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La Revolución de Mayo
En 1808, España fue invadida por Francia y el Rey, fue tomado prisionero. Cuando
estas noticias llegaron a América los enfrentamientos entre españoles y criollos
crecieron. Finalmente, en 1810, en Buenos Aires, un grupo de criollos – integrado por
comerciantes, profesionales de formación universitaria y la mayoría de los jefes de la
milicia criolla – destituyeron a las autoridades españolas y las reemplazaron por un
gobierno propio: La Primera Junta de Gobierno.
Las transformaciones que se sucedieron en el Río de la Plata desde principios del siglo
XIX y que se prolongaron durante la década de 1810, permiten hablar de una
Revolución.
¿Qué es una Revolución?
Mucho se ha escrito acerca de este concepto. En Ciencias Sociales se utiliza para referir a
un cambio profundo en los aspectos económicos, políticos, sociales y culturales de una
sociedad determinada.
Una revolución no es un hecho puntual; aunque el concepto invita a pensar en cierta
aceleración de hechos que terminan bruscamente con un estado de cosas para pasar a la
construcción de un orden social nuevo, cuando hablamos de revolución nos referimos a
procesos. Entonces, esta construcción no puede pensarse como una serie de
acontecimientos que desembocan en algo distinto, sino que implica considerarla como un
largo proceso, con avances, retrocesos, contradicciones y conflictos.
Cuando una sociedad es conmovida por una revolución, algunos elementos del orden
anterior desaparecen, pero otros no. Los que desaparecen, en muchos casos, no son
sustituidos inmediatamente por otros nuevos. Es el caso, por ejemplo, del orden colonial:
la caída de las autoridades españolas y de las instituciones a través de las cuales ellas
ejercían el poder, no trajo como consecuencia su rápida sustitución por un Estado
Nacional.
Un Estado es una forma de organización de una comunidad de personas. Esta organización
está basada en leyes que deben respetar todos los habitantes del territorio. En todos los
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Estados existe siempre un grupo de personas que ocupan cargos de gobierno y dirigen a la
comunidad.
El Estado no surge en forma espontánea; es el resultado de un proceso de formación
gradual en cuyo transcurso se van definiendo los elementos que lo caracterizan: el
territorio, los recursos económicos, el gobierno, las instituciones, las leyes, la nación.
La formación del estado es el fruto de un largo y conflictivo proceso en el que existen los
enfrentamientos, las guerras civiles y los intentos que fracasaron. En nuestro país este
proceso duró más de medio siglo.
Estudiar el proceso y las características que el Estado fue adquiriendo hasta nuestros días
reviste una particular importancia porque las decisiones que a diario se toman desde el
Estado ocupan un lugar importante en nuestras preocupaciones. Estas decisiones
comprometen fuertemente el desarrollo de nuestras vidas y de la sociedad en su
conjunto.
Cronología 1810-1820
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Encarcelamiento del Rey y Revolución
El escenario que se planteó en la península ibérica durante 1808- 1810 acentuó el
clima revolucionario existente en las colonias americanas.
Frente a la ausencia del rey, tras la invasión francesa, la Junta Central de la ciudad de
Sevilla asumió momentáneamente el control sobre las colonias americanas en nombre
del cautivo rey Fernando VII.
La Junta desligó a Santiago de Liniers, de quien se desconfiaba por su origen francés,
del cargo de virrey del Río de la Plata y nombró a Baltasar Hidalgo de Cisneros. No
obstante, esta demostración de poder inicial, la Junta de Sevilla fue depuesta por las
fuerzas francesas en 1810. Al conocerse la noticia en tierra rioplatense se produjo un
vacío de poder y se incentivó en la población el espíritu revolucionario. Jefes de
milicias, intelectuales y comerciantes perjudicados por el monopolio –muchos de ellos
defensores de la ciudad de Buenos Aires durante las invasiones inglesas– se
movilizaron. Nuevamente se recurrió al Cabildo de Buenos Aires, institución clave del
dominio colonial, reutilizada por el pueblo para debatir libremente y tomar decisiones.
Los “vecinos” de la ciudad (españoles y criollos) asistieron al decisivo Cabildo Abierto
que se celebró el 22 de mayo. Este no fue un encuentro sencillo. Lo que estaba en
juego era nada menos que la soberanía y la independencia, y dejaba al descubierto
posiciones muy diversas.
