Prevención de la Violencia

UNIDAD 1. DINÁMICAS DE LA VIOLENCIA

Con esta unidad te invito a reflexionar sobre una visión de la violencia

contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes. Buscamos generar
una mirada distinta del fenómeno desde los enfoques de derechos,
patriarcado, colonialismo, de protección especial de niñas, niños,
adolescentes y de género.
Según el Ministerio de Gobierno en la gestión 2018 se han procesado
37.878 casos que corresponden a violencia contra la mujer; de los
cuales 32.058 se refieren a violencia familiar o doméstica; de éste
total, 4.645 corresponden a delitos sexuales y de los cuales 1.549
son de abuso sexual; 1.370 de violación, 991 de violación a menores
de edad y 473 a estupro. (Marzo, 2019)
El Ministerio Público informa que en los últimos seis años se ha
registrado un total de 19.770 casos de violencia sexual contra niñas,
niños, adolescentes y mujeres. Con un promedio de 3.067 hechos por
año. Más de 8 casos de violencia sexual por día. (Gabinete especial
de lucha contra la violencia hacia la mujer y la niñez).
“La violencia es mayoritariamente un asunto de hombres, más no
de todos, pero si de un grupo lo suficientemente importante como
para hacernos quedar mal a todos. Por eso prevenirla, denunciarla
y rechazarla, es un asunto de hombres y mujeres.”
Patriarcado, Colonialismo y Violencia
La diferencia biológica entre los sexos, entre lo femenino y lo
masculino, la diferencia anatómica entre los órganos sexuales,
aparecen como la justificación natural de la diferencia socialmente
establecida entre los sexos y en especial, de la división sexual del
trabajo.
La sociedad patriarcal, es la supremacía de los hombres en los
órganos de poder, como estructura androcéntrica, es decir, que el
mundo gira alrededor del hombre. La construcción de esta sociedad
se asienta en que los hombres deben ejercer poder de dominio y
control como particularidad de la masculinidad, principalmente en
la apropiación absoluta de la sexualidad femenina.

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El patriarcado es un sistema de relaciones desiguales, racistas,

machistas y de subordinación, es político, cultural, económico
organizado y en funcionamiento, se lo explica a partir de la
apropiación del trabajo y en la reproducción.
En el sistema patriarcal, los hombres son los que tienen el control
sobre mujeres, niñas, niños y adolescentes en los espacios públicos
y privados. Donde también está presente el adultocentrismo,
entendido este como la relación de poder entre adultos y adultas
sobre niñas, niños y adolescentes, que se construye un universo
simbólico de valores y de formas de interacción entre éstos; a partir
de los valores y conceptos de las personas adultas
El colonialismo es un modelo hegemónico global de expropiación,
de poder instaurado que articula discriminación, explotación
y trabajo, de espacio y personas, de acuerdo a las ambiciones
económicas del capital. Éste es una imposición y se mantiene bajo
amenaza. El colonialismo contiene en sí mismo al androcentrismo y
al adultocentrismo; reproduciendo relaciones desiguales de poder y
violencia.
“Kafka enumera las normas de la masculinidad que se aprenden
desde la infancia: Trabajar duro sin esperar gratitud, fuerza,
valentía, esfuerzo, perseverancia, temperamento inclinado al
coraje y la violencia, poca alegría, poca espontaneidad, demasiada
severidad, ser vencedor. Exihibir seguridad para provocar la
inseguridad en el otro.”
Construcción de la identidad masculina y femenina
Los conceptos y género pueden dar lugar a confusión a pesar de
que aluden a aspectos bien diferenciados. Mientras que el término
sexo hace referencia a la condición de nacer mujer o de nacer
hombre, el género en cambio constituye una construcción histórica
cultural y por lo tanto es un aspecto modificable; a través del cual
se transmiten las creencias y valores de ser mujer y de ser hombre;
es decir, se ejemplifica lo femenino y lo masculino en forma de
estereotipos, mensajes y creencias que interiorizamos a lo largo del
proceso de socialización.
“Para Evelyn Stevens, El machismo ha sido definido como la
obsesión del hombre con el predominio y la virilidad. Ello se expresa
en posesividad respecto a la propia mujer… y en actos de agresión y
jactancia con relación a otros hombres.”

