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AMJE

Cátedra Perel Comisión 0780

ENSAYO:

LA VIOLACION COMO VIOLENCIA DE GENERO, Y


SU RELACION CON EL SISTEMA PATRIARCAL

ESTUDIANTE: GHETTI G. ADRIANA

DNI 24391371
La violación, forma de Apropiación de la víctima como consecuencia de un Sistema Capitalista Patriarcal

Introducción

Como víctima de abuso sexual por parte de un tío, en mi infancia temprana, el tema me interpela, me trastoca,
me produce sensación de impotencia y angustia. La violencia sexual afecta mayoritariamente a grupos
vulnerables, mujeres y niños, homosexuales.

La violación es un delito contra la integridad sexual, una forma de dominio, de apropiación sobre el otro ser,
sobre el cuerpo del otro, sin que medie consentimiento de la víctima.

Recientemente en la escuela secundaria que trabajo, en la que me desempeño como preceptora, una niña de 11
años de primer año, se encontraba llorando en el baño, durante el recreo muy angustiada. La invite a tomar algo
y conversar sobre la problemática que la aquejaba. La estudiante me conto que estaba muy asustada y triste
porque su abuela se había enterado que ella tenía relaciones con su novio y lo iba a denunciar. Al consultarle la
edad de su novio me dijo que pronto cumpliría 24 años, que ella ya lo conocía, porque antes había sido novio de
su tía. Además, estaba muy preocupada por los insultos que su abuela le había expresado y la valoración que la
misma tenía sobre ella. Su preocupación radicaba en la seguridad de su novio y la opinión de su abuela. Se
sentía culpable por la situación y no podía visualizar que, en realidad, ella era la verdadera víctima.

Trabajare el tema de la violación a partir de la siguiente hipótesis:

La apropiación del género masculino de los cuerpos de personas vulnerables (mujeres, niños, homosexuales,
transexuales, ect ), es una forma de posesión sobre la otra persona, que implica una relación de poder físico y /o
psíquico que implica tener dominio sobre el otro, que se fundamenta en las relaciones patriarcales de
subordinación de géneros.

Desarrollo

La vulneración de derechos de integridad sexual se encuentra directamente vinculada a la desigual distribución


del poder y a las relaciones asimétricas que se establecen entre géneros en nuestra sociedad patriarcal y
capitalista, que reproducen y perpetúan la desvalorización de lo femenino y su subordinación a lo masculino. Lo
que diferencia a este tipo de violencia de otras formas de agresión y coerción es que el factor de riesgo o de
vulnerabilidad es el solo hecho de ser mujer.

En nuestro país se promulgo en el año 2009 se promulgo la ley de Protección Integral para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones
interpersonales ley 26485.

En su codificación, en el art n|4 define la violencia “Se entiende por violencia contra las mujeres toda
conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado,
basada en una relación desigual de poder afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica,
sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal.” (infoleg).

Además, la ley clasifica los distintos tipos de agresión: física, Psicológica, económica, y sexual.

1.- Física: La que se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo dolor, daño o riesgo de producirlo y
cualquier otra forma de maltrato o agresión que afecte su integridad física.

2.- Psicológica: La que causa daño emocional y disminución de la autoestima o perjudica y perturba el pleno
desarrollo personal o que busca degradar o controlar sus acciones, comportamientos, creencias y decisiones,
mediante amenaza, acoso, hostigamiento, restricción, humillación, deshonra, descrédito, manipulación o
aislamiento. Incluye también la culpabilización, vigilancia constante, exigencia de obediencia o sumisión,
coerción verbal, persecución, insulto, indiferencia, abandono, celos excesivos, chantaje, ridiculización,
explotación y limitación del derecho de circulación o cualquier otro medio que cause perjuicio a su salud
psicológica y a la autodeterminación.

3.- Sexual: Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin acceso genital, del
derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva a través de amenazas,
coerción, uso de la fuerza o intimidación, incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones
vinculares o de parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada, explotación, esclavitud,
acoso, abuso sexual y trata de mujeres.

4.- Económica y patrimonial: La que se dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o
patrimoniales de la mujer, a través de:

a) La perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes; b) La pérdida, sustracción, destrucción,


retención o distracción indebida de objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores y

derechos patrimoniales;|¬

Para iniciar el desarrollo del tema y la fundamentación de la hipótesis es necesario definir los conceptos
fundamentales de la misma. ¿Qué es la violencia de genero? ¿Qué se entiende por violación? ¿qué es la
apropiación?, ¿que son las relaciones patriarcales? ¿Solo las mujeres sufren violencia de genero?

