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TEMA 3

“El centro escolar como unidad organizativa”

1) INTRODUCCIÓN

Para poder hablar de unidad organizativa en un centro escolar, debemos tener en cuenta
que no podemos plantearnos nuestra función sin tener presente la multitud de relaciones
que se establecen a nuestro alrededor.

Asumir que somos agentes educadores y que educar es una tarea que nos incluye a todos
(familia, escuela, comunidad, Administración...) es un reto ineludible. Compartir la
educación requiere partir de la confianza, no puede basarse en la exigencia ni en los
reproches, es asumir, colaborar, conocer y, sobre todo, comunicarse.

A lo largo de este tema veremos los diferentes aspectos de la unidad organizativa y


relacional entre los agentes educadores que intervienen en un centro educativo:

- Coordinación entre los dos ciclos de la etapa de Educación Infantil


- Coordinación con las otras etapas, principalmente con Educación Primaria
- Coordinación con el PAS
- Coordinación con las familias
- Coordinación con los Equipos Psicopedagógicos
- Coordinación con Servicios Sociales y sanitarios
- Compartir la educación con la sociedad

2) COORDINACIÓN ENTRE LOS DOS CICLOS DE EDUCACIÓN INFANTIL

Con la aprobación el año 1990 de la LOGSE se reconoció por primera vez la etapa de 0-6
años como etapa educativa. La LOMLOE, actual Ley de Educación, mantiene la Educación
Infantil como etapa educativa, la define como «etapa educativa con identidad propia que
educa a los niños desde el nacimiento hasta los seis años» y mantiene su ordenación en
dos ciclos: 0-3 y 3-6.

Asimismo, deja abierta la posibilidad de que los centros educativos puedan impartir el
primer ciclo, el segundo o ambos. Pero esta etapa educativa se encuentra en una situación
peculiar y anómala, fruto de una realidad y a existente antes de aprobarse esta ley, de la
generalización de la escolarización de los niños de tres a seis años y de la gran demanda
de plazas en el ciclo 0-3.

Debido a que se han aprovechado las infraestructuras ya existentes en las escuelas de


primaria para albergar las aulas de tres años, nos encontramos con que los dos ciclos de
esta etapa generalmente se encuentran en escuelas diferentes. Por un lado, los centros
que imparten el ciclo 0-3 y, por otro, los centros que imparten el ciclo3-6, que forman
parte de las escuelas 3-12 y comparten espacios, organización y funcionamiento con la
etapa de Educación Primaria.

Esta situación anómala ha generado que, en la mayoría de las ocasiones, exista más
coordinación entre el segundo ciclo de Educación Infantil y la etapa de Primaria, con la
que comparte un mismo proyecto educativo y una continuidad curricular, que entre los dos
ciclos de Educación Infantil.

También se debe mencionar que, aunque esta realidad de centros 0-3 y centros 3-12 sea
la más generalizada, desde la entrada en vigor de la LOMLOE hay algunos centros de 3-
12 que están incorporando aulas de Primer Ciclo de Educación Infantil.

Asimismo, previo a la aprobación de esta ley, ya existían multitud de centros privados y


concertados que ofertaban educación para alumnos desde los 4meses hasta los 18 años.

Para buscar una buena coordinación, es necesario que las personas de los dos ciclos se
encuentren para conocer las dos realidades, y así rescatar lo positivo de cada una de ellas:
intercambiar experiencias, visitarlas escuelas, compartir los problemas que afectan a
toda la etapa, plantearse retos comunes y sobre todo conocer la realidad de cada ciclo y
cada escuela son posibles caminos que seguir para conseguir dar coherencia y continuidad
a nuestra etapa educativa.

Hay muchos factores de coincidencia que nos identifican como etapa educativa y que
deben potenciarse: la relación diaria entre la familia y la escuela, la organización de las
áreas curriculares, el planteamiento globalizado de los aprendizajes, la funcionalidad y la
significatividad, la importancia educativa del juego y las actividades cotidianas, etc.

