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INTRODUCCION

Mi adolescencia se basa en una rutina muy monótona, ir a la escuela, ayudar en casa, lo


habitual.
Sin embargo, mientras transcurre mi vida me van pasando muchas experiencias tan buenas
como malas, pero de ellas siempre voy aprendiendo.
CAPITULO 1

Eran las 2 de la mañana de un lunes 27 de agosto del año 2007 y fue en ese preciso instante
cuando mi madre empezó en trabajo de parto en la clínica libertad provincia la Altagracia en
República Dominicana, cunado nací y madre y mi padre me llamaron Eskenia.

Ella me cuenta que no fui un ser planeado como si los fueron mis hermanos. Que se enteró de
mi existencia a los 3 meses de gestación y aunque fui algo total mente inesperado para ella,
me ama con todo su corazón. Tengo dos hermanos; mi hermano mayor: Eskerlyn, él es 5 años
mayor que yo; y aquí entre nosotros es mi hermano favorito. Y luego está mi hermano menor:
Eskendry, el cual es 3 años menor que yo.
CAPITULO 2

Cuando tenía alrededor de 3 años casi me ahogo en una piscina. Fue algo simple, estaba
disfrutando de mis vacaciones en Samaná; no me acuerdo de los detalles, pero si recuerdo
estar flotando lejos de mi hermano menor; curiosamente en la parte más honda de esa piscina,
cuando por alguna razón que yo justifico diciendo que las mismas olas provocadas de las
piscinas fueron las que me alejaron de mi hermano; mi flotador rosa de flamencos se giró tal
manera que la parte superior de mi cuerpo quedo bajo el agua.
No sé cuánto tiempo estuve así, no mucho supongo, de haber sido así ya no estaría aquí
narrando los acontecimientos. A continuación, veo la silueta de mi madre dejando que
tomaba junto a mi padre y algunos amigos de él, zambulléndose con un clavado a la piscina;
en seguida me volteo, permitiendo que mis pulmones vuelvan a sentir el tan valioso y
preciado aire.
Tal vez piensan que soy una persona dramática y exagerada al leer el titulo y luego leer lo
decepcionante y aburrido de los hechos, pero la verdad es que el agua es peligrosa. Y
personas que casi se ahogan de manera parecida a la mía lo saben; yo tengo suerte de solo
recordar lo que vi aquel momento, no recuerdo dolor y no recuerdo haber oído nada. Pero me
asusto tanto que hasta la fecha lo recuerdo.
CAPITULO 3

Bueno, en realidad todas esas cosas que me pasaron no las cause. Tal vez es el karma,
coincidencia, mala suerte o simplemente que el universo me quiso dar mala pasada; verán,
cuando yo tenía 5 años mis padres se mudaron para otro sector de la misma provincia, allí me
inscribieron junto a mi hermano en una escuela cerca de donde vivía, llama “Centro
educativo parroquial San José” ya sabiendo esto pueden intuir que hacia una niña de 7 años
en la parte trasera de esta institución en zona verde.
Estaba en 2do grado en la hora de recreo, todo normal timbraron para regresar al aula de
clases; estaba hablando con unas compañeras de algo que ya no recuerdo, y con esa misma
mala memoria que sigo manteniendo hasta el día de hoy se me había olvidado decirle algo;
me detengo de camino, abro mi boca y una piedra del tamaño de mi mano me golpea la
cabeza haciendo que me desmaye.
Cuando abrí los ojos me encontraba en la parte delantera de la institución con profesores y
estudiantes alrededor mío, siento algo frio alrededor de mi cuello y cuando fui a mirar gran
parte de mi camisa que antes era color blanco estaba rojo carmín. Además de borde del marco
de mis lentes que también tenían sangre, algo muy difícil de limpiar, por cierto; me
preguntaron si estaba bien, que pregunta más estúpida; pues claro que no me encontraba bien
¡tenía sangre por todos lados!
Mi madre llego a recogerme 5 minutos después de que los profesores me preguntaran su
número, si... que negligencia, ¿que se supone que habrían hecho los profesores si la roca me
hubiese golpeado en una zona sensible, con más fuerza, siguiera sangrando y continuaría
inconsciente? Agradezco que no pasara nada de eso.
Después de salir del colegio me llevaron al hospital donde me diagnosticaron y revisaron, me
dijeron que no era nada grave, que tenía mucha suerte de que la piedra golpeara una zona del
cráneo correcta y el tamaño de la herida que causo toda esa sangre era del tamaño de un
piquete de un mosquito. Me recetaron un jarabe para antes de dormir para aliviar el dolor,
poque a pesar del tamaño de la herida dolía como mil demonios; desgraciadamente para mí
eso no era suficiente, dormir era una tortura; bueno talvez exagero un poco, pero dolía
mucho.
Después de todo el compañero que me golpeó con la roca me confeso que todo había
sucedido porque un amigo de le compro un perrito caliente en la cafetería escolar, me dijo
que él quería un poco y que este no le dio ni un poquito y que por esta razón lo persiguió con
una roca hasta que la lanzo y termino en una pobre e inocente niña que pasaba por ahí.
Así que la moraleja de hoy es que no sean egoístas y denle un poco de perrito caliente a su
amigo, ya que puede que se pongo como loco los persiga con una roca y este termine
golpeando a una niña que pase por ahí.
El chico jamás me agradeció por cubrirle la espalda... literalmente.
CAPITULO 4

Como sabrá, la Altagracia es una provincia; y como toda provincia se va la luz seguido, por
lo tanto, muchas noches las pasaba reflexionando sobre la vida en mi cama porque no había
nada más que hacer sin luz. Y para el colmo nuestra estufa era eléctrica; eso quiere decir que
sin luz no había como hacer la comida. Así que normalmente esas noches comíamos pizza
que mi madre salía a comprar, o lo que sea que estuviese hecho; una vez comimos comida
militar y para mi sorpresa, estaba rica.
Unas de las muchas noches la luz no volvió, y no podíamos desayunar pizza, así que mi
madre se le ocurrió la gran idea de hacer una gran fogata y termino quemando un cuarto de
patio de mi casa; su idea era calentar un poco de leche para que al menos pusiésemos comer
cereal con este y así poder desayunar, porque ya saben, el desayuno es la comida más
importante de todo el día.
La luz volvió a las 12 del medio día y después de todo ese tiempo sin luz fue como un
milagro. En la Altagracia llovía mucho, y casa vez que medio se veía una gota se tenía que
desconectar todo medio electrónico que usara electricidad para funcionar; ya que llovía era la
causante de tales apagones tan potentes y repentinos que podrían dañar cualquier aparato. Se
nos dañó la lavadora y un modem de internet en una de esas tantas tormentas.
CAPITULO 5

Sin tantos acontecimientos importantes en los cinco años que estuve viviendo en ese sector de
la Altagracia además de los ya relatos, me mude un poco más lejos de la escuela, pero hasta
el momento sigo estudiando ella.
Toda vida adolescente siempre tiene sus compliques ¿no? Pero todos esos problemas los he
ido superando siempre con el poder de la palabra y terminado todo en buenos términos con
las personas.
Siempre me ha gustado convivir con mi familia y tener más tiempo para conocerme a
profundidad; exprimir todos mis hobbies, talentos y gustos.

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