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INDICACIONES Y COMPLICACIONES
DE LA TRAQUEOTOMÍA E
INTUBACIÓN. TRAQUEOTOMÍA
PERCUTÁNEA.
Traqueotomía
Introducción
La traqueotomía es el procedimiento quirúrgico que consiste en realizar una apertura en
la pared anterior de la tráquea para establecer una vía aérea segura. Se llama
traqueostoma al orificio creado en la tráquea que se continúa con la piel del cuello.
Hoy en día, la indicación más frecuente es la necesidad de mantener una intubación
prolongada o cuando ésta sea previsible (en determinadas cirugías mayores de cabeza y
cuello, cirugía torácica y cardiovascular). De esta manera disminuyen las
complicaciones asociadas a la intubación (daño laríngeo, estenosis glótica y subglótica,
infecciones, laringo y traqueomalacia,…), mejora la ventilación del paciente, se facilita
la movilización de las secreciones, la alimentación oral, y permite que el paciente hable
cuando sea posible.
La segunda causa principal para realizar una traqueotomía es la obstrucción de la vía
aérea superior con imposibilidad de intubación por infecciones, hemorragias, cuerpos
extraños, parálisis de cuerdas vocales, tumores, inhalación de humos o ingesta de
cáusticos.
En los traumatismos severos y en las cirugías mayores de la región craneofacial y
cervical, aunque no presenten disnea inicialmente, a menudo se realiza la traqueotomía
de manera profiláctica dado que se puede sospechar un compromiso de la vía aérea
superior en las horas siguientes y la intubación puede ser difícil o incluso perjudicial en
estos casos.
Traqueotomía quirúrgica
La traqueotomía realizada de forma programada, es una técnica muy reglada, con
pequeñas variaciones según las preferencias del equipo quirúrgico.
- Colocar al paciente con el cuello en hiperextensión.
- Incisión, preferiblemente horizontal levemente cóncava hacia arriba. Como
alternativa, se puede realizar una incisión vertical en línea media, que es muy
útil en los casos de urgencia dado que se minimiza el sangrado desde el
comienzo de la cirugía.
- Disección subcutáneo y músculos prelaríngeos.
- Disección, sección y ligadura de istmo tiroideo vs rechazo superior o inferior del
mismo.
- Apertura traqueal. Fijación de tráquea a la piel (opcional).
- Cánula y fijación de la misma según costumbre.
Cricotiroidotomía (coniotomia)
La cricotiroidotomía es un procedimiento de emergencia cuando no es posible realizar
una traqueotomía. Sus principales indicaciones son hemorragias masivas, traumatismos
o cuerpos extraños en vía aérea superior que no permiten la intubación, especialmente
en medio extrahospitalario.
Tiene un elevado riesgo de complicaciones, en especial la estenosis subglótica, por lo
que una vez el paciente haya sido estabilizado, se debe reconvertir en una traqueotomía
reglada.
TÉCNICA QUIRÚRGICA
- Palpación de membrana cricotiroidea.
- Incisión horizontal en la piel y una incisión horizontal en la membrana.
- Cánula o tubo de intubación endotraqueal de pequeño tamaño.
CONTRAINDICACIONES
La cricotiroidotomía está contraindicada en pacientes con riesgo aumentado de estenosis
subglótica, enfermedad laríngea previa, tumores, procesos inflamatorios próximos,
epiglotitis, alteraciones anatómicas importantes, y diátesis hemorrágica. Es un
procedimiento que debe evitarse en niños.
Otras técnicas
En ocasiones de extrema urgencia, cuando no sea posible la realización de ninguno de
los procedimientos anteriores, se puede emplear alguno de los siguientes, que permiten
mantener la ventilación durante periodos muy cortos.
PUNCIÓN CRICOTIROIDEA
Se realiza una punción en la membrana cricotiroidea con un abocath de gran calibre
conectado a una jeringa aspirando hasta que salga aire, en este momento, se retira la
aguja y se introduce la cánula de plástico, que se fija y se conecta a un aporte de
oxigeno a alta presión.
