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● Efecto terapéutico

● Farmacodinamia
● Farmacocinética
● Efectos adversos, toxicidad, contraindicaciones, etc.
● Interacción de los medicamentos

Enfermedades Endocrinas Prevalentes


https://elea.com/uploads/PROSPECTOS/Euthyrox-Prospecto-ELEA.pdf

Resumen: enfermedades tiroideas

INDICACIONES DE LEVOTIROXINA Euthyrox

● Tratamiento del bocio eutiroideo benigno


● Prevención de recidiva tras cirugía de bocio eutiroideo, dependiendo del estado
hormonal post-quirúrgico
● Terapia sustitutiva en casos de hipotiroidismo
● Terapia de supresión en carcinoma tiroideo
● Terapia concomitante durante el tratamiento del hipertiroidismo con fármacos
antitiroideos
● Uso diagnóstico para la prueba de supresión tiroidea

Propiedades farmacodinámicas

La levotiroxina sintética contenida en Euthyrox es idéntica en su efecto a la hormona


tiroidea natural. En los órganos periféricos se convierte en T3 y, al igual que la hormona
endógena, desarrolla sus efectos característicos en los receptores T3.

Propiedades farmacocinéticas

● La levotiroxina se absorbe casi exclusivamente en el intestino delgado superior.


De acuerdo con el tipo de preparación galénica, el porcentaje de absorción es de
80% como máximo. El tiempo máximo es de aproximadamente 5 a 6 horas.
● Al iniciar un tratamiento oral, la acción se observa al cabo de 3 a 5 días.
● La levotiroxina presenta un enlace a proteína plasmática del 99,97%.
● Esta unión a proteína es no covalente, por ello, se produce un intercambio
continuo y muy rápido entre la hormona unida a proteínas en el plasma y la
fracción de la hormona libre.
● Debido a la elevada ligadura proteica, la levotiroxina no es ni hemodializable ni
puede ser eliminada del cuerpo mediante una hemoperfusión.
● La vida media de levotiroxina es de 7 días promedio. En el caso de
hipertiroidismo este período se reduce (3-4 días), y en el caso de hipotiroidismo
se prolonga (aprox. 9-10 días).
● Las hormonas tiroideas se metabolizan principalmente en el hígado, en los
riñones, en el cerebro y en los músculos.
● Los metabolitos se excretan a través de la orina y las heces. La depuración
metabólica de levotiroxina es de aproximadamente 1,2 L de plasma por día.

CONTRAINDICACIONES

Euthyrox® no debe administrarse a pacientes con:

● Hipersensibilidad al principio activo o a cualquiera de los excipientes.


● Insuficiencia adrenal no tratada previamente.
● Insuficiencia pituitaria no tratada previamente.
● Tirotoxicosis no tratada previamente.

No se debe iniciar un tratamiento con Euthyrox en el caso de:

● Infarto agudo de miocardio.


● Miocarditis aguda.
● Pancarditis aguda.

ADVERTENCIAS Y PRECAUCIONES ESPECIALES

Antes de iniciar el tratamiento con hormonas tiroideas o antes de llevar a cabo una
prueba de supresión tiroidea, se deben descartar o tratar las siguientes enfermedades
o afecciones: insuficiencia coronaria, angina de pecho, arterioesclerosis, hipertensión,
insuficiencia pituitaria, insuficiencia adrenal. En el caso de hipotiroidismo secundario,
se deberá determinar la causa, antes de la administración de la terapia sustitutiva.

● En el tratamiento con levotiroxina en mujeres post-menopáusicas con


hipotiroidismo y con riesgo aumentado de osteoporosis, se deberán evitar
niveles séricos supra-fisiológicos de levotiroxina. En consecuencia, se debe
realizar un control exhaustivo de la función tiroidea.
● No se recomienda administrar hormonas tiroideas para lograr reducir el peso
corporal. Dosis fisiológicas no resultan en pérdida de peso en pacientes
eutiroideos.
● Una vez que se ha establecido un tratamiento con levotiroxina, se recomienda
ajustar la posología según la respuesta clínica del paciente y las pruebas de
laboratorio.
● Este medicamento contiene lactosa. No se recomienda su uso en pacientes con
problemas hereditarios de intolerancia a la galactosa, deficiencia de Lapp
lactasa o malabsorción de glucosa-galactosa.

INTERACCIONES CON OTROS MEDICAMENTOS Y OTRAS FORMAS DE INTERACCIÓN

Se recomienda realizar controles exhaustivos de los parámetros de hormona tiroidea.


En caso de necesidad, se deberá ajustar la dosis de levotiroxina.

● Inhibidores de proteasa: por ej., ritonavir, indinavir, lopinavir, pueden alterar el


efecto de la levotiroxina.
● Fenitoína: La fenitoína puede influenciar el efecto de la levotiroxina, desplazando
la levotiroxina de las proteínas plasmáticas, resultando en un incremento de la
fracción fT4 y fT3. Asimismo, la fenitoína aumenta la metabolización hepática de
la levotiroxina.

Influencia de la levotiroxina sobre otros medicamentos:

➔ Antidiabéticos: La levotiroxina puede reducir el efecto de los antidiabéticos.


Controlar con los niveles de glucosa en sangre al inicio del tratamiento y ajustar
la dosis del antidiabético.
➔ Derivados cumarínicos: La levotiroxina puede intensificar el efecto de los
anticoagulantes, lo cual puede aumentar el riesgo de hemorragia, por ej.
hemorragias en el SNC o hemorragias gastrointestinales, especialmente en
pacientes ancianos. Al inicio y durante el tratamiento combinado se deben
controlar regularmente los parámetros de la coagulación. Ajustar la dosis del
anticoagulante.

