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UNIVERSIDAD NACIONAL

“SIGLO XX”
AREA: Social
CARRERA: Contaduría publica

TRABAJO

NOMBRE: WILLIAM AXEL COMBATA FERNANDEZ


JAIME CARICARI COPACURO
JUDITH PAICHO MANCILLA
PARALELO: TERCERO “A”
DOCENTE: Dr. CRISTIAN ADREA HERNAN DELGADO
FECHA: 12/11/2023

LLALLAGUA –POTOSI-BOLIVIA
CAPITALISMO DE ESTADO
DEFINICION.
El capitalismo de Estado es un modelo que prioriza al Estado como
participante en la economía por medio de sociedades estatales y compitiendo
con el sector privado dentro del sistema económico.
En un entorno social y económico capitalista, las instituciones y gobiernos
supervisan y controlan la actividad económica del territorio en cuestión
siguiendo pautas y prácticas de marcado tono capitalista.
En ese sentido, se entiende que se aplica el funcionamiento de una empresa
capitalista al modo en que se dirige la Administración de un Estado. Para ello
se aplican muy diversas prácticas microeconómicas a una gestión
macroeconómica y de nivel nacional.
Su origen se atribuye al crecimiento del fenómeno de la burguesía. Así, las
élites económicas de diplomáticos, comerciantes y emprendedores burgueses
asumieron el control político y económico en países como Inglaterra en su fase
colonial. Estos agentes aplicaban a la política las metodologías con las que
actuaron e hicieron fortuna en sus empresas.

ORÍGENES Y USO TEMPRANO.


Si la crisis reveló la incapacidad de la burguesía para seguir controlando las
fuerzas productivas modernas, la conversión de las grandes organizaciones de
producción y comunicación en sociedades anónimas y propiedad estatal
muestra que para ello se puede prescindir de la burguesía. Todas las funciones
sociales de los capitalistas ahora las llevan a cabo empleados asalariados. El
capitalista ya no tiene ninguna actividad social salvo el embolsarse las rentas,
el recorte de cupones y el juego en la bolsa de valores, donde los diferentes
capitalistas se despluman mutuamente de su capital. Así como al principio el
modo de producción capitalista desplazó a los trabajadores, ahora desplaza a
los capitalistas, relegándolos a la población superflua, aunque no en primera
instancia al ejército industrial de reserva.
Pero ni la conversión en sociedades anónimas ni en propiedad estatal priva a
las fuerzas productivas de su carácter de capital. En el caso de las sociedades
anónimas, esto es evidente. Y el Estado moderno, también, es sólo la
organización de la que se proporciona la sociedad burguesa para mantener las
condiciones externas generales del modo de producción capitalista contra las
invasiones de los trabajadores o de los capitalistas individuales. El Estado
moderno, cualquiera que sea su forma, es entonces el Estado de los
capitalistas, el cuerpo colectivo ideal de todos los capitalistas. Cuantas más
fuerzas productivas toma como propiedad suya, más se convierte en el
verdadero cuerpo colectivo de los capitalistas, más ciudadanos explota. Los
trabajadores siguen siendo asalariados, proletarios. La relación capitalista no
se abolió; más bien se lleva al extremo. Pero en este extremo se transforma en
su opuesto. La propiedad estatal de las fuerzas productivas no es la solución
del conflicto, pero contiene en sí los medios formales, la clave de la solución.
Se quiere estatizar progresivamente una empresa tras otra. Esto quiere decir
poner al Estado en el puesto de los empresarios privados, continuar con la
estructura capitalista en la empresa, cambiando solo el explotador. Este (el
estado) sustituye como contratista de trabajo a los empresarios privados y los
obreros no ganan nada; además, el Estado consolida así su poder y su fuerza
opresiva. Cuanto más reconoce la sociedad burguesa que a la larga no puede
evitar el asalto de las ideas socialistas, tanto más nos acercamos al momento
en que el socialismo de Estado será proclamado por la misma burguesía con
gran fuerza. La batalla decisiva que la socialdemocracia deberá llevar a cabo
con este último será presidida por el grito de combate: ¡aquí la
socialdemocracia! ¡allá el socialismo de Estado!

CARACTERÍSTICAS DEL CAPITALISMO DE ESTADO.


