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UNIVERSIDAD ESPÍRITU SANTO

FACULTAD DE DERECHO, POLÍTICA Y DESARROLLO


CARRERA DE DERECHO

AUTOR:

QUIMI QUIMI JOSÉ FELICIANO

DOCENTE:

AB. CARLOS LUIS PICO SEGARRA

ASIGNATURA:

PROCESAL PENAL I

2023
1) ESCRIBA CON SUS PROPIAS PALABRAS QUÉ ES EL DERECHO
PENAL Y EL DERECHO PROCESAL PENAL

DERECHO PENAL
Es la rama del derecho que crea y regula el castigo de las infracciones o delitos, a
través de la imposición de ciertas penas, mencionando que definen el delito como
conducta típica, antijuridica y culpable a la que se le atribuye legalmente una o
varias penas. Derecho Penal es el saber jurídico que establece los principios para
la creación, interpretación y así ejecutar la aplicación de las leyes penales, propone
a los juzgadores un sistema orientador de sus decisiones, que contiene y reduce el
poder punitivo para impulsar el progreso del Estado constitucional del derecho.

DERECHO PROCESAL PENAL


Es el conjunto de normas jurídicas que regulan cualquier proceso de carácter
penal, estas normas incluyen los principios que rigen e inspiran el sistema procesal
penal de un país, así como regulan la organización y estructura de los órganos e
instituciones que actúan en el proceso. Mencionando también que es un proceso
de selección, a través del cual se van destilando las notitia criminis hasta el punto
de llegar al juicio oral tan solo aquellos hechos punibles previamente
determinados, con autor conocido y con respecto al cual no concurra evidencia
sobre la existencia de alguna causa de extinción o incluso de exención de la
responsabilidad penal.
2) ¿CUÁLES SON LOS PRINCIPIOS PROCESALES EN EL ÁMBITO DE
LO PENAL QUE RIGEN EN LA LEGISLACIÓN ECUATORIANA?

Art. 5.- Principios procesales. - El derecho al debido proceso penal, sin perjuicio
de otros establecidos en la Constitución de la República, los instrumentos
internacionales ratificados por el Estado u otras normas jurídicas, se regirá por los
siguientes principios:

1. Legalidad: no hay infracción penal, pena, ni proceso penal sin ley anterior
al hecho. Este principio rige incluso cuando la ley penal se remita a otras
normas o disposiciones legales para integrarla.
La legalidad se considera como garantía de igualdad y seguridad jurídica,
debido a que la ley al incorporar un mandato universal e impersonal, se dirige
a la totalidad de los miembros de la sociedad, por lo que el delito y la sanción
deben ser iguales para todas las personas.

2. Favorabilidad: en caso de conflicto entre dos normas de la misma


materia, que contemplen sanciones diferentes para un mismo hecho, se
aplicará la menos rigurosa aun cuando su promulgación sea posterior a
la infracción.
La fuerza vinculante de las normas constitucionales, dan lugar a la
interpretación jurídica de favorabilidad; esto es, de la aplicación de principio
de retroactividad de la ley penal que le favorece. La vinculación de las normas
constitucionales, dan lugar a la aplicación de las normas de carácter
internacionales de protección de los derechos fundamentales, guarda
relación a que, en caso de duda, se aplica la disposición legal más favorable
para el procesado, este principio es una condición necesaria para el
adecuado desarrollo del garantismo penal.

3. Duda a favor del reo: la o el juzgador, para dictar sentencia condenatoria,


debe tener el convencimiento de la culpabilidad penal de la persona
procesada, más allá de toda duda razonable.
El in dubio pro reo establece que toda duda debe resolverse a favor del reo.
Es una regla del Derecho Penal que obliga al juez a confirmar la inocencia
del procesado en caso de duda, esto es cuando se presenta un caso más allá
de toda duda razonable sobre el examen de las pruebas, toda vez que nuestro
Código exige que para que se dicte una sentencia condenatoria, debe existir
la certeza de la existencia del delito y de la responsabilidad del acusado, lo
cual supone que se lleve a cabo el debate contradictorio de las pruebas
conforme al derecho probatorio, y si al final del caso arroja duda, ésta debe
resolverse a favor del acusado con la confirmación de su inocencia, pues el
derecho penal sustantivo no debe ser utilizado como instrumento de
persecución

4. Inocencia: toda persona mantiene su estatus jurídico de inocencia y debe


ser tratada como tal, mientras no se ejecutoríe una sentencia que
determine lo contrario.
La inocencia es un término que describe la carencia de culpabilidad de un
individuo con respecto a un crimen. Puede también ser utilizada para indicar
una carencia general de culpabilidad con respecto a cualquier clase de
crimen; también se refiere a un estado de desconocimiento, donde se da una
menor experiencia, bien en una visión relativa a los demás, bien por una
comparación a una escala normativa más común. Algunos juristas perciben
al principio de inocencia como un axioma jurídico que establece la calidad
jurídica de no culpable penalmente, por lo que resulta absurdo que sea
probada por quien goza de ella, sino por quien lesione o ponga en peligro los
bienes jurídicos.