Este procedimiento permite la introducción de oxígeno pero no la eliminación de
dióxido de carbono, lo que conduce rápidamente a una acidosis respiratoria si no se
consigue pronto una vía aérea mejor.
MINI TRAQUEOTOMÍA
Se emplea para eliminar las secreciones traqueobronquiales en pacientes ingresados. En
la década de los 90 se publicaron numerosos estudios que demuestran el beneficio de
este procedimiento, con buenos resultados clínicos y poca morbilidad asociada, pero
actualmente está casi en desuso.
Traqueotomía en niños
La traqueotomía en los pacientes pediátricos se realiza de manera muy similar que en
los adultos, pero con una serie de peculiaridades que hay que tener en cuenta.
- Tradicionalmente se recomienda una incisión cutánea vertical, en línea media
anterior, desde el relieve cricoideo hasta el yugulum esternal.
- Es preferible, siempre que sea posible, disecar y rechazar superiormente el itsmo
tiroideo. Si no fuera posible, se procederá a la sección y ligadura en línea media.
- La apertura traqueal más recomendable es una incisión vertical en línea media
anterior, afectando a los cartílagos segundo y tercero, pasando previamente una
sutura a ambos lados para traccionar. Evitar resecar cartílago, que se ha
relacionado con una mayor incidencia de estenosis. Algunos autores
recomiendan realizar una apertura traqueal igual que en adultos.
- La cánula se introduce manteniendo una leve tensión de las suturas laterales.
Estas suturas las mantendremos hasta que el trayecto sea estable, para facilitar
los cambios de cánula.
- Es recomendable realizar una fibroscopia a través de la cánula para asegurarnos
de que la longitud y la posición de la cánula son adecuadas.
Complicaciones de la traqueotomía
Las complicaciones secundarias a la realización de la traqueotomía tienen una
incidencia del 5-40%. La mayoría de las complicaciones son leves y se pueden evitar
con una adecuada manipulación de la cánula y con unos cuidados básicos.
Los pacientes en edad pediátrica, los traumatismos craneales, pacientes obesos,
quemados, o con mal estado general, constituyen un grupo de riesgo para el desarrollo
de complicaciones. Además en circunstancias de urgencia, las complicaciones son 2-5
veces más frecuentes.
La complicación más frecuente es la hemorragia, seguida de la obstrucción de la cánula,
y la salida de la misma. La incidencia de neumotórax, estenosis traqueal y fistula
traqueoesofágica es menor del 1%, que son además las causas más frecuentes de muerte
secundaria a la traqueotomía.
HEMORRAGIA
Es la complicación más frecuente tanto en el postoperatorio inmediato, como a medio y
largo plazo.
Inmediatamente tras la cirugía, suele deberse a fallos en la técnica, los sitios habituales
de sangrado suelen ser las yugulares anteriores o el tiroides. Es mucho más frecuente en
las traqueotomías percutáneas y en las urgentes.
En el postoperatorio tardío el sangrado suele provenir de erosiones en la mucosa
traqueal por decúbito de la cánula o por mal uso del aspirador.
Una lesión poco frecuente, pero que suele tener un resultado fatal es la lesión de la
arteria innominada, con una mortalidad superior al 85%. Se produce en pacientes con
mal estado general, con intubaciones muy prolongadas, que requieran una presión
elevada del balón, o por infecciones locales, que debilitan el cartílago traqueal y
permiten una lesión directa por la punta de la cánula. Esta complicación es también algo
superior en los niños, debido a que la arteria se localiza más alta a nivel cervical.
INFECCIONES
Las infecciones locales limitadas son muy frecuentes y se deben evitar con un buen
cuidado del traqueostoma. El tratamiento requiere curas locales con antisépticos y
pomadas antibióticas. Es muy raro que precise antibioterapia sistémica.
Se han descrito infecciones profundas cervicales y mediastínicas (abscesos cervicales,
mediastinitis, osteomielitis clavicular,…) que son muy poco frecuentes, pero pueden ser
fatales.
OTRAS COMPLICACIONES
La fístula traqueoesofágica es rara, generalmente secundaria a lesión en la pared
posterior traqueal durante la cirugía, o por excesiva presión del balón en pacientes
portadores de sonda nasogástrica.
