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BASES EPISTEMOLÓGICAS

DE LA HISTORIA MILITAR
EN COLOMBIA

Aproximaciones teóricas para entender el pasado, tener una


perspectiva del presente y tener una prospectiva del futuro
para el desarrollo de las operaciones militares.
Editor
CT. JORGE MAURICIO CARDONA ANGARITA
Ph.D Ciencias Sociales y Humanas y M.Sc. en Historia Pontificia Universidad Javeriana

Autores
CT. JORGE MAURICIO CARDONA ANGARITA
Ph.D Ciencias Sociales y Humanas y M.Sc. en Historia Pontificia Universidad Javeriana

JUAN SEBASTIAN CRUZ GALLARDO


Historiador Pontificia Universidad Javeriana

DAVID SARMIENTO ROJAS


Historiador Pontificia Universidad Javeriana

ESTEFANIA SALAZAR MANRIQUE


Socióloga Universidad Nacional de Colombia

ANDRÉS SALAMANCA ORCASITAS


M.Sc en Historia Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia

Centro de Estudios Históricos del Ejército colombiano

Colaboraradores
FREDDY ALBERTO BAQUERO JAIMES
Director Centro de Estudios Historícos del Ejército Nacional de Colombia
MARTHA CAÑAS - MComunicaciones S.A.S.

Editorial Institución Universitaria CEDOC (IUCEDOC)

Bogotá, 2021

ISBN: 978-958-53308-0-1

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida en


manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o
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La ley 44 de 1993 y la ley 1032 del 2006 sobre los derechos de autor en Colombia, prohíbe y
castiga el plagio, que consiste en hacer una copia fragmentaria o total de un texto y no declararla o hacer
que aparezca como propio lo que pertenece a otros, siendo la mala fe, o sea el dolo inherente al acto
realizado y el daño producido, el arrebatar esa propiedad intelectual, o en últimas, “reproducir como si
fueran propios, conceptos contenidos en un artículo publicado por otro, ofreciéndolos como fruto de
una apreciación personal”.
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN...........................................................................1
PARTE I: Epistemología “la búsqueda del conocimiento verídico”...........9
Aproximación a la epistemología como concepto...........................................10
Hacia una epistemología de la ciencia.............................................................15
¿Una ciencia de lo social y de lo humano?......................................................21
Una ciencia social y humana y su convergencia con lo militar ¿Una ciencia
militar?...............................................................................................................25
Conclusiones......................................................................................................27

PARTE II: Historia Militar como disciplina.................................................30


Las corrientes historiográficas como bases para hacer historia militar...........31
Historia militar, su importancia ......................................................................34
Teoría de la guerra de Carl Von Clausewitz...................................................40
Enseñando historia militar a aquellos que la hacen, la historia militar en el
ejército nacional.................................................................................................43
Las bases epistemológicas de la historia militar como instrumento para aprender
de la guerra en tiempos de conflicto o de paz..................................................
...46
La nueva historia militar. Nuevos protagonistas, nuevas investigaciones,
nuevos retos ......................................................................................................49

PARTE III: Historia de lo militar (Análisis de las instituciones militares a la luz de


variables interdisciplinarias diferentes a las ciencias militares)..........................55
La Nueva Historia Militar vs Historia Militar tradicional.............................56
Historia de lo militar en Colombia..................................................................59
Historiografía de lo militar en Colombia........................................................64
Conclusiones......................................................................................................75
PARTE IV: historia militar organizacional (Análisis de la organización de las
instituciones militares a la luz de las ciencias militares)...................................83
Hacia un cercamiento epistemológico de la Historia Militar Organizacional
desde la interdisciplinariedad .........................................................................89
La Historia Militar Organizacional desde la historia del presente...............100
La organización del Ejército de Colombia y las guerras del futuro desde la
Historia Militar Organizacional.....................................................................104
Conclusiones ...................................................................................................113

PARTE V: historia militar contextual (Análisis del contexto en el cual se desa-


rrollaron las campañas, operaciones, batallas y combates)........................120
Clausewitz cómo base epistemológica...........................................................124
Historia Militar Contextual en Colombia.....................................................129
Conclusiones....................................................................................................133

PARTE VI: historia militar operacional (Análisis de las campañas, operaciones,


batallas y combates a la luz de los principios de la guerra)...............................137
La historicidad de la historia militar operacional.........................................142
La historia militar en el ejército colombiano durante el siglo XIX...................146
La historia militar operacional en el ejército colombiano ...........................147
Manuales institucionales de historia militar..................................................167
Casos Tácticos o Lecciones Aprendidas.......................................................168
Conclusiones....................................................................................................169

Parte VII: Epílogo


La historia militar, lecciones pasadas para entender el presente ........................178
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Introducción

L
a historia como ciencia humana tiene su enfoque epistemológico,
su enfoque teórico, su método, su metodología, sus técnicas y sus
instrumentos para desarrollar las investigaciones que dan cuenta de
un suceso histórico. Pero en su pretensión por desarrollar una historia total,
en los dos últimos siglos, la disciplina ha tenido una evolución con denotados
hitos resultado de las diferentes corrientes historiográficas. Luego de la historia
tradicional, fue la historia social quien tomó la batuta en los años sesenta y
setenta del siglo XX, mientras que en los años 80 y 90 el giro cultural inspiró
la historia cultural, para luego hacerse una renovación de la historia social
en los comienzos del siglo XXI1 y finalmente, con el giro lingüístico, una
historia discursiva influida por la postmodernidad ha entrado en el debate.
Paralelamente a estas corrientes historiográficas, la historia militar también
ha sido objeto de diferentes propuestas de renovación, como la realizada por
los británicos a través la nueva historia militar en los años setenta, mientras
que, en Colombia, la historia militar se seguía basando en la historia tradicional,
empleando la teoría de la guerra de Carl Von Clausewitz y su metodología
del análisis por medio de los principios de la guerra.

Historia etimológicamente significa estudiar, investigar, indagar, la


Historia no es simplemente la narración de “historias” o fabulas, o aprender
de memoria fechas históricas, o biografías de grandes personajes, tampoco
repetir las narraciones de libros sin indagar las fuentes o mirar más allá de las
afirmaciones propuestas. La Historia es una ciencia que nos permite entender
cómo lo que pasó ayer nos sirve para entender el hoy y proyectarnos al
mañana, la historia es prospectiva, y nos ofrece la capacidad de construir
nuestro propio destino, rebelarnos ante la fatalidad, “Sin el antecedente del
ayer no podemos siquiera imaginar lo que sigue a continuación”2 .

1 Abel Ignacio López Forero, Europa, Temas, debates y libros, (Bogotá: Xpress Estudio
Gráfico y Digital S.A, 2013), 24
2 Roberto Arancibia Clavel, Arancibia Clavel, Roberto. La importancia del estudio de la historia
militar para los oficiales del Ejército. Military Review, noviembre-diciembre 2010,18

1
La Historia militar ha sido un tema de estudio desde la Antigua
Grecia, luego los romanos comenzaron a estudiar la táctica, la estrategia y la
organización militar de sus Legiones. Sin embargo, la historia militar tuvo
un punto de decadencia en el siglo VI, siendo rescatada posteriormente en el
Renacimiento, suponiendo un resurgimiento de los clásicos militares como
Tucídides, Tito Livio o César, los cuales influyeron en los autores europeos
del momento como Maquiavelo.

No fue sino hasta después de las Guerras Napoleónicas que el suizo


Antonie-Henri Jomini estableció tres formas de historia militar: la primera
relata analíticamente los detalles más específicos de la batalla; la segunda es la
que estudia los factores militares en su relación con los políticos, económicos
y sociales y, por último, aquella que estudia la guerra buscando aspectos
particulares para obtener algunas normas para la conducción de la guerra, a
esta se le conoce como Arte de la Guerra.

El estudio de la historia militar en los ejércitos nacionales se consolidó


a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, esto se dio gracias a las directrices
que emitió el general Moltke, fue así, como el Estado Mayor General prusiano
adquirió un nivel elevado de análisis en temas históricos. La sección de historia
repercutió en casi todos los países de Europa y, en Latinoamérica, Chile fue
el primero en adoptar ese modelo en 19063 .

Para el caso colombiano, la noción de historia militar viene dándose


desde el siglo XIX, esto se puede ver, por lo menos, desde la reapertura de
la Escuela Militar en 1880, dirigida por el coronel estadounidense Henry
Lemly, cuando aparece la historia militar como parte del programa de estudio
de los futuros oficiales del Ejército. Se dictaba primero en el quinto año de
estudio para luego pasar al cuarto año, de la mano con historia general, así
como historia patria4.

3 Roberto Arancibia Clavel, Una introducción a la historia Militar (Santiago: Salesianos, 2014), 68-69.
4 Ricardo Esquivel Triana, “La Escuela Militar de 1880 a 1907: difícil transición”, en Revista Científica
General José María Córdova, Vol. 9 n.°9 junio (2011): 324-325.

2
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

En 1885 se desató una nueva guerra civil que llevó al cierre de la


Escuela Militar y con ello la producción y estudio de los trabajos de historia
militar debieron tener un receso. Debió esperarse hasta 1898, con una
reapertura de la Escuela, esta vez, bajo dirección de oficiales franceses5, para
que la historia militar tuviera cabida nuevamente, ya que se le asignó un
espacio en el programa de estudio de los militares con mando del Ejército6.

Para que la historia militar prusiana comenzara a trabajarse en Colombia


debió esperarse hasta la llegada de oficiales australes que integraban las
misiones chilenas militares entre 1907 y 1915. Los militares chilenos
contratados por el gobierno colombiano para dirigir la Escuela Militar
introdujeron una nueva instrucción, fundamentos doctrinarios y técnicos
al estilo alemán. La mayoría de ellos se habían educado en las escuelas de
formación militar de Alemania y, además, integraron regimientos del ejército
del Imperio.

La tendencia hacia lo alemán, en los militares colombianos, impartida


por los chilenos7 facilitó la penetración de la instrucción alemana dentro del
Ejército de Colombia, así, se puede ver cómo en la década de 1930 oficiales
alemanes instruyeron a los cadetes de la Escuela Militar, en diferentes áreas
teóricas y prácticas de la profesión militar. Para el caso, está el ejemplo del
oficial Hans Schueler, el cual, una vez reimplantados los juegos de guerra o
ejercicios de campaña al interior de la Escuela Militar hacía poner en práctica
en el terreno los postulados de Clausewitz8.

Ahora, teniendo claro lo anterior, en cuanto a la influencia que ejercían


los autores militares germanos y la manera en la que estos fueron introducidos

5 José Jaime Rodríguez, “El ejército del siglo XX. De Reyes a López”, en Historia de las Fuerzas
Militares de Colombia, Tomo II (Bogotá: Planeta, 1993), 311-314.
6 Ricardo Esquivel, “La Escuela Militar de 1880 a 1907”, 334.
7 David Sarmiento, La influencia alemana en el Ejército colombiano, 1929-1934”, Tesis de pregrado
en Historia, Pontificia Universidad Javeriana, 2020, 52.
8 Ibid., 82-84.

3
a la psique y en la práctica del Ejército colombiano, se puede entender cómo la
historia militar se fue configurando hasta llegar a ser los que es hoy, tomando
en cuenta la matriz operacional, las variables de misión y los principios
operacionales enunciados en la introducción.

En ese sentido, en la década de 1930, se puede ver que Clausewitz,


con su trabajo De la Guerra, constituye la base epistemológica del Ejército a
la hora de trabajar la historia militar y, en este caso, un combate. Lo anterior,
se puede ver en 1936, con un oficial retirado que fue ministro de la cartera
de Guerra durante el conflicto colombo-peruano de 1932-1933, el capitán
en retiro, Carlos Uribe Gaviria9 , el cuál publicó sus memorias y, en el tomo
II10 , mostró con una mirada histórica el desarrollo del combate de Güepí.

De igual manera, en la década de 1950, la forma de trabajar la historia


militar dentro del Ejército de Colombia se consolidó por medio de la obra de
Clausewitz, especialmente en aquellos dirigidos a los oficiales del Ejército,
cómo se verá en el desarrollo de este libro.

El primer planteamiento generado para realizar la presente


investigación fue conceptualizar la historia militar diferenciándola de la historia
como disciplina o diferenciándola de esa historia genérica enfocada a temas
militares. La historia genérica es un tipo de historia particular con
aproximaciones diversas acerca de los cuerpos militares, analizando factores
que trascienden o apartan el análisis estratégico y táctico de las batallas. la
historia genérica no comprende una exhaustiva aproximación sustentada en
la teoría de la guerra y del combate, sino más bien en el análisis político,
social y económico de estudios de caso que dan cuenta de forma inductiva
de los procesos históricos y políticos del Ejército como sujeto de estudio.

9 A los diecisiete años entró a la Escuela Militar de Santiago, luego, alcanzó el grado de capitán en el
Ejército de Chile, y al retirarse, regresó a Colombia junto a su hermano a seguir negocios personales
e introducirse en la política.
10 Carlos Uribe Gaviria, La verdad sobre la guerra. Tomo I (Bogotá: Cromos, 1935). y Carlos
Uribe Gaviria, La verdad sobre la guerra. Tomo II (Bogotá: Cromos, 1936).

4
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Justamente, escasear de una aproximación teórica desde la guerra y


el combate, es lo que diferencia a la historia genérica de las demás formas
de historia militar que se desarrollan en este libro. Vale aclarar, no obstante,
que carecer de aproximaciones cimentadas primordialmente en la teoría del
combate y de la guerra, no hace menos útiles los resultados investigativos
de la historia genérica, sino que más bien señalan la diferencia del abordaje
metodológico de este tipo de historia académica interdisciplinar y diversa
en sus aplicaciones metodológicas, de la historia militar propiamente dicha,
centrada en el análisis de las guerras, batallas, operaciones y demás enfrenta-
mientos armados, así como en la estructura de los ejércitos y sus estrategias
en la guerra. Clausewitz resalta, incluso, que los conocimientos que se de-
sarrollan en torno a la guerra, son de carácter empírico, haciendo eco de la
tradición y del paradigma positivista del siglo XIX.

La diferencia más sustancial que se enmarcan dentro de la historia


genérica y la historia militar que se trabajarán en este libro, es que la primera
no busca incorporar los conocimientos propios de la teoría militar y de la
teoría del combate dentro de sus análisis, de la misma forma en que ve como
algo clasicista, tradicional, obsoleto y políticamente cargado, el estudio del
acontecimiento en la guerra, es decir: las batallas y las confrontaciones bélica
específicas y particulares.

Con el tiempo en Colombia, el estudio de la historia militar se vino


especializando y, en consecuencia, en ella fueron surgiendo nuevas líneas de
investigación, con las cuales se ha buscado orientar y problematizar de una
mejor manera cada uno de los enfoques que de ellos se desprende. Es así,
para el caso contemporáneo colombiano, que dentro de las líneas de estudio
de la Historia Militar propuestas por el Centro de Estudios Históricos del
Ejército (CEHEJ) aparecen las líneas de historia de lo militar, la historia
operacional, la historia organizacional y la historia contextual.

A partir del estudio de las cuatro líneas propuestas por el Centro de


Estudios Históricos del Ejército, esta investigación se planteó la pregunta de

5
investigación ¿Cuáles son las bases epistemológicas de la historia militar en
Colombia? Mediante la respuesta a esta pregunta se buscó sistematizar las
bases epistemológicas actuales y problematizar los enfoques de cada una de
ellas, con el fin de generar una propuesta integral que reuniera las herramientas
para poder realizar una historia militar acorde a las necesidades de las
instituciones militares como de la disciplina. De esta forma, a través de datos
y conocimientos abstraídos del análisis de las fuentes bibliográficas utilizadas
para la formulación de la investigación, se realizó una sistematización de
aquellas fuentes útiles, de las cuales se identificaron los aspectos claves que
ayudan a la articulación del mismo, sustentados a través de las cuatro líneas
propuestas.

En primer lugar, se definió el concepto de epistemología como


categoría y a través de ella, se enmarcó la investigación. En un segundo
capítulo se conceptualizó la historia como disciplina y cómo ha sido su
historicidad en el último siglo, para luego poder abarcar las cuatro propuestas
de historia militar.

En el tercer capítulo encontramos la Historia de lo militar,


especialmente desarrollada en Colombia por profesionales de la academia
civil que no son expertos en aspectos teóricos del combate y la doctrina,
entre otras. En la Historia de lo militar, se realizan aportes que buscan
estudiar un fenómeno histórico relacionado con el ámbito militar a través de
un problema de investigación. Partiendo de conceptualizaciones formadas
desde lo interdisciplinar, a través de los estudios de caso de momentos
específicos de la historia militar colombiana.

En el cuarto capítulo se desarrolló la historia militar organizacional,


la cual busca analizar el desarrollo histórico de la institución a través de sus
procesos misionales, estructuras organizacionales, transformaciones
doctrinales y políticas. A partir de esto, se busca estudiar las etapas
organizacionales y normativas de los ejércitos que terminaron constituyéndolo
en lo que es en la actualidad, incorporando fuentes como los códigos,
resoluciones, reglamentos, manuales, memorias, disposiciones, directivas,

6
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

planes de acción y memoriales que den cuenta de los cambios en la institución


y sus unidades. la Historia Militar Organizacional encuentra, en el proceso,
las respuestas acerca de cómo los ejércitos del presente son producto de una
trayectoria que recrea tanto el particular modo de ver y hacer la guerra de las
sociedades, como de la formulación de teorías militares y del combate que
expresan cómo la organización responde a la estrategia que se plantea para
conseguir los objetivos por los cuales se hace la guerra.

En el quinto capítulo, se desarrolló la historia militar contextual,


la cual busca estudiar la incidencia que las variables exógenas presentan en
el desarrollo de la institución castrense y su influencia en el ámbito militar,
tales como la economía, la sociedad, la cultura, la geografía, la política y la
información, tanto a escala doméstica como internacional. Esto, en la práctica,
brinda al oficial superior y general una serie de elementos a tener en cuenta
al momento de elaborar y poner en marcha una operación militar. Dentro
de la doctrina de las Operaciones Terrestres Unificadas que se emplea
actualmente en Colombia, denominada también “Damasco”, el manual
fundamental del Ejército MFE 5-0 proceso de operaciones y el manual técnico
del Ejército MTE 5-0.1 Arte y Diseño Operacional contemplan las variables
exógenas necesarias a tener en cuenta para el planeamiento y ejecución de
las operaciones militares. Dentro de estos análisis, el oficial de historia de
los diferentes niveles de la guerra, presenta sus balances historiográficos con
el fin de disminuir los riesgos administrativos y tácticos en el planeamiento
de las campañas y operaciones militares.

En el sexto capítulo se desarrolla la Historia militar operacional, la


cual se comprende como aquella que estudia, analiza e interpreta el arte de la
guerra a través de las batallas, combates y demás operaciones de los bandos
en conflicto. Este estudio objetivo se sustentaría en la matriz operacional
DOMPILEM (doctrina, organización, Material, Personal, Infraestructura,
Liderazgo, Entrenamiento y Mantenimiento), a la luz de las variables de
la misión (misión, enemigo, terreno, clima, tropas y apoyo disponible) y la
aplicación de los principios de las operaciones militares (objetivo, ofensiva,

7
masa, maniobra, economía de fuerzas, unidad de mando, seguridad, sencillez,
sorpresa, perseverancia, legitimidad y restricción), con el objetivo de sustraer
lecciones aprendidas que permitan sustraer postulados teóricos para el estudio
de las ciencias militares en el presente.

Este trabajo de investigación se desarrolló mediante el método


inductivo y cualitativo, con jóvenes historiadores quienes fueron guiados
por el editor, como también se abstrajeron las experiencias de los miembros
de la academia colombiana de historia militar y los militares colombianos
egresados de la maestría de historia de la Pontificia Universidad Javeriana,
quienes además construyeron la malla curricular de la maestría en historia
militar de la Escuela Militar de Cadetes de Colombia.

Los paradigmas propuestos en esta investigación son resultado de un


riguroso estudio, pero a la vez, son resultados que pueden complementarse
o pueden ser debatidos por la comunidad académica.

8
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

PARTE 1

Epistemología, un concepto necesario


para entender las bases epistemológicas
de una disciplina
Estefanía Salazar Manrique11

11 Socióloga de la Universidad Nacional de Colombia con estudios complementarios en


socioantropología de la economía y la religión de la Universidade de São Paulo (Brasil). Con
intereses en temas como sociología de la cultura, sociología de la religión y sociología del consumo.

9
En el transcurso de la historia, han sido múltiples las culturas que
se han cuestionado sobre el conocimiento12 y, por tanto, cada una de ellas
tiene una concepción diferente del mismo. El saber, conocer, pensar y la
veracidad implicada en ello, ha estado en terreno de juego desde pensadores
y filósofos clásicos hasta la actualidad, pues no cesa la voluntad de entender
el mundo y sus complejidades a través de una serie de elementos y procesos
que dan cabida y sobre todo posibilitan dicho conocimiento indagado a
través de la epistemología, pero entonces ¿Cómo se dilucida tal concepto
tan imprescindible cuando de conocimiento se trata?

Aproximación a la epistemología como concepto

Hablar de epistemología es hablar sobre el conocimiento, su estudio,


su veracidad, su justificación y, por lo tanto, para abordar el tema de las
bases epistemológicas desde las categorías de análisis de cada una de las
disciplinas, es necesaria una aproximación conceptual, la cual para el filósofo
y epistemólogo británico Jhonatan Dancy:

“(…) es el estudio del conocimiento y de la justificación de la creencia.


Sus cuestiones centrales radican en las preguntas: «¿Qué creencias están
justificadas y cuáles no?», «Si hay algo que podemos conocer, ¿qué es?»,
«¿Cuál es la relación entre conocer y tener una creencia verdadera?»,
«¿Cuál es la relación entre ver y conocer?»13 .

En tal sentido, y si la cuestión central radica en el conocimiento mismo,


son diversos los enfoques y escuelas que en un término epistemológico
se han encargado de dilucidarlo generando múltiples debates sin llegar a un
consenso univoco. Sin embargo, el propósito acá no está en abordar esas
escuelas ahondando en cada una de ellas, sino aproximarnos a las generalidades
de la epistemología desde sus conceptos básicos, lo cual permita entender y

12 Najmanovich, Denise, Epistemologia para principiantes/ Epistemology for Beginner. (Longseller


S.A., 2008).
13 Jonathan Dancy, Introducción a la epistemología contemporánea (Tecnos, 1993), 15

10
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

abordar el conocimiento presente en el mundo y siguiendo la propuesta del


mismo autor, investigar directamente la naturaleza y justificación del
conocimiento. Sin embargo ¿Cómo llevar a cabo la justificación de este
conocimiento?, ¿Qué nos permite esta justificación?, así la justificación tiene
que permitirnos afirmar con cierta seguridad cuándo sabemos y cuándo
no sabemos. La justificación viene con las razones para creer algo, requisito
ineludible para que cualquier “creencia” pueda ser considerada
conocimiento”14.

No obstante, la justificación alberga problemáticas intrínsecas puesto a que


pueden encontrarse verdades no justificadas y falsedades que si lo pueden
estar15. Por tanto, surgen teorías de la justificación las cuales hacen el intento de
dar un porqué buscando formas objetivas de tener una mejor aproximación
de este, aunque no por ello dejan de ser problemáticas. Estas teorías
tales como el fundamentismo para el cual, partimos de creencias básicas que
epistémicamente son más fuertes que el resto de creencias; por el contrario,
el coherentismo para quien todas las creencias están al mismo nivel al igual
que las relaciones de su justificación16 . Pero, para Susan Haak17 la unión
de estas dos vertientes denominadas fundherentismo, pone en relevancia
la experiencia del sujeto justificada a través de sus creencias empíricas, no
obstante, además de lo empírico, hay otro tipo de creencias que aportan a
la justificación y que no necesariamente deben ser empíricas sin llegar a ser
erróneas.

Además de estas dos vertientes ligadas a la justificación, se encuentran otras


tales como el internismo y extremismo, para el primero, es necesario que

14 Sergi Rosell, «La epistemología contemporánea: entre filosofía y psicología», Límite: revista de
filosofía y psicología, n.o 17 (2008): 53-76.
15 Dancy, Introducción a la epistemología contemporánea.
16 Rosell, «La epistemología contemporánea».
17 Citada en Rosell.

11
el sujeto conozca los factores de justificación epistémica de una creencia,
pero sólo aquellos que estén dentro de su alcance favoreciendo su intuición.
Mientras que, para el segundo, la justificación data de procesos cognitivos y
prácticas intelectuales a fin de producir creencias verdaderas18.

Sin embargo, son múltiples los enfoques y teorías que abogan por
prevalecer la experiencia cuando del conocimiento de la verdad se trata, un
conocimiento empírico necesario para dar cuenta del mundo, de lo conocido
y lo aprehendido, en tanto la experiencia:

es la que nos da la primera impresión en el camino hacia el conocimiento


seguro. La experiencia adquiere, así, su verdadero valor: tiene que constituir
la evidencia básica para el conocimiento (…) Y la misma experiencia se ha
de adaptar también al resto de las creencias, contribuyendo a la coherencia
del conjunto19.

No obstante, y teniendo en cuenta la posición hegeliana sobre el


conocimiento, entendido como la relación del yo con el objeto conocido que,
aunque exista para nosotros nos es independiente, ya que da cuenta de su
propia existencia siendo nuestro fin último la aprehensión de este objeto20. Así,
abordar el conocimiento genera controversias en cuanto a las formas de
comprensión y aprehensión. Allí, la cuestión radica en si el conocimiento
a priori junto a la memoria, percepción e inducción son una forma de
conocimiento o una fuente para llegar a este generándose una dualidad
entre conciencia y objeto, ya que al comparar es posible que “el objeto en sí
mismo sea una cosa para la conciencia, mientras que nuestro conocimiento
de ese objeto, el objeto tal y como es para nosotros, sea otra”.21

18 Rosell.
19 Rosell, «La epistemología contemporánea»,58
20 Dancy, Introducción a la epistemología contemporánea.
21 Ibíd., 260

12
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Por tanto, y si se indagara en las fuentes de conocimiento, para


muchos la percepción (ligada a la experiencia) es la principal de ellas, pues
desde que no haya razones para dudar, se cree en esta como fuente principal
así, “(…) tenemos una meta razón: los órganos sensoriales, en condiciones
normales de percepción, son un buen mecanismo de adquisición de
creencia".22

Así, y desde la fenomenología, “la percepción no es una ciencia del


mundo, ni siquiera un acto, una toma de posición deliberada, es el trasfondo
sobre el que se destacan todos los actos y que todos los actos presuponen”.23
De esta forma, para el filósofo Maurice Merleau-Ponty es desde la percepción
que tenemos el primer contacto con el mundo, las cosas y con los otros; pues
es allí en donde se tiene una primera relación que pasa por la sensibilidad
humana, sin ideas preconcebidas antes de transformarse en un pensamiento
elaborado. Es decir, sentimos y vivenciamos el mundo de forma directa a
través de lo psicobiológico, que nos revela el mundo por primera vez no
de una forma construida. De esta forma, el autor rechaza las concepciones
empiristas para quienes la percepción es un registro pasivo de nuestras
impresiones sensoriales, y de los intelectualistas para los que la percepción
es dada a partir de la consciencia. Llega a la conclusión de que la percepción
y las sensaciones siempre están integradas y son reconstruidas a partir de la
reflexión y por lo tanto la percepción no nace a partir de juicios, pues esta
es vivida de forma directa e inmediata enraizada en el cuerpo del sujeto
no desde el punto de vista biológico sino según su lugar en el mundo y sus
perspectivas vividas, ya que el propio cuerpo es el que contiene la historia
afectiva, social y cultural que se abre a un mundo particular24.

22 Rosell, «La epistemología contemporánea», 65


23 M. Merleau-Ponty, Fenomenología de la percepción, Sección de obras de filosofía (Fondo de
Cultura Económica, 1957), 10
24 Merleau-Ponty, Fenomenología de la percepción,

13
Sin embargo, la percepción también es un aspecto a ser problematizado,
clasificándose así en tres posturas diferenciadas según sus formas: el
fenomenismo, el realismo indirecto (o teoría causal) y el realismo directo.
El primero, de matiz empirista que busca demostrar los conocimientos
oponiéndose al escepticismo25, además busca una serie de creencias básicas
llevadas a cabo a través de la experiencia privada postulando objetos
indirectos de percepción como ideas, datos sensibles o sense data. Además,
postula que los datos físicos, así no se perciban, son constantes y existentes.
El segundo, realismo indirecto considera que los objetos físicos sólo tienen
cualidades primarias, causantes de los datos que percibimos y permiten inferir
sobre la existencia de lo percibido. Sin embargo, sólo se puede conocer
la realidad que muestran los datos sensibles, el resto de esta no26 . Por el
contrario, para el realismo directo no hay más motivos para que haya más
cualidades primarias, pues las cosas mismas aparecen presentando una
apariencia. No obstante, y de acuerdo con Dancy27, no sólo percibimos
únicamente las propiedades primarias o secundarias de las cosas, sino que
percibimos una mezcla de ambas a fin de entender el mundo.

Sumada a la percepción, está la inducción que como proceso


argumentativo pretende ser más probabilística que demostrativa, en la cual se
establece por hábito que algo en el futuro puede suceder como en el pasado
debido a unos patrones de similitud. Su modelo más sólido es la inferencia
de la mejor explicación encontrando primero las hipótesis más probables
y posteriormente la que mejor explique el hecho, puesto a que ésta es más
probable de ser la verdadera.28

25 El diccionario filosófico lo define como (griego skeptikos: que examina, investiga, critica) la
concepción filosófica que pone en tela de juicio la posibilidad de conocer la realidad objetiva.
26 Rosell, «La epistemología contemporánea».
27 Dancy, Introducción a la epistemología contemporánea.
28 Rosell, «La epistemología contemporánea».

14
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Con lo anterior, se denota que la epistemología y sus cuestionamientos


sobre el conocer y sobre cómo conocer alberga varias problemáticas que han
sido abordadas desde diversas perspectivas y enfoques a través del tiempo,
en donde la experiencia y la razón o en otros términos lo cognitivo y lo
vivido son elementos preponderantes al momento de conocer la realidad y
validar este conocimiento.

Hacia una epistemología de la ciencia

La epistemología no sólo se encarga del conocimiento per se, pues


desde sus orígenes, trataba los problemas del alcance y naturaleza del
conocimiento no sólo en términos abstractos y naturales, sino también
desde el pensamiento científico, el de clasificación de las ciencias y el de una
ciencia inductiva desde las observaciones. En este sentido, la utilidad de esta
epistemología se satisface cuando concierne a la ciencia propiamente dicha al
ocuparse de los problemas filosóficos presentes en la investigación científica
o en la reflexión de sus problemas, métodos y teorías a los cuales propone
soluciones claras a tales problemas con teorías rigurosas y adecuadas a la realidad
de la investigación, a fin de que esta sea auténtica y profunda sin caer en
la superficialidad. En tanto, relacionar la epistemología con conocimientos
científicos permite conocer su alcance, los saberes ideológicos de la época, el
impacto y cambios culturales causados por un saber objetivo29. A lo anterior,
se suma que el papel filosófico dentro de las ciencias es positiva soló cuando
es rigurosa, pues permite elaborar y aclarar ideas y procedimientos, de lo
contrario si es una filosofía dogmática, repetitiva y poco propositiva resulta
ser totalmente negativa incluso obstaculizaste30 . Asimismo, y además de
proponer soluciones teóricas, también sugiere nuevos enfoques y una crítica
la erroniedad31.

29 Luis Guillermo Jaramillo Echeverri, «¿Qué es Epistemología?», Cinta de Moebio: Revista


Electrónica de Epistemología de Ciencias Sociales, n.o 18 (2003): 2.
30 M. Bunge, Epistemología: curso de actualización (Siglo Veintiuno, 2002).
31 Ibídem.,

15
En tanto, el carente filosófico en la ciencia llevaría a un cientificis-
mo notorio en su debilidad lógica, que a su vez le quita legitimidad a la
ciencia en el sentido en el que supone que esta “es desinteresada y extra
social, sin apoyarse en afirmaciones filosóficas más generales y en que la
ciencia representa la única forma legítima del saber”32. Lo cual, ignoraría
aspectos cambiantes y transitorios en el mundo por condiciones dogmáticas
(doxa), fijas e impuestas en el saber en contraposición al ejercicio epistémico
(episteme) del conocimiento.

Doxa (Opinión) Episteme (Saber)

Es un saber no fundamentado Es un saber fundamentado

Se obtiene espontáneamente Requiere de esfuerzo y reflexión

Es asimétrico Es sistemático
Se mueve en el ámbito de la verosimi-
Pretende instalarse en la verdad
litud

Es acrítico Es crítico

Tabla 1 Diferencias entre la doxa y la episteme.

Fuente: Héctor A. Palma y Rubén H. Pardo, eds., Epistemología de las ciencias sociales:
perspectivas y problemas de las representaciones científicas de lo social, 1. ed, Estudios (Buenos
Aires: Ed. Biblos, 2012).

Así, el proceso científico desde la epistemología tradicional, es


visto como el proceso de conocimiento acumulativo cuyo fin último es la
obtención de la verdad, que al contrario y según lo propuesto por Kuhn,
la acumulación de conocimiento progresivo (Paradigma) es sólo una
forma de desarrollo de la actividad científica, pues se encuentra un
conocimiento no progresivo entre un paradigma y otro, generándose rupturas

32 I.M. Wallerstein, Las incertidumbres del saber, Cladema: Filosofía (Gedisa Editorial, 2005), 20,

16
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

y discontinuidades33. Pero entonces ¿Qué es la ciencia?, de esta forma


entendemos por ciencia el significado otorgado por Mario Bunge, para el
cual es un proceso que constituye un mundo artificial, un creciente cuerpo
de ideas cuyo conocimiento es falible por ser verificable, racional, sistemático
y exacto consignado a través de la investigación científica en la reconstrucción
conceptual del mundo34 .

Lo anterior, se indaga, debate, formula y establece a fin de tener


un conocimiento sobre objetos y sujetos, un saber sobre generalidades y
particularidades, un saber cuya concepción se basa en los criterios de cada
época histórica y el sentido propio que se tenga de conocimiento, pues el
modelo empírico actual del cual prepondera la experiencia como forma de
obtener ese conocimiento, no siempre lo fue, pues este es un saber fruto de
la modernidad35.

Entonces, y si de ciencias se trata, ¿Qué convierte el estudio de


conocimientos dentro de las particularidades del mundo en ciencia?, ¿Cómo
un saber se convierte en científico? De esta manera los autores Pardo y
Palma36 muestran las características de lo que tradicionalmente se con-
cebía como científico y que incluso algunos aspectos siguen vigentes
problematizando otros según los enfoques y objetos de estudio:

a. Capacidad descriptiva, explicativa y predictiva (mediante leyes): Si


bien, la descripción es un factor crucial al momento de entender las
características percibidas y distintivas de lo conocido, esta por sí misma
no constituye el conocimiento científico. Pues, una de las característi-

32 I.M. Wallerstein, Las incertidumbres del saber, Cladema: Filosofía (Gedisa Editorial, 2005), 20,
33 Héctor A. Palma y Rubén H. Pardo, eds., Epistemología de las ciencias sociales: perspectivas
y problemas de las representaciones científicas de lo social, 1. ed, Estudios (Buenos Aires: Ed.
Biblos, 2012).
34 M. Bunge, La ciencia, su método y su filosofía, PENSAMIENTO (Penguin Random House Grupo
Editorial Argentina, 2014).
35 Palma y Pardo, Epistemología de las ciencias sociales.
36 Ibídem.,

17
cas de este tipo de conocimiento está en formular leyes que permitan
explicar y predecir algunos hechos.

b. Carácter critico (o criticidad). Además de su carácter descriptivo,


explicativo y predictivo mediante la formulación de leyes, la ciencia es un
saber crítico, caracterizado por su carácter constantemente problemático
y cuestionador en la búsqueda de respuestas y soluciones a interrogantes
múltiples que resultan en el transcurso del saber. Una crítica y cuestionamiento
que van contra el dogma y doctrinas incuestionables.

c. Aspiración a la universalidad. Aunque el mundo está lleno de


particularidades, la universalización es una de las principales pretensiones
del conocimiento científico, de lo contrario, sería un conglomerado de
datos carentes de significado.

d. Saber fundamentado (lógica y empíricamente). Es necesario que las


afirmaciones de la ciencia estén suficientemente fundamentadas o como
se dijo al inicio del capítulo, justificadas tanto en su parte lógica como
empírica. No obstante, y desde que se concibe la ciencia como disciplina
del saber, ha intentado tener una fundamentación, pero con el paso
del tiempo los modos y criterios de esta han venido cambiando en este
sentido, sus métodos como rasgo más determinante, normativo y
característico de lo científico.

e. Carácter metódico. Teniendo en cuenta que Methodos es una palabra


griega cuyo significado alude a un “camino por medio del cual aproximarse
a lo que debe conocerse”, este equivale al proceso de verificación, y
comprobación a fin de evitar el error para llegar a una verdad.

f. Sistematicidad. Consiste en el orden y la organización de elementos y


datos recolectados a fin de una unidad consistente del saber.

g. Comunicable mediante un lenguaje preciso. Además de lo anteriormente


mencionado, el trabajo científico se basa en resultados fiables y verídicos

18
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

que deben ser enunciados mediante un lenguaje preciso y entendible


utilizando los elementos necesarios a fin de clarificar lo abordado en la
investigación.

h. Pretensión de objetividad. En este aspecto, la ciencia aspira a mostrar


resultados objetivos tomando distancia de las subjetividades y de aspectos
particulares o condicionamientos históricos que puedan llegar a contaminar
y mostrar resultados erróneos.

A su vez, y además de las características de lo científico, se tienen


en cuenta algunos criterios para clasificar las ciencias tales como el
objeto de estudio (parte a estudiar de la realidad), los métodos (procedimiento
para lograr y justificar el conocimiento), la clase de enunciados (según si
son preposiciones analíticas independientes de la experiencia o fácticas
dependientes de la anterior y el tipo de verdad (Dependiendo de su
verificación empírica)37 .

En este sentido, y respecto a la clasificación de las ciencias, estas se


dividen en formales y fácticas"38, las primeras representadas principalmente
por las matemáticas y la lógica, en donde su objeto de estudio tiene una
existencia abstracta y no visible en términos espacio temporales. No obstante,
es aplicada a la realidad empírica para entender e interpretarlas, pero por
si misma no se ocupa de los hechos, pues “el significado fáctico o empírico
que se les asigna a los objetos formales no es una propiedad intrínseca de
los mismos"39. Por otro lado, las ciencias fácticas son las que informan sobre
la realidad empírica, por lo que sus objetos de estudio son materializados.
Estas ciencias están divididas entre las ciencias naturales y sociales,
diferenciándose en el objeto de estudio y en el conocimiento involucrado,
además las ciencias fácticas necesitan de la observación y/o experimento
para confirmar las hipótesis planteadas40.

37 Palma y Pardo, Epistemología de las ciencias sociales.


38 Ibídem.,
39 Bunge, La ciencia, su método y su filosofía, 16
40 Ibídem.,

19
Criterios Ciencias Formales Ciencias Fácticas

Entes ideales, signos va-


Entes empíricos (hechos,
Objeto cíos, carentes de contenido
procesos)
empírico

Tipo de enunciados Analíticos Sintéticos

Tipo de verdad Necesaria y a priori Contingente y a posteriori


Demostración lógica; funda-
Contrastación empírica
mentación de un enunciado
Método (Observación y/o experi-
a partir de su deducibilidad
mentación)
de otros
Ciencias Naturales y
Ejemplos Lógica y matemáticas
Sociales

Tabla 2 Clasificación de las ciencias.

Fuente: Palma y Pardo.

De esta manera se concluye que el objetivo y función principal de la


ciencia radica en la búsqueda del conocimiento verídico, no obstante y como
se ha observado en este apartado, la división y los enfoques de las ciencias
son diversos, y aunque la visión de la ciencia tradicional se orientó hacia el
conocimiento objetivo y universalizable a fin de generar leyes, en contraposición
y de acuerdo con Herbert Marcuse, “tales universales no pueden alcanzar
validez mediante la afirmación de que denotan una totalidad que es superior
y diferente de sus partes. Aparentemente lo son, pero esta “totalidad”, requiere
un análisis de la experiencia no mutilado41” y por tanto es necesario aclarar
que no toda la investigación científica procura el conocimiento objetivo ya que
hay aspectos propios del entorno social e incluso natural que son cambiantes
con el tiempo y modificables por múltiples factores que convergen en su
dinamismo, además, debe tenerse en cuenta la experiencia y las particularidades
de los objetos y sujetos a fin de no ser “mutilada” mediante generalizaciones.

41 Herbert Marcuse, El hombre unidimensional: Ensayo sobre la ideología de la sociedad industrial


avanzada (Barcelona: Planeta-Agostini, 1985).

