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VII.

INVERNADAS DE ALTA PRODUCCION SOBRE PASTURAS BASE ALFALFA


Andrés M. Kloster; Néstor J. Latimori; Miguel A. Amigone y Carlos Ghida Daza

VII.1. Introducción
VII.2. La necesidad de remover el estancamiento de los sistemas pastoriles extensivos.
VII.3. Justificación de las invernadas cortas.
VII.4. Bases de los sistemas de alta productividad sobre pasturas
VII.5. Descripción algunos sistemas de invernada de alta productividad
VII.5.1. Sistema de invernada corta pastoril puro
VII.5.2. Modelos de invernada corta con suplementación estratégica
VII.5.2.1. Invernada corta de machos con suplementación
VII.5.2.2. Invernada de machos combinada con hembras de ingreso primaveral
VII.5.2.3 Machos y hembras de ingreso otoñal en combinación con hembras de ingreso
primaveral
VII.5.3. Comparación de distintas alternativas de invernada
VII.6. Bibliografía recomendada
VII.7. Anexo
VII.1. Introducción

Una franja todavía muy importante de los sistemas de producción de carne de la


región pampeana enfrenta la necesidad de un proceso de transformación e intensificación
que coloque a la ganadería en niveles de rentabilidad lo suficientemente atractivos para
permitir el sostenimiento de la actividad en un contexto de competencia con la producción
de granos.
Desde el punto de vista tecnológico y productivo resulta prioritario desarrollar,
ajustar y difundir alternativas de producción de carne, sustentables y rentables para el
productor, para lograr volúmenes de producción que puedan satisfacer las demandas en
cantidad y calidad del consumo interno y el sector de exportación.
En este sentido, cuenta a favor de nuestras carnes su procedencia de sistemas de
alimentación de tipo pastoril durante todo el año, su bajo o nulo nivel de contaminación
por biocidas o estimulantes del crecimiento y la ausencia BSE en nuestros rodeos. Con
todo, subsisten aún en el sector productivo dificultades estructurales y tecnológicas para
aumentar la cantidad, calidad y diversificación de los productos cárnicos ofrecidos a los
distintos segmentos del mercado de la carne.

VII.2. La necesidad de remover el estancamiento de los sistemas pastoriles


extensivos
En distintas regiones ganaderas, la diferencia entre los promedios zonales de
productividad de carne y los obtenidos en establecimientos "de punta" es aún notable lo
cual alienta razonables expectativas de impacto para la aplicación de diferentes prácticas
adecuadamente integradas en un proceso de tecnificación de la producción de carne.
En muchos casos, los sistemas netamente pastoriles y poco tecnificados, se
encuentran estancados desde hace años, con bajos niveles de productividad y
rentabilidad, al punto de comprometer hoy, la supervivencia de la actividad ganadera
dentro del establecimiento como de la explotación en su conjunto.
En otro plano de análisis, también es un hecho evidente que, aún en muchas
empresas consideradas "de punta", la productividad está lejos de alcanzar el potencial
biológico que surge de la producción actual de forraje de sus praderas y de la calidad y
aptitud de los suelos en que la actividad se desarrolla. Dichos establecimientos, que sin
duda han realizado una importante incorporación de tecnología en los últimos años
(praderas y verdeos mejorados, pastoreo rotativo, aceptable control de plagas y malezas,
manejo de la carga animal, etc.), siguen manejándose en forma relativamente extensiva,
bajo una modalidad netamente pastoril, con escaso control del pastoreo, una utilización
ocasional de suplementos y con un insumo relativamente bajo y poco calificado de mano de
obra.
En muchos de estos planteos, las ganancias de peso se encuentran condicionados
por las restricciones de calidad y cantidad que sufre la oferta forrajera durante la mayor
parte del año. Solo durante la primavera les resulta relativamente fácil lograr ganancias
de 800-900 g/día cuando la oferta en cantidad y calidad de forraje se aproxima a la
óptima. Pero este único período de buenos aumentos diarios “asegurados” no alcanza
para sobrepasar el umbral de 500 g/cabeza/día de promedio anual que, para biotipos
británicos, resulta un requisito indispensable para lograr invernadas cercanas al año de
duración.
Al estudiar la evolución de los índices físicos y económicos de dichas empresas
surge que, aparentemente, se ha alcanzado un "techo productivo" que parece difícil de
perforar con el nivel de tecnología e insumos actualmente aplicados.

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A modo de ejemplo, en la figura 1 se presenta la evolución de la productividad, la
carga animal y el aumento medio diario (AMD) en un establecimiento manejado dentro de
esta modalidad, entre los años 1988 y 1994.

Figura 1: Carga animal, AMD y productividad de una invernada pastoril pura (1988/94).