Capitalismo de estado
Hablamos de capitalismo de Estado para referirnos al fenómeno que se
produce cuando, en un sistema económico con funcionamiento capitalista,
el Estado opera como un agente económico a través de empresas que le
pertenecen o que gestiona de manera directa o indirecta; esta intervención del
Estado puede ser en determinados sectores de la economía o abarcar toda la
realidad económica.
Puede funcionar, o no, a través de monopolios estatales. En todo caso supone
una intervención de un agente económico que no está en igualdad de
condiciones con los demás (si los hay) por lo que afectará de manera muy
negativa a la libre competencia.
Este fenómeno se ha producido de manera frecuente a lo largo de la Historia;
ya en la Edad Moderna con el mercantilismo el Estado tenía un papel
importantísimo en la realidad económica. Sin embargo, en este artículo vamos
a centrarnos en la época más actual en la que existe un verdadero sistema
capitalista.
Algo que podría confundirse, porque tiene puntos en común, con este
capitalismo de estado es el Keynesianismo, que propugna la intervención del
Estado para impulsar la economía a través del gasto público y la generación de
déficit público.

La economía de guerra alemana 1914/1918


Desde algunos meses antes de comenzar la Primera Guerra Mundial, debido a
la amenaza de bloqueo económico, el Estado Alemán interviene la economía
llegando a tener un gran control en ella (Plan Rathenau).
El Estado controla, de manera centralizada y rígida, la compra de materias
primas, la distribución de alimentos y la utilización de la mano de obra.
En los últimos dos años de la guerra, a partir de 1917, se produjo en Alemania
una gran escasez de alimentos: el hambre llegó a producir la muerte de más
personas que la guerra; el gobierno intentó solventar esto reclamando a Rusia
sus cosechas de Ucrania, una vez firmado el armisticio con la URSS.

En la Unión Soviética
La Revolución de octubre de 1917 supuso una primera oportunidad de llevar
a la práctica las ideas marxistas.
A partir de la revolución se sucedieron diferentes etapas (comunismo de
guerra, Nueva Política Económica, Estalinismo, reforma de Kruchev) a lo largo
de los algo más de setenta años en los que existió la Unión Soviética, el
denominador común de todas estas etapas es que el Estado es el propietario y
el gestor de los medios de producción
Dicho de manera muy simple, la revolución marxista pretende alcanzar
el paraíso socialista para lo cual es necesario pasar por una etapa de
transición desde el sistema capitalista burgués, lo que nos lleva a la dictadura
del proletariado para la que el Estado asume el control de todo (también de la
vida económica del país) y se convierte en el único empresario.
El problema con el que se encontraron los revolucionarios comunistas de 1917
fue que la revolución diseñada por Marx y Engels parte de un mundo capitalista
burgués y Rusia no era un estado moderno, tenía una estructura económica
medieval, una economía preponderantemente agrícola y un tejido industrial
muy pequeño. Esto era un enorme obstáculo para la revolución.
Por otro lado, la Primera Gran Guerra y las revoluciones y guerras civiles
habían destrozado la economía rusa que necesitaba urgentemente generar
riqueza.
Por ello Lenin implementó, en los años 20 la llamada Nueva Política
Económica (Nóvaya Ekonomícheskaya Polítika) en la que se permitía la
existencia de pequeñas empresas (agrícolas, comerciales, artesanales)
mientras que el Estado seguía con el control de las grandes empresas, de los
bancos y del comercio internacional; con ello se perseguía, por un lado, un
cierto desarrollo económico y, por otro, la creación (hasta cierto punto) de un
tejido capitalista burgués que diera base a la revolución comunista.
Terminó a finales de los años 20 dando paso al Estalinismo en el que se forzó
la colectivización agraria, el Estado volvió a asumir toda la gestión y propiedad
de las empresas creándose los planes quinquenales para promover el
desarrollo de la economía dirigida.
La experiencia, tanto en la propia URSS como en sus países satélites
del socialismo real ha demostrado que este tipo de políticas son, llevadas a la
práctica, un desastre económico insostenible.

Capitalismo de Estado de derechas


La derecha tradicional también es proclive al control por el Estado de parte (o
de gran parte) del tejido productivo de un país (a pesar de que digan que están
cerca de las posiciones del liberalismo, lo que no es cierto).
En la España Franquista encontramos un clarísimo ejemplo de esto: en una
primera etapa (de 1939 a 1953) los destrozos que había producido la guerra y
el bloqueo internacional al Régimen, llevaron a España a una política
de autarquía económica: ante la imposibilidad de importar bienes los
españoles debían subsistir con lo que se producía en la propia España (como
hemos dicho destrozada económicamente), lo que llevó a una época de
miseria, hambre, cartillas de racionamiento y mercado negro (estraperlo).
A partir de mediada la década de los 50 esto cambió (habían cambiado las
circunstancias y ya no había un bloqueo internacional), el Estado comenzó a
perseguir la producción y crecimiento económico a través de los planes de
desarrollo y de la creación del Instituto Nacional de Industria que fue un
conglomerado de empresas pertenecientes al Estado, además de
los monopolios estatales como la tabacalera o la gasolina (CAMSA).
Por otro lado, el Estado Franquista fue quién creó estructuras estatales que
aún existen hoy en día como la Seguridad Social, tanto en su vertiente sanitaria
como para las prestaciones económicas a los trabajadores, y todo el sistema
de protección laboral a los trabajadores.
Existe también, hoy en día, una corriente en países no desarrollados,
especialmente en Iberoamérica, que propugna que el Estado asuma el control
de sectores económicos clave para crear tejido industrial y no depender de las
materias primas exclusivamente sino convertirlas en el propio país en
productos terminados.

