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Estructura del Purgatorio en La Comedia de Dante

A medida que el viaje de Dante avanza, tanto las estructuras físicas como
morales de cada uno de los lugares que visita, van cambiando. Tal es el caso
del Purgatorio que, contrariamente al Infierno, consta de siete círculos o
cornisas que representan los pecados capitales; entonces, las almas pasarían
por este “recorrido” antes de, finalmente, llegar al Paraíso, que vendría siendo
el destino final.

Al encontrarse entre el Infierno y el Paraíso, pareciera que el Purgatorio se


trata del lugar que media entre ambos destinos para las almas; es decir, a él
llegan aquellas que no fueron tan malas como para merecer quedar en el
Infierno, pero sigue siendo necesario que atraviesen los siete círculos para
hacerse merecedoras de la llegada al Paraíso.

Geográficamente, y según el escritor, es posible localizar el Purgatorio en las


antídopas de Jerusalén, y se trata de una isla, por lo que estaría rodeado de
agua. Consiste, además, en una montaña tan empinada, que Dante y Virgilio
necesitaron ayuda para descubrir cómo escalarla, “llegamos de aquel monte a
la pendiente: / la roca era escarpada, y tan retuerta / que el pie se aprestaría
vanamente” (p. 206).
La necesidad de purificación para la llegada al Paraíso viene siendo el motivo
principal del recorrido de las almas en el Purgatorio; esto quedaría claro con “In
exitu Irael de Agupto”, el principio del salmo CXIII, y que estaría relacionado
con la idea del viaje que hacen las almas para salir de la dominación del
demonio y, finalmente, encontrar a Dios.

El Purgatorio en la obra de Dante implicaría, entonces, esos “males” humanos


que, si bien no son tan malos como para hacerlos ir al Infierno, sí vienen a ser
motivos, si puede decirse de algún modo, para que los hombres aún no lleguen
a un contacto completo con Dios; es decir, se trataría de elementos (como los
pecados capitales) que establecen una separación entre Dios y los hombres,
son esas faltas o debilidades humanas.

Cada uno de los pecados capitales que se representan en las cornisas, vienen
a representar las debilidades de los seres humanos, y uno a uno van
señalándose con ejemplos y personajes que les representen. Además, al dejar
de lado estos pecados, es posible conseguir a Dios y, más aún, comprender
que este siempre siente amor para con sus hijos.

Al llegar a cada círculo, a Virgilio y Dante los reciben escenas o ejemplos con
personajes que representen a cada uno de los pecados a los que se están
enfrentando, pero no solo eso, sino que también se presentan escenas que se
contraponen a los pecados capitales y sirven, de algún modo, como su
antónimo; y, además, cada uno de estos ejemplos son religiosos.
El Purgatorio trata, entonces, de representar escenas en las que se demuestre
que el amor de Dios es mucho más grande que cualquier debilidad que puedan
tener los seres humanos; es precisamente por esa razón que se emplean
ejemplos contrarios al pecado capital, de modo que se demuestre la posibilidad
de hacer bien y, más aún, de redención para los seres humanos. Pero siempre,
por supuesto, en compañía de la luz que viene a ser Dios.

Entonces, moralmente hablando, lo que se esperaría en esta parte del


recorrido que nos muestra Dante sería lo relativo a la posibilidad de redención
para los seres humanos quienes, haciendo lo correcto y trabajando en sus
pecados tendrían la posibilidad de alcanzar el Paraíso, además del hecho de
que, a pesar de la tendencia a pecar, el amor de Dios resulta mucho más
grande.

De este modo, el Purgatorio, separándose un poco del Infierno en este sentido,


estaría minado de metáforas y referencias que, en su mayoría, responden a
características religiosas y que buscan enaltecer la figura de Dios

El purgatorio es la segunda parte de La comedia de Dante, precedida por


Infierno y seguida por El Paraíso. La estructura del purgatorio va desde los
pecados más graves que con los primeros giros hasta los más leves que son
aquellos más cercanos a las cima.

Como ya sabemos es elaborado principalmente a partir de La teología


cristiana, y no de las fuentes clásicas. El núcleo de la clasificación se basa en
el amor, con las primeras tres terrazas del purgatorio en relación con el amor
pervertido dirigido a los daños reales de los demás. La terraza de la cuarta se
refiere al amor deficiente (es decir, la pereza o acedia), mientras que las
últimas tres terrazas se relacionan con el amor excesivo o desordenado de las
cosas buenas.