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El patriarcado es un sistema ideológico autoritario que construye

identidades masculinas y femeninas con el fin de que se pueda
sostener el conjunto de principios y valores como verdades absolutas.
Apropiación del cuerpo
La relación de poder, plantea un eje de dominación denominada
“dueñidad”, los hombres se convierten en dueños de “los cuerpos”,
de la “sexualidad”, “del cuidado”, determina los roles, los espacios,
los tiempos… Les aconsejamos ver el video que trata sobre la
Dueñidad de los cuerpos (ver vídeo: “La Dueñidad de los cuerpos
de las mujeres”).
Como conclusión, la violencia contra las mujeres, niñas, niños y
adolescentes es una expresión del ejercicio del poder patriarcal y
colonial.
Conceptualización de la Violencia
La violencia constituye cualquier acción u omisión, abierta o
encubierta, que cause la muerte, sufrimiento o daño físico, sexual
o psicológico a una mujer u otra persona, le genere perjuicio en su
patrimonio, en su economía, en su fuente laboral o en otro ámbito
cualquiera, por el hecho de ser mujer, niña, niño o adolescente.
Según el Artículo 19 de la Convención de los Derechos del Niño, la
violencia es: “(...) toda forma de perjuicio o abuso físico o mental,
descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el
abuso sexual (...)”. La violencia hacia niñas, niños y adolescentes es
el uso deliberado de la fuerza física o poder, en cualquier ámbito; ya
sea en grado de amenaza o efectivo, por parte de una persona o un
grupo que cause o tenga muchas probabilidades de causar perjuicio
efectivo o potencial a la salud de la niña, niño o adolescente, de su
supervivencia, desarrollo o dignidad en cualquiera de sus esferas
(física, psicológica y sexual).
De acuerdo con el Código niña, niño adolescente, constituye
violencia, la acción u omisión, por cualquier medio, que ocasione
privaciones, lesiones, daños, sufrimientos, perjuicios en la salud
física, mental, afectiva, sexual, desarrollo e incluso la muerte de la
niña, niño o adolescente (Ley 548, art. 147).

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Kauffman indica que: “El acto de violencia es muchas cosas a la vez.

Es el hombre individual ejerciendo poder en relaciones sexuales y, al
mismo tiempo, la violencia de una sociedad jerárquica, autoritaria,
sexista, clasista, racista, impersonal e insensata proyectada a
través de un hombre individual hacia una mujer individual”.
Factores que generan la violencia
Los factores individuales – temperamento, personalidad, historia de
vida y familiar- inciden en la posibilidad para ser potencialvíctima o
perpetrador. A nivel individual las características sociodemográficas;
económica, etnicidad, edad, sexo, clase, educación, cultural, son
distintas para víctimas o para perpetradores.
Sin embargo, las características de exposición a la violencia, los
trastornos mentales y el abuso de sustancias tienen diferencias muy
leves, pudiendo concluir que en ambos grupos la normalización de la
violencia y la predisposición a sufrirla, son episodios fundamentales.
Los factores relacionales, especialmente la forma o manera de
resolver o transformar un problema o conflictos, inciden o resultan
ser un factor que suman, de igual forma los factores sociales ligados
sobre todo a la organización, normas sociales y otras apoyan
al desconocimiento aceptación y normalización de la violencia
en cualquiera de sus tipos o formas. Los factores sociales son
muchas veces determinantes pues son éstos los que normalizan las
conductas violentas contra mujeres, niñas, niños y adolescentes;
estos factores están relacionados con las causas estructurales y
pueden perpetuarse si no se trabaja de manera adecuada
Las causas de la violencia
Las causas de la violencia son inmediatas (a simple vista), subyacentes
(está en lo simbólico y cotidiano) y estructurales (el patriarcado, la
feminización e infantilización de la pobreza).
Al momento de hacer un análisis de las diversas causas de la violencia
en contra de las mujeres, niñas, niños y adolescentes, es importante
reconocer que son variadas y complejas y se diferencian, incluso de
una región a otra dentro de un mismo país.
Una mejor comprensión de las causas que dan lugar a este fenómeno
debe incluir una mirada integral, partiendo de lo local, es decir, desde
las comunidades donde se encuentran las víctimas, hasta lo más
global donde usualmente están los «perpetradores»

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La ley 348 crea nuevos delitos, modifica las sanciones de otros delitos
vinculados con la violencia y reconoce sanciones administrativas o
disciplinarias para algunos tipos de violencia.
Violencia contra niñas, niños y adolescente
Se entiende por violencia contra la niña o niño y adolescente aquel
que se encuentre en situación de vulnerabilidad por el sólo hecho
de serlo, víctima de violencia física, psicológica o sexual en el hogar,
escuela u otro espacio; que se haya cometido un delito contra la
libertad individual o la libertad sexual, que se lo haga parte de ritos,
desafíos grupales o prácticas culturales, que dañen su integridad
física o identidad.
Niña o niño adolescente víctima de violencia familiar o doméstica,
donde existan antecedentes de abandono o negligencia, amenazas,
hostigamiento u odio por parte de la familia, familiares o tutores.
Víctima de trata de personas o de tráfico ilícito de migrantes.
Víctimas de violencia sexual comercial. Pornografía infantil.
La violencia viene en conjunto, hay que entenderla holísticamente (El
todo es más que las partes) Las tipologías son ejercicios empíricos
para comprender mejor, pero en los hechos de violencia, vienen
entretejida con mucha complejidad.
Ciclo de la violencia
Los hombres violentos y su estructura de comportamiento en
momentos de angustia y frustración los convierten EN MÁS
VIOLENTOS.
En el ciclo de la violencia, para las personas violentas hay una “línea
del riesgo fatal” que puede llevarnos hacia la violencia extrema.
Lenore Walker desarrolló la teoría del CICLO DE LA VIOLENCIA. Se
inicia, por lo general después del periodo de noviazgo. Se la describe
con frecuencia como un inmenso interés del perpetrador por la vida
de la mujer, acompañado normalmente de una conducta cariñosa;
en algunos casos, esa conducta se convierte en acecho y vigilancia.
Las fases del ciclo, que pueden variar en frecuencia e intensidad, son
las siguientes:
Fase de tensión. Una acumulación gradual de tensión, que se
manifiesta en actos que aumentan la fricción y los conflictos en la
pareja.