Los siguientes medicamentos intensifican el efecto de la levotiroxina: Salicilatos,


dicumarol, furosemida, clofibrato

Los siguientes medicamentos pueden reducir el efecto de la levotiroxina:

● Sevelamer
● Inhibidores de la tirosinquinasa: (por ej., imatinib, sunitinib)
● Resinas de intercambio iónico: (por ejemplo, colestiramina o colestipol) inhiben la
absorción de levotiroxina. Se recomienda tomar levotiroxina 4 a 5 horas antes de
la administración de tales sustancias.
● Medicamentos que contienen aluminio, hierro o carbonato de calcio: (antiácidos,
sucralfato) son reductores potenciales del efecto de la levotiroxina. Administrar la
levotiroxina al menos 2 horas antes.
● Propiltiouracilo, glucocorticoides, beta-simpatolíticos y medios de contraste
yodados: inhiben la conversión periférica de T4 en T3.
● Amiodarona: Esta sustancia inhibe la conversión periférica de T4 en T3. Debido a
su elevado contenido de yodo, la amiodarona puede provocar tanto
hipertiroidismo como hipotiroidismo. Se recomienda especial precaución en
caso de bocio nodular con autonomía posiblemente no detectada.
● Sertralina, cloroquina/proguanil: disminuyen la eficacia, y aumentan el nivel
sérico de TSH.
● Medicamentos inductores de enzimas hepáticas (por ejemplo: barbitúricos o
carbamazepina) pueden incrementar el aclaramiento hepático de la levotiroxina.
● Estrógenos: Las mujeres que utilizan anticonceptivos con estrógenos o las
mujeres postmenopáusicas con reemplazo hormonal pueden tener una
necesidad aumentada de levotiroxina.

Interacción con los alimentos

Productos que contienen soja: pueden disminuir la absorción intestinal de levotiroxina.


Especialmente al inicio o una vez finalizada la ingesta de suplementos de soja, puede
ser necesario un ajuste de la dosis de Eutirox®.

EMBARAZO Y PERÍODO DE LACTANCIA

El tratamiento con hormonas tiroideas debe continuarse, especialmente durante el


embarazo y el período de lactancia.

● Puede ser necesario un aumento de la dosificación. No hay evidencia de


teratogenia y/o fetotoxicidad inducidas por el fármaco en humanos en las dosis
terapéuticas recomendadas.
● Dosis excesivamente altas de levotiroxina pueden tener efectos negativos en el
desarrollo fetal y postnatal.
● El tratamiento concomitante del hipertiroidismo con levotiroxina y agentes
antitiroideos no está indicado durante el embarazo. Esta combinación podría
requerir dosis más elevadas de agentes antitiroideos, de los cuales se sabe que
atraviesan la placenta e inducen hipotiroidismo en el feto.
● Las pruebas diagnósticas de supresión tiroidea no deben realizarse durante el
embarazo, ya que la administración de sustancias radioactivas en las mujeres
embarazadas está contraindicada.
● La levotiroxina se excreta en la leche materna durante la lactancia. Sin embargo,
las concentraciones alcanzadas con la dosis terapéutica recomendada no son
suficientes para causar desarrollo de hipertiroidismo o supresión de la secreción
de TSH en el lactante.

REACCIONES ADVERSAS

❖ Cuando se exceda el límite de tolerancia individual a la levotiroxina sódica o en el


caso de administración de dosis excesivas, especialmente si se aumenta la dosis
demasiado rápido al inicio del tratamiento, es posible que aparezcan signos
clínicos de hipertiroidismo: arritmias cardíacas (por ej. fibrilación atrial y
extrasístoles), taquicardia, palpitaciones, angina de pecho, cefalea, debilidad
muscular y calambres, acaloramiento, fiebre, vómitos, trastornos de la
menstruación, pseudotumor cerebral, temblores, intranquilidad, perturbación del
sueño, hiperhidrosis, pérdida de peso corporal, diarrea.
❖ En estos casos, se deberá reducir la dosis diaria o suspender la medicación
durante varios días. Una vez que hayan desaparecido las reacciones adversas,
se podrá reanudar el tratamiento con precaución en la dosificación.
❖ En caso de hipersensibilidad a cualquiera de los componentes de Euthyrox,
pueden aparecer reacciones alérgicas, particularmente de la piel y del tracto
respiratorio. Se han informado casos de angioedema.

SOBREDOSIFICACIÓN

❖ La sobredosificación puede causar síntomas de un incremento significativo del


nivel metabólico.
❖ En pacientes con predisposición se han reportado casos aislados de crisis
convulsivas y muerte súbita de origen cardíaco.
❖ Según el grado de sobredosificación, se recomienda suspender el tratamiento y
realizar los controles necesarios.
❖ Los síntomas pueden manifestarse como efectos beta-simpaticomiméticos
intensos, tales como taquicardia, ansiedad, agitación e hiperquinesia. Estos
trastornos pueden aliviarse con betabloqueantes.

Insuficiencia suprarrenal

La hidrocortisona es el glucocorticoide de elección en el tratamiento de la insuficiencia


suprarrenal. Los corticoides sintéticos (prednisolona, dexametasona) que se administran
en una única toma, pueden utilizarse como alternativa en pacientes con poca adhesión al
tratamiento; sin embargo se asocian a mayores efectos secundarios en el metabolismo
óseo e hidrocarbonado.

Hidrocortisona
Hormona esteroide secretada por la corteza adrenal.

Mecanismo de acción:
La hidrocortisona posee ambas acciones mineralocorticoides y glucocorticoides. Las
acciones antiinflamatorias de los corticoides se deben a sus efectos sobre las proteínas
inhibidoras de la fosfolipasa A2, colectivamente llamadas lipocortinas. Las lipocortinas, a su
vez, controlan la biosíntesis de mediadores potentes de la inflamación, tales como
prostaglandinas y leucotrienos mediante la inhibición de la liberación de la molécula
precursora del ácido araquidónico.