20
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

En tanto “la ciencia es estática y esclava de sus propios métodos y técnicas


mientras tengan éxito: pero es libre de multiplicar y de modificar en todo
momento sus reglas, en aras de mayor racionalidad y objetividad”42.

¿Una ciencia de lo social y de lo humano?

El saber como concepto análogo del conocimiento, está determinado


por su época y por el contexto en el que se aborde, pues históricamente
este se caracterizó porque en un sentido epistemológico, todo el saber se
consideraba unificado buscando una comprensión del mundo en términos
universales y no en segmentos de disciplinas propias43. Entonces, ¿Cómo se
genera la construcción de las ciencias sociales y humanas?, esta se genera
entre dos culturas, la ciencia y la filosofía, las cuales no eran consideradas
como saberes separados. Es entre 1750 y 1850 cuando se hace evidente el
divorcio entre la ciencia (natural) y la filosofía, surgiendo una división entre
lo bueno y lo verdadero, y así “la filosofía quedó relegada a la búsqueda de
lo bueno (y lo bello) y la ciencia se atribuyó el monopolio de la búsqueda
de la verdad”44 . No obstante, en esa incesante búsqueda del conocimiento
surgen nuevas categorías, que aunque incipientes, intentaban equiparar
el conocimiento social al conocimiento natural y por lo tanto, algunos
filósofos sociales empiezan a hablar de “física social” y otros pensadores
reconocen la existencia de múltiples sistemas sociales que requerían una
explicación45.

En siglo XVIII la filosofía estaba fragmentada en un tipo de


especializaciones organizadas en dos facultades separadas; la primera de

42 Bunge, La ciencia, su método y su filosofía, 23.


43 I.M. Wallerstein, Las incertidumbres del saber, Cladema: Filosofía (Gedisa Editorial, 2005).
44 Ibíd.,.29
45 Immanuel Wallerstein, Abrir las ciencias sociales: informe de la Comisión Gulbenkian para la
reestructuración de las ciencias sociales (Siglo XXI, 1996).

21
artes, compuesta por humanidades o filosofía y la otra de ciencias en donde
posteriormente aumentó el prestigio cultural de la segunda, dejando relegada
a la primera. En este sentido, quienes se inclinaron por las humanidades
denominando sus saberes en epistemología idiográfica enfocadas en la
comprensión de lo social y sus particularidades, mientras quienes se inclinaron
a las ciencias naturales recurrieron a la epistemología nomotética buscando
leyes universales de los procesos materiales46. Allí, es donde las ciencias
sociales quedan en un limbo, ya que carecían de una postura epistemológica
propia y sus tres principales disciplinas como la economía, la ciencia política
y la sociología eligieron ser nomotéticas al tomar en sus campos de aplicación
los métodos y la cosmovisión de las ciencias newtonianas, mientras que por
el lado de las humanidades “adoptaron el interés de la ciencia por los datos
empíricos, pero ponían en duda las generalizaciones universales47. En este
sentido, se intentó integrar el modelo de las ciencias naturales que estaban
en auge del progreso y del conocimiento, al campo de lo social a fin de
generar ese mismo progreso, pero ahora integrado al conocimiento de la
sociedad.

Esa integración de lo social con lo científico hacia una búsqueda de


la verdad, que desde la ciencia moderna se reduce al método, hallándose
la verdad científica a través de la consecución de una serie de pasos que al
omitirse uno de ellos, se genera una pérdida de esa cientificidad pretendida.
En tanto, la ciencia moderna se resume a su exigencia metodológica cuyo
propósito general es explicar la realidad particular mediante leyes universales
y en tal medida se busca homologar el mundo social al físico reducido en
un conjunto de hechos o fenómenos empíricos48 . No obstante, y en cuanto
a realidad social se trata, las reflexiones teóricas sobre esta realidad no son
posibles a través de meros hallazgos empíricos49, porque precisamente es
necesaria esta reflexión por medio de la razón de la que tanto nos hablaba
Kant50, pues las cosas no sólo acontecen y se registran, sino que necesitan
una serie de análisis en cuanto a sus procesos, causas y consecuencias, lo
cual, también hace parte del quehacer científico.

46 Wallerstein, Las incertidumbres del saber.


47 Ibídem.,
48 Palma y Pardo, Epistemología de las ciencias sociales.
49 T.W. Adorno, Epistemología y ciencias sociales, Colección Fronesis cátedra (Cátedra, 2001), https://
books.google.com.co/books?id=jqmWKTYOg4kC.
50 Ver Emmanuel Kant, Critica de la razon pura (NoBooks Editorial, 1988).

22
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Por otro lado, según Wallerstein, entre 1850 y 1945 sólo seis
disciplinas de las ciencias sociales empezaron a contar aceptación por parte
del mundo académico: “la división del pasado (historia) y presente (economía,
ciencia política y sociología,) la división entre el mundo occidental moderno
(las cuatro disciplinas anteriores) y el resto del mundo (la antropología)51.
Es hasta 1945 cuando esta estructura se desintegra ya que las disciplinas
no se centraban en la dualidad oriente-occidente, sino que se encargaron
de indagar hacia el resto del mundo. Sin embargo y pese a la amplia
disciplinariedad que se estaba formando, es desde el siglo XX que se cuestiona
sobre los límites disciplinares de las ciencias sociales, y es allí en donde los
estudios culturales atacan el modo tradicional en que se realizan los estudios
humanísticos y la universalización, abogando por los fenómenos sociales en
las particularidades de cada contexto. Pues dentro de los cuestionamientos
epistemológicos de las ciencias sociales en tono a los análisis y a preguntas
tales como “¿Qué es una sociedad: un conjunto de individuos, una totalidad
opaca al análisis, ¿o un sistema de personas interactuantes? Lo social ¿se
reduce a lo biológico, y por consiguiente la sociología puede explicarse por
la biología?”52.

En tanto y recordando que a finales de ese siglo estas disciplinas tales como
sociología, ciencia política, antropología, geografía, psicología social y
posteriormente la historia, economía y lingüística empezaron a ser parte de
la comunidad científica presentes en la actualidad, pero ¿Por qué empiezan
a considerarse como disciplinas científicas? ¿Cómo se da su aceptación el
terreno de las ciencias sociales? Así su adentramiento y aceptación yace en
la formulación de modelos teóricos propios discutidos y revisados desde los
datos empíricos que incluso pueden ser resultados de experimentos pese
a la especulación dada en la investigación empírica. Así y desde el último
siglo, las ciencias sociales han tenido una revolución inspirada por múltiples
filosofías, desde la positivista, la marxista, terminando por las ideológica y

51 Wallerstein, Las incertidumbres del saber, 26


52 Bunge, Epistemología: curso de actualización, 36

23
kantiana que desde sus críticas epistemológicas y metodológicas criticaban
las formas de estudio de los sujetos equiparándose a los objetos53 y asimismo
y de modo contrario, hubo quienes estaban en desacuerdo del calificativo
“cientificidad” a las ciencias sociales al afirmar que es imposible que estas
puedan llegar a alcanzar en términos metodológicos la objetividad de las
ciencias nomotéticas o naturales “dando por sentado, así, que la “cientificidad”
de un conocimiento queda acotada a la posible y rigurosa aplicación del
método de las ciencias naturales y reduciendo verdad y racionalidad a
método54 .

De esta manera, el posicionamiento de las ciencias sociales ha pasa-


do por un desafío al ser una tarea inacabada y renovada de una auto identifi-
cación en tanto ciencia y en tanto saber social 55. Además, se resalta que natu-
ralizar una ciencia social reduciéndola a una generalización de los métodos
de las ciencias naturales, omite conceptos como “voluntad”, “propósito”,
“intensión” y en pocas palabras, dejando de lado los sentidos de los actores
sociales, por lo que se expone a partir de la discusión de algunos autores,
que el objetivo de las ciencias sociales no está solamente en explicar, pues
es un aspecto que además y principalmente busca comprender lo social en
lo valorativo, simbólico, lingüístico e histórico tomado inclusive desde las
particularidades y las subjetividades de los sujetos a fin de entender sus en-
tornos sociales, en contraste con las ciencias naturales que explican precisa-
mente lo natural sin dar cuenta de cómo la realidad social se construye y se
mantiene56.

Lo anteriormente en es sólo una muestra del largo recorrido que


han tenido las ciencias sociales para posicionarse como tal y poder llegar
a indagar y conocer aspectos múltiples propios de la sociedad en tanto a

53 Ibídem.,
54 Palma y Pardo, Epistemología de las ciencias sociales, 24, 25.
55 Ibídem.,
56 Palma y Pardo, Epistemología de las ciencias sociales.

24
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

organizaciones sociales e individuos particulares en el que la sociedad militar


y lo militar como ciencia tampoco queda de lado, pues se requiere de un
saber y de unos conocimientos propios de una disciplina científica cuyos
saberes yacen en técnicas y métodos propios y transdisciplinares para llegar
a una objetividad de fenómenos particulares y no a una universalización de
hechos generales.57

Una ciencia social y humana y su convergencia con lo militar


¿Una ciencia militar?

Entre la disputa, división y selección de saberes que daban cuenta


sobre lo que era o no científico, múltiples disciplinas se visibilizan, abogando
que el conocimiento del mundo va más allá de aspectos naturales, pues como
se vio anteriormente, lo social es crucial para entender el entorno humano,
sus relaciones, sus organizaciones, sus prácticas, los hechos ociales y las
particularidades de cada contexto. Entre tanto, todo aspecto social debe
ser relevante en cuanto a su saber, en donde lo militar ha acompañado
históricamente a múltiples hechos sociales relevantes a investigar, por lo tanto
y en esta misma dinámica de dilucidar las ciencias, su convergencia con lo
militar no puede quedar de lado. Así, Jesús Alberto Suárez Pineda, la define
como “una constelación de disciplinas apiladas (…) que se encuentran
íntimamente relacionadas con el concepto de ciencias orientadas por objetivos
o ciencias de gestión (administración militar, investigación operativa, teoría
de sistemas, teoría de la decisión, planeación estratégica, etc.), en lo que
respecta a solución de problemas de la realidad castrense”58 . Asimismo “son
ciencias aplicadas, conformadas por un conjunto de teorías operativas, que
no se refieren directamente a parcelas de la realidad bélica, sino a modelos
más o menos idealizados de la misma y a su flexibilidad para absorber
información empírica que a su vez enriquece la experiencia al suministrar pre-

57 Sergio Prince, «Los fundamentos de las ciencias militares», Revista Política y Estrategia, n.o 111
(2008): 14-28.
58 Suárez Pineda, Jesús Alberto, y "¿Qué son las Ciencias Militares?" Revista Científica General José
María Córdova 3, no. 3 (2005), 45

25
dicciones y retrodicciones”59 cuya sistematicidad se adapta a la epistemología
propia desarrollada por las ciencias sociales. En tanto, es sistémica antes que
aislada por el diálogo constante que tiene con otras ciencias a fin no sólo de
tener un conocimiento sino también un bienestar en cuanto a decisiones
estratégicas60.

Lo anterior se relaciona a lo afirmado por el Doctor en Ciencias


Militares, V.D Ryabchuk61 en la conferencia rusa titulada The first conference
of scholars and theorists of the Russian Academy of Military Science quien
considera que la solución a los problemas concernientes al ámbito militar
depende del desarrollo de sus metodologías en términos de la investigación
científica, pues estos permiten obtener información de la realidad. Así, las
formas metodológicas las divide en tres niveles:

Metodología Filosófica. Comprende las generalidades del conocimiento y


del pensamiento

Metodología de la ciencia general. Desarrolla aspectos generales en términos


metodológicos comunes a los campos de la ciencia y la tecnología.

Metodología específica. Cada campo de conocimiento requiere de unas


metodologías específicas propias para los aspectos a estudiar.

Actualmente, es imprescindible el uso y manejo de una serie de


metodologías que aborden los problemas militares, los cuales también convergen
con otros campos del conocimiento manteniendo vínculos intrínsecos con
otras ciencias que posteriormente se convierten en campos especiales del
conocimiento militar. En este sentido, estas ciencias se acoplan a los temas
castrenses tales como la guerra y cuestiones de desarrollo militar en su con-

59 Ibíd., 46
60 Ibídem.,
61 V. D. Ryabchuk, «A New Vision of Military Science», Military Thought 10, n.o 6 (1 de noviembre
de 2001): 35-40.

26
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

junto a escalas estratégicas, operativas y tácticas, sumado a “la composición,


organización y provisión de equipos para militares; comando y control de
fuerzas en tiempos de paz y guerra; entrenamiento y adoctrinamiento; y, pa-
sado de la experiencia militar, etc”62 . En tanto “las ciencias militares no solo
requieren el análisis de sus objetivos, métodos, reglas y normas, sino, por su
carácter social, se debe estudiar la relación entre sus objetivos y valores”63.

No obstante, en dicha conferencia se concluye que no hay un co-


nocimiento científico unívoco que se ajuste a todas las ciencias pues sus cri-
terios, objetivos y objetos de estudio difieren, siendo lo más importante de
cada ciencia sus particularidades con respecto a las otras64 . Sin embargo, es
posible entender las ciencias militares desde la transdisciplinariedad junto a
otros campos que permitan múltiples visiones de la guerra o la organización
militar en su complejidad, incorporando una crítica lógica y una perspectiva
pragmática que supere la fragmentación disciplinaria y se alcancen los fi-
nes propuestos no mediante leyes científicas generales, sino mediante reglas
heurísticas y por tanto un especialista en ciencias militares busca los medios
científicos, tecnológicos y sociales que le permiten alcanzar un fin”65.

Conclusión

Sin lugar a dudas, la mirada epistemológica es fundamental en cual-


quiera de las disciplinas del conocimiento, pues esta permite entender y
resolver los problemas que surgen al momento de conocer, de indagar y
de dilucidar conceptos, métodos, objetivos y múltiples aspectos a tener en
cuenta al momento de conocer y entender el mundo en sus particularidades
y generalidades. Por tanto, intenta incorporar esa consciencia histórica y
reflexiva que se tiene del mundo cambiante y dinámico en el que los objetos

62 Ryabchuk, 4. Traducción propia


63 Prince, «Los fundamentos de las ciencias militares», 17
64 Ibídem
65 Prince, «Los fundamentos de las ciencias militares», 22

27
y sujetos nos encontramos inmersos y por lo tanto “debe albergar el ser y
quehacer de mi disciplina específica rodeada de otras tantas que la pueden
complementar (transdisciplinariedad). De lo que se trata entonces, es de
tener presente cómo modifico el mundo, pero también, cómo soy modifica-
do por él en el ciclo de mi espacio vital”66 . Por lo que tanto, no se encarga
del conocer por conocer como mero ejercicio de la cognición, ni tampoco
generar concepciones dogmáticas e inamovibles el conocimiento mismo en
la universalización y generalización sino entender la multiplicidad de disci-
plinas, de conocimientos, de ciencias cuyos aspectos se pueden abordar de
múltiples maneras, enriqueciendo el conocimiento mismo a través de diver-
sas miradas en torno al mundo.

Así, y antes de indagar sobre las bases epistemológicas de las disciplinas,


es fundamental entender la epistemología como concepto y saber cómo se
ha abordado y utilizado en las ciencias, tanto físicas y naturales encargadas
de los objetos; como las ciencias del espíritu, de los sujetos, de la sociedad;
para finalmente ver cómo esta última converge con las ciencias militares y
ayudan a entender a la sociedad militar y sus múltiples contextos en cuanto a
sus aspectos institucionales de su organización como aquellos aspectos inter
institucionales de los miembros que la conforman.

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66 Luis Guillermo Jaramillo Echeverri, «¿Qué es Epistemología?»,

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Las corrientes historiográficas como bases para hacer historia

29
PARTE 2

Historia militar como disciplina


Jorge M. Cardona-Angarita Ph.D67
Andrés Salamanca Orcasitas M.Sc68

67 Capitán del Ejército Jorge Mauricio Cardona Angarita Ph.D. Oficial de caballería, Jefe de Estudios
e Investigaciones del Centro de Estudios Históricos del Ejército de Colombia y editor en Jefe de
la Revista de Investigación en Educación Militar RIEM. Doctor Cum Laude en Ciencias Sociales
y Humanas de la Pontificia Universidad Javeriana, Magister (M.Sc) en historia de la misma
universidad, Especialista en administración de los recursos militares para la Seguridad Nacional,
con Estancia doctoral en el Instituto de Sociología de la Universidad Católica de Chile, con Armor
Captain Career Course del Armor School en Fort Knox, Kentucky, USA, Profesional en Ciencias
Militares. Miembro Correspondiente de las Academia Colombiana de Historia y de la Academia
colombiana de Historia militar.
69 Andrés H. Salamanca O. es Magister en Historia y Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad
Pedagógica y Tecnología de Colombia, se ha desempeñado como investigador de los posgrados en
Historia de la Uptc, también como monitor educativo y gestor de colecciones del museo Antonio
Nariño, adscrito al Ministerio de Cultura donde tambien participó en la elaboración del PEMP del
Campo de Boyacá, ha sido conferencista, tallerista e historiador invitado en diferentes medios de
comunicación, actualmente ejerce como docente de la Maestría en Historia militar de la Escuela
Militar de Cadetes José María Córdova y como investigador adscrito a la sección de Estudios e
Investigaciones del Centro de Estudios Históricos del Ejército.

30
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

militar

La historia como ciencia humana tiene su enfoque epistemológico,


su enfoque teórico, su método, su metodología, sus técnicas y sus instru-
mentos para desarrollar las investigaciones que dan cuenta de un suceso
histórico. Pero en su pretensión por desarrollar una historia total, en los dos
últimos siglos, la disciplina ha tenido una evolución con denotados hitos
resultado de las diferentes corrientes historiográficas. Luego de la historia
tradicional, fue la historia social quien tomó la batuta en los años sesenta y
setenta del siglo XX, mientras que en los años 80 y 90 el giro cultural inspiró
la historia cultural, para luego hacerse una renovación de la historia social
en los comienzos del siglo XXI69 y finalmente, con el giro lingüístico, una
historia discursiva influida por la postmodernidad ha entrado en el debate.
Paralelamente a estas corrientes historiográficas, la historia militar también
ha sido objeto de diferentes propuestas de renovación, como la realizada
por los británicos a través la nueva historia militar en los años setenta, mien-
tras que, en Colombia, la historia militar se seguía basando en la historia
tradicional, empleando la teoría de la guerra de Carl Von Clausewitz y su
metodología del análisis por medio de los principios de la guerra.

La historia como disciplina tiene varias corrientes historiográficas,


pero todas tienen el común denominador de acercarse a la objetividad tra-
tando de interpretar las fuentes de manera hermenéutica basados en sus
modelos teóricos. Pero, el combinar historias con enfoques epistemológicos
del materialismo como la historia social y el idealismo de la historia cultural,
sugieren un problema teórico y es allí donde el historiador debe pensar en el
modo como se va a abordar el suceso histórico.
El profesor Abel Ignacio Forero, nos hace un detallado recorrido

69 Abel Ignacio López Forero, Europa, Temas, debates y libros, (Bogotá: Xpress Estudio Gráfico y
Digital S.A, 2013), 24

31
de los debates surgidos en torno al tipo de corriente historiográfica que se
debía emplear para dar cuenta de los hechos históricos. En este sentido, el
profesor Abel menciona que, en 1979 Lawrence Stone, en la revista Past and
Present contempló el renacimiento de la narrativa y el fracaso de la histo-
ria cuantitativa que buscaba producir explicación científica coherente del
cambio en el pasado, mientras que Eric Hobsbawn en desacuerdo con Sto-
ne, avizoraba un acercamiento de la historia al giro cultural, ya que autores
como George Duby, Le Roy Ladurie y Carlo Ginzburg, publicaron obras
sobre la vida de los campesinos y otros personajes del común, como Econo-
mía rural y vida campesina en el occidente medieval, Montaillou y El Queso y
los gusanos respectivamente.

En este orden de ideas, tenemos en debate la historia tradicional,


la historia social, la historia cultura y la historia discursiva. Según William
Sewell en The logics of history, La historia social, se fundamentó en las es-
tructuras económicas, las cuales constituyen el punto de partida privilegiado
a partir de la cual es posible captar la estructura y el funcionamiento de una
sociedad en su conjunto, concluyendo que en los años setenta, estas eran las
bases de cómo se escribía la historia en Francia con la Escuela de los An-
nales, Inglaterra con los historiadores marxistas y en Estados Unidos con la
Nueva Historia Social70. Era un proceso metodológico que buscaba el apoyo
en las ciencias sociales, la sociología, la economía, la demografía y la geogra-
fía. En cuanto a este concepto, Eric Hobsbawn respondía que la historia so-
cial no podía ser otra especialización como la economía y otras historias con
calificativo porque su tema no podía aislarse, es decir, la historia social era
la historia de la sociedad71. El éxito de la historia social en los años sesenta
y setenta estuvo asociada a una esperanza política por un mundo mejor, a la
idea que el conocimiento del pasado, de las luchas colectivas e individuales,
contribuían a forjar un mejor presente72.
En este debate, el profesor Abel indica que William Sewell y Goe-

70 William Sewell, The logics of history. Social Theory and Social Transformation, Citado por Abel
Ignacio López Forero, Europa, Temas, debates y libros, 15
71 Eric Hobsbawn, Sobre la Historia, (Barcelona: Editorial Crítica, 1998), 88
72 Abel Ignacio López Forero, Europa, Temas, debates y libros, 29

32
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

frey Eley coincidieron en que, luego de la revolución del 68 y con la llegada


del giro cultural, la historia social perdió su visión, ya que los autores ini-
ciaban con la historia social marxista, se desencantaban y se aproximaban
al giro cultural. El Giro Cultural fue aplicado por los historiadores en los
años ochenta del siglo XX, quienes fueron influenciados por las corrientes
del post fordimso, del psicoanálisis, del feminismo, del post estructuralis-
mo y del post modernismo, enfocándose en la raza y el colonialismo. Según
Sewell el giro cultural exalta la plasticidad de las formas sociales, lo que tiene
sentido como crítica a los determinismos sociales fordistas, pero su fuerza
crítica es menor respecto al capitalismo flexible73 . Según el profesor Abel,
son cinco las particularidades del giro cultural: 1) Una comprensión teórica
de género; 2) la notable influencia de Michel Foucault y su propuesta sobre
el poder disperso y su concepto del discurso; 3) los préstamos de la crítica
literaria; 4) los aportes de los llamados estudios culturales orientados hacia
temas como el cine, la literatura, la fotografía, los estudios étnicos, las eco-
nomías de consumo y entretenimiento; y, 5) un mayor diálogo entre historia
y antropología74 .

En este sentido, nació la historia cultural, donde los modelos estruc-


turalistas excluyeron la acción social, dando paso a la cultura y la experien-
cia. La historia cultural, ha sido vista como una antropología interpretati-
va, tal como Clifforf Geertz lo realiza en sus investigaciones sobre rituales,
convenciones, fiestas y conductas cotidianas, convirtiéndose de esta manera
en una nueva historia intelectual de los pobres, de los marginados y de los
iletrados. Los metarelatos en esta corriente historiográfica dan paso a la his-
toria desde abajo y a la microhistoria, como también se genera un interés por
la memoria y la historia oral sin dejar de creer en la realidad objetiva. El his-
toriador se estaba convirtiendo en antropólogo, etnólogo o lingüista y con
el giro lingüístico, con exponentes como Jaques Derrida y Michel Foucault,
los estudios de historia se centraron en el análisis del discurso y la teoría po-
sestructuralista, dando paso a una historia discursiva, la cual proclama que
la cultura es una construcción social, encerrada en sí misma, sin referencia
distinta al lenguaje mismo75.
De acuerdo a lo anterior, en este debate historiográfico Sewell ex-

73 Ibid., 22
74 Ibid., 27
75 Ibid., 39

33
pone que la historia consiste en reconocer que las relaciones sociales no se
pueden reducir al lenguaje, pero a la vez, se debe aceptar que tienen un con-
tenido significativo, que se les aprehende gracias a un modelo lingüístico.
Significa también que las conductas humanas se constituyen gracias a prácti-
cas semióticas y que estas últimas se interconectan, se ubican espacialmente,
que perduran y a la vez cambian gracias a corrientes cambiantes de prácticas
semióticas.

Historia militar, su importancia

En 1588, recién llegado a Flandes como soldado raso, Carlos


Coloma emprendió su historia sobre Las guerras de los Estados Bajos, en
cuya introducción dejó anotado:

“Comenzaré este trabajo desde el principio de este año que fue en el


que llegué a los Estados de Flandes, porque no me conformo con los
que escriben historia de lo que no vieron [...] Y espero escribir con fiel
verdad estos sucesos por el cuidado que puse en encargar a la memo-
ria menuda precisamente las cosas de que fui testigo y por la seguridad
con que en las de Frisia, donde no me hallé, puedo valerme de las re-
laciones que de ellas dejó el Coronel Francisco Verdugo, Gobernador
de aquella provincia”.76

“Con estas palabras preliminares, aquel soldado veterano, convertido


en historiador y ascendido más tarde a maestre de campo general y
gobernador del ejército de Milán, desvelaba sus objetivos historiográ-
ficos, preocupaciones metodológicas e, incluso, la bibliografía. Mien-
tras que sus propósitos se centraban en narrar los sucesos de Flandes,
su metodología proseguía la línea trazada desde antiguo por los grie-
gos, para quienes la historia —que debe su nombre al término histor o

76 Coloma, C. (1627). Las guerras de los Estados Bajos desde el año de 1588 hasta el de 1599. Barcelona:
Manescal, prólogo

34
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

istoreo, testigo— debía ser escrita por aquellos «espectadores» de los


acontecimientos. Vigente todavía en los siglos xvi y xvii, este requisito
era imprescindible para proporcionar veracidad a los textos. Por ello,
cronistas e historiadores seguían recurriendo a la principal «fuente»
empleada en aquellas centurias, el ser «testigo de vista». Pero cuando
el testimonio ocular del cronista no había sido posible, acudía también
a la información trasmitida por aquellos que sí lo habían sido”77.

La guerra ha estado presente en cada momento de la historia huma-


na, sin importar sus latitudes la gran mayoría de países se ha visto envuelto
en algún tipo de confrontación bélica. Las razones parecen ser infinitas, des-
de recursos, territorio hasta la búsqueda de poder y riquezas. la manera de
combatir también ha cambiado, desde que nos enfrentamos los unos contra
los otros con palos y piedras hasta con las armas modernas que tenemos hoy
en día y las que nos esperan en un futuro, gracias a los avances científicos.
Imperios han caído, otros han surgido gracias al poderío militar o a la falta
de este. La guerra es el evento histórico por antonomasia.

La Historia Militar no solamente es el ejercicio de recordar las con-


frontaciones pasadas sino de analizarlas, entender las causas de los con-
flictos, cómo se llevaron a cabo los enfrentamientos, por qué se ganaron
o perdieron las batallas y las consecuencias de los conflictos cuando estos
terminan. Para el historiador militar Michael Howard la historia militar pue-
de ser definida simplemente como: “la historia de las fuerzas armadas y la
conducción de la guerra”. Pero la Historia Militar moderna va más allá, in-
vestiga a los soldados, sus motivaciones, sus miedos, sus experiencias en los
campos de batalla, también indaga sobre las armas y los equipos utilizados y
si estas tuvieron un impacto significativo o no en las batallas.
La historia militar es un campo de estudio que ha aumentado su

77 Cristina Borreguero Beltrán, La Historia Militar en el contexto de las nuevas corrientes historiográficas.
Una aproximación, manuscrits. Revista D’Historia Moderna, tomo 34, 2016, 146

35
relevancia entre los mismos profesionales militares, quienes admitieron su
utilidad contemporánea. En segundo lugar, este tipo de historia atrajo a gru-
pos de civiles interesados en la materia, por último y lo más significativo,
el estudio sobre la guerra y las instituciones militares empezó reconocido
como un medio importante para comprender mejor el desarrollo histórico,
así muchos historiadores comprendieron la importancia de la guerra para
entender por ejemplo el desarrollo del estado moderno y de las relaciones
internacionales, que la mayoría de las fronteras actuales han sido definidas
por algún conflicto, etc.

Pero este estudio debe hacerse con rigor científico no se debe li-
mitar a la simple narración de una campaña militar sino realizar un análisis
profundo de las causas de los conflictos, la única manera de evitar la guerra
es entender por qué ocurre, cuáles son sus detonantes. Sun Tzu en su “Arte
de la Guerra” señala que “la guerra no es una aberración transitoria sino un
acto consciente y recurrente y por tanto susceptible de análisis racional”78 .

El General de División Roberto Arancibia Clavel del Ejército de Chile expo-


ne acertadamente acerca de la importancia de la historia militar:

“Una rigurosa lectura de la historia y una profunda reflexión de lo


leído empiezan a generar una conciencia histórica. El oficial comienza
a desarrollar el hábito de investigar temas amplios y se acostumbra a
seguir sus huellas a través de largos periodos. De esta manera evita las
generalizaciones tan típicas y convenientes o las teorías de una sola
causa. De esta manera aprende a sopesar la evidencia e inferir conclu-
siones lógicas. Asimismo, en un verdadero esfuerzo por comprender
los procesos vuelve con la memoria al pasado y luego proyecta su pro-
pia visión hacia delante, considerando las circunstancias que dirigie-
ron las acciones de sus predecesores, lo que a menudo se transforma

78 Sun Tzu, El Arte de la Guerra, (Librero b.v. España, 2018), 61

36
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

en un ejercicio de humildad. ¿Cuántos de nosotros, muchas veces,


hemos creído que hemos inventado la pólvora, es decir, que tuvimos
una idea genial que cambiará para siempre las cosas para mejor? Los
más viejos, los que más han vivido, los que más han leído la historia,
por el contrario, se dan cuenta de que mucho de lo que imaginaron ya
se había hecho y muchas veces. se darán cuenta de que las brillantes
ideas que aplicamos hoy día no son ocurrencias nuevas. El sentido de
la humildad en la profesión militar es básico para avanzar, evita los
mesianismos y hace entender mejor la realidad”.79

El estudio de la guerra a través de la historia militar para los mili-


tares es una herramienta vital para aprender de los errores y no volverlos a
cometer, apropiarse de las experiencias exitosas y que estas lecciones apren-
didas se conviertan en experiencias victoriosas, ayuda a entender las decisio-
nes pasadas de los políticos y líderes militares, ayuda a crear un cuadro del
coraje los sacrificios y las dificultades que han enfrentados los hombres de
armas a lo largo de la historia y en el presente. La historia militar también
ayuda a crear el espíritu patriótico de los pueblos, recordando las gestas de
los que estuvieron antes de nosotros, para los civiles la historia militar pue-
de ayudar a los políticos a tomar mejores decisiones en caso de conflicto o
para el ciudadano entender por qué se tiene que emprender una operación
militar. Desde las ágoras griegas, hasta los pasillos del Pentágono, pasando
por las salas del Ministerio de Defensa hasta los escenarios más remotos de
la geografía nacional, la historia militar es una amanera de entender ope-
raciones militares pasadas y cómo estas pueden influir en las operaciones
militares presentes y futuras.

Marzo, para los romanos era el primer mes del año, del latín mãrs o martis,
era el mes dedicado al dios Marte, el dios de la guerra, hijo de Júpiter y Juno,
que era representado como un hoplita griego con yelmo, lanza y escudo.

79 Roberto Arancibia Clavel, revista Memorial del Ejército de Chile, Número 484, agosto de 2010.

37
Pero a pesar de su naturaleza belicosa Marte también es un dios ctónico80,
divinidades que estaban ligadas simultáneamente a las nociones de vida y
muerte. Marte también es el dios de la agricultura, en la medida en que los
vegetales, fuente y símbolo de la vida, hunden sus raíces y extraen su alimen-
to de las profundidades de la tierra. Así como es un dios de la guerra, Marte
también lo es de la vida.

Para los griegos y romanos, la guerra era una de las grandes ocu-
paciones y prioridades, sus civilizaciones levantaron grandes templos con-
sagrados a las deidades regentes de esta ominosa actividad humana, estas
civilizaciones dedicaron ingentes recursos a esta actividad, por esta razón
fueron potencias en sus periodos históricos y sus respectivos espacios geo-
gráficos. La mayoría de las grandes civilizaciones se han construido gracias
a sus poderosos ejércitos que han sometido tribus o imperios rivales y han
subyugado a sus habitantes y apoderado de sus recursos. Grecia no sería la
cuna de la civilización sin sus falanges, Roma no sería el imperio que todos
recordamos sin sus legiones, Gengis Kan sin hordas de jinetes no hubieran
conquistado un imperio terrestre más grande que el romano, sin el Grande
Armée, Napoleón no hubiera conquistado casi media Europa, sin el ejército
patriota no hubiéramos alcanzado nuestra emancipación.

La guerra siempre ha sido una constante en la historia humana, se


estima que de 35 siglos de la historia de occidente solo 270 años disconti-
nuos han estado libres de guerras81. En el caso colombiano la independencia
fue lograda por las armas y después el país se ahogó en cruentas guerras ci-
viles, “además de no menos de 70 revueltas, alzamientos, golpes, pronuncia-
mientos y confrontaciones de alcance parcial. La mitad de los años del siglo

80 Este adjetivo, formado sobre el sustantivo griego klilhón («la tierra»), se aplica a las divinidades que
tenían por morada habitual las profundidades de la tierra (incluso aunque tuviesen relación con
el mundo superior), especialmente Hades, Hécate y Perséfone. El animal ctónico por excelencia
era la serpiente, y como tal figuraba en el caduceo de Asclepio, dios de la medicina. René Martin,
Diccionario Espasa Mitología Griega y Romana, (Editorial Espasa, Madrid, 2005), 114
81 Rafael Pardo Rueda, La historia de las guerras, (Bogotá, Editorial Debate, 2015), 29

38
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

XIX se vivió algún tipo de guerra”82. El siglo XIX fue una época marcada
por confrontaciones. Colombia estuvo en guerra sesenta de los cien años del
siglo XX, incluyendo el conflicto con el Perú en 1932, la participación del
Batallón Colombia en la Guerra de Corea en 1950 – 51, para luego conti-
nuar con el conflicto armado colombiano contra los grupos guerrilleros. La
historia mundial y la nuestra ha estado marcada por conflictos, donde solo
han variado su intensidad, duración, motivos y desenlace. Así, la guerra es
un campo de estudio casi ilimitado, debido a que esta actividad humana,
alcanza todos aspectos de la vida humana, aquí es donde la Historia Militar
entra en escena, una corriente que entiende la guerra no solo como un even-
to aislado sino como una actividad humana compleja que debe estudiarse
para comprenderla en todas sus dimensiones, comprender la guerra más allá
de una visión maniquea, de tonos blancos y negros, de “buenos” y “malos”,
que cada bando enfrentado tiene sus propias motivaciones, que los conflic-
tos se deben analizar con una visión holística, desde la estrategia, hasta el
impacto en la sociedad, del desarrollo de armas y la táctica empleada en los
campos de batalla, la política y las consecuencias económicas de la guerra,
entre muchas otras.

George Orwell en su novela clásica, “1984” mencionaría: “El que controla


el pasado,83 controla también el futuro. El que controla el presente, controla
el pasado”. Por esta razón escribir una buena Historia Militar critica, sin
sesgos, con fuentes sólidas es imperativo. Tan importante es la historia mi-
litar que el mismo Napoleón nombraba cronistas e historiadores oficiales,
incluso “se encargaba de fijar cómo habían de ser los cuadros que repro-
ducían sus batallas”84, esto con la intención de crear una imagen positiva
de sus campañas militares, o en el caso contario, lo que ocurre en tiempos
recientes, cuando la historia se utiliza para manchar el buen nombre de cier-
tas instituciones, con investigaciones e informes sesgados y manipulados con
finalidades políticas.
La Historia Militar a pesar de ser un área de estudio relativamente

82 Ibíd., 55
83 George Orwell, 1984 (Madrid, Penguin Random House Grupo Editorial, 2013), 54
84 Josep Fontana, “¿Para qué sirve la historia en un tiempo de crisis?” (Bogotá, Ediciones Pensamiento
Crítico, 2006), 109

39
nueva, es un campo con un gran potencial, gracias a la inclusión de nuevos
protagonistas, nuevas fuentes de investigación, nuevos métodos y contribu-
ciones interdisciplinares permiten entender los fenómenos de orden militar
han dado forma al mundo que conocemos.

Teoría de la guerra de Carl Von Clausewitz

Carl von Clausewitz es referencia obligada en ambientes castrenses


o cualquiera que desee profundizar en las ciencias militares. Clausewitz fue
uno de los primeros teóricos militares en entender la guerra como una ac-
tividad holística que abarca todos los aspectos de la actividad humana. Su
obra, es lectura obligatoria en casi todas las academias militares del mundo,
que a pesar de haber sido escrita hace dos siglos, su importancia e influencia
son imperecederas. Pero para entender su relevancia debemos comprender
el momento histórico cuando se escribió y cuáles fueron sus motivaciones
para redactar su tratado.

Clausewitz creció en una Europa agitada por aires de revolución y


vientos de cambio, fue un lector incansable, devoraba literatura de los temas
más diversos, además fue un escritor prolífico, prueba de ello se ve reflejado
en su magnum opus: Von Kriege o De la Guerra, pero no fue solamente un
militar de escritorio, se enlistó a los 12 años, donde participó en el asedio de
Maguncia, donde sus acciones le valieron el ascenso a oficial85.

Sus inclinaciones militares e intelectuales lo hicieron un candidato


ideal para formar parte de la Escuela Militar de Berlín, donde conoció a su
mentor, el general Gerhard von Scharnhorst uno de los más grandes teóri-
cos militares prusianos. Su modelo a seguir fue Federico II el grande, quien
es considerado uno de los más grandes genios tácticos de la historia, pero
también estudió a otros teóricos militares como Montecuccoli, Mauricio de

85 Isabel Ortiz, De la guerra (España, Tikal ediciones, 2015), 8

40
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Sajonia y Puysegur entre otros86 .

La situación en Europa iba a cambiar después de los sucesos de


la revolución francesa, Napoleón y su Grande Armée, derrota de manera
aplastante a las fuerzas conjuntas de Austria y Rusia en la batalla de Auster-
litz, el 2 de diciembre de 1805, batalla que es considerada una de las mejor
ejecutadas de toda la historia militar de todos los tiempos. En 1806 el rey
de Prusia Federico Guillermo III, se enteró de las intenciones francesas de
cesión territorial a los ingleses por acuerdo de paz y en este sentido envió un
ultimátum a Napoleón y se preparó para combatirlo. Clausewitz fue ascen-
dido a aide de camp o ayudante de campo del príncipe Augusto de Prusia87.

En aquella época el ejército prusiano era considerado uno de los


mejores de Europa, con una fiera reputación que se remontaba a los tiempos
de Federico el grande, Napoleón inclusive admiraba al “rey filosofo” como
era conocido, pero el ejército prusiano se había dormido en sus laureles, su
ejército estaba dirigido por viejos generales que aun combatían con las tác-
ticas anquilosadas de la guerra de los Siete Años (1756 – 1763), sus tácticas
eran lentas y predecibles. Aunque sus soldados lucharían con determinación
y orgullo y su caballería era considerada la mejor de Europa no eran rivales
para el Grande Armée francés más flexible en el campo de batalla y que em-
pleaba unas tácticas más innovadoras. El 14 de octubre de 1806 ambos ejér-
citos se enfrentan en las batallas simultaneas de Jena – Auerstädt separadas
por poco más de 30 kilómetros y nunca se combinaron en una sola batalla.
La estrategia superior de Napoleón y la táctica de Davout sellaron la victo-
ria francesa sobre el alguna vez invencible ejército prusiano88 . La derrota
significó también la invasión de Berlín y sumió en caos a todo el estamento
militar prusiano, Clausewitz comprendió que era urgente introducir refor-
mas militares.
Napoleón alcanzó un éxito sin precedentes gracias al sistema de

86 Ibíd., 10
87 Donald stoker, Clausewitz, his life and work (Nueva York, Oxford University Press, 2014)
88 David Chandler, Jena 1806, Napoleon destroys Prussia (Osprey Publishing, 1993)

41
Corps de Armée que él mismo inventó, dividiendo su ejército en 7 pequeños
ejércitos independientes, conformados por fuerzas de infantería, caballería
y artillería, lo que permitía que los ejércitos se movieran por separado para
luego luchar juntos, así, los corps de armée podían resistir solos el embate
enemigo hasta ser reforzados por otro cuerpo francés. Los ejércitos prusia-
nos no pudieron seguir los pasos del rápido ejército francés que los obligó a
combatir, gracias a un mejor plan de batalla.

