñas, es del británico Clive James) es una mezcla de rigor y
de las librerías. En dos páginas formato tabloide, ocasionalmente
efervescencia, inteligencia y gusto, densidad y transparencia. Sicardi
tres, Sicardi se explaya a gusto sobre sus últimas lecturas, un
lee como quien sale de viaje a un país desconocido y vuelve del
espectro muy variado de novedades que no descarta el ensayo ni la
paseo transformado: comparte con el lector el arrebato frente al
poesía pero prefiere la ficción, y en el que la narrativa argentina o
hallazgo, contagia entusiasmo a medida que avanza en el comentario,
americana se mezcla borgeana y despreocupadamente con la europea
plantea buenas preguntas, las responde, ilumina la generalización con
o la oriental. Para desvelo de todo lector voraz, Sicardi parece leerlo
ejemplos, no descansa hasta encontrar una formulación precisa para
todo, pero es apenas un efecto de su perspicacia en la selección.
una peculiaridad poética y es un portento de claridad y sutileza. No
Aunque su curiosidad es infinita y está humanamente al día con los
hace alardes de estilo que competirían en vano con el del autor u
escritores argentinos y los latinoamericanos, admira hasta la idolatría
opacarían la limpidez del argumento, pero escribe sobre literatura,
a algunos centroeuropeos, a tres o cuatro franceses, a un par de
entre otras cosas, porque aprecia la buena prosa; no le alcanza con la
italianos y a algún español, tiene debilidad inocultable por los
mera redacción instrumental y cultiva una lengua precisa, suelta,
anglosajones. Salvo raras excepciones (un largo ensayo sobre la obra
rica, graciosa. En poco menos de dos años, digámoslo de una vez sin

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temor a exagerar, ha compuesto sin proponérselo (¡editores, Saber y gusto, claro, son también indispensables en el
atención!) una antología del mejor ensayo crítico que se ha escrito ejercicio solvente del género. Sicardi no se entrega a las jergas
entre nosotros en los últimos tiempos, en cualquier género y medio. metalúrgicas del textualismo, ni al mero sociologismo, ni al
Habida cuenta de la proeza y considerando su edad (es historicismo árido, ni al abuso de la théorie que atrofia mucha
sorprendentemente joven), cabe preguntarse: ¿cómo lo hace? producción crítica (y ocupa, de hecho, un lugar muy marginal en la
carrera de Letras), pero tiene sin duda una formación sólida que ha
El espacio, para empezar, no es un detalle menor librado al
ganado en la academia. Su enciclopedia es una combinación personal
azar. Que para revitalizar el género Sicardi haya preferido las páginas
de estudio sistemático y deriva caprichosa por la literatura del
de un semanario de actualidad heterodoxo como Diagonal, con una
mundo, dosis considerables de ensayo y filosofía, mucha curiosidad
sección de cultura muy nutrida pero despareja, es su primer y más
y sobre todo desprejuicio. La docencia lo estimula (se intuye en la
enfático enunciado sobre la crítica en los medios. Sabe que la
vena pedagógica de sus lecturas) y sabe que hay en la universidad
elección soberana del libro, el plazo holgado, la extensión generosa,
más contracción al estudio, más concentración y pensamiento
la certeza de integridad y la estricta periodicidad de los artículos son
riguroso, pero es probable que nunca avance demasiado en la carrera
requisitos no negociables para garantizar la necesidad, el ímpetu y el
de obstáculos de los claustros y termine abandonándolos. La
rigor crítico con los que ir afianzando una voz propia –confiable,
comprensión cabal de las tramas institucionales, la elaboración de
simpática, adictiva incluso– que el lector pueda reconocer,
injundiosos papers (partes de “un trabajo mayor” que nunca se
acompañar y hasta esperar. (Cuando los suplementos de los grandes
completa) y el globetrotting de los congresos, todos requisitos
diarios reconozcan por fin esos principios básicos del
indispensables para hacerse un lugar en la academia, le robarían
funcionamiento de la crítica en la prensa cultural, aceptarán
preciosas horas de lectura disfrutable que no negocia a ningún precio.
encantados sus condiciones y todos ganarán lectores: Sicardi, la
literatura y los suplementos.) Pero hablamos también de gusto. Sicardi sólo escribe sobre
libros que lo deslumbran, lo inquietan, lo perturban o le disparan