Las dosis farmacológicas de los glucocorticoides inhiben la liberación de la hormona


adrenocorticotrópica de la pituitaria, precipitando así la insuficiencia suprarrenal secundaria
(cese de la secreción de corticosteroides endógenos). Si se administran dosis
suprafisiológicas de glucocorticoides durante largos períodos de tiempo, la corteza
suprarrenal se atrofia. La insuficiencia suprarrenal puede ocurrir si estos pacientes son
sometidos a estrés fisiológico (por ejemplo, cirugía, infección sistémica, la pérdida de
sangre).

Farmacocinética:
La hidrocortisona se absorbe rápidamente después de una dosis oral. El efecto máximo
después de la administración oral e intravenosa se produce en unas 1-2 horas. El inicio y
duración de acción dependen del tipo de inyección (por ejemplo, intra-articular o inyección
IM) y de la extensión del suministro local de sangre local. La absorción sistémica tras la
aplicación tópica depende del estado de la piel en el sitio de aplicación. La absorción de las
preparaciones tópicas se incrementa en las áreas de piel lesionadas o con inflamación,
donde la capa córnea es delgada como los párpados, los genitales y la cara o utilizando
vendajes oclusivos. Puede haber una pequeña absorción sistémica de las soluciones
tópicas, especialmente a través de la mucosa oral. Cuando se aplica un supositorio que
contiene acetato de hidrocortisona por vía rectal, aproximadamente el 26% de la dosis se
absorbe en sujetos normales.

El fármaco circulante se une extensamente a las proteínas plasmáticas, y sólo la parte no


unida de una dosis tiene actividad La hidrocortisona sistémica se distribuye rápidamente en
los riñones, los intestinos, la piel, el hígado y el músculo. Las preparaciones tópicas se
distribuyen a lo largo de la zona de aplicación, pero sólo pasan mínimamente a la
circulación.

Los corticosteroides se distribuyen en la leche materna y atraviesan la placenta.

Algunos autores afirman que la hidrocortisona está contraindicada en pacientes con


infecciones fúngicas sistémicas, pero muchos médicos creen que los corticosteroides
pueden ser administrados a pacientes con cualquier tipo de infección conocida, siempre y
cuando se administre simultáneamente la quimioterapia apropiada.
La terapia con corticosteroides puede enmascarar los síntomas de la infección y no debe
ser utilizada en casos de infecciones virales o bacterianas que no estén controladas
adecuadamente con agentes antiinfecciosos, excepto en circunstancias que amenacen a la
vida. Las infecciones secundarias son comunes durante la terapia con corticosteroides.

Los corticosteroides pueden reactivar la tuberculosis y no se deben utilizar en pacientes con


antecedentes de tuberculosis activa, excepto cuando se ha instituído una quimioprofilaxis
concomitante adecuada.

Los pacientes que reciben dosis inmunosupresoras de corticosteroides deben ser


advertidos de evitar la exposición al sarampión o la varicela y, si están expuestos a estas
enfermedades, para acudir al médico de inmediato.

La hidrocortisona tópica debe usarse con extrema precaución en los pacientes con mala
circulación debido al riesgo de ulceración de la piel. La hidrocortisona no debe utilizarse en
pacientes con cualquier tipo de infección por hongos o virus, o infección tuberculosa de la
piel. Los pacientes deben ser instruidos para notificar a su médico inmediatamente si se
presentan signos de infección o lesión, tanto durante el tratamiento o hasta 12 meses
después del cese de la terapia. Las dosis deben ajustarse o terapia de glucocorticoides
reintroducida, si es necesario.

Si fuese necesaria la cirugía, los pacientes deben informar al cirujano de las dosis
corticosteroides que recibieron en los últimos 12 meses y de la enfermedad para la que
estaban siendo tratados.

La terapia con corticosteroides se ha asociado con ruptura de pared del ventrículo izquierdo
en pacientes con infarto de miocardio reciente, por lo que su uso debe ser empleado con
extrema precaución en estos pacientes.

Los pacientes con hipotiroidismo o con enfermedad hepática asociada con


hipoalbuminemia, como la cirrosis, pueden tener una respuesta exagerada a los
corticosteroides, por lo que estos medicamentos deben usarse con precaución en estos
pacientes.

Los corticosteroides causan edema, y pueden exacerbar la insuficiencia cardíaca


congestiva e hipertensión, y se deben utilizar con precaución en pacientes con estas
condiciones.

Los corticosteroides deben utilizarse con precaución en pacientes con enfermedad


gastrointestinal, diverticulitis, anastomosis intestinal (debido a la posibilidad de perforación)
o enfermedad hepática que causa hipoalbuminemia como la cirrosis. Aunque se utilizan
para el tratamiento a corto plazo de las exacerbaciones agudas de la enfermedad
inflamatoria crónica del intestino tales como colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn, los
corticosteroides no se deben utilizar en pacientes donde exista una posibilidad de
perforación inminente del tracto digestivo, un absceso o una infección piógena. Algunos
pacientes pueden requerir tratamiento con corticosteroides a largo plazo para suprimir la
actividad de la enfermedad, pero por lo general no se recomienda esta práctica. Los
corticosteroides no se deben utilizar en pacientes con úlcera péptica, excepto bajo
circunstancias que amenacen la vida.

Los corticosteroides deben utilizarse con extrema precaución en pacientes con psicosis,
inestabilidad emocional, infección de herpes ocular, enfermedad renal, osteoporosis,
diabetes mellitus y trastornos convulsivos. El uso de esteroides puede agravar estas
condiciones.

Los glucocorticoides se deben utilizar con precaución en pacientes con miastenia gravis que
están siendo tratados con agentes anticolinesterásicos.

Aunque raramente, los glucocorticoides pueden aumentar la coagulabilidad de la sangre


causando trombosis intravascular, tromboflebitis y tromboembolismo. Por lo tanto, los
corticosteroides deben utilizarse con precaución en pacientes con coagulopatía preexistente
o enfermedad tromboembólica.