Estos sistemas mejorados son los que, en los ambientes más favorables, pueden
alcanzar productividades de alrededor de 400 kg/ha para el ciclo completo y apenas
superior a los 500 kg/ha para planteos de invernada pura.
Alcanzados estos niveles, generalmente, la estrategia de incrementar la carga bajo
un planteo estrictamente pastoril ya no suele reflejarse en una mayor productividad,
básicamente, porque no pueden sostenerse ganancias individuales compatibles con
invernadas de alrededor del año de duración.
Por ello, un camino para resolver este conflicto es la complementación del potencial
productivo del pasto con la inserción estratégica de otros recursos alimenticios de mayor
concentración energética. Esto posibilita avanzar hacia un mayor grado de utilización del
recurso forrajero por aumento de carga, sin comprometer los niveles de ganancias
individuales que son los que permitan obtener invernadas con una duración de alrededor
de 12 meses.

En los sistemas pastoriles puros, la ganancia de peso diaria se halla fuertemente


condicionada por las variaciones estacionales de la oferta forrajera.

En este punto surge la necesidad de discutir el proceso de difusión e incorporación


de tecnologías para encauzar, con los instrumentos más adecuados, la manera de mejorar
los actuales sistemas de producción de carne considerando distintas opciones tecnológicas

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y estrategias de implementación según las características de cada empresa, sus
posibilidades de transformación y las necesidades de cambio sentidas del productor.

VII. 3. Justificación de las invernadas cortas

En los últimos años se registraron grandes cambios en la etapa de invernada en


aquellos establecimientos que incrementaron notablemente su productividad. Partiendo de
planteos basados casi exclusivamente en el uso de pasturas perennes y verdeos, dichas
empresas fueron incorporando o aumentando la participación en la dieta de otros
ingredientes como granos y forrajes conservados en forma de henos y silajes de calidad.
Este complemento fue decisivo para incrementar la carga anual promedio y así traducir en
resultados concretos la creciente concientización sobre el potencial del recurso pasto y la
necesidad de su eficiente aprovechamiento.

Paralelamente, estos cambios han llevado a perfilar, en las condiciones


ambientales adecuadas, un proceso productivo más estable y con una mejor calidad y
homogeneidad del producto basado en la producción animales livianos, precoces y muy
bien adaptados a las demandas del consumo interno.

Entre otras razones, la eficacia de estos esquemas responde a una coincidencia


entre una eficiencia económica y la eficiencia biológica del ciclo de producción. La
primera radica en una alta velocidad de retorno derivada de ciclos de invernada cortos, en
la obtención de mejores precios y una demanda sostenida del producto destinado
mayoritariamente al consumo interno. Por otra parte, con un rodeo pampeano
predominantemente británico, la eficiencia biológica proviene de engordes que pueden
lograrse en condiciones pastoriles, con animales que mantienen durante todo el proceso
una buena eficiencia de transformación del alimento en carne, que tienen relativamente
bajos requerimientos de mantenimiento y una duración del engorde que acompaña al
ciclo de producción de terneros (de aproximadamente un año). Esta modalidad productiva
tiene además un adecuado soporte tecnológico que le asegura factibilidad y estabilidad al
sistema.

VII.4. Bases de los sistemas de alta productividad sobre pasturas

Estos sistemas de producción, realizados sobre una base forrajera con un


importante componente de pasturas perennes, se destacan por su flexibilidad para
adaptarse a distintos contingencias (climáticas, relaciones de precios de insumos y
productos, demanda) sin necesidad de variar sustancialmente sus factores de
producción. Este alto grado de flexibilidad que le otorga el uso del pasto como principal
componente alimenticio, permite ir avanzando gradualmente en la incorporación y ajuste
de los elementos que resultan claves en todo proceso de intensificación. A su vez, los
planteos de este tipo resultan muy estables en el tiempo, con variaciones en sus índices
de productividad mucho más atenuados que las oscilaciones de rendimiento entre años
que presentan los cultivos de cosecha.
Una invernada de alta productividad requiere una articulación de los recursos
alimenticios que atenúe al máximo las diferencias estacionales en el crecimiento de las
pasturas dado que los requerimientos animales resultarán elevados y relativamente
constantes durante gran parte del año.

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La planificación de una cadena forrajera, el manejo del pastoreo y la aplicación de
prácticas como la confección de reservas de calidad, el manejo de la carga y la
suplementación constituyen las principales herramientas que dispone el productor para
compatibilizar la oferta con la demanda de nutrientes de las distintas categorías
productivas.
En consecuencia, el éxito de esta etapa productiva será la resultante de distintos
factores fuertemente interrelacionados sobre los cuales es necesario operar a través de un
ajustado manejo. Por ello, hoy en día un planteo eficiente de invernada (ya sea como
actividad pura o integrada a un ciclo completo) debiera reunir la mayoría de estos atributos.

