Está en la página 1de 7

TEMA No 8

LA LUCHA DEMOCRATICA

A fines de 1982 Bolivia recuperaba la democracia después de un largo periodo de


gobiernos, mayormente militares. El primer gobierno democrático, presidido por el Dr.
Hernán Siles Zuazo, heredó de los gobiernos militares una economía muy deteriorada,
marcada por la crisis de deuda externa. Durante los gobiernos militares los salarios reales
cayeron significativamente y su recuperación fue una exigencia recurrente de los
trabajadores organizados, base electoral del gobierno. Le fue muy difícil a Siles Zuazo
arbitrar entre el ajuste macroeconómico y las demandas de su electorado. El populismo
defensivo del gobierno fue incapaz de controlar las presiones sociales que afectaban al
presupuesto fiscal y los crecientes déficit tuvieron que financiarse con emisión monetaria.
La inflación resultante culminó en hiperinflación, y se acompañó de desabastecimientos
generalizados y mercados negros. La hiperinflación se paró con un drástico programa de
saneamiento fiscal, que debilitó en el camino a la Central Obrera Boliviana.

El manejo incompetente, en gran parte por presiones políticas, de la crisis derivó en una
aceleración de la inflación, hasta llegar a niveles hiperinflacionarios.

A medida que la inflación se aceleraba, Siles Zuazo fue perdiendo el apoyo de la Central
Obrera Boliviana (COB). Los forcejeos se volvieron permanentes, con los trabajadores
organizados pidiendo aumentos salariales y el gobierno que se daba cuenta que la situación
externa exigía ajustes que tenían que ir en sentido contrario. Le fue muy difícil al gobierno
contener los déficits fiscales. Le fue igualmente difícil obtener las devaluaciones reales
necesarias para atender el servicio de la deuda externa y normalizar sus relaciones
financieras internacionales.

La Central Obrera Boliviana y la resistencia salarial

Los obreros sindicalizados constituían el núcleo del electorado de Siles Zuazo, aún si al
principio gozaba de un amplio apoyo que iba mucho más allá de ellos. Los sindicatos,
especialmente los de la minería nacionalizada, conscientes de su poder podían introducir sus
demandas al gobierno con amenazas creíbles de retiro de apoyo. Las demandas de los
sindicatos tenían tres formas precisas: la primera, incremento de salarios nominales, para
por lo menos compensar las pérdidas más recientes de salarios reales, la segunda, nuevos
puestos de trabajo en el sector público y la tercera, mejoras en el aprovisionamiento de las
pulperías subsidiadas de las empresas estatales. Estas eran medidas de expansión de la
absorción, difícilmente compatibles con el ajuste externo.

Con el deterioro de la situación económica, las demandas de la COB se hicieron cada vez
más radicales. La bandera más agitada, durante los últimos meses de gobierno de Siles
Zuazo, fue la del salario mínimo vital con escala móvil. El cómputo del salario mínimo vital
se hacía con una canasta de bienes-salario, necesaria para asegurar la subsistencia y
reproducción de la fuerza de trabajo.

Las elecciones generales de nuestro país de 1985 se realizaron el domingo 14 de julio de


1985 para elegir al presidente de la República y los senadores y diputados del Congreso
Nacional. Como ningún candidato obtuvo más de la mitad de los votos, correspondió al
Congreso Nacional elegir al presidente entre los candidatos más votados. Víctor Paz
Estensoro fue elegido presidente. Por tanto, al gobierno de Siles Zuazo le sucedió el gobierno
de Paz Estenssoro que adoptó políticas fiscales y monetarias de gran ortodoxia.

Las jornadas de marzo

En el Gobierno del Dr. Víctor Paz Estenssoro en la década 85 – 86; la Corporación Minera
de Bolivia puso en ejecución el Plan de Relocalización de acuerdo con el D.S. 21060; para
dar soluciones prácticas, precisas y de gran decisión. El gobierno lucha y ante el asombro de
la opinión mundial logrando detener el derrumbe inflacionario.

Por la caída de las cotizaciones de minerales en el mercado mundial, varias empresas


deficitarias fueron cerradas para convertirse en cooperativas.

El fenómeno de la relocalización consistió en la liquidación de beneficios sociales en masa


ofreciéndose para el efecto una serie de bonificaciones extralegales, que en su momento
incentivaban al personal, para tomar la decisión de dejar sus fuentes de trabajo tradicionales,
con la esperanza de buscar nuevos medios de supervivencia, la mayoría de los trabajadores
recibieron entre 5 a 25 mil dólares americanos.