Los corticosteroides deben utilizarse con precaución en pacientes con glaucoma u otra
alteración de la visión. El uso prolongado de corticosteroides puede causar cataratas
subcapsulares posteriores y glaucoma, y puede aumentar la propensión a desarrollar una
infección ocular secundaria fúngica o viral. Los pacientes que reciben corticosteroides
crónicos deben ser evaluados periódicamente para la formación de cataratas y glaucoma.

La terapia con corticosteroides generalmente no contraindica la vacunación con vacunas de


virus vivos, cuando este tipo de tratamiento es a corto plazo (< 2 semanas) con dosis bajas
a moderadas, a largo plazo con un tratamiento en días alternos con preparados de acción
corta, con dosis fisiológicas de mantenimiento (terapia de reemplazo) o con la
administración tópica (piel o los ojos), por aerosol, o intra-articular en las bursitis o
tendones. Los efectos inmunosupresores de los tratamientos con esteroides difieren, pero
muchos médicos consideran que una dosis equivalente a 2 mg/kg/día o a 20 mg/día de
prednisona es suficientemente inmunosupresora como para elevar la preocupación por la
seguridad de la inmunización con vacunas de virus vivos. En general, los pacientes con
inmunosupresión grave debido a las grandes dosis de corticosteroides no deben recibir la
vacunación con vacunas de virus vivos.

Cuando se esté considerando la quimioterapia del cáncer o la terapia inmunosupresora (por


ejemplo, para los pacientes con enfermedad de Hodgkin o el trasplante de órganos), la
vacunación debe preceder al inicio de la quimioterapia o inmunoterapia por > 2 semanas.
Los pacientes vacunados durante la terapia inmunosupresora o en las 2 semanas antes de
iniciar la terapia debe ser considerados no inmunizados y deben ser revacunados al menos
3 meses después de la interrupción de la terapia. En los pacientes que han recibido altas
dosis de corticosteroides sistémicos durante > 2 semanas, se recomienda esperar al menos
3 meses después de la interrupción del tratamiento antes de administrar una vacuna de
virus vivos.

El tratamiento prolongado con corticosteroides debe evitarse en niños ya que estos


fármacos retardan el crecimiento de los huesos. Los niños que reciben corticosteroides se
vuelven inmunodeprimidos y por lo tanto son más susceptibles a las infecciones. Unas
infecciones inocuas para los niños normales pueden llegar a ser fatales en los niños
tratados con esteroides, por lo que se debe tener mucho cuidado para evitar la exposición a
las enfermedades infecciosas.

Las dosis farmacológicas de corticosteroides administrados durante periodos prolongados


pueden resultar en una supresión del eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA). La
interrupción abrupta del tratamiento puede ocasionar una insuficiencia suprarrenal aguda e
incluso la muerte. La retirada de una terapia prolongada con corticosteroides por vía oral
debe ser gradual: la supresión HPA puede durar hasta 12 meses después de la interrupción
del tratamiento, y los pacientes pueden necesitar un tratamiento suplementario con
corticosteroides durante períodos de estrés fisiológico, como la cirugía, la pérdida de sangre
aguda o infección, incluso después de que lel fármaco haya sido descontinuado.
Igualmente, también puede ocurrir un síndrome de abstinencia no relacionado con la
supresión HPA después de la interrupción brusca del tratamiento con corticosteroides que
se debe al cambio repentino en la concentración de glucocorticoides en lugar de unos bajos
niveles de corticosteroides.

Debido a que los glucocorticoides pueden producir o agravar el síndrome de Cushing, estos
agentes deben ser evitadas en pacientes con esta enfermedad.

Algunas formulaciones comercialmente disponibles de hidrocortisona pueden contener


sulfitos. Los sulfitos pueden causar reacciones alérgicas en algunas personas y se deben
utilizar con precaución en pacientes con hipersensibilidad conocida. Los pacientes que son
asmáticos son más propensos a experimentar esta reacción de sensibilidad que los
pacientes no asmáticos.

Varios preparados inyectables de hidrocortisona comerciales están contraindicados en la


prematuridad neonatal y en otros pacientes con hipersensibilidad al alcohol bencílico,
porque estos productos contienen alcohol bencílico. La administración de alcohol bencílico a
los recién nacidos puede resultar en el "síndrome de jadeo", que es una condición
potencialmente mortal caracterizada por la acidosis metabólica, y disfunción respiratoria,
circulatoria y renal.

Clasificación de la FDA de riesgo en el embarazo


La hidrocortisona se clasifica dentro de la categoría C de riesgo en el embarazo. Se han
comunicado complicaciones, incluyendo paladar hendido, muerte fetal y aborto prematuro,
cuando se administraron corticosteroides durante el embarazo. Si estos fármacos se deben
utilizar durante el embarazo, los riesgos potenciales se deben discutir con la paciente. Los
bebés nacidos de mujeres que recibieron grandes dosis de corticosteroides durante el
embarazo deben ser vigilados para detectar signos de insuficiencia suprarrenal, y si es
necesario se debe iniciar un tratamiento apropiado.
Los corticosteroides se distribuyen en la leche materna; por lo tanto, se recomienda que las
mujeres tratadas con corticosteroides no participen en la lactancia.

INTERACCIONES

NOTA: Las interacciones que se señalan a continuación se refieren a la hidrocortisona


sistémica. No existen interacciones conocidas entre los preparados tópicos de
hidrocortisona y otra fármacos.

Los inductores de las enzimas microsomales hepáticas, incluyendo los barbitúricos, la


fenitoína, la carbamazepina y rifampicina, pueden aumentar el metabolismo de los
glucocorticoides. Las dosis de hidrocortisona sistémica pueden requerir un ajuste si se
inician o son retirados estos agentes durante la terapia con corticosteroides.