Cuadro 1. Factores determinantes de una invernada de alta productividad

 Base forrajera de buena productividad y distribución estacional (praderas


mezcla de alfalfa y gramíneas de alta producción con participación
ajustada de recursos anuales)

 Excelente manejo del pastoreo (ajuste de carga, sistema de pastoreo


rotativo, buena eficiencia de cosecha)

 Adecuada presupuestación y calidad de las reservas de forraje

 Suplementación energética estratégica

 Biotipo animal acorde al plano de alimentación ofrecido

 Plena explotación de las etapas de alta eficiencia de transformación del


alimento en carne

 Manejo sanitario ajustado

 Buen gerenciamiento del negocio ganadero

Productividad y distribución estacional de las pasturas base alfalfa


Según evaluaciones realizadas bajo condiciones de pastoreo las pasturas de alfalfa
y sus mezclas pueden entregar entre 10,5 y 12,0 tn de MS/ha/año de promedio para el
ciclo de vida útil de la pastura (3-5 años). Dependiendo del ambiente ecológico, en
condiciones favorables se lograron producciones de hasta 15 tn por ha en el NO de Buenos
Aires y de 17,0 tn en el SE de Córdoba.
Con esta productividad primaria y con cargas moderadamente altas, podrá
explotarse la buena y segura producción primavero-estival de las alfalfas pero el "bache" de
menor producción invernal deberá ser resuelto mediante alguna de las siguientes
estrategias. En los ambientes más húmedos de la región pampeana norte, la curva de
distribución de forraje de las praderas puede modularse incorporando gramíneas templadas
de buena producción otoño-invernal a la mezcla y haciendo un moderado uso de reservas y
suplementos en la época de escasez de forraje fresco. En otras zonas, necesariamente
habrá que realizar una criteriosa y ajustada inserción de verdeos invernales en la cadena
forrajera que otorguen estabilidad a la oferta de forraje.

Invernada de alta producción sobre pasturas base alfalfa


Distribución relativa de la oferta forrajera de pasturas
base alfalfa en distintos ambientes

Manejo del pastoreo en pasturas base alfalfa


La aplicación de un sistema de pastoreo rotativo resulta imprescindible si se quiere
brindar a las pasturas base alfalfa los adecuados descansos entre pastoreos que permitan
la recomposición de reservas para lograr rebrotes vigorosos que aseguren praderas
persistentes y productivas.

Manejando bien el intervalo entre pastoreos en cada época del año, el grado de
subdivisiones o el período de ocupación de cada parcela, no parece ser un factor de alto
impacto en la productividad de las pasturas base alfalfa siempre que el mismo no supere
una semana. En este sentido, sistemas rotativos tan simples como de 6 subdivisiones por
lote, con períodos de pastoreo por parcela de alrededor de una semana, permiten realizar
un buen manejo de la pastura, asegurar una razonable vida útil de la misma y obtener
buenos niveles de producción de carne. Esto no implica que sistemas rotativos con mayor
grado de subdivisiones y menor tiempo de permanencia por parcela, puedan ser utilizados
exitosamente si las condiciones operativas del establecimiento permiten su implementación.

En cambio, la elección de la carga más adecuada a la productividad actual de las


pasturas de cada establecimiento, juega un rol decisivo sobre las ganancias de peso
individuales y la productividad por unidad de superficie. Altas eficiencias de cosecha en
primavera sólo se logran con cargas superiores a la receptividad invernal de las pasturas
perennes. Dicho en otros términos, es necesario contar en primavera y verano con
suficientes bocas para cosechar en forma eficiente y oportuna todo el pasto entregado por
las pasturas en esta época del año.

La planificación de la cadena forrajera y el manejo del pastoreo son importantes


herramientas para ajustar la oferta con la demanda de nutrientes del rodeo

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Con todo, es necesario encontrar un punto de equilibrio entre la eficiencia de
cosecha, la productividad por unidad de superficie y el nivel de ganancias individuales lo
cual reviste particular importancia en primavera avanzada y verano. En este período
crítico, resultará prioritario privilegiar la calidad del recurso consumido apuntando a una
eficiencia de cosecha moderada, prestando mucha atención a que el forraje "no se pase",
para no comprometer la obtención de aceptables ganancias individuales de peso.
Como regla orientativa puede señalarse que en los sistemas de producción que se
proponen, valores de eficiencia de cosecha medios anuales que superen el 75%, limitan
los aumentos medios diarios al punto de comprometer la duración de un ciclo de engorde
a los 12 meses.

Suplementación estratégica otoño-invernal


En este marco, de todos los aspectos ya reseñados que hacen al logro de una
invernada eficiente, la suplementación estratégica energética puede contribuir de manera
decisiva al éxito de dicho proceso, si se aplica dentro de un esquema planificado y
ajustado. Como es sabido, esta técnica puede tener diferentes objetivos dependiendo,
entre otros factores, del sistema productivo, la receptividad de las pasturas, época del año y
la categoría de animales a suplementar. Dentro de un planteo de alta carga que pretenda
mantener buenos ganancias individuales, los mismos pueden resumirse en:

* Balancear deficiencias de calidad de la base forrajera


* Contribuir a sostener una alta carga invernal

Las pasturas cultivadas templadas, bien manejadas bajo pastoreo directo, son
capaces de cubrir gran parte de los requerimientos energéticos y proteicos de animales con
adecuado desempeño productivo. Sin embargo, en determinados momentos del año como
el otoño y en menor medida el invierno, suelen ocurrir desbalances en la proporción de
ciertos componentes del forraje (bajo porcentaje de MS y de carbohidratos solubles,
elevado contenido de proteína fácilmente degradable) que determinan un bajo desempeño
animal a pesar de la buena "calidad aparente" del forraje fresco, valorado según
indicadores de uso habitual como son el contenido de proteínas, porcentaje de fibra y la
digestibilidad.
En esta situación, el complemento de dietas pastoriles con ingredientes energéticos
concentrados en una baja cantidad diaria (ej. 0,5 al 0,7% del p.v. para grano seco) le otorga
a la suplementación un rol "balanceador" de las deficiencias o excesos de la dieta base.