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preguntas, autores con los que contrae inmediatamente una deuda de virtuales, pero el tiempo (y las lecturas y relecturas) que invierte en
gratitud que la lectura intenta saldar, o en los que encuentra una cada reseña transforma los comentarios repentistas y livianos de la
constelación luminosa de atributos nunca vista, un artefacto curioso, web en virtual hojarasca. Sicardi no es un detractor de la crítica en la
una forma, un uso de la lengua o de los géneros, una vía red, pero detesta (lo ha dicho entre líneas en varios de sus artículos)
insospechada de pensamiento o acceso al mundo, que sus inflexiones autóctonas: las compulsas de opinión, los rankings, la
inmediatamente se siente desafiado a nombrar, caracterizar y ligereza, la frivolidad sobreactuada, el narcisismo, el anonimato
compartir. Ese primer e indefectible estímulo para escribir sus cobarde y la violencia salvaje. No comparte, es evidente, una idea de
lecturas lo separa claramente de una fauna muy variada que ha la política de la cultura que deja muy poco espacio para la
reemplazado a la especie genuina del crítico: los burócratas que admiración razonada y el disfrute, alejados del poder y la
cumplen con las exigencias del género a reglamento (campeones del autopromoción.
estereotipo, los arabescos inconducentes y la dilatación de las Pero el centro medular de su revitalización del género, en
solapas), los mandarines que anteponen el dogma a la lectura y realidad, reside en el ejercicio mismo de la lectura crítica. Porque
dictaminan qué y qué no hay que leer, los arribistas a los que abrir ¿qué lee Sicardi cuando lee? ¿Qué escribe después? Para empezar,
juicio (sobre todo negativo) les da un cosquilleo de poder, los sádicos tiene un talento imponderable para presentar el argumento de una
que destrozan deportivamente libros malos y los resentidos que sólo ficción, el plan de una obra, su tema central o su materia. Las síntesis
señalan fallas de los buenos, los tecnócratas que describen son ya una versión microscópica de la lectura, labrada en la filigrana
“operaciones”, “construcciones”, “mapas” y “sistemas”, los venales de los adjetivos con los que califica a los personajes o los
que sólo intercambian favores o comentan libros de sus amigos, los procedimientos, en el modo en que anuda causalmente los motivos o
eternos jóvenes (obligados a entrar en la órbita del último cínico, el los sucesos, en las fórmulas económicas (aforísticas casi) con las
último excéntrico o el último marginal por miedo a perder el tren), que, interesada y estratégicamente, condensa líneas que luego la
los dinosaurios, los oscuros, los sencillamente ágrafos. El nervio de crítica despliega y crean en el lector la urgencia incontenible del
sus argumentos podría acercarlo a los bloggers y sus debates

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libro. A veces señala allí mismo genealogías, distancias, aires de mundo imaginario, que su dimensión alegórica no nos afecta sino
familia. No alardea con referencias decorativas a otros autores y como un eco, o un fármaco que se disuelve lentamente en nuestro
otros libros, sino que compara y contrasta para acercarse más a la metabolismo”, escribió sobre Nunca me abandones de Kazuo
singularidad del que está leyendo. Porque lo que desvela a Sicardi de Ishiguro) y a veces le basta con un adjetivo (la ambición “tentacular”
ahí en más es arbitrar todos los recursos disponibles para caracterizar de Don DeLillo, “la prosa libre, pragmática, aparentemente
con precisión esa molécula que define al escritor, esa combinación desanoticiada de sus efectos literarios” de Philip Roth). Pero no sólo
propia de lecturas, materia y procedimientos que lo distingue (“eso cuentan sus certezas, sino también, y quizá más, el teatro de sus
que descubrió por sí solo”, según la fórmula feliz de otro británico, vacilaciones frente a la extrañeza de lo que ha leído, que la lectura
James Wood, o el clarísimo “La inventó” de nuestro David Viñas), pone en escena como un bastidor transparente del juicio. No se
para decirnos después qué aparece detrás de esa forma nueva. Véase enamora de sus ideas ni las suelta cual oráculos sellados que
por ejemplo el comienzo de uno de sus primeros artículos: “Afanosa, paralizan el pensamiento del otro, sino que avanza y retrocede,
audaz, extrema, callada, sólo una ristra de adjetivos que se anulan siembra dudas e invita al diálogo. Véase si no en este breve catálogo
puede aproximarse a la agitada densidad de la escritura de W.G. extraído de sus últimas lecturas: “Hacia el final, descubrimos que,
Sebald. Cuando apareció su libro Los emigrados recordamos como cualquier ser humano, Ravel se nos ha escapado. Pero ¿no es
inmediatamente el comentario de Walter Benjamin sobre Proust: precisamente eso lo que nos lo ha acercado?” (“Ravel de Jean
todas las grandes obras fundan un nuevo género o disuelven uno Echenoz”). “Esa sencillez cortante distingue a sus poemas más
anterior. Nos enfrentábamos al primer escritor contemporáneo desde hondos. ¿O es la economía? ¿O la respiración?” (“El salmón de
Beckett que había encontrado la forma de oponerse al buen gobierno Fabián Casas, reeditado”). “¿No bastaba con esa audacia para el
de la forma novelística convencional, y empujar al realismo al intimismo y el sentimiento trágico, vertida en una prosa inspirada,
autoexamen.” A veces puede describir una peculiaridad formal o una incomparablemente suelta (y, si se me permite, verdadera), única en
visión del mundo de la obra en una frase (“La novela es tan nuestra literatura reciente? ¿La alegoría social no es innecesaria?
pertinentemente concreta, tan atenta al retratar las minucias del Quizá no” (“El desperdicio de Matilde Sánchez”). (Porque digamos