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El hombre violento expresa hostilidad, pero no en forma explosiva;

por el contrario, la mujer intenta calmar, complacer o, por lo menos,
no hacer aquello que pueda molestar a su pareja, en la creencia falsa
de que así puede controlar la agresión. Por ejemplo, evita que niñas/
niños jueguen o hagan bulla, deja de visitar parientes o amigos,
descuida su aspecto personal por temor a una reacción o a celos
infundados.
Fase de agresión. Estalla la violencia psicológica, física o sexual. Esta
es la fase en que la mujer suele denunciar los malos tratos y en la
que puede decidirse a contar lo que está pasando.
Fase de la reconciliación o “luna de miel”. El hombre violento se
arrepiente, pide perdón, hace promesas de cambio o da regalos. Este
momento supone un refuerzo positivo para que la mujer mantenga
la relación; también le permite ver el lado bueno de su pareja y
fomenta la esperanza de que ésta cambie.
Ámbitos de reproducción de la violencia
La violencia en contra de niñas, niños adolescentes y mujeres
principalmente se produce y reproduce constantemente en sus
diferentes manifestaciones de formas inimaginables, la vulneración
de derechos humanos, los derechos a la protección y a vivir una vida
libre de violencia no existen en la cotidianidad.
La violencia contra las mujeres es la expresión de las relaciones de
poder y desigualdad entre los géneros, se da en todas las clases,
grupos étnicos, culturas, en todas las diversidades socioeconómicas.
Mediante ella muchos hombres se sienten con el derecho de dominar,
y usar a su pareja o a otras mujeres de su entorno, porque ellas son
inferiores, débiles y dependientes de él. Es una de las más perversas
formas de poder que el patriarcado ha otorgado a todo el conjunto
masculino.
La violencia hacia niñas, niños y adolescentes, se realizan en aquellos
entornos que deberían ser protectores (hogar, familia) o ámbitos
de protección (colegios) y también se convierten en los espacios
donde existe mayor vulnerabilidad de derechos.
De igual manera si hablamos de violencia en contra de las mujeres es la
familia cercana: padre, padrastro, hermanos, tíos, pareja sentimental
(esposo/concubino) o expareja la que impone su voluntad contra la
misma.

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EL modelo ecológico, nos ayuda a comprender el fenómeno de la

violencia y cómo intervenir en los diferentes entornos: Individual,
Relacional (Familia, pareja), Comunidad (escuela, iglesia, trabajo) y
Social (servicios de atención y protección a víctimas y testigos, por
ejemplo)
También tenemos los ámbitos de violencia extra familiar. La calle, los
espacios públicos donde a veces lo vemos como normal el ejercicio
de la violencia.
Violencia en el sistema educativo, ahí tenemos la violencia que se
ejerce entre pares y no pares, cuando hablamos de entre pares es
entre los mismos estudiantes, se lo conoce como acoso escolar o
bulling y no pares aquello que es ejercido por profesores, regentes,
secretarias y directores.
La Violencia Institucional aquella que se da a partir de las fuentes de
trabajo, de las iglesias, en aquellos espacios que deben reconocerse
los derechos.
La violencia hacia niñas, niños y adolescentes, se realizan en aquellos
entornos que deben ser protectores hogar, familia o ámbitos de
protección, colegios; también se convierten en los espacios donde
existen mayor vulnerabilidad de derechos. De igual forma si hablamos
de violencia en contra de las mujeres, de la familia cercana padre
padrastro, hermanos, tíos, pareja sentimental, esposo o concubino o
ex pareja, la que impone su voluntad contra la misma.
Se entiende por violencia institucional las diferentes formas de
violencia practicadas por las instituciones del Estado, sus órganos y
agentes en función del mantenimiento de la ley y el orden. También
se tiene incorporado en éste, el acoso laboral, el acoso político, o la
discriminación por género.

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