La suplementación con grano y henos de calidad permite sostener


una alta carga invernal, con buenos aumentos de peso individuales

Desde el punto de vista de la maximización de la cosecha de forraje, en invierno, la


suplementación cumple además otro rol muy importante. Junto con el heno de calidad, el
suministro de grano y/o silajes permite sostener una alta carga invernal posibilitando

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ingresar a la primavera con una dotación de animales que permita una buena eficiencia de
cosecha de forraje en una época en que éste alcanza su mayor velocidad de crecimiento.

VII.5. Descripción de algunos sistemas de invernada de alta productividad

Como ya se ha dicho, los sistemas de producción de carne sobre pasturas tienen


una gran plasticidad para adaptarse a contingencias de distinta índole sin necesidad de
modificar sustancialmente sus factores de producción. Por esto y por otras razones, la
alimentación de tipo predominantemente pastoril continúa siendo una característica
distintiva del proceso de engorde en nuestro país. No obstante, en la actualidad, muchos
planteos mejorados ya han complementado esta excelente base forrajera con algún tipo
de alimentación suplementaria la cual, con distintas variantes, persigue los objetivos
centrales de acortar los ciclos de engorde y aumentar la productividad y los ingresos de la
empresa agropecuaria.
A continuación se realizará una breve descripción de diferentes alternativas de
invernada que difieren entre sí fundamentalmente en el esquema de alimentación, la
estrategia de compra/venta y en algunos casos en la categoría de animales incorporados.
El objetivo de esta presentación es el de permitir luego, un análisis comparativo de los
resultados físicos y económicos de estas opciones.

VII.5.1 Sistema de invernada corta pastoril exclusivo (pastoril mejorado)

Un planteo de invernada corta con una alimentación pastoril exclusiva resulta


perfectamente factible y puede ser una alternativa válida y exitosa en la medida que se
conjuguen armoniosamente el potencial del pasto con los requerimientos de los animales.
En este sentido, tener presente algunas limitaciones cuantitativas y cualitativas de las
pasturas adquiere tanta importancia como conocer su capacidad de producción de forraje
en las distintas estaciones del año.
Una característica de estas invernadas es que, aún con buena asignación de forraje,
moderado uso de reservas y un correcto manejo sanitario, las ganancias de peso otoño-
invernales suelen ser relativamente lentos. Es por ello que, para lograr ciclos productivos
que no sobrepasen mayormente el año de duración, resulta imperioso un buen desempeño
primavero-estival con ritmos de engorde altos y sostenidos durante todo este período.
Por lo tanto, estos sistemas exigen un ajustado manejo del pastoreo, especialmente
durante el verano, cuando las demandas del rodeo se incrementan notoriamente en
coincidencia con la necesidad de destinar también una parte del forraje disponible a la
confección de reservas.
Se resumen algunos aspectos generales del manejo del pastoreo, válidos para este
sistema y para las restantes alternativas que se describen:

º Mantener una carga media superior a la receptividad invernal de las pasturas para
cosechar en forma directa una alta proporción del pasto en los períodos de mayor
crecimiento de las pasturas.

º Si se utilizan verdeos, planificar debidamente la superficie y el encadenamiento de


recursos anuales para lograr una adecuada receptividad invernal sin generar
desperdicios de un forraje caro.

º Conservación de los excedentes primavero-estivales mediante henificación o henolaje.

º Utilizar sistemas de pastoreo rotativo con permanencia por parcela de una semana o

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menores.

º Respetar los descansos entre pastoreos para asegurar persistencia y productividad de


la mezcla. En otoño-invierno éstos no debieran ser inferiores a las 5-6 semanas.

º No resentir demasiado el consumo en primavera avanzada y verano. Conocer y


manejar "umbrales críticos" de asignación de forraje para un nivel de ganancia de peso
esperado. Controlar la intensidad del pastoreo a través del remanente de forraje a la
salida de la parcela.

VII.5.2. Modelos de invernada corta con suplementación estratégica


En la figura 2 se presentan esquemáticamente dos planteos de intensificación de la
invernada sobre pasturas. El primero (izquierda) consiste en una invernada de machos de
ingreso otoñal incorporados al sistema en una tanda única. El restante consiste en una
invernada de machos de ingreso otoñal combinado con una compra adicional de
vaquillonas a fines de invierno o primavera temprana.

En ambas casos la base forrajera


comprende pasturas mezcla de alfalfa (grupos de
latencia 8 ó 9) y gramíneas templadas cuyo
componente principal es la festuca aunque
pueden participar también otras especies como
cebadilla criolla, phalaris o pasto ovillo. El manejo
del pastoreo más sencillo consiste en la
aplicación de un sistema rotativo de 6 parcelas
con un período de ocupación de 7 días y 35 de
descanso.
En primavera avanzada y verano el
Figura 2: Esquema general de dos descanso entre pastoreos se reduce a 25-28 días
modelos de Invernada. Carga
mensual (cab/ha) por categoría.
siendo, por otra parte, muy conveniente alargar,
en la medida de lo posible, dichos descansos a
fines de otoño e invierno.