Violencia de género

La violencia de género se refiere a los actos dañinos dirigidos contra una persona o un grupo de personas en
razón de su género. Tiene su origen en la desigualdad de género, el abuso de poder y la existencia de normas
dañinas. El término se utiliza principalmente para subrayar el hecho de que las diferencias estructurales de
poder basadas en el género colocan a las mujeres y niñas en situación de riesgo frente a múltiples formas de
violencia. Si bien según estadísticas las mujeres y niñas sufren violencia de género de manera
desproporcionada, otros grupos vulnerables pueden ser blanco de ella.

Violencia contra mujeres y niñas

La violencia contra las mujeres y las niñas se define como todo acto de violencia basado en el género que tenga
o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o mental para la mujer, así como las
amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida
pública como en la vida privada. La violencia contra las mujeres y niñas abarca, con carácter no limitativo, la
violencia física, sexual y psicológica que se produce en el seno de la familia o de la comunidad, así como la
perpetrada o tolerada por el Estado.

Violencia sobre otros grupos vulnerables en relación a la identidad de género.

Existen violencias motivadas por el genero que no se ejercen sobre mujeres, si no sobre grupos vulnerables, que
no están amparados por las leyes de protección a la mujer o por los tratados internacionales.

En nuestro país a partir de la ley de Identidad de género, reconoce el derecho a toda persona al libre desarrollo
de su identidad, dejando de lado la dicotomía bi sexual (hombres y mujeres).

Por lo tanto si se habla de violencia de género, deberían incluirse todas las identidades de géneros posibles, no
solo la mujer, por lo que debería adecuarse las normas protectoras a la nueva realidad.

Moira Pérez y Blas Radi (2018) introducen el concepto de espejismo hermenéutico.

Se refieren a el como “la ilusión de que existe en efecto una categoría que da sentido a todos los

fenómenos de violencia en función del género, cuando en realidad hay poco más que una laguna
interpretativa.”(pag 84)

Ellas identifican la problemática que se presenta en los cuerpos normativos una identificación directa entre la
violencia de genero y la violencia sobre la mujer. Sostienen que las leyes se basan en un determinismo
biológico, dejando por fuera a otras identidades de género.

El efecto más evidente de este espejismo es que tendemos a confiar en que hay un marco normativo que es
comprensivo de un fenómeno que en realidad está siendo ignorado sistemáticamente, con graves consecuencias
para quienes no están incluidos en él. Esto desactiva eventuales iniciativas de ampliación de derechos, ya que se
sostiene la ilusión de que el marco existente los contempla y garantiza (pp. 84-85).

La ley sostiene un binarismo nominal según otras autoras (Radi y Perez, 2018)

Esto se refiere “a la ilusión de que todos los fenómenos de violencia motivados por el género son comprendidos
por la legislación correspondientes” cuando en realidad existen “ lagunas hermenéuticas”, ya que existen “
formas de violencia de género que afectan a minorías en situación de extrema vulnerabilidad, y no son
alcanzadas por las medidas referidas a la violencia contra las mujeres”. Ejemplos: hombres trans,
homosexuales, personas intergénero, genero fluido, ect

Desde el punto de vista del derecho positivo, para nuestro país el delito que configura lo comúnmente llamado
violación, es el delito de sexual agravado por el acceso carnal. Es independiente del sexo del autor y de la
víctima. El acceso carnal puede ser por vía anal, vaginal u oral y también se considera tal la introducción de
objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías.

Dada la situación particular mencionada en la introducción, cabe la pregunta, si se considera delito, aunque el
menor diga que presto consentimiento. El ordenamiento jurídico vigente en nuestro país establece que cualquier
acto sexual con un menor de 13 años es delito, sin importar si existió consentimiento.

Entre los 13 y los 16 años puede haber consentimiento, pero el Código establece que puede considerarse delito
si existió un aprovechamiento de la “inmadurez sexual” de la víctima, cuando el autor es mayor de edad.

A partir de los 16 años las relaciones consentidas no constituyen delito.

Desde la perspectiva sociológica, la autora Segato Rita, a través de su libro “las estructuras elementales de la
violencia” (1986), define a la violación “como sexo forzado, que implica poder de intimidación, uso y abuso
del cuerpo del otro, sin que participe con intención o voluntad comparable”, según la autora, no persigue
ninguna finalidad, sino que es agresión por la agresión misma, que se da generalmente de un sujeto considerado
masculino hacia quien muestra signos y gestos de femineidad, por lo que no tienen que ser precisamente
personas de sexo femenino. (pág.