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al pasar que, a diferencia de la mayoría de sus pares hombres, Sicardi asentarse en la mirada de su protagonista, la novela logra hacer
lee también a las mujeres, no por cumplir políticamente con la cuota, ingresar la diversidad y la mezcla, aunque en todas las historias
sino porque, frente al inclaudicable machismo que reina incluso entre habita por igual un trasfondo sórdido, que, en cierto punto, también
nuestros varones más progresistas, no reduce el género femenino a está en simbiosis con ese espacio de la ciudad.” “Novela de acción,
las extravagantes tiempo completo, las sobreactuadamente tontas, las Springfield contagia su ritmo en cada capítulo y logra el objetivo de
fálicas y las locas.) entretener y pasar un buen rato. Al fin y al cabo, algo similar a lo que
todos buscan cuando se encuentran entre amigos.” Sicardi se
Como se desprende de los ejemplos, Sicardi ha recuperado
preguntaba con razón: ¿cómo confiar en el juicio literario de gente
para la crítica la discusión sobre la intención y el valor, pero el juicio
que piensa y escribe tan mal?
se desprende naturalmente de la lectura y no del corolario forzado de
dos o tres adjetivos salpicados en el cierre. Sabe, además, que el En este panorama desolador sus críticas descollarían sin
estilo no es ornamento del pensar sino su misma sustancia y hace de demasiado esfuerzo. Pero no. Artículo a artículo, Sicardi intenta leer
la claridad un estandarte: escribe con gracia, pero nunca se monta en más despojado de prejuicios y mejor. Sólo cabe esperar, entonces,
la ola de su prosa, reduciendo a pura espuma el argumento. Con una que no se desanime y haga escuela. Y algo más. Nadie le pide que
oportuna constricción del yo, equilibra idea y goce con una lengua pierda tiempo con el furor antológico del marketing juvenil ni que se
precisa (la claridad es enemiga del autoengaño) que se permite la inmole en el “compre nacional”, pero bien podría leer un poco más a
deriva, sí, pero nunca pierde el rumbo del pensamiento; lo indignan los compatriotas de su edad. Y todavía algo más. Algunos artículos
por igual la mediocridad y la inteligencia autoindulgente. No hace ganarían en fluidez con menos profusión de citas. Aunque
mucho, en un desliz catártico sobre el estado de la crítica, citó estas pensándolo bien, entre tanta medianía y narcisismo, cómo no
gemas de algunos de sus colegas, que colecciona sin firma: “Siempre perdonarle que copie abundantemente, cual enamorado rendido, esa
con la misma coherencia ideológica e inteligencia aguda, sus libros voz que lo cautiva.
son siempre sorprendentes en cuanto a lo literario”. “A pesar de

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ADN Cultura, viernes 17 de febrero de 2012 técnicos frustrados. Y los que critican a los críticos de cine son
críticos de cine frustrados.
Críticos de cine
“Querida señorita Kael, dado que usted sabe tanto del arte del
Oscar Wilde decía que la crítica podía ser un arte. Pero no siempre cine, ¿por qué no usa su tiempo para hacer cine?” Esto es parte de un
lo es. Para acercarse a ese ideal, tiene que contar con cuatro
elementos tan diferentes como los cuatro puntos cardinales: la mensaje que le llegó a Pauline Kael en 1963, cuando hacía crítica en
información, el análisis, la interpretación y la evaluación. radio. La estadounidense Kael –pocas pulgas, ingeniosa y veloz–
Por Javier Porta Fouz Para LA NACIÓN contestó, entre otras cosas: “Hay una respuesta estándar a esta vieja
idiotez de si-usted-sabe-tanto-del-arte-del-cine-por-qué-no-hace-
1
películas. Uno no necesita poner un huevo para saber si el huevo
¿Qué se puede decir de los críticos de cine, así, en general?
tiene buen sabor.” Y agregó:
Empecemos con una frase que se escucha con frecuencia: los críticos
“Considero que la crítica es un arte, y si en este país y en este
de cine son cineastas frustrados. Listo, ya está mal. Decir que los
tiempo se practica con honestidad, no genera mayores ganancias que
críticos de cine son cineastas frustrados es como decir que son
ser un cineasta de vanguardia. Mis queridos y anónimos oyentes que
rubios. Como decir que los empleados bancarios se desabrochan la
mandan cartas: si creen que es tan fácil ser crítico y tan difícil ser
corbata en el subte. Algunos seguro que no lo hacen, y hay otros que
poeta, pintor o experimentador fílmico, les sugeriría que intenten
trabajan en bancos situados en calles a las que no llega el subte.
ambas cosas. Quizás descubran por qué hay tan pocos críticos y
Generalizando, también se puede decir que mucha gente generaliza
tantos poetas”.
sobre los críticos de cine. “Callate, director frustrado.” Uf. ¿Si uno
Otro que consideraba que la crítica podía ser un arte era
opina sobre algo se lo considera como a un creador de ese algo, pero
Oscar Wilde, que en El crítico como artista lo decía desde el título.
frustrado? OK, quedemos así. Los hinchas de fútbol son directores
A partir del personaje de Gilbert, Wilde provocaba: “Resulta mucho