La suplementación se realiza siguiendo los


criterios propuestos en el capítulo IV. No obstante, para
permitir un posterior análisis comparativo entre las
distintas alternativas, en este caso se asume la
utilización de grano de maíz quebrado a razón del 0,5-
0,7% del peso vivo.

El suministro se inicia con el ingreso de la tropa


en marzo-abril y se abandona en forma gradual
aproximadamente hacia fines de octubre y principios
de noviembre, poco antes alcanzar el pico de
producción de forraje. Durante el período invernal
también se entrega un bajo porcentaje de la dieta en
forma de heno de buena calidad confeccionado con
excedentes de la pastura (200 a 250 kg MS por cabeza/ciclo). En la figura 3 se
esquematiza la base forrajera empleada en el cálculo del balance forrajero de los modelos
presentados. En barras se grafica la oferta forrajera mensual y la oferta cosechable

Invernada de alta producción sobre pasturas base alfalfa


mensual asumiendo un porcentaje de utilización "máximo racional" para cada época del
año. Por su parte, la curva de disponibilidad de MS ha sido construida mediante promedios
de datos de pasturas mezcla de alfalfa y gramíneas de buena productividad, en distintos
años de su vida útil.

Figura 3: Distribución de la oferta forrajera de pasturas


base alfalfa (Sudeste de Córdoba).

VII.5.2.1. Invernada corta de machos con suplementación

Se trata de un esquema productivo basado en una invernada corta de terneros


británicos de ingreso otoñal y venta escalonada durante el verano hasta el otoño.
Dependiendo de la productividad de la base forrajera, la carga animal promedio anual de
estos sistemas mejorados se ubica entre 1050 y 1300 kg de p.v. por hectárea de pastura
con picos de hasta 1800-1900 kg p.v./ha en primavera avanzada y verano.
El ciclo se inicia a fines de marzo o principios de abril con una carga de 4,7 a 5,2
cabezas/ha de pastura en producción y las ventas comienzan a fines de diciembre para
finalizar en marzo-abril del año siguiente. Este flujo de ventas, circunstancialmente, podría
adelantarse si al momento del retiro del suplemento (principios de noviembre), una
proporción de la tropa presentase un estado apto para la comercialización. De todas
formas, lo recomendable es manejar criteriosamente esta decisión para lograr un buen
peso de terminación de los animales evitando, por otra parte, descargar prematuramente el
campo a fines del verano.

Figura 4: Invernada de machos. Balance energético mensual (EV/ha).

En la figura 4 se muestra el balance energético confrontando los aportes la pastura,


el suplemento y el heno con los requerimientos de los animales. Para la pastura se
consideró una eficiencia de cosecha global cercana al 75% y un 70% de digestibilidad

Invernada de alta producción sobre pasturas base alfalfa


promedio del forraje consumido para establecer su contenido de energía metabolizable (1
EV=18,5 Mcal de EM). El AMD, en general, es similar al de los novillitos del esquema de
machos y hembras que se describirá más adelante.

VII.5.2.2 Invernada de machos combinada con hembras de ingreso primaveral

En este caso, los novillitos tienen un ingreso otoñal y una determinada proporción de
hembras (20-30 % respecto a la dotación otoñal de machos) se adiciona al sistema a inicio
de la primavera. Las ventas de machos se realiza en tandas a partir de fines de noviembre
y durante diciembre, enero y febrero. Las vaquillonas se adquieren tratando de aprovechar
una relación favorable de precios gordo/flaco a fines de agosto y se comercializan en el
otoño del año siguiente tras un período de engorde casi exclusivamente pastoril.

Como la carga invernal de este sistema es algo menor que la del esquema de
machos de ingreso otoñal descripto previamente, sus necesidades globales de heno
resultan también ligeramente más bajas.

En la figura 5 se muestra el balance energético confrontando los aportes de la


pastura y el suplemento con los requerimientos de ambas categorías a lo largo del año.

Figura 5: Invernada de machos y hembras.


Balance energético mensual (EV/ha).

Por su parte, en la figura 6 se puede observar un modelo general de comportamiento


de las ganancias individuales de ambas categorías en las distintas épocas del año.

Invernada de alta producción sobre pasturas base alfalfa


Figura 6: Evolución del peso vivo y el AMD

VII.5.2.3. Invernada de machos y hembras de ingreso otoñal combinada con hembras


de ingreso primaveral

La misma constituye una variante del esquema anterior que se adapta muy bien a
las condiciones de invernada en establecimientos de ciclo completo de escala reducida y
como tal se está implementando desde hace varios años en el subsistema de invernada en
la Unidad Demostrativa agrícolo-ganadera de la EEA Marcos Juárez. En estos casos, la
incorporación de esta categoría permite una mejor utilización del excedente de forraje
liberado por las vaquillonas de reposición que a los 15-16 meses de vida se incorporan al
rodeo de cría. Al igual que en el sistema anterior, si bien esta práctica ofrece una excelente
combinación para explotar biológicamente el potencial del recurso forrajero, desde el punto
de vista del negocio ganadero, la decisión estará fuertemente determinada por la relación
de precios gordo/flaco del mercado de invernada a la salida del invierno.