En el grupo Quechisla, recibieron como una nueva fuente de trabajo, las minas que la
empresa había dejado, para continuar su laboreo por el sistema de cooperativa. Esta nueva
alternativa creo problemas serios; porque los nuevos cooperativistas, exigieron el traspaso
de todas las herramientas, materiales de trabajo, maquinarias, equipos y movilidades, cuyo
valor ascendía a un monto imposible de pagar a la Empresa.

Los trabajadores de la mina San José, cansados de mantener una condición latente, sin
realizar ninguna labor productiva y recibiendo solamente su haber básico, hicieron su
representación ante el Ministerio de Minería, solicitando una gratificación extralegal de
1.500 dólares por año de trabajo a cambio de presentar su retiro voluntario; entonces el
Gobierno que debía planificar el futuro de Comibol ACEPTO EL RETO, haciendo una
contraoferta de otorgar 1.000 $us. por año trabajado, que incluían los beneficios legales y la
permanencia de 10 años en las viviendas que ocupaban en el campamento.

Luego de la relocalización; inmensas cantidades de maquinaria, equipo y Materiales


quedaron atrapadas en las empresas cerradas; sin poder ser transferidas a los almacenes de
Oruro y La Paz, por oposición de los cooperativistas, comités cívicos y comunales, quienes
exigieron condiciones preferenciales para negociar la salida de algunos materiales, en otros
casos como Catavi las instalaciones están condenadas a desaparecer por efecto corrosivo del
tiempo. Por instrucciones superiores se procedió al desarme total del ingenio de Mina
Matilde, para ser transferidos a mina Bolívar; pero se depositaron una parte en Mina Bolívar,
otra en servicios técnicos de Oruro y en los almacenes generales de El Alto – La Paz.

La marcha por la vida

La Tesis de Catavi, aprobada el 9 de mayo de 1986 por el Sindicato Mixto de Trabajadores


de Catavi (Norte de Potosí), fue el instrumento político con el que cerca de 10.000
trabajadores de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) decidieron marchar a La Paz
para evitar que el Plan de Estabilización del gobierno, dirigido entonces por Víctor Paz
Estenssoro, elimine algo más de 27.000 puestos de trabajo de las minas.

El documento, que planteó como eje la lucha contra el imperialismo, exigía la anulación del
decreto 21060, la expulsión de Fondo Monetario Internacional (FMI) y “la unidad
latinoamericana para evitar el pago de la deuda externa”. Los mineros pedían que el Estado
haga inversiones en favor de la productividad del país en lugar de pagar la deuda contraída
por el país, especialmente durante la dictadura de Hugo Banzer (1971-1978).
“El movimiento obrero boliviano opuso entonces resistencia al modelo neoliberal que se
puso en marcha con el Decreto 21060”.

El Decreto 21060, la situación económica que vivía Bolivia el año 1986 dio origen a la
vigencia del Decreto 21060 y la movilización, en vista que existía la amenaza de llegar a una
hiperinflación del 25 mil por ciento.

El Decreto Supremo 21060 planteaba la reducción del déficit fiscal con congelamiento de
salarios; aumento en el precio de la gasolina y reducción de gastos del Estado; cambio de
moneda; creación del bolsín en el Banco Central de Bolivia; racionalización de la burocracia,
que se practicó con la relocalización de los mineros; libre contratación; liberalización del
mercado, libre oferta y demanda, arancel único de importaciones, fomento a las
exportaciones y la reforma tributaria.

Varias empresas privadas en Bolivia, aprovecharon la situación para despedir a los


trabajadores y en varios casos cerrar operaciones en sus empresas, dando lugar a una
inestabilidad laboral y muchos hogares quedaron desintegrados porque los mineros no
encontraron fuentes de trabajo en las ciudades.

La Marcha por la Vida, fue una movilización histórica que pretendió evitar la
"relocalización" de mineros y la privatización de las minas estatales, porque corrían el riesgo
de perder sus fuentes laborales.

La marcha de ese entonces fue histórica porque el pueblo se levantó pidiendo la abrogación
del Decreto Supremo 21060, que provocó desempleo masivo en las minas. Los mineros eran
los principales protagonistas de esta movilización en defensa de sus fuentes laborales.
Estos pasajes son recordados por aquellas personas que estuvieron en esta histórica protesta
de importancia en el acontecer sindical de Bolivia.