La derrota de Jena – Auerstädt, hizo evidente el nuevo giro que


debían tomar los ejércitos si querían subsistir, la facilidad con que las tropas
francesas habían dominado las prusianas, hicieron reflexionar a Clausewitz
que se dio cuenta que la guerra no se limita al campo de batalla. Su visión
fue mucho más amplia, para Clausewitz, la guerra es un fenómeno social
importante que afecta no solo a los soldados sino a todos los estamentos del
Estado. Para Clausewitz la guerra: “es un acto de fuerza que se lleva a cabo
para obligar al adversario a acatar nuestra voluntad”89 y tiene similitudes
con el comercio “la guerra es un conflicto de intereses que tiene una solu-
ción sangrienta”90 . Las fuerzas militares contrarias tienen que ser destruidas
o colocarlas en una situación tal que no puedan continuar la lucha. Además,
aclara que la guerra tiene su origen en un objetivo político, de aquí se des-
prende su famoso axioma: “la guerra es una mera continuación de la política
por otros medios”91 , lo que se puede interpretar como que la guerra no es
simplemente un acto político sino verdadero instrumento político.

En el aspecto militar las armas de fuego con sus limitaciones en


cuanto alcance y precisión, hacían que los comandantes formaran a sus hom-
bres en filas sucesivas frente al enemigo a pesar del peligro del letal fuego
de artillería, se consideraba impropio incluso cobarde, situar a los hombres

89 Karl Von Clausewitz. De la Guerra. (Caracas: Editorial Hormiguero, S.F), 29


90 Isabel Ortiz, De la Guerra, 27
91 Clausewitz, De la Guerra, 47

42
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

fuera de peligro. La caballería ya no era el arma principal en los campos de


batalla, pero si servía como factor decisivo para aprovechar las debilidades
en los flancos, realizar una carga decisoria o perseguir al enemigo que huía,
pero las armas de fuego y las formaciones de cuadro podían repeler una car-
ga de este tipo. La artillería causaba bajas desastrosas en las líneas contrarias
y bien empleadas, como lo hacía Napoleón, podían ser determinantes en una
batalla. Las tácticas militares de esos siglos se vieron influenciadas por estos
adelantos en armamento, algo muchos de los contemporáneos del teórico
prusiano aferrados a tradiciones de siglos pasados no se pudieron adaptar.

Clausewitz en De la Guerra propone una visión holística de la gue-


rra, un acontecimiento social, que se ve influenciada por un sinnúmero de
aspectos desde las “magnitudes espirituales”92 , el estado del tiempo, el
sustento de las tropas, hasta los fines y medios de la estrategia, es por eso que
su escrito sigue vigente y sigue siendo un referente en teoría militar que aún
no ha sido superado, pero con el éxito también se vienen las interpretaciones
erróneas de sus postulados, lo que ha llevado a derramamientos innecesarios
de sangre durante las guerras de inicios del siglo XX.

Enseñando historia militar a aquellos que la hacen, la historia


militar en el ejército nacional

Nicolás Maquiavelo en su mágnum opus: “El Príncipe”, en el Capítulo XIV De


las obligaciones del príncipe en lo concerniente al arte de la guerra, menciona:

92 Ibíd., 117

43
“El príncipe no ha de tener otro objeto, ni abrigar otro propósito, ni
cultivar otro arte, que el que enseña, el orden y la disciplina de los ejér-
citos, porque es el único que se espera ver ejercido por el que manda
[…] El príncipe que carece de esta ciencia práctica, no posee el prime-
ro de los talentos necesarios a un capitán, porque ella enseña a hallar
al enemigo, a tomar alojamiento, a conducir los ejércitos, a dirigir las
batallas, a talar con acierto un territorio […] El príncipe, para ejercitar
su espíritu, debe leer las historias, y, al contemplar las acciones de los
varones insignes, debe notar particularmente cómo se condujeron en
las guerras, examinando las causas de sus victorias, a fin de conseguir-
las él mismo, y las de las derrotas, a fin de no experimentarlas. Debe,
sobre todo, como lo hicieron ellos, escoger entre los antiguos héroes,
cuya gloria se celebró más, un modelo cuyas proezas estén siempre
presentes en su ánimo”93.

Con este apartado Maquiavelo resalta la importancia del estudio de


la guerra desde el recluta hasta el príncipe ya que, desde tiempos de Heró-
doto se ha discutido sobre cómo se debe encarar y enseñar la Historia Mili-
tar. Pero es hasta las primeras décadas del siglo XX, cuando el alemán Hans
Delbrück, uno de los primeros historiadores militares modernos, basó su
método de investigación en el examen crítico de las fuentes y recurrió al em-
pleo de disciplinas auxiliares, como la demografía y la economía. Delbrück
trató de situar a la historia militar dentro del marco de la historia general,
considerando a la guerra como una manifestación cultural sujeta a la evolu-
ción e influenciada por la economía y el sistema político nacional.

También, el francés Gaston Bouthoul a principios de la década de


1930 comenzó a considerar a la guerra como un fenómeno social, analizán-
dola en sus diversas formas, técnicas, causas, efectos y funciones Hacia 1946
acuñó el término polemología para referirse a esta nueva concepción, y fun-
dó el Institut Français de Pollémologie, dedicado a realizar investigaciones

93 Nicolás Maquiavelo, El Príncipe (Madrid, Espasa – Calpe, 1973), 73

44
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

científicas sobre la guerra y la paz. “Si quieres la paz conoce la guerra”, fue
la divisa del Instituto parafraseando una antigua locución latina94 .

La Historia Militar propuesta por el Centro de Estudios Históricos


del Ejército (CEHEJ), tienen como utilidad la formación de militares pro-
fesionales a través de la enseñanza de una historia crítica que sirva como
referencia o como instrumento pedagógico para aprender de la guerra en
tiempos de paz95 . Aun cuando el militar no se encuentre inmerso en esce-
narios de combate, entender cómo los comandantes del pasado tomaron las
decisiones en los campos de batalla, para así, imitar sus aciertos y no repetir
sus errores. La Historia Militar sirve a los miembros de la institución como
un laboratorio para adquirir experiencia aun cuando no se encuentre en el
área de operaciones. Es claro que los mandos militares deben prepararse
constantemente para ganar una guerra con “nuevas condiciones y sin el be-
neficio de la práctica, por lo que la historia militar también ayuda a los oficia-
les a mejorar sus capacidades profesionales a través de los nuevos enfoques
captados del estudio de problemas del ayer que iluminan las dificultades
contemporáneas, junto a poseer nuevas percepciones obtenidas en el análisis
de los éxitos y de los fracasos militares”96.

Para el caso colombiano, la noción de historia militar viene dándose desde


el siglo XIX, esto se puede ver desde la reapertura de la Escuela Militar en
1880, dirigida por el coronel estadounidense Henry Lemly, donde la Historia
Militar aparece como parte del programa de estudio de los futuros oficiales
del Ejército. Se dictaba primero en el quinto año de estudio para luego pasar
al cuarto año, de la mano con historia general, así como historia patria97 . A

94 Ana Maria Musicó Aschiero, Una Visión Contemporánea de la Historiografía Militar, https://www.
colegiomilitar.mil.ar/rediu/pdf/ReDiU_1337_art3%20- 20Una%20vision%20contemporanea%20
del%20estudio%20de%20la%20historiografia%20militar.pdf
95 Antonio Espino López. La historia militar. Entre la renovación y la tradición (Manuscrits, n° 11,
enero 1993): 215-216.
96 Roberto Arancibia Clavel, La importancia del estudio de la historia militar para los oficiales del
Ejército. (Military Review, noviembre-diciembre 2010), 23

45
principios del siglo XX la enseñanza de la historia militar se limitaba a la
elaboración de biografías de próceres de la Independencia, de comandantes
de las recientes guerras civiles o las descripciones de sus acciones en los en-
frentamientos. Una enseñanza de la historia limitada a meras descripciones
de batallas, pero que carecía de análisis y que necesitaba de alguna metodo-
logía científica en su estudio. Se puede apreciar un conocimiento extenso de
la historia militar del país, pero solo a partir de describir acciones heroicas
de diferentes personajes reconocidos, sin una propuesta o fin práctico. Pero
gracias al trabajo que por más de 100 años han desarrollado los diferentes
Departamentos y Direcciones de Historia Militar del Ejército Nacional, así
como de militares activos y en uso de buen retiro interesados en estos te-
mas, han logrado que los integrantes del Ejército Nacional estén capacitados
para abordar la Historia Militar con la introducción de un nuevo modelo de
enseñanza para proporcionar una aplicabilidad en las misiones presentes y
convertirlas en una proyección del futuro en el desarrollo de las operaciones
militares.

La epistemología de la historia militar como instrumento para


aprender de la guerra en tiempos de conflicto o de paz

La Historia Militar es una disciplina que ha ido en ascenso en los


últimos años, desde la década de los 70, la Historia militar ha logrado re-
unir los aportes interdisciplinares que la han fortalecido en el campo de la
Historia. De esta forma, se busca consolidar una propuesta epistemológica
que logre constituirse como una herramienta útil para el Ejército Nacional
y para los investigadores en historia militar, con el fin de estudiar de forma
idónea tanto las operaciones militares y sus lecciones aprendidas, como el
componente social de la fuerza, con el fin de formar mejores líderes dentro
de la institución, capacitados no solo en aspectos operacionales sino tam-
bién humanísticos.
Este estudio debe hacerse con rigor científico no se debe limitar a

97 Ricardo Esquivel Triana, La Escuela Militar de 1880 a 1907: difícil transición, en Revista Científica
General José María Córdova, Vol. 9 n.°9 junio (2011), 324-325.

46
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

la simple narración de una campaña militar, sino se debe realizar un análisis


profundo de las causas de los conflictos, la única manera de evitar la guerra
es entender por qué ocurre y cuáles son sus detonantes. Sun Tzu en su “Arte
de la Guerra” señala que “la guerra no es una aberración transitoria sino un
acto consciente y recurrente y por tanto susceptible de análisis racional” 98.

El Centro de Estudios Históricos del Ejército de Colombia propone


como modelo o paradigma de estudio cuatro grandes áreas en la historia mi-
litar, como los son la Historia de lo militar, la Historia Militar operacional, la
Historia militar organizacional o estructural y la Historia militar contextual,
con lo cual se busca sistematizar las bases epistemológicas actuales y proble-
matizar los enfoques de cada una de ellas.

En este orden de ideas, la Historia de lo Militar es aquella que estu-


dia un fenómeno histórico a través de un problema de investigación cimen-
tado en estudios de caso, partiendo de la interdisciplinariedad para alcanzar
conceptualizaciones y teorizaciones que permitan dar cuenta de un fenóme-
no histórico dentro de lo que podría considerarse el ámbito militar.

La Historia Militar Operacional, analiza e interpreta el arte de la


guerra a través de las batallas, combates y demás operaciones de los bandos
en conflicto sustentada en la matriz operacional DOMPILEM (doctrina, or-
ganización, Material, Personal, Infraestructura, Liderazgo, Entrenamiento
y Mantenimiento), a la luz de las variables de la misión (misión, enemigo,
terreno, clima, tropas y apoyo disponible) y la aplicación de los principios
de las operaciones militares (objetivo, ofensiva, masa, maniobra, economía
de fuerzas, unidad de mando, seguridad, sencillez, sorpresa, perseverancia,
legitimidad y restricción), con el objetivo de obtener lecciones aprendidas
que permitan elaborar postulados teóricos para el estudio de las ciencias mi-
litares en el presente de cara al futuro. Lo anterior es el resultado del trabajo
que por más de 100 años han desarrollado los diferentes Departamentos y

98 Sun Tzu, El Arte de la Guerra, (España, Librero b.v. 2018), 6

47
Direcciones de Historia Militar del Ejército Nacional, así como de militares
en retiro interesados en estos temas. Así, el estudio de la Historia Militar
Operacional en Colombia proviene de la institución militar misma.

La Historia Militar Organizacional analiza los ejércitos como uni-


dades estrictamente de combate, la estructura doctrinal y teórica que di-
rige, coordina, entrena y plantea el arte de la guerra o el modo de hacerla.
Teniendo esto en cuenta, la organización de los ejércitos es una parte fun-
damental a la hora de interpretar el pasado, aplicar en el presente y hacer
una prospectiva del futuro de los planes, estrategias y tácticas de la guerra.
Además, el proceso, en el cual se encuentran las respuestas a la hora de exa-
minar, recrear y proyectar la forma en la que una organización o estructura
de un ejército se fue modificando en el devenir, respondiendo a las necesi-
dades contextuales de su entorno y a la planeación y aplicación de teorías
del combate que transformaron su funcionamiento de acuerdo a todos los
avances y experiencias adquiridas en el arte de la guerra. La Historia Militar
Organizacional también nos permite anaálizar cómo dichas estructuras y la
organización de las tropas inciden en eventos críticos como batallas, gue-
rras, o campañas, aplicando tácticas, estrategias y teorías que dan cuenta del
corpus doctrinal de la fuerza, elaborado de acuerdo a las experiencias que
trajo consigo el proceso y de la estrategia general que persigue el Estado por
medio de la guerra. Gracias a estos criterios, se puede observar la institución
castrense a través de sus procesos misionales, estructuras organizacionales y
transformaciones doctrinales, en las cuales se estudian las etapas organiza-
cionales y normativas por las cuales pasaron los ejércitos para configurarse
en lo que son en la actualidad.

La Historia Militar Contextual busca estudiar la incidencia que las


variables exógenas presentan en el desarrollo de la institución castrense y
su influencia en el ámbito militar, tales como la economía, la sociedad, la
cultura, la geografía, la política y la información, tanto a escala doméstica
como internacional. Esto, le brinda al oficial superior y general una serie de
elementos a tener en cuenta al momento de elaborar y poner en marcha una

48
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

operación militar.

El estudio de estas líneas se remonta a las guerras napoleónicas,


cuando el general Carl von Clausewitz a partir del análisis de los aspectos
particulares de las batallas estableció un Arte de la Guerra con ello buscaba
implantar un valor pedagógico en la Historia Militar y la introdujo en los
programas de estudio de las academias militares prusianas, con la idea de
“enseñar la guerra durante la paz”99 .

La Historia Militar propuesta por el Centro de Estudios Históricos


del Ejército (CEHEJ), tienen como utilidad la formación de militares pro-
fesionales a través de la enseñanza de una historia crítica que sirva como
referencia o como instrumento pedagógico para aprender de la guerra en
tiempos de conflicto o de paz 100.

La nueva historia militar. Nuevos protagonistas, nuevas


investigaciones, nuevos retos

La Nueva Historia Militar es un campo de investigación histórica


que está expandiendo los enfoques y la metodología actual, gracias la in-
corporación de nuevas fuentes y de nuevos protagonistas que permiten una
mirada nueva a tal vez una de las relaciones humanas más antiguas: la guerra.

La Historia Militar siempre fue considerada una “subdisciplina”


de la Historia Política, pero gracias a nuevas perspectivas y modelos his-
toriográficos, desde los años 60 empieza su separación hasta que se torna
completamente autónoma e independiente. La Nueva Historia Militar es un
modelo de investigación novedoso con criterios rigurosos y estrictamente
científicos, gracias a eso, hoy en día es un campo de amplias dimensiones

99 Antonio Espino López. “La Historia Militar. Entre la renovación y la tradición”. Manuscrits, n°
11, enero 1993, 216.
100 Ibíd., 215-216.

49
que cuenta con líneas de investigación muy diversas que ofrece grandes po-
sibilidades de ampliar el conocimiento sobre la guerra y los ejércitos.

Como mencionaría Carlo Ginzburg en su magnum opus: “El Queso


y los Gusanos”: “Antes era válido acusar a quienes historiaban el pasado de
consignar únicamente las “gestas de los reyes”. Hoy en día ya no lo es, pues
cada vez se investiga más sobre lo que ellos callaron, expurgaron o simple-
mente ignoraron. “¿Quién construyó Tebas de las siete puertas? Pregunta
el lector obrero de Brecht. Las fuentes nada nos dicen de aquellos albañiles
anónimos, pero la pregunta conserva toda su carga”101.

Historiadores como Jay M. Winter señalan: “la necesidad de acome-


ter el estudio de la guerra en diversos niveles, desde el horizonte de los polí-
ticos —o cómo los gobiernos de los estados beligerantes organizan la guerra
en el plano exterior y en el interior— hasta el de los generales, analizando
las grandes campañas militares, las formas de organización de los ejércitos
beligerantes, sus armas o tecnologías y sus tácticas de combate. Pero no de-
bía olvidarse el estudio de la guerra desde la posición de los soldados, inves-
tigando la vida cotidiana de los combatientes en la lucha, sus motivaciones
personales para alistarse, su periodo de instrucción y su entrada en combate,
así como la influencia de la experiencia de la lucha en sus vidas personales.
También era preciso analizar la guerra desde la posición de los civiles, eva-
luando el profundo impacto causado en el conjunto de la población civil,
tanto en lo referente a sus condiciones anímicas (exaltación patriótica, mie-
do, sensación de derrota, etc.) como a sus circunstancias en la vida cotidiana
(heridas, mortandad, hambre, etc.). Finalmente, debía estudiarse el periodo
de la posguerra evaluando los resultados del conflicto mediante un balance
de las aportaciones de la contienda para cada uno de los adversarios y cómo
marcó la memoria colectiva de cada país beligerante”102 .
Así, la Nueva Historia Militar permite ampliar el universo de un

101 Carlo Ginzburg, El Queso y los Gusanos, el cosmos según un molinero del siglo XVI”, (Ediciones
Península, Barcelona, 2008), 9
102 J. M Winter, La Primera Guerra Mundial. (Madrid, Editorial Aguilar, 1991), 37 – 47

50
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

campo de estudio que parecía limitado o era prisionero de la historia de


bronce, si bien es cierto, que historiar a estos nuevos protagonistas presenta
nuevos retos debido a la poca evidencia que de ellos sobrevivió, las propues-
tas de estudio se han ampliado. La Nueva Historia Militar no busca des-
plazar o considera obsoletos modelos históricos pasados: “la nueva historia
militar puede y debe beneficiarse de sus predecesores, pero puede y debe
también formular nuevos problemas, encontrar nuevos materiales, utilizar
nuevos métodos y llegar así mucho más lejos”103 .

El estudio de la guerra gracias a la Nueva Historia Militar ya no se


limita al simple relato de las batallas o de relatos apologéticos, va un paso
más allá, la guerra siendo una actividad humana que afecta todos los aspec-
tos vida cotidiana permite un amplio espectro de investigaciones, se pude
reflexionar sobre la rutina de los soldados y cuando llega el momento de la
lucha, sus motivaciones personales para enlistarse, su instrucción, sus viven-
cias en el combate para luego abarcar el periodo de posguerra y el periodo
de retiro.

La Nueva Historia Militar también indaga sobre el papel de los me-


dios antes, durante y después de los conflictos, y como se abordada en la
radio, tv, cine, prensa, etc. La imparcialidad o parcialidad de los mismos, las
diferencias entre la prensa estatal y la prensa civil, el papel de internet y las
redes sociales en la guerra, entre otras.

El arte no escapa de la influencia de la guerra, muchos artistas se


han inspirado mostrando los rigores y la brutalidad de la guerra, como Otto
Dix o Picasso con su inmortal Guernica, pero otros han utilizado el arte
como un medio de estimular los sentimientos patrióticos como las pinturas
de la inglesa Lady Butler en el siglo XIX o las actuales del español Augusto
Ferrer-Dalmau, lo que lo hace un tema de estudio interesante.
Otro tema que ha despertado gran interés es el de los servicios de

103 John Chambers, The New Military History. Myth and Reality, The journal of military history, vol.
55, Num. 33 Julio 1991, 397 - 98

51
inteligencia o de espionaje en la guerra, gracias a las políticas de libertad de
información, hoy en día se cuenta con información que se encontraba clasifi-
cada y era imposible acceder, pero estas nuevas fuentes permiten una nueva
mirada de los hechos y replantearse acontecimientos históricos.

Los temas de investigación en la Nueva Historia Militar son casi


ilimitados, uno de los más interesante es la tecnología militar, su evolución
implementación, usos, ventajas, desventajas y cómo esta cambia los campos
de batalla, entre otras. Todo esto demuestra que la Nueva Historia Militar
no es un modelo historiográfico superado o en el que todo ha sido escrito,
es un campo vibrante y productivo donde se cultiva la transversalidad de las
Ciencias Sociales y Humanas con otras ciencias como hoplología, polemolo-
gía, balística, medicina forense, arqueología entre muchas otras y a través de
ellas analizar las complejidades de la guerra.

También permite resaltar el papel central de la institución militar


durante no solo en la guerra sino también en la construcción de las iden-
tidades políticas y de formación de la nación, además de comprender las
complejas y cambiantes formas de organización militar, entre muchos otros.

La Nueva Historia Militar, propone un novedoso y llamativo cam-


po de estudio donde las diferentes ciencias, se unen para hacer un análisis
más científico que elimine el riesgo de una historia romántica y sin análisis,
sino una historia que considere las causas, conducta y consecuencias de los
conflictos, desde la política y la estrategia, hasta la evolución de los diversos
grupos e individuos que forman parte de los ejércitos sin olvidar el escenario
geográfico y los factores tecnológicos del arte de la guerra y donde los pro-
tagonistas olvidados vuelven a tener una voz que antes no habían tenido.

Bibliografía

52
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

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Winter, J. M. La Primera Guerra Mundial. Madrid: Editorial Aguilar. 1991.


Resulta particularmente llamativa la expresión de “historia de lo mi-

54
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

PARTE 3

Historia de lo militar
(Análisis de las instituciones militares a la
luz de variables interdisciplinarias
diferentes a las ciencias militares)
Juan Sebastián Cruz Gallardo104.

104 Juan Sebastián Cruz Gallardo es historiador y estudiante del pregrado en Relaciones
Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana, miembro del grupo de investigación
“Cultura e Historia militar” del Centro de Estudios Históricos del Ejército colombiano. Sus
líneas de interés son la historia política colombiana, la historia militar en Colombia, las relaciones
cívico-militares y las relaciones internacionales.

55
litar” para referirse a una rama de la Historia Militar propiamente dicha, al
menos en la concepción que se tiene en Colombia sobre esta. En parte, re-
sulta “alejado” del propósito final de ser historia militar, o simplemente una
especie de aproximación tácita a los ejércitos y las guerras como objetos de
estudio per se con su propio arte y su propia ciencia.

Sin duda alguna, la misma expresión de historia de lo militar expre-


sa una diferencia respecto a lo que es la historia militar; sin embargo, estas
diferencias se diluyen si se tiene en cuenta que al final, los objetos de estudio
de las dos categorías en cuestión se remiten a los ejércitos, las guerras y las
batallas, así como las relaciones políticas y sociales que envuelven tanto a los
cuerpos armados como a las actividades105 que ellos realizan.

La historia de lo militar es una rama dentro de la historia militar en


Colombia, según la definición del Centro de Estudios Históricos del Ejérci-
to, que busca analizar a los cuerpos militares como actores claves dentro de
la estructura estatal, así como como en su dimensión intrínseca, a través de
estudios de caso que buscan examinar no solo su relación con el Estado y la
sociedad, sino también la forma en la que los combatientes interactúan entre
sí y con los demás.

La Nueva Historia Militar vs Historia Militar tradicional


Desde la Nueva Historia Militar, tendencia historiográfica de origen
anglosajón y estadounidense que se ha proclamado con cierto mérito como
la rejuvenecedora de la historia militar a una escala global, se ha incluido un
mayor número de investigadores que han nutrido, por un lado, a través de
los diversos enfoques metodológicos, y por otro, mediante la inclusión de
una variedad de temas dentro del espectro de lo militar las nuevas aproxi-
maciones históricas tanto a los ejércitos como a su relación con la dimensión
social y política de las sociedades a las cuales pertenecen.
La Historia Militar con su componente social se nutre, principal-

105 Expresión utilizada por Clausewitz para referirse a cualquier tipo de acción que realiza un
ejército: entrenamiento, preparación, instrucción, guerra, ataque, defensa, etc.

56
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

mente, de la Nueva Historia Militar, la cual integra una influencia bastan-


te sensible de la Historia Social y de la Historia Cultural, pero que, en lo
concerniente a la forma en la que pretende analizar el devenir humano, se
ocupa de los tiempos largos, puesto que para entenderla hay que estudiar los
procesos a través de los siglos; recogiendo, al mismo tiempo, la importancia
fundamental, para la Historia Militar en general, de los momentos, aconteci-
mientos o hechos históricos, particularmente traducidos en guerras, batallas
o campañas.

Bajo estos preceptos, los postulados de la Nueva Historia Militar en


sí no buscan, por un lado, hacer disposiciones teóricas sobre cómo debería
ser la Historia Militar en general; y segundo, no cuenta con la homogeneidad
teórica suficiente para poder instaurar paradigmas en la disciplina, sin negar,
desde luego, que sus aproximaciones a la composición social del Ejército
son necesarias y deben ser tenidas en cuenta en los estudios de esta discipli-
na.

Si bien la Nueva Historia Militar es el resultado de un largo pro-


ceso, se podría argüir que esta es, según la definición de Peter Paret, una
“expansión de nuevos enfoques y metodologías, hasta llegar a las extensas
implicaciones que presenta en la realidad”106 . La surge en la década de los
60, específicamente en Estados Unidos, nutriéndose, de esta forma, tanto
del contexto pacifista generado por la Guerra de Vietnam y la Guerra de
Corea, como de las nuevas influencias teóricas de la Historia Social, Cultural
y los estudios de género, presentado públicamente en el 50 Congreso de la
Sociedad para la Historia Militar (Society for Military History), generando,
no obstante, un clima controversial, por motivo de que la mayoría de los
principales autores que se pueden enmarcar dentro del amplio espectro de
la Nueva Historia Militar107, rechazaron, en principio, la antigua historia mi-
litar sustentada en la narración de las batallas y guerras en general.
Justamente, esta visión que busca dejar de lado la importancia el

106 Citado en: Borreguero Beltrán, Cristina. Nuevas Perspectivas para la Historia Militar. La "New
Military History" en Estados Unidos. Hispania. Núm 186, p. 153
107 Borreguero Beltrán, Cristina. “Nuevas Perspectivas para la Historia Militar… p.153.

57
estudio de las batallas, los ejércitos y las confrontaciones, es la que busca-
mos problematizar. Claramente, es imposible negar que los aportes socia-
les abren una gran cantidad de betas de investigación que nutren de forma
significativa a la Historia Militar en general, por lo que la Nueva Historia
Militar hace un aporte invaluable en este sentido. Sin embargo, este influjo
de renovación que trajo consigo la Nueva Historia Militar, ha generado que
aspectos centrales de la historia militar como la narrativa y el análisis de las
batallas, los enfrentamientos armados, las disposiciones jurídicas, las estruc-
turas de los ejércitos y la doctrina militar, se vean conscientemente ocultados
o dejados de lado por los investigadores que ven estos elementos como la
perpetuación de un discurso oficial y tradicional de la historia militar que se
busca superar a través de la Nueva Historia Militar.

En este sentido, consideramos que la mejor forma de incorporar


en nuestra concepción de Historia Militar, tanto el análisis de las batallas,
estructuras de los ejércitos, formaciones, simbología, acontecimientos signi-
ficativos y procesos, son las aproximaciones a la Nueva Historia Militar pero
sin defenestrar el estudio del acontecimiento, es decir, la guerra, la batalla o
el enfrentamiento, son la piedra angular de la historia militar, permitiendo
integrar nuevos temas que podrían coadyuvar a mejorar los ejércitos del ma-
ñana, en palabras de Borreguero:

“Dentro del estudio de la Historia Militar, el estudio de la guerra no


puede prescindir de la batalla, y esta ha de ser reintegrada a través
del análisis que intenta conocer la efectividad de las fuerzas de las
operaciones del combate ”108.

Como se ha señalado más arriba, estas divergencias, que nacen desde los
debates entre los historiadores militares cuyo objeto de estudio son las bata-
llas con los historiadores de la Nueva Historia Militar, encaminados, sobre

108 Borreguero Beltrán, Cristina. Nuevas Perspectivas para la Historia Militar… p. 169

58
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

todo, a los estudios desde perspectivas políticas, sociales, culturales y psi-


cológicas de los cuerpos armados, son la materialización de lo que Bourke
llamaría como una “definición convenientemente politizada” tanto a favor
como en contra de la Nueva Historia Militar109. En todo caso, el proceso que
ha llevado a cabo la Historia Militar desde la década de los 60 se debe a la
aparición de la Nueva , cuyo éxito, según la misma autora, se debe a, como
lo mencionamos más arriba, la carencia de identidad y la adopción de varios
metodologías, que de la mano de la interdisciplinariedad, hacen justamente
que dicho éxito de la Nueva Historia Militar siga vigente, debido a lo incier-
to de las aproximaciones y trabajos que se hagan en el marco de ella110.

Historia de lo militar en Colombia

Teniendo esto en cuenta, la historia de lo militar en Colombia es


construida desde una diversidad de enfoques y aproximaciones interdisci-
plinares que, en gran medida, se asemejan a lo reseñado anteriormente acer-
ca de la Nueva Historia Militar. De forma tal, que en varios casos, la mayor
parte de los estudios realizados en el marco de lo que consideramos historia
de lo militar, hacen que este tipo de historia se inscriba justamente en esta
ampliación de las temáticas y metodologías para abordar las cuestiones mi-
litares desde la historia. En otras palabras, la historia de lo militar es un tipo
de historia particular con aproximaciones diversas acerca de los cuerpos mi-
litares, analizando factores que trascienden o apartan el análisis estratégico y
táctico de las batallas.

Los enfoques historiográficos que se presentan en Colombia, buscan


analizar, sobre todo, la relación de las Fuerzas Armadas con el Estado desde
una dimensión política y social. Teniendo en cuenta la amplia participación
de las Fuerzas en los conflictos nacionales tanto del siglo XIX como del si-

109 Bourke, Joanna. "New military history". En: Palgrave advances of Modern Military History. Ed:
Hughes, Matthew y Philpott, William. (Nueva York, Palgrave MacMillan, 2006), 259
110 Bourke, Joanna. New military history…. 275

59
glo XX y XXI, estas se han constituido como un actor fundamental dentro
de la vida nacional. La relación mencionada entre las Fuerzas Armadas y el
Estado colombiano, se ha tratado de sustentar, al menos desde el siglo XX,
bajo los preceptos del Estado Moderno, que definen una gran parte del rol
del Ejército Nacional, así como la definición estratégica de los objetivos es-
tratégicos y políticos que ha perseguido en sus guerras y conflictos.

Para el caso colombiano, la historiografía acerca de lo militar desde


el proceso independentista hasta la actualidad, converge en la diversidad
metodológica y en el enfoque social y político del rol de las Fuerzas Arma-
das en el devenir colombiano, así como en los procesos y acontecimientos
históricos que las sitúan como uno de los principales actores en las diná-
micas políticas y sociales de la historia de Colombia. Ahondaremos en este
aspecto más adelante, analizando los principales grupos entre los cuales se
podría englobar la producción desde este tipo particular de historia. A con-
tinuación, no obstante, brindaremos una aproximación teórica al objeto de
estudio específico de la historia de lo militar.

Desde la firma del tratado de Westfalia en 1648 que supuso, prime-


ro, el final de la Guerra de los Treinta Años; y segundo, el nacimiento del
Estado Moderno, que dejó a su vez tres consecuencias importantes a la hora
de entender el carácter actual de los Estados: por un lado, las nuevas normas
en la que convergían los demás estados europeos para tratar de formar un
sistema de Estados europeos111 , por otro, delimitó la relación de dichos Es-
tados bajo la égida del cumplimiento de tres preceptos que resultan actuales
hoy en día: el territorio, la igualdad jurídica, es decir, la población y la sobe-
ranía112 ; y finalmente, el Congreso de Europa sentó el precedente o la base
desde la cual se cimentarían posteriormente el resto de negociaciones en el
marco del sistema europeo113 .
La creación de los Estados Modernos –como comúnmente es aso-

111 Charles Tilly. Coerción y Capital en los Estados Europeos. (990-1990). (Madrid, Alianza, 1992),
247 y 248.
112 Wilson Fernández Luzuriaga; Hernán Olmedo González. “Conflictividad y órdenes mundiales:
el inicio de los equilibrios sistémicos y el primer intento de un multilateralismo universal”.
Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad. Vol. 15. 2020,15
113Derek Croxton. Westphalia. The Last Christian Peace. (Nueva York, Palgrave MacMillan,
2013), 334.

60
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

ciado este a los resultados que dejó el Tratado de Westfalia-, integran, ade-
más, otros tres factores sustanciales que definen este tipo de Estados y que
finalmente articulan los componentes esenciales de las democracias bajo la
influencia occidental: la división de poderes, es decir, el Ejecutivo, el Le-
gislativo y el Judicial. En el marco de esta división de poderes, las Fuerzas
Armadas de Colombia, en cabeza del Ejército Nacional, han tenido hasta
hoy la obligación emitida en la constitución política de 1991 en el artículo
217, de salvaguardar el territorio, la soberanía, el orden constitucional y la
independencia del país, aunque hayan hecho la misma labor después de 210
años del grito de independencia y la expedición de 16 constituciones a lo
largo de su historia.

A la luz de estas obligaciones contraídas por la Constitución que


definen las funciones bajo las cuales deben regirse las Fuerzas Armadas, los
estudios acerca de la historia de lo militar en Colombia han tratado de dar
cuenta –en el marco de la diversidad temática propia de la Nueva Historia
Militar explicada más arriba- de cómo ha sido el funcionamiento o el rol
–sobre todo del Ejército- en su relación con el Estado en sus tres poderes,
así como con la sociedad y, en algunos casos, con otros Ejércitos, ya sea a
través de los enfrentamientos bélicos, relaciones de cooperación o influencia
exógena, y mediante relaciones diplomáticas consolidadas, particularmente
con los ejércitos latinoamericanos114 .

En efecto, las relaciones del Ejército con el Estado y la sociedad han


sido un foco fundamental de estudio de la historia de lo militar, en especial,
las aplicaciones, modificaciones y apreciaciones doctrinales del Ejército Na-
cional en el marco del incipiente conflicto armado; El Ejército y su tradición

114 Respecto a estos temas de las relaciones diplomáticas de las Fuerzas Armadas analizadas en el
marco de la historia de lo militar, se encuentran el texto de Torres Del Río Fuerzas Armadas
y Seguridad Nacional, en donde se realiza un análisis riguroso acerca de las Conferencias
de Ejércitos Americanos de los años 70 y 80. De la misma forma, Elsa Blair en su texto Las
Fuerzas Armadas: una mirada civil argumenta que el rol diplomático es un eje importante de
las funciones de las Fuerzas Armadas al menos hasta los 90, propiciada por la falta de conexión
entre los organismos estatales que finalmente realizan sus propias labores diplomáticas.. César
Torres Del Río. Fuerzas Armadas y Seguridad Nacional. Bogotá: Planeta, 2000; Elsa Blair. Las
Fuerzas Armadas: una mirada civil. (Bogotá: CINEP, 1993), 90

61
partidista y politizada hasta la Doctrina Lleras de 1958; las Fuerzas Armadas
y su rol en La Violencia; las guerras civiles; el conflicto armado interno hasta
la actualidad; la lucha contra el narcotráfico; los conflictos internacionales
y finalmente, las misiones militares extranjeras. Algunos de estos objetos de
estudio serán ahondados más adelante a la luz de algunos de sus autores.

Colombia, utilizando la afirmación de Rafael Pardo, es un país cuyos pro-


cesos históricos han estado marcados por la construcción del Estado y la
sociedad a partir de la violencia, además de que también ha estado inmersa
en algún tipo de conflicto –endógeno o exógeno- más de la mitad de sus
años como república115 . Esto resulta especialmente importante si se tiene en
cuenta que la historiografía acerca de lo militar ha oscilado tanto entre el de-
ber ser de las Fuerzas Armadas en el marco de las funciones constitucionales
arriba señaladas, como la evolución histórica de las mismas, especialmente
del Ejército, y los conflictos que estos han librado.

La Doctrina Lleras de 1958, año en el que comenzó a funcionar el modelo


consociacionalista116 del Frente Nacional, establecía el “pacto” de aislar a
los militares de los asuntos políticos a cambio de que los políticos “no in-
tervinieran” en los asuntos militares, dando paso al mito de la autonomía
militar y, sobre todo, haciendo la separación de los militares de la sociedad,
perpetuando finalmente la subordinación de los militares al estamento civil.
El estudio de dicha subordinación y separación del estamento mi-

115 Rafael Pardo. Historia de las Guerras. (Bogotá: Debate, 2015), 55-56
116Categoría usada por Hartlyn, quién lo define como un término «desarrollado originalmente
para explicar el tipo de democracia política, que implica coaliciones globales, en ciertos países
europeos. Para el caso colombiano, según Hartlyn, resulta especialmente aplicable este concepto
durante el período histórico del Frente Nacional, esto debido a que la naturaleza de sus dos
partidos políticos tradicionales los llevó a rehacer la democracia colombiana a través de un pacto
interpartidista para derrocar el orden establecido en el gobierno militar de Rojas Pinilla. Esta
transición de gobierno a través de un pacto bipartidista, acompañado de fuertes restricciones de
orden social y jurídico, se convertía en el único medio que lograría desmontar todo el aparataje
político de la dictadura al mismo tiempo de mantener un tipo de gobierno constitucional. El autor
llamaría este tipo de gobierno para el caso colombiano como «democracia consociacionalista
limitada» debido a la existencia de dichas restricciones democráticas que impuso ciertos límites
a las prácticas de la democracia mayoritaria. Jonathan Hartlyn. La política del régimen de
coalición. El caso del Frente Nacional. (Bogotá: Tercer Mundo Editores, 1993), 14-15

62
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

litar del civil a través de la profesionalización de las Fuerzas Armadas para


lograr su “apoliticidad”, se ha convertido en uno de los principales focos
en los cuales se centra el estudio de la historia de lo militar en Colombia,
estudiando, en añadidura, la forma en la que han ido mutando las adopcio-
nes doctrinales del Ejército de Colombia para acomodarse a los objetivos
políticos del Estado con base en la defensa de la soberanía y el orden terri-
torial, principalmente desde áreas como la ciencia política, la sociología y la
historia, y en menor medida la memoria y la antropología.

En efecto, las bases epistemológicas que le han servido de cimiento


al Ejército Nacional no solo para establecer sus objetivos estratégicos sino
también para aprehender de la historia militar las lecciones necesarias para
establecer las doctrinas y el funcionamiento operacional de la Fuerza, se
han basado en Clausewitz, como por ejemplo a través de los textos de Gu-
tiérrez Arias117 . Para el militar prusiano, el objetivo político que persiguen
los Estados en el marco de un conflicto, no son necesariamente una regla;
es decir, estos sufren adaptaciones, cambios y modificaciones de acuerdo a
como vaya alterándose la naturaleza de los conflictos y del contexto mismo
de la guerra118 , por lo que para perseguir el objetivo político propicio es
frecuente que se generen alteraciones en los medios, ya sean, por ejemplo, el
armamento, las estrategias y, sobre todo, las doctrinas.

En un conflicto armado interno permanente e irregular como es el


caso del colombiano, resulta, pues, natural el hecho de que la doctrina se
haya modificado varias veces para adaptarse a los desafíos no solo de la Gue-
rra Fría y su posguerra, sino también ante los nuevos actores y amenazas que
se fueron presentando en el tiempo y que se han ido proliferando en los úl-
timos años. Justamente, estos cambios doctrinales y estratégicos adoptados
por el Ejército Nacional y la forma en la que ellos se aplicaron en su relación
no solo con los objetivos políticos del Estado sino también con la sociedad

117 Eduardo Gutiérrez Arias. Guía para el estudio práctico de la historia militar, (Bogotá: Imprenta
ESMIC, 1993). Véase capítulo de Historia militar operacional.
118 Karl Von Clausewitz. De la Guerra. (Caracas: Editorial Hormiguero, S.F), 48-49

63
civil, son el objeto de estudio de una parte considerable de la historia de lo
militar, desde varios puntos de vista interdisciplinares, como se ha mencio-
nado más arriba.

En las siguientes líneas, se intenta realizar una aproximación general


de lo que el autor considera cuatro grupos que engloban la mayoría de las
producciones historiográficas de lo militar, siendo el primer grupo esta serie
de autores que buscan analizar los cambios doctrinales, la relación del Ejér-
cito con el Estado y la sociedad, así como con los mandatos constitucionales
que le han sido encargados en el marco de la persecución, en palabras de
Clausewitz, de los objetivos políticos del Estado.