VII.5.3. Comparación de distintas alternativas de invernadas


En el cuadro 2 se presentan los indicadores físicos de un sistema de invernada
pastoril modal comparado con los tres sistemas de invernada de alta productividad
analizados.

Cuadro 2. Indicadores físicos de cuatro sistemas de invernada


Invernadas pastoriles puras Invernadas con suplementación
Items Modal Mejorada Intensificada Intensificada
Machos Machos Machos Machos y hembras
Peso de ingreso (kg) 180 180 180 180 180
Peso de venta (kg) 430 380 390 385 305
Duración (meses) 18 12,5 12 11 7
Cabezas ingresadas/ha PP/año) 1,27 3,2 4,77 4,23 1,5
Carga (cab/ha ganadera) 1 1,7 2,85 4,24 3,76 0,78
Carga (cab/ha ganad. corregida) 2 1,7 2,85 3,82 3,39 0,77
2
Carga (kg/ha ganad. corregida) 519 798 1208 1249
Grano (kg/ha PP/año) 0 0 1314 1223
AMD (g/día) 457 526 575 612 571
Prod. carne (kg/ha PP/año) - 628 982 1032
Prod. (kg/ha ganad.) (1) 278 558 873 921
(2)
Prod. (kg/ha ganad corregida) 278 558 786 837
Eficiencia de stock (%) 52,6 66,6 72,2 77,2 --
(1)
Con corrección por período de implantación de la pastura (6 meses).

Invernada de alta producción sobre pasturas base alfalfa


(2)
Con corrección por período de implantación de la pastura y el área proveedora del grano suministrado.

Se considera como sistema modal a una alternativa de producción ampliamente


difundida en gran parte de la región pampeana, caracterizada por un escaso nivel de
tecnificación, reducido y poco calificado insumo de mano de obra y baja productividad de
carne por hectárea. De características netamente pastoriles, si bien tiene una proporción
relativamente importante de pasturas semipermanentes en su cadena forrajera, mantiene
una alta dependencia de los cultivos anuales (de invierno y de verano).
Las ganancias de peso individuales se hallan fuertemente condicionadas por la
cantidad y calidad del forraje consumido de modo que la duración promedio de la
invernada ronda los 18 meses o más.

Cuadro 3. Indices económicos (U$S/ha ) de cuatro sistemas de invernada


Invernadas con suplementación
Invernadas pastoriles puras
Items Modal Mejorada Mejorada Mejorada
(Machos) (Machos) (Machos) Machos y hembras
Alimentación (pasturas y heno) 33,2 39,3 46,6 44
Suplementación c/grano (3) 0 0 85,9 77,4
Sanidad 8,3 13,8 20,6 22,0
Mano de obra 12,7 21,2 31,6 33,7
Compra de ganado (1) 151,4 365,4 566,3 679,8
COSTO DIRECTO TOTAL 205,6 439,7 751 856,9
(2)
INGRESO BRUTO 290,4 619,5 985,3 1106,7
MARGEN BRUTO (MB) 84,8 179,8 234,3 249,8
(1) Precio del ternero (primer cuatrimestre 2003) = 0,70 U$S/kg + 6% gastos de comercialización
(2) Precio del novillo (primer cuatrimestre 2003 = 0,64 U$S/kg - 5% gastos de comercialización.
(3) Considerando el costo de oportunidad del maíz = 74,5 U$S/qq - 15% de gastos de
comercialización. Tipo de cambio (primer cuatrimestre 2003) = 3,09 $/U$S

En el Cuadro 3 se describen los indicadores económicos de los cuatro sistemas


analizados. Del mismo surge que el MB del sistema pastoril “mejorado” supera al sistema
modal en un 112 % mientras que el promedio de las alternativas con suplementación, aún
considerando el maíz por su costo de oportunidad, supera a la invernada pastoril modal en
alrededor del 185 %.
Por otra parte, los sistemas con suplementación estratégica mantienen un plus de
alrededor del 35 % con respecto a la invernada intensificada casi exclusivamente sobre la
base de una mayor productividad y correcta utilización de los recursos forrajeros.

El detalle de la estructura de costos de las alternativas intensificadas se muestra en


el Anexo del presente capítulo.

En el cuadro 4 se presenta un análisis de sensibilidad en un rango preestablecido de


variaciones de precios del novillo y del grano de maíz. Para simplificar el análisis, las
posibles variaciones del costo del ternero no fueron consideradas.

