Está en la página 1de 2

Mi tiempo perdido

De Santiago Vaquera
Este no soy yo, pero es curioso que siempre que hablo todos me miran, y ese es mi don, la razón
por la que cuento esta historia. Siempre me gusto contar el presente como si fuera el pasado, me
escuchan atentamente y me hacen sentir como un abuelo que redacta su vida, aun así soy joven
todavía, puedo vivir cualquier cosa, hacer lo que quiera, pero a veces la vida no es como uno
quiere, juega con nosotros mostrándonos lo mas cruel. Yo vivo en una ciudad pequeña, en la que
los habitantes ya no tienen miedo de lo que fue, creen que nos liberamos, que somos invencibles a
eso. Uno me pregunto que era eso de lo que estaba hablando. Eso es algo que inicio hace tiempo,
fue algo repentino que nos persigue hasta en estos días. Mi historia comienza en un tiempo no tan
antiguo, un nuevo comienzo le decíamos, cada quien festejaba con su familia, y yo esperaba por
volver a mis rutinas diarias. Mil explosiones sonaban, fuego en el cielo, la gente gritaba y brindaba,
la comida no faltaba y todos se acostaban tarde. En esos tiempos se podía salir, celebrar, trabajar,
estudiar, hasta respirar se podía. Bellos momentos que marcaron un antes de un después.

Todo se volvía mas caro, nada se conseguía fácil, la escasez empezó a abundar; la gente
empezaba a tener miedo, se decía por las calles que las personas se desmayaban, unos quedaban
internados, algunas morían, otros volvían a levantarse, todo sin razón alguna, y es aquí donde esto
comenzó. Algo que nadie sabia que era ni porque pasaba, algunos decían que la carne estaba
echada a perder, sino que el agua estaba contamina, y otros que el aire hacia mal; nos obligaban a
quedarnos en casa, tomábamos jugos exprimidos y comíamos puras verduras, eso hasta que se
supiera que pasaba. Sin comer, sin tomar, ni salir, solo se enojaban mis padres, se preocupaban
porque no trabajaban, y así solo teníamos para unas semanas, pronto nos quedaríamos sin
alimentos. El olor era fatal, sin agua nos daba sed y bañarse no era un opción. Cada vez mas
personas morían, los hospitales se llenaban de internados. A un mes de la calamidad apenas
comía o bebía, casi no aguantaba. Mi única salvación eran mis sueños, un escape temporal al
dolor, cuando dormía era hermoso, me encontraba en los lugares mas bellos y recibía el sol
directo, la personas reían y miraba el horizonte del mar tranquilo, cada vez empezaba a ver mas
borroso el mar, sentía como sí el mundo se sacudiera, y como sí me levantaran manos cálidas, al
mínimo notar me encontraba con otra ropa, en una habitación diferente, mi mamá me sujetaba
fuerte la mano, y el suero me relajaba. Las lagrimas de mi mamá me decían todo, no logre
aguantar, pase tanto tiempo sin despertar que muerto me veían, aun así tuve que quedarme un
tiempo internado, era alimentado con sopa, un té en la merienda, por lo menos una gelatina me
daban, mi mamá también comía, le daban un plato para ella que me acompañaba, mi padre venia
a verme también, y me contaba que ya trabajaba, la genta vivía, y que el agua era normal, el golpe
duro que nos estaba matando se alivio un poco con el descubrimiento de que el agua no era la
causante. Me dijo mi Papá que aun así no podíamos comer carne y que aun no debíamos salir,
que nos cuidemos, el trabajo era una excepción.

Cuanto tiempo estuve dormido me pregunto uno, le dije que estuve 3 semana sin despertar por lo
que me dijeron ahí. Cuando me dijeron eso me quede sorprendido por el tiempo que pase así.
Luego de una semana cuando por fin volvía a casa aun me sentía débil, como sí mi cuerpo quería
volver a la camilla, aunque por fin podíamos beber agua, las muertes continuaban, cada día eran
menos personas y la carne no se consumía, pero algo era seguro y es que la gente estaba
curándose del miedo, las calles poco a poco eran recorridas, los locales abrían y las risas volvían
¿Estaba bien esto? De la noche a la mañana todo parecía resuelto, y esto era porque la carne se
detecto en buen estado, con esto las carnicerías triunfaron, ganaron plata a montón, y se celebraba
en la gran plaza con toda la gente en un festival ¿Qué paso en un día? Las personas volvieron a lo
suyo, como sí fueran libres, inmortales; mis amigos se rieron de mi porque me quedaba en casa
aun, yo no confió en esta falsa salvación les dije.
El joven del frente me dijo que es un alivio que todo volviera a lo que era antes, yo con toda mi
razón respondí que solo es una salvación falsa, que no nos salvamos así nomas. En los siguientes
días se reportaron mas de mil muertes, un golpe duro para la ciudad, todo por culpa del festival de
la supuesta liberación, nada se resolvió, no era ni el agua, ni la carne, todos volvimos a
encerrarnos sin poder salir ¿Cómo pudo suceder esto? Mis amigos, familiares, primos y tías,
murieron junto con muchos. Volvió el maldito miedo y yo solo quería llorar, la luna era llena y mi
padres rezaban; un fuerte dolor en mi cabeza apareció, como mil palpitaciones se sentía, me fui a
la cama, solo quería volver a dormir y perder este sufrimiento. Fue hermoso, esta sensación que se
presentó, que bonito es soñar con tus recuerdos mas felices, con la familia y los amigos, todo se
volvía borroso, y un zumbido se escuchaba mas fuerte, en el vacío, vi una luz resplandeciente, me
tentaba alcanzarla, sentí un alivio en todo mi cuerpo, y solo pude cerrar los ojos lentamente y
esperar a despertar.

Pasaron 2 semanas, y se podía escuchar a la gente riendo, las calles estaban llenas, las escuelas
y trabajos ya estaban abiertos de nuevo ¿Qué paso? Se descubrió al fin que el aire que tanto
respirábamos estaba contaminado, no se sabe con que, pero con mascaras se logró solucionar por
un momento hasta encontrar un forma de descontaminar todo el aire. Tantas muertes, las pobres
familias que perdieron a sus familiares lloraban, tantos funerales hubieron, tanto sufrimiento que
pasamos por fin se soluciono, nuestra vida continua, es lo que tanto soñamos, imaginábamos con
este momento. Y yo, podía ver a mis padres, llorando, no sabia porque, no me escuchaban, solo
quería abrazarlos, pero no los alcanzaba; a lo lejos, vi una luz, tan preciosa y resplandeciente, que
decidí llegar hasta ella. Cuando alcance la luz, vi mis mejores momentos así como también esta
ultima situación, solo comprendí una cosa, y es que tuve tanto tiempo para disfrutar mas, que lo
perdí.

Esta historia no es mía, no es de nadie en particular, no es real en todos los sentidos, pero
tampoco es como sí no fuera en si real.

También podría gustarte