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más difícil hablar de algo que hacerlo. […] La acción, de hecho, es primera parte, abundan los grandes planos generales. Ya estamos
siempre fácil, y cuando se nos presenta en su forma más agravada, analizando. Para decir lo que dijimos tenemos que saber qué es un
por ser continua, y que para mí es la actividad industrial, deviene gran plano general, tenemos que ser capaces de identificarlo.
simplemente en refugio de gente sin nada que hacer”. El tercer elemento es a la vez el más difícil y el más tentador,
[…] el de mayor posibilidad de brillo y seducción: la interpretación, que
3 se logra al ubicar lo analizado en contextos de significación más
Aire, fuego, tierra, agua. Cuatro elementos. La crítica también, para amplios. En Open Range podemos decir que esos grandes planos
ser crítica y no otra cosa, debería tener cuatro elementos. generales remiten, por un lado, a la conciencia del género western
Uno es la información. No es, o no debería ser, el número que tiene Costner como director. Son planos elegíacos, planos de un
uno, el más importante, pero empezamos por ahí porque es fácil. Por género que no existe más. Cada nuevo y aislado western
ejemplo: se habla del actor Kevin Costner. Se puede decir que contemporáneo ya no es una épica, sino una elegía. A eso ayuda la
dirigió películas. Que dirigió Open Range, que aquí se estrenó como música y también la historia que cuenta la película de Costner: el fin
Pacto de justicia. Estamos informando. Datos. Claro: hoy la de los pastoreos libres y la imposición definitiva de los límites en la
información no vale lo mismo que en la década del 60, cuando en la tierra, el fin de la vida nómade de los cowboys. Para interpretar
revista Tiempo de Cine había una sección de fichas de películas. tuvimos que haber ubicado la película en la historia del género y en
Hoy, abundar en información acerca de datos fácilmente ubicables la historia del oeste de Estados Unidos.
con tres o cuatro clics de un mouse –o de pantalla táctil– puede ser Y, por último, el cuarto elemento: la evaluación. Open Range
considerado un despilfarro. es excelente, y fue una película soslayada por mucha gente (ignorada
Otro elemento es el análisis. Análisis: disección, y subvalorada). Sí: evaluar es poner estrellitas. Bah, evaluar es
categorización, conceptualización. En Open Range, sobre todo en su también poner estrellitas, pero puede ser mucho más interesante que

28
eso. Veamos una pequeña crítica sobre un disco, para salir un poco permanezca pétreo. Evaluar películas es no sólo evaluar títulos en
del cine: “Uno de los lanzamientos más gloriosos en la historia, la particular. Es poner en perspectiva, construir microscópicamente la
canción del título del tres veces platino The Final Countdown es historia del cine.
bombásticamente brillante, basura gloriosa, un asalto nuclear y
capilar que sólo pudo salir eyectado de los vacuos años ochenta.” 4
Así empezaba la crítica del disco La última cuenta regresiva, del Después de haber listado estos cuatro elementos, hay que decir que
grupo sueco Europe, escrita por Doug Stone para el sitio web son condición necesaria pero no suficiente. A la crítica hay que darle
Allmusic.com. Y terminaba así: “Se puede vivir sin The Final forma. Si bien hay crítica de cine que se hace por radio y por
Countdown, pero ¿por qué habríamos de hacerlo?” En inglés, la televisión, concentrémonos en la más relevante: la escrita. La
pregunta es: “but why?”. Ese cierre contundente es una evaluación escritura es el quinto elemento (sepan disculpar la involuntaria
sofisticada. Ese “why?” del final, esa pregunta breve, es una referencia a la película de Luc Besson). Para que la crítica
evaluación que va más allá de este disco en particular y se mete de pertenezca de pleno derecho al periodismo cultural (un periodismo
lleno en una cuestión clave para la crítica. Volvamos a la crítica de de cruce temático y de disciplinas, de profundización, que busca el
cine. La mayor parte de las películas que vemos no son obras tono del ensayo), el crítico debe necesariamente preocuparse por
maestras. Podríamos vivir sin ellas (y de hecho también sin las obras cómo escribir. Como decía V. F. Perkins, “el qué es el cómo”. El
maestras), pero ¿por qué privarnos de ciertos placeres que algunos crítico, así como se preocupa por afinar la mirada sobre el cine,
reprimidos llaman “culpables”? Evaluar todo en función del metro debería preocuparse por afinar la escritura.
patrón de la obra maestra consagrada –se usa mucho mentar El Kael era consciente: decía que no sabía lo que realmente
ciudadano como molde, o Vértigo– hace que muchos críticos nunca pensaba acerca de una película hasta que terminaba de escribirlo. La
califiquen nada de excelente, y hace que el canon cinematográfico escritura, entonces, no es una mera instancia de traducción del