Cuadro 4: Sensibilidad del resultado económico según variaciones porcentuales del


precio del novillo y del maíz en relación con los valores del primer cuatrimestre
2003 (margen bruto en u$s/ha)
Invernadas pastoriles Invernadas pastoriles con
Variación de precios
puras suplementación

Invernada de alta producción sobre pasturas base alfalfa


MODAL MEJORADA MEJORADA MEJORADA
Novillo Maíz
(Machos) (Machos) (Machos) (Machos y vaq.)
+20 -20 142,9 303,7 448,6 486,6
+20 +20 142,9 303,7 414,2 455,6
0 0 84,8 179,8 234,3 249,8
-20 -20 26,7 55,9 54,2 44,0
-20 +20 26,7 55,9 20,0 13,0
Coeficiente variación (%) 68,5 68,7 84,5 88,8

De la información presentada surge que la implementación de un correcto programa


de suplementación genera resultados altamente positivos, salvo bajo relaciones de precios
grano/carne extremadamente desfavorables donde la opción “pastoril mejorada” competiría
mejor, pero dentro de un escenario sumamente crítico para el desarrollo de la actividad. A
su vez estos valores indican que el gran impacto sobre el resultado económico lo establece
el precio del novillo gordo y no tanto las variaciones en el costo del maíz, un insumo cuya
incidencia es baja, siempre y cuando el precio del novillo se mantenga dentro de una banda
cercana a sus valores medios históricos.

Esto sugiere que la decisión de mantener un programa de suplementación


estratégica controlado no debería estar afectado por las variaciones en el precio del grano,
cuyo aporte al total de los costos variables de la actividad, no supera el 12%.

Resulta obvio que estas descripciones constituyen apenas unos pocos ejemplos
dentro de las modalidades que puede adquirir la actividad invernada por combinación de las
múltiples variables implicadas en la determinación de su nivel de productividad, tipo de
producto final y rentabilidad.
Se remarca nuevamente que los ejemplos precedentes corresponden a planteos
insertos en una rotación agrícolo-ganadera donde se asume una fuerte competencia con la
agricultura por el uso del suelo. Por esta razón, no se considera la utilización de verdeos de
invierno, aceptando que la producción de las pasturas, las reservas y el suplemento son
capaces de cubrir los requerimientos en dicha estación. La adecuación de estos planteos a
ambientes con más limitaciones seguramente exigirá la inclusión de cierta proporción de
recursos anuales en la cadena forrajera. También existe un margen de flexibilidad en
cuanto a la naturaleza del suplemento otoño-invernal. Durante el otoño los granos, por su
disponibilidad y respuesta biológica, resultan la opción recomendada. En cambio en
invierno, cuando el suplemento es también un "sostenedor de carga", otras alternativas más
voluminosas y con muy buena concentración energética como son los silajes de maíz o
sorgo, además de determinados subproductos industriales o residuos de cosecha, podrían
tener una participación en la ración seca para intentar disminuir sus costos.

La experiencia demuestra también que la suspensión del suplemento al comienzo de


la primavera, es una decisión central para el buen resultado económico de la práctica,
especialmente en años con relaciones de precios grano : carne muy ajustadas. Tal como
fue discutido oportunamente, las mejores respuestas individuales a la suplementación
energética se obtienen cuando la dieta base presenta sus mayores deficiencias en cantidad
o en calidad (efecto aditivo) es decir en otoño-invierno. Por otra parte, durante la primavera,
el forraje bien utilizado tiene una alta concentración energética y equilibrio de nutrientes, por
lo que los animales no muestran grandes mejoras en AMD al recibir el suplemento (efecto
de sustitución). De acuerdo con estos conceptos, la suplementación debe suspenderse
cuando comienza a predominar el efecto de sustitución por sobre el de adición. Si bien en
gran parte de la región pampeana norte esta situación se presenta generalmente entre fines

Invernada de alta producción sobre pasturas base alfalfa


de octubre y mediados de noviembre, existen importantes variaciones entre años. Desde un
punto de vista práctico esta decisión podría acompañarse de algunos elementos de ayuda
como son el estado de la tropa, ritmo de ganancia diaria, indicadores de calidad del forraje,
etc.

Como surge de los indicadores físicos y económicos presentados, instrumentar un


planteo de intensificación de una invernada de base pastoril no solo aumenta su
productividad sino que también redunda en una mayor rentabilidad. Esta relación positiva
entre productividad y rentabilidad que surge de la aplicación de tecnologías que, en
principio demandan mayores insumos, se verifica en un rango importante de situaciones y
es una razón de peso para avanzar en la consolidación de sistemas más productivos,
rentables y eficientes.

No obstante, conviene puntualizar que la relación productividad/beneficio es de


naturaleza bastante general y por lo tanto requiere ser manejada con cuidado al seleccionar
para cada empresa las opciones tecnológicas que combinen de la mejor manera los
factores determinantes de su productividad.

VII.6. BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA

AACREA. 2001. Invernada. Cuaderno de Actualización Técnica Nº 64. Buenos Aires.