Los estrógenos pueden aumentar la concentración de transcortina, reduciendo así la


cantidad de hidrocortisona no unida, disminuyendo el metabolismo de la droga, y
aumentando los efectos de la hidrocortisona. Las dosis de los corticosteroides pueden
necesitar ser ajustadas si un estrógeno se añade o retira durante la terapia.

El riesgo de gastritis o úlceras gastrointestinales debido a los agentes antiinflamatorios no


esteroideos (AINE) puede aumentar con la administración de corticosteroides. La aspirina,
AAS se debe utilizar con precaución en pacientes con hipoprotrombinemia que también
están recibiendo corticosteroides. Los niveles séricos de salicilatos pueden incrementarse
cuando se interrumpe el tratamiento con corticosteroides, posiblemente debido a una
disminución en el metabolismo de los salicilatos inducida por corticosteroides. Aunque en
raras veces, esto puede precipitar la toxicidad por el salicilato. Los pacientes que reciben
estos fármacos concomitantemente deben ser observados de cerca por los efectos
adversos.

Los efectos sobre la pérdida de potasio de la terapia con corticosteroides pueden ser
exacerbados por la administración concomitante de otros medicamentos que agotan el
potasio como los diuréticos tiazídicos, furosemida, ácido etacrínico, y anfotericina B. Se
recomienda la monitorización del potasio en suero enlos pacientes que reciben estos
fármacos de forma concomitante.

Los glucocorticoides interactúan con inhibidores de la colinesterasa, como ambenonio,


neostigmina, y piridostigmina causando debilidad muscular severa en pacientes con
miastenia gravis que reciben estos fármacos de forma concomitante.

Las vacunas y toxoides muertos o inactivados no representan un peligro para las personas
inmunodeprimidas y en general se debe administrar como se recomienda a las personas
sanas. Sin embargo, la respuesta inmune a las vacunas de las personas
inmunocomprometidas no es tan bueno como la de las personas sanas y pueden ser
necesarios dosis más altas o más dosis de refuerzo, aunque la respuesta inmune todavía
puede ser subóptima. La vacunas con virus vivos no deben administrarse a pacientes
inmunocomprometidos debido a la potenciación de la replicación del virus y a las reacciones
adversas de estos. Los pacientes bajo tratamiento con corticosteroides en dosis altas no se
deben exponer a otras personas que recientemente hayan recibido la vacuna
antipoliomielítica oral (OPV). La vacunación contra el sarampión, las paperas y la rubéola
(MMR) no está contraindicada para los contactos cercanos de los pacientes
inmunocomprometidos, incluyendo profesionales de la salud. La inmunoprofilaxis pasiva con
inmunoglobulinas puede estar indicada para personas inmunocomprometidas en lugar de, o
además de, la vacunación. Cuando se exponen a una enfermedad prevenible por
vacunación, como el sarampión, los niños gravemente inmunodeprimidos deben ser
considerados susceptibles a la misma, independientemente de su historial de vacunación.

Los corticosteroides sistémicos aumentan los niveles de glucosa en sangre; existe una
posible interacción farmacodinámica entre los corticosteroides y los agentes antidiabéticos.
Los pacientes diabéticos que se administran la terapia con corticosteroides sistémicos
pueden requerir un ajuste en la dosificación del agente antidiabético. Las concentraciones
de lactato en sangre y el lactato a piruvato aumentaron cuando la metformina se administra
conjuntamente con corticosteroides (por ejemplo, hidrocortisona). Las concentraciones de
ácido láctico elevados se asocian con un mayor riesgo de acidosis láctica, lo que los
pacientes con metformina simultáneamente con esteroides sistémicos deben ser
estrechamente monitorizados.

El uso concomitante de L-asparaginasa con corticosteroides puede resultar en


hiperglucemia aditivo. L-asparaginasa inhibe transitoriamente la producción de insulina que
contribuyen a la hiperglucemia observada durante el tratamiento con corticosteroides
concurrente. La terapia con insulina puede ser necesaria en algunos casos. La
administración de L-asparaginasa después en lugar de antes de corticosteroides informes,
ha producido un menor número de reacciones de hipersensibilidad.

Los pacientes que reciben glucósidos cardíacos y la asociación de corticoides tienen un


mayor riesgo de desarrollar arritmias o toxicidad por digital debido a la hipopotasemia
inducida por corticosteroides. Hipopotasemia inducida por corticosteroides también podría
aumentar los efectos proarrítmicos de dofetilida. La hipopotasemia también potencia el
bloqueo neuromuscular con bloqueadores neuromusculares no despolarizantes. Los
corticosteroides que se asocian con un riesgo significativo de hipopotasemia deben ser
estrechamente monitorizados cuando se utiliza con los bloqueadores neuromusculares.

Los corticosteroides que se administran antes o de forma concomitante con la terapia


fotodinámica con porfímero pueden disminuir la eficacia del tratamiento.

El riesgo de toxicidad cardíaca con isoproterenol en pacientes con asma parece aumentar
con la administración concomitante de corticosteroides o metilxantinas. Las infusiones
intravenosas de isoproterenol en niños asmáticos refractarios a tasas de 0.05 a 2.7
ug/kg/min han causado un deterioro clínico, infarto de miocardio (necrosis), insuficiencia
cardíaca congestiva y muerte.
REACCIONES ADVERSAS

Las preparaciones tópicas de hidrocortisona pueden estar asociados con efectos adversos
locales, incluyendo prurito, xerosis, irritación, foliculitis, hipertricosis, erupciones
acneiformes, hipopigmentación de la piel, dermatitis perioral, dermatitis alérgica de contacto,
atrofia de la piel, estrías y miliaria. La absorción sistémica de los preparados tópicos de
hidrocortisona es mínima pero teóricamente podría causar las mismas reacciones adversas
que las preparaciones sistémicas de hidrocortisona.

La administración prolongada de dosis fisiológicas de reemplazo de glucocorticoides


generalmente no causa efectos adversos. La gravedad de los efectos adversos asociados
con la administración prolongada de dosis farmacológicas de corticosteroides aumenta con
la duración y la frecuencia de la terapia.