Historiografía de lo militar en Colombia

Algunos de los autores que se podrían circunscribir a la definición


de historia de lo militar y que buscan analizar los cambios mencionados
son, por ejemplo, Torres Del Río119 , para quién el Frente Nacional ayudó a
reforzar la autonomía militar a través de un “pacto” con los militares, de tal
manera que ellos no se inmiscuyeran en asuntos políticos así como los polí-
ticos no harían lo propio con los asuntos militares. Esto, fue de la mano con
una política exterior colombiana, materializada en las políticas de seguridad
y defensa, acordes a los lineamientos de Estados Unidos en su confrontación
con la Unión Soviética, dejando como resultado la “nacionalización de la
seguridad”; esto a través de un enfoque en el que se buscaba analizar para-
lelamente las políticas de seguridad continental y las nacionales, por lo que
hasta el Frente Nacional se consolidó definitivamente una concepción de
seguridad basada en el contexto interno más que en las amenazas externas.

Otro ejemplo desde la historia de lo militar relacionado a lo anterior,

119 César Torres Del Río. Fuerzas Armadas y Seguridad Nacional.

64
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

lo ofrece Rueda Santos, quien sostiene que durante el Frente Nacional, las
Fuerzas Armadas se constituyeron como un actor del Estado para combatir
la “insurgencia” a través de la acción cívico-militar y la acción psicológica,
en el marco de la adherencia de Colombia a Estados Unidos y su plan de
seguridad hemisférica antisubversiva en la Guerra Fría, todo esto articulado
en la consolidación de la autonomía militar120 .

Siguiendo con la línea de la historia de lo militar acerca de la estrategia y los


cambios doctrinales, el texto de Leal Buitrago121 extiende la temporalidad
hasta el inicio del gobierno de Ernesto Samper en 1994, concluyendo que
desde el Frente Nacional la defensa nacional se subordinó a la seguridad
nacional, creando así las condiciones necesarias para la subordinación de las
Fuerzas Armadas al estamento civil, a cambio de la autonomía militar, que
le permitía a la institución castrense la formación de políticas de seguridad
y defensa pensadas para el contexto nacional aunque con fuerte influencia
estadounidense.

Finalmente, para cerrar esta serie de autores de historia de lo militar cuyos


estudios tienen como objeto analizar los cambios estratégicos y reformas
doctrinales en el Ejército de Colombia y su relación con el Estado y la so-
ciedad, Velásquez Rivera realizó un estudio comparado desde la disciplina
histórica acerca de la aplicación de la llamada “Doctrina de Seguridad Na-
cional” DSN en Colombia y Chile122 , afirmando que en la formación de la
DSN en ambos países, confluyeron varias corrientes como el nacionalismo,
la Razón de Estado, etc, que terminaron consolidando a la DSN como una
doctrina de guerra permanente por parte del Estado que sirvió para estimu-
lar tanto a regímenes de corte autoritario como a sistemas políticos hetero-
géneos, todo bajo el marco de la dependencia política de Colombia y Chile
hacia Estados Unidos.

120 Rigoberto Rueda Santos. De la guardia de las fronteras a la contrainsurgencia elementos de la


evolución política e institucional del Ejército colombiano 1958-1965. (Bogotá: ICFES, 2000).
121 Francisco Leal Buitrago. El oficio de la guerra. (Bogotá: Tercer Mundo Editores, 1994)
122 Edgar Velásquez Rivera. Historia comparada de la Doctrina de Seguridad Nacional Chile-
Colombia. (Bogotá: Antropos, 2009)

65
Otro de los grandes grupos bajo los cuales puede canalizarse una
serie de obras de la historia de lo militar en Colombia, son aquellas fuentes
secundarias que se refieren a la evolución histórica de las Fuerzas Armadas
y a las misiones militares e influencias internacionales que contribuyeron a
sus procesos de profesionalización, modernización y reformas, en especial
en la primera mitad del siglo XX. Para Clausewitz, esta influencia extranjera
es útil en el sentido de que en tiempos de paz, esta puede aportar valiosas
lecciones que pueden ser apreciadas y aplicadas por parte de los ejércitos y
que son enseñadas por oficiales con experiencias en operaciones militares
que ocuparían mandos medios dentro de los ejércitos que los contratan y
cuya principal característica consta en el hecho de que sus enseñanzas son
replicables por los oficiales instruidos123 ; esto sería, por consiguiente, un
escenario muy similar al presentado en Colombia en la primera mitad del
siglo XX.

En el caso colombiano, existieron dos tipos de influencias interna-


cionales directas sobre las Fuerzas Armadas. El primer tipo de influencia,
se refiere a la relación con los ejércitos de otros países que terminaron con-
figurando finalmente una adscripción del Ejército Nacional a los modelos
extranjeros, en especial, el prusiano a comienzo de siglo y, finalmente, el
estadounidense, el más preponderante de ellos124. La segunda de ellas, son
las misiones militares propiamente dichas, en los cuales se contactó con los
ejércitos (tanto chileno como suizo y estadounidense) para realizar, -por me-
dio de la enseñanza de los oficiales extranjeros- reformas y modernizaciones
que se consideraran pertinentes para los momentos en los cuales fueron con-
tratados.

123 Karl Von Clausewitz. De la Guerra... Tomo I.122-123


124 Es importante acostar que si bien los modelos prusianos y Estadounidenses fueron los más
atractivos para la oficialidad colombiana a comienzos del siglo XX, en el contexto del incipiente
conflicto armado interno, fueron especialmente tenidos en cuenta los manuales franceses de
lucha contraguerrillera y contrarrevolucionaria, cuyas abstracciones y aprendizajes se produjeron
de acuerdo a las experiencias de las guerras coloniales en Indochina y Argelia, entre otros.

66
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Dentro del primer grupo, es decir, aquel que observa las adscripcio-
nes del Ejército Nacional a los modelos extranjeros, uno de los autores que
dentro de la historia de lo militar han trabajado la evolución histórica de la
institución y la forma en la que han influido en ella las misiones militares, es
Luis Eduardo Bosemberg125 , para quien las relaciones colombo-alemanas
fueron beneficiosas en principio para Alemania, que buscaba contrarrestar
la clara influencia estadounidense en el Ejército de Colombia, sin embargo,
esto no fue posible. Por otro lado, sí hubo una clara influencia alemana en
la modernización de algunas técnicas, tácticas y formas de organización del
Ejército colombiano.

Por otra parte, el riguroso texto de Saúl Hernández126 , da cuenta


de cómo fue la paulatina adscripción del Ejército de Colombia al modelo
estadounidense, dando cuenta de la forma en la que se consolidó y aumentó
dicha relación desde la Segunda Guerra Mundial y especialmente con el
estallido de la Guerra de Corea. El autor concluye con la afirmación de que
Colombia se adscribió al modelo estadounidense debido a la alineación de
la política exterior colombiana con el país norteamericano, sobre todo, de-
bido a la Guerra de Corea y a la trasformación que eso trajo en el Ejército
Nacional que, además, también estaba realizando dicho cambio en aras de
afrontar el incipiente conflicto armado interno.

Respecto al segundo grupo, es decir, aquel que analiza la influen-


cia de las misiones militares en Colombia, encontramos a Atehortúa Cruz127
quién, por su parte, es uno de los autores que más ha estudiado los procesos
de modernización y profesionalización de las Fuerzas Armadas como pro-

125 Luis Eduardo Bosemberg, “Presencia militar alemana, 1929-1940”, Jahrbuch für Geschichte
Lateinamerikas, núm. 53 (2016).
126 Saúl Rodríguez Hernández. La influencia de los Estados Unidos en el Ejército Colombiano
1951-1959. (Medellín, La Carreta Editores, 2006), 75-76
128 Adolfo León Atehortúa. Construcción del Ejército Nacional en Colombia, 19907-1930. Reforma
Militar y Misiones Extranjeras. (Medellín: La Carreta Editores, 2009).

67
ducto de sus influencias extranjeras. El profesor hace un estudio sobre la
incidencia entre la clase política dominante y la profesionalización militar a
través de las diferentes misiones militares que trabajaron en Colombia entre
1907 y 1930, concluyendo que una parte de la clase política del país incidió
para que no se profesionalizara adecuadamente el Ejército, al igual que hubo
un grupo que insistió en politizar los mandos y enfocar el uso de esta Fuerza
en el desarrollo económico y social del país.

Un ejemplo más en lo que tiene que ver con las misiones milita-
res extranjeras es el texto de Pinzón y Rodríguez Uribe128 , que analizan la
evolución histórica de la Fuerza a partir de la incidencia de la influencia
extranjera como un cimiento para los procesos de profesionalización y de
reformas militares de la época, concluyendo justamente que fue muy impor-
tante profesionalizar a los mandos del ejército colombiano, debido a que
se logró concluir este proceso tras varios intentos de aperturas de escuelas
militares que lograron formar un cuerpo militar para dirigir los destinos de
un Ejército profesional.

Si bien las misiones militares implican en sí una influencia exterior


dentro del Ejército nacional, los textos de Helg, Esquivel y Ruiz, analizan
los resultados de las misiones militares propiamente dichas en el país, tanto
suiza, como estadounidense y chilena, respectivamente

Para Helg129, que estudia la misión militar suiza, esta tuvo una limi-
tada influencia debido a la alineación conservadora del ejército de la época;
de igual manera, la influencia fue limitada debido a que no hubo un apoyo
real ni del gobierno suizo ni de la colonia suiza en Colombia, por lo que este
constituyó un esfuerzo de educación y entrenamiento militar con un alcance
limitado dentro de los procesos de modernización de la fuerza.

128 Juan Carlos Pinzón Bueno y Juan Fernando Rodríguez Uribe. Tras los pasos de un combatiente
de dos siglos. (Bogotá: Planeta, 2016).
129 Aline Helg. “El desarrollo de la instrucción militar en Colombia en los años 20: estudios del
impacto de una misión militar suiza.” Universidad Pedagógica Nacional, No.17. 1986

68
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Esquivel Triana, que cuenta con una amplia producción historiográ-


fica basada en la Nueva Historia Militar, ha realizado estudios exhaustivos
acerca del cuerpo castrense en el país tanto en el siglo XIX como en el XX
que resultaría imposible reseñar en su totalidad debido a su amplio número
de publicaciones; sin embargo, dentro del tema en cuestión referente a las
misiones militares, valdría la pena traer a colación su artículo del 2017130 ,
en el que demuestra que la misión militar de 1894 en Colombia realizada
por militares estadounidenses, supuso la superación de los viejos manuales
de estrategia y táctica realizados por los europeos, reemplazándolo por los
planteamiento tácticos de Emory Upton, fortaleciendo a la institución no
solo en lo relacionado a la teoría del combate, sino también en la compra y
actualización del armamento, los deportes y las artes, de tal manera que la
formación y profesionalización del Ejército respondiera a los planteamien-
tos consustanciales de la formación de un Ejército con el Estado-Nación.

Para finalizar, Mayra Rey131 analiza la influencia de la misión militar


chilena que concluyó con la creación de la Escuela Militar de Cadetes en
1907, concluyendo que de 1886 a 1904, se trató de construir un Ejército cen-
tralizado y “civilizado”, mientras que el ideal para 1907 viró hacia la cons-
trucción de un ejército profesional, que terminó dando sus primeros pasos
gracias al legado regenerador de un ejército centralizado, con el monopolio
exclusivo del uso de las armas.

El tercer y cuarto grupo de la historiografía de lo militar en Colom-


bia, hacen referencia directa al rol de las Fuerzas Armadas en los conflictos
armados, tanto internacionales como domésticos. Como se ha mencionado
más arriba, la historia de lo militar se caracteriza por sus estudios realizados
desde la diversidad metodológica e interdisciplinar acerca de los procesos

130 Ricardo Esquivel Triana "Influencia liberal estadounidense en el Ejército colombiano, 1880-
1904". Revista Científica de la Escuela Militar de Cadetes José María Córdova. Vol. 15, fascículo
XX, p. 227-246. 2017.
131 Mayra Rey. "La educación militar en Colombia entre 1886 y 1907". Historia Crítica, No 35,
2008. 150-175

69
históricos del Ejército Nacional, su rol en los conflictos armados y su rela-
ción con el Estado y la sociedad. De modo tal que la historia de lo militar no
comprende una exhaustiva aproximación sustentada en la teoría de la guerra
y del combate, sino más bien en el análisis político, social y económico de es-
tudios de caso que dan cuenta de forma inductiva de los procesos históricos
y políticos del Ejército como sujeto de estudio.

Justamente, escasear de una aproximación teórica desde la guerra y


el combate, es lo que diferencia a la historia de lo militar de las demás formas
de historia militar que se desarrollan en este documento. Vale aclarar, no
obstante, que carecer de aproximaciones cimentadas primordialmente en la
teoría del combate y de la guerra, no hace menos útiles los resultados investi-
gativos de la historia de lo militar, sino que más bien señalan la diferencia del
abordaje metodológico de este tipo de historia académica interdisciplinar y
diversa en sus aplicaciones metodológicas, de la historia militar propiamente
dicha, centrada en el análisis de las guerras, batallas, operaciones y demás
enfrentamientos armados, así como en la estructura de los ejércitos y sus
estrategias en la guerra. Clausewitz resalta, incluso, que los conocimientos
que se desarrollan en torno a la guerra, son de carácter empírico, haciendo
eco de la tradición y del paradigma positivista del siglo XIX.

En el caso de la historia de lo militar en Colombia, ya sea aquella


que da cuenta de estudios de caso acerca de la participación del Ejército
en conflicto internacionales como en el conflicto armado interno, se aborda
desde un enfoque empírico este tipo de conflictos, analizando sobre todo
las variables políticas e ideológicas de los enfrentamientos más que en las
experiencias de combate, operatividad, logística, suministros, material, en-
trenamiento, masa, sorpresa y demás principios de la guerra, aportando una
mirada desde afuera del fenómeno de la guerra en Colombia.

Teniendo esto como base, en el tercer gran grupo de obras de la


historia de lo militar, traeremos a colación algunos aportes de los realizados
desde el estamento civil y que dan cuenta del rol político y del carácter ideo-

70
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

lógico de la participación colombiana en las guerras de carácter internacio-


nal, más que del comportamiento táctico y estratégico de estas en el marco
de las operaciones militares.

Uno de estos autores es, nuevamente, Atehortúa Cruz132, que analiza


los factores que llevaron a Colombia a la Guerra de Corea y de qué forma
la influencia norteamericana se consolidó en el país gracias a esta partici-
pación, concluyendo que la influencia del país norteamericano como con-
secuencia de la Guerra de Corea se dio, por un lado, en lo referente a las
lecciones aprendidas de la guerra y su aplicación para la creación de estra-
tegias y tácticas encaminadas a afrontar la guerra de guerrillas que también
se estaba propagando en el país, y por otro lado, la relación con el Ejército
norteamericano, la preparación de este y las armas que llegaron desde Esta-
dos Unidos, se convirtieron en otro aspecto central que hizo que los oficiales
colombianos sintieran mayor cercanía y vieran como ejemplo al ejército es-
tadounidense.

Siguiendo con la misma línea, Russell analiza la participación del


Batallón Colombia en la Guerra de Corea, sobre todo desde el plano de las
relaciones internacionales, aunque no desdeña el valioso contenido históri-
co, afirmando desde la experiencia colombiana que las naciones que no son
necesariamente potencias pueden jugar un papel más activo en el sistema
internacional, así como son plenamente capaces de participar en asuntos
militares globales con la debida preparación y entrenamiento. De la misma
manera, Colombia ganó un rol más activo en el sistema internacional, así
como la élite dirigente obtuvo una visión más cosmopolita de los asuntos
militares globales133.

132 Atehortúa, Adolfo. “Colombia en la guerra de Corea”. Revista Folios, No. 27 (primer semestre,
2008): 63-76.
133 Russell Ramsey “The Colombian Battalion in Korea and Suez”. Journal of Inter-American
Studies, Vol. 9, No. 4 (octubre 1967): 541-560.

71
Desde la historia social y cultural, Skladowska busca problematizar
los imaginarios de la “patria” en Corea a través del trabajo directo con va-
rios combatientes del Ejército Nacional en la guerra peninsular, concluyen-
do que las representaciones patrias, los discursos de la época, el caos interno
y las particularidades geopolíticas fueron factores que influyeron de forma
directa en nuestra participación en la Guerra de Corea y al mismo tiempo
fueron insumos para crear identidades sobre la heroicidad de los combatien-
tes134 .

En lo concerniente a la Guerra del Perú, el texto de Camacho ofrece


una mirada integral y rigurosa, debido a que no solo brinda una aproxi-
mación desde la historia de lo militar al analizar desde afuera las variables
políticas y sociales del contexto de la Guerra del Perú, sino también observa
la conformación del Ejército, su organización, las operaciones militares más
importantes de la guerra, la logística, entre otras, de forma tal que para el
autor el Ejército era una institución capaz de mantenerse alejado de los vai-
venes políticos como consecuencia del proceso de la profesionalización que
ya llevaba casi 26 años en curso, lo que le permitió combatir en un marco
doméstico de unidad y sin seguir necesariamente intereses partidistas135 .

Otro ejemplo para el caso peruano, es el de Alberto Donadio136 ,


quién con un extensivo estudio de los documentos y comunicaciones ofi-
ciales de la época, realiza un estudio de los actores políticos y diplomáticos
de la guerra, ofreciendo una mirada histórica de estos y dando cuenta de las
relaciones que se movieron desde las altas esferas del Estado colombiano
con el Perú.

134 Skladowska, Bárbara. Los nombres de la Patria en la Guerra de Corea, 1951-1953: el ocaso de
un mito. (Bogotá: Ediciones Uniandes), 2007.
135 Camacho Arango, Carlos. El conflicto de Leticia (1932-1933) y los ejércitos de Perú y Colombia.
(Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2016).
136 Donadio, Alberto. La guerra con el Perú. Medellín: Hombre Nuevo Editores, 2002.

72
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

El cuarto gran grupo que reúne los estudios de historia de lo militar


en Colombia, consiste en aquellos que se proponen analizar, en términos gene-
rales, el conflicto armado interno. Varios de estos estudios, se han propuesto
examinar el inicio del conflicto armado y su posterior desarrollo hasta finales
de los 90 o la actualidad, curiosamente, reafirmando la visión de Clausewitz,
quien aseguraba que en el marco de la investigación histórica, la investigación
crítica se propone encontrar el porqué de la guerra desde observaciones va-
riadas que coadyuvan a que logren encontrase varios motivos para explicar
el inicio de los conflictos o de los enfrentamientos137 . Justamente, examinar
las raíces del conflicto armado interno, es uno de los principales objetos
de estudio de la historiografía política y de lo militar en Colombia, quién
también se ha propuesto analizar el rol de las Fuerzas Armadas como actor
del ejecutivo cuyas funciones se remiten al orden territorial, la defensa de la
soberanía, el orden constitucional y la independencia, así como de construc-
ción de paz y desarrollo social y económico, principalmente con los mandos
de filiación desarrollista en los años 60 y 70.

Eduardo Pizarro, ha sido uno de los autores más prolíficos dentro


de esta línea de estudios del rol de las Fuerzas Armadas dentro del conflicto
armado. En De la guerra a la paz, las Fuerzas Militares entre 1996 y 2018138
estudia el proceso mediante el cual en Colombia hubo una transformación
del pensamiento militar paralelo a las transformaciones de la guerra en sí,
que le permitieron a las Fuerzas Armadas, a través de esa relación políti-
ca-guerra, lograr los éxitos que terminaron en la victoria estratégica sobre
las FARC y la subsecuente deposición de las armas, por lo que las Fuerzas
Armadas han tenido una labor no solo en lo referente a las cuatro funciones
reiteradas en el párrafo anterior, sino también como un actor que es clave
en las dinámicas políticas y que debe reorientar su funcionamiento a un país
con desafíos conducidos a la construcción de paz.

137 Karl Von Clausewitz. De la Guerra... Tomo I., 187-189.


138 Pizarro Leóngomez, Eduardo. De la guerra a la paz, las Fuerzas Militares entre 1996 y 2018.
(Bogotá: Planeta, 2018).

73
El mismo autor, realizó un estudio dividido en dos artículos acerca
del proceso de profesionalización del Ejército en Colombia, primero, seña-
lando que la finalización de disputas políticas sostenidas desde el gobier-
no de Rafael Reyes como motivo de una “democracia de consocios”, fue el
principal motivo para que desde la primera década del siglo XX (1907) se
lograran realizar avances sensibles en la profesionalización y modernización
del estamento militar en el país139 ; y segundo, estudiando dicho proceso
de profesionalización bajo las dinámicas del conflicto armado interno, en el
cual 1948 constituyó un punto de inflexión en el desarrollo de los procesos
de profesionalización, estructuración y modernización de las instituciones
militares del país, en los que se encuentran tres momentos históricos que
contribuyeron a la formación y concepción final de lo que fueron las Fuerzas
Armadas hasta 1986: primero, la Guerra de Corea, segundo, la violencia po-
lítica endémica que enfrentó al país y que desembocó en el conflicto armado
interno y, por último, los gobiernos militares de 1953-1958140 .

Vargas Velásquez, por su parte, realiza un estudio de las Fuerzas


Armadas en Colombia como un actor central del conflicto armado interno,
analizando su incidencia en el conflicto con base en los cambios doctrinales
que tuvo como resultado de la profesionalización militar, concluyendo que
progresivamente, se iba a dar una sustitución, dentro de las Fuerzas Arma-
das, de lo que Vargas llamaría la “doctrina de la Alianza Para el Progreso”
a una de la “doctrina de la Seguridad Nacional”, y a partir de ahí, su rol
dentro de las dinámicas del conflicto fue tomando la forma que la nueva
doctrina imponía. Justamente, a partir de la “nacionalización de la seguri-
dad”, surgiría la edificación histórica de las Fuerzas Armadas canalizadas
hacia una vocación interna e irregular141.

139 Pizarro Leóngomez, Eduardo. “La profesionalización militar en Colombia (1907-1944)”,


Análisis Político, No.1, mayo-agosto 1987): 28-55.
140 Pizarro Leongómez, Eduardo. “La profesionalización militar en Colombia (II): El periodo de la
violencia”. Análisis Político, No. 2 (septiembre/diciembre 1987): 4-42.
141 Vargas Velásquez, Las Fuerzas Armadas en el conflicto colombiano: antecedentes y perspectivas.
(Medellín, La Carreta Editores, 2002).

74
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

En el caso de Nieto Ortíz, se evidencia un estudio que busca dar


cuenta del funcionamiento de las Fuerzas Armadas en medio del conflicto
como un actor encargado constitucionalmente de llevar a cabo las cuatro
funciones en las que ya hemos insistido, a través de un proceso de autonomía
militar que no le ha permitido poder delinear una estrategia contundente y a
largo plazo para acabar la violencia política, debido al faccionalismo político
y a la falta de criterio y de estrategias a largo plazo desde la élite política del
país para que la misión “pacificadora” y militar de las Fuerzas Armadas hu-
biera sido contundente.

Conclusiones

La historia de lo militar podría asumirse, en principio, como un área


de la historia militar cimentada en el impulso y la renovación que trajo con-
sigo la Nueva Historia Militar. En el caso colombiano, lo que se denomina
como “historia de lo militar”, ha logrado amalgamar una gran cantidad de
temas y objetos de estudio relacionados con las Fuerzas armadas, su rol con
el Estado, su participación en los conflictos bélicos, sus influencias, entre
otros. Esta amalgama, se ha nutrido de varias perspectivas interdisciplinares
que han conjugado, por un lado, la historia, y por otro, las diversas disci-
plinas de las ciencias humanas y sociales que hacen eco de la dificultad que
trae consigo de teorizar los preceptos o tendencias que se desarrollan bajo la
Nueva Historia Militar.

El análisis de las Fuerzas Armadas en Colombia como un actor fun-


damental de nuestra historia nacional, ha sido el punto más recurrente des-
de el cual se ha buscado estudiar los procesos históricos del Estado y sus
Fuerzas Armadas, de la misma manera en que estas han tenido la obligación
constitucional emanada desde la filosofía del Estado Moderno, de salvaguar-
dar la independencia, el territorio y el orden. La historia de lo militar, así,
ha sido una tendencia historiográfica en Colombia que se ha propuesto, por
un lado, reverdecer o resucitar el interés de la academia civil por los temas
militares y, por otro, examinar de qué forma las Fuerzas Armadas en Colom-

75
bia han llevado a cabo su trayectoria en aras de salvaguardar los principios
constitucionales que se convierten en sus obligaciones más primordiales.

Dicho estudio del funcionamiento político-teórico de las Fuerzas


Armadas en tanto actor fundamental del Estado, ha sido el centro de atrac-
ción de la historia de lo militar por encima de la historia militar propiamente
dicha o tradicional como comúnmente se podría conocer. La diferencia más
sustancial que se enmarcan dentro de la historia de lo militar y la historia
militar en sus otras tres acepciones que se trabajarán en este libro, es que la
primera no busca incorporar los conocimientos propios de la teoría militar y
de la teoría del combate dentro de sus análisis, de la misma forma en que ve
como algo clasicista, tradicional, obsoleto y políticamente cargado el estudio
del acontecimiento en la guerra, es decir: las batallas y las confrontaciones
bélica específicas y particulares: más bien, se propone analizar el proceso
histórico que explica la formación de los conflictos y la trascendencia del
actuar de las Fuerzas Armadas en ellos.

La historia de lo militar, ha sido también un escenario de debate


académico, que da cuenta de la variedad tanto de aproximaciones a un mis-
mo tema, como de la capacidad que tiene esta de integrar una gama tan am-
plia de estudios acerca de las cuestiones militares que enriquecen aspectos
esenciales para entender de forma integral la historia militar y política de
nuestro país. El debate académico no solo genera controversia acerca de
las afirmaciones que se han generado acerca de las Fuerzas Armadas, sino
también es una fuente de enseñanzas que ambicionan orientar el deber ser
de ellas a través de un análisis político más amplio que busca congeniar el
funcionamiento Estatal con la función de sus órganos de seguridad. El deber
ser se convierte, así, en uno de los principales objetivos de los que pretenden
dar cuenta los estudios realizados en el marco de lo que concebimos como
historia de lo militar.

En este capítulo, hemos analizado tanto el fondo, como la forma


del estado de la cuestión actual de la historia de lo militar en Colombia.

76
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Por un lado, el fondo hace referencia al rastreo teórico realizado sobre la


Nueva Historia Militar y su incidencia no solo en el rejuvenecimiento de la
disciplina en contraposición a lo “tradicional” -o como soberbiamente de la
ha denominado la historia del “drums and trumpets” haciendo referencia a
su contenido clásico y alegórico en algunos de sus trabajos-, sino también
a la generación de espacios y condiciones pertinentes que le ha permitido
a la historia militar diversificar sus metodologías y temáticas mediante una
conexión interdisciplinar mucho más enfática y notoria. A propósito de esta
diversificación, la historia de lo militar se convierte en la principal rama de
la historia militar que acopla, recoge y reproduce este afán rejuvenecedor e
interdisciplinar que ha llevado a cabo la disciplina desde la década de los 50
y 60.

Pero no solo la existencia de la historiografía acerca de los asuntos


militares tienen valor debido a la ampliación de los objetos de estudio y de
los enfoques teóricos y metodológicos: otro aspecto sustancial que recogen
los documentos en tanto fuentes secundarias que se pueden señalar como
de historia de lo militar, es que ofrecen una perspectiva invaluable que ha
buscado estudiar la relación de las Fuerzas Armadas en Colombia con el
Estado, no solo como un actor constitucional, sino también político que ha
traído con sus propias dinámicas unas influencias sensibles en los procesos
políticos y sociales colombianos.

Resulta imposible pensar los procesos políticos colombianos si no se


tiene en cuenta que las Fuerzas Armadas han sido un actor de primer orden
en la construcción del Estado Nacional y que, al mismo tiempo, son sujetas
de la reflexividad que genera la influencia que genera ser las Fuerzas Arma-
da de una sociedad particular como la nuestra. El Ejército, como cabeza
de las FF.AA en Colombia, es un agente que ha influenciado las dinámicas
políticas e históricas del país, pero también es fuertemente afectado por una
sociedad que nutre física y políticamente la concepción y los objetivos polí-
ticos que ellas afrontan.

77
La forma tiene que ver, además, con lo que podríamos denominar la
esencia misma de la historia de lo militar. Como hemos analizado en las pá-
ginas previas, la historia de lo militar es exclusivamente un campo de desa-
rrollo de las fuentes secundarias, cuyas tendencias y enfoques, además de ser
académicos, tienen como base fundamental la rigurosidad científica como
instrumentos indispensables para la demostración de las hipótesis inmersas
en los textos. De tal forma, que la historia de lo militar sea un área de la
historia militar en Colombia, que se caracteriza por la cientificidad de su
propósito y, al mismo tiempo, que posee inexorablemente una concepción y
una finalidad científica.

Para finalizar, hemos descrito que la historia de lo militar busca ana-


lizar a las Fuerzas Armadas como un actor dentro de las dinámicas políticas
y sociales que encierran el devenir colombiano. En este orden de ideas, no
sustenta sus análisis ni examina de forma detallada los acontecimientos béli-
cos que, en el marco de la historia militar, se analizan a través de la teoría del
combate, teoría de la guerra, tecnología militar y aplicación doctrinaria en el
área de operaciones. En otras palabras, la historia de lo militar deja de lado
el estudio de las batallas y acontecimientos bélicos en un sentido estricto, al
menos desde una perspectiva narrativa que busque analizar los movimien-
tos, variables y principios fundamentales de la guerra que definen la victoria
o la derrota dentro de una batalla, operación o, en un sentido mucho más
amplio, una guerra.

En lo relacionado a la forma, se ha expuesto, a lo largo de estas pá-


ginas, cuatro grupos o tendencias principales en las que se ha desarrollado
la historia de lo militar en Colombia. Se ha tratado de realizar un análisis de
dichas tendencias a la luz de Clausewitz, teórico de la guerra cuya influencia
en Colombia es muy amplia y que se convierte en una de las principales
bases epistemológicas de la historia militar en nuestro país, no solo por su
pensamiento teórico y político acerca de la guerra, que de alguna u otra for-
ma dan cuenta de las abstracciones de algunos de los textos citados en este
capítulo, sino también por el hecho de que los principales documentos bajo

78
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

los cuales se ha enseñado la historia militar en el Ejército Nacional, provie-


nen de autores que se han sustentado en la teoría emitida principalmente
por Clausewitz; incluso, hemos repasado que la búsqueda de los objetivos
políticos del Estado a través de su Ejército, es un punto sustancial de estudio
de algunos de los autores reseñados de la historia de lo militar.

La elección de las cuatro tendencias se realizaron a criterio del autor


con tutoría del Centro de Estudios Históricos del Ejército colombiano, con-
siderando que en ellas se reunía la mayor cantidad de textos de la historia
de lo militar, ante lo cual subrayamos que existe actualmente un gran interés
desde la academia civil de estudiar los procesos de las Fuerzas Armadas en
Colombia en especial desde el siglo XX, reuniendo la mayor cantidad de los
textos citados; sin embargo, si bien el siglo XIX ha sido sujeto de un menor
interés por parte de los historiadores, existen obras destacables en las cuales
valdría la pena ahondar teniendo como base la influencia de Clausewitz en
las guías de estudio y manuales de la historia militar en Colombia, debido a
que encierran una perspectiva de mediana duración acerca del devenir de
la institución castrense en Colombia y ofrecen aportes valiosos en temáticas
tanto más específicas como generales, como es el caso de Patricia Pinzón142
que examina el proceso del Ejército en las elecciones desde el siglo XIX
hasta mediados del XX a través de dos perspectivas: por un lado, el debate
sobre la deliberación y, por otro, cómo se ha llevado a cabo el proceso elec-
toral a través de la influencia política que tuvieron las Fuerzas Armadas en
ellas; Rafael Pardo143 , que examina los motivos y los contextos políticos,
económicos y sociales bajo los cuales se han presentado todas las guerra en la
historia de Colombia como República y, finalmente, la Historia de las Fuer-
zas Militares de Colombia144 , que constituyeron un importante aporte desde
miembros de la institución por comprender y analizar su propia historia a la
luz de la trayectoria republicana colombiana.

142 Patricia Pinzón de Lewin. El Ejército y las elecciones. (Bogotá: CEREC, 1994).
143 Rafael Pardo. Historia de las Guerras…
144 Historia de las Fuerzas Militares de Colombia. (Bogotá: Editorial Norma, 1985)

79
A manera de cierre, quisiéramos acotar que existen muchos textos
de preponderancia elevada que por cuestiones de espacio es imposible men-
cionar y explicar, pero, finalmente, la selección hecha por el autor a su con-
sideración, encierra de manera parcial los aspectos más importantes de cada
una de las tendencias reseñadas.

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82
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

PARTE 4

Historia Militar Organizacional


(Análisis de la organización de las
instituciones militares a la luz de las
ciencias militares)
Juan Sebastián Cruz Gallardo 145

145 Juan Sebastián Cruz Gallardo es historiador y estudiante del pregrado en Relaciones Internacionales
de la Pontificia Universidad Javeriana, miembro del grupo de investigación “Cultura e Historia
militar” del Centro de Estudios Históricos del Ejército colombiano. Sus líneas de interés son la
historia política colombiana, la historia militar en Colombia, las relaciones cívico-militares y las
relaciones internacionales.

83
Una de las principales temáticas que ha tratado la historiografía mi-
litar desde los clásicos griegos y romanos como Tucídides, Heródoto y Tito
Livio, consiste en el estudio de la evolución y composición de las estructuras
organizacionales de los ejércitos. Dicho estudio, tiene dos ejes centrales: el
primero, la organización de los ejércitos como unidades estrictamente de
combate; el segundo, como la estructura doctrinal y teórica que dirige, coor-
dina, entrena y plantea el arte de la guerra o el modo de hacerla. Varios de
los textos concernientes a esta temática buscan dar cuenta de, en primer
lugar, las batallas de las principales guerras europeas; en segundo lugar, las
teorizaciones de la guerra y el combate que se generaron como producto
de las experiencias y enseñanzas adquiridas de dichos confrontamientos; y
tercero, la historiografía contemporánea, desde inicios del siglo XX hasta la
actualidad, de los factores sociales y políticos, así como la incidencia de estos
en la conducción de la guerra.

La organización de los ejércitos es una parte fundamental a la hora


de interpretar el pasado, aplicar en el presente y hacer una prospectiva del
futuro de los planes, estrategias y tácticas de la guerra. En otras palabras, la
organización es un reflejo de la forma en la que se concibe un planeamiento
estratégico dentro de los cuerpos armados, así como de las particularidades
idiosincráticas, contextuales y culturales que encierran la relación entre los
ejércitos y los elementos de la sociedad que lo componen y que histórica-
mente han estado presentes y han evolucionado conforme la sociedad aco-
pla avances científicos, así como tácticos.

El inicio de lo que entenderíamos como la organización de los ejér-


citos es una idea que data, de temporalidad coetánea de la creación de la
moneda, de la antigua Grecia, cuando se hizo más latente la necesidad de
conseguir y contratar hombres que defendieran la creciente riqueza que es-
taba trayendo consigo la moneda, materializada en la compra de tierras. De
tal forma que hacia el siglo VII a.c, apareció, de la mano del avance tecno-
lógico que generó nuevas armas, un “nuevo tipo de guerrero y un nuevo
tipo de guerra”. Este nuevo tipo de guerrero y de guerra se conoce como la

84
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

infantería hoplita, que además de estar dotada de cascos, lanzas y escudos


de bronce, modificó de forma radical lo que se entendía por guerra en el
momento, debido a que, hasta la aparición de los hoplitas, el ejercicio de la
guerra era una cuestión individual, de choque de hombre contra hombre;
con la llegada de dichos hoplitas, germinaron las formaciones:

“Hasta la aparición de los hoplitas, los combates habían sido una


cuestión básicamente individual, con ellos, sin embargo, surgieron
las formaciones: los hombres avanzaban (principalmente en los va-
lles, ya fuera para atacar o defender a los cultivos que había en ellos)
de manera disciplinada, en formaciones de ocho filas, en las que el
lado derecho de cada hombre estaba protegido por el escudo de su
compañero. Si caía, el hombre que se encontraba a sus espaldas en la
siguiente fila ocupada su lugar”146 .

La organización de las tropas a la hora de enfrentarse al adversario en


el campo de batalla, la naturaleza de las estructuras de las Fuerzas Armadas,
así como la organización de las sociedades para el conflicto, varían de forma
sensible a lo largo del tiempo y de la geografía, además como respuesta a los
desarrollos sociales que permean de forma directa a los ejércitos 147. Estos
asuntos organizacionales no solo se ven afectados por los avances científicos
materializados en armas y equipamiento, sino también por los desarrollos de
procesos sociales que modifican la idiosincrasia y los objetivos que persiguen
los Estados.

La Historia Militar Organizacional presenta, teniendo en cuenta lo


anteriormente dicho, una versatilidad a la hora de ser estudiada: por un
lado, el proceso histórico da cuenta de multiplicidades de cambios, modifi-
caciones, mejoras (o retrocesos), evoluciones y apreciaciones de la historia
que generan enseñanzas fundamentales para la estructuración de los ejér-
citos del presente; es decir, la Historia Militar Organizacional encuentra,
en el proceso, las respuestas acerca de cómo los ejércitos del presente son
producto de una trayectoria que recrea tanto el particular modo de ver y ha-
cer la guerra de las sociedades, como de la formulación de teorías militares
y del combate que expresan cómo la organización responde a la estrategia
que se plantea para conseguir los objetivos por los cuales se hace la guerra.

146 Watson, Peter. Ideas. Historia intelectual de la humanidad. (Barcelona, Crítica, 2019) 199-200.
147 Jeremy Black. Rethinking Military History. (Nueva York: Routledge &Francis Group, 2004), 13.

85
Por otro lado, la Historia Militar Organizacional da cuenta del acon-
tecimiento o, específicamente, de cómo incidió la organización de un de-
terminado ejército en alguna campaña, batalla o guerra y qué enseñanzas
replicables o modificables para su aplicación puede extraerse de ellas.

Dotando a la Historia Militar Organizacional de esta doble posibili-


dad temporal de estudio, definimos a esta como un área de la historia mili-
tar, definida por el Centro de Estudios Históricos del Ejército de Colombia
como aquella que estudia el desarrollo de la institución castrense a través
de sus procesos misionales, estructuras organizacionales y transformaciones
doctrinales, en las cuales se estudian las etapas organizacionales y normati-
vas por las cuales pasaron los ejércitos para configurarse en lo que son en la
actualidad.

Las estructuras organizacionales del Ejército de Colombia han su-


frido transformaciones constantes a lo largo de la historia de la institución;
ejemplo de esto son los procesos independentistas, en los que existían asimi-
laciones claras de la utilidad de generar una reestructuración de las tropas
libertadores con base en el estado actual (para esos momentos) de las tropas
existentes. Ejemplo de esto, explica Thibaud, que

“La reorganización del Ejército sigue el mismo proceso balbuciente


de regularización. Un movimiento de profesionalización transforma
las prácticas de mando inauguradas en el marco de la pequeña guerra.
Por decreto del 24 de septiembre de 1817, Bolívar instituye un Estado
Mayor General “para la organización y dirección de los ejércitos. A
su cabeza un general de brigada con la ayuda de un subjefe (coronel
por lo menos), cuatro ayudantes generales (todos coroneles) y cuatro
adjuntos (todos capitanes). Cada división tendrá su jefe de Estado
Mayor…148”

148 Clément Thibaud. La República en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la Guerra de Independencia
en Colombia y Venezuela ( Bogotá-Lima, Planeta, Institut Français d’Etudes Andines, 2003), 229

86
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Con base en lo anterior, la Historia Militar Organizacional integra


en su área de estudio no solo la organización de las tropas, sino también las
reformas militares, las reestructuraciones institucionales, los cambios doctri-
nales, las modificaciones normativas de su funcionamiento, entre otras. Toda
esta serie de aspectos, integra lo que se llamaría la organización militar para
el caso que nos compete estudiar.

En el caso del Ejército de Colombia, dichas reformas militares, re-


estructuraciones institucionales, cambios doctrinales, las modificaciones
normativas y organizacionales, se generaron por procesos históricos o por
acontecimientos que vislumbraron una necesidad urgente de organizar las
tropas para que a través de dicha organización se pudiera llevar a cabo la
estrategia y la consecución de los objetivos políticos del Estado: primero,
en las guerras de independencia149 ; segundo, en las guerras civiles del si-
glo XIX, en las que ambos bandos organizaron y movilizaron sus tropas
de acuerdo a principios de la guerra que posteriormente serían canalizados
por Clausewitz como la masa y la economía de fuerzas150 - que dejó como
consecuencia la reestructuración de las Fuerzas Armadas con el objetivo de
reducir su pie de fuerza en 400 hombres como escarmiento al movimiento
de Obando y Melo151 , acabando, prácticamente, con la fuerza pública, lo

149 Clément Thibaud. La República en armas… 226


150 Rafael Pardo. La historia de las guerras. (Bogotá: Debate, 2015), 280-282. En estas páginas, Pardo
relata la forma en la que se coordinaron los ataques en la batalla de Bogotá de la guerra civil de
1854 contra la dictadura den José María Melo, en la que el ahorro de distancias, la economía de
fuerzas (emplear todas las fuerzas disponibles en tareas acordes a su capacidad) y los principios de
masas (superioridad numérica), que permitió la victoria del bando revolucionario.
151 Por su parte, Patricia Pinzón de Lewin, enfatiza en cómo la reorganización de las Fuerzas armadas
luego de dicha guerra civil desembocó en una reducción que en términos generales buscaba
reprender al Ejército por su participación política activa, a tal punto que casi fue desmantelado.
Patricia Pinzón de Lewin. El ejército y las elecciones. (Bogotá: CEREC, 1994), 30.