Podríamos sintetizar en dos posturas predominantes el debate del Cabildo Abierto: por
un lado, el obispo de la ciudad de Buenos Aires, Benito de Lué y Riega, personificaba a
quienes querían mantener fidelidad a las autoridades españolas. Del lado más
revolucionario se encontraba, liderando, Juan José Castelli, quien sostuvo que, si no
había rey en España, las autoridades españolas en América no eran representativas y,
por lo tanto, el poder debía retornar al pueblo. Luego de un largo debate, se decidió
desvincular de su cargo al virrey Cisneros y conformar una Junta de gobierno como las
muchas que se habían formado en España. El 24 de mayo se dieron a conocer las
autoridades de la Junta a la población: los sectores más conservadores –y también
temerosos– del Cabildo la habían formado con españoles y como presidente del
organismo gubernamental propusieron al destituido virrey Cisneros. La movilización
criolla no se hizo esperar. Gracias a la presión de los revolucionarios, se disolvió ese
organismo y el 25 de mayo de 1810 se creó un nuevo gobierno, que conocemos como
la Primera Junta. Aunque esta Junta declaró su fidelidad al rey Fernando VII, se trataba
del primer gobierno no elegido por la Corona española sino por un sector
representativo de los habitantes de Buenos Aires. Se trataba del inicio del ejercicio
soberano del poder en el Río de la Plata.
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La Primera Junta
La primera Junta estaba integrada por nueve
miembros: el presidente Cornelio Saavedra
(hacendado y militar); los secretarios, los
abogados Mariano Moreno y Juan José Castelli,
el militar Miguel de Azcuénaga, el sacerdote
Manuel Alberti y los españoles Juan Larrea y
Domingo Matheu.
La junta albergaba dos tendencias enfrentadas
entre sí: una era la radical, representada por Moreno, Castelli y Belgrano, que
consideraba urgente la declaración de la independencia, la sanción de una
constitución, e impulsar reformas sociales (como la abolición de la esclavitud y la
supresión de tributos indígenas). La otra, la tendencia moderada, era encabezada por
Saavedra y rápidamente desplazó a la radical. Los saavedristas, postulaban medidas
moderadas para no romper los vínculos con España, y no creían conveniente la
alteración de las jerarquías sociales.
Moreno, se opuso a la incorporación a la Junta de los representantes de las ciudades
del interior convocados por el nuevo gobierno el 27 de mayo; consideraba que estos
diputados debían integrar un congreso que declarara la independencia. Sin embargo,
no tuvo éxito y en diciembre se formo la Junta Grande, que incluía representantes de
las provincias del interior. Moreno renunció a la Junta y en diciembre viajó en misión
diplomática a Gran Bretaña, pero nunca llegó a destino, murió en altamar en marzo de
1811.
La primera misión de la Junta fue expandir su autoridad y hacer conocer a todas las
provincias lo sucedido en Buenos Aires. Enviaron una carta a los cabildos de las
diferentes ciudades del interior invitando a sus diputados a formar parte del nuevo
gobierno central. Al mismo tiempo se envió una fuerza armada para enfrentar a
cualquier intento de insubordinación en las provincias.
La primera dificultad en contra de la Junta de Buenos Aires comenzó en Córdoba
cuyas autoridades se negaron a enviar diputados a Buenos Aires. El ejército
revolucionario fusiló a todas las autoridades cordobesas que se resistieron al nuevo
gobierno. Así la mayoría de las provincias decidieron unirse a la Junta en Buenos Aires
Ante la falta de adhesión de muchos pueblos del Interior, la Junta envió expediciones
militares al Alto Perú y a Paraguay. Así se inicia la Guerra de la Independencia contra
los españoles que dominaron esas regiones, menos Paraguay. Desde 1810 hasta 1815
hubo tres regiones en las Provincias Unidas que no reconocieron a las autoridades de
Buenos Aires y se perdieron posteriormente:
El Alto Perú (actual Bolivia), criollos y españoles se unieron para sostener a la
monarquía española. Esta región quedó en manos de los españoles hasta 1825.
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Paraguay, que rechazó a la Junta inició el proceso de independencia y en 1811 declaró
un gobierno independiente.
La Banda Oriental comenzó un movimiento revolucionario paralelo al de Buenos Aires.
En este proceso Buenos Aires y Montevideo oscilaron de posición entre alianzas y
enfrentamientos. Recién, en 1814, fue sofocado el último foco realista.
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Independencia, los representantes de las provincias que asistieron no juraron fidelidad
a Fernando VII; en segundo lugar, se eliminaron en todas las actas las referencias al
Rey. Se dictaban leyes como un estado independiente aún sin declararlo formalmente.
La Asamblea tomó importantes medidas, como:
• La abolición de los privilegios y la igualdad de todos los hombres.
• La libertad de vientres.
• Abolición de los trabajos forzados de los indígenas con la anulación de la mita,
la encomienda y el yanaconazgo.
• La abolición de la tortura.
• La adopción del escudo, el himno y la bandera nacional.