Los dos ciclos forman parte de una misma etapa educativa y es necesario garantizar la
continuidad y la coherencia entre ellos, así como mantener la personalidad propia que nos
diferencia de las otras.

3) COORDINACIÓN CON EDUCACIÓN PRIMARIA

Fruto de esta realidad, el Segundo Ciclo de Educación Infantil, al estar integrado en un


centro 3-12, corre el peligro de convertirse en una «mini-escuela» de Primaria, que olvide
las características y peculiaridades de su etapa educativa.

Si miramos un poco al pasado, podemos ver que el Segundo Ciclo de Educación Infantil se
ha ido formando a partir de la antigua EGB. Se creó el preescolar, primero fue la clase de
cinco años, después la de cuatro y con la LOE, se añadió la de tres años.

Al incorporarse estos cursos a la estructura ya existente de la EGB, los planteamientos


educativos se basaron muchas veces en preparar a los alumnos para cuando llegaran a la
siguiente etapa educativa sin tener presentes las potencialidades, capacidades,
características, peculiaridades... que tienen los niños en estas edades y que nos definen
como etapa educativa.

Esta herencia histórica aún está presente en muchos centros y no se puede caer en la
tentación de organizar el Segundo Ciclo de Educación Infantil pensando ya en las áreas
curriculares que encontrarán los niños a partir de los seis años y olvidando la importancia
de un planteamiento globalizado. Se debe buscar la coordinación entre las dos etapas y
no adaptar para Infantil los objetivos de Primaria.

Los centros tienen que asegurar la continuidad y coherencia curricular respetando las
peculiaridades de cada etapa y minimizando las diferencias existentes, sobre todo con el
Primer Ciclo de Primaria.

Hay que garantizar que el paso de una etapa a otra no signifique un cambio brusco para
los niños.

El hecho de compartir edificio facilita el cambio de etapa educativa. Los alumnos ya


conocen a los maestros con los que estarán el próximo curso escolar, las instalaciones, las
aulas y la mayoría de los espacios, así como la organización y el funcionamiento.

Existen algunas experiencias en en la que, antes de iniciar la etapa de Primaria, se organiza


una reunión especial con las familias para explicar algunos de los cambios que se pueden
encontrar y explican las características y las peculiaridades de la nueva etapa educativa.

También se llevan a cabo actividades con los alumnos, que visitan las que serán sus aulas,
y se organizan jornadas de bienvenida de los alumnos que están en Primaria para los
alumnos de 5 años.

4) COORDINACIÓN CON EL PAS

Las siglas PAS hacen referencia al Personal de Administración y Servicios, y engloba a


todo el personal no docente del centro educativo que trabaja en los diferentes organismos
y servicios escolares:

Servicio de comedor, actividades extraescolares, Secretaría, limpieza, mantenimiento,


enfermería, ruta.

La comunicación fluida y la relación constante con cada uno de estos servicios es


fundamental para asegurar el correcto funcionamiento en el día a día.

Vamos a hacer especial hincapié en la coordinación con el servicio de comedor y


extraescolares, pues ambos servicios implican directamente la vida y la actividad de los
alumnos en el centro.
En cuanto al servicio de comedor escolar, el centro educativo debe realizar un seguimiento
para asegurar que realmente sea un espacio educativo y no un paréntesis entre la mañana
y la tarde.

Es importante favorecer y organizar el contacto y la relación entre el centro y las


personas responsables de este servicio para garantizar la continuidad y coherencia
educativa.

Es necesario unificar los criterios de utilización de los espacios, los criterios de higiene
personal, buscar un espacio adecuado para realizar el servicio, asegurar que los niños
puedan dormir la siesta y que los que no la duerman puedan jugar en el patio y estar
correctamente atendidos.

Respecto a las actividades extraescolares, pueden empezar una o dos horas antes del
horario escolar y alargarlo hasta dos horas después por la tarde.

Por las mañanas, debido a las necesidades laborales de las familias, se organiza en muchos
centros escolares un servicio de acogida matinal. Este servicio previo al horario escolar
debe garantizar que los alumnos estén tranquilos y relajados.