87
que ocasionó el apoyo de estas a las Sociedades Democráticas152 -; tercero,
las guerras internacionales del siglo XX153 ; y cuarto, el conflicto armado
contemporáneo hasta la actualidad154 .

Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, la Historia Militar Or-


ganizacional es un campo de posibilidades de estudio muy amplio en la
historia militar de Colombia, pero ante todo, señala una diversidad meto-
dológica a la hora de examinar su trascendencia y su importancia para los
ejércitos del presente. Por un lado, la diversidad se expresa en las fuentes
que deben ser analizadas para acotar deducciones sobre la organización de
los ejércitos: reglamentos militares, manuales tanto nacionales como extran-
jeros, memoriales, códigos, resoluciones institucionales, disposiciones lega-
les, directivas, planes de acción, boletines y hasta otro tipo de documentos
como las constituciones, como vimos en el caso de la reducción casi total
de los efectivos en 1854. Por otro lado, en aspectos teóricos como la teoría
del combate, la estructura de planeamiento estratégico, la reestructuración
doctrinal, entre otras, que analizaremos más adelante a través de la historia
del presente para poder delinear una propuesta de cómo la Historia Militar
Organizacional también tiene una utilidad para el ejército del ahora y del
mañana.

152 Guillermo Plazas Olarte. “De la Nueva Granada a la Confederación Granadina”. En: Historia
General de las Fuerzas Militares, tomo 2. Ed: Álvaro Valencia Tovar. (Bogotá, Planeta, 1993) 164.
Las Sociedades Democráticas eran movimientos políticos conformados por artesanos con apoyo
de José María Melo.
153 Haciendo referencia a textos como reformas militares y doctrinales en la Guerra con el Perú,
permeada por el proceso de profesionalización de las Fuerzas Armadas; en el caso de Corea, con la
creación del Batallón Colombia y la estructura a la cual se sujetaba que lo hacía a su vez orgánico
de las fuerzas internacionales de las Naciones Unidas),
154 Saúl Rodríguez Hernández. La influencia de los Estados Unidos en el Ejército colombiano, 1951-
1959. (Medellín: La Carreta Editores, 2006), 66-75. En este punto, se rescata la asimilación de
enseñanzas del modelo estadounidense, sobre todo en la organización de las tropas en brigadas,
la formación de nuevos cursos de combate como el de Lancero, la organización del pelotón para
enfrentarse a la guerra de guerrillas.

88
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

El presente capítulo se divide en tres segmentos. En el primero de


ellos, buscaremos realizar un acercamiento epistemológico a la Historia su-
brayando el carácter esencial de la interdisciplinariedad a la hora de abordar
objetos de estudios como la guerra, en la cual la Historia Militar Organiza-
cional se convierte en un puente que permite abordar a este fenómeno desde
conocimientos y visiones tanto de las ciencias sociales, como de las ciencias
militares y las ciencias “duras” o exactas.

En el segundo apartado buscaremos abordar dicha doble posibi-


lidad temporal de estudio de la Historia Militar Organizacional reseñada
unas líneas más arriba, a través de una teorización desde la historia del pre-
sente que permite analizar de forma integral el devenir de la guerra y de la
organización y formación de los ejércitos para ella, tanto desde el proceso
como desde el acontecimiento. El análisis de estos dos tiempos posibilita el
estudio de los ejércitos del presente y la organización de ellos para la guerra
del mañana teniendo en cuenta las mutaciones y avances científicos que mo-
difican no solo las estructuras de los ejércitos sino también el modo de hacer
la guerra en la actualidad.

Por último., en la tercera parte del capítulo, se abordarán algunos


conceptos que definen la estructura organizacional del Ejército Nacional y
cómo, desde dicho marco conceptual y de la mano de la historia del tiempo
presente, se pueden generar aproximaciones que desde la Historia Militar
Organizacional se puedan aprovechar para que esta rama de la historia mi-
litar en Colombia tenga un marco pertinente de análisis de las guerras de
presente y del futuro.

Hacia un cercamiento epistemológico de la Historia Militar


Organizacional desde la interdisciplinariedad

Debido a su diversidad metodológica, la Historia Militar Organiza-


cional hace parte de un grado mayor de ciencias que se enlazan gracias a la
interdisciplinariedad. La historia militar, incluidas las cuatro grandes áreas
que la componen y que son trabajadas en este libro, tiene una relación muy
estrecha con las Ciencias Militares. En otras palabras, las Ciencias Militares

89
y la historia militar, como ciencia social, comparten objetos de estudio e
incluso algunos enfoques metodológicos y epistemológicos. En el primero
de ellos, en una de las conferencias más importantes que se han hecho en el
marco de la epistemología de las Ciencias Militares, según Ryabchuk:

“se debe ocupar, por sobre todo, de objetos que no pueden ser abor-
dados desde otras ciencias: las características del conflicto armado, los
métodos para preparar y conducir la guerra en los niveles estratégico,
táctico y operacional, la composición, la organización y la provisión
de equipamiento militar a los soldados, el comando, la organización y
el control de las fuerzas en tiempos de paz y guerra, el entrenamiento
y el adoctrinamiento militar y la historia militar, entre otros155 ”

Teniendo esta afirmación como base, podemos decir que si bien la historia
militar es un campo de estudio en sí mismo dentro de una ciencia social ya
consolidada como la Historia, las disciplinas que estudian la guerra como
un fenómeno social y técnico complejo, forman un sistema de conocimiento
mucho más amplio acerca de la guerra y lo militar156 .

Dentro de este diálogo que se enmarca entre la historia militar y las cien-
cias militares, emana la Historia militar Organizacional como un puente que
permite congeniar los objetos de estudio de las Ciencias Militares como la
técnica, la táctica, el diseño operacional, la tecnología militar, la sociedad,
la teoría de la guerra y del combate, entre otros, con el de la historia, que
entiende a los ejércitos como organizaciones humanas cuyas evoluciones y
trayectorias dan cuenta de las sociedades y de los procesos históricos que
provienen de las relaciones humanas; en palabras de Prince Cruzat, que de-
fiende que las Ciencias Militares son un área sobre todo transdisciplinar:

155 Sergio Prince Cruzat. “Los fundamentos de las Ciencias Militares”. Revista Política y Estrategia,
Nº. 111, 2008. p. 16.
156 Ibíd., 15-16

90
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

“Parafraseando a Weingart & Stehr (2000), entender las ciencias mi-


litares en la transdisciplinariedad implica la intersección de diferentes
disciplinas, provocando atravesamientos entre campos capaces de po-
sibilitar múltiples visiones simultáneas de la guerra o la organización
militar. Los campos disciplinarios constituyen estructuras que, al inte-
raccionar entre sí, producen relaciones. Hay relaciones técnicas, pero
existen también posibilidades de intersección entre las disciplinas del
sistema de ciencias militares ”157.

Dentro de este espectro de diálogo estrecho entre disciplinas que


tiene como objeto y sujeto de estudio el análisis de las guerras como fenó-
menos sociales complejos, la Historia Militar Organizacional tiene un rol
importante, debido a que una de las principales temáticas que han sido estu-
diadas en la guerra, tanto desde las ciencias militares158 como de la historia
militar, es el desarrollo organizacional de los cuerpos armados y su inciden-
cia en el acontecimiento es decir, las batallas, guerras o campañas.

Tratando de llegar a una aproximación epistemológica que ayude a


situar el espectro en el cual se encuentra la Historia Militar Organizacional,
debemos plantear que, como ciencia159 , la Historia –y por ende la organi-

157 Sergio Prince Cruzat. “Los fundamentos de las Ciencias Militares”… p. 19.; Weingart & Stehr.
Practising Interdisciplinarity. University of Toronto Press. (2000)
158 Si bien Ryabchuk entiende a las Ciencias Militares como parte de un grupo de ciencias que se
encargan de estudiar la guerra y la organización de los ejércitos, cuestiona el hgecho de que se deba
equiparar los objetos de estudio tanto de las Ciencias Militares como de otras ciencias “técnicas
y sociales”, debido a que las ciencias militares por sí mismas se proponen estudiar la guerra y la
organización de los ejércitos, algo que consideramos contradictorio si tenemos en cuenta que la
historia militar y la sociología militar en sí mismas buscan estudiar la guerra como fenómenos
sociales complejos así como la evolución de la organización militar. V.D. Ryabchuk. “A New Vision
of Military Science”. Military Thought. East View Publications. 2001, 36.
159 Entendemos como ciencia el significado otorgado por Mario Bunge, el cual define que esta es
un proceso que articula un “mundo artificial”, una articulación de ideas cada vez mayor cuyo
conocimiento no solo no es perfecto sino que también puede ser equivocado debido a que siempre
está sujeto a verificación debido a su carácter racional, sistemático y “exacto”. Mario Bunge. La
ciencia, su método y su filosofía. (Argentina: Penguin Random House, 2014)

91
zacional- están en un constante diálogo interdisciplinar (en el caso de las
Ciencias Militares transdisciplinar). En Palabras de Foucault, este constante
diálogo es más bien una relación, en la cual “todas las ciencias humanas se
entrecruzan y pueden interpretarse siempre unas a otras”, diluyendo sus
fronteras, disolviendo su objeto de estudio propio debido a que las “disci-
plinas intermediarias y mixtas se multiplican indefinidamente ”160.

Esta apreciación epistémica tomada de Foucault, en primer lugar,


nos permite inferir que las ciencias humanas, incluidas la historia161 , son
interdisciplinares o, al menos, que están conectadas entre sí, a tal punto que
sus objetos de estudio específicos de cada disciplina pueden incluso diluirse
(Por ejemplo, la Historia Militar con las Ciencias Militares comparten el
mismo objeto de estudio, el cual es el estudio de la guerra y los cuerpos
armados que articulan o componen a un todo llamado “Ejército”). Y se-
gundo, que las “disciplinas intermedias y mixtas” conllevan a un grado de
especialización cada vez mayor del conocimiento. Es por eso que, dentro de
una subdisciplina como la historia militar, se genera una nueva división del
conocimiento bautizada por el Centro de Estudios Históricos del Ejército
como Historia Militar Organizacional. El resto, justamente, consiste en que
la reproducción y especialización de saberes “mixtos” o “intermedios” no
desemboquen en un conocimiento compartimentado, hiperespecializado y
carente de puentes entre ciencias o “saberes”, por lo que los diálogos inter-
disciplinares, como por ejemplo el de la Historia Militar Organizacional con
la teoría del combate, las ciencias militares y las demás ciencias162 , se hacen
especialmente valiosos.

160 Michel Foucault. Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas. (Argentina: Siglo
XXI Editores, 1968) 348
161 Foucault asevera que es en el siglo XIX la profesionalización de la historia a través del positivismo de
autores como Leopold Von Ranke, dotó a la historia de las condiciones necesarias para generar su propio
historicismo. Es decir, recobró una esencia propia a través de nuevas dinámicas que dejaron repercusiones
en la forma en la que se comenzó a entender posteriormente la disciplina: la abstracción de las enseñanzas
empíricas del acontecimiento -o de la corta duración en palabras de Braudel- y la búsqueda de leyes
generales que “hicieron eco no solo de su filiación positiva, sino de conectar a la historia con aquellos
saberes de la división de los saberes de la vida” (Michel Foucault. Las palabras y las cosas, pp.362-364),
por lo que le historicismo es la forma de relacionar a la Historia con las Ciencias Humanas, pero dicho
puente solo puede ser concebido de forma positiva” (Michel Foucault. Las palabras y las cosas, pp. 362-
364). En otras palabras, el puente que le permite a la historia, y por ende a la historia militar, su carácter
interdisciplinar, es el historicismo, sin que esto constituya, necesariamente, la base teórica o el cimiento
argumentativo de este trabajo y de la historia militar en Colombia.
162 Como se argumentará más adelante, la Historia Militar Organizacional no solo debe quedarse en un
diálogo con las ciencias humanas, sino que debe ampliar su visión científica en tanto las dinámicas
científicas han afectado de forma directa el devenir de los ejércitos y por ende su composición y
organización.

92
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Wallerstein, por su parte, nos adentra en el debate entre las ciencias


“nomotéticas” e idiográficas”, algo que también atañe a la historia. Entre
las primeras, es decir, las nomotéticas, se buscaba eliminar el peligro de la
“subjetividad” maximizando la “dureza de los datos”, en otras palabras, la
posibilidad de que estos sean lo suficientemente dicientes y demostrativos
comparándolos entre sí, por lo que surgió la tendencia a recopilar datos
sobre el presente, de tal manera que pueda ser más accesible el control y
recopilación de ellos; los historiadores idiográficos, por su parte, tuvieron
la tendencia de favorecer la utilización de fuentes primarias, no tocadas o
“viciadas” por personas “intermedias” y a favor de los datos en los cuales
el investigador no se involucre ideológica o idiosincráticamente con ellos,
llevando sus investigaciones hacia la recopilación de datos preferentemente
del pasado, en palabras de Wallerstein:

“Eso los llevó hacia los datos creados en el pasado, y por lo tanto,
acerca del pasado, y hacia los datos cualitativos, en los que la riqueza
del contexto podía llevar al investigador a comprender la plenitud de
las motivaciones implicadas, en contraste con una situación en la que
el investigador simplemente extrapola su propio modelo, consideran-
do como su propio prejuicio, y lo proyecta sobre los datos163 ”

Teniendo esto en cuenta, la cuestión se encamina a dilucidar de qué


manera el debate entre lo nomotético y lo idiográfico aporta una conclusión
utilizable para las bases epistemológicas de la Historia Militar Organizacio-
nal. En efecto, teniendo en cuenta lo dicho al comienzo de este texto, la
Historia Militar Organizacional se construye primordialmente a partir de
fuentes primarias. En principio, podríamos decir que este carácter idiográfi-
co sustentado en reglamentos, manuales, disposiciones legales, resoluciones,
casos tácticos, etc, le dan sentido epistemológico a esta subdisciplina de la
Historia, debido a que dichas fuentes se convierten en elementos valiosos
para poder estudiar de forma idónea los procesos históricos de evolución y

163 Immanuel Wallerstein. Abrir las ciencias sociales. Informe de la comisión Gulbenkian para la
reestructuración de las ciencias sociales. (México: Siglo XXI Editores, 2007), 98

93
estructuración de la organización militar de un cuerpo armado específico,
así como el contexto político-social, económico, cultural y bélico que influye
en la formación y organización de determinados ejércitos en función de su
utilidad y funcionalidad tanto en la guerra, como en la paz, sin que nece-
sariamente hayan sido “viciados” por la interpretación de un tercero que a
posteriori plasmó su idiosincrasia en dichas fuentes.

Tanto el estudio contextual y del proceso que terminan explicando


en gran medida a las organizaciones de los ejércitos son las bases que la his-
toria militar, independientemente de su aproximación metodológica, teórica
y temática, debe utilizar para orientar sus investigaciones para realizar un
análisis del pasado que permita hacer una perspectiva del presente y una
prospectiva del futuro del Ejército Nacional.

En este sentido, si bien podemos acotar que la Historia Militar Or-


ganizacional tiene un componente idiográfico al menos en lo referente a la
metodología y al tratamiento de fuentes que la integran, esta debe trascender
dicho carácter. No solo la “objetividad” en tanto que neutralidad es impo-
sible de conseguir dado que cada persona representa lo que se llamaría, en
palabras de De Certeau, un “lugar de enunciación”, sino porque además la
neutralidad se propone tautológicamente la no enunciación de juicios, por
lo que las investigaciones realizadas en la Historia Militar Organizacional
carecerían de ese componente esencial de la historia militar de “analizar la
aplicación de la estrategia y la táctica en el ayer, para comprender la conduc-
ción bélica en el hoy y proyectar el arte de la guerra en el mañana ”164.

Otro de los aspectos centrales que incorpora la Historia Militar Or-


ganizacional es que indefectiblemente hace referencia al factor humano de
las fuerzas. La organización, no solamente hace referencia a las estructuras y
formaciones de los ejércitos, sino que también incluye la referencia lógica de
que dicha estructura es integrada por hombres, seres humanos. Antes de pa-

164 Roberto Arancibia Clavel. La importancia del estudio de la historia militar para los oficiales del
ejército. Revista Memorial del Ejército de Chile. No.484, 2010.

94
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

sar a definir lo que se entiende por organización militar y dar cuenta sucinta
de algunos ejemplos que permiten esbozo del caso actual del Ejército colom-
biano, resulta imperativo resaltar que la Historia Militar Organizacional re-
cobra importancia en dos sentidos: el primero de ellos, es que es una fuente
valiosa para abstraer conocimiento acerca de la relación de la estrategia con
la formación y articulación de los ejércitos para cumplirla; y por otro, por-
que cada día las cifras de combatientes en las guerras regulares e irregulares
son, según el principio de masa de Clausewitz, mayores en comparación con
los siglos precedentes.

Si bien hemos acotado que la Historia Militar Organizacional hace


parte de un componente interdisciplinar con las ciencias sociales y milita-
res, también es necesario reseñar en qué espectro se encuentra la disciplina
con respecto al estado actual de la ciencia. La ciencia, ahora, es cada vez
más interdisciplinar –incluso, en palabras de Ryabchuk, “transdisciplinar”,
al menos en las ciencias militares-, por lo que vale la pena evaluar hasta qué
punto es útil el cuestionamiento que el mismo Wallerstein, en un texto an-
terior 165, reseña que la “ciencia newtoniana” está en la mira, entendiendo a
esta como la ciencia que de forma predeterminada aboga por una separación
o incompatibilidad entre las ciencias “duras” y las humanidades. Veamos.

Wallerstein alerta acerca de un cuestionamiento en contra de la cien-


cia newtoniana que se encuentra actualmente “en la mira” debido a que de
facto plantea una discordancia entre las humanidades y las ciencias exactas o
naturales. ¿Hasta qué punto este cuestionamiento tendría validez a la luz de
la Historia Militar Organizacional? Es decir, ¿de qué forma podríamos rea-
lizar, desde este intento de sentar unas bases epistemológicas para este saber
específico dentro de la historia militar, un análisis de este debate epistemoló-
gico que pueda nutrir el fortalecimiento teórico de la Historia Militar Orga-
nizacional? Primero, es necesario reafirmar que la historia militar dentro de
un espectro general de las ciencia sociales y humanas es interdisciplinar y de

165 Immanuel Wallerstein. La incertidumbre del saber. (Barcelona: Gedisa, 2004), 73

95
tendencia idiográfica por el tipo de fuentes que metodológicamente cimien-
tan su construcción, pero que debe avanzar en pro de superar esta tendencia
para desprenderse de la idealización consistente en la “objetividad” en tanto
neutralidad (aspecto central que la Nueva Historia Militar se ha propuesto
superar); y segundo, vale la pena recuperar de nuevo la estrecha conexión
entre las ciencias sociales y las ciencias militares, que hacen que la Historia
Militar Organizacional sea un puente más entre ellas, por lo que recibe la
influencia y ayuda a recuperar para sí misma los conocimientos que gravitan
en las Ciencias Militares.

Teniendo presente lo dicho algunas líneas más arriba, trascender en


este carácter netamente idiográfico hace válido para efectos del estudio de
la Historia Militar Organizacional el cuestionamiento que trae a colación
Wallerstein. Justamente, la organización militar es sujeta de ser analizada
bajo esta crítica de la incompatibilidad de estos dos tipos de ciencias, por
cuanto la Historia Militar Organizacional, si bien está dentro del espectro
de estudio disciplinar de la historia y de las Ciencias Militares, debe ser ana-
lizada más allá del carácter idiográfico de la epistemología de las Ciencias
Sociales y sobre todo de la Historia: trasciende lo idiográfico debido a que
los constantes y avasalladores avances científicos no solo afectan la forma de
vida y la idiosincrasia de la humanidad, sino también modifica la composi-
ción y organización de los ejércitos como consecuencia de los desarrollos de
la ciencia.

En este sentido, sería inconveniente el propósito de hacer Historia


Militar Organizacional por ejemplo, desde el proceso y desde el aconteci-
miento si dejamos de lado la influencia de las ciencias exactas o naturales;
por ejemplo, desde el proceso, a la hora de examinar la historia de las Fuer-
zas Armadas de Colombia, debemos tener en cuenta que los desarrollos
científicos modificaron esta organización con la llegada de la aviación militar
a comienzos del siglo XX, constituyendo de forma íntegra un aspecto sus-
tancial de la actual organización militar en Colombia a través de la creación
de la Fuerza Aérea Colombiana, creada oficialmente en 1921. Otro ejem-

96
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

plo válido consiste en las modificaciones organizacionales que ha tenido el


ejército para introducir unidades, siendo algunas de ellas las de caballería
mecanizada, comunicaciones, artillería, y aviación militar, así como todo el
componente de seguridad cibernética (Comando Conjunto Cibernético).

Desde el acontecimiento, la organización de los ejércitos también


sufre cambios a la hora de enfrentar una batalla, campaña o guerra, de acuer-
do conforme la ciencia incide en la especialización, creación e introducción
de unidades militares dentro de un todo como lo es la organización de un
ejército, unidad táctica, unidad fundamental, pelotón, escuadra y equipo;
razón por la cual, por ejemplo, resultaría inconveniente hablar sobre la or-
ganización de la escuadra y su aplicación táctica en el campo de combate sin
caer en el anacronismo de que en algún punto de la historia militar organi-
zacional del Ejército de Colombia, la apropiación científica de los avances
en el armamento permitió crear una unidad especializada como la de ame-
trallador que no existía antes y que repercute e incide de forma directa en la
planeación táctica y análisis histórico del arte de la guerra materializado en
el teatro de operaciones.

Partiendo de lo dicho anteriormente, la Historia Militar Organiza-


cional se mueve dentro de tres aspectos fundamentales para su concepción:
primero, la interdisciplinariedad, no solo con las Ciencias Sociales sino tam-
bién con las demás ciencias; segundo, su tendencia idiográfica que debe ser
complejizada, problematizada y trascendida dentro del espectro tanto del
oficio del historiador166 , como de su aplicación y utilidad para el estudio y
planeación del arte de la guerra de todos los ejércitos; y tercero, entre una
posibilidad de estudio de dos duraciones: la larga del proceso de composi-
ción y evolución de las estructuras de los Ejércitos y sus unidades; y la corta
del acontecimiento, que hace referencia a la organización de los Ejércitos en
una guerra, batalla o campaña.

166 Un ejemplo valioso en este sentido en el cual la historia Militar Organizacional podría utilizar
la ”dureza” de los datos cuantitativos son la creación de numerosas y masivas bases de datos
que podrían ser utilizadas, dentro de un aparato crítico complejo, para utilizar la composición
de los ejércitos, resaltando, por ejemplo, el proyecto Correlates of War de David Singer de la
Universidad de Michigan en 1963, que brinda numerosas bases de datos documentadas acerca de
los enfrentamientos bélicos de los Estados.

97
En el siguiente apartado, analizaremos la forma en la que la Histo-
ria Militar Organizacional pude ser analizada desde la historia del presente
para proyectar y gestionar el arte de la guerra de los ejércitos del mañana,
retomando las palabras de Arancibia, tiene como función especial “analizar
la aplicación de la estrategia y la táctica en el ayer para comprender la con-
ducción bélica en el hoy y proyectar el arte de la guerra en el mañana”.

La estrategia, en dicho sentido, es otro aspecto fundamental que


se incorpora dentro de un análisis integral de lo que es la organización o
estructuración de un ejército; y justamente, su importancia recae en que es
la dirección que se le da a los ejércitos para lograr los objetivos del Estado y
de la sociedad. Desde la perspectiva de Suárez,

“La toma de decisiones estratégicas con apoyo de las Ciencias Mili-


tares, implican el análisis de una gama de variedades complejas y la
relación conceptual con ciencias básicas como la física, la química y
la biología y en gran medida con la geografía (cartografía), del mismo
modo con ciencias sociales como el derecho, la sociología, la sicología
social, la politología, la historia, la pedagogía, hasta llegar a ciencias
más aplicadas como la medicina, la veterinaria (caballería), la educa-
ción Física Militar, y la ingeniería ”167.

Sin embargo, también podría añadirse otras ciencias que ayudan a


la comprensión integral del fenómeno organizacional de los ejércitos. Para
Bouthoul, por ejemplo, la demografía explica en este sentido la forma en la
que se han organizado los ejércitos y la progresión de la movilización de las
tropas. Si bien, desde el acelerado proceso de efervescencia del capitalis-
mo las sociedades comenzaron a urbanizarse con mayor vigor, esto generó
también que los ejércitos sean cada vez más técnica y tácticamente especia-
lizados y que la movilización de la población hacia la guerra sea aún más

167 Jesús Suárez Pineda. “¿Qué son las Ciencias Militares?”, Revista Científica General José María
Córdova No. 3. (2005): 45-48.

98
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

masiva. La organización de los ejércitos es en sí un fenómeno demográfico


y la Historia Militar Organizacional estudia los cambios en los sistemas de
reclutamiento, control de tropas, organización y movilización de estas que,
en el siglo XX, vivió su auge más espectacular con las dos guerras mundiales
que azotaron a la humanidad .

La dirección que hemos buscado en este apartado del capítulo, bus-


ca congeniar, desde las bases epistemológicas, dos aspectos centrales: por un
lado, el lugar de la historia militar dentro de las ciencias sociales y su inter-
disciplinariedad. Por otro lado, el deber ser de la Historia Militar Organiza-
cional en tanto sus dos propósitos centrales; el estudio, análisis y reflexión
histórica y militar de los ejércitos, y la aplicación de las enseñanzas que el
estudio de esta deja para una correcta conducción del arte de la guerra a una
escala estratégica y táctica; es decir, que la Historia Militar Organizacional
es una parte de la historia militar y de las ciencias militares, que debe estar
en constante reflexión epistemológica y debe promulgar por una objetividad
más no por una neutralidad de su concepción metodológica y teórica, de tal
manera que su carácter interdisciplinar, le permita epistemológicamente, en
palabras de Blanshard que retoma Dancy:

“La percepción de que la necesidad es asunto de grado es inconsis-


tente con la línea definida entre lo a priori y lo empírico que los posi-
tivistas pretenden trazar. A la luz de tales obviedades como la de que
cualquier cosa roja debe ser coloreada y extensa, o la de que el naranja
cae, en el espectro de los colores, entre el rojo y el amarillo, es absur-
do decir, que con un juicio determinado posee, exactamente con su
significado actual, una necesidad tan absoluta como para no poder ser
modificado por ninguna ampliación del conocimiento”169

169 Jonathan Dancy. Introducción a la Epistemología contemporánea. (Madrid, Tecnos, 2007), 257

99
La Historia Militar Organizacional desde la historia del
presente

Sería importante considerar el hecho de que la Historia Militar Or-


ganizacional tiene que articularse con el conocimiento del presente y con la
guerra del futuro. La Historia Militar Organizacional, desde su incipiente
teorización, debe también ser una herramienta académica útil que permita
abordar el presente de la guerra de forma integral, así como dar herramien-
tas para poder hacer una prospectiva del Ejército Nacional del futuro.

En este apartado, se analizarán específicamente dos aspectos: por un


lado, la forma en la que proponemos que la Historia Militar Organizacional
aborde el presente de forma interdisciplinar pero preservando su enfoque
histórico; y por otro lado, la importancia de aprehender de los vertiginosos
cambios tecnológicos y científicos que modifican la guerra y que tienen un
impacto hondo en la organización de los cuerpos armados, complejizando
aún más lo que se debe entender por la organización militar, siendo esta no
solo –desde una perspectiva clásica- la organización de los ejércitos para la
batalla, sino también la dimensión teórica cuya estrategia estructura al ejér-
cito y lo relaciona con la sociedad, que también comienza a ser parte de la
organización de un ejército para la guerra, como se verá más adelante.

La propuesta que le daremos a la Historia Militar Organizacional


para que logre integrar en su análisis de forma integral el devenir de las or-
ganizaciones militares con temporalidad recientes, actuales o futuras y que
sirva como una herramienta para planear el arte de la guerra del mañana, es
la historia del presente o historia del tiempo presente.

Apoyaremos este argumento desde dos textos de Hugo Fazio. La


historia del presente es, definida por este autor, una historia que se construye
de forma inversa a la cronología, partiendo de la inmediatez es decir, en una
coyuntura específica que su vez está inmersa dentro de una larga duración,
en otras palabras, un proceso, con el objetivo de buscar la importancia del

100
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

cambio histórico y el significado del acontecimiento para poderle dar senti-


do a la relación entre el pasado y el presente170 .

El punto de partida de la historia del presente, surge desde dos as-


pectos: en primer lugar, las sociedades modernas, cada vez más industria-
lizadas, con acceso masivo a la información y a la educación, han hecho
considerar a la historia, y en general a las ciencias sociales, como disciplinas
a las cuales se le exigen tanto respuestas como soluciones a los conflictos
y problemas que aquejan al mundo actual, que producen el descontento
político y social tangible y masificado a través de la conectividad global; y
segundo, desde la caída del Muro de Berlín, los procesos de globalización
actuales han generado aspectos como la crisis del Estado y la privatización
del sector público, entre otras. Tanto la crisis del Estado y la privatización
del sector público son aspectos a los que volveremos más adelante en este
apartado.

La historia del presente es interdisciplinar, pero su enfoque es his-


tórico. Desde las teorizaciones de Braudel acerca del tiempo, se ha proble-
matizado y enriquecido el debate acerca de qué significa este y cómo inte-
racciona entre sí. Esta interacción también resulta útil como punto de inicio
para la Historia Militar Organizacional que acoge termas del presente y del
pasado inmediato.

La historia del tiempo presente, como consecuencia de lo dicho anterior-


mente, es resultado de las profundas modificaciones y transformaciones de
patrones que afectan a la sociedad actual171 y por ende a los ejércitos. Estas,
se materializan de forma más clara y específica en el acontecimiento el cual
expresa dichas transformaciones en tanto que

170 Hugo Fazio Vengoa. “La historia del tiempo presente. Una historia en construcción”. Historia
Crítica. No. 17, 1998, 55.
171 Hugo Fazio Vengoa. “La historia del tiempo presente…” 50.

101
“(…) si la historia del tiempo presente es un estudio del aconteci-
miento en la duración, y esta historia debe respetar la interpretación
de estas tres duraciones (larga, mediana y corta)172 y sus correspon-
dientes niveles de análisis, entonces el punto de arranque no es, como
lo imaginaba Braudel y la mayor parte de los historiadores contempo-
ráneos, la larga duración si no el acontecimiento. El acontecimiento
nos refracta una coyuntura y un proceso y, al mismo tiempo, puede
dar origen a una nueva coyuntura y acelerar, desviar o desacelerar un
proceso ”173

Desde la Historia Militar Organizacional, se estudia, reiteramos,


además de otros aspectos, la organización de los ejércitos frente a la guerra.
La guerra, las batallas, las campañas, las acciones militares, consisten en de
facto en un acontecimiento. Son cortos espacios de tiempo en los cuales se
desarrollan y confluyen una gran cantidad de dinámicas políticas, sociales,
económicas y culturales que direccionan el curso de los conflictos, la forma
de los ejércitos, su utilidad y finalidad. Es tal sentido, el acontecimiento en la
Historia Militar Organizacional -y como lo asimilamos desde el párrafo cita-
do de Fazio-, es el espacio puntual en el que confluye el proceso de forma-
ción de un ejército, su organización de acuerdo a las asimilaciones teóricas,
contextuales e históricas que ha adquirido desde su existencia, que desem-
boca indefectiblemente en un ejército actual que combate en el campo de
batalla, es decir, en una periodización que es definida como acontecimiento.

De esta forma, el acontecimiento -en nuestro caso particular la gue-


rra, la batalla o la campaña-, se percibe como una condensación de una
coyuntura, que se entiende como un momento que acelera la larga dura-
ción, es decir, un dinamizador del proceso174 . Ciertamente, ahí se presenta
la conexión entre el pasado y el presente en la historia militar. Para enfatizar

172 Cursivas nuestras.


173 Hugo Fazio Vengoa. “La historia del tiempo presente…” 54
174 Hugo Fazio Vengoa. “La historia del tiempo presente…” p.54

102
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

y complejizar esta conexión intrínseca en el devenir humano entre la larga


duración que alimenta el proceso, la mediana duración que da cuenta de una
coyuntura y de la corta duración que desde la historia del presente considera
al acontecimiento como un catalizador de los dos estratos temporales ante-
riores:

“A partir de esta noción que se ha desarrollado sobre el presente en-


tendido como duración, se puede concluir que tal registro del tiempo
es un régimen temporal abierto, que incluye elementos de diacronía y
sincronía, que no se ciñe a ninguna experiencia histórica en particular,
que presupone la existencia de una multitud de estratos de tiempo
que se corresponden con distintas formas de experiencias y con los
ritmos diferenciados que se presentan en los fenómenos que se des-
pliegan en los distintos ámbitos sociales. El presente ocupa un lugar
gravitante en cuanto a los demás componente del tiempo y constituye
un régimen temporal que se realiza en la temporalidad y en la espacia-
lidad de manera simultánea ”175.

En el siguiente apartado, la organización y estructura de un ejército tiene


una relación estrecha con los planteamientos estratégicos que rigen los ob-
jetivos de un Estado y una sociedad, así como la forma más acertada de que
los ejércitos los persigan, enmarcando estas teorizaciones en la historia del
presente con el ejército de la actualidad y el ejército del futuro. Las reestruc-
turaciones de los ejércitos, así como sus reformas y redefiniciones doctrina-
les, podrían ser estudiadas desde la historia del presente, ya que las mencio-
nadas modificaciones responden a la necesidad de emplear la historia militar
para tener un panorama del presente y una prospectiva del futuro. En otras
palabras, la historia militar es una herramienta sustancial que permite apre-
hender experiencias y lecciones tanto de la historia de la organización como
de la aplicación de esta al campo de batalla, facilitando la comprensión de
lo que son los ejércitos en la actualidad y cómo podrían abordar el futuro,

175 Ibíd., 70

103
como sucede también en el caso español en el cual la reestructuración del
Ejército de Tierra y la formulación de las directivas doctrinales se realizaron
con base en las lecciones extraídas de la historia militar, con el propósito de
difundir el pasado y el presente de la Fuerza para ganar el respeto y el apre-
cio de la sociedad176 .

La organización del Ejército de Colombia y las guerras del


futuro desde la Historia Militar Organizacional

Clausewitz, que reiteramos es el principal teórico de la guerra y de la


Historia Militar en Colombia, le atribuía a la organización militar una espe-
cial atención, debido a que para dicho autor ella integra no solo la estructura
lógica bajo la cual se guía y jerarquiza a un grupo de hombres que hacen
parte de un cuerpo armado y que pertenecen a una sociedad determinada
que de alguna forma los ha puesto ahí en representación suya, sino que tam-
bién articula una serie de detalles tan sensibles que le suman complejidad e
importancia a su entendimiento y que finalmente desembocan en el hecho
de que la organización misma de los ejércitos tiene como fin último la con-
secución de los objetivos políticos y estratégicos por los cuales se desarrolla
una guerra177 .

En efecto, si bien el planteamiento de Clausewitz es decimonónico


y es sabido que la guerra es una fuente de constantes progresos científicos,
técnicos y tácticos y por lo tanto su evolución es constante y paralela al ritmo

176 Puell de la Villa. ”La historiografía militar en el tiempo presente». En: René Rémond et al.
(coords.). Hacer la historia del siglo xx. (Madrid: Casa de Velázquez, 2004. UNED), 163.
177 Para Clausewitz, la organización de una fuerza armada representaba un aspecto complejo por dos
razones: primero, porque su articulación era un aspecto complejo debido a la jerarquía inherente a
una organización militar, ya que dicha subordinación se expresaba en varias partes que formaban
un todo y que debían estar permanentemente correlacionadas; segundo, porque hay una gran
cantidad de detalles de la organización que comienzan a ser visibles cuando se emplean, es decir,
cuando un ejército entra en combate y su organización comienza a ser puesta a prueba. Karl Von
Clausewitz. De la Guerra. Vol. 1. (Caracas: Editorial hormiguero, SF), 158-159.

104
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

vertiginoso en el que está inmersa la sociedad, los nuevos tipos de guerras,


las del siglo XXI, en palabras de Mary Kaldor, las de la cuarta generación,
han traído cambios sustanciales en tres aspectos:

1. Transformación de los objetivos de la guerra.


2. Los modos de financiación de la guerra.
3. Los métodos de lucha.

Sin embargo, para Forigua, las guerras actuales también han traído
una transformación importante en lo referente a la estructura organizacional
de los ejércitos, que han sido afectados por la globalización, la descentra-
lización y porosidad de las nuevas amenazas, lo que trae consigo una rea-
daptación de las organizaciones de los cuerpos armados para hacer frente a
amenazas que también han sufrido modificaciones en su estructura organi-
zacional y que cada vez están más interconectadas entre sí, aumentando su
potencialidad de daño y obligando a repensar el futuro de las organizaciones
militares como unas no solamente diseñadas para hacerle frente a la guerra
convencional sino también irregular 178.

En todo caso, para definir una organización en el sentido en que


la estudia la historia militar operacional, esta debe ser entendida como la
estructura que le da forma a los ejércitos, no solo en el plano de lo humano
(la composición, formación y articulación de hombres en unidades jerar-
quizadas cuya verticalidad le da sentido a la doctrina que se cumple, a la
obediencia del mando y a los objetivos e intereses que el Estado y la sociedad
buscan), sino también en lo referente a la formulación de entidades que le
permite a la organización de los ejércitos adquirir y definir las herramientas
y las estrategias para cumplir dichos preceptos.

178 Emersson Forigua. “Las nuevas guerras: un enfoque desde las estructuras organizacionales”.
Papel político. Vol 11. No. 1, (2006), 318.

105
En este sentido, una estructura organizacional, al menos como se
propone entenderla a lo largo de la Historia Militar Organizacional, es la
forma en la que las diferentes partes de un todo (unidades militares de com-
bate, escuelas de formación, comités de planeamiento estratégico, comuni-
caciones, etc) se distribuyen y se conectan entre sí para que la organización
pueda “adquirir conocimientos, tomar decisiones, planear, desarrollar, acti-
vidades operativas y perdurar en el tiempo más allá de los individuos que las
conforman o realizar cualquier tipo de actividad179 ”.

En el caso colombiano, la organización militar ha sufrido modifica-


ciones conceptuales que hoy en día resultan en una renovación doctrinal y
estructural conocida como DAMASCO, que enfoca los esfuerzos de reno-
vación institucional para convertir al Ejército de Colombia en una organiza-
ción multimisión con base en la seguridad humana como eje articulador de la
fuerza180 , complejizando la organización actual del Ejército, y dinamizando
su funcionamiento para responder a los desafíos y retos que la globalización
trae consigo, o, en palabras más clásicas de Clausewitz, para lograr obtener
los objetivos políticos del Estado con base en la formulación de estrategias a
las cuales debe ajustarse la organización.

Si bien este es el presente de la fuerza, esto es producto de una evo-


lución institucional que ha se ha generado con el objetivo de responder a
la particularidad de los contextos históricos colombianos, replanteando la
estrategia con base en cada una de las guerras que ha peleado el Ejército
colombiano.

En el caso del estudio de la Historia Militar Organizacional, la meto-


dología de estudio se articula en torno al estudio tanto de fuentes primarias

179 Emersson Forigua. “Las nuevas guerras…”, 321


180 Antonio González Martínez; Alexander Betancourt Montoya. “La transformación del Ejército
Nacional de Colombia: una interpretación teórica”. Revista Latinoamericana de Estudios de
Seguridad. No. 22, (2018), 78

106
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

como de secundarias. Respecto a las fuentes primarias, se deben tener en


cuenta los reglamentos, manuales, memoriales, códigos, resoluciones, dispo-
siciones, directivas, planes de acción, boletines, casos tácticos, documentos,
ente otros, que muestran los cambios significativos en la naturaleza de la
institución y las unidades que las componen.