Cada terraza purga un pecado en particular de manera adecuada (aquellos en


el purgatorio pueden dejar voluntariamente su círculo, pero solo lo hará cuando
se haya corregido el defecto dentro de sí mismos que llevaron a cometer el
pecado). La estructura de la descripción poética de estas terrazas es más
sistemática que la del Infierno, y se asocia con cada terraza son una oración
apropiada, una bienaventuranza, y los ejemplos históricos y mitológicos del
pecado mortal pertinentes y de su virtud opuesta.

El purgatorio está formado por tres secciones: Ante purgatorio, Purgatorio y


Paraíso terrenal, que ya es la entrada al cielo.
El Ante purgatorio es una playa, con ambiente agradable, según explica
Dante en su llegada. Muchas almas tienen que esperar un tiempo antes de
poder entrar en el Purgatorio para iniciar su penitencia:

 Los excomulgados que se arrepintieron antes de su muerte, que deben


dar vueltas a la montaña antes de iniciar su penitencia durante un
tiempo treinta veces superior a lo que duró su excomunión. Entre ellas
está Manfredo.
 Los perezosos, que deben esperar lo mismo que duró su vida antes de
entrar en el Purgatorio.
 Los muertos violentamente que se arrepintieron antes de morir.
 Los príncipes que descuidaron sus deberes. Entre ellos se
encuentran Rodolfo de Austria, Otakar II de Bohemia, Felipe III de
Francia, Enrique I de Navarra, Pedro III de Aragón, Carlos II de
Anjou y Enrique III de Inglaterra.

Luego de este lugar tenemos las siete gradas del Purgatorio, una por cada
pecado capital que están ordenados por orden de gravedad:

1.- La soberbia: en este primer giro se encuentra aquellos que en vida vieron a
los demás con superioridad y desprecio. Esto están destinados a pagar este
desprecio cargando una piedras en los espaldas que los obliga a ver solamente
el suelo. En la terraza hay almas orgullosas purgando sus culpas, Dante y
Virgilio ven hermosas esculturas expresando humildad, la virtud opuesta. El
primer ejemplo es la Anunciación de la Virgen María, donde ella responde al
ángel Gabriel con las palabras Ecce ancilla Dei ("He aquí la esclava del Señor,"
Lucas 1:38). Un ejemplo de humildad de la historia clásica es cuando el
emperador Trajano, de acuerdo con una leyenda medieval, en una ocasión
paró su jornada para hacer justicia a una pobre viuda (Canto X).También
asociado con la humildad está el Padre nuestro.

En el Canto XIII, Dante señala, con "franca autoconciencia" que el orgullo es un


defecto en él:

"yo sufro mucho más la pena debajo;


mi alma ansiosa está, en suspenso; preparada
siento el gran peso de la primera terraza"
2.- La envidia era el pecado que "mira con deseo y repudio la fortuna y
riquezas de otros, tomando cualquier oportunidad para quitarles o privarles de
su felicidad" Tal como una de las almas envidiosas dice:

"Mi sangre estaba hirviendo con tanta envidia, que,


cuando llegaba a ver a un hombre ser feliz,
hubieras podido ver la lividez que me invadía."

Al entrar a la terraza de los envidiosos, Dante y Virgilio en un primer momento


oyen voces contando historias acerca de la generosidad, la virtud opuesta.
Aquí, tal como en las otras terrazas, hay un episodio de la vida de la Virgen
María. Además, hay una historia clásica, la amistad de Orestes y Pílades, y
Jesús predicando "Ama a tus enemigos." Las almas de los envidiosos vestían
túnicas grises de penitencia, y tenían sus ojos cosidos con alambre de hierro,
recordando la forma en cómo los cetreros cosían los ojos de sus halcones para
lograr entrenarlos – así se les hacía más necesario poder oír que poder ver,
como en este ejemplo (Canto XIII).