5. Igualdad: es obligación de las y los servidores judiciales hacer efectiva la


igualdad de los intervinientes en el desarrollo de la actuación procesal y
proteger especialmente a aquellas personas que, por su condición
económica, física o mental, se encuentren en circunstancias de
vulnerabilidad.
El principio de igualdad sostiene que los interesados del proceso deben ser
tratados de forma igualitaria. Deben tener las mismas oportunidades de
actuación dentro del proceso, sin que ninguno se encuentre en situación de
inferioridad o indefensión. Es un principio inherente a la “persona humana,
pues surge de la naturaleza misma del hombre”. Por tanto, preexiste a
cualquier legislación positiva. La Corte Suprema de Justicia ha señalado que
la igualdad exige que se trate del mismo modo a quienes se encuentran en
iguales situaciones.

6. Impugnación procesal: toda persona tiene derecho a recurrir del fallo,


resolución o auto definitivo en todo proceso que se decida sobre sus
derechos, de conformidad con lo establecido en la Constitución de la
República, los instrumentos internacionales de derechos humanos y este
Código.
La impugnación procesal es el derecho que tienen las partes, y
excepcionalmente terceros, para lograr la modificación, revocación,
anulación o sustitución de un acto procesal que se considera ilegal o injusto.
En ese sentido, se debe considerar el tema con un doble enfoque: Uno
referente al sujeto a quien se le atribuye el poder; y otro, referido al objeto
sobre el cual recae el poder de impugnación. Este dualismo ha contribuido a
que se distinga en la doctrina jurídica lo que se conoce por impugnabilidad
subjetiva, por Impugnabilidad objetiva. En el proceso judicial, los jueces son
los garantes de la aplicación de la justicia, pues fijan las reglas a aplicarse
entre las partes procesales para hacer prevalecer los derechos en forma
efectiva, pues no hay norma jurídica que no contenga una delimitación de
derechos y deberes. La impugnación es el acto de objetar, rebatir, contradecir
o refutar un acto jurídico procesal de los sujetos del proceso. Es el acto de
recurrir, especialmente contra las resoluciones del juzgador.

7. Prohibición de empeorar la situación del procesado: al resolver la


impugnación de una sanción, no se podrá empeorar la situación de la
persona procesada cuando esta es la única recurrente.
Se hace hincapié en esta norma jurídica de protección de un derecho, por
cuanto los modelos procesales conforme han ido evolucionando conforme al
proceso de desarrollo experimentado por la sociedad, han estado cada vez
más al límite de la transgresión de la garantía del debido proceso y por ende
también del derecho fundamental de quien está inmerso en el proceso penal.
Toda revisión de un proceso o sentencia apelada, nunca puede resolverse en
contra de los derechos de las personas. Juan Monroy Galvez, sostiene “si una
persona recurre a la apelación de una resolución, el superior solo podrá
reformar la resolución a su favor, jamás en contra.

8. Prohibición de autoincriminación: ninguna persona podrá ser obligada a


declarar contra sí misma en asuntos que puedan ocasionar su
responsabilidad penal.
La negación a ejercitar de manera consiente y responsable de sus derechos,
significa la anulación de la facultad de libertad para ejercitar sus derechos.
Por lo que no se concibe dentro de una facultad racional y ecuánime,
autoincriminarse en un delito que no ha cometido, y la ley prohíbe este tipo
de actuación., quizá estos casos se dieron en el pasado para evitar ser
torturados. La no autoincriminación constituye un Derecho humano, que
evita que el imputado sea obligado a declarar en contra sí mismo o declararse
culpable. El inculpado, protegido por la cláusula de no autoincriminación,
conserva la facultad de no responder, sin que pueda emplearse ningún medio
coactivo ni intimidatorio ni tampoco que se pueda extraer algún elemento
positivo de prueba de su silencio La declaración del imputado no puede
considerarse como fuente de prueba en sentido incriminatorio, sino como
expresión del derecho a defenderse; en otras palabras, la declaración del
imputado no pueda utilizarse en su contra; sus propios dichos deben de ser
valorados de acuerdo a su posición adversarial, como un medio de defensa,
“cuestión distinta es que el imputado haciendo uso de su mejor derecho
decida confesar su culpabilidad”