Las estenosis subglótica o traqueal son más frecuentes en pacientes con intubación
prolongada previa, una traqueotomía excesivamente alta o una cricotiroidotomía, y a
traumatismos en vía aérea. Pueden ser membranosas, que tienen habitualmente un buen
resultado con resecciones quirúrgicas endoscópicas con láser; o cartilaginosas que
precisan reconstrucciones quirúrgicas complejas.
Fístula traqueocutánea (traqueotomía persistente) es una complicación relacionada con
traqueotomías prolongadas. El tratamiento requiere una resección quirúrgica de la piel
periestomal y la sutura en varios planos.
Cuidados de la traqueotomía
La elección del tipo de cánula depende del estado del paciente y de las necesidades
ventilatorias y la existencia de alteraciones de la deglución.
No existen protocolos estándar de cambios de cánula, encontrando gran variedad de
recomendaciones en la literatura.
Aspirado de secreciones según la demanda del paciente.
Cuidado de la piel periestomal.
Es recomendable un mayor aporte hídrico, humidificador en la habitación y
aerosolterapia cuando sea necesario.
TRAQUEOTOMÍA INTUBACIÓN
Introducción
La intubación traqueal es una técnica que se emplea a menudo en medicina de urgencia.
Consiste en introducir en la tráquea a través del orificio glótico un tubo cuyo extremo
superior se exterioriza por la boca (intubación orotraqueal) o por una narina (intubación
nasotraqueal). El procedimiento asegura la libertad y hermeticidad de las vías aéreas y
permite la ventilación mecánica. Es una técnica que se realiza según un protocolo bien
definido. Se realiza con facilidad en la mayoría de los casos, pero siempre debe buscarse
la posibilidad de una intubación difícil utilizando varios criterios predictivos. En caso de
intubación imposible con la técnica de referencia mediante laringoscopia, existen
técnicas alternativas. El material necesario para cualquier intubación consta de una
fuente de oxígeno y de los elementos para administrarlo (insuflador, mascarilla facial),
un laringoscopio, tubos de intubación de distintos diámetros, una jeringa de 10 o 20 ml
para inflar el balón del tubo (se recomienda usar un manómetro para verificar la presión
en el interior del balón), un estetoscopio para verificar la colocación adecuada del tubo
y un capnógrafo para confirmar la posición del tubo. Uno de los factores determinantes
de la intubación traqueal es el tipo de sedación utilizada. Una intubación es difícil si
requiere más de dos laringoscopias y/o la aplicación de una técnica alternativa tras la
optimización de la posición con o sin manipulaciones laríngeas. La intubación difícil
previsible puede realizarse con diversos materiales, distintos fármacos y diferentes
técnicas. El contexto en el que se lleva a cabo la intubación también es importante en
cuanto a la técnica que se va a utilizar. La elección de los dispositivos debe tener en
cuenta los algoritmos del equipo de anestesia y debe permitir hacer frente a todas las
situaciones. La elaboración de una estrategia de manejo permite anticipar una situación
crítica y se centra en el mantenimiento de la oxigenación del paciente.
Indicaciones y contraindicaciones
Indicaciones de la intubación traqueal
Mantenimiento de la libertad y de la permeabilidad de las vías
aéreas
Las vías aéreas superiores son la entrada hacia los bronquios del flujo de aire destinado
o proveniente de los pulmones. La intubación evita cualquier obstáculo de la
oxigenación.
Protección de las vías aéreas inferiores y del parénquima
pulmonar
Durante una pérdida de consciencia o tras una inducción anestésica, el paso del
contenido gástrico o de otros líquidos (sangre y secreciones) a la tráquea puede causar el
síndrome de Mendelson (neumopatía por inhalación). El balón del tubo de intubación
permite aislar el árbol bronquial de las vías aéreas superiores y el paso de posibles
secreciones gástricas o de otros líquidos (sangre, agua, etc.).