Ella sostiene que la violación es un acto intersubjetivo, que, aunque puede realizarse en soledad, siempre se está
en compañía de otros imaginarios, que se han ido incorporando y forman parte del ser masculino. (pág. 36)

La “Masculinidad" representa aquí una identidad dependiente de un estatus que engloba, sintetiza y confunde
poder sexual, poder social y poder de muerte.

Interpreto entonces que puede entenderse a la violación como un acto donde la masculinidad recupera un estatus
que el capitalismo le ha cercenado, por quitarles poder económico, político, de decisión sobre sus propias vidas.
A expensas claro de la apropiación del cuerpo de la mujer. La recuperación de la masculinidad a partir de la
victimización de la mujer.

La apropiación puede definirse como la acción de adueñarse de algo o de alguien. Este concepto está
íntimamente relacionado con el concepto de propiedad. La superioridad que establece el patriarcado permite al
género masculino a tener la capacidad de apropiarse de un cuerpo, la consumición de ese cuerpo. Cabe
preguntarse si la mujer es dueña en la actualidad de su propio cuerpo. A lo largo de la historia el cuerpo de la
mujer ha tenido que responder a las tareas de genero encomendadas para ella, impuestas culturalmente.
Reproductora de la especie, moneda de intercambio, al servicio de las tareas del hogar y de cuidado, como
trabajadoras masculinizadas en los diferentes oficios.

Pareciera que el género femenino está acostumbrado a la expropiación histórica que el sistema patriarcal hace
de su cuerpo. Sin embargo, en las últimas décadas, los movimientos feministas y los grupos disidentes han
logrado posicionar en el discurso, en la agenda, en el centro del escenario político, en lo discursivo, en el debate
público la disparidad y desigualdad de géneros, logrando importantes conquistas, como la ley de interrupción
voluntaria del embarazo o la ley de violencia de genero. Sin embargo, la violencia de género, no disminuye.
Según datos brindados por el Ministerio de las Mujeres, genero y diversidad, medidos desde Enero a Junio de
2023:

 Datos de la persona en situación de violencia de género: El 96% de las personas que se comunicaron son
mujeres. Además, 32 comunicaciones correspondieron a LGBTI+ (mujeres trans, varones trans, transgénero, no
binarie, otras). El 65% del total de las personas que se comunicaron tienen entre 15 y 44 años. El 2% (78) se
encontraban embarazadas y 106 tenían alguna discapacidad.

 Datos de la persona agresora: El 89% son varones. En el 48% de los casos, quien comete las
agresiones es una ex pareja y en el 36% quien agrede es la pareja actual.

Pero ¿qué es el sistema patriarcal del cual hablamos? Según Rita Segato , se trata de un sistema político
primogénito, un orden de adueñamiento, que implica un señorío del género masculino, que hoy este
concentrado en manos de unos pocos debido a las consecuencias del sistema capitalista, la concentración de
riquezas y de poder. De esta forma la masculinidad se encuentra afectada, despojada de poder político, de
poder económico, encuentra en la victimización de la mujer la recuperación de su masculinidad y superioridad.

La estructura de genero reaparece como estructura de poder, y con ella el uso y abuso físico y psicológico de
unos sobres otros. El hombre se apropia del cuerpo de la mujer, que le debe tributo, la mujer es un territorio a
poseer, en el que él es soberano. Responde a un mandato de supremacía de la masculinidad, a un orden de
jerarquía donde lo femenino se subordina en función de las necesidades del patriarca.

La autora expresa que existe un orden corporativo de la masculinidad, que manifiesta un mandato de
supremacía de este género por sobre los otros. La violación es un acto entonces que emana de la obligación del
cumplimento del mandato.

Según la opinión de Gerda Lener en su libro “la creación del patriarcado” (1986), el patriarcado es una creación
histórica que se estableció e institucionalizo y que fue evolucionando. Diversas fueron las posturas que
intentaron explicar la subordinación de las mujeres. La autora señala en el libro citado entre ellas:
La postura tradicional que sostiene que la dominación masculina es natural e universal. Se basa en la asimetría
sexual, el rol de la mujer como reproductora y del hombre como protector y proveedor de alimentos.

La postura científica que sostenía que las mujeres tenían una función biológica y maternal y que no eran aptas
para una educación superior y otras actividades profesionales. Sexo débil (menstruación, embarazo,
menopausia)

La postura sociobiológica “argumentan que las conductas humanas que son «adaptativas» para la supervivencia
del grupo quedan codificadas en los genes, e incluyen en estas conductas cualidades tan complejas como el
altruismo, la lealtad o la conducta maternal.” Es decir, hay una predisposición genética para la división sexual
del trabajo.