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“pensamiento previo”. Lo sabía Wilde, que consideraba que el dice que la crítica “puede asemejarse en algunos aspectos a una
lenguaje era el padre, y no el hijo, del pensamiento. La crítica trabaja disciplina artística, aunque de ningún modo son lo mismo”. Este
con palabras: ellas son sus materiales. No debería descuidarlas. El autor afirma que la crítica, al ser una actividad pública, “sólo se
mejor elogio que se le puede hacer a un crítico no es “coincido con ocupa de aquello que puede comunicarse. Puedo sentir –agrega– que
su valoración del cine” sino “a pesar de que no coincido con su un film es coherente, pero, a menos que pueda explicar la naturaleza
valoración, me interesa cómo dice lo que dice, incluso me da placer de su coherencia, mi sentimiento no aporta un mayor peso crítico
leerlo a pesar de no coincidir con las estrellitas que les pone a las que mi respuesta sobre el color de la corbata del héroe. [...] Un juicio
películas”. Porque en un mundo ideal el crítico debería ser alguien crítico sólo tiene valor cuando a su vez puede ser criticado y puesto a
con quien establecer un diálogo sobre el cine, alguien con quien prueba por la experiencia y las percepciones de los demás”.
confrontar, alguien que puede hacernos ver las películas desde otros Perkins aclara que en la crítica tanto el juicio como la
ángulos. descripción y el análisis (que necesita “formular afirmaciones sobre
la distribución de la retórica del film, cuya percepción es tan
5 subjetiva”) descansan sobre una respuesta personal. Para poder
Pero no vivimos en un mundo ideal: hay mandatos y recetas que se evitar los problemas que plantea esta respuesta personal a la
imponen, y no todos apuntan al ideal dialógico que acabamos de percepción de los modelos o principios de organización de un film,
establecer. Otros mandatos, otras recetas. Algunos ayudan al diálogo Perkins propone que las afirmaciones de los críticos se basen en “la
y a la creatividad y otros los entorpecen. ¿Qué debe hacer y qué debe integridad crítica y la honestidad intelectual”. En cuanto a la
ser la crítica? Veamos algunas opiniones; algunas que nos gustan, naturaleza provisional de los juicios, Perkins afirma que esta
otras que poquito y nada. Así como Kael y Wilde consideraban que característica no debe paralizar al crítico, y que éste tampoco debe
la crítica podía ser un arte, V. F. Perkins, en El lenguaje del cine, dudar en mantener sus juicios “mientras sean defendibles”.

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[…] recomendaciones han probado ser de elevada toxicidad, con el
tiempo. Hoy algunos esperan que el crítico les diga si la película es
6 para “ver comiendo pochoclo”, o si “es floja, pero a los amantes del
A fines de la década del 50 –pero desde unas coordenadas que nos género les gustará” y otras frases que se encuentran con frecuencia,
parecen más cercanas que las de La Habana de 1982– en el libro demasiada frecuencia. La crítica pensada exclusivamente para guiar
Cómo se mira un film. Cine: conciencia de un fenómeno (editado el caudal de público para un lado o para otro. El crítico como un
aquí por Eudeba) los italianos Giacomo Gambetti y Enzo Sermasi vigilante que ordena el tránsito cinematográfico. El crítico que
les plantearon a críticos de su país, en un momento de auge de la prescribe películas en una receta (con un texto-receta-fórmula).
cinematografía italiana, la siguiente pregunta: “¿Qué es la crítica Espectadores que no se arriesgan, críticos que tampoco. Todos nos
cinematográfica?”. Entre las casi cincuenta respuestas publicadas adormecemos.
pueden encontrarse aportes de interés. La crítica cinematográfica […]
debe “comprender la película” y así “ayudar al público a
comprenderla” (Umberto Barbaro). Es un “método para juzgar las
películas sobre la base de un sistema estético” que no posee
diferencias formales con respecto a la crítica literaria (Filippo De
Sanctis). La crítica de cine es “un servicio público” que debe “ser
útil al lector” en el sentido de indicarle si vale la pena mirar una
película y por qué (Tullio Kezich).
¡Ay, Kezich! Sin dudar de sus buenas intenciones (ni de la
tremendamente fotogénica década del 50 italiana), ese tipo de