QUE PAISES TIENEN CAPITALISMO DE ESTADO.


El capitalismo de Estado se distingue de las economías mixtas capitalistas
donde el Estado interviene en los mercados para corregir fallas del mercado o
para establecer una regulación social o disposiciones de bienestar social de la
siguiente manera: el Estado opera negocios con el propósito de acumular
capital y dirigir la inversión en el marco de un mercado libre o una economía de
mercado mixto. En tal sistema, las funciones gubernamentales y los servicios
públicos a menudo se organizan como corporaciones, empresas o empresas
comerciales.
China continental
Muchos analistas afirman que China es uno de los principales ejemplos de
capitalismo de Estado en el siglo xxi. En su libro "El fin del mercado libre: quién
gana la guerra entre estados y corporaciones", el politólogo Ian Bremmer
describe a China como el principal impulsor del surgimiento del capitalismo de
Estado como un desafío a las economías de libre mercado del mundo
desarrollado, particularmente después de la crisis financiera de 2008.
Bremmer traza una definición amplia del capitalismo de Estado como tal:
Siguiendo a Bremmer, Aligica y Tarko Desarrollar aún más la teoría de que el
capitalismo de Estado en países como la China y Rusia de hoy en día es un
ejemplo de una sociedad de búsqueda de rentas. Argumentan que después de
darse cuenta de que los sistemas socialistas de planificación centralizada no
podían competir eficazmente con las economías capitalistas, las élites políticas
del antiguo Partido Comunista están tratando de diseñar una forma limitada de
liberalización económica que aumente la eficiencia y al mismo tiempo les
permita mantener el control y el poder político.
En su artículo "Todos somos capitalistas de Estado ahora", el historiador
británico y profesor Laurence A. Tisch de historia en la Universidad de Harvard
Niall Ferguson advierte contra "una simplificación excesiva inútil para dividir el
mundo en campos de" capitalistas de mercado " y " capitalistas de Estado ". La
realidad es que la mayoría de los países se organizan a lo largo de un espectro
en el que varían tanto la intención como el alcance de la intervención estatal en
la economía". Luego señala: "La verdadera contienda de nuestro tiempo no es
entre una China capitalista de Estado y una América capitalista de mercado,
con Europa en algún lugar en el medio. Es una contienda que se desarrolla
dentro de las tres regiones mientras todos luchamos por atacar el justo
equilibrio entre las instituciones económicas que generan riqueza y las
instituciones políticas que la regulan y redistribuyen".
En el programa común establecido por la Conferencia Consultiva Política del
Pueblo Chino en 1949, en efecto, la constitución provisional del país, el
capitalismo de Estado significaba un sistema económico de corporativismo.
Establecía lo siguiente: "Siempre que sea necesario y posible, se alentará al
capital privado a desarrollarse en la dirección del capitalismo de Estado".
El análisis del modelo chino y la economía de mercado socialista por los
economistas Julan Du y Chenggang Xu encuentra que el sistema económico
contemporáneo de la República Popular China representa un sistema
capitalista de Estado en oposición a un sistema socialista de mercado. La
razón de esta categorización es la existencia de mercados financieros en el
sistema económico chino, que están ausentes en la literatura socialista de
mercado y en los modelos clásicos de socialismo de mercado; y que las
empresas retienen los beneficios estatales en lugar de distribuirlos
equitativamente entre la población en un esquema de renta básica / dividendo
social o similar, que son características importantes en la literatura socialista de
mercado. Concluyen que China no es una forma de socialismo de mercado ni
una forma estable de capitalismo.
A pesar de estas afirmaciones, el gobierno chino sostiene que estas reformas
son en realidad la etapa primaria del socialismo. y el Partido Comunista de
China permanece nominalmente dedicado a establecer una sociedad socialista
y, posteriormente, a convertirse en un comunismo plen
Siguiendo a Bremmer, Aligica y Tarko Desarrollar aún más la teoría de que el
capitalismo de Estado en países como la China y Rusia de hoy en día es un
ejemplo de una sociedad de búsqueda de rentas. Argumentan que después de
darse cuenta de que los sistemas socialistas de planificación centralizada no
podían competir eficazmente con las economías capitalistas, las élites políticas