También hay que tener presente que la persona encargada de este servicio será, algunas
veces, el medio que utilizarán algunas familias para comunicar las pequeñas cuestiones
diarias que necesitan saber las educadoras y educadores para atender correctamente a
sus hijos.

Por la tarde tienen lugar generalmente las actividades denominadas popularmente


extraescolares. Sin embargo, estas actividades pueden ser simples repeticiones de lo que
los alumnos ya hacen en la escuela, cuyo objetivo principal sea en algunos casos tenerlos
«ocupados» durante unas horas más.

Si queremos que este servicio sea realmente educativo y no un simple «guarda-niños», es


necesario preparar muy conscientemente este tipo de actividades.

Al plantear su organización, deberían tenerse muy presentes algunos puntos como los
siguientes:

- Marcar un límite de horas de permanencia continuada de los niños y niñas en la


escuela. No es conveniente que un niño o niña menor de seis años llegue a las ocho
de la mañana a la escuela y permanezca en el recinto escolar hasta las seis o las
siete de la tarde.
- Asegurar que las actividades organizadas son adecuadas y coherentes con los
planteamientos educativos que se realizan en horario escolar. Existen muchas
soluciones para garantizar un buen servicio: organizar un espacio de juego, una
ludoteca donde los niños puedan jugar libremente, actividades al aire libre, piscina,
etc.
Desde los centros se deben valorar estos servicios y dedicar el máximo de esfuerzos para
garantizar la coherencia y la continuidad educativas.

5) COORDINACIÓN CON LAS FAMILIAS

Uno de los objetivos principales de los profesionales de la educación tiene que ser
potenciar la relación con las familias, y más cuando estamos hablando de Educación
Infantil, ya que los contenidos de aprendizaje son prácticamente los mismos en los dos
contextos: socialización, autonomía, comunicación, relación...

Cuidar la relación y coordinación con las familias del centro nos permitirá compartir un
conocimiento más amplio del alumno que nos permita una intervención más coherente y
adecuada, en general, para facilitarles un crecimiento armónico.

Además, favorecerá poder avanzar hacia unas relaciones más equilibradas, respetuosas,
de confianza y capacitación mutuas para afrontar el reto de los cambios.

Los canales o vías de relación con las familias son:

- Los contactos cotidianos: entradas y salidas.


- La celebración de fiestas de manera abierta a las familias.
- Los medios comunicación escrita: informaciones por correo electrónico o
aplicaciones de comunicación.
- Entrevistas individuales.
- Reuniones grupales trimestrales.

6) COORDINACIÓN CON LOS EQUIPOS PSICOPEDAGÓGICOS

En nuestro entorno más próximo podemos encontrar Equipos Psicopedagógicos, Centros


de Desarrollo Infantil, Equipo de Atención Temprana, centros específicos de recursos
para niños con discapacidad auditiva, visual, motora, que pueden estar vinculados
directamente con el centro o no y que son muy necesarios para ayudarnos a realizar
nuestra labor.

Existen diferentes modelos de actuación de estos centros o equipos especializados. Puede


crearse una relación directa y cotidiana con los centros para detectar, diagnosticar,
asesorar o intervenir directamente con los maestros, o realizar una labor de atención
especializada fuera de las aulas coincidiendo a veces con el horario en que los alumnos
están en el centro educativo.

La realidad actual nos demuestra que los servicios adscritos a los centros educativos no
pueden atender todas las necesidades que se generan y que la labor que realizan, algunas
veces, no es suficientemente compartida con los profesores.
Esta situación puede llegar a crear visiones diferentes y contradictorias entre los
especialistas y el profesorado, que son los encargados de afrontar el día a día.

También es necesario destacar la importancia de plantear un discurso común cuando sea


necesario dar información a las familias. Puede darse el caso de que la misma familia
reciba diferentes mensajes dependiendo de su procedencia (especialistas o centro
educativo).

Lo ideal es la existencia de especialistas en los centros, pues con su presencia cotidiana


y cercana a los profesores se facilita sobre todo la comunicación, el diálogo, el
intercambio de información, la coordinación, las actuaciones conjuntas, las entrevistas
compartidas y sobre todo la atención más directa a las necesidades de cada niño.