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3. Entrevista a Alejandra Kamiya

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oscuridades. A veces con la pérdida y el duelo en primer plano, a
elDiarioAR veces con eso que apenas se puede mencionar intentando salir a la
ENTREVISTA superficie, la escritora, una de las más interesantes y sutiles de la
La escritora argentina acaba de publicar La paciencia del agua sobre literatura argentina contemporánea, busca en las hendiduras.
cada piedra, un nuevo tomo de relatos tan delicados como
arrolladores. Proceso de escritura, “yo” literario y estilo en la mirada En este tomo de cuentos encantador, las historias cruzan animales
de una de las autoras más sutiles del país.
con humanos (una mujer convive con un mono; otra recuerda todos
Liliana Heker: “La literatura no busca verdades los perros que la acompañaron en su vida); vidas vigorosas con
consensuadas” otras que se aproximan al ocaso; melancolías con entusiasmos

Por Agustina Larrea desenfrenados, como dejarse llevar por un elefante.

“Toda la oscuridad del mundo cabe en una habitación pequeña.


En todos los casos, se trata de narraciones que se ubican en los
Porque la oscuridad no deja intersticios como dudas. No distingue
intersticios, en una zona que parece cotidiana y a la vez se nutre de
entre rincones o espacios abiertos, no hay para esa boca nada
lo onírico. Cubrir a estos cuentos de adjetivos –ya hay
demasiado ínfimo ni demasiado grande. Es de lo que no tiene
muchísimos por acá, sí– les juega en contra, los recarga de algo
medida, como Dios o el miedo”, se lee en las primeras líneas de La
que es ajeno, los aplasta. Porque Kamiya escribe desde la simpleza,
paciencia del agua sobre cada piedra (Eterna Cadencia, 2023) el
desde la imagen más desgranada, desde la gota de agua que, en su
reciente libro de cuentos de la escritora argentina Alejandra
austeridad, no para de moverse.
Kamiya. Como un avance, como una muestra pequeña de todo eso
que vendrá después y no siempre es ostensible al primer vistazo, los
“Creo que un tono o un estilo no es algo que uno piensa y después lo
cuentos de Alejandra Kamiya exploran distintos tipos de
busca. Hay un movimiento hacia adentro que tiene que ver con

33
intentar ser lo más auténtico posible y tal vez ahí sale el estilo que imagen, es una palabra, es una idea lo que te convoca a decir
tenga que ser. Obviamente, después de que salió te sorprendés y “empiezo a escribir esto”?
te alegrás con eso, hasta por ahí pensás 'claro, me gusta, esto soy
yo'. Pero no se busca una estética de manera exterior sino Yo lo siento como una fricción parecida a la del fósforo en el
explorando hacia adentro”, señala ante elDiarioAR. borde de la cajita, ese movimiento que enciende algo. Puede haber
muchos fósforos húmedos, pero de repente hay uno que enciende.
En el trabajo con el texto en sí, ¿cómo vas hacia esa simpleza?, Está entre algo externo y algo interno. Eso externo puede ser desde
¿corregís mucho? una escena que veo en la calle o una escena de una película, hasta lo
que está hablando alguien en la otra mesa del bar. O algo que miro
Primero pienso mucho y ya antes de sentarme a escribir: voy por casualidad. O algo realmente importante. Cualquier cosa. Pero
quitando cosas o, mejor, voy buscando el camino más limpio. Sí, tiene que haber esa fricción y esa primera chispita.
limpio es la palabra. Más neto en mi cabeza. Después, ya cuando
me siento a escribir, la forma lo va tomando casi todo. Es raro, ¿Por qué en general lo tuyo termina en formas breves, como el
pero es un procedimiento parecido a esculpir, vas quitando y aparece cuento?
algo cuando vas quitando. Algo así.
A mí me gusta mucho el cuento por esto de la síntesis y de la
A veces hay muchas fantasías alrededor de la escritura o sobre intensidad que tiene que tener. Conmigo y con lo que escribo suelo
cómo surge eso que narran los escritores. ¿Vos en particular usar el verbo pavear para intentar explicar esto: en el cuento no
tenés registro de algún tipo de punto de partida? ¿Es una se puede pavear ni una línea. Así y todo, ahora estoy dándole
vueltas a una novela, pero no por la novela en sí, o porque piense