Ventilación en pacientes con dificultad respiratoria aguda de
etiología mecánica
• La principal función de la ventilación mecánica es suplir la insuficiencia de los
músculos respiratorios y corregir la hipercapnia, la acidosis y la hipoxia. La
ventilación con presión positiva permite reclutar los últimos alvéolos
pulmonares. También permite disminuir de forma notable el consumo de
oxígeno al permitir el reposo de la musculatura respiratoria. La insuficiencia
respiratoria puede ser de tipo mecánico, por mal funcionamiento del «fuelle»
compuesto por la caja torácica, del diafragma y los músculos respiratorios. Las
causas pueden ser:
• trastorno del impulso neurológico, como en los comas o en la anestesia general
(p. ej., en caso de Glasgow menor de 7);
• traumatismo del tórax o del diafragma;
• parálisis muscular durante la curarización o en traumatismos raquídeos
causantes de tetraplejía, o incluso en las miopatías. Aquí, la intubación traqueal
permite una asistencia respiratoria con un insuflador manual o un respirador.
Suplencia de una función pulmonar insuficiente
A veces, como en un ahogamiento, o un edema agudo de pulmón, no existe una
deficiencia de la función de «fuelle», sino del potencial intrínseco del pulmón para
realizar los intercambios gaseosos precisos para la oxigenación. Los signos clínicos que
deben buscarse como reflejo de una insuficiencia respiratoria son: disnea, polipnea
mayor de 40/min, balanceo toracoabdominal, tiraje, presión arterial de oxígeno (PaO 2)
menor de 60 mmHg con hemoglobina normal, aleteo nasal, diaforesis, cianosis,
saturación arterial de oxígeno (SaO2) menor del 80%, signos de agotamiento
respiratorio (contractura activa de los abdominales durante la espiración, respiración
paradójica [agotamiento diafragmático], bradipnea, tiraje de los músculos respiratorios
accesorios, obstrucción bronquial por secreciones con expectoración ineficaz).
Aspiraciones traqueobronquiales
Se producen en pacientes que no pueden llevar a cabo el drenaje correcto de su árbol
traqueobronquial (secreciones abundantes, tos ineficaz) con el riesgo consiguiente de
atelectasia.
Anestesia general
La intubación traqueal se realiza casi siempre en el contexto de una anestesia general
programada para una intervención quirúrgica. Esto distinguirse de los casos de urgencia.
La anestesia general conlleva un riesgo de inhalación de líquidos y de insuficiencia de la
mecánica ventilatoria central y muscular.
Contraindicaciones
En caso de necesidad vital, no existe ninguna contraindicación. Sin embargo, en algunas
circunstancias, existen distintas alternativas que pueden sustituir a la intubación, sobre
todo las mascarillas faciales y laríngeas.
Cuando se prevé una intubación a largo plazo, se recomienda una traqueotomía para
evitar las complicaciones relacionadas a la presencia demasiado prolongada de un tubo
de intubación. La evidencia actual no permite ofrecer un plazo de referencia para
sustituir la intubación por la traqueotomía. Estos datos también son contradictorios en
cuanto a la disminución de la mortalidad, del riesgo de neumopatía adquirida bajo
ventilación mecánica y de la duración de la ventilación artificial.
Material
Tubos
Los tubos de intubación suelen ser de PVC. Los tubos estándar pueden utilizarse por vía
oro o nasotraqueal.
El plástico es termosensible, para favorecer la tolerancia; por el contrario, en caso de
intubación difícil (ID), o en caso de introducción reiterada, se vuelven rápidamente
blandos y difíciles de orientar. En los casos difíciles, puede utilizarse un fiador.
Los tubos modernos tienen un balón de gran volumen y baja presión que permite la
hermeticidad inflándolo con bajas presiones (25-30 cmH2O), lo que reduce el riesgo de
necrosis de los tejidos traqueales.
En pediatría, suelen utilizarse tubos sin balón, aunque también existen tubos con balón
adecuados para bebés y niños. También puede usarse un tubo con balón, pero sin
inflarlo.
El diámetro interno del tubo es el factor limitante del flujo aéreo. El diámetro externo
depende tanto del diámetro interno como del grosor del tubo, que varía en función de
los fabricantes.
Existen distintos tamaños de tubos de intubación endotraqueales estériles y desechables.