7) COORDINACIÓN CON SERVICIOS SOCIALES Y SANITARIOS

En nuestra realidad cotidiana nos encontramos con niños de los sectores sociales más
desfavorecidos y marginales a los que debemos atender, garantizándoles la igualdad de
oportunidades y asegurándoles el éxito en los aprendizajes.

Los centros educativos no podemos enfrentarnos solos a esta realidad; es totalmente


necesaria una actuación conjunta para poder intervenir, acompañar y asegurar una
atención adecuada para los niños y sus familias.

La actuación con las familias, conocer su realidad, los servicios que se les pueden ofrecer,
las ayudas y posibles vías de solución a sus problemas es una tarea imprescindible para
que puedan integrarse en nuestra sociedad.

Los centros pueden y deben ayudar a estos alumnos en su detección, en su seguimiento,


pero sin una estrecha colaboración con los otros servicios existentes es imposible
conseguir avanzar.

Solucionar el problema mientras los niños están en la escuela es simplemente hacer un


pequeño paréntesis en su vida.

Actualmente, en la mayoría de las escuelas, existen contactos periódicos y regulares con


personal de los servicios sociales y sanitarios para llevar un seguimiento de los alumnos
de 0-6 años.

Se coordinan los esfuerzos para poder detectar posibles casos de malos tratos, realizar
un seguimiento de las familias de riesgo social, garantizar que los niños y niñas están
adecuadamente atendidos, facilitando y canalizando la petición de ayudas, etc.

Estos contactos directos y cotidianos se establecen con los Servicios Sociales de atención
primaria y con los centros de Atención Primaria de Salud.
En casos demostrados de malos tratos o problemas graves de convivencia y atención por
parte de la unidad familiar también se establecen contactos y coordinación con los
servicios de atención a la infancia. Demasiadas veces la coordinación entre estos servicios
es lenta y no consigue los objetivos propuestos.

Es necesaria también la colaboración con el departamento de Salud Pública e inspecciones


de Sanidad para detectar posibles epidemias, decidir las actuaciones realizables en caso
de enfermedades con riesgo de contagio, garantizar con inspecciones periódicas el estado
de las instalaciones, y, conjuntamente con los profesores y los Servicios Sociales, realizar
un seguimiento de los niños y niñas que no tienen una asistencia médica o pediátrica.

8) COMPARTIR LA EDUCACIÓN CON LA SOCIEDAD

Para finalizar, vale la pena recordar que son muchas las propuestas que en la actualidad
tienen a la infancia como protagonista. Hay muchas «ciudades educadoras» que en su
proyecto de actuación municipal desarrollan acciones específicas que lo ponen de
manifiesto: itinerarios seguros que garantizan la autonomía de desplazamiento en
distancias cortas, donde siempre hay comercios convenientemente señalizados para
atender los posibles requerimientos de los niños.

Asimismo, son muchos los ayuntamientos que cuentan entre sus prioridades con programas
para la infancia (incluso algunos dedican un área con competencia específica) con el
objetivo de afrontar posibles marginalidades derivadas de contextos sociales en
situaciones de riesgo.

Pero la conclusión a la que llegan muchas de estas instituciones locales es que su auténtico
futuro se halla en la prevención. La forma proactiva de atender a la infancia en su conjunto
redunda en beneficio de todos, aunque con especial atención a aquellos que más lo
necesitan por sus características personales, sociales, económicas o culturales.

Para ello se presentan propuestas de actuación coordinada y compartida entre


profesionales de distintos ámbitos, con programas integrales de atención en un
determinado territorio, donde esta tarea de intercambio se contempla como parte y base
del tiempo profesional.

Es importante que las familias reciban mensajes complementarios desde cada uno de los
ámbitos y servicios que atienden a sus hijos, para que ellas a su vez puedan construir su
propio escenario de actuación en el que la confianza mutua sea la base de la convivencia,
de la educación y del crecimiento personal

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