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que la novela es mejor que el cuento, sino porque lo que voy a No lo sé con certeza, pero creo que hay un ritmo interno. Porque
encarar creo que me pide una novela. Es algo más extenso, que se llega un momento que decís “creo que tengo un libro”. Porque
tiene que ir desarrollando en más espacio. A veces el formato te lo obviamente a los cuentos se van escribiendo de a uno y los guardas.
pide lo que vas a contar. Después ni siquiera se respeta el orden en el que fueron
apareciendo: vas escribiendo y van a parar a un archivo. Pero
En todos tus relatos aparece muy fuerte la sensación de que no hay, aparece, existe una necesidad interna. Es como encontrarte
está solamente lo que se ve, que hay una suerte de condensación. con un amigo. No es que decís “bueno, quedamos en vernos cada
¿Te lleva mucho tiempo llegar a eso? tres meses”. No, por lo general decís “ay, hace tanto tiempo que no
veo a tal persona, la voy a llamar”. Y no es que para llegar al
El tema del tiempo es interesante porque varía. Siempre doy este encuentro te planteás tener una cantidad de cosas para contar, no, vas
ejemplo: el cuento El pozo, que es uno de los textos más largos que acomodando todo para reencontrarte. En este caso me pasó que
escribí, lo escribí en una sola sentada muy rápido. creo que tardé tenía esa sensación interna de un libro, tuve un encuentro con
menos de media hora porque antes le había dado muchas vueltas en esta nueva editorial, dije “sí, ya estoy”. Sabía que había un par
la cabeza. Lo escribí tranquila, ya estaba segura de para dónde iba. de huecos, entonces escribí los cuentos para esos huecos. Igual, de
Entonces no hay una proporción entre las líneas escritas y el tiempo todos modos, a mí me gusta más la idea de obra que de libro en sí.
que te lleva hacerlas. Este libro podría mezclarse perfectamente con los dos anteriores.
Eso es lo que me gusta ver, la obra más grande.
¿Cómo es la selección, en un libro de cuentos, para decidir cómo
y cuántos se reúnen, cuánto falta o cuánto sobra? La escritora Virginia Higa escribió un texto muy interesante que
analiza qué es un escritor o una escritora nikkei. Ella habla ahí

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de cierta mirada, de un vínculo con Japón que se convierte en De todos modos, algo de Japón evidentemente se mete en la
una zona extraña y familiar a la vez. ¿Cómo ves esta cuestión escritura, en las imágenes, en las grullas que aparecen en las
vos? historias, a veces hasta en la puntuación.

Me encantó cuando leí ese artículo de Virginia Higa porque es Es que por más que sea mezcla, tengo una mitad japonesa. Aunque
exactamente eso lo que noto en mi caso y ella marca: es un amor no Japón reniegue, ¡tengo mi cara, tengo mis gustos, tengo mi
correspondido. Porque sí, sentimos en general un gran amor por cabeza que funcionan con algo de su ritmo! (risas). Y también
Japón, pero Japón no sé. Esto tal vez tiene que ver con que tengo lo mío argentino.
Japón es súper estructurado, muy ordenado. Un lugar donde la
jerarquía es muy importante: vos tenés jerarquías hasta para ¿Cómo lo pensás o cómo trabajás vos esto que a veces se señala
cómo sentarte, cómo servir una mesa, quién paga, quién no como lo biográfico en la literatura?
paga. Todo está regulado. Y eso a veces hace de algún modo una
sociedad un poco clasista. Por momentos no creo que se trata de una A María Martoccia una vez le preguntaron algo de eso y dijo todo
falta de compasión ni nada, es que el lugar tuyo es este y el mío es es autobiográfico. Y creo que Thomas Bernhard dijo, y también me
este otro. Eso deriva en algunas cuestiones con los nikkei, los que encantó, algo así como que si lo que me pasó no me hubiese pasado,
somos hijos o nietos de japoneses, somos eso, hijos o nietos, pero no lo habría inventado.
japoneses. Cuando yo era chiquita me decían “¿pero vos, qué sos?” y
yo decía “soy mezcla”. ¿Vas por el lado de “Madame Bovary soy yo”, esa frase que se le
atribuye a Flaubert?