Estas posturas, aunque refutadas con fundamentos, en mi opinión se encuentran vigentes en la sociedad
patriarcal actual, en la que el hombre, lo masculino, tiene la supremacía por el simple hecho de serlo. Donde la
subordinación, y la sumisión de lo femenino se perpetua y reproduce gracias al soporte del conjunto de la
sociedad y la reproducción de esta estructura por parte del estado, de las diferentes corporaciones, de las leyes,
normas y costumbres.

Gerda Lerner afirma en su libro, antes citado, que “Mientras que tanto hombres como mujeres consideren
“natural” la subordinación de la mitad de la raza humana a la otra mitad, será imposible visionar una sociedad
en la que las diferencias no connoten dominación o subordinación.” (pág. 65).

El orden social capitalista reproduce el esquema patriarcal que le antecede y que se ha ido adaptando a los
diferentes sistemas sociales a lo largo de la historia. Las sociedades occidentales han cimentado bases
culturales e ideológicas de un orden en que los hombres representan el poder, el gobierno y la razón; y las
mujeres, las funciones del hogar y de la reproducción, asociadas a lo sentimental, esto es, algo inferior a los
hombres. El concepto de adueñidad del género masculino se relaciona con la cosificación del cuerpo de la mujer
y la posibilidad de apropiarse de ellos. Las relaciones de poder patriarcales constituyen las estructuras e
instituciones sociales del capitalismo, formando así un sistema unificado de explotación y dominación.

Conclusión

La hipótesis planteada parece validarse, la violación es considerada una forma de violencia de género porque se
fundamenta en la desigualdad y las relaciones de poder entre hombres que ejercen su mandato de masculinidad
sobre personas más vulnerables, que representan lo femenino, sean o no mujeres.

La violación es una agresión sexual que utiliza la fuerza, la coerción o la falta de consentimiento para obligar a
una persona a realizar un acto sexual no deseado.
En el contexto de una sociedad patriarcal, la violencia de género, y la violación como una de las formas en que
esta se manifiesta, se utiliza como herramienta para controlar, dominar y humillar a personas con identidades de
genero diferentes que aparentan ser más vulnerables. Se basa en la falsa suposición de que los hombres tienen
derecho a acceder al cuerpo de otras personas sin su consentimiento. La violación refuerza y perpetúa las
normas y estereotipos de género porque se basa en la idea de que los hombres son superiores y el resto de las
identidades de genero son objetos sexuales , personas inferiores, consumibles, que pueden ser apropiadas.

El sistema capitalista se entiende como un orden social complejo cuyas dinámicas de acumulación generan,
reproducen, transforman, renuevan y mantienen relaciones jerárquicas entre géneros. El sistema expropia al
hombre de su poder, el mandato patriarcal de superioridad se encuentra limitando, su masculinidad cuestionada.
La violación se muestra entonces como una opción de dominación, de adueñidad, de soberanía sobre el cuerpo
de otro.

Cuestionar las estructuras patriarcales que perpetúan la desigualdad y promueven la violencia contra otras
identidades de género y las mujeres es la tarea que nos compete a los que creemos en el derecho a la igualdad de
géneros.

Esto incluye educar a los niñes sobre educación sexual integral, evitar la revictimización de las personas que
han sido victimas , responsabilizar a los perpetradores por sus acciones, promover leyes protectorias más que
incluyan a todas las identidades de género. El sistema patriarcal, en tanto construcción histórica cultural, es
factible de modificarse y cambiarse. Conlleva un proceso que se ha iniciado, donde será necesario que el rol de
la mujer ocupe un espacio central que nos permita promover la igualdad de género, educar sobre abandonar los
estereotipos de roles de género, fomentando la participación y el liderazgo de las mujeres en la escena social,
cultural y política del país.

Ghetti Adriana
Bibliografía

-Segato, Rita Laura

Las estructuras elementales de la violencia - 1a ed. -

Bernal: Universidad Nacional de Quilmes, 2003.

-Título original:

THE CREATION OF PATRIARCHY Oxford University

Press, Inc., Nueva York

Cubierta: Enric Satué

© 1986: Gerda Lerner

-Moira Pérez y Blas Radi (2018).

El concepto de 'violencia de género' como espejismo hermenéutico.

Igualdad, autonomía personal y derechos sociales.

-infoleg@jus.gob.ar

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