9. Prohibición de doble juzgamiento: ninguna persona podrá ser juzgada ni


penada más de una vez por los mismos hechos. Los casos resueltos por la
jurisdicción indígena son considerados para este efecto. La aplicación de
sanciones administrativas o civiles derivadas de los mismos hechos que
sean objeto de juzgamiento y sanción penal no constituye vulneración a
este principio.
Un solo juicio penal y la probable sanción desequilibran en el plano
emocional, familiar, social y financiero al imputado, lo que se agravaría si
tiene que afrontar otros juicios. La maledicencia de los litigantes contribuye
en muchos casos a que los jueces y agentes fiscales se dejen sorprender por
situaciones fuera de todo orden legal y constitucional. La persona condenada,
absuelta o cuyo proceso haya sido sobreseído, no podrá ser sometida a otro
proceso penal por los mismos hechos. Y derivado de ello absolutamente nadie
puede ser juzgado dos veces por el mismo delito, ya sea que en el juicio se le
absuelva o se le condene.

10. Intimidad: toda persona tiene derecho a su intimidad personal y familiar.


No podrán hacerse registros, allanamientos, incautaciones en su
domicilio, residencia o lugar de trabajo, sino en virtud de orden de la o el
juzgador competente, con arreglo a las formalidades y motivos
previamente definidos, salvo los casos de excepción previstos en este
Código.
El debido proceso es una cláusula de carácter general que constitucionaliza
todas las garantías establecidas en la legislación ordinaria, en cuanto
precautelen el fin de justicia a que está destinada la tramitación de un caso
judicial penal o cuyo incumplimiento ocasione graves efectos en la
regularidad del procedimiento. Se resalta que el Derecho es utilizado para
amparar derechos no expresamente reconocidos en otros apartados de la
Constitución.

11. Oralidad: el proceso se desarrollará mediante el sistema oral y las


decisiones se tomarán en audiencia; se utilizarán los medios técnicos
disponibles para dejar constancia y registrar las actuaciones procesales;
y, los sujetos procesales recurrirán a medios escritos en los casos previstos
en este Código.
El principio de oralidad permite la sustentación de la acusación, la defensa,
reproducción de pruebas y alegatos en forma oral de las partes procesales
para el fundamento de la sentencia. Este principio está íntimamente ligado al
principio de inmediación, publicidad y contradicción. El Art. 198, núm. 6 de
la Constitución de la República, establece que “La sustanciación de los
procesos, que incluye la presentación y contradicción de las pruebas, se
llevará a cabo mediante el sistema oral, de acuerdo con los principios:
dispositivo, de concentración e inmediación
12. Concentración: la o el juzgador concentrará y realizará la mayor
cantidad de actos procesales en una sola audiencia; cada tema en
discusión se resolverá de manera exclusiva con la información producida
en la audiencia destinada para el efecto.

Este principio evita que el proceso se distraiga en cuestiones accesorias que


impliquen la suspensión de la actuación principal de las partes procesales.
Impone que el juicio oral se efectúe en forma continua sin dilación alguna. Todo
el material obtenido en la investigación se concentra en el juicio oral, a fin de
que la actividad probatoria se desarrolle en una audiencia única y en el menor
número de sesiones.

13. Contradicción: los sujetos procesales deben presentar, en forma verbal


las razones o argumentos de los que se crean asistidos; replicar los
argumentos de las otras partes procesales; presentar pruebas; y,
contradecir las que se presenten en su contra.
Este principio exige que las partes procesales puedan tener los mismos
derechos y oportunidades de ser escuchados y de que se practiquen las
pruebas necesarias con la finalidad de que ninguna de las partes se encuentre
en indefensión. Requiere de igualdad en orden a las atribuciones procesales
para presentar las pruebas de cargo y de descargo.

