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1. El perfeccionista
¿Has cometido un error? Calma. Los errores son parte natural del
proceso. Y acepta que nada podrá ser 100 % perfecto, así que
comienza ya aquello que llevas meses planificando: esfuérzate por
actuar antes de estar listo.
2. El experto
3. La superwoman / El superman
Seguimos con la siguiente tipología de personas que se consideran
farsantes entre profesionales auténticos. Estas personas que tienen el
síndrome del impostor se presionan a ellos mismo para trabajar muy
duro y estar a la altura, como forma de encubrir sus inseguridades.
Pero con la sobrecarga de trabajo lo que vemos es otro síntoma y las
consecuencias del estrés laboral: problemas en las relaciones con los
demás y, lo que es peor, daños en la propia salud mental.
5. El genio natural
Otro caso de personas que sufren el síndrome del impostor son las
que juzgan el éxito en función de sus capacidades, y no de sus
esfuerzos. Entienden que si tienen que trabajar duro en algo es
porque son malos en ello. Creen que tienen que hacerlo todo bien a la
primera, y cuando no son capaces de hacer algo rápidamente, se
estresan.
Últimamente veo que se habla en diferentes medios sobre el llamado síndrome del impostor, sobre
Según se lee, puede parecer un síndrome referido a personas que se dedican a engañar sobre sí
mismas a los demás dando una imagen falsa sobre sí mismos. Pues realmente el síndrome del
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poco válidas en diversos ámbitos, sobre todo a nivel profesional, aunque realmente no haya nada
Esa percepción de baja capacidad, unida al temor a que esa incompetencia se descubra, mantenida
Hay una incapacidad a la hora de atribuirse los méritos obtenidos a uno mismo. Las personas
que padecen el síndrome del impostor atribuyen sus éxitos profesionales a factores externos que no
tienen que ver con sus propias capacidades y de ahí el temor a que otras personas descubran que es
un fraude.
trabajo. Hay una sensación de incapacidad a la hora de realizar las tareas o a no hacerlas tan bien
le han regalado sus méritos, y a que, por tanto, no sea el experto que se espera que cubra ese puesto
de trabajo.
El perfeccionismo o la obsesión por el trabajo también es una característica de las personas que
presentan el síndrome del impostor. Este perfeccionismo les lleva a dedicar más tiempo del
variar de una persona a otra y en función del tiempo en el que permanezca la persona en ese estado.
además la permanencia de este estado de elevada autoexigencia, las comparaciones con el resto de
compañeros o de trabajadores de ese sector y la obsesión por la perfección (que por cierto, quien
tiene esta obsesión, es rarísimo que vea que algo que salga de uno mismo esté perfecto), disminuyen
presentar ciertos trabajos, cuando se van a casa y se cuestionan lo que han dicho o hecho en el
trabajo, el estar alerta por temor a ser descubiertos como farsantes expertos, etc.
La depresión aparece, no sólo por la percepción de baja capacidad, también por el hecho de que
dedicar tanto tiempo y esfuerzo al trabajo, debido a ese temor de no ser tan bueno como los demás
creen que uno es, muchas veces hace que estas personas descuiden el resto de aspectos de su vida y
empresa o la procrastinación a la hora de hacer ciertas tareas en las que la persona se ve en peligro
Sentirse inseguro respecto a las capacidades que tenemos a la hora de enfrentar nuevos retos
laborales o de cualquier otro aspecto vital entra dentro de lo normal cuando empezamos a asumir ese
nuevo papel.
La mayoría de las personas acaban superando esa sensación inicial de no estar preparadas, de haber
cometido un error al haber entrado en una nueva profesión. El síndrome del impostor no es una
simple sensación de inseguridad, es un conjunto de características que se van desarrollando con el
paso del tiempo y que pueden prevenirse con una intervención psicológica temprana. Si crees que
puedes estar en riesgo de desarrollar este problema, solicita asesoramiento psicológico, como dice el
refrán, es mejor prevenir que curar. Y es que un pequeño problema es más fácil de solucionar
En Epsiba Psicología estaremos encantados de echarte una mano para superar esta situación.
https://es.wikipedia.org/
Por mi parte cuando escuché hablar por primera vez del síndrome no pude
sentirme más identificada. Y recabando información de diferentes post y noticas
he llegado a la siguiente conclusión al respecto:
Las personas con síndrome del impostor sufren un malestar emocional asociado a
la sensación de sentir que no merecen el éxito que han alcanzado (ya sea a nivel
laboral, académico o social) y se sienten un fraude, aun siendo competentes
encuentran imposible creer en su propia competencia.