• Creó el Directorio, poder ejecutivo ejercido por una sola persona que duraba en
el cargo dos años.
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Buenos Aires, los grupos dominantes impulsaban el librecambio. Éste, consistía en
permitir la entrada, sin traba alguna, de los productos extranjeros para que
compitieran con los fabricados en el país. Defendían, además, el manejo en
exclusividad del dinero que ingresaba por los impuestos aduaneros.
La receta económica de Buenos Aires no satisfacía al conjunto de las Provincias Unidas:
para el Interior, la superación del estancamiento dependía de la conformación de un
Estado que defendiera las producciones locales limitando las importaciones a partir de
una política comercial proteccionista y que distribuyera entre todas las provincias el
dinero recaudado por la Aduana de Buenos Aires.
El litoral, que tenía una importante producción ganadera, se veía relegado a un
segundo plano por la supremacía del puerto de Buenos Aires.
Para superar esta situación y vincularse directamente con los mercados externos,
todos sus esfuerzos se dirigieron a romper el exclusivismo porteño mediante la sanción
de una norma que permitiera la libre navegación de los ríos interiores.
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privados de una fuente de recursos que era fundamental para afianzar su dominio. Las
guerras produjeron además la devastación de tierras donde se libraban los combates y
el empobrecimiento de comerciantes y ganaderos que debían contribuir con sus
bienes para el equipamiento de los ejércitos. La guerra causó, en síntesis, un
empobrecimiento general de la economía.
Sólo Buenos Aires se enriquecía gracias al librecambio establecido por los primeros
gobiernos patrios. El puerto de Buenos Aires se veía animado por una importante
actividad comercial; llegaban manufacturas europeas, sobre todo inglesas, para ser
consumidas por la población de Buenos Aires, y salían hacia el exterior los cueros
vacunos y el sebo que se producían en las cercanías del puerto.
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TEXTO 2
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Considerándolos nuevamente como una colonia.
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El primer problema que se enfrentó luego de la Independencia, fue responder a
la pregunta: ¿qué forma de gobierno debía establecerse en el nuevo Estado? San
Martín y Belgrano propusieron una monarquía Inca, propuesta que fue rechazada
porque se la asociaba con la opresión y la injusticia soportada durante el dominio
español.
Debido a las amenazas del ejército realista por el Norte, el Congreso se trasladó
hacia Buenos Aires.
En 1819 se publicó la Primera Constitución, que por ser de carácter unitario fue
rechazada por las provincias. Este rechazo implicaba que, las provincias se separaran
ante la imposibilidad de conformar un gobierno central. 2
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En 1820 las provincias se enfrentaron militarmente con el Directorio en la Batalla de Cepeda y
triunfaron. Como resultado quedaron disueltas las autoridades nacionales.
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TEXTO 3
Los primeros años independientes vieron crecer esta autonomía que, en algunos
casos como el de la Banda Oriental del Uruguay, terminó en abierta ruptura y en la
conformación de una nación independiente. En este contexto de enfrentamientos entre
centralismo y federalismo, los intentos por lograr la organización de un Estado de
reemplazo al poder español y de sancionar una Constitución fracasaron reiteradamente.
En 1819 se lo intentó una vez más: El congreso constituyente, sancionó una
Constitución donde se establecía un gobierno democrático con división de poderes. Sin
embargo, en los hechos, se imponía un gobierno fuertemente centralista. Ello provocó la
resistencia de los grupos dirigentes del Interior y el Litoral, abriendo una brecha que
tardaría décadas en cerrarse. Descontentas con las decisiones del Congreso de 1819,
tropas de las provincias, lideradas por la Liga de los Pueblos Libres –con los caudillos
Estanislao López (Santa Fe) y Francisco Ramírez (Entre Ríos) a la cabeza–, se
enfrentaron a las tropas del gobierno central del Directorio, venciéndolas en la batalla de
Cepeda en 1820. En ese momento, se disolvió el Directorio, así como el Congreso
Nacional, el mismo que había declarado la independencia en 1816. Desde entonces,
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derrocadas y disueltas las autoridades nacionales, cada provincia se fue dando su propia
organización, abriéndose un período de guerras civiles.
A estos factores, hay que agregar otra cuestión que debilitó aún más la situación
del sector comercial local. Los primeros gobiernos patrios establecieron la libertad de
comercio, medida que terminó beneficiando a los comerciantes ingleses. A diferencia de
los mercaderes locales, estos comerciantes poseían capital, no debían contribuir con los
gastos de guerra y disponían en su país de contactos privilegiados para conseguir todo
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tipo de mercaderías. Además, eran dinámicos y aventureros, y en poco tiempo se
hicieron del control del comercio de importación-exportación con sede en el puerto de
Buenos Aires. La región se independizaba así del monopolio español, pero caía bajo
otra dependencia, que ahora la vinculaba a los grandes centros de producción y
comercio de Inglaterra.