Es especialmente importante tener en cuenta que son necesarios es-


tos tipos de fuentes, debido a que no solo evidencian información valiosa a la
hora de construir la historia de los ejércitos y su organización, sino también
porque dan cuenta de la forma en la que se piensa, planea y ejecuta la gue-
rra por parte de los comandantes en su relación vertical con sus tropas. En
el caso de la campaña Libertadora, por ejemplo, se encuentran referencias
acerca de la forma en la que se pensaba la guerra por parte de los generales
del Ejército Patriota: por ejemplo, en la organización del Ejército Libertador,
en 1818, se copia exactamente igual el sistema revolucionario (napoleónico
francés), tomando como guía o modelo el “Manuel des adjudans-généraux
et des adjoints emplyés dans les Etats-Majors.divisionnaires des Armées de
Paul Thiébault, que se convierte en el cimiento teórico bajo el cual se articu-
la y organiza el Ejército Libertador, demostrando el deseo de concebir una
organización cuya unidad máxima fuera la división, aunque en la realidad
la cantidad de hombres que se necesitaban para crear una división según el
sistema francés, fueran muy alta en comparación con las capacidades de los
ejércitos libertadores, no obstante la estructura y la idea de dividir el ejército
neogranadino de tal forma siguiera vigente181 .

Por consiguiente, la Historia Militar Organizacional podría abstraer


de la historia del presente la necesidad de generar análisis integrales sobre
el devenir de la historia, no solo en el sentido de la larga duración, del pasa-
do que gesta de alguna u otra forma la trayectoria de los ejércitos (o de las
organizaciones militares) para incidir de forma directa en lo que son en la
actualidad, y cómo en la actualidad esta organización se aplica en los aconte-

181 Clément Thibaud. La República en armas… 226-227

107
cimientos, es decir, en la batalla o la guerra. Sin embargo, el devenir incluye
en su temporalidad, además, el futuro:

“El presente, entendido como duración, como un registro de tiempo


abierto en los extremos, es decir, que retrotrae a la inmediatez ciertos
elementos del pasado (el espacio de experiencia) e incluye al devenir
en cuanto expectativas o futuros presentes (el horizonte de expecta-
tivas)182 “

Teniendo esto en cuenta, es decir, la estrecha conexión entre el pa-


sado, el presente y el futuro cuya condensación generan el devenir (que se
entiende como un proceso y a la vez como la incidencia y dinamización del
acontecimiento, siendo este último uno que genera también consecuencias
que inciden en el futuro), la historia del presente tiene en cuenta en el análi-
sis de sus temporalidades, el “horizonte de expectativa” o futuro. En dicho
futuro, el sentido en el que desde el presente no solo podemos generar un
mejor futuro, sino también realizar ejercicios de prospectiva que le permita
el historiador tener la capacidad de construir escenarios que en su momento
deberán apropiarse de las lecciones del pasado (es decir, el presente) para
poder encontrar respuestas a las coyunturas y procesos de ese momento.

Es importante considerar la importancia el futuro porque el Ejérci-


to Nacional no es ajeno a las dinámicas globales183 que afectan a todos los
ejércitos y organizaciones militares del mundo, tanto en su actuar como en
la estructuración tanto de sus tropas como de sus entidades encargadas del
planeamiento estratégico y conducción de la guerra.

Con base en el marco conceptual brindado anteriormente, podemos entre-


ver que el Ejército Nacional no es ajeno a esas reestructuraciones que de

182 Hugo Fazio Vengoa. “La historia del tiempo presente: historiografía, problemas y métodos “, 140
183 Para Fazio, la historia del presente representa una “cartografía” de la historia global. Hugo Fazio
Vengoa. “La historia del tiempo presente: historiografía, problemas y métodos “, 148

108
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

alguna o de otra manera manifiestan las necesidades de actualizarse y aco-


plarse al contexto actual de amenazas globales. Pero ¿Cómo incide, por un
lado, la trasformación de la organización con base en las nuevas tecnologías
y las amenazas actuales con el enfoque interdisciplinar que señalamos en la
Historia Militar Organizacional?

Por un lado, el futuro de la guerra es en sí una expresión que im-


plica un presente en el que se analizan escenarios posteriores teniendo en
cuenta los análisis sociales y científicos que se realizan de un fenómeno tan
complejo como la guerra, tanto desde la academia como desde los mismos
ejércitos a la hora de adecuarse a las transformaciones vertiginosas que trae
consigo una guerra cada vez menos clásica pero más irregular, afianzada por
los procesos de globalización.

En el caso organizacional, existirá una transformación en la cual


cada vez habrá menos exposición de grandes cantidades de hombres (prin-
cipio de masa de Clausewitz) y si más equipos con avances tecnológicos y
científicos de punta que reemplacen algunas de las funcionalidad atribuidas
comúnmente a los soldados184 . Es decir, la importancia de tener en cuenta
la planeación del futuro de la guerra es que la tecnología sigue su proceso de
alterar la composición organizacional de los ejércitos, pero esta vez de una
forma aún más insidiosa debido a que los avances tecnológicos replantean
la funcionalidad de los principios de masa y seguridad en tanto que pueden
reemplazar y no exponer la vida de varios hombres.

Sin embargo, esta recomposición organizacional de los ejércitos a la


hora de abordar las necesidades del futuro teniendo en cuenta todo su pro-
ceso, presenta, según Freedman, dos aspectos a considerar. Primero, el he-
cho de que articular e introducir los nuevos avances tecnológicos e innova-
ciones militares dentro de los ejércitos, tanto en el aspecto de su utilización

184 Lawrance Freedman. La guerra del futuro. Un estudio sobre le pasado y el presente. (Barcelona:
Crítica, 2019) p.373

109
como de la reorganización de los ejércitos, requiere de un tiempo de prueba
considerable en tanto que debe superar varios ensayos en lo referente a su
utilidad en la guerra como a la forma en la que esta afecta de tanto positiva
como negativamente a las organizaciones militares. Segundo, por el carác-
ter moral que implica combatir con tecnología de punta que puede resultar
cuando menos éticamente controversial, justamente la forma en la que esto
incide en las organizaciones militares se ejemplifica tomando la referencia
del mismo autor: los drones han cambiado de forma considerable la manera
de ver la guerra: no solo son un gran avance científico que expone cada vez
menos la vida de los hombres que disponen de estos medios, sino que hace
todo lo contrario con el adversario el cual es perseguido hasta los últimos
confines más allá de lo definido formalmente como un campo de batalla;
esto, además, reconfigura la organización militar, en tanto que se crea una
nueva unidad experta en operar estos artefactos de forma remota a miles de
kilómetros de un teatro de operaciones donde sí está expuesta la vida del
objetivo185 .

Más allá del dilema ético, cuyos límites controversiales cada vez se
expanden más con la llegada de nuevas armas y de nuevas tecnologías que
siempre acrecientan la oportunidad de causar o recibir daño físico, es im-
portante concluir en este aspecto que la historia militar en su carácter de
herramienta para el arte de la guerra del futuro, debe apoyar y generar co-
nocimiento acerca del impacto de estas nuevas tecnologías y necesidades de
actualización organizacional de los ejércitos producto de sus experiencias
pasadas así como de las amenazas que debe afrontar, en la cual la historia
militar además debe coadyuvar a abstraer soluciones fehacientes o conoci-
mientos útiles para actualizar, organizar y planear los ejércitos del maraña.

Otro aspecto de transformación de las organizaciones militares en el


futuro y que incide de forma directa en la Historia Militar Organizacional,
en tanto que se convierte a la población civil como una nueva “parte” de

185 Lawrance Freedman. “La guerra del futuro...”, 378-379

110
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

los Ejércitos, esto a través de lo considerado como las amenazas hí-


bridas. La Historia Militar Organizacional, en este aspecto, debe abordar
desde un enfoque histórico pero interdisciplinar las variables que podrían
ocasionar que determinada población, en el marco de una guerra, se con-
vierta en una “quinta columna”186 de los ejércitos, tomando partido a favor
o en contra de ellos.

Por consiguiente: Los factores culturales, intelectuales, idiosincráti-


cos y sociales afectan directamente la forma en la que se concibe la organiza-
ción de los ejércitos y también cómo la organización evoluciona a través de
la apropiación de nuevos armamentos:

“intelectual and cultural factors are important for technological and


organizational enhacement, not least in terms of how problems are
perceived and solutions constructed. There is tradittionally a telelolo-
gy at play, notably with reference to the use of science, including the
very employment of the concepto of military science187”

Las guerras híbridas son un concepto que tarta las modificaciones


de la organización de los ejércitos en las nuevas guerras; posee, sin embargo,
una definición heterogénea, sin embargo, que posee características claras,
siendo algunas de ellas: el uso de las posibilidades de masificación de la in-
formación en la actualidad para hacer eco en la población, la asimetría de las
guerras en las cuales grupos armados no oficiales pueden exponer y generar
grandes golpes a los ejércitos actuales, el contexto complejo de los conflictos

186 Concepto usado por el general ruso Guerasimov en la cual se hacía referencia al hecho de que las
confrontaciones entre grandes masas de ejércitos (problematizando aún más el concepto de masa)
estaba en un ocaso o al menos en un grado en el que cada vez será menos frecuentes, debido a
que las nuevas amenazas y las nuevas formas de afrontar esas amenazas buscaban enardecer a las
poblaciones a través de la desinformación y la guerra psicológica en contra de objetivos específicos
comunes principalmente irregulares, contexto aplicable perfectamente al caso colombiano incluso
desde los planes de acción cívico-militar como el Plan Lazo, Andes y otros. Lawrance Freedman.
“La guerra del futuro…” 346
187 Jeremy Black. Rethinking Military History. 120

111
políticos actuales, la utilización de la población civil como una nueva orga-
nización armada capaz de causar daño y generar inestabilidad188 , la coexis-
tencia de tácticas convencionales e irregulares de la guerra, la conexión de
grupos armados con organizaciones criminales y terroristas189 , entre otras.

La consecuencia más palpable de este nuevo tipo de guerra en la or-


ganización militar se puede entrever en el hecho de que existen dos aspectos
fundamentales que requieren una actualización y relectura de los clásicos
teóricos de los ejércitos: por un lado, la utilización de la población civil como
una posible vanguardia dentro de estas guerras asimétricas contra organiza-
ciones de objetivos políticos y económicos cada vez menos tradicionales; y
por otro lado, la búsqueda de alternativas que faciliten abordar las nuevas
guerras de tal forma que los Estados se puedan imponer en ellas sin “tener
que hacer uso” de una fuerza “abrumadora” en un teatro de operaciones o
“batalla de corte clásico”190 .

Para Clausewitz, los conceptos tanto de masa como de economía de


fuerzas (ambos principios de la guerra aplicados por el Ejército de Colom-
bia) son aspectos claves de la organización militar en el campo de batalla. El
último, se entiende como la destinación de las tropas a tareas útiles y funcio-
nales, articulándolas y alejándolas de la ociosidad o la inacción191 , comple-
mentado por el manual leyes causales de la victoria en el combate, es decir,
realizar el máximo trabajo con el mínimo esfuerzo192 ; mientras que el prime-
ro consiste en la clásica definición de superioridad física y moral aplicada en

188 Guillem Colom Piella. Guerras Híbridas. Cuando el contexto lo es todo. Revista Ejército No. 927.
(2018) p.43. Consultado el 24 de agosto del 2020 en: https://www.ugr.es/~gesi/Guerras-hibridas.
pdf
189Javier Miguel-Gil. “El tratamiento informativo de la guerra híbrida en Rusia”. Revista
Latinoamericana de Estudios en Seguridad. No. 25 (2019), 112-113.
190 Lawrance Freedman. “La guerra del futuro”, 346.
191 Karl Von Clausewitz. “De la Guerra…”. Vol. 1. pp. 178-181.
192 Eduardo Gutiérrez Arias. 15 lecciones de Historia Militar. (Bogotá: Escuela Militar de Cadetes,
1993), 12

112
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

el campo de combate193 . Estos dos conceptos, además del de Seguridad194 ,


se verían, en un inicio, en la necesidad de ser replantados y actualizados para
afrontar este nuevo tipo de amenazas para las cuales el Ejército de Colom-
bia se está transformando. Las guerras hibridas, que de forma consecuente
representan una amenaza para todos los ejércitos, incluidos el Ejército de
Colombia, evidencian la importancia de replantear y aplicar estos principios
de la guerra, porque justamente la guerra del futuro avanza en modificar la
organización de los ejércitos en el campo de batalla para salvaguardar la vida
(principio de Seguridad) y maximizando la utilidad del de la Sorpresa195 .

Conclusiones

Antes de la época clásica, todo ejercicio bélico se disponía con vistas


a medir la fuerza de cada uno de los adversarios en campo abierto, libre de
todo obstáculo, de relación individual entre cada combatiente con su adver-
sario. Sin embargo, desde la Grecia antigua, la llegada de las formaciones
modificó la organización de los hombres y dotaron al arte de la guerra de
un carácter más colectivo, dinámico y ordenado en tanto la organización co-
menzó a ser parte fundamental de la forma en la que los ejércitos abordaban
la guerra.

La Historia Militar Organizacional es una rama de la historia militar


en Colombia que busca el análisis de la composición estructural y organi-

193 Eduardo Gutiérrez Arias. “15 lecciones de Historia Militar…”, 9


194 Según las Leyes causales de la victoria en el combate ya mencionada más arriba, contenida en
el texto de Eduardo Gutiérrez Arias, el principio de Seguridad anula o reduce los efectos de la
Sorpresa y puede ser estratégica táctica y técnica. En nuestro caso, la seguridad técnica es aquella
que mediante construcciones mecánicas, eléctricas o electrónicas que mediante la tecnología provee
seguridad, ejemplo de estas son las armas, radares etc. Eduardo Gutiérrez Arias. “15 lecciones de
Historia Militar…”, 16
195 En las mimas Leyes causales de la victoria en el combate, el principio de Sorpresa pretende anular
o reducir la capacidad de reacción del adversario. La Sorpresa puede ser estratégica, táctica o
técnica, en la cual esta última es aquella que dan las armas nuevas, equipos modernos y las nuevas
tácticas o estrategias. Eduardo Gutiérrez Arias. “15 lecciones de Historia Militar…”, 9

113
zacional de los ejércitos para convertirse en lo que son en la actualidad, no
solo en el sentido de cómo se organizan en el campo de batalla, sino también
en lo referente a su estructura general que hace que el aprendizaje de las
lecciones del ayer puedan ser replicables en el Ejército del presente y per-
mitan hacer una prospectiva de su futuro. En principio, la Historia Militar
Organizacional analiza los reglamentos, disposiciones legales, resoluciones,
manuales, memoriales y demás fuentes primarias con el objetivo de dilucidar
la incidencia de la organización de los ejércitos en el campo de batalla y en
un marco más amplio en la estructura general de la Fuerza.

Sin embargo, desde la historia del presente se ha buscado no solo


dotar a la Historia Militar Organizacional de un primer acercamiento en
este campo acerca de la planeación del arte de la guerra en el presente y el
futuro del Ejército Nacional, sino también dar cuenta de que la composi-
ción organizacional de los ejércitos en la actualidad son producto tanto de
su propio proceso y evolución a lo largo de su propia historia, como de los
acontecimientos que han servido para extraer lecciones particulares que les
permite verificar la incidencia de su organización en el campo de batalla. La
modificación de las organizaciones militares respecto al presente y el futuro,
teniendo en cuenta su pasado, hace que esta conjunción de tiempos que
generan el devenir, ayuden a fortalecer los marcos de análisis y a profundizar
la influencia que tienen las demás ciencias en el análisis histórico de la orga-
nización de los ejércitos, por cuanto la tecnología, los avances científicos y la
apropiación de estos tanto en las sociedades hiperconectadas y globalizadas
como en sus ejércitos, replantean varios de los principios de la guerra utili-
zados por el Ejército Nacional – y otros ejércitos- para extraer lecciones y
ejecutar las directivas estratégicas de dichos cuerpos armados que persiguen
los objetivos políticos de los Estados.

Buscando realizar un primer acercamiento que enriquezca el cor-


pus epistemológico de la Historia Militar Organizacional, concluimos que
una de las primeras bases epistemológicas de esta rama de la historia militar
es, en primer lugar, los principios causales y fundamentales de la guerra de

114
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Clausewitz, con una aplicabilidad actual latente dentro del Ejército Nacio-
nal, aunque dichos principios deban ser reestudiados y actualizados (más no
eliminados) para adaptar la organización del Ejército Nacional en los modos
de hacer la guerra que se avecinan.

Una segunda base epistemológica necesariamente hace referencia a


la interdisciplinariedad y a la intrínseca conexión entre la historia militar y
las ciencias militares, las cuales tienen un mismo objeto de estudio: la guerra
como un fenómeno social, político, estratégico y tecnológico. La base episte-
mológica en este sentido, permite una interdisciplinariedad entre la Historia
Militar Organizacional y las demás ciencias, incluso exactas, debido a que
la organización de los ejércitos están en constante evolución y modificación
de acuerdo a cómo se plantean los objetivos políticos del Estado y al mismo
tiempo como se aprehenden los avances científicos dentro de la organiza-
ción y recomposición estructural de un ejército.

La Historia Militar Organizacional es interdisciplinar porque las


ciencias, al interactuar entre sí, se atraviesan unas a otras y permiten la gene-
ración de múltiples visiones sobre un mismo tema de la organización militar.
Como hemos visto en la Historia Militar Organizacional, la teoría de la gue-
rra, del combate, la historia militar, las teorías organizacionales, la demogra-
fía y la ciencia política (que estudia los objetivos políticos del Estado), entre
otras, ayudan a dar cuenta de varias temáticas de la guerra, incluyendo la
evolución de la organización de los ejércitos y su aplicación en el campo de
combate.

La evolución militar no hace referencia exclusivamente a cómo los


ejércitos se adaptan a las nuevas tecnologías y modifican su organización de
acuerdo a cómo se acoplan a los avances científicos que hacen que posean
nuevas armas, también debe dar cuenta de cómo esas modificaciones no son
solo producto del armamento o la innovación tecnológica o científica, sino
de qué manera la particularidad de los contextos hacen que la organización
de los ejércitos se adapte a los problemas específicos de los conflictos que se

115
les presentan196 , creando así literatura que plasma los conocimientos y las
directrices para seguir la guerra, como reglamentos, manuales, resoluciones,
planes de lección, entre otras fuentes que la Historia Militar Organizacional
debe consultar para poder estudiar su devenir y proyectar las necesidades
organizacionales del ejército del mañana.

La tercera base epistemológica hace referencia a que si bien las fuen-


tes primarias son fundamentales en el sentido de que a través de ellas se
extraen los lineamientos que dan cuenta de cómo ha sido y ha evolucionadlo
la organización de un ejército a lo largo del tiempo y cómo debe ser aplicada
en la actualidad, argumentamos que las fuentes secundarias y las fuentes
de carácter cuantitativo ayudan a trascender esa tendencia idiográfica de la
Historia Militar Organizacional para logar un aparato crítico más universal
acerca de un fenómeno tan complejo como es el de la organización de los
ejércitos. En este sentido, la base epistemológica del Ejército Nacional son
dichas fuentes primarias, pero se podrían aumentar este corpus epistemoló-
gico superando esa tendencia y convirtiendo a la Historia Militar Organiza-
cional en una rama ampliamente interdisciplinar sin perder su enfoque his-
tórico, crítico y científico que le permita generar conocimientos aplicables
para la conducción del arte de la guerra del mañana.

Por último, la historia del presente sería una herramienta epistemo-


lógica válida y útil para analizar la composición actual de los ejércitos sin
perder de vista el carácter histórico de su composición. Las guerras y ame-
nazas que se materializan en la composición del Ejército Nacional para ac-
tuar bajo el conflicto armado, así como el planeamiento y estratégico desde
su estructura para dar cuenta del planeamiento del arte de la guerra en el
mañana, son a su vez parte de una condensación de un proceso que canaliza
algunas de las consecuencias que definen lo que la organización actual del
Ejército constituye para afrontar la guerra intestina que hay en el país. La
historia del presente precisamente permitiría analizar desde los aconteci-
mientos y coyunturas, cómo ha incidido en el pasado para articular el ejérci-
to de la actualidad y planear el del futuro.

196 Jeremy black, 116

116
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

La composición organizacional futura del Ejército debe realizarse teniendo


en cuenta estos aspectos de la guerra futura y de las guerras híbridas, actua-
lizando la aplicación teórica y práctica de sus base operacionales y organi-
zacionales, es decir, los principios fundamentales de la guerra de Clausewitz
que a nuestro juicios podrían seguir siendo actuales para las guerras futuras
convencionales e hibridas siempre y cuando se les adapten en la caracte-
rística de dichas guerras y la cuales hemos esbozado; por ejemplo, las rees-
tructuraciones y la forma en la que se ha estructurado el Ejército Nacional,
teniendo en cuenta estos manuales y documentos siguen los principios de
la guerra provenientes de Clausewitz, pero las características de la guerra
híbrida, las nuevas tecnologías y el proceso de formación de un ejército mul-
timisión conducen a considerar pertinente la formulación del principio de
masa en unos escenarios en los que la confrontación directa de hombres
cada vez es menor en cantidad, sustituida por la tecnología y la porosidad
de las amenazas.

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119
PARTE 5

Historia Militar Contextual


(Análisis del contexto en el cual se
desarrollaron las campañas, operaciones,
batallas y combates)
David Sarmiento Rojas197

197 David Sarmiento Rojas es historiador de la Pontificia Universidad Javeriana candidato a magister
en Geopolítica y estrategia, miembro del grupo de investigación Cultura e Historia Militar. Sus
líneas de interés son la historia política colombiana, la historia militar del Ejército de Colombia, las
reformas militares del siglo XX y las influencias extranjeras dentro de la institución militar.

120
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

El Ejército prusiano, luego de las guerras napoleónicas, dejó claro


que el estudio de la historia militar al interior de la institución armada era
muy importante. El general Carl von Clausewitz a partir de la depuración
de los aspectos particulares de las batallas estableció un Arte de la Guerra.
Con ello buscaba implantar un valor pedagógico en la historia militar y la
introdujo en los programas de estudio de las academias militares prusianas,
con la idea de “enseñar la guerra durante la paz”198.

Posteriormente, uno de sus alumnos más destacados, el general


Helmuth von Moltke, mientras ocupaba el cargo de jefe del Estado Mayor
General prusiano expandió el Estado Mayor de su ejército, dio apertura a
oficinas especializadas llamadas secciones, las cuales “tenían la tarea de pla-
nificar de manera detallada y sistemática la guerra en tiempos de paz, especí-
ficamente en áreas como la geografía, movilización, estadística, cartografía,
climatología” y, para el caso específico, en historia199 .

El estudio de la historia militar en los ejércitos nacionales se con-


solidó a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, esto se dio gracias a las
directrices que emitió el general Moltke, así, como el Estado Mayor General
prusiano adquirió un nivel elevado de análisis en temas históricos. La sec-
ción de historia repercutió en casi todos los países de Europa y, en Latinoa-
mérica, Chile fue el primero en adoptar ese modelo en 1906200.

Posteriormente, en el ejército colombiano se adoptó el modelo alemán de


secciones gracias a las sucesivas misiones chilenas que arribaron a Colombia
entre 1907 y 1915. Los trabajos de historia producidos por el Estado Mayor

198 Antonio Espino López. “La Historia Militar. Entre la renovación y la tradición”. Manuscrits, n°
11, enero 1993, 216.
199 David Sarmiento Rojas, “La influencia alemana en el Ejército colombiano, 1929-1934” (Tesis de
pregrado en Historia, Pontificia Universidad Javeriana, 2020), 94-95.
200 Roberto Arancibia Clavel, Una introducción a la historia Militar (Santiago: Salesianos, 2014),
68-69.

121
General del Ejército se difundían por medio del Memorial del Estado Ma-
yor del Ejército de Colombia, hecho a imagen semejanza del Memorial del
Estado Mayor del Ejército de Chile. La publicación era una revista emitida y
editada por la entonces Dirección del Departamento de Historia del Ejérci-
to y buscaba, dentro de muchas de sus funciones, estimular el estudio de la
historia militar colombiana201.

Con el tiempo, el estudio de la historia militar se vino especializando


y, en consecuencia, en ella fueron surgiendo nuevas líneas de investigación,
con las cuales se ha buscado orientar y problematizar de una mejor manera
cada uno de los enfoques que de ellos se desprende. Es así, para el caso
contemporáneo colombiano, que dentro de las líneas de estudio de la His-
toria Militar propuestas por el Centro de Estudios Históricos del Ejército
(CEHEJ) aparecen las líneas de historia de lo militar202, la historia operacio-
nal203, la historia organizacional204 y, para el caso de este capítulo, la historia
contextual.

Esta última línea, en sí, busca estudiar la incidencia que las variables
exógenas se presentan en el desarrollo de la institución castrense, su influen-
cia en el ámbito militar y, específicamente, en las batallas, tales como la eco-
nomía, la sociedad, la cultura, la geografía, la política y la información, tanto
a escala doméstica como internacional. Esto, en la práctica, brinda al oficial
superior y general una serie de elementos a tener en cuenta al momento de

201 Sarmiento, “La influencia alemana”, 55-57.


202Juan Sebastián Cruz Gallardo, “Historia de lo militar”, Centro de Estudios Históricos del
Ejército, acceso el día 28 de agosto de 2020, https://www.centrohistoricoejc.mil.co/index.
php?idcategoria=489798
203David Sarmiento Rojas, “Historial militar operacional”, Centro de Estudios Históricos del
Ejército, acceso el día 28 de agosto de 2020, https://www.centrohistoricoejc.mil.co/index.
php?idcategoria=490789
204 Juan Sebastián Cruz Gallardo, “Historia militar organizacional”, Centro de Estudios Históricos
del Ejército, acceso el día 28 de agosto de 2020, https://www.centrohistoricoejc.mil.co/index.
php?idcategoria=492195

122
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

elaborar y poner en marcha una operación militar205. Asimismo, la Historia


Militar se estudia y se trabaja en un contexto, lo que quiere decir que se
debe sintetizar en ella la situación política y, también, lo que pasa en el plano
económico y social206, entre otras.

Dentro de la doctrina de las Operaciones Terrestres Unificadas que


se emplea actualmente en Colombia, denominada también “Damasco”, el
manual fundamental del Ejército MFE 5-0 Proceso de Operaciones y el ma-
nual técnico del Ejército MTE 5-0.1 Arte y Diseño Operacional contemplan
las variables exógenas necesarias a tener en cuenta para el momento del
planeamiento y ejecución de las operaciones militares.

Como la historia busca hallar la verdad histórica, pero más allá de


eso busca comprender, que el simple hecho del querer saber207, el oficial de
historia, dentro de estos análisis, debe presentar sus balances historiográfi-
cos con el fin de disminuir los riesgos administrativos y tácticos en el planea-
miento de las campañas y operaciones militares.

Cabe mencionar aquí, que la línea de la historia militar contextual,


propuesta por el CEHEJ, va de la mano con la “New Military History”
propuesta por Cristiana Borreguero Beltrán y el general Roberto Arancibia
Clavel, en la medida que esta última propone que, desde la historia, es ne-
cesario presentar los cambios militares en relación entre la guerra, su socie-
dad, la economía, la política y la cultura208. La historia militar de contexto
se diferencia de la historia de lo militar, en que el análisis hermenéutico de

205 Jorge Mauricio Cardona Angarita y Leonardo Cisneros Rincón, Epistemología de la historia
militar y Táctica militar en las guerras de independencia. Bogotá: Foro Internacional de Historia
Militar, 2019, 13 Diapositivas.
206 Arancibia, “la importancia del estudio de la historia militar para los oficiales”, 21.
207 Arancibia, “Una introducción”, 102.
208 Cristina Borreguero Beltrán, “Nuevas Perspectivas para la Historia Militar. La "New Military
History" en Estados Unidos”. Hispania. Núm 186, p. 154; Arancibia, “Una introducción”.

123
las fuentes se hace desde la perspectiva de las ciencias militares. Categorías
como el nivel operacional, el nivel táctico, el nivel estratégico, la hoplogía,
la polemología, la vexilología, el DOMPILEM (Doctrina, Organización,
Material, Personal, Liderazgo, Infraestructura, liderazgo, Entrenamiento y
Mantenimiento) y el PEMSITIM (Político, Económico, Militar, Social, In-
formación, Tiempo, infraestructura y Entorno físico) entre otras, analizadas
bajo la metodología del arte y diseño operacional, la conducción operativa,
el proceso de operaciones, el proceso militar para la toma de decisiones, el
procedimiento de comando y las técnicas de los juegos de guerra, las matri-
ces de eventos críticos, de riesgos, de reconocimiento y de sincronización,
son las herramientas empleadas para hacer este tipo de historia militar209.

Clausewitz como base epistemológica

La guerra, en sí, no es un hecho aislado. En el siglo XIX el general


Clausewitz en su obra De la Guerra, en el volumen I, estipuló que la gue-
rra es “un verdadero instrumento político, una continuación de la actividad
política, una realización de la misma por otros medios210”, por lo tanto, su
estudio, no solo desde la batalla cómo tal, debe hacerse desde las variables
enunciadas para de esta manera entender las causas que la generaron y las
consecuencias que de ella devienen. Asimismo, cabe entonces revisar que
el mismo general prusiano ya daba cuenta en su trabajo de la necesidad de
revisar esos temas211.

A eso, sumarle el hecho qué el comandante como planificador y eje-


cutor de la batalla debe tener en cuenta analizar los factores externos al ám-
bito militar que influyen de manera notable en la sociedad castrense, cómo

209 Edgar Alberto Rodríguez-Sánchez, Las ciencias militares en Colombia y el saber doctrina militar,
Alineación fundamental para la efectividad de las instituciones militares, Revista de Investigación
en Educación Militar, Volumen 1, No. 1, enero-diciembre 2020, 11-25
210 Carl von Clausewitz, De la Guerra I (Medellín: Editorial Zeta, 1972), 37.
211 Ibid.

124
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

las decisiones políticas, las crisis económicas, las movilizaciones sociales, los
cambios culturales, los factores geográficos, y la utilización de los medios de
comunicación, son temas de estudio a la hora ver un espectro más amplio de
lo que es el devenir del Ejército Nacional.

Lo anterior, es propuesto por Carl von Clausewitz en su obra De la


Guerra, al hablar lo siguiente:

Economía, se refiere a la economía de un país y a la economía de


guerra. En las dos, en sí se revisa la cantidad y estabilidad de recursos de
lo que dispone un Estado para desarrollar la guerra y, por extensión, los
recursos de los que dispone un Ejército. A su vez, se quiere afectar lo menos
posible los sectores productivos del país, y en caso extremo, mantener al
menos las actividades económicas más indispensables. De esta manera, el
comandante que logre evitar la peor de las situaciones es exitoso en la gue-
rra.

Al respecto, el comandante militar logra esto llevando al enemigo a


una gran batalla con la cual pueda obtener una gran victoria. Lo cual, acorta
la guerra y evita, entre otras cosas, el derramamiento de sangre de manera
innecesaria. Se debe tener claro que son excepcionales las guerras que se han
decidido en una sola batalla, pero este es el objetivo212.

Sociedad, como señala Clausewitz, los pueblos civilizados se agru-


pan en sociedad, y esta, a su vez, determina sus intenciones hostiles213. Así, el
comandante debe, entonces, tener en cuenta cual es el estado de la sociedad
y la motivación que hay en ellas para ir o no a la guerra y con cuanto de esa
motivación cuenta para dirigir sus objetivos.

212 Karl von Clausewitz, De la Guerra II (Medellín: Editorial Zeta, 1972), 185-192.
213 Clausewitz, “De la Guerra I”, 13-14.

125
Se revisa la geografía, ya que básicamente es ella la que suministra el
teatro de operaciones y tiene marcada influencia sobre el desarrollo de ellas,
asimismo, “el país, con su superficie y población, no solo es la fuente de las
fuerzas militares propiamente dichas, sino que, en sí mismo, es también una
parte integral de los factores que actúan en la guerra” y, Clausewitz, agrega
que “todos los recursos militares móviles pueden ser puestos en funciona-
miento simultáneamente, pero esto no reza para con las fortalezas, los ríos,
las montañas, los habitantes, etc., en una palabra, el país entero, a menos que
sea tan pequeño que la primera acción bélica lo envuelva totalmente”214 .

Política, en este enunciado no se refiere de ninguna manera a lo pro-


puesto en la historia de lo militar, sino que atiende a que el comandante debe
tener en cuenta este elemento ya que, para comenzar, entre mayor sea el ob-
jetivo político, mayor será la acción militar215 . “La guerra no es simplemente
un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación
de la actividad política, una realización de la misma por otros medios216 ”. La
guerra surge siempre de una circunstancia política y se pone de manifiesto
por un motivo político217 .

Por lo tanto, la guerra es un fenómeno político de aplicación cas-


trense. Haciendo una analogía, entonces, se puede decir que la historia mi-
litar no es un “cuerpo de conocimiento limitado solo al ámbito de lo militar,
pues, esa esfera no se explica por si sola”. Ella requiere de la contextualiza-
ción que le otorga la política218 .

214 Ibid., 20.


215 Ibid., 24-25.
216 Ibid., 37.
217 Ibid., 35.
218 Arancibia Clavel, “Una introducción”, 10.

126
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Por lo tanto, “el arte de la guerra en general y el jefe en cada caso


particular, pueden exigir que las tendencias y los planes políticos no sean
incompatibles con estos medios y esta no es insignificante, pero por más que
reaccione poderosamente en casos particulares sobre los designios políticos,
debe considerársela siempre solo como una modificación de los mismos:
el propósito político es el objetivo, mientras que la guerra es el medio, y el
medio no puede ser nunca considerado separadamente del objetivo219 ”.

Además, no se puede dejar de lado que “el primer acto de discerni-


miento, el mayor y el más decisivo que ejecutan un estadista y un jefe militar
es el de establecer correctamente la clase de guerra que están librando y no
tomarla o hacer de ella algo diferente de lo que permita la naturaleza de las
circunstancias220”.

Por último, se debe tener en cuenta la Información. Se refiere a todo


el conocimiento que se pueda llegar a tener del enemigo, así como de su
territorio por el que opera, lo que es, de por sí, todo el fundamento de los
planes y acciones. Es importante, entonces, señalar que una gran cantidad
de la información podrá ser falsa o, “cuando menos, contradictoria, por lo
tanto, al oficial superior le compete discriminarla221” según sus conocimien-
tos obtenidos por su formación.

La importancia de la Información, también, radica en que “la ac-


ción militar se detiene por el conocimiento imperfecto de la situación222”,
un jefe, a duras penas sabe de la posición de sus hombres, mientras que las
del adversario, solo la sabe por informes inciertos, comete errores, los mal
interpreta, pero de su astucia depende la correcta interpretación de esto.

219 Clausewitz, “De la Guerra I”, 37.


220 Ibid., 39.
221 Ibid., 105.
222 Ibid., 31

127
“En todas las circunstancias debemos considerar a la guerra no como algo
independiente, sino como un instrumento político […] este punto de vista
nos muestra cómo pueden variar las guerras, de acuerdo con la naturaleza
de los móviles y de las circunstancias de las cueles surgen223 ”.

A esto último, agregar que la información, debe también provenir


del exterior, de tal manera que el comandante sepa con quienes puede con-
tar en el exterior, a los que se les llama aliados. Pero no se puede perder de
vista que “la cooperación de los aliados no es, cosa que dependa de la volun-
tad de los beligerantes, y ocurre frecuentemente, por la misma naturaleza de
las relaciones políticas, que no se hace efectiva sino más tarde, o se refuerza
con el propósito de restablecer el equilibrio perdido224 ”.

También, se debe tener en cuenta que el enemigo también tiene sus


propios aliados y deben ser considerados en las cuentas que hace, ya que, la
guerra no está terminada, “hasta tanto la voluntad del enemigo no haya sido
también sometida, es decir hasta que el gobierno y sus aliados sean induci-
dos a firmar la paz o hasta que el pueblo se someta. En efecto, aunque tenga-
mos posesión completa del país, el conflicto, puede estallar nuevamente en
el interior o mediante la ayuda de los aliados225 ”.

Estos últimos, además, pueden “influir sobre la probabilidad de éxi-


to sin la derrota de las fuerzas armadas del enemigo, a saber, aquellas acti-
vidades que tienen efecto inmediato sobre la política. Si es posible realizar
actos que sirvan para romper las alianzas del enemigo o hacerlas ineficaces,
para atraernos nuevos aliados a nuestro lado, para estimular las actividades
políticas en nuestro favor, etc., fácil será concebir, entonces, que tales activi-
dades pueden aumentar las probabilidades de éxito y convertirse en un ca-
mino mucho más corto para el logro de nuestro objetivo que el de la derrota
de las fuerzas armadas enemigas226 ”.

223 Ibid., 39.


224 Ibid., 20.
225 Ibid., 44.
226 Ibid., 49.

128
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Cultura, en este caso, está relacionada con la Sociedad, tiene que ver con la
manera en que los habitantes del país ven la guerra y se relacionan con ella,
sabiendo esto, el comandante, puedo ver hasta qué grado de aprobación y
apropiación tiene la gente respecto a la guerra que se está librando227 . De
esta manera puede ver el nivel al cual puede escalar en los objetivos bélicos.

Historia Militar Contextual en Colombia

Ahora, tomando lo anterior, dentro las obras que han trabajado la


historia contextual se pueden encontrar tres grandes grupos, el primero,
de origen el institucional; el segundo, de militares en retiro y, el tercero, el
académico. Es preciso, además, señalar que dentro del balance de trabajos
la cultura, sociedad y, un poco menos, la economía, son los elementos que
menos han sido trabajos en esta línea, o si lo hacen, es de manera somera.

Dentro del primer grupo, el institucional, pueden encontrarse obras


cómo, Algunas tareas sobre historia militar 228, editado en 1942 por el Estado
Mayor General del Ejército colombiano, el cual, para el caso, pone a los ofi-
ciales a resolver problemas desde la historia militar con el fin de mejorar sus
capacidades de mando, así como la de tener en cuenta elementos políticos
que determinan la guerra229 .

Asimismo, pueden encontrarse otros trabajos que aparecieron en


los años noventa del siglo pasado, en los que se aborda la información, pero
este elemento es abordado ya desde una perspectiva más “actual”, en el que
se entrelaza con la política internacional. A su vez, la política como tal y la
geografía.

227 Ibid., 13-14.


228Algunas tareas sobre historia militar (Bogotá: Estado Mayor General Sección Imprenta y
Publicaciones, 1942).
229 Ibid., 5-6.

129
Se ponen además como ejemplo dos trabajos elaborados por el ma-
yor en retiro Eduardo Gutiérrez Arias, titulados Catorce Lecciones de Histo-
ria Militar230 y Quince lecciones de Historia Militar231 , los cuales se pueden
categorizar tanto en Historia Militar Contextual como en la Operacional.
Desde el punto de vista contextual, Gutiérrez ofrece una metodología para
analizar las campañas y batallas dentro de varios contextos exógenos a la
propia táctica y estrategia.

Posteriormente, en la década del 2000, se pueden apreciar otros tra-


bajos, en los cuales la historia militar institucional es complementada con la
economía, aunque es necesario señalar que se hace sin tener una gran pro-
fundidad al respecto. Este contenido fue producido por el Departamento
de Historia de la Escuela Militar, del cual fueron tres tomos titulados Guía
de Estudio Historia Militar232 , que contaron con la participación de varios
oficiales como el coronel José Jaime Rodríguez Álvarez.

En el segundo grupo, de militares en retiro, puede encontrarse tres,


de los seis tomos de la enciclopedia Historia de las Fuerzas Militares de Co-
lombia233 , en los que, precisamente, oficiales superiores y generales en retiro
del Ejército colombiano, abordan en su totalidad de los elementos propios
de la historia militar contextual, incluyendo la cultura.

En paralelo, apareció un trabajo titulado Conflicto Amazónico234


, el cual fue producido por varios militares y dirigido por un general del
Ejército colombiano. Posteriormente, el coronel José Manuel Santos Pico,
historiador de Estado Mayor, en 2007, publicó Historia militar del Ejército
de Colombia235 , texto en el que desarrolla las diferentes líneas de historia
militar, incluyendo la contextual.

231 Ibíd.,
232 Guía de Estudio Historia Militar (Bogotá: Imprenta Escuela Militar, 2006).
233 Historia de las Fuerzas Militares de Colombia (Santafé de Bogotá: Planeta Colombiana Editorial
S.A. 1993).
234 Álvaro Valencia Tovar, Director Académico. Conflicto Amazónico 1932 / 1934 (Bogotá: Villegas
editores. 1994).
235 José Manuel Santos Pico. Historia militar del Ejército de Colombia (Bogotá: Centro de Estudios
Históricos del Ejército, 2007).

130
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Por la misma vía, pero muchos más reciente, se encuentra el texto


Palonegro: Yerro estratégico o concierto de valor236 , del general Carlos Os-
pina Ovalle, o los trabajos del coronel Luis Alberto Villamarín237 , los cuales,
atienden por completo a todos los elementos de la historia militar contex-
tual.

Puede tomarse aquí el caso del texto, Colombia en la Guerra de


Corea: La historia secreta238 , el cual se realiza tomando en cuenta una visión
internacional y algunos elementos externos que llevan a explicar cómo la so-
ciedad, la política o la economía, determinaron la participación del Batallón
Colombia N°1. en la guerra de Corea.