14. Dirección judicial del proceso: la o el juzgador, de conformidad con la


ley, ejercerá la dirección del proceso, controlará las actividades de las
partes procesales y evitará dilaciones innecesarias. En función de este
principio, la o el juzgador podrá interrumpir a las partes para solicitar
aclaraciones, encauzar el debate y realizar las demás acciones correctivas.
En función de este principio, la o el juzgador podrá interrumpir a las partes
para solicitar aclaraciones, encauzar el debate y realizar las demás
acciones” Corresponde a los jueces garantizar el debido proceso; esto es,
evitar que el proceso sufra dilaciones innecesarias en las diversas acciones
que demande.
15. Impulso procesal: corresponde a las partes procesales el impulso del
proceso, conforme con el sistema dispositivo.
Para que el proceso avance, requiere de un impulso que lo haga avanzar, este
impulso puede venir del propio órgano judicial que está regulando el proceso.
Cuando el impulso surge del órgano jurisdiccional (juez), se le llama impulso
procesal de oficio, un proceso que avanza sin necesidad de que las partes lo
soliciten. El impulso procesal a instancia de parte, requiere la promoción de
cualquiera de las partes para que el proceso avance. En ese sentido, los
sistemas procesales se clasifican en dos: En que la iniciativa del proceso está
reservada a los particulares (sistema acusatorio); y otro, en que se confiere
al órgano jurisdiccional (sistema inquisitivo).

16. Publicidad: todo proceso penal es público salvo los casos de excepción
previstos en este Código.
Este principio se manifiesta en que todo proceso, pues debe “ser público salvo
en los casos que la ley establezca lo contrario”. La publicidad durante el
proceso puede ser interna, en el caso de que el conocimiento de los actos
procesales sólo sea permitido a las partes intervinientes; o puede ser externa,
cuando el conocimiento es de todas las personas.

17. Inmediación: la o el juzgador celebrará las audiencias en conjunto con los


sujetos procesales y deberá estar presente con las partes para la
evacuación de los medios de prueba y demás actos procesales que
estructuran de manera fundamental el proceso penal.
Este principio rige únicamente en el juicio oral, donde la comparecencia del
ofendido, procesado, testigos y demás partes intervinientes es necesaria para
que los jueces emitan la sentencia de acuerdo al análisis de las pruebas y
alegatos correspondientes. Es un principio que exige la relación directa del
juez con las partes y los elementos de prueba que él debe valorar para formar
su convicción. Cuando existe un intermediario, como ocurre en el proceso
escrito, la convicción del juez se forma bajo influjos de la comunicación
preparada por un tercero, lo que puede traducirse en aumento del margen de
error en el entendimiento.
18. Motivación: la o el juzgador fundamentará sus decisiones, en particular,
se pronunciará sobre los argumentos y razones relevantes expuestos por
los sujetos procesales durante el proceso.
La motivación debe entenderse como la exposición de argumentos jurídicos y
dogmáticos que el juzgador realiza como solución a la controversia, la misma
debe ser una solución racional, capaz de responder a las exigencias de la
lógica y el entendimiento humano, por cuanto la misión de los jueces es
garantizar la aplicación de la justicia de manera imparcial y expedita,
conforme lo establece la Constitución.

19. Imparcialidad: la o el juzgador, en todos los procesos a su cargo, se


orientará por el imperativo de administrar justicia de conformidad con
la Constitución de la República, los instrumentos internacionales de
derechos humanos y este Código, respetando la igualdad ante la Ley.
En el proceso judicial, la imparcialidad debe ser una de las principales
condiciones de garantía del debido proceso. La actuación de los jueces se
limita a garantizar que el proceso siga su curso con normalidad y que las
partes procesales ejerciten plenamente su derecho a la defensa.

20. Privacidad y confidencialidad: las víctimas de delitos contra la integridad


sexual, así como toda niña, niño o adolescente que participe en un proceso
penal, tienen derecho a que se respete su intimidad y la de su familia. Se
prohíbe divulgar fotografías o cualquier otro dato que posibilite su
identificación en actuaciones judiciales, policiales o administrativas y
referirse a documentación, nombres, sobrenombres, filiación, parentesco,
residencia o antecedentes penales
Todas las personas tienen derecho de que el Estado, a través de los
operadores de justicia, tutelen nuestros derechos; entre ellos, el derecho a la
intimidad. El velo del secreto, tutela el mutuo respeto.

21. Objetividad: en el ejercicio de su función, la o el fiscal adecuará sus actos


a un criterio objetivo, a la correcta aplicación de la ley y al respeto a los
derechos de las personas. Investigará no solo los hechos y circunstancias
que funden o agraven la responsabilidad de la persona procesada, sino
también los que la eximan, atenúen o extingan.
Ministerio Público está obligado a actuar con objetividad, indagando los
hechos constitutivos de delito, los que determinen y acrediten la
responsabilidad o inocencia del imputado. Por lo que debe ser objetivo en su
actuación persecutoria y ajustarse a los elementos de prueba en sus
conclusiones.

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