del antiguo Partido Comunista están tratando de diseñar una forma limitada de
liberalización económica que aumente la eficiencia y al mismo tiempo les
permita mantener el control y el poder político.
En su artículo "Todos somos capitalistas de Estado ahora", el historiador
británico y profesor Laurence A. Tisch de historia en la Universidad de Harvard
Niall Ferguson advierte contra "una simplificación excesiva inútil para dividir el
mundo en campos de" capitalistas de mercado " y " capitalistas de Estado ". La
realidad es que la mayoría de los países se organizan a lo largo de un espectro
en el que varían tanto la intención como el alcance de la intervención estatal en
la economía". Luego señala: "La verdadera contienda de nuestro tiempo no es
entre una China capitalista de Estado y una América capitalista de mercado,
con Europa en algún lugar en el medio. Es una contienda que se desarrolla
dentro de las tres regiones mientras todos luchamos por atacar el justo
equilibrio entre las instituciones económicas que generan riqueza y las
instituciones políticas que la regulan y redistribuyen".
En el programa común establecido por la Conferencia Consultiva Política del
Pueblo Chino en 1949, en efecto, la constitución provisional del país, el
capitalismo de Estado significaba un sistema económico de corporativismo.
Establecía lo siguiente: "Siempre que sea necesario y posible, se alentará al
capital privado a desarrollarse en la dirección del capitalismo de Estado".
El análisis del modelo chino y la economía de mercado socialista por los
economistas Julan Du y Chenggang Xu encuentra que el sistema económico
contemporáneo de la República Popular China representa un sistema
capitalista de Estado en oposición a un sistema socialista de mercado. La
razón de esta categorización es la existencia de mercados financieros en el
sistema económico chino, que están ausentes en la literatura socialista de
mercado y en los modelos clásicos de socialismo de mercado; y que las
empresas retienen los beneficios estatales en lugar de distribuirlos
equitativamente entre la población en un esquema de renta básica / dividendo
social o similar, que son características importantes en la literatura socialista de
mercado. Concluyen que China no es una forma de socialismo de mercado ni
una forma estable de capitalismo.
A pesar de estas afirmaciones, el gobierno chino sostiene que estas reformas
son en realidad la etapa primaria del socialismo. Y el Partido Comunista de
China permanece nominalmente dedicado a establecer una sociedad socialista
y, posteriormente, a convertirse en un comunismo pleno.
Taiwán
Algunos economistas taiwaneses se refirieron al modelo económico de Taiwán
durante el período de la dictadura del KMT como capitalismo de partido-Estado.
Durante esta era, la economía de Taiwán había sido clasificada como un
sistema capitalista de Estado influenciado por su modelo leninista de control
político. Hoy en día, la economía de Taiwán incluye una serie de empresas
estatales, pero el papel del Estado en la economía ha pasado de ser un
empresario a un inversor minoritario en empresas junto con la agenda de
democratización de finales de la década de 1980.
Noruega
El capitalismo de Estado noruego moderno tiene sus orígenes en la propiedad
pública de las reservas de petróleo del país y en las reformas socialdemócratas
del país posteriores a la Segunda Guerra Mundial. El gobierno de Noruega
tiene participaciones en muchas de las empresas que cotizan en bolsa más
grandes del país, y posee el 37% del mercado de valores de Oslo. y opera las
empresas no cotizadas más grandes del país, incluidas Equinor y Statkraft. El
gobierno también opera un fondo soberano, el Fondo de Pensiones del
Gobierno de Noruega, cuyo objetivo parcial es preparar a Noruega para un
futuro post-petróleo.
Singapur
Singapur ha atraído a algunas de las corporaciones más poderosas del mundo
a través de una legislación favorable a los negocios y mediante el fomento del
corporativismo de estilo occidental, con una estrecha cooperación entre el
Estado y las corporaciones. Las grandes participaciones de Singapur de
empresas vinculadas al gobierno y la estrecha cooperación del Estado con las
empresas son aspectos definitorios de la economía de Singapur. El gobierno
de Singapur posee acciones de control en muchas empresas vinculadas al
gobierno y dirige la inversión a través de fondos soberanos, un acuerdo
comúnmente citado como capitalismo de Estado.

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