3.- La ira: aquí se encuentran aquellos que fueron dominados por la ira en
vida. En la terraza de los iracundos, ejemplos de mansedumbre, la virtud
opuesta, son mostrados a Dante como visiones en su mente. Como ejemplo
clásico tenemos a la esposa de Pisístrato pidiendo por la ejecución de un
hombre que había abrazado a su hija, a esto Pisístrato habría respondido: "Que
debiéramos hacer a alguien que nos hiere / si alguien que nos ama aprende
(con el significado de temer) de nuestra condena?"
Las almas de los iracundos caminaban en fumarolas de acre, esto simboliza
el cegador efecto del enojo:

"Oscuridad de infierno y de noche priva


de todo planeta, bajo pobre cielo,
cuanto ser puede de nubes atenebrada,

no cubrió mi rostro de tan espeso velo,


como aquel humo que allí nos cubría,
ni nunca hubo más áspero pelo,

que el ojo abierto sufrir podría;"


En este punto Virgilio explica a Dante la organización del purgatorio y su
relación con el amor pervertido, deficiente o mal dirigido. Las terrazas que
habían recorrido hasta el momento habían borrado la soberbia ("Aquel que a
través de la humillación de otros, / espera la supremacía"), la envidia ("Ese
quien, cuando es superado, / teme la propia perdida de su fama, de poder, de
honor, y favor; / deseando con locura el infortunio de sus vecinos."), y la ira
("Aquel, sobre lastimado / recibido, resentido, por venganza codicioso / y, con
enojo, busca dañar a los otros."). Todos ellos, amores mal direccionados.
(Cantos XVII y XVIII).

4.-La pereza: En la cuarta terraza se podrían encontrar las almas de aquellos


que pecaron por descuido lo que sería la Pereza. Desde el momento en vida en
que se falla al buscar el amor, aquí son condenados a incesantes trabajos. Los
ejemplos de entusiasmo o energía, las virtudes opuestas, son clamados por las
almas que recorren la terraza. Estos ejemplos incluyen episodios de la vida de
la Virgen María, Julio César y Eneas. Esta actividad, además, remplaza las
oraciones verbales de esta terraza. Estos perezosos están demasiado
ocupados siquiera para conversar durante sus trabajos, por ello esta es una de
las secciones más cortas del poema.

Al caer la segunda noche, con los poetas aún en la terraza, Dante sueña con
una Sirena, símbolo del amor desordenado o excesivo representado por la
avaricia, la gula y la lujuria. (Canto XIX).

5.-La avaricia: En las tres últimas terrazas se encuentran los que pecaron por
amar buenas cosas, pero amándolas excesivamente o desordenadamente. En
la quinta terraza, la excesiva preocupación por los bienes terrenales, ya sea
codiciosamente o extravagantemente, es castigada y purificada, y los avaros y
los adinerados yacen boca abajo al suelo, sin posibilidad de moverse. Sus
oraciones son Adhaesit pavimento anima mea, tomada de Salmos 119:25 ("Mi
alma esta adeherida al polvo, vivificame con Tu Palabra,"), una oración que
expresa el deseo de seguir las Leyes de Dios(Canto XIX).En esta ocasión se
puede observar a Hugo El Grande lamentándose de que la avaricia esta ha
motivado las decisiones de sus sucesores, esto en contra del pecado del nivel.

6.- La gula: La sexta terraza purifica a los glotones, y en general, a todos


aquellos que a pesar de estar satisfechos insistían al comer, beber, saciar su
cuerpo. En una evocadora escena del castigo de Tántalo, los glotones mueren
de hambre ante árboles llenos de frutos que nunca estarán a su alcance. En
este círculo los ejemplos son dados por voces que se escuchan entre los
árboles. Juan el Bautista, quien solamente vivía de langostas y miel (Mateo
3:4), es un ejemplo de las virtudes opuestas, templanza o moderación;
mientras que un ejemplo clásico de gula es cuando los Centauros ebrios se
enfrentan a los Lápitas. El rezo para esta terraza es los labios me dominan (el
Salmo 51:15: " Oh Lord, abra mis labios, y mi boca declarará su alabanza "

7.- La lujuria: La terraza de la lujuria tiene una inmensa pared de llamas a


través del cual todos deben pasar. Almas arrepintiéndose de deseo mal dirigido
sexual se ejecutan a través de las llamas gritando ejemplos de la lujuria
(Sodoma y Gomorra y Pasífae) y de la castidad y la fidelidad marital. Como una
oración, cantan el himno Sumas Deus Clementiae (Dios de la Suprema
Clemencia) de la Liturgia de las Horas (Cantos XXV y XXVI). Entre las flamas,
a las que no se atreve a entrar, están los poetas románticos Guido Guinizelli y
Arnaut Daniel, con quienes Dante conversa. Le recuerdan a Dante que a
Beatriz puede encontrarla al otro lado del Paraíso Terrenal, finalmente Virgilio
persuade a Dante para que pase entre las llamas (Cantos XXVI y XXVII).