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Sí, Madame Bovary soy yo (risas). Quiero decir que lo que yo Has comentado en varios lugares que fuiste a los talleres de Inés
invento también es autobiográfico. Al mismo tiempo, lo que otras Fernández Moreno y de Abelardo Castillo, y después vos misma
personas creen que es muy autobiográfico y fiel es la mitad coordinaste tus propios talleres. ¿Cómo pensás que funcionan
inventado, también. Muchas veces es una lectura, una esos espacios en tu propia escritura y para la de los demás?
interpretación de lo que creen que están recordando fielmente.
No hay una línea divisoria perfecta, es todo más o menos Creo que es obvio, como decía Abelardo, que nadie te puede enseñar
autobiográfico. Todo es interpretado y los que escribimos estamos a escribir. Pero sí te pueden acompañar. Y ese acompañamiento a
en la interpretación más que en los hechos. A partir del Nobel a veces es muy valioso. A veces es muy activo y otras veces es casi
Annie Ernaux hubo un montón de artículos sobre esto que a veces pasivo, pero igual de valioso en las dos formas. A mí me encanta
me daban mucha bronca porque decían algo así como que ella estaba hacer talleres, aprendo un montón. Además, yo no tengo formación
hablando de sí misma todo el tiempo. Cuando, en realidad, es académica en letras, vengo de otro planeta, de otro mundo que
alguien que se ofrece a sí misma para hablar de cosas que nos pasan nada que ver, vengo del comercio. No tengo la teoría previa y
a todos. ¡Es lo contrario de una egocéntrica o una egoísta! No digo muchas veces la voy armando o la voy deduciendo a partir de lo que
que se inmola, pero sí que se está ofreciendo. En todo caso hay hago.
distintos “yo” literarios. Es distinto alguien que te dice “yo, yo, yo”
y nada más. El yo no es un problema, el yo se puede hacer para Sin esa formación tradicional en Letras, ¿cómo armaste tu mapa
llevar a cabo maniobras generosas y el yo se puede usar también de lecturas?
para lo contrario. Hay yoes feos y yoes maravillosos.
Abelardo justamente era un gran ordenador de lecturas. Él tenía un
sistema, te decía “si a vos te gusta un escritor tenés que leer los

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escritores que le gustaron a él y así ibas armando una especie de acá de literatura japonesa, casi como preguntando, buscando
árbol genealógico”. Pero a pesar de eso yo siempre fui y seguí respuestas. Al principio fue más difícil pero ahora es
siendo muy desordenada. Porque voy a una librería, me quiero impresionante porque llega cada vez más material. Igual falta un
comprar tal cosa y me compro cuatro otras. Y siempre estoy montón. Pero es medio caótico lo que se traduce. Por ejemplo, con
siempre ávida de más. Además, es muy impresionante la mi papá y con un poeta hicimos traducciones de poemas de
desproporción que hay entre los libros que a uno le gustaría leer y (Ryūnosuke) Akutagawa. Akutagawa es el más grande cuentista
los que te da la vida, el tiempo de vida para leer. japonés y no estaban traducidos sus poemas. Eso es rarísimo.
Estuvimos tres años trabajando muy duro. Y salió hace un par de
¿En el caso de lo oriental o lo japonés fuiste lectora en ese años con el título Detrás del bambú.
terreno o te vino con el tiempo?
Los títulos de tus libros son muy poéticos, también las imágenes
Fue con el tiempo. ¿Por qué? Porque cuando yo era chica vivimos y escenas de tus cuentos. ¿Nunca te animaste a escribir poesía
una época sumamente racista, clasista, tradicional, dura, más allá de esas traducciones?
conservadora. Estoy hablando de los 70. Yo no podía aclarar que era
japonesa, para todos yo era china y los chinos eran como los Cuando era joven sí leía mucha poesía. Después fui más de
marcianos o los perros. Era algo rarísimo, pero ser diferente, era algo narrativa. Después más tarde fui por los ensayos. Y ahora leo poca
despreciable. Lo único que yo percibía en ese momento era eso, que poesía, pero con muchísimo respeto, nunca devorándola. Para mí
había una diferencia. Con el tiempo vi que yo tenía ideas que creía la poesía es como la cúspide de la literatura y por eso creo que no
que de alguna manera eran mías y después me di cuenta de que eran llego.
japonesas. Entonces fui agarrando todo lo que había disponible

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En todo caso preferiste no escribirla. Sobre la autora

Solo cuando era más irresponsable (risas). Desde que fui más Alejandra Kamiya nació en Buenos Aires, en 1966. Publicó los
consciente, no. Hace poco me preguntaban algo parecido y justo libros de cuentos Los árboles caídos también son el bosque
había vuelto de las vacaciones cerca del mar. La poesía es algo (Editorial Bajo la luna, 2015) y El sol mueve la sombra de las cosas
parecido al mar, ¿viste cuando sentís como una especie de quietas (2019).
respeto? Porque es hermoso y te atrae y si me preguntan lo que
me gustaría, sí, me metería así, mar adentro. Pero ahora estoy acá Por su destacado trabajo recibió, entre otros, los premios
y tengo que ver dónde es la rompiente, hasta dónde yo puedo Universidad Católica Argentina - Suterh (2007), Feria del Libro de
meterme sin ahogarme. Es una relación de respeto que te hace dar Buenos Aires (2008), Fondo Nacional de las Artes (2009), Max Aub
cuenta también de tu tamaño. (España, 2010), Horacio Quiroga (Uruguay, 2012), Fundación
Victoria Ocampo (2012) y Unicaja (España, 2014).
AL

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