Cabe aclarar que este no es un trastorno con entidad clínica, es decir, no aparece
descrito en ningún manual de diagnóstico médico, pero bajo este término se
agrupan un conjunto de síntomas que pueden causar un importante malestar
emocional.
Bertran Russel.
El otro día tuve el agrado de formar parte de una charla online donde debatimos
sobre el tema, una persona nos planteó dicha pregunta y las conclusiones fueron
las siguientes:
Un impostor es aquella persona que finge ser alguien que no es para conseguir
un objetivo, es quien está consciente de su rol y cambios de conducta en pos de
obtener una ventaja o beneficio personal.
Por el contrario, existen personas que han alcanzado una estupenda posición y no
se creen merecedoras de la misma. De hecho, se consideran un fraude y temen
que los demás descubran su falta de méritos y competencias porque sufren lo que
se conoce como el síndrome del impostor.
Los síntomas pueden ser de los más variados, pero hay un conjunto que se hace
presente en la mayoría de los casos:
Creencia de que sus logros o éxitos no son merecidos; consideran que son
debidos a la suerte, al azar, o a que otros que consideran más poderosos
que ellos les han ayudado a conseguirlos.
La famosa sensación de mediocridad, en la que uno siente que no tiene un
talento especial o no tiene suficiente capacidad para la actividad que
realiza.
Falta de confianza en las propias competencias que les han llevado a
conseguir sus éxitos. Una cosa es ser humilde y otra muy distinta quitarse
todos los méritos para no parecer arrogante. Esto último no sólo No te
ayuda, sino que te hace sentir menos que la mayoría.
Miedo a que los demás descubran su fraude.
Inseguridad en el ámbito académico, laboral, e incluso en las relaciones
sociales.
Expectativas de fracaso ante situaciones similares a las que previamente
han superado con éxito.
En algunas ocasiones puede haber una reducción de la motivación de
logro asociada a la falta de confianza en sí mismo.
Sintomatología emocional negativa sin causa aparente: ansiedad, tristeza,
desesperanza, etcétera.
La persona que padece este síndrome está segura de que si los otros supieran lo
mediocre que es realmente tendrían una visión muy diferente de ella, cesando sus
privilegios en caso de que los tenga. Por eso, está constantemente desvalorizando
sus éxitos y capacidades.
El síndrome de la vocecita
Por supuesto que todo esto nos llevaría a generar expectativas de inseguridad
respecto a lo que nos puede ocurrir, por lo que nunca nos sentimos confiados con
nosotros mismo y perdemos el control sobre nuestra propia vida, entrando así en
un círculo vicioso de inseguridad del que resulta muy difícil liberarse.
¿Te suena?
Bueno amigo lector, gracias por haberme acompañado hasta acá, ya puedo sentir
que nos une algo grande y es por eso que me voy dejando mi humilde consejo
como persona que padece del síndrome, se siente sumamente identificada con él
y lucha todos los días por ganarle a la vocecita:
Animo, que todos somos buenos en algo, solo tenemos que auto conocernos (que
no es tarea fácil), conectar con nuestro ser y descubrir cual es ese propósito que
nos trae a esta tierra para basar nuestra vida en ello y alejarnos de los
sentimientos negativos que nos atormentan tantas veces. Tiremos la balanza a
nuestro favor, cambiemos nuestra perspectiva de la realidad, hagamos lo que
amamos, ayudemos a los demás en el camino, y vamos a ver que todo vuelve en
grande y todos los miedos tarde o temprano se van.