Otros tubos
• Tubos con NIM. Este tipo de tubos de intubación se utiliza para la cirugía
cervical, tanto tiroidea como los vaciamientos ganglionares cervicales. Los
sensores situados en el tubo a nivel de las cuerdas vocales permiten al cirujano
durante la intervención estimular los nervios laríngeos recurrentes o el nervio
vago para comprobar la ausencia de lesiones de estos últimos. Debe señalarse
que, hasta el momento, no se ha demostrado ninguna diferencia estadísticamente
significativa respecto a la disminución de la morbilidad recurrencial
postoperatoria.
• Tubos preformados orales o nasales, cuyo radio de curvatura está invertido para
alejar el tubo y su conexión del campo quirúrgico. Ofrecen resistencias más
elevadas que los tubos estándar.
• Tubos reforzados con una espiral metálica que reduce el riesgo de colapso o de
acodamiento.
• Tubos endobronquiales de doble luz, con un tubo traqueal y un tubo para un
bronquio principal. Permiten la ventilación separada de los pulmones o la
ventilación monopulmonar. Existen en versiones izquierda y derecha.
Palas de laringoscopio
El laringoscopio estándar rígido se compone de una pala desmontable y de un mango
que contiene la fuente de luz. La pala tiene un reborde para rechazar la lengua hacia un
lado y acceder a la laringe. Existen distintos tipos de palas. La pala curva de tipo
Macintosh es la más usada. Se dispone de distintos tamaños según la edad del paciente,
desde el 1 en lactantes al 4 en adultos.
Para las intubaciones más complejas, con abertura bucal limitada, se puede utilizar la
pala recta de Miller, disponible en varios tamaños, del 0 para lactantes al 3 para adultos.
Laringoscopio de fibra óptica
A diferencia de la laringoscopia convencional, los ejes oral, faríngeo y laríngeo no
siempre están alineados para visualizar el espacio glótico. La incorporación de fibras
ópticas protegidas en una vaina rígida para conducir la imagen al ojo del anestesista
permite obtener una visión glótica optimizada y diferenciarlos de los fibroendoscopios
flexibles de punta orientable más frágil y de manejo complicado. Al igual que estos
últimos, los glotoscopios ofrecen imágenes de la glotis que pueden visualizar en tiempo
real.
Parece que los laringoscopios de fibra óptica o «glotoscopios» presentan una serie
considerable de ventajas respecto al Macintosh clásico: intubación más fácil,
aprendizaje más rápido, disminución de la duración de la intubación, del tiempo
necesario para asegurar las vías aéreas, de la incidencia de ID, de las tensiones
mecánicas ejercidas sobre la columna cervical y de la región bucodental, así como del
riesgo de inhalación pulmonar.
Por el momento, existen dos tipos de glotoscopios:
• tipo Macintosh evolucionados, con una pala más fina y angulada, con sistemas
de vídeo situados en el extremo distal del laringoscopio que permiten la visión
del procedimiento y/o el registro de las imágenes;
• Airtraq, permite una intubación traqueal bajo control visual. Consta de un canal
lateral abierto por el que se desliza el tubo de intubación. Un pequeño reborde
lateral, situado en el extremo distal del canal, permite corregir el eje de salida del
tubo de intubación para orientarlo hacia el eje de visualización del Airtraq. Un
sistema óptico de lentes permite visualizar las estructuras faringolaríngeas
directa o indirectamente en una pantalla mediante una cámara de vídeo. El límite
principal de este sistema corresponde a los casos de intubación en los que unas
secreciones demasiado abundantes ensucian la cámara de vídeo impidiendo la
intubación.
Técnica y vigilancia
Preparación del paciente
Hay que anticipar cualquier problema para prever el material adecuado. Se precisa:
• consulta de anestesia con verificación de la ausencia de criterios de ID (se
detallan con posterioridad);
• exploración del estado dental del paciente. Un paciente que tenga una prótesis
amovible debe quitársela antes de la intubación. La existencia de dientes
fácilmente luxables e inestables debe ser objeto de una consulta dental;
• preparación del paciente, que consiste en proporcionarle una información clara,
sincera y apropiada respecto a los distintos procedimientos que se realizarán
durante la anestesia;
• preoxigenación durante tres minutos con oxígeno puro casi sistemática. La
oxigenación previa a la anestesia general permite reducir el riesgo de hipoxemia
durante la inducción y asegurar las vías aéreas al aumentar las reservas de
oxígeno del organismo.