La administración a corto plazo de grandes dosis normalmente no causa efectos adversos,


pero la administración a largo plazo puede conducir a la atrofia de la corteza suprarrenal y el
agotamiento generalizado de proteínas generalizada. Los glucocorticoides son
responsables del metabolismo de las proteínas, y la terapia prolongada pueden provocar
diversas manifestaciones musculoesqueléticas, incluyendo: miopatía (mialgia, pérdida de
masa muscular, debilidad muscular), alteración de la cicatrización de heridas, atrofia matriz
ósea (osteoporosis), fracturas óseas como fracturas vertebrales por compresión o fracturas
los huesos largos, y la necrosis avascular de la cabeza femoral o humorales. Estos efectos
son más probables que se presenten en pacientes de edad avanzada o debilitados.

Los glucocorticoides interactúan con el metabolismo del calcio en muchos sitios, incluyendo
la disminución de la síntesis por los osteoblastos de las principales proteínas de la matriz
ósea, la mala absorción de calcio tanto en la nefrona y como en el intestino, y la reducción
de las concentraciones de hormonas sexuales. Todas estas acciones contribuyen
probablemente a la osteoporosis inducida por glucocorticoides, pero las acciones sobre los
osteoblastos son las más importante. Las mujeres posmenopáusicas, en particular, deben
ser monitorizados para detectar signos de osteoporosis durante la terapia con
corticosteroides. Debido a un retraso del crecimiento de los huesos, los niños que reciben
un tratamiento prolongado con corticoides mostrar una inhibición del crecimiento. Las
inyecciones intraarticulares de corticoides pueden causar artropatía de Charcot después de
la inyección.

Los glucocorticoides no modifican el metabolismo de la vitamina D.

Se ha reportado atrofia en el sitio de inyección después de la administración de


glucocorticoides solubles, así la ruptura de tendones.

Las preparaciones oftálmicas de prednisolona pueden causar hipertensión ocular, cuya


magnitud depende de la frecuencia y la duración del tratamiento. La hipertensión ocular
puede ocurrir después de 1-6 semanas de tratamiento oftálmico tópico y suele ser reversible
tras la discontinuación del fármaco. Así, por ejemplo, el uso prolongado de prednisolona
oftálmica ha resultado en glaucoma de ángulo abierto, neuritis óptica, y los defectos
visuales. Se ha reportado discapacidad visual temporal o permanente, incluyendo ceguera,
con la administración de glucocorticoides por varias vías de administración, incluyendo
administración intranasal y oftálmica. El uso prolongado rara vez ha dado lugar a cataratas
subcapsulares posteriores, pero dosis farmacológicas han resultado en desaceleración de la
cicatrización de la herida corneal. Los efectos adversos oculares derivadas de la terapia
sistémica pueden incluir exoftalmos, catarata subcapsular posterior, retinopatía, o aumento
de la presión intraocular. El uso prolongado de glucocorticoides también puede causar
glaucoma o daño del nervio ocular. Las infecciones fúngicas secundarias y las infecciones
virales del ojo pueden ser exacerbados por el tratamiento con corticosteroides.

El tratamiento con corticosteroides, incluyendo la hidrocortisona, puede enmascarar los


síntomas de la infección y debe evitarse durante una infección viral o bacteriana aguda. La
inmunosupresión es más probable que ocurra en pacientes que reciben dosis altas (por
ejemplo, equivalente a 1 mg / kg o más de prednisona al día), de corticosteroides
sistémicos, particularmente en combinación con agentes inmunosupresores concomitantes
(por ejemplo, troleandomicina). Sin embargo, los pacientes tratados con dosis moderadas
de corticosteroides sistémicos durante períodos cortos o dosis bajas durante períodos
prolongados también pueden estar en riesgo

Los corticosteroides pueden reactivar la tuberculosis y no se deben utilizar en pacientes con


antecedentes de tuberculosis activa, excepto cuando se instaura una quimioprofilaxis
adecuada. Los pacientes que reciben dosis inmunosupresoras de corticosteroides deben
evitar la exposición al sarampión o la varicela y, si están expuestos a estas enfermedades,
para acudir al médico de inmediato.

Los corticosteroides se dividen en dos clases: los mineralocorticoides y glucocorticoides.


Los mineralocorticoides alteran el equilibrio de líquidos y electrolitos, facilitando la retención
de sodio y el hidrógeno y la excreción de potasio a nivel del túbulo renal distal, lo que
resulta en edema e hipertensión. Las propiedades mineralocorticoides pueden causar
retención de líquidos, alteraciones electrolíticas (hipopotasemia, alcalosis metabólica
hipopotasémica, hipernatremia, hipocalcemia) edema e hipertensión. La administración
prolongada de glucocorticoides también puede resultar en edema e hipertensión. En una
revisión de 93 estudios sobre el uso de corticosteroides, se encontró que la hipertensión se
desarollaba 4 veces más a menudo en los receptores de glucocorticoides en comparación
con los grupos de control.

Puede ocurrir una insuficiencia cardiaca congestiva en pacientes susceptibles. La terapia


con corticosteroides prolongada puede afectar de manera adversa el sistema endocrino,
dando lugar a hipercorticismo (síndrome de Cushing), irregularidades menstruales
incluyendo amenorrea o dismenorrea, hiperglucemia, y agravamiento de la diabetes mellitus
en pacientes susceptibles. En una revisión de 93 estudios sobre el uso de corticosteroides,
el desarrollo de la diabetes mellitus se produjo 4 veces más a menudo en los receptores de
glucocorticoides en comparación con los grupos de control. Las dosis de insulina o de
hipoglucemiantes orales pueden necesitar un ajuste.