El conflicto comenzó con los problemas de los mineros, quienes no aceptaron que gran parte
de sus compañeros sean despedidos, en 1985, pero cansados de esperar que el gobierno de
Víctor Paz Estenssoro dé una solución; el 21 de agosto de 1986, luego de un ampliado en la
Avenida Cívica "Sanjinés Vincenti" los trabajadores se movilizaron e iniciaron el 22 de
agosto la marcha hacia la ciudad de La Paz.
Miles de trabajadores, entre ellos mineros, gremiales, campesinos, amas de casas estuvieron
presentes. En la primera jornada llegaron hasta Caracollo donde descansaron, continuando
con su recorrido.

La travesía continuaba por las distintas localidades asentadas a lo largo del camino entre
Oruro y La Paz, como Konani, Sica Sica, Ayo Ayo, Patacamaya, pero cuando llegaron a
Calamarca fueron interceptados y reprimidos por fuerzas policiales y militares.

Luego los marchistas volvieron hasta su lugar de origen, pero continuaron con las protestas,
el Gobierno no quiso dar alguna solución a este problema.

Central Obrera Departamental de Oruro

El dirigente de la Central Obrera Departamental de Oruro (COD), Johnny Sanabria que fue
protagonista de la Marcha por la Vida, señaló que a pesar de existir varios problemas con
los marchistas como heridas, enfermedades, ampollas, la marcha continuó con el único
objetivo de llegar hasta el destino y no permitir que vulneren los derechos de los trabajadores.

"Salimos desde la Avenida Cívica pasando por la Universidad Técnica de Oruro, saliendo
de la ciudad y vimos a muchos trabajadores junto a nosotros marchando por esa carretera
larga hacia La Paz. En el primer tramo, que fue hasta Caracollo, se vio a muchos trabajadores
malheridos, pero a pesar de ello las personas querían continuar hasta llegar al objetivo que
era enfrentar al gobierno de Víctor Paz Estenssoro", rememoró.

Filemón Escobar

“Compañeros marchistas es imposible romper el cerco militar”, advirtió Filemón Escobar el


28 de agosto de 1986, cuando era secretario general de los trabajadores de Catavi. La Marcha
por la Vida pretendía llegar a La Paz para evitar la “relocalización” de mineros.

Este llamado a la retirada implicó la caída del poder sindical de los trabajadores del
guardatojo que se movilizaron para protestar contra el decreto 21060, promulgado el 29 de
agosto de 1985, por Víctor Paz Estenssoro y que implicaba el despido de al menos 27.000
obreros de las empresas mineras del Estado.

Antes de que los movilizados se instalen en Patacamaya, uniformados de la guarnición de


esta localidad revisaron a la comitiva de trabajadores para ver si llevaban dinamitas o algún
arma de fuego. Mientras titulares de periódicos aseguraban que la marcha cumpliría su
objetivo de llegar a La Paz, el 27 de agosto, entre la ruta de Ayo Ayo y Calamarca, la cantidad
de marchistas se incrementó con la participación de estudiantes de la Universidad de Siglo
XX y la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB).

El ministro del Interior de entonces, Fernando Barthelemy, un día antes decía que la
movilización “era justa”. Al día siguiente afirmo que los mineros pretendían “el
derrocamiento del presidente”, Paz Estenssoro.

Ya en Calamarca, distante a 67 kilómetros de La Paz, los militares cercaron a los trabajadores


el 28 de agosto. Al amanecer, tanques y carros de asalto, además de 2.000 efectivos de las
Fuerzas Armadas llegaron a esa zona para frenar el avance de la ya llamada Marcha por la
Vida.

El Gobierno declaró ese mismo día estado de sitio, mientras que el exsecretario ejecutivo de
la COB y dirigente del Partido Comunista de Bolivia (PCB) Simón Reyes Rivera junto con
Escobar pidieron a los mineros retroceder. Estaban desarmados y querían evitar una masacre.
Bibliografía:

 La Razón Digital / Ibeth Carvajal / La Paz. 08:30 / 28 de agosto de 2016. Roberto


Carlos Dalence Barrios – Periodista.
 Dornbusch, R. y Edwards, S. (1991) “The Macroeconomics of Populism” en
Dornbusch, R. y Edwards, S (compiladores) The Macroeconomics of Populism in
Latin America. Chicago: The University of Chicago Press. pp 7-14.
 Sachs, J. (1989) “Social conflict and populist policies in Latin America.” NBER
Working Paper No 2897. Cambridge, MA. Marzo.
 Woodford, M., (2001) “Fiscal Requirements for Price Stability,” Journal of Money,
Credit, and Banking, Vol. 33(3), pp. 669–728. Agosto.
 PERIODICO EL PAÍS, MABEL AZCUI, LA PAZ - 29 AGO 1986 - 18:00 GMT-4

También podría gustarte