Monitorización
• Monitorización cardíaca osciloscópica.
• Capnografía.
• Gases (óxido nitroso [NO2], agentes halogenados).
• Saturación de oxígeno.
• Presión arterial.
• Temperatura.
Técnica
Intubación orotraqueal con laringoscopia directa
Si no hay contraindicaciones, la cabeza del paciente se coloca en hiperexetensión. El
anestesista se sitúa a la cabecera del paciente para favorecer la visión de la glotis con el
laringoscopio.
Tras la abertura de la boca, el laringoscopio se introduce con una mano, mientras que
con la otra se separan los labios. Se debe utilizar un protector dental de forma casi
sistemática. Permite, por una parte, proteger la dentición del paciente de los posibles
traumatismos causados por los laringoscopios durante la maniobra de palanca (que debe
evitarse) y, por otra, proteger al médico o enfermera. Con una pala de tipo Macintosh, la
pala curva (menos traumática y menos reflexógena) se introduce por la derecha,
rechazando la lengua a la izquierda. Tras identificar la epiglotis, el extremo de la pala se
desliza por el pliegue glosoepiglótico, tras lo que se levanta el laringoscopio, sin
apalancar (para no presionar en los incisivos superiores), a fin de abrir el espacio
glótico. Entonces, se puede introducir el tubo de intubación durante la inspiración, si es
preciso con ayuda de un fiador que se quita tras pasar el plano glótico.
El extremo distal del tubo debe situarse idealmente equidistante entre la carina y las
cuerdas vocales. Una vez colocado el tubo, se infla el balón para garantizar la
hermeticidad entre las vías aéreas superiores e inferiores. Después, se debe fijar el tubo
con esparadrapo para evitar movimientos del mismo durante la intervención. Se puede
colocar un taponamiento posterior en la cirugía ORL y una cánula de Guedel si es
preciso para evitar las mordeduras.
Después, el anestesista debe verificar la presencia del murmullo vesicular, que ha de ser
simétrico para descartar una intubación monobronquial si el tubo sobrepasa la carina,
así como la ausencia de cualquier signo de mala oxigenación, tanto clínico como de
monitorización (capnografía, saturación, volumen corriente).
También hay que verificar los signos de cianosis, diaforesis, oxigenación periférica y
los parámetros de monitorización (volumen corriente en la espirometría, saturación en el
oxímetro, capnografía).
Intubación nasotraqueal
Se utiliza sobre todo en cirugía ORL, maxilofacial o estomatológica, o durante una
intubación prolongada o difícil. El tubo se lubrica previamente y el bisel se orienta hacia
el tabique. Una desviación septal importante puede impedir esta intubación. La glotis se
intuba realiza bajo visión directa con una pinza de Magill. Esta técnica no está
desprovista de riesgos (traumatismos turbinales).
Vigilancia
La intubación oro o nasotraqueal modifica la fisiología ventilatoria.
El paciente intubado requiere vigilancia constante por los reanimadores/anestesistas, en
una UCI.
La colocación de un tubo de intubación deseca el moco y retiene las secreciones
bronquiales por ausencia de humidificación, de calentamiento y por interrupción de la
actividad ciliar.
La resistencia del tejido a la infección se modifica, a lo que se añade la existencia de un
material extraño, que eleva más el riesgo infeccioso.
La mecánica respiratoria se modifica: la abolición del reflejo tusígeno incrementa la
ectasia de secreciones bronquiales; la pérdida de la presión positiva espiratoria
fisiológica que evita el colapso alveolar agrava la hipoxemia preexistente.
Es indispensable la vigilancia constante en los pacientes:
• cinesiterapia (postura, percusiones, aspiraciones);
• humidificación y calentamiento de los gases o aire respirados;
• posición ligeramente proclive para disminuir el riesgo de reflujo
gastroesofágico.