Los efectos gastrointestinales adversos asociados con la administración de corticosteroides


a largo plazo incluyen náuseas/vómitos y anorexia con posterior pérdida de peso. También
se ha informado de la estimulación del apetito con aumento de peso, diarrea, estreñimiento,
dolor abdominal, úlceras de esófago, gastritis, y pancreatitis. A pesar de que se creía que
los corticosteroides contribuían al desarrollo de la úlcera péptica, en una revisión de 93
estudios sobre el uso de corticosteroides, la incidencia de la úlcera péptica no fue mayor en
los receptores de esteroides en comparación con los grupos de control.

Los efectos neurológicos adversos reportados durante la administración prolongada de


corticosteroides incluyen dolor de cabeza, insomnio, vértigo, inquietud, neuropatía periférica
isquémica, convulsiones, y cambios en el EEG. Ocasionalmente se han presentado
trastornos mentales, como depresión, ansiedad, euforia, cambios en la personalidad, y
psicosis. La liabilidad emocional y los problemas psicóticos pueden ser exacerbados por el
tratamiento con corticosteroides.

Se han descrito varios efectos dermatológicos adversos durante el tratamiento con


corticosteroides incluyendo atrofia de la piel, acné vulgar, diaforesis, alteración de la
cicatrización de heridas, eritema facial, estrías, petequias, hirsutismo, equimosis y
hematomas. Las reacciones de hipersensibilidad pueden manifestarse como dermatitis
alérgica, urticaria y / o angioedema.

Pueden producirse parestesias (ardor u hormigueo) en la zona perineal ocurrir después de


la inyección IV de corticosteroides. La terapia parenteral con corticosteroides también ha
producido hipopigmentación de la piel, hiperpigmentación de la piel, cicatrices, y otras
reacciones en el lugar de inyección (por ejemplo, induración, dolor retrasado o dolor,
subcutáneas y atrofia cutánea, y abscesos estériles).

Las dosis farmacológicas de corticosteroides administradas durante periodos prolongados


pueden provocar dependencia fisiológica debido la supresión del eje
hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA). Los corticosteroides exógenos ejercen una
retroalimentación negativa sobre la hipófisis, con inhibición de la secreción de
adrenocorticotropina (ACTH). Esta inhibición disminuye la síntesis mediada por ACTH de
corticosteroides endógenos y de andrógenos por la corteza adrenal. La gravedad de la
insuficiencia adrenocortical secundaria inducida por glucocorticoides varía entre los
individuos y es dependiente de la dosis, frecuencia y la duración de la terapia. La
administración del fármaco en días alternos puede ayudar a aliviar este efecto adverso.

Los pacientes con supresión HPA requerirán dosis mayores de corticosteroides durante los
períodos de estrés fisiológico. Pueden ocurrir una insuficiencia suprarrenal aguda e incluso
la muerte, si se lleva a cabo la retirada repentina de los medicamentos. La retirada de la
terapia prolongada con corticosteroides por vía oral debe ser gradual, pudiendo extenderse
la supresión HPA hasta 12 meses después de la interrupción del tratamiento. Además, los
pacientes pueden necesitar tratamiento suplementario con corticosteroides durante
períodos de estrés fisiológico,tales como cirugía, pérdida de sangre aguda o infección,
incluso después de que el fármaco haya sido descontinuado.

Puede ocurrir un síndrome de abstinencia después de la interrupción brusca del tratamiento


con corticosteroides y aparentemente sin relación con la insuficiencia suprarrenal. Este
síndrome incluye síntomas como anorexia, letargo, náuseas/vómitos, dolor de cabeza,
fiebre, artralgia, mialgia, dermatitis exfoliativa, pérdida de peso, y la hipotensión. Estos
efectos son debidos al cambio repentino en la concentración de glucocorticoides. También
se ha reportado un aumento de la presión intracraneal con papiledema (es decir,
seudotumor cerebral) con la retirada del tratamiento con glucocorticoides.

Se han asociado hipercolesterolemia, aterosclerosis, embolia grasa, trombosis,


tromboembolia, y flebitis, específicamente, tromboflebitis con la terapia con corticosteroides.

En varios pacientes tratados con corticosteroides en dosis altas se ha producido


trombocitopenia.

Otras reacciones adversas observadas ocasionalmente son palpitaciones, taquicardia


sinusal, glositis, estomatitis, incontinencia urinaria, y urgencia urinaria- Los corticosteroides
también pueden disminuir las concentraciones séricas de vitamina C (ácido ascórbico) y
vitamina A que pueden raramente producir síntomas de deficiencia de vitamina A o de
vitamina C.

-TENELIGLIPTINA:

Es un inhibidor de la dipeptidil peptidasa 4 que estabiliza las fluctuaciones de la


glucemia durante todo el día.

Los inhibidores de la dipeptidil peptidasa-4 o DPP-4 son fármacos análogos peptídicos


que actúan sobre la enzima DPP-4, anulando la acción ihhibitoria que ésta tiene sobre
las hormonas llamadas incretinas (hormona del tracto digestivo +insulina por cel B
-glucagón, enlentece el vaciamiento gástrico) . Por tanto, cuando la DPP-4 es inhibida, la
vida media de las hormonas incretinas es mayor, pudiendo realizar sus acciones
durante más tiempo.