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campos de batalla, fracasaron los intentos por construir un Estado que reemplazara al
cuestionado poder español. Luego, entre 1820 y 1852, prevalecieron las divisiones entre
los grupos dirigentes de las distintas provincias que se fueron conformando desde la
década de 1810. Es el período de las autonomías regionales, un tiempo de
fragmentación política, en que cada provincia se organizó autónomamente, y en el que
fueron frecuentes los enfrentamientos y las guerras civiles. Estos enfrentamientos
alcanzaban a distintos sectores sociales: clases populares contra grupos económicos
poderosos, pero también combatían diferentes fracciones dominantes entre sí, algunas
de ellas, a su vez, con apoyos populares: hacendados bonaerenses contra hacendados del
Litoral, unitarios contra federales, rosistas contra antirrosistas.
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que derivaban del monopolio portuario. Efectivamente, la provincia de Buenos Aires
controlaba el puerto de la ciudad de Buenos Aires y su aduana, es decir los lugares por
donde se realizaba todo el comercio, no sólo el de Buenos Aires, sino también el
comercio de las provincias del Litoral y el Interior con el exterior. Por lo tanto, la
provincia también se beneficiaba de los ingresos por los impuestos aduaneros que se
cobraban a las mercaderías que entraban y salían por su puerto.
Además de Buenos Aires, entre las otras provincias se podían distinguir dos
grandes grupos: las jurisdicciones del Litoral (Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes) eran
también ganaderas y disputaban con Buenos Aires por los impuestos aduaneros y por la
libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay para poder exportar sus productos.
Una de las figuras más relevantes de la época fue Juan Manuel de Rosas,
gobernador de la provincia de Buenos Aires durante prácticamente todo el período que
se extiende entre 1829 y 1852. Rosas era un rico hacendado y un firme defensor de los
intereses de los sectores ganaderos de su provincia frente a las demandas de las otras
jurisdicciones. Conocido como el Restaurador de las Leyes, porque pudo establecer
cierto orden luego del conflictivo proceso que se abrió con la revolución y la
independencia, Rosas era también un patrón respetado por sus peones, por sus
conocimientos del campo y el ganado, sus habilidades de jinete y sus cualidades en las
tareas de la estancia. Gracias a tales destrezas, Rosas no sólo fue representativo de su
grupo de hacendados saladeristas, sino que también supo establecer un lazo de fidelidad
muy sólido con los sectores populares de Buenos Aires.
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Juan Manuel de Rosas, como Martín Miguel de Güemes en Salta o Facundo
Quiroga en La Rioja, fueron algunos de los principales caudillos del Río de la Plata.
Estas figuras, que contaban con apoyo popular, eran resistidas por las élites letradas de
Buenos Aires. A Rosas se lo acusaba de “tirano” y “bárbaro”, en oposición a lo que para
estos sectores ilustrados era “la civilización”. Es conocido el enfrentamiento y
enemistad de Rosas con Sarmiento y otros hombres de la “generación del 37”, todos
ellos admiradores del modelo social y cultural de Europa o de los Estados Unidos que
pretendían imponer en las provincias rioplatenses.
Desde 1820, cuando se disolvió el Directorio, hasta mediados del siglo XIX
estos dos proyectos y los intereses que cada uno representaba, se enfrentaron mediante
las ideas y también con el uso de la violencia. Durante un tiempo, los caudillos federales
establecieron una alianza que fue liderada por Rosas. Avanzada la década de 1840, las
diferencias entre el gobernador bonaerense y otro federal, Justo José de Urquiza,
gobernador de la provincia de Entre Ríos, derivaron en un enfrentamiento. Con el apoyo
del imperio de Brasil, de Uruguay y de las provincias de Corrientes y Entre Ríos,
Urquiza venció a Juan Manuel de Rosas en la batalla de Caseros en 1852.
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TEXTO 4
La Constitución de 1853
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La Asamblea Constituyente se reunió en la ciudad de Santa Fe en 1853. Allí se
congregaron los delegados de las provincias, que representaban a los gobernadores,
excepto los de Buenos Aires. La mayoría eran federales, pero, ¿por qué el texto
constitucional no resultó completamente federal?
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Mientras tanto en Buenos Aires, algunos de los miembros de la Legislatura
miraban con admiración la organización de la Confederación y un grupo encabezado
por Mitre buscaba la unificación. Otro grupo quería conservar la separación y
consolidar el Estado de Buenos Aires.
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