• aspiraciones estériles, breves y atraumáticas;
• desinfección de las cavidades orales y nasales;
• control de la posición correcta del tubo, que debe fijarse;
Intubación difícil
Una intubación es difícil si requiere más de dos laringoscopias y/o el uso una técnica
alternativa tras optimizar la posición de la cabeza, con o sin manipulación laríngea
externa.
Es predecible en caso de:
• abertura de la boca es menor de 35 mm.
• antecedente de ID;
• distancia tiromentoniana es inferior a 60 mm;
• índice de Mallampati superior a 2;
Se sospecha si los incisivos superiores son prominentes y si la movilidad mandibular y
cervical está reducida. La intubación orotraqueal es imposible en caso de: abertura de la
boca menor de 20 mm, columna bloqueada en flexión, dismorfia facial grave en niños y
antecedentes de fracaso de la intubación orotraqueal.
El riesgo de ID aumenta en caso de: síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS)
con perímetro del cuello mayor de 45 cm, índice de masa corporal (IMC) superior a 35
mg/kg2, patología cervicofacial y preeclampsia.
En la urgencia, estos criterios son difíciles de evaluar, por lo que el anestesista debe
estar alerta ante un traumatismo cervicofacial, una patología ORL o la presencia de
quemaduras faciales.
La ventilación con mascarilla es difícil cuando la SpO 2 no se puede mantener por
encima del 90% ventilando al paciente con oxígeno puro. Los criterios predictivos son
una edad superior a 55 años, una edentación, un IMC superior a 26 kg/m 2, barba,
ronquidos, fibrosis posterapéutica del suelo de la boca y del cuello, así como
macroglosia.
Se debe distinguir de la laringoscopia difícil (imposibilidad de visualizar el plano
glótico), cuantificada por la escala de Cormack y Lehane (estadios 3 y 4).
La incidencia de ID se estima en un 0,5-2% en cirugía general. Es más elevada en
cirugía oncológica otorrinolaringológica (10-20%) y en medicina de urgencia pre o
intrahospitalaria (10-20%).
Etiología
Pueden clasificarse en cuatro categorías:
• acceso difícil a las cuerdas vocales debido a una mala exposición: malposiciones
dentarias, macroglosias, traumatismos por arma de fuego;
• obstáculo traqueal a la progresión del tubo: edema, tumor endolaríngeo o
subglótico, rotura laringotraqueal o estenosis traqueal;
• dificultades de paso del tubo de intubación entre las cuerdas vocales (tumores,
luz estrecha, epiglotitis, parálisis recurrencial);
• imposibilidad de visualización de las cuerdas vocales:
◦ anomalía cervical: rigidez cervical, paciente obeso con cuello corto,
◦ limitación de la abertura bucal,
◦ anomalía endobucal o laríngea, tanto anatómica (paladar ojival,
macroglosia), tumoral (neoplasia de las vías aerodigestivas superiores,
como infecciosa, etcétera.
Pruebas complementarias
Las pruebas de imagen no son necesarias para el diagnóstico sistemático de ID. Pueden
serlo, según el contexto clínico, para precisar las anomalías anatómicas. Pueden obligar
a modificar la realización de la anestesia. Se realizan dos proyecciones radiológicas: con
la boca cerrada mirando en horizontal y con la boca abierta en posición de intubación.
Su resultado debe comunicarse al anestesista.
Complicaciones
Complicaciones generales
La inhalación del contenido gástrico (síndrome de Mendelson) puede producirse antes o
durante la colocación del tubo. Hay que respetar un ayuno de 6 horas para evitar esta
complicación, salvo en caso de urgencia extrema.
La intubación traqueal altera la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que se tolera
mal a veces en pacientes frágiles o ancianos.
Puede aparecer dolor faríngeo y laríngeo en el 15-30% de los casos. Suele desaparecer
en 3-4 días.
Cánula de Guedel
Lactante 00 5 Azul
Niño 1 7 Blanco
Adulto 3 9 Naranja
Adulto 4 10 Rojo
Adulto 5 11 Violeta
corpulento
Composición de un carro de intubación difícil en anestesia o
reanimación.
Pinza de Magill
Fibroendoscopio