En los escalones del paraíso terrenal, la noche cae por tercera vez, y Dante
sueña con Lea y Raquel, quienes simbolizan la vida cristiana activa y no
monástica, y también la vida cristiana de contemplación (monástica), ambas
importantes (Canto XXVII):

Paraíso Terrenal: En la cima del Monte Purgatorio se encuentra el Paraíso


Terrenal o el Jardín del Edén. Alegóricamente, representa la inocencia que
existía antes de que Adán y Eva perdieran la Gracia de Dios – el estado que el
ascenso de Dante al purgatorio ha estado recuperando. Aquí Dante conoce a
Matilda, una mujer cuya identidad literal y alegórica "es seguramente el
problema más tentador de la Comedia."De todas maneras, Matilda prepara a
Dante para su encuentro con Beatriz, la mujer a la que (históricamente) Dante
dedicó sus anteriores poesías, la mujer a cuyo pedido (en la historia) Virgilio
fue ordenado traer a Dante en su viaje, y la mujer que (alegóricamente)
simboliza el camino a Dios (Canto XXVIII).

Con Matilda, Dante es testigo de una procesión que forma una alegoría dentro
de la alegoría, algo así como la obra de Shakespeare en una obra de teatro.
Tiene un estilo muy diferente del Purgatorio como un todo, tiene la forma de
una máscara, donde los personajes están caminando símbolos en lugar de
personas reales. La procesión consiste (Canto XXIX):

 "Veinticuatro ancianos" (referencia a Apocalipsis 4:4), que representan


los 24 libros de la Biblia Hebrea, tal y como los clasificó San Jerónimo
 "Cuatro animales" con "seis alas de plumas" (referencia a Apocalipsis
4:6–8), como una representación tradicional de los cuatro Evangelistas
 "Un carro triunfal en dos ruedas," portando a Beatrice, que es arrastrado
por...
 Un Grifo, representando la divinidad y humanidad de Cristo
 "Tres mujeres en círculos" vestidas de rojo, verde y blanco,
representando las tres virtudes teologales: Caridad, Esperanza y Fe
respectivamente
 "Otras cuatro mujeres" vestidas de púrpura, representando las cuatro
virtudes cardinales: Prudencia, Coraje, Justicia y Templanza
 "Dos ancianas, con vestidos diferentes," representando los Hechos de
los Apóstoles y las Epístolas paulinas
 "Cuatro personas de aspecto humilde," representando las Epístolas
generales
 "Cuando todos los demás pasan, un solitario anciano," representando el
Apocalipsis

La apariencia de Beatrice, y una dramática escena de reconciliación entre


Beatrice y Dante, en el que ella reprocha su pecado (Cantos XXX and XXXI),
ayuda a cubrir la desaparición de Virgilio, que, como símbolo de la filosofía y
humanidad no cristiana, no puede ayudarle más en su acercamiento a Dios (Y
en el resto de "Divina Comedia", Beatriz se convierte en la guía de Dante):

Dante pues pasa por el río Lethe, que le borra la memoria de sus anteriores
pecados (Canto XXXI), y ve una alegoría de la historia Bíblica y de la Iglesia,
en la que el carruaje representa a la Iglesia. Esta alegoría incluye una denuncia
de los papados corruptos, y sus vínculos con la monarquía Francesa (Canto
XXXII):

"Tan segura como una fortaleza sobre una alta montaña,

vi sentada en el carro a una prostituta desenvuelta,

paseando sus miradas en torno suyo.

Y como para impedir que se la quitaran,

vi un gigante colocado en pie junto a ella,

y ambos se besaban de vez en cuando;"

Finalmente, Dante bebe del río Eunoë, recuperando la memoria, y


preparándose para su ascenso al Paraíso.

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