Asimismo, pero a manera de autobiografía o memorias, se pueden


encontrar trabajos en los que se trata la historia militar contextual, es el
caso del capitán y exministro de Guerra Carlos Uribe Gaviria, con los dos
tomos de La verdad sobre la guerra239 , o Pro-Patria. La expedición militar
al Amazonas en el conflicto de Leticia240 , del general Alfredo Vásquez Cobo.
Los dos analizan el conflicto con el Perú desde sus cargos en dicho conflicto.
También, puede encontrarse el texto Los presidentes que yo conocí241 , del
general Álvaro Valencia Tovar,

236 Carlos Ospina Ovalle, Palonegro: Yerro estratégico o concierto de valor (Bogotá: Autores y
Editores, 2017).
237 Luis Alberto Villamarín Pulido. Operación Marquetalia. Mitos y realidades del origen de las
FARC (Nueva York: Ediciones LAVP, 2020); Luis Alberto Villamarín Pulido. Operación Anorí,
1973. Derrota militar del ELN: Muerte de Antonio y Manuel Vásquez Castaño (Bogotá: Ediciones
LAVP, s.f.); Luis Alberto Villamarín Pulido. Operación Odiseo 2011. Caída de Alfonso Cano,
ideólogo del terrorismo de las FARC (Bogotá: Ediciones LAVP, 2012); Luis Alberto Villamarín
Pulido. Operación Sodoma. Muerte del Mono Jojoy: Caída del capo del narcotráfico y el terrorismo
de las FARC (Nueva York: Ediciones LAVP, 2011); Luis Alberto Villamarín Pulido. Asalto a la
base militar de las Delicias (Nueva York: Ediciones LAVP, 2020); Luis Alberto Villamarín Pulido.
Operación Fénix. Explosivas revelaciones de los computadores de Raúl Reyes (Nueva York:
Ediciones LAVP, 2020);
238 Álvaro Valencia Tovar y Franky Jairo Sandoval. Colombia en la Guerra de Corea: La historia
secreta (Bogotá: Editorial Planeta, 2001).
239 Carlos Uribe Gaviria, La verdad sobre la guerra. Tomo I (Bogotá: Cromos, 1935). y Carlos Uribe
Gaviria, La verdad sobre la guerra. Tomo II (Bogotá: Cromos, 1936).
240 Alfredo Vásquez Cobo, Pro-Patria. La expedición militar al Amazonas en el conflicto de Leticia
(Bogotá: Banco de la República, 1985).
241 Álvaro Valencia Tovar, Los presidentes que yo conocí (Bogotá: Planeta, 2013).

131
En cuanto al tercer grupo, el académico, puede traerse a colación los
trabajos realizados por el exministro de defensa Juan Carlos Pinzón Bueno y
el mayor del Ejército Juan Fernando Rodríguez en su trabajo Tras los pasos
de un combatiente de dos siglos. Historia de las Fuerzas Armadas de Colom-
bia 1880-1945242 , los cuales, a través de una biografía, abordan seis décadas
de la historia del Ejército (1888-1945) y su desarrollo a partir siguiendo las
cuatro líneas de la historia militar propuestas por el CEHEJ.

A ello, se puede sumar el trabajo hecho por Alberto Donadio titula-


do La guerra con el Perú243 , texto que, a partir de archivos extranjeros, con-
trastados con trabajos previos y fuentes de actores de primera mano estudia
la información, la economía y la política.

A continuación, se encuentra el trabajo del profesor Carlos Camacho Aran-


go titulado El Conflicto de Leticia (1932-1933) y los Ejércitos de Perú y
Colombia244 . Este trabajo, es el más completo que se puede tener sobre el
conflicto entre Colombia y Perú (1932-1933), asimismo es el trabajo que
reúne, todas las líneas planteadas por el CEHEJ. En consecuencia, también,
trabaja todos los elementos de la historia militar contextual, al punto de
detalle que es capaz de establecer todos los errores y aciertos cometidos por
los bandos que llevó a la victoria de Colombia sobre Perú.

Cabe agregar, que los más importante aquí, del trabajo del profesor Cama-
cho, es que toma en cuenta la política, sociedad, la economía y la cultura y
llega, incluso, a mostrar que la derrota peruana se debió en gran parte a la
imposibilidad de este país de lograr organizar y poner a estos a disposición
de los objetivos bélicos.

242 Juan Carlos Pinzón Bueno y Juan Fernando Rodríguez. Tras los pasos de un combatiente de
dos siglos. Historia de las Fuerzas Armadas de Colombia 1880-1945 (Bogotá: Editorial Planeta
colombiana S.A., 2016).
243 Alberto Donadio, La guerra con el Perú (Medellín: Hombre Nuevo Editores, 2002).
244 Carlos Camacho Arango, El Conflicto de Leticia (1932-1933) y los Ejércitos de Perú y Colombia
(Bogotá: Editorial Universidad Externado de Colombia, 2016).

132
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Por último, no se puede dejar de lado el trabajo del exministro de


Defensa Rafael Pardo Rueda, con su libro La historia de las guerras245, el
cual aborda la historia militar de Colombia, tomando en consideración la in-
formación, o la economía. También, profesor Eduardo Pizarro Leóngomez,
con su libro, De la guerra a la paz, las Fuerzas Militares entre 1996 y 2018246,
el cual, en el periodo estudiado determina las transformaciones sufridas por
el Ejército colombiano que lo llevaron a imponerse ante los grupos alzados
en armas.

Conclusión:

En este capítulo, es claro que Clausewitz, desde el siglo XIX, había


logrado darse cuenta cuales son los elementos que un comandante debe te-
ner en cuenta a la hora de preparar sus batallas. Esto, logró plasmarlo en su
trabajo De la Guerra, y luego hacer de este un clásico entre las academias
militares, aplicable en todos los escalones del servicio y ser, entonces, la base
epistemológica de los estudios en historia militar.

Para el caso, la historia militar contextual, lleva al oficial superior y


general a tener un mejor entendimiento de la guerra, así como de su plani-
ficación y de la forma en la que puede obtener la victoria. Lo que lo lleva
a estar en un estado mayor de preparación y ser un mejor profesional en el
campo de la guerra.

Finalmente, puede decirse que la línea de la Historia Militar Con-


textual es un producto ecléctico, que emergió desde el Ejército mismo y, por
consiguiente, nadie recibe su autoría.

245 Rafael Pardo Rueda, La historia de las guerras (Bogotá: Debate, 2015).
246 Eduardo Pizarro Leóngomez, De la guerra a la paz, las Fuerzas Militares entre 1996 y 2018
(Bogotá: Planeta, 2018).

133
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136
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

PARTE 6

Historia Militar Operacional


(Análisis de las campañas, operaciones,
batallas y combates a la luz de los
principios de la guerra)
David Sarmiento Rojas247

247 David Sarmiento Rojas es historiador de la Pontificia Universidad Javeriana candidato a magister
en Geopolítica y estrategia, miembro del grupo de investigación Cultura e Historia Militar. Sus
líneas de interés son la historia política colombiana, la historia militar del Ejército de Colombia, las
reformas militares del siglo XX y las influencias extranjeras dentro de la institución militar.

137
Cuando se habla de historia militar se piensa en la historia de las ba-
tallas, en la que un ejército enfrentado a otro, vence gracias a la conducción
de un comandante que tiene un campo de batalla condensado en un mapa
y, a partir de las situaciones propias, propone una u otra acción para atacar
o defender, según sea el caso. Esta historia se enmarca en lo que Cristina
Borreguero Beltrán define como “Vieja Historia Militar” o la historia de
“Tambores y Trompetas”248 .

Ahora, lo anterior, pero de una manera mucho más compleja es la historia


militar operacional, esta es básicamente una de las líneas de la historia mili-
tar propuestas por el Centro de Estudios Históricos del Ejército (CEHEJ),
esta línea se dedica, cómo tal, al estudio de las campañas y operaciones mi-
litares, por lo cual, analiza e interpreta el arte de la guerra249 a través de las
batallas, combates y demás operaciones de los bandos en conflicto.

No es del interés de la historia militar operacional la historia política, la


historia cultural, la historia social, o la historia institucional, ni demás sub-
disciplinas de la historia, por lo tanto, a esta línea de estudio solo le interesa
el enfrentamiento de los bandos en sí mismo.

La historia militar operacional, principalmente, tiene una utilidad en la for-


mación de los militares profesionales, esta es la base de toda ciencia militar,
debido a que en ella recaen los principios sobre los que esta se funda, se
deducen de las campañas y, por consiguiente, constituye el único medio para
comprender los secretos del arte de la guerra250 . También, les sirve a los
militares para que utilicen los trabajos de Historia Militar como referencia
o como instrumento pedagógico para aprender de la guerra en tiempos de
paz251 , aun cuando el militar no ha estado inmerso en escenarios reales de
combate y, así, aprender y entender cómo los comandantes del pasado toma-
ron las decisiones que tomaron, no repetir sus errores, darle una aplicabili-
dad en las misiones presentes y convertirlas en una proyección del futuro en
el desarrollo de las operaciones militares.

248 Cristina Borreguero Beltrán, “Nuevas Perspectivas para la Historia Militar. La "New Military
History" en Estados Unidos”. Hispania. Núm 186, 149.
249 es el arte de hacer uso en combate de los medios dados (conducción de la guerra).
250 Roberto Arancibia Clavel, Una introducción a la historia Militar (Santiago: Salesianos, 2015), 20.
251 Antonio Espino López. “La historia militar. Entre la renovación y la tradición”. Manuscrits, n°
11, enero (1993): 215-216.

138
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

En este sentido, la historia militar operacional le sirve al oficial como


un laboratorio para adquirir un carácter de reflexión crítica, lo cual, con-
lleva a que esta línea tenga unos principios propios de análisis252, ayuda a
equilibrar las deficiencias en cuanto a la falta de experiencias personales,
especialmente de aquellos que carecen de experiencia en combate o que la
tienen, pero por poco tiempo.

Es claro que los mandos militares deben prepararse constantemente


para ganar una guerra con “nuevas condiciones y sin el beneficio de la prác-
tica, por lo que la historia militar también ayuda a los oficiales a mejorar sus
capacidades profesionales a través de los nuevos enfoques captados del es-
tudio de problemas del ayer que iluminan las dificultades contemporáneas,
junto a poseer nuevas percepciones obtenidas en el análisis de los éxitos y de
los fracasos militares253”.

También, la utilidad de la historia y, en particular, la de la historia


militar, es que tiene “enseñanzas [que] ayudarán a vivir mejor no solo al
hombre militar, sino a aquellos que conviven con él en distintos momentos y
situaciones. Sirve además para la acción, es decir, para mejorar procedimien-
tos, tácticas, estrategias, organizaciones, normas de liderazgo, conducta en
combate y aplicación de nuevas tecnologías254”.

Debe tenerse en cuenta, que “la guerra no es un pasatiempo, ni una


simple pasión por la osadía y el triunfo, ni el resultado de un entusiasmo sin
trabas255”. Si bien, la historia militar operacional no formula recetas o lec-
ciones claramente definidas, debido a que no existen dos situaciones exac-
tamente iguales y no se pueden aplicar soluciones históricas a un problema
contemporáneo, “la historia militar [si] es una fuente de inspiración” y per-
mite tener un marco de referencia para los militares en el desarrollo de sus
actividades, propias de su profesión256.

252 Carl von Clausewitz, De la Guerra I (Medellín: Editorial Zeta, 1972), 137.
253 Roberto Arancibia Clavel, “La importancia del estudio de la historia militar para los oficiales del
Ejército”. Military Review, noviembre-diciembre 2010, p. 23.
254 Arancibia, “Una introducción”, 103.
255 Clausewitz, “De la Guerra I”, 35.
256 Arancibia, “la importancia del estudio de la historia militar para los oficiales”, 23.

139
Por lo tanto, la historia militar operacional, proporciona el tipo de
pruebas empíricas de la formación de conocimiento. El general prusiano
Gerhard Scharnhorst, señalaba lo anterior, al afirmar en su compendio sobre
la guerra que los ejemplos históricos constituyen en este tema la parte más
importante, ya que, con el conocimiento obtenido, partiendo de la experien-
cia, se puede llegar a conocer la esencia misma de la guerra. Los ejemplos
en la historia militar explican ideas, se pueden mostrar las aplicaciones de
las mismas, sirve para elaborar por adelantado un hecho y se puede llegar a
deducir, incluso, una teoría de estas257 .

Asimismo, la historia y en particular, los historiadores, han aportado


en tres aspectos a saber, primero, la evaluación de los fallos en el pasado,
segundo, la explicación sobre el origen de las sorpresas y, tercero, identifican
los indicios del problema258 , por lo tanto, es obligatorio para el oficial ejer-
cer su profesión de la mano de la historia aplicada a su competencia cómo
militar en la línea de la Historia Militar Operacional.

Entonces, “Al considerar cuidadosamente estas circunstancias di-


ferentes, podemos ver con cuánta facilidad puede hacerse mal uso de los
ejemplos. Un acontecimiento que es mencionado en forma superficial, en
lugar de ser reconstruido cuidadosamente en todas sus partes, es como un
objeto visto a gran distancia, que presenta la misma apariencia por todos sus
lados y en el que no puede ser distinguida la posición de sus partes259 ”.

Es así, como la profesión militar requiere de oficiales competentes


formados en ciencias militares y, por lo tanto, a estos oficiales les atañe el
estudio de la historia militar y centrar su estudio en el objetivo de la guerra,
que es ganarla; para ello busca cómo otros la ganaron en la historia militar
operacional.

257 Clausewitz, “De la Guerra I”, 212-216.


258 Ricardo Esquivel Triana, “Método histórico e inteligencia estratégica en Colombia, 1888-2001”,
en Revista Científica General José María Córdova, Vol. 17 n.° 26 abril-juni (2019): 383.
259 Clausewitz, “De la Guerra I”, 218.

140
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

La historia militar debe en última instancia tratar sobre la batalla


ya que “no es a través de lo que los ejecitos son, sino de lo que hacen como
se cambian las vidas de las naciones y de los individuos260 ”. Por lo tanto, la
línea de historia militar operacional propuesta, puede tratar, desde las gran-
des batallas entre estados, al estilo de las ocurridas en las guerras mundiales,
cómo las ocurridas en conflictos de baja intensidad, sin grandes batallas,
particularmente, en conflictos internos cómo en el caso colombiano261 .

Hoy en día, el Ejército Nacional, por medio del Manual Fundamen-


tal del Ejército MFE 3-90 da sustento a la matriz operacional DOMPILEM
(Doctrina, Organización, Material, Personal, Infraestructura, Liderazgo,
Entrenamiento y Mantenimiento), a la luz de las variables de la misión (Mi-
sión, Enemigo, Terreno, Clima, Tropas y Apoyo disponible) y la aplicación
de los principios de las operaciones militares (Objetivo, Ofensiva, Masa,
Maniobra, Economía de fuerzas, Unidad de mando, Seguridad, Sencillez,
Sorpresa, Perseverancia, Legitimidad y Restricción), con el objetivo de ob-
tener lecciones aprendidas que permitan sustraer postulados teóricos para el
estudio de las ciencias militares en el presente262 .

El objetivo de este capítulo, entonces, es mostrar que Carl Von Clau-


sewitz es la base epistemológica de la historia militar operacional en Colom-
bia, a partir de fuentes primarias y secundarias encontradas y trabajadas en
archivos privados y bibliotecas públicas y privadas, cómo la Biblioteca “To-
mas Rueda Vargas”, ubicada en la Escuela Militar de Cadetes, la Biblioteca
Nacional de Colombia, la Biblioteca del Congreso y la Biblioteca General de
la Universidad Javeriana. De ahí que se logra establecer que esta línea viene
desarrollándose desde la misma institución militar, se muestra que es una
historia militar ecléctica y por lo tanto, nadie se atribuye su teorización.

260 Espino, “La historia militar. Entre la renovación”, 229.


260 Ricardo Esquivel Triana, “La paz y la nueva historia militar de Colombia”, Boletín de historia y
antigüedades, vol. CIV, No 865, julio-diciembre (2017): 147.
261 Jorge Mauricio Cardona Angarita y Leonardo Cisneros Rincón, Epistemología de la historia
militar y Táctica militar en las guerras de independencia. Bogotá: Foro Internacional de Historia
Militar, 2019, 13 Diapositivas.

141
Para ello, se comienza por hacer un recuento de la instauración de la
historia militar operacional en los ejércitos nacionales europeos y la manera
en la que se instauró en Colombia, así como la historia militar tradicional y
de las biografías dio paso a la operacional, y mostrar que la obra De la Gue-
rra del prusiano Carl von Clausewitz estableció las bases epistemológicas de
la historia militar operacional actual.

Para luego ver que, la Historia Militar Operacional en Colombia proviene


de la institución militar misma, desde el oficialato y, desde, la Escuela Militar
donde se forman los futuros oficiales del Ejército y dónde se trabajan los
diez principios del Arte de la Guerra señalados por von Clausewitz: la mi-
sión, unidad de mando, seguridad, sorpresa, sencillez, economía de fuerzas,
objetivo, maniobra y opinión pública.

La historicidad de la historia militar operacional

La Historia Militar se viene trabajando desde la Antigua Grecia, los roma-


nos la tomaron, y comenzaron a estudiar la táctica, la estrategia y la organiza-
ción militar de su ejército. Sin embargo, la historia militar tuvo un punto de
decadencia en el siglo VI, coincidiendo con la desaparición del Imperio Ro-
mano. Posteriormente, durante el Renacimiento, fue rescatada y supuso un
relanzamiento de los clásicos militares como Tucídides, Tito Livio o César,
los cuales influyeron en los grandes autores europeos del momento como el
italiano Nicolás Maquiavelo.

Pero, no fue sino hasta después de las Guerras Napoleónicas que el sui-
zo Antonie-Henri Jomini estableció tres formas (sic) de historia militar: la
primera, relata analíticamente los detalles más específicos de la batalla; la
segunda, es la que estudia los factores militares en su relación con los fac-
tores políticos, económicos y sociales y, por último, aquella que estudia la
guerra buscando aspectos particulares para obtener algunas normas para la
conducción de la guerra. A esta última se le conoce como Arte de la Guerra.

142
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Sin embargo, fue Clausewitz el que impuso su arte de la guerra a lo


largo del siglo XIX. Éste determinó que existía un valor pedagógico en la
historia militar para, de esta manera263 , “enseñar la guerra durante la paz”264
. Fue por él que el Estado Mayor prusiano fue el primero en incluir a la his-
toria militar en sus programas de estudio, tomando, luego, como referencia
las guerras de unificación alemana265 .

Cabe anotar aquí, que los trabajos de historia de las batallas y las
guerras en general fueron siendo relegados a los militares a medida que la
historia se profesionalizaba en países como Gran Bretaña o Francia. En con-
secuencia, los profesionales fueron sustituyéndola por la historia política o
la historia diplomática. Además, de los trabajos en historia económica e his-
toria de contenido social.

A lo anterior, se suma el hecho que, una vez terminada la Gran Gue-


rra, la historia militar fue repudiada por los intelectuales, al punto que fue
excluida del Comité Internacional de Ciencias Históricas266 y las universi-
dades se separaron de ella267 . Aunque por supuesto se siguieron elaborando
trabajos sobre historia militar268 ésta debió esperar hasta el final de la Segun-
da Guerra Mundial para retomar su importancia en el mundo académico269 .

263 Espino, “La historia militar. Entre la renovación”, 215-216.


264 Ibid., 216.
265 Guerra de los Ducado (1864), Guerra austro-prusiana (1866) y Guerra franco-prusiana (1870-
1871), de esta última se puede rescatar un libro puramente de Historia militar escrito por uno
de sus protagonistas y donde narra las operaciones militares desarrolladas por cada una de las
unidades francesas y alemana. Ver: David Sarmiento Rojas, “La influencia alemana en el Ejército
colombiano, 1929-1934” (Tesis de pregrado en Historia, Pontificia Universidad Javeriana, 2020),
16-22; Helmuth von Moltke, La Guerra Franco-alemana de 1870-71 (Barcelona: Montaner y
Simon Editores, 1891); Borreguero, “Nuevas Perspectivas para la Historia Militar”, 149.
266 Espino, “La historia militar. Entre la renovación”, 217.
267 Ibid., 222.
268 Entre los trabajos desarrollados puede verse: Basil Henry Liddell Hart, La estrategia de
aproximación indirecta (Barcelona: Iberia – Joaquín Gil, Editores, S.A., 1946).
269 Espino, “La historia militar. Entre la renovación”, 217-218.

143
Ahora, para que en Prusia y posteriormente Alemania (tras la unifi-
cación en 1871) la historia militar tuviera la relevancia que tuvo y constituir
la historia militar moderna, fueron necesarios dos personajes muy impor-
tantes en ese proceso, el profesor Hans Delbruk y el mariscal Helmut von
Moltke. Estos dos alemanes lograron mantener en su país, en contravía de
los franceses e ingleses, la elaboración de trabajos de la historia militar y
postularon cierta metodología para ello.

Delbruk, por su parte, incrementó el nivel de los estudios históricos


militares al otorgarle rigurosidad y dignidad académica270 . Sus trabajos no
solo sirvieron para adelantar la educación alemana, sino que, ante todo, si-
guiendo la línea de Clausewitz, consistente en estudiar la guerra por medio
de ejemplos puramente históricos, fue una fuente valiosa para los teóricos
militares de sus días y ayudó a comprender los problemas estratégicos me-
nores en los que se encontraba el Estado Mayor General alemán durante la
Gran Guerra271 .

Por su lado, Moltke fue discípulo de Clausewitz y, como jefe de Es-
tado Mayor General prusiano, expandió las funciones del Estado Mayor,
“abrió oficinas especializadas llamadas Secciones, que tenían la tarea de pla-
nificar de manera detallada y sistemática la guerra en tiempos de paz, especí-
ficamente en áreas como la geografía, movilización, estadística, cartografía,
climatología, o historia”272 .

Desde la sección de historia buscó que se produjeran obras al servi-


cio de la profesión militar, con el propósito de determinar “lo que había pa-
sado exactamente en la guerra”. Lo anterior, debía estar subordinado a una
descripción y a un análisis preciso y científico de los eventos, para recrear el

270 Ibid., 216-217.


271 Gordon A. Craig, “Delbrück, El historiador militar”, en Creadores de la estrategia moderna.
Edward Mead Earle, Gordon A. Craig y Felix Gilbert. Tomo I. (Bogotá: Imprenta y Litografía de
la Fuerzas Militares, 1972), 385.
272 Sarmiento, “La influencia alemana en el Ejército colombiano”, 94-95.

144
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

esplendor de las batallas y obtener conclusiones didácticas. El trabajo, en-


tonces, debía realizarse por un equipo amplio de profesionales con las cuali-
dades investigativas necesarias emitidas por el Estado Mayor del Ejército.

En consecuencia, se realizaron trabajos detallados de cada una de


las guerras recientes de Alemania, a lo que se agregó luego estudios sobre
otras guerras contemporáneas de su época, como la guerra Anglo-bóer, de
1899-1901, desarrollada entre británicos y colono holandeses en el sur del
continente africano, o la guerra ruso-japonesa, de 1904-1905.

El modelo de la Sección de Historia de los estados mayores pru-


sianos se replicó en casi todos los países de Europa y América, así como en
otros continentes. Para el caso latinoamericano, el ejército chileno estableció
la Sección de Historia del Estado Mayor General en 1906, gracias al trabajo
de la misión alemana que trabajaba en ese país encabezada por general Emil
Körner273 .

Cabe resaltar que la historia militar que trabajaba el Estado Mayor


prusiano, que fue la misma que otros ejércitos adoptaron, trabajaba la línea
de historia militar operacional. Se puede llegar a esa afirmación por varias
razones, teniendo en cuenta que es la más pertinente para el estudio de la
guerra por parte de los militares y se suma el hecho que el mismo libro del
Mariscal von Moltke La guerra Franco-alemana de 1870-71 (1888)274 , es un
texto netamente de historia militar en el que se puede ver un componente
importante de las operaciones militares. Sobre esto último se volverá más
adelante.

273Arancibia, “Una introducción”, 68-69; Ricardo Esquivel Triana, “La influencia liberal
estadounidense en el Ejército colombiano, 1880-1904”, en Revista Científica General José María
Córdova, Vol. 15 n.° 20 Julio-Diciembre (2017): 234.
274 von Moltke, “La Guerra Franco-alemana”.

145
La historia militar en el ejército colombiano durante el siglo
XIX

Ahora, para el caso colombiano, la noción de historia militar viene


dándose desde el siglo XIX, esto se puede ver, por lo menos, desde la rea-
pertura de la Escuela Militar en 1880, dirigida por el coronel estadounidense
Henry Lemly, cuando aparece la historia militar como parte del programa de
estudio de los futuros oficiales del Ejército. Se dictaba primero en el quinto
año de estudio para luego pasar al cuarto año, de la mano con historia gene-
ral, así como historia patria275 .

En 1885 se desató una nueva guerra civil que llevó al cierre de la Es-
cuela Militar y con ello la producción y estudio de los trabajos de historia mili-
tar debieron tener un receso. Debió esperarse hasta 1898, con una reapertura
de la Escuela, esta vez, bajo dirección de oficiales franceses276 , para que la
historia militar tuviera cabida nuevamente, ya que se le asignó un espacio en el
programa de estudio de los militares con mando del Ejército277 .

Sin embargo, debe precisarse acá, que los trabajos de historia mili-
tar tratados en el país en ese momento era lo que Adolfo León Atehortúa
denomina cómo historia militar narrativa, cómo herencia del positivismo, la
cual, apunta a ligar al ejército de Bolívar en la genealogía misma del ejército
de ese momento (principio de siglo XX) y a buscar una afiliación heroica y
de nobleza278 . Asimismo, los trabajos se orientaban hacia la elaboración de
biografías de próceres de la Independencia, de comandantes de las recientes
guerras civiles o las descripciones de estos en acciones en batalla.

275 Ricardo Esquivel Triana, “La Escuela Militar de 1880 a 1907: difícil transición”, en Revista
Científica General José María Córdova, Vol. 9 n.°9 junio (2011): 324-325.
276 José Jaime Rodríguez, “El ejército del siglo XX. De Reyes a López”, en Historia de las Fuerzas
Militares de Colombia, Tomo II (Bogotá: Planeta, 1993), 311-314.
277 Esquivel, “La Escuela Militar de 1880 a 1907”, 334.
278 Adolfo León Atehortúa Cruz, “Los estudios de las fuerzas armadas en Colombia: balance y
desafíos”, en Análisis Político, n°51 (2004): 12-24.

146
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

En ellos se deja ver que los trabajos de historia militar se remitían a


meras descripciones de batallas, pero carecían de análisis y de alguna metodo-
logía científica en su estudio, se puede apreciar un conocimiento extenso de
la historia militar del país, pero solo a partir de describir acciones heroicas de
diferentes personajes reconocidos, sin una propuesta o fin práctico279 .

Al respecto, pueden tomarse cómo ejemplo tres textos, el primero,


Biografías militares o historia militar del país en medio siglo (1874)280 , escri-
to por José María Baraya; el trabajo titulado 1818, Guerra de Independencia
(1897)281 o Capítulos de una historia civil y militar de Colombia (1905)282
, estos dos últimos escritos por el geógrafo y oficial del Ejército Francisco
Javier Vergara y Velasco283 y que aparece cómo profesor de historia de la
Escuela Militar direccionada por los franceses284 .

La historia militar operacional en el ejército colombiano

Para que la historia militar operacional comenzara a trabajarse en


Colombia debió esperarse hasta la llegada de oficiales australes que integra-
ban las misiones chilenas militares entre 1907 y 1915. Los militares chilenos
contratados por el gobierno colombiano para dirigir la Escuela Militar intro-
dujeron una nueva instrucción, fundamentos doctrinarios y técnicos al estilo
alemán. La mayoría de ellos se había educado en las escuelas de formación
militar de Alemania y, además, integraron regimientos del ejército del Impe-
rio.

279 En este caso no se puede caer en el error de despreciar la historia narrativa o biográfica.
280 José María Baraya, Biografías militares o historia militar del país en medio siglo (Bogotá: Imprenta
de Baraya, 1874).
281Francisco Javier Vergara y Velazco, 1818 (Bogotá: Librería Americana, 1897); del cual hubo
una segunda edición: F. J. Vergara y Velazco, 1818. Guerra de Independencia, Segunda Edición
(Bogotá D.E.: Editorial Kelly, 1960).
282 Francisco Javier Vergara y Velazco, Capítulos de una historia civil y militar de Colombia (Bogotá:
Imprenta Eléctrica, 1905).
283 José Agustín Blanco Barros, Francisco Javier Vergara y Velasco: Historiador, Geógrafo, Cartógrafo.
Sociedad Geográfica de Colombia, 1995. http://www.sogeocol.edu.co/documentos/fjvvelasco.pdf
284 Esquivel, “La Escuela Militar de 1880 a 1907”, 335

147
Los chilenos reintrodujeron el Estado Mayor General en el Ejército
colombiano, fundaron la Escuela Superior de Guerra (semejante a la Aca-
demia de Guerra de Chile), elaboraron reglamentos orgánicos, dieron inicio
al estudio del alemán en las escuelas de formación, reorganizaron la disposi-
ción operativa del ejército en divisiones compuestas por tres regimientos de
infantería (uno de artillería, más la caballería e ingenieros correspondientes)
como se hacía en ese tiempo en Alemania y modificaron el uniforme al estilo
prusiano285 .

Al lado de esto, las publicaciones militares existentes en el Ejército


colombiano, como el Boletín Militar de Colombia286 , vinieron a ser com-
plementados por el Memorial del Estado Mayor del Ejército de Colombia
en marzo de 1911. Este último estaba hecho a imagen y semejanza del Me-
morial del Estado Mayor del Ejército de Chile, fundado por entonces por
el mayor Francisco Javier Díaz Valderrama, integrante de la segunda misión
militar chilena.

Lo que el Memorial demostraba en sus publicaciones era la admiración y


adscripción doctrinal que los militares chilenos tenían por Alemania y que,
asimismo, era implantada a los militares colombianos por medio de las pu-
blicaciones. También, a partir de ese momento se fue configurando el mode-
lo moderno de la historia militar en el Ejército colombiano.

La publicación era una revista emitida desde el Estado Mayor Ge-


neral del Ejército y editada por la entonces Dirección del Departamento de
Historia del Ejército. Esta revista cumplía la misión de difundir las doctrinas
más modernas de los ejércitos de su tiempo y, además, buscaba estimular el
estudio de la ciencia militar, la técnica, la táctica y la estrategia, a partir de la
historia militar universal y de la historia militar colombiana (campaña liber-
tadora)287 .

285 Sarmiento, “La influencia alemana en el Ejército colombiano”, 55-56.


286 El Boletín no era más que una publicación emitida por el Ministerio de Guerra en la que se daban
a conocer las leyes, decretos, circulares, instrucciones y notas del Ministerio.
287 “Nuestra labor” Memorial del Estado Mayor del Ejército de Colombia, volumen I, año I (1911):
4-10.

148
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

A ello se sumaba la continua aparición de las obras, entre otros, de


los generales prusiano-alemanes Von der Goltz, reorganizador del ejército
turco y autor de La Nación en Armas288 , Carl von Clausewitz, autor de De la
Guerra289 , Helmuth von Moltke y sus trabajos sobre la defensa y la ofensiva
en la guerra, o Alfred Graft von Schlieffen con sus trabajos sobre la rápida
movilización en la guerra. Incluso se llegaron a publicar estudios sobre la
guerra balcano-turca, los cuales eran traducidos del alemán por Díaz Val-
derrama y publicados en el Memorial a manera de artículos en varias entre-
gas290 .

Esa tendencia hacia lo alemán, en los militares colombianos, im-


partida por los chilenos291 facilitó la penetración de la instrucción alemana
dentro del Ejército de Colombia, así, se puede ver cómo en la década de
1930 oficiales alemanes instruyeron a los cadetes de la Escuela Militar, en
diferentes áreas teóricas y prácticas de la profesión militar. Para el caso, está
el ejemplo del oficial Hans Schueler, el cual, una vez reimplantados los jue-
gos de guerra o ejercicios de campaña al interior de la Escuela Militar hacía
poner en práctica en el terreno los postulados de Clausewitz292 .

Ahora, teniendo claro lo anterior, en cuanto a la influencia que ejer-


cían los autores militares germanos y la manera en la que estos fueron intro-
ducidos a la psique y en la práctica del Ejército colombiano, se puede enten-

288 Federico Barón von der Goltz, La Nación en Armas (Buenos Aires: Circulo Militar, 1927).
290 Carl von Clausewitz, De la Guerra (Bogotá: Imprenta y Publicaciones de las Fuerzas Militares,
1945).
291 Adolfo León Atehortúa Cruz, Construcción del Ejército Nacional de Colombia, 1907-1930.
Reforma Militar y Misiones Extranjeras (Medellín, La Carreta, 2009), 129-130; esta guerra en
particular era significante por dos cosas, la primera porque el ejército turco había sido reorganizado
con estándares alemanes y el segundo porque Turquía y Colombia tenían semejanzas en la manera
en la que podía poner a operar sus ejércitos en una guerra convencional. Para ver los análisis de
la guerra Balcano-turca mencionados ver el Memorial de Estado Mayor del Ejército de Colombia
años I, II, III, y IV, XX de 1911 a 1914 y 1930.
292 Sarmiento, “La influencia alemana en el Ejército colombiano”, 52.

149
der cómo la historia militar operacional se fue configurando hasta llegar a
ser los que es hoy, tomando en cuenta la matriz operacional, las variables de
misión y los principios operacionales enunciados en la introducción.

En ese sentido, en la década de 1930, se puede ver que Clausewitz,


con su trabajo De la Guerra, constituye la base epistemológica del Ejército a
la hora de trabajar la historia militar y, en este caso, un combate. Lo anterior,
se puede ver en 1936, con un oficial retirado que fue ministro de la cartera
de Guerra durante el conflicto colombo-peruano de 1932-1933, el capitán
en retiro, Carlos Uribe Gaviria293 , el cuál publicó sus memorias y, en el tomo
II294 , mostró con una mirada histórica el desarrollo del combate de Güepí.

De igual manera, en la década de 1950, la forma de trabajar la his-


toria militar dentro del Ejército de Colombia se consolidó por medio de la
obra de Clausewitz, especialmente en aquellos dirigidos a los oficiales del
Ejército, cómo se verá.

Ahora, Carlos Uribe Gaviria, cómo jefe civil del Ejército colombiano
había emitido sus órdenes e hizo su trabajo del combate de Güepí tomando
elementos propios de la Matriz Operacional cómo la organización, material,
infraestructura y el mantenimiento; las Variables de Misión, cómo enemigo,
terreno, propias tropas, clima, tiempo disponible y consideraciones civiles; y
los Principios Operacionales cómo ofensiva, masa, maniobra y sorpresa295 .

Esto lo hizo basado en su conocimiento teórico de la guerra desa-


rrollado por Clausewitz y, al trabajar la batalla en sus memorias, reflejaba la

293 A los diecisiete años entró a la Escuela Militar de Santiago, luego, alcanzó el grado de capitán
en el Ejército de Chile, y al retirarse, regresó a Colombia junto a su hermano a seguir negocios
personales e introducirse en la política.
294 Carlos Uribe Gaviria, La verdad sobre la guerra. Tomo I (Bogotá: Cromos, 1935). y Carlos Uribe
Gaviria, La verdad sobre la guerra. Tomo II (Bogotá: Cromos, 1936).
295 Uribe Gaviria, “La verdad sobre la guerra. Tomo II”.

150
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

aplicación de este, lo que lo llevó a determinar la organización, pensando en


la complejidad “de una gran fuerza armada, en la cantidad de detalles que
entran en acción cuando se la emplea”, ya que esta, en el combate, requiere
de una disposición “con partes subordinadas las unas a las otras y que ac-
túan en correlación296 ”.

El material, que Clausewitz enmarca dentro de los inventos, que vie-


nen siendo, en primer lugar, las armas y equipos de los combatientes, los
cuales, van variando de acuerdo con la naturaleza de la guerra y, específica-
mente, del combate. Pero, deja claro, que, asimismo, las armas y el equipo
llevan a cambiar la naturaleza del combate, por lo que es una relación recí-
proca y constante entre estos297 .

Asimismo, como la “Historia militar es un género histórico que,


además de abarcar las batallas (como realización de la estrategia –entendida
como prolongación de los objetivos diplomáticos y políticos de los Estados–
y la táctica –como medio para conseguir los objetivos estratégicos–), debe
abarcar la tecnología de cada período (que está presente en las armas que
usa)298 ”.

A lo que se suma que los inventos no son las creaciones libres del
ingenio de los generales que revolucionan la guerra, sino que estos inventos/
armas lleva a cambiar el mismo elemento humano, transforma el campo de
acción donde se mueven los generales y cambia los métodos de lucha de los
combatientes299 .

296 Clausewitz, “De la Guerra I”, 56-57.


297 Ibid., 121-122.
298 José Luis Martínez Sanz, “La historia militar cómo genero histórico”, Cuadernos de Historia
Contemporánea n.° extraordinario (2003): 45.
299 Arancibia, “Una introducción”, 65.

151
También, la Infraestructura, debido a que el comandante que va a la
guerra debe tener este elemento muy en cuenta, ya que, al hacerlo, debe rea-
lizarlo por medio de un sistema que le permite o no movilizar cierta cantidad
de tropas y no otras. Asimismo, su enemigo está en las mismas condiciones
o capacidades de movilizar, ahí entonces, puede elaborar sus planes300 .

A eso se agrega que “todos los recursos militares móviles pueden ser
puestos en funcionamiento simultáneamente, pero esto no reza para con las
fortalezas, los ríos, las montañas, etc., en una palabra, el país entero, a menos
que sea tan pequeño que la primera acción bélica se lo envuelva totalmente
301
”.

El mantenimiento, al cual, Clausewitz se refiere como la manuten-


ción y administración de las propias tropas302 en la que se incluye, la castra-
metación303 y el cuidado de los enfermos y heridos304 .

El enemigo, ya que este no es un oponente abstracto y sobre el cual


se forma una opinión, ya que el combate, esencia de la guerra, se hace entre
dos305 y al cuál hay que desarmar para negarle sus objetivos políticos.

El Terreno, que comparte elementos con infraestructura, debido a


que “el país, con su superficie y población, no solo es la fuente de las fuerzas
militares propiamente dichas, sino que, en sí mismo, es también una parte
integral de los factores que actúan en la guerra, aunque sólo sea la parte que
suministra el teatro de operaciones o tiene marcada influencia sobre él”,
y agrega Clausewitz, que “todos los recursos militares móviles pueden ser
puestos en funcionamiento simultáneamente, pero esto no reza para con las

300 Clausewitz, “De la Guerra I”, 88.


301 Ibid., 20-21.
303 Clausewitz, “De la Guerra I”, 129-131.
304 Ibid., 18-19.
305 Ibid., 20-21.

152
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

fortalezas, los ríos, las montañas, los habitantes, etc., en una palabra, el país
entero, a menos que sea tan pequeño que la primera acción bélica lo envuel-
va totalmente306”.

La relación entre la guerra con el terreno es constante e imposible


de concebir la una sin la otra, ya que la acción de un ejército se da sobre un
espacio definido. Esta relación es decisiva porque modifica y altera la acción
de las fuerzas y a ellas se les debe revisar desde lo micro hasta lo más extenso
posible307 , el comandante defensor, casi siempre conoce mejor el terreno
que defiende que el que ataca, sin embargo, es tarea del atacante, en ese
caso, superar esa falencia308 .

Propias tropas, debido a que el comandante busca que estas estén


en las mejores condiciones morales309 y materiales que el enemigo310.

El Clima, que Clausewitz, llama cómo Estado del tiempo311 ; El Tiempo


disponible, que lo denomina duración, ello radica la rapidez de los movi-
mientos312 y “depende de causas subjetivas e incertidumbre a la duración
real de la acción313 ”.

Consideraciones civiles, Clausewitz al respecto, se vio influenciado


por Immanuel Kant, en el momento en que este decía que la “guerra debe
humanizarse lo más posible, con el fin de generar confianza en el oponente
previendo la formulación de una futura paz 314”. Así, el prusiano, por exten-
sión, señala que las luchas tienden a ser civilizadas, lo que, en consecuencia,
obliga, a que la opinión de la población sea favorable sobre la guerra que se
desarrolla315 .

306 Ibid., 20-21.


307 Ibid., 88.
308 Ibid., 89.
309 Karl von Clausewitz, De la Guerra II (Medellín: Editorial Zeta, 1972), 129-130.
310 Clausewitz, “De la Guerra I”, 125.
311 Ibid., 155.
312 Ibid., 25.
313 Ibidem.
314 Arancibia, “Una introducción”, 53.
315 Ibid., 26.