La concentración de GLP-1 está disminuida en la Diabetes Mellitus Tipo 2, pero su


acción está intacta, de manera que al dar GLP-1 en una infusión se obtienen los efectos
descritos más arriba, igual que en el individuo sano. Lo que ocurre en la DM2 es un
déficit en la cantidad de GLP-1, no en su función. Los efectos de GLP-1 sobre la insulina y
el glucagón se ha visto que dependen de la glucosa en la DM2, de manera que con
hiperglucemia (tras las comidas con Hidratos de carbono) el GLP-1 estimula la
producción de insulina y suprime la de glucagón, y cuando los niveles de glucosa están
normales, la secreción de insulina disminuye y la de glucagón deja de estar suprimida.
Al contrario, las sulfonilureas actúan independientemente de los niveles de glucosa en
sangre, teniendo así un riesgo de producir hipoglucemias, que es algo que no ocurriría
en el tratamiento en monoterapia con las incretinas (o con anuladores de su enzima
inhibidora, como la sitagliptina), por lo que su efecto es más fisiológico. Las incretinas
tienen una vida media muy corta y se degradan rápidamente por la enzima
Di-Peptidil-Peptidasa-4 (DPP-4) y gracias a los inhibidores de esta enzima, existe la
posibilidad de mantener más tiempo a estas hormonas actuando. Existen distintos
ensayos clínicos con sitagliptina tanto en monoterapia como en combinación con otras
opciones terapéuticas como metformina y glitazonas. Los efectos secundarios de
sitagliptina que se han objetivado en todos los ensayos clínicos, tanto en monoterapia
como en asociación con otras opciones terapéuticas han sido algunas alteraciones de
laboratorio como el aumento de los niveles sanguíneos de ácido úrico y una disminución
muy ligera de los niveles séricos de fosfatasa alcalina.

El péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1) pertenece a la superfamilia de


péptidos de glucagón (8), son hormonas sintetizadas en el yeyuno y en el colon por las
células L (9,10).El GLP-1 es secretado tras la ingestión de carbohidratos,
proteínas y grasas; la tasa de entrada de glucosa sobresatura su captación en el
duodeno y se filtra hasta el yeyuno estimulando así la secreción de GLP-1 (11), luego
esta hormona se transporta hacia la sangre, donde su concentración pasa de 5-10
pmol/L en ayunas a 15-50 pmol/L post prandial (12).El GLP-1 actúa como ligando en
sus receptores (GLP-1R), ubicados en las células α y β de los islotes de Langerhans, esta
interacción aumenta la concentración de iones calcio y AMPc (13,14), iniciando
una cascada de señalización que provoca el transporte delas GLUT2 hacia la
membrana de las células β; al mismo tiempo, estimula la actividad de la glucocinasa
(GK) y produce la exocitosis de insulina contenida en los gránulos secretores
hasta en un 70%

La importancia de GLP-1 radica en su efecto biológico antidiabético disminuyendo la


glucosa post prandial.Sin embargo, la función de GLP-1 está limitada por su tiempo de
vida media de dos minutos, debido a que son degradados por la acción de DPP-IV
La DPP-IV es una serina exopeptidasa, distribuidas en las membranas celulares del
hígado y riñón, y de forma soluble en la sangre, donde es secretada por las células
endoteliales.

La sensibilidad de la DPP-IV por su sustrato (GLP-1) es elevada; pues incluso cuando el


péptido es recién sintetizado, ya está siendo degradado en los capilares del intestino y
la cantidad no degradada pasa a la circulación entero portal; en el hígado se
degrada cerca del 50% y en la circulación sistémica es degradado por DPP-IV
soluble, solo el 8% restante llega al páncreas

Dosificación Adultos: Habitualmente se administra un comprimido de 20 mg una vez al


día. Sin embargo, en casos de efecto insuficiente, se puede aumentar la dosis a dos
comprimidos (40 mg) una vez al día, observando cuidadosamente la evolución.
Teneligliptina puede administrarse en cualquier momento del día, con o sin los
alimentos.

Farmacocinética

Absorción: se absorbe bien en el tracto digestivo, alcanza la concentración plasmática


máxima a los 60 minutos de su administración. Los alimentos disminuyen un 20% la
concentración plasmática máxima pero no modifican el AUC.

Distribución: la unión a proteínas es de 78 al 82%.

Metabolismo: se ha detectado en plasma teneligliptina sin modificar y cinco metabolitos


principales, siendo el M1 y el M2 los más preponderantes (86%). No se ha descripto si
éstos presentan actividad biológica. El metabolismo de la teneligliptina está relacionado
principalmente con la isoenzima 3A4 del citocromo P450 (CYP3A4) y las flavinas
monooxigenasas 1 y 3 (FMO-01 y FMO-03). Por otra parte la teneligliptina mostró un
efecto inhibidor débil sobre CYP2D6, CYP3A4 y FMO, pero no mostró efecto inhibitorio
sobre CYP1A2, CYP2A6, CYP2B6, CYP2C8, CYP2C8/9, CYP2C19, CYP2E1 y no produjo
inducción del CYP1A2 ni del CYP3A4.

Excreción: alrededor del 21% de la dosis se elimina sin cambios en la orina. Luego de la
administración de teneligliptina marcada, se encontró 45,4% en la orina y 46,5% se
eliminó en las heces.

Tiempo de vida media: 24,2 h.

Efectos adversos:
Los eventos adversos más frecuentes fueron la hipoglucemia y constipación que junto
con los efectos dermatológicos ocurrieron potencialmente en las primeras 4 semanas
del inicio del tratamiento

Durante la administración de teneligliptina, se debe controlar periódicamente la


glucemia y la Hemoglobina glicosilada A1c (HbA1c) para comprobar los efectos. En caso
que el efecto sea insuficiente luego de la administración durante 3 meses, el médico
debe considerar el cambio hacia otra modalidad terapéutica

Contraindicaciones - Hipersensibilidad a teneligliptina o a cualquiera de los


componentes del producto. - Pacientes con diabetes mellitus tipo 1. - En la cetoacidosis,
precoma o coma diabético. - Infecciones graves. - Pre y post quirúrgicos. - Traumatismos
graves. - Lactancia.

Indicaciones Terapéuticas Usos aprobados por la ANMAT: Para mejorar el control de la


glucemia en los pacientes adultos con diabetes mellitus tipo 2, que no hayan respondido
adecuadamente al tratamiento con dieta y ejercicio, ni al agregado de biguanidas,
sulfonilureas, ni tiazolidinedionas. Apto para pacientes renales ya que no se excreta por
riñón

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