193pp.
GALLI, I.O., HOFER, C.C. y MONGE, A.R. 1995. Intensificación de la producción de carne.
Amenazas y oportunidades (Conferencia). Rev. Arg. Prod. Anim. Vol.15, Sup.1:75-
84.
GHIDA DAZA, C. 1996. Evolución de resultados económicos en sistemas de invernada
vacuna. Información para Extensión. Nº 36, 11 pp
HERRMANN, E. y PEREDA, E. 1993. Impacto de factores comerciales y productivos sobre
la rentabilidad de la invernada de compra. Rev. Arg. Prod. Anim. 13: 169-181.
KLOSTER, A.M., LATIMORI, N.J. y AMIGONE, M.A. 2000. Suplementación de novillitos
sobre una pastura de alfalfa y gramíneas con dos fuentes energéticas Rev. Arg.
Prod. Anim. Vol 20 (Supl1): 47-48.
LATIMORI, N.J.; KLOSTER, A.M. y AMIGONE, M.A. 1995. Dos alternativas de
suplementación energética en invernada sobre pasturas perennes de alta calidad.
Informe Técnico Nº 115, EEA INTA Marcos Juárez, 9 pp.
LATIMORI, N.J., KLOSTER, A.M. y USTARROZ, E. 1994. Producción de carne bovina en
el centro sur de Córdoba. Situación actual y perspectivas tecnológicas. EEA Marcos
Juárez, Información para Extensión Nº 12, 14 pp.
USTARROZ, E., KLOSTER, A.M., LATIMORI, N., ZANIBONI, M. y MENDEZ, D. 1997.
Intensificación de la invernada sobre pasturas base alfalfa. Primer Congreso
Argentino de Producción Intensiva de Carne (Memorias). SAGPyA-INTA-Forrajes y
Granos Journal. Buenos Aires, pp 181-202.

Invernada de alta producción sobre pasturas base alfalfa


VII.7. ANEXO.
DETALLE DE ESTRUCTURA DE COSTOS
(Precios en U$S/HG promedio primer cuatrimestre de 2003).

MARGEN BRUTO D EL SISTEMA PASTORIL MEJORADO


COSTOS DIRECTOS:
 Alimentación (amortización de PP = 24,3 U$S/ha) ............................................. 24,3
Heno: (250 kg x 2,85 cab/ha x 0,021 U$S) ................................... 15,0
 Sanidad (U$S 4,85/cab x 2,85 cab/ha) .............................................................. 13,8
 Mano de obra (U$S 229 x 13 meses x 2,85 cab/400) ....................................... 21,2
 Compra ganado (2,736 nov/ha x 180 kg x U$S 0,742 (2).................................. 365,4
TOTAL COSTOS DIRECTOS.................................................................................... 439,7
INGRESOS (2,736 x 380 x 0,98 x 0,608 U$S/kg) (3) ................................................. 619,5
MARGEN BRUTO...................................................................................................... 179,8

MARGEN BRUTO DEL SISTEMA MACHOS CON SUPLEMENTACION


COSTOS DIRECTOS:
 Alimentación (amortización de PP = 24,3 U$S/ha) ....................................... 24,3
Heno: (250 kg x 4,24 cab/ha x 0,021 U$S) .............................. 22,3
Grano: (320 x 4,24 cab/ha x 0,0633 U$S) (1) ..................... 85,9
 Sanidad (U$S 4,85/cab x 4,24 cab/HG) ...................................................... 20,6
 Mano de obra (U$S 229 x 13 meses x 4,24 cab/400) ................................. 31,6
 Compra ganado (4,24 nov/ha x 180 kg x $ 0,742 (2) .................................... 566,3
TOTAL COSTOS DIRECTOS.................................................................................. 751,0
INGRESOS (4,24 x 390 x 0,98 x 0,608 U$S/kg) (3) ................................................. 985,3
MARGEN BRUTO....................................................................................................... 234,3

MARGEN BRUTO MACHOS Y HEMBRAS CON SUPLEMENTACION


COSTOS DIRECTOS:
 Alimentación (amortización de PP = 24,3 U$S/ha) ........................................... 24,3
Heno: (250 kg x 3,76 cab/ha x 0,021 U$S) ............................... 19,7
Grano: (320 kg x 3,76 cab/ha x 0,0633 U$S) ........................ 77,4
 Sanidad (U$S 4,85/cab x 4,53 cab/HG) ...................................................... 22,0
 Mano de obra (U$S 229 x 13 meses x 4,53 cab/400) .................................... 33,7
 Compra de ganado (3,76 nov/ha x 180 kg x 0,742 U$S) (2) ............................ 502,2
(1,33 vaq/ha x 180 kg x 0,742 U$S) (2) ........................... 177,6
TOTAL COSTOS DIRECTOS....................................................................................... 856,9

INGRESOS (3,76 x 385 x 0,98 x 0,608 U$S/kg) (3) ............................................ ....... 862,5
(1,33 vaq/ha x 305 x 0,99 x 0,608 U$S/kg) (3)........................................... 244,2
MARGEN BRUTO........................................................................................................... 249,8

(1) Costo de oportunidad del maíz = 74,5 U$S/qq - 5% de gastos de comercialización.


(2) Precio del ternero (promedio primer cuatrimestre 2003) = 0,70 U$S/kg + 6 % gastos de
comercialización
(3) Precio del novillo (promedio primer cuatrimestre 2003 = 0,64 U$S/kg + 5 % gastos de
comercialización
Tipo de cambio (promedio primer cuatrimestre 2003) = 3,09 $/U$S

Invernada de alta producción sobre pasturas base alfalfa

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