153
La Ofensiva, o “propósito positivo”316 , y para el caso de la Defensa
“propósito negativo”. Sin darle a esto ninguna carga moral o de juicio, el
propósito positivo y negativo se enmarcan en lo que Clausewitz señala cómo
Principio de polaridad. El cual, es aplicable en el momento en que el propó-
sito positivo insta al contrario a desarrollar un propósito negativo.

Esto, en una batalla317 , se refleja, en el momento en que cada bando


desea vencer, objetivo que solo se obtiene mediante la ofensiva318 . Así la
victoria de uno significa la destrucción del otro, debido a que toda activi-
dad militar solo adopta dos formas, ataque y defensa319 . También, el autor
establece que, si la forma de defensa es más fuerte que la del ataque los
propósitos se cambian a continuación, por lo tanto, nunca hay dos acciones
positivas o dos negativas320 .

Masa, a la que llama superioridad relativa, se refiere a la mayor can-


tidad de hombres y/o material que avanzan y se concentran en un mismo
punto decisivo. Ello se funda en la “apreciación correcta de tales puntos, en
la dirección apropiada que por esos medios le ha sido dada a las fuerzas des-
de el principio y en la decisión que es necesaria”, en este punto se sacrifica.

“lo insignificante en favor de lo importante, o sea, si hemos de mante-


ner nuestras fuerzas concentradas en una masa abrumadora. Con esto
creemos haberle asignado a la superioridad numérica su debida im-
portancia. Debe ser considerada como la idea fundamental, y siempre

316 Ibid., 26.


317 Ibid., 28-29.
318 Eduardo Gutiérrez Arias, Quince lecciones de Historia Militar (Santafé de Bogotá: Escuela
Militar, 1993), 15.
319 Clausewitz, “De la Guerra I”, 28-29.
320 Ibid., 30.

154
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

debe buscársela antes que cualquier otra cosa y llevarse su investiga-


ción tan lejos como sea posible.

Pero considerarla por esta razón como condición necesaria para la


victoria sería una mala interpretación de nuestra exposición. En la
conclusión a extraer de esto no hay otra cosa que el valor que debe-
ríamos asignar a la fuerza numérica en el encuentro. Si hacemos que
esa fuerza sea lo más grande posible, concordará entonces con el prin-
cipio y solo el estudio de la situación general decidirá si el encuentro
habrá o no de ser evitado por falta de fuerza suficientes321”.

Y “La misma concentración de fuerzas en un gran todo, que se produce en


mayor o menor grado en todas las guerras, indica en sí misma la intención de
dar un golpe decisivo con este todo, ya sea voluntariamente, en el caso del
agresor, o a instancias del enemigo, en el caso del agredido. Allí donde este
gran golpe no se produzca, ciertos móviles modificadores y retardatarios se
habrán asociado al móvil de hostilidad original y habrán debilitado, alterado
o detenido por completo el movimiento322”.

Finalmente, Clausewitz vuelve a recalcar que “—considerar la su-


perioridad numérica como la ley única y pensar que todo el secreto de la
guerra estaba en la fórmula: lograr superioridad numérica en cierto lugar,
en determinado momento— era una restricción absolutamente insostenible
frente a la fuerza de la realidad323”.

Cabe agregar que la Masa no solamente se remite a una superioridad


material o de hombres324 , sino que, también, se relaciona con la superiori-
dad moral propia sobre el enemigo325.

321 Clausewitz, “De la Guerra II”, 58.


322 Clausewitz, “De la Guerra I”, 186-187.
323 Ibid., 139.
324 Ibid., 55.
325 Eduardo Gutiérrez Arias, Guía para el estudio práctico de la Historia Militar. (Santafé de Bogotá:
Escuela Militar, 1993), 84; Gutiérrez, “Quince lecciones de Historia Militar”, 9-10.

155
Maniobra, en ella trata la relación de las marchas, el uso que se da a
ellas, y se enmarca en un plan estratégico ya que esta es en su ejecución, se
somete a la táctica, y lleva a la disposición del encuentro con el enemigo326.

Y, por último, Sorpresa, ya que esta “constituye, más o menos, la


base de todas las empresas, porque sin la sorpresa no es concebible la su-
perioridad en el punto decisivo. Por lo tanto, la sorpresa se convierte en el
medio para lograr la superioridad numérica; pero también debe ser conside-
rada en sí misma como un principio independiente, a causa de su efecto mo-
ral. Cuando la sorpresa consigue tener buen éxito en alto grado, las conse-
cuencias que trae son la confusión y el desaliento en las filas enemigas, y esto
multiplica el buen éxito, como puede ser mostrado con suficientes ejemplos,
grandes y pequeños. [Debe hacerse un gran esfuerzo] para sorprender al
enemigo por medio de medidas generales y, en especial, por la distribución
de fuerzas, que es igualmente concebible en la defensa y constituye un punto
importante, en particular en la defensa táctica327”.

Asimismo, comenzando la década de 1940 se fueron consolidando


los principios de Clausewitz para la historia militar operacional de manera
institucional. El Estado Mayor del Ejército comenzó a emitir la colección
Biblioteca del Oficial. De ella hay por lo menos unos veintiocho tomos, que
en su mayoría fueron traducciones de autores germanos, aunque, también,
hubo otros trabajos de autores de otras nacionalidades y otros producidos
por el mismo Estado Mayor del Ejército colombiano.

Se incluían varios títulos propios de su contexto, en los que se tra-


bajaban los conceptos más básicos de lo que se denominaba en ese entonces
como la Guerra Moderna328, pasando por el análisis de la estrategia militar329
, hasta los teóricos de la guerra clásica cómo Clausewitz330.

326 Clausewitz, “De la Guerra I”, 125-129.


327 Clausewitz, “De la Guerra II”, 59.
328 Hermann Foertsch, El arte de la Guerra Moderna, Bogotá: Estado Mayor General Sección
Imprenta y Publicaciones, 1941.
329 B. H. Liddlell Hart, Los generales alemanes hablan, Bogotá: Imprenta del Ministerio de Guerra,
1949.
330 Karl von Clausewitz, De la Guerra, tomo I y II. Bogotá: Estado Mayor General Sección Imprenta
y Publicaciones, 1942.

156
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

De esa colección, uno de ellos, el texto titulado Algunas tareas sobre


historia militar331 es el más relevante para el tema tratado acá, ya que es el
primer trabajo historia militar operacional encontrado de uso para la ins-
trucción de los mandos, que, además, es emitido desde la misma dirección
del Estado Mayor del Ejército.

El texto, daba los elementos anteriormente citados y el oficial debía


realizar unos ejercicios sobre la campaña de Napoleón en Rusia en 1812,
en los cuales debía analizar, hacer reflexiones y establecer un planeamiento
sobre él y, lo más importante, en la que debía tomar como ejemplo la historia
militar operacional en la práctica332 .

En ese texto, se tomaban algunas matrices operacionales, Variables


de Misión y Principios Operacionales, tratadas por Uribe Gaviria y se agre-
gaban otras, cómo Liderazgo, Misión, Medios, Tropa, Objetivo y Mando.

Se tomaba a Clausewitz, porque se analizaba el Liderazgo, al que


se refiere cómo la debida y razonable conducción de la guerra333; la Misión,
debido a que establece el propósito del combate; los Medios, siempre van
a limitar la capacidad de hacer la guerra334 , permiten extender o acortar la
misma335 . La Tropa, precisamente porque esta es la que integra a las “fuerzas
militares propiamente dichas336 ” y son las encargadas, cómo última instan-
cia, de entrar en lucha con el objetivo de destruir las fuerzas militares del
enemigo337 .

331Algunas tareas sobre historia militar (Bogotá: Estado Mayor General Sección Imprenta y
Publicaciones, 1942).
332 “Algunas tareas sobre historia militar”, 5-6.
333 Clausewitz, “De la Guerra I”, 14.
334 Clausewitz, “De la Guerra II”, 15.
335 Ibid., 19-20.
336 Clausewitz, “De la Guerra I”, 20.
337 Ibid., 44.

157
El Objetivo: “El objetivo político, como causa original de la guerra, será
norma, tanto para el propósito a alcanzarse mediante la acción militar, cómo
para los esfuerzos necesarios para el cumplimiento de ese propósito” 338 y agre-
ga, “puede ser la conquista de un territorio” o se ajustará a otro, con el fin de
hacer que el otro firme la paz,” entre mayor sea el objetivo político, mayor será
la acción militar339 , e “imponer nuestra voluntad al enemigo es el objetivo”.

Y lo más importante de una guerra, “el propósito político es el ob-


jetivo, mientras que la guerra es el medio, y el medio no puede ser nunca
considerado separadamente del objetivo340 ”.

Por último, el Mando, ya que de ello depende “la aplicación del


poder total en combate solo puede lograse mediante la unidad de mando341
”, estudiar el mando es importante ya que muestra la capacidad de los diri-
gentes militares tras varios años de experiencia en diversos ámbitos, lo cual
hace que se obtenga un oficial con un nivel superior en la escala jerárquica
militar342 .

Ahora, la manera en la que Clausewitz postula su trabajo en De la


Guerra caló tan profundo en los militares colombianos a la hora de trabajar
la historia militar operacional que, cómo base epistemológica, opera hasta
la actualidad. Para ver esto, se pueden tomar los diferentes enfoques histo-
riográficos que se han presentado en Colombia, a los cuales se les agrega
las restantes matrices operacionales, Variables de Misión y Principios Ope-
racionales, cómo Economía de fuerzas, Entrenamiento, Apoyo disponible,
Seguridad, Personal, Perseverancia, Legitimidad, Restricción y Sencillez.

El oficial prusiano postula que la Economía de fuerzas parte de la


explicación de que la guerra no es acto en el que se libere toda la tensión
en una sola descarga343 , por lo que, considerar el gasto de fuerza tiene in-

338 Ibid., 23.


339 Ibid., 24-25.
340 Ibid., 37.
341 Gutiérrez, “Quince lecciones de Historia Militar”, 18.
342 Clausewitz, “De la Guerra I”, 90-92.
343 Ibid., 36.

158
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

fluencia sobre la decisión de hacer la paz344 , así, lo que se busca es la mayor


ganancia con el menor gasto posible.

Lo anterior no quiere decir que se deba hacer apología a la “pereza”,


por el contrario, a actuar racionalmente, ya que ni el hombre ni las máquinas
tienen una capacidad de trabajo indefinida y se agotan, por lo que hay que
reservar las cualidades y cantidades de estos lo máximo posible345 .

Se sigue con el Entrenamiento, ya que el comandante que es consciente de lo


que son capaces sus hombres tendrá la ventaja sobre su enemigo346.

Continúa el Apoyo disponible, ya que “las reservas tienen dos obje-


tivos que se diferencian claramente uno del otro, a saber, primero, renovar
y prolongar el combate y segundo, ser usadas en caso de acontecimientos
imprevistos. El primer objetivo implica la utilidad de la aplicación sucesiva
de fuerzas y, a causa de esto, no puede aparecer en la estrategia. Los casos
en los que un cuerpo es enviado a cierto lugar que está a punto de caer, han
de ser colocados, evidentemente, en la categoría del segundo objetivo, ya
que la resistencia que ha de ser ofrecida aquí no había sido suficientemente
prevista.

Sin embargo, un cuerpo que solo tuviera por objeto prolongar el


combate, y que con este objetivo en vista fuera colocado en la retaguardia,
solo sería ubicado fuera del alcance del fuego, pero estaría en el encuentro
bajo el mando y a disposición del comandante en jefe y, por consiguiente,
constituiría una reserva táctica y no estratégica. Pero también puede apa-
recer en la estrategia la necesidad de disponer de una fuerza para aconteci-
mientos imprevistos y, en consecuencia, también pueden existir reservas es-

344 Ibid., 47.


345 Gutiérrez, “Guía para el estudio práctico de la Historia Militar”, 19.
346 Clausewitz, “De la Guerra I”, 88.

159
tratégicas, pero solo allí donde se concibe la posibilidad de acontecimientos
imprevistos.

En la táctica, donde las medidas tomadas por el enemigo general-


mente se descubren solo en forma visual directa y pueden ser disimuladas
por bosques o valles de terrenos ondulados, siempre habremos de estar
preparados de algún modo para la posibilidad de que se produzcan acon-
tecimientos imprevistos, a fin de poder fortalecer, subsecuentemente, esos
puntos que han resultado ser demasiado débiles y modificar, de hecho, la
disposición de nuestras tropas, de manera que corresponda mejor a la de las
tropas enemigas347 .

Seguridad, porque determina que “La fatiga proviene en su mayor


parte de los peligros que en todo momento se hacen más o menos presentes en
el acto de la guerra. Enfrentarse con estos peligros en todos los puntos, avan-
zar con seguridad en nuestro camino, es el objeto de gran número de activida-
des que constituyen el servicio táctico y estratégico del ejército. Este servicio
es tanto más difícil cuanto más débil es el ejército, y más fácil, a medida que
aumenta la superioridad numérica del ejército sobre la del enemigo ”348.

Personal, se refiere al componente militar seleccionado para ejecutar


una acción militar específica349 y que este debe tener una idoneidad para
cumplir con su cometido350.

Perseverancia, esto se debe a que, en la guerra, “el jefe de una gran


masa se encuentra frente a la constante aparición de informaciones falsas y
verdaderas, de errores cometidos por el temor, por la negligencia, por la falta
de atención, o de actos de desobediencia a sus órdenes […] En resumen, es

347 Clausewitz, “De la Guerra II”, 85.


348 Ibid., 79.
349 Clausewitz, “De la Guerra I”, 195.
350 Ibid., 69 y 77.

160
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

víctima de cientos de miles de impresiones, de las cuales las más tienen una
tendencia intimidadora y las menos alentadoras. El instinto, que permite
apreciar rápidamente el valor de esos incidentes, se adquiere mediante una
prolongada experiencia de la guerra; gran valentía y fortaleza de carácter son
los sostenes, […]. Aquel que ceda a esas impresiones, nunca llevará a térmi-
no ninguna de sus empresas, y a este respecto la perseverancia en el curso
decidido es un necesario contrapeso, en tanto que las razones más decisivas
en su contra no se vislumbren351 ”.

Legitimidad, en ella, los “pueblos civilizados no matan a los prisio-


neros, ni saquean las ciudades, ni arrasan los campos” y, agrega que, “la inte-
ligencia desempeña un papel muy importante en la conducción de la guerra
y les ha enseñado a aplicar su fuerza recurriendo a medios más eficaces que
los de esas manifestaciones del instinto 352”.

En el caso del conflicto colombiano, los mismos militares fueron


conscientes que el apoyo de la población civil en la lucha de guerrillas y en
las operaciones de contrainsurgencia es trascendental para obtener la victo-
ria. Esto llevó a las FF.MM. colombianas a considerar la legitimidad como
un principio de las operaciones militares353 .

Restricción, La guerra va acompañada de limitaciones que se impo-


ne a sí misma y que son conocidas bajo el nombre de leyes y usos internacio-
nales, pero que en realidad no debilitan su fuerza354 y esta puede partir de
un componente moral o legal355 .

351 Ibid., 49-50.


352 Ibid., 14 y 68.
353 Gutiérrez, “Guía para el estudio práctico de la Historia Militar”, XII.
354 Clausewitz, “De la Guerra I”, 12.
355 Clausewitz, “De la Guerra II”, 200.

161
Sencillez, parte del hecho que “en la estrategia todo es muy simple,
pero no por ello muy fácil, una vez que, por las condiciones del estado, se
determina lo que la guerra podrá y habrá de hacer, entonces el camino para
esto es fácil de encontrar; pero seguir ese camino en línea recta, llevar a cabo
el plan sin verse obligado a desviarse mil veces por mil influencias variables,
requiere, además, gran fuerza de carácter, gran claridad y firmeza mental. De
mil hombres notables, algunos por su inteligencia, otros por su penetración,
otros por su intrepidez o por su fuerza de voluntad, quizá ninguno podrá
aunar en sí mismo todas esas cualidades que lo elevan por encima de la me-
diocridad en la carrera de un general356 ”.

Ahora, saltando veintisiete años a la publicación del manual Algunas


tareas sobre historia militar, el entonces teniente coronel Camilo Riaño lo-
gró publicar La Campaña Libertadora de 1819357 , en ese trabajo muestra la
aplicación de De la Guerra en la historia militar operacional y, para el caso,
las batallas desarrollas en el marco de la campaña militar de 1819. En esa
misma línea, pero en 1974, el entonces general del Ejército, Álvaro Valencia
Tovar publicó El general de división José María Córdova358 , y en 1980, El
ser guerrero del libertador359 .

En esos tres trabajos si bien, no se analiza las batallas en profundi-


dad, son autores que si siguen tratando la Matriz Operacional, las Variables
de Misión y los Principios Operacionales propuestos por Clausewitz.

También, se pueden encontrar textos autobiográficos en los que sus


protagonistas al tiempo que recrean las batallas o acciones en las que estu-
vieron parten desde un análisis propio de la historia militar operacional. Tal
es el caso de del general Alfredo Vásquez Cobo, con Pro-Patria. La expe-

356 Clausewitz, “De la Guerra II”, 14.


357 Camilo Riaño, La Campaña Libertadora de 1819 (Bogotá: Editorial Andes, 1969).
358 Álvaro Valencia Tovar. El general de división José María Córdova (Bogotá: Imprenta y Litografía
de las Fuerzas Militares, 1974).
359Álvaro Valencia Tovar, El ser guerrero del libertador (Bogotá: Instituto colombiano de Cultura,
1976).

162
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

dición militar al Amazonas en el conflicto de Leticia360 , o, nuevamente, los


del general Valencia Tovar, Testimonio de una época, años signados por el
conflicto en el que han vivido inmerso el Estado y la sociedad colombianos
bajo el rótulo de la violencia361 y, en 2013, Los presidentes que yo conocí362
.
Sin embargo, debe agregarse que estos trabajos tienen un objetivo
más comercial, informativo e, incluso, anecdótico más que un estudio en
profundidad de la historia militar operacional.

Entrados los años noventa, comenzaron a aparecer obras de tipo


enciclopédico, escritas por militares en retiro que buscaban llenar o com-
plementar vacíos historiográficos sobre la historia militar colombiana, en
ellos se hacían estudios sobre las diferentes batallas en las que se hubiera
visto envuelto el Ejército de Colombia. En esos estudios no se entraban en
detalles en profundidad, pero sí partían desde los enunciados de Clausewitz
a la hora de tratar una batalla, cómo se ha visto.

Al respecto, se puede ver el caso de los III tomos correspondientes


al Ejército de la Historia de las Fuerzas Militares de Colombia363 , publica-
da en 1993, también, el caso de Conflicto Amazónico 1932 / 1934364 , obra
publicada en 1994. En la década siguiente, en 2007, el coronel José Manuel
Santos Pico publicó la Historia militar del Ejército de Colombia365 y, dos
años después, el general José Roberto Ibáñez Sánchez publicó La Campaña
Libertadora de la Nueva Granada de 1819366 .

360 Alfredo Vásquez Cobo, Pro-Patria. La expedición militar al Amazonas en el conflicto de Leticia
(Bogotá: Banco de la República, 1985).
361 Álvaro Valencia Tovar, Testimonio de una época, años signados por el conflicto en el que han
vivido inmerso el Estado y la sociedad colombianos bajo el rótulo de la violencia (Bogotá: Planeta,
1992).
362 Álvaro Valencia Tovar, Los presidentes que yo conocí (Bogotá: Planeta, 2013).
363 Historia de las Fuerzas Militares de Colombia (Santafé de Bogotá: Planeta Colombiana Editorial
S.A. 1993).
364 Álvaro Valencia Tovar, Director Académico. Conflicto Amazónico 1932 / 1934 (Bogotá: Villegas
editores. 1994).
365 José Manuel Santos Pico. Historia militar del Ejército de Colombia (Bogotá: Centro de Estudios
Históricos del Ejército, 2007).
366 José Roberto Ibáñez Sánchez, La Campaña Libertadora de la Nueva Granada de 1819 (Tunja:
Academia Boyacense de Historia, 2009).

163
También, en la última década se adhiere a esa línea el general Carlos
Ospina Ovalle y el coronel Luis Alberto Villamarín, el primero con un texto
titulado Palonegro: Yerro estratégico o concierto de valor367 y el segundo
con una extensa obra y temas, entre los que se encuentra Operación Mar-
quetalia. Mitos y realidades del origen de las FARC368 , reeditada en 2020,
Operación Anorí, 1973. Derrota militar del ELN: Muerte de Antonio y Ma-
nuel Vásquez Castaño369 . Asimismo, el coronel aborda temas más recientes
cómo Operación Odiseo 2011. Caída de Alfonso Cano, ideólogo del terro-
rismo de las FARC370 , publicado en 2012, o también Operación Sodoma.
Muerte del Mono Jojoy: Caída del capo del narcotráfico y el terrorismo de
las FARC371 , del mismo año.

Ahora, en los últimos años ha habido un crecimiento en las metodo-


logías y enfoques de la historia militar, los cuales le apuntan a trabajar sobre
los problemas logísticos, estratégicos o tácticos, entre otros372 . Lo anterior
ha ido de la mano con el aumento en las facultades de historia, así como
del aumento de estudiantes que trabajan los temas militares373 , para el caso
colombiano, hay varios ejemplos.

El primero de ellos es el del oficial de arma del Ejército colombia-


no Jorge Mauricio Cardona Angarita, con su tesis de maestría titulada La
reestructuración del Ejército de Colombia, 1998 – 2000, estudio de caso
del ataque en la quebrada del Billar374 , el cual toma elementos de la historia

367 Carlos Ospina Ovalle, Palonegro: Yerro estratégico o concierto de valor (Bogotá: Autores y Editores, 2017).
368 Luis Alberto Villamarín Pulido. Operación Marquetalia. Mitos y realidades del origen de las FARC (Nueva
York: Ediciones LAVP, 2020).
369 Luis Alberto Villamarín Pulido. Operación Anorí, 1973. Derrota militar del ELN: Muerte de Antonio y Manuel
Vásquez Castaño (Bogotá: Ediciones LAVP, s.f.).
370 Luis Alberto Villamarín Pulido. Operación Odiseo 2011. Caída de Alfonso Cano, ideólogo del terrorismo de las
FARC (Bogotá: Ediciones LAVP, 2012).
371 Luis Alberto Villamarín Pulido. Operación Sodoma. Muerte del Mono Jojoy: Caída del capo del narcotráfico y
el terrorismo de las FARC (Nueva York: Ediciones LAVP, 2011).
372 Borreguero, “Nuevas Perspectivas para la Historia Militar”, 145.
373 Ibid., 147.
374 Jorge Mauricio Cardona Angarita, “La reestructuración del Ejército de Colombia, 1998 – 2000, estudio de caso
del ataque en la quebrada del Billar”. Tesis de maestría, Pontificia Universidad Javeriana. 2015.

164
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

militar operacional y los combina con la historia profesional. También, se


encuentra el trabajo del ex ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón Bueno y
el entonces mayor del Ejército Juan Fernando Rodríguez con Tras los pasos
de un combatiente de dos siglos. Historia de las Fuerzas Armadas de Colom-
bia 1880-1945375 , los cuales analizan, dentro de muchos otros elementos,
analizan el combate de Güepí.

Por último, desde el campo puramente civil, se encuentra Carlos


Camacho Arango, con su tesis de doctorado publicada en 2016, con el título
El Conflicto de Leticia (1932-1933) y los Ejércitos de Perú y Colombia376 . Él
hace un estudio de los ejércitos nacionales mencionados en el título, dónde
aborda los componentes sociales de estos y la construcción política de cada
uno y destina un capítulo únicamente al combate de Güepí. En ese capítulo,
a partir de los datos suministrados por fuentes primarias cómo secundarias,
obtenidas de militares, trabaja la mayoría de las matrices operacionales, las
Variables de Misión y los Principios Operacionales, con lo cual obtiene pro-
fundidad en su estudio.

Muchas obras de historia militar operacional entre tesis, manuscri-


tos, libros, ensayos y artículos se han desarrollado en el siglo XX y XXI y se
queda en deuda por nombrarlos, aunque se puede hacer una aproximación
a algunos de ellos como Camilo Riaño377 , Cayo Leónidas Peñuela378 , Héctor

375 Juan Carlos Pinzón Bueno y Juan Fernando Rodríguez. Tras los pasos de un combatiente de
dos siglos. Historia de las Fuerzas Armadas de Colombia 1880-1945 (Bogotá: Editorial Planeta
colombiana S.A., 2016).
376 Carlos Camacho Arango, El Conflicto de Leticia (1932-1933) y los Ejércitos de Perú y Colombia
(Bogotá: Editorial Universidad Externado de Colombia, 2016).
377Capitán Camilo Riaño, Análisis Histórico - Militar del Combate el Pantano de Vargas Año del
Sesquicentenario de la Independencia Historia - Volumen II, Tunja: Imprenta Departamental,
1960); Mayor Camilo Riaño, La batalla de Cachirí, Biblioteca Academia Colombiana de Historia;
Mayor Camilo Riaño, La batalla de Juanambú, Biblioteca Academia Colombiana de Historia;
Teniente Coronel Camilo Riaño, La batalla del Río Palo, (Bogotá: Imprenta de las Fuerzas
Militares, 1967), Teniente Coronel Camilo Riaño, La Campaña Libertadora de 1819, (Bogotá:
Editorial Andes, 1969)
378 Cayo Leónidas Peñuela, Álbum de Boyacá Tomo I, 1969, Boyacá - Colombia

165
Publio Pérez379 , Gabriel Puyana García380 , Andrés Salamanca381 , José Vi-
cente Rodríguez382 , Andrés Ricardo Otálora383 , Allan J. Kuethe y Juan Mar-
chena384 , Pilar Moreno de Ángel385 , Delfín Rivera Salcedo386 , Miguel Matus
Caile387 , Diego Castrillón Arboleda388 , Coronel Miguel A. Peña Bernal389 ,
Carlos Delgado Gómez y Francisco Diaz Márquez390 y Clément Thibaud391
. Tampoco se puede dejar pasar desapercibido el boletín de la Academia
colombiana de Historia militar, el cual desde 1992 ha producido decenas
de artículos dedicados al análisis de las campañas, operaciones, batallas y
combates, quedando también en deuda por hacer un detallado balance his-
toriográfico, con el fin de rescatar la historia militar operacional.

379 Héctor Publio Pérez, La participación de Casanare en la guerra de independencia 1809 - 1819,
(Bogotá: Editorial ABC, 1987)
380 Brigadier General Gabriel Puyana García, Historia de la caballería colombiana, Centro de
Estudios Históricos del Ejercito, (Bogotá: Planeta, 2009)
381 Andrés Salamanca "Armas de la independencia", Javier Guerrero y Juan Sebastián Calderón
Comp. Gentes, pueblos y batallas, Microhistorias de la ruta libertadora, (Tunja: UPTC, 2014)
155-185
382 José Vicente Rodríguez Cuenca, Luis Daniel Borrero, “La batalla del pantano de Vargas, 25 de
julio de 1819”, Paipa, Boyacá, Nueva Granada, las Otras Historias del Pasado, Maguaré, Vol 28,
No. 2 (Jul -Dic) 2014.
383 Andrés Ricardo Otálora Cascante, “Bajo las alas del Cóndor. La salud de los ejércitos del Rey
y Libertador en el Virreinato de Nueva Granada (1815 -1820)” (tesis de doctorado de historia
Universidad Nacional de Colombia, 2018).
384 Allan J. Kuethe y Juan Marchena, Los soldados del Rey, El ejército borbónico en América colonial
en vísperas de la independencia, (Valencia: Universitat Jaume I, 2005); Juan Marchena, Ejército y
Milicias en el mundo colonial americano, (Madrid: Editorial Mapfre, 1992)
385 Pilar Moreno de Ángel, José María Córdova, (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura, 1979)
386 Delfín Rivera Salcedo, Ramón Nonato Pérez El tigre, (Bogotá: panamericana formas, 2015)
387 Miguel Matus Caile, Historia de Arauca, (Bogotá: Tercer Mundo, 1992)
388 Diego Castrillón Arboleda, La batalla de Calibio, Archivo Academia Colombiana de Historia
389 Miguel A. Peña Bernal, La Campaña del Bajo Magdalena, Biblioteca de la Academia Colombiana
de Historia
390 Carlos Delgado Gómez y Francisco Díaz Márquez, “La caballería en la marcha por la ruta
libertadora: Morcote – Socha. Una aproximación”. En Javier Guerrero y Juan David Meléndez
Camargo Comp. Gentes, pueblos y batallas, Microhistorias de la ruta libertadora, Vol. 2 (Tunja:
UPTC, 2016), 123 – 146.
391 Clément Thibaud, República en armas, los ejércitos bolivarianos en la guerra de independencia en
Colombia y Venezuela, (Bogotá: Planeta, 2003)

166
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Manuales institucionales de historia militar

Visto lo anterior, es pertinente, entonces, tener en cuenta que la his-


toria militar operacional actual es el resultado del trabajo que por más de
100 años han desarrollado los diferentes Departamentos y Direcciones de
Historia Militar del Ejército Nacional, así como de militares en retiro inte-
resados en estos temas, los cuales buscan que el oficial esté capacitado para
abordar la historia militar. Y se puede ver un predominio de la Historia
Militar Operacional al interior de la Escuela Militar de Cadetes.

Como es caso del Memorial de Estado Mayor del Ejército392 , ma-


nuales de tareas para oficiales, cómo el manual Ensayo sobre Historia Mili-
tar,393 tomo I, II y III (1940), el ya mencionado manual Algunas tareas sobre
historia Militar394 (1942). Así, cómo los posteriores, cómo Catorce Leccio-
nes de Historia Militar395 , tomo I y II (1992), Quince lecciones de Historia
Militar396 (1993), tomo I y II, y Guía para el estudio práctico de la Historia
Militar397 , o los siguientes manuales, como la Historia Militar Universal,
Lecturas Selectas398 , tomo I y II (2001) o Guía de Estudio Historia Militar399
, tomo I y II (2006).

Estos últimos manuales retomaron la metodología planteada desde


los años cincuenta del siglo XX para el análisis de las campañas y las opera-

392 “Memorial del Estado Mayor”, 4-10.


393 Jaime Polanía Puyo, Ensayo sobre Historia Militar Tomos I, II y III. (Bogotá: Estado Mayor
General, Sección de Historia Imprenta y publicaciones, 1940).
394 “Algunas tareas sobre historia militar”.
395 Eduardo Gutiérrez Arias, Catorce Lecciones de Historia Militar (Santafé de Bogotá: Escuela
Militar, 1992).
396 Gutiérrez, “Quince lecciones de Historia Militar”.
397 Gutiérrez, “Guía para el estudio práctico de la Historia Militar”.
398 Historia Militar Universal, Lecturas Selectas (Bogotá: Imprenta Escuela Militar, 2001).
399 Guía de Estudio Historia Militar (Bogotá: Imprenta Escuela Militar, 2006).

167
ciones militares y continuaron con la esencia del empleo de los principios de
la guerra planteados por Clausewitz,

“ […] ofrece a los estudiosos de la historia Castrense, que deben ser


todos los militares, especialmente, los pertinentes a las ramas de com-
bate y estado mayor, una guía para realizar el análisis de los hechos de
armas con un método científico que, por tal razón, sea sistemático y
válido, como un medio para extraer enseñanzas útiles para el desem-
peño profesional de los acontecimientos militares dignos de ser co-
nocidos y estudiados porque muestran la ingeniosa y creativa manera
como fueron conducidos”400

Casos Tácticos o Lecciones Aprendidas

Mención aparte debe hacerle a los Casos Tácticos o Lecciones


aprendidas, producciones hechas sobre la marcha, que van desarrollándose
sobre un constante perfeccionamiento inmediato y corrige al personal en ca-
liente y pretende “instruir por la experiencia” tal como lo señalan diferentes
ediciones de estos casos.

Estos se comenzaron a publicar en 1961 en la Escuela Superior de


Guerra, por iniciativa del entonces profesor de Táctica, teniente coronel Ri-
cardo Charry, que posteriormente llegaría a ser general de la República. Este
oficial “introdujo la práctica de elaborar estudios de los Casos Tácticos, so-
bre las experiencias reales vividas por los mismos alumnos en la larga lucha
contra-subversiva.

Posteriormente el Ejército propició la publicación periódica de es-


tos estudios, que en el fondo representa[ban] un esfuerzo de aplicación de

400 Gutiérrez, “Guía para el estudio práctico de la Historia Militar”.


401 Casos tácticos de guerra de guerrillas en Colombia (Bogotá: Imprenta y Publicaciones de las
Fuerzas Militares, 1964).

168
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

la historia militar “contemporánea”, dentro de la situación de conflicto que


el oficial colombiano, vivía y aún sigue afrontando.

Estos trabajos tomaron como referencia los estudios hechos de los conflictos
vividos por las tropas francesas en Argelia, en Indonesia y en otros lugares
de Asia por los ingleses. También fue materia de estudio la revolución en
Centro América, especialmente en Cuba402 ”.

Conclusiones

La historia militar operacional en Colombia proviene del mismo Ejército


y se ha institucionalizado al interior de la Escuela Militar, esto se debe a
que los textos en la Escuela Militar en se basan en lo enseñado por Karl
von Clausewitz, donde se analizan 10 principios de la guerra analizados por
él, la misión, unidad de mando, seguridad, sorpresa, sencillez, economía de
fuerzas, objetivo, maniobra y opinión pública, para poder enseñarle a los
oficiales cómo se desarrollaron las batallas.

Se comprueba, además la hipótesis señalada en el sentido Clausewitz con sus


principios de la guerra es la base epistemológica de la historia militar ope-
racional en el Ejército colombiano y, se muestra, que es una historia militar
ecléctica y, por lo tanto, nadie se atribuye su teorización.

Por último, la producción de los Casos Tácticos en el Ejército desde 1961


hace que estos trabajos sean los pioneros en la historiografía colombiana en
realizar lo que hoy se conoce como “historia del tiempo presente”, tema que,
a hoy, de ninguna manera, se ha estudiado403 . Al mismo tiempo, deja claro
que la historia militar, y en este caso, la operacional es la que más utilidad
tiene en el devenir de los militares como profesionales de las armas.

402 Gutiérrez, “Guía para el estudio práctico de la Historia Militar”, XII.


403 Pierre Sauvage, “Una historia del tiempo presente”, Historia Crítica núm. 17, julio-diciembre
(1998): 69-70.

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177
Epílogo
La historia militar, lecciones pasadas para
entender el presente

Andrés Salamanca Orcasitas

178
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

Estamos en guerra, contra un enemigo que no podemos percibir,


diminuto pero letal, la enfermedad forma parte de la historia de la huma-
nidad de manera intrínseca. A medida que la población mundial aumenta,
las enfermedades se extienden, pueden llegar a afectar diferentes regiones
del planeta, y se convierten en una amenaza para la humanidad, cuando
esto ocurre, se declara una pandemia. Estos eventos han transformaron las
sociedades que ha afectado y han cambiado o influido decisivamente en el
curso de la historia. Tal vez, solo la guerra, su desarrollo y sus consecuencias
tienen un impacto tan significativo en la civilización como las pandemias, la
guerra es considerada, con justa razón, el evento histórico por antonomasia.

Ambos fenómenos han sido constantes en la historia humana: en


marzo de 1918 en Estados Unidos, en la enfermería del hospital Fort Rid-
ley, en el estado de Kansas, se registraron los primeros casos de la llamada
gripe española404 . Un soldado presentaba síntomas y a las pocas semanas el
hospital estaba completamente copado. La pandemia se expandió por todo
el planeta impulsada por los continuos movimientos de tropas de la Primera
Guerra Mundial (1914-1919). Según estudios actuales, se cree que la ‘gripe
española’ infectó, en menos de dos años, a un tercio de la población mun-
dial, y pudo llegar a causa la muerte de entre 50 y 100 millones de personas.
En abril de 1918, un contingente estadounidense desembarcaba en Europa
portando el virus consigo: era el principio de la mayor pandemia del siglo
XX.405

No hay vacuna o medicina para curar la enfermedad, la única mane-


ra de prevenir la propagación es lavar continuamente las manos, usar desin-
fectantes y disposiciones como el aislamiento social, la prohibición de gran-
des aglomeraciones de personas, entre otras medidas cautelares, aun así, los

404 Se le conoció como gripa española por qué España, país neutral en la I Guerra Mundial no
censuró la publicación de los informes sobre la enfermedad y sus consecuencias, a diferencia de los
otros países centrados en la confrontación.
405 ¿El paciente 1? Guiomar Huguet Pané https://historia.nationalgeographic.com.es/foto-del-dia/
el-paciente-1

179
casos siguen en aumento, propagándose en el todo el mundo haciendo que
los sistemas de salud de muchos países se ven desbordados hasta que el virus
disminuirá su mortalidad y se disipará. Pero, este escenario no describe el
año 2020 sino los años en los que se desarrolló la pandemia de 1918, muchas
de estas medidas son usadas hoy en día, lo que muestra que las experiencias
pasadas y la investigación científica si son usadas apropiadamente y a tiempo
se pueden evitar calamidades y perdidas innecesarias. Lo mismo ocurre con
la Historia Militar y su estudio científico.

La Historia no puede ignorar el papel de las Fuerzas Armadas y de


la guerra en el devenir de la civilización, si la historia es “el estudio cientí-
ficamente elaborado de las diversas actividades y de las diversas creaciones
de los hombres de otros tiempos” según, Lucien Fevbre; la Historia Mili-
tar sería: la historia de los hombres de armas, de las fuerzas armadas en el
contexto de una situación de guerra o de paz, o la preparación para ésta.
También tiene como función enseñar a los líderes de las Fuerzas Armadas
lecciones pasadas, para enfrentar situaciones presentes, y poder anticipar
posibles escenarios futuros. La Historia Militar en las escuelas de formación,
entrenamiento y reentrenamiento no deber ser enseñada solamente de modo
anecdótico, donde solo se memoricen fechas, lugares y biografías de grandes
comandantes, esto es válido, hasta necesario, pero la Historia militar debe
ser una historia que vaya más allá, que analice las causas, los acontecimientos
y las consecuencias, que examine los aciertos y los errores de las campañas
militares, los conflictos y las guerras para que estos resultados se empleen
para desplegar operaciones militares de la manera más eficiente posible. Los
líderes militares deben entender que si bien “La historia militar no propor-
ciona un mapa o una hoja de ruta, pero proporciona un contexto que ayuda
a equipar una mente ágil para tomar decisiones informadas406” , como Clau-
sewitz sugería: “que el estudio de la historia está destinado a educar la mente
del futuro comandante, o, más exactamente, a guiarlo en su autoeducación,
no a acompañarlo al campo de batalla; así como un maestro sabio guía y es-
timula el desarrollo intelectual de un joven, pero tiene cuidado de no llevarlo
de la mano por el resto de su vida”407 .

406 US Army, Fort Benning, Maneuver Self Study Program, https://www.benning.army.mil/mssp/


Military%20History/
407 Carl Von Clausewitz, De la Guerra, (Barcelona, Idea Books, 1999), 92

180
Bases Epistemológicas de la Historia Militar en Colombia

El estudio científico de la Historia Militar como recurso para anali-


zar batallas pasadas ayuda a los líderes a comprender como conducir opera-
ciones militares exitosas, a usar las lecciones aprendidas como en la pande-
mia de 1918, su implementación evitaron que las consecuencias fueran más
nefastas lo mismo ocurre con la historia militar una buena compresión de los
errores o de los aciertos pasados, estudiar los campos de batalla históricos
in situ para entender las decisiones de los comandantes pasados, proponer
sus propias maniobras e intentar pensar de la manera que lo hicieron los
comandantes de épocas anteriores, además del contexto histórico, políti-
co, social, económico y cultural en el que ocurren para concebir la guerra
como un todo. Porque el “estudio de la historia militar no solamente debe
interesar a los hombres de armas, sino que es un imperativo para aquellos
que tiene la responsabilidad de la conducción de los estados, si se considera
que la guerra cubre considerables periodos de la vida de las naciones y que
la suerte de estas depende en buena parte de los resultados de los conflictos
bélicos, la historia concede la razón a aquellos que sostiene que la historia de
la humanidad es la historia de sus guerras”408 Concluyo con una frase de Na-
poleón Bonaparte: “leed, releed las campañas de Alejandro, Aníbal, César,
Gustavo Adolfo, Turena, el príncipe Eugenio y Federico y modelaos sobre
ellas, he ahí el único medio de llegar a ser un gran capitán y de comprender
los secretos del arte de la guerra”409 .

408 Coronel (RA) Ramón Ordoñez Castillo, Historia Militar, (Bogotá, Escuela Militar de Cadetes José
María Córdova 1976), 4
409 Ramón Ordoñez, Historia Militar… 8

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