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Filosofía y Ética Estudios Generales

Módulo 1
ESCUELA INCLUSIVA

INTRODUCCIÓN

Una escuela inclusiva debe garantizar a todos los alumnos el acceso a una cultura
común que les proporcione una capacitación y formación básica.

Cualquier grupo de alumnos, incluso de la misma edad y por supuesto de la misma


etapa, mantiene claras diferencias con respecto a su origen social, cultural, económico,
racial, lingüístico, de sexo, de religión. y son distintos en sus condiciones físicas,
psicológicas...que tienen una traducción directa en el aula en lo que se refiere a ritmos
de aprendizaje, a capacidades, a formas de relación, intereses, expectativas y escalas
de valores.

La escuela tiene que aceptar esa diversidad y proponer una intervención educativa en
la que sea posible un desarrollo óptimo de todos los alumnos y alumnas. El desarrollo
como decía VIGOSTKY no consiste en la socialización de las personas sino en su
individuación. Hay que partir de las situaciones personales para realizar un proceso
educativo individualizado.

DIVERSIDAD: CONCEPTO, MANIFESTACIÓN CULTURAL, ÉTNICA Y

SOCIAL.

La realidad nos muestra que en la actualidad la mayoría de países son culturalmente


diversos, según estimaciones recientes, los 184 estados independientes del mundo
contienen más de 600 grupos de lenguas vivas y
5.000 grupos étnicos (Garreta, 2000). Son escasos los países cuyos ciudadanos
comparten el mismo lenguaje o pertenecen al mismo grupo étnico
nacional.

Actualmente, en la era de la globalización se da la paradoja de que la sustitución de las


sociedades tradicionales por el orden social moderno (urbano, industrial, capitalista) no
solo no suprime las diferencias lingüísticas,

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religiosas, culturales, etc., entre las distintas sociedades, sino que por el contrario, las
acrecienta. En este sentido, la diversidad cultural, étnica y lingüística deja de ser un
rasgo específico de algunas sociedades particulares
(Estados Unidos, Canadá, Australia) para gradualmente extenderse al conjunto el
planeta.

Nos encontramos inmersos en un mundo verdaderamente multicultural e


interdependiente que presenta el desafío de cómo comprenderse e interactuar,
presentando esta diversidad una serie de temas importantes y potencialmente
decisivos.

Así mayorías y minorías se enfrentan cada vez más respecto a temas como los derechos
lingüísticos, autonomía regional, representación política, reivindicaciones territoriales,
política de la inmigración y ciudadanía, etc. Encontrar respuestas éticamente
defendibles y políticamente viables a dichas
cuestiones constituye el principal desafío al que se enfrentan las democracias
en la actualidad.

Y es aquí, cuando se afronta el desafío de la diversidad cultural, que nos encontramos


con presupuestos teóricos y conceptos sobre la diversidad cultural situados desde
diferentes ópticas, por ejemplo: la ciudadanía, la identidad, el tema lingüístico, la
democracia o todos los matices o posiciones
intermedias que puedan derivar, encontrando mucha veces un abuso del término
“diversidad cultural” al aplicarlo de forma indiferenciada a fenómenos
de naturalezas distinta.

El objetivo de este documento es acercarnos a los diferentes y marcados enfoques que


se han desarrollado respecto a la diversidad cultural, sin que esto implique una relación
“númerus clausus”, ya que los enfoques de diversidad cultural se amplían con las
diversas realidades de los países del mundo entero.

El objetivo que se busca es aclarar los elementos fundamentales del concepto


de diversidad cultural, teniendo en cuenta que el debate intelectual sobre el

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mismo aún no ha llegado a un consenso y tal vez nunca lo haga. El documento revisa
la “evolución” del concepto a través teorías de diferentes autores y documentos
institucionales UNESCO, culminando en el reconocimiento de la diversidad cultural
como derecho, garantizado en instrumentos internacionales vinculantes.

El documento finaliza presentando un panorama internacional de cómo instituciones


internacionales y estados independientes han operatizado y desarrollado el concepto a
través de estrategias de acción o políticas públicas a favor de la diversidad cultural.

El fenómeno de la globalización permite a los seres humanos reconocerse cada día más
como diversos. En la “aldea global” las diferentes culturas se aproximan, y personas de
distintas formas de vida forman parte de un paisaje crecientemente cercano. Pero,
desde cierto punto de vista, la diversidad se presenta como un problema, bien porque
la globalización es vista como amenaza a la conservación de valores culturales
sostenidos por culturas ancestrales, o bien, porque la inclusión de las diferencias en la
convivencia social, plantea un desafío más complejo a las naciones en materia de
desarrollo (UNESCO, 2005).

Las experiencias educativas que se analizan a continuación, han partido, sin


embargo, de una valoración de la diversidad cultural. Ésta es un “fenómeno positivo y
un factor de enriquecimiento y desarrollo para la sociedad, que surge de la
conjugación de un amplio espectro de visiones del mundo, explicaciones,
ideologías y manifestaciones de creatividad, que ofrecen a los ciudadanos
variados modos de vida, individuales y colectivos y múltiples vías de evolución y
desarrollo. La diversidad cultural es fuente de intercambios, innovación y de
creatividad, tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica
para los organismos vivos. En este sentido, constituye el patrimonio común de la
humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las
generaciones futuras” (Declaración Universal de la UNESCO
sobre Diversidad Cultural, Art.1).

Ante las carencias sociales existentes y la visión de oportunidad que ofrece la riqueza
inherente a la diversidad en cada contexto, se ha puesto en marcha

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una serie de iniciativas para mejorar la calidad de la educación y de la vida de las
personas y las comunidades. Las experiencias han sido descritas por los propios
protagonistas y han significado un esfuerzo importante de evaluación y sistematización
que permite desarrollar una cultura de innovación y la capacidad innovadora de los
educadores.

En la primera parte se examina el origen de las experiencias y los objetivos que se


proponen alcanzar: a qué inquietudes, quiebres o requerimientos responden las
innovaciones, qué propósitos las motivan, y qué oportunidades avizoran quienes las
lideran. En segundo lugar, se analizan los diseños y trayectorias de las innovaciones:
estrategias, procesos y actividades. Finalmente se hace un balance de las innovaciones,
analizando cuáles han sido los factores facilitadores, los obstáculos y conflictos que han
ido surgiendo por el camino, cómo se evalúan sus resultados e impactos y cuáles son
sus proyecciones.

1.1 Breve panorama de las políticas.


Las diferencias son inherentes a los seres humanos, siendo una muy principal la
diferencia que emana de la procedencia cultural, sustento dinámico y cambiante desde
el cual el sujeto construye su identidad propia. La respuesta de la educación a la
diversidad implica asegurar el derecho a la identidad propia, respetando a cada uno
como es, con sus características biológicas, sociales, culturales y de personalidad, que
permiten precisamente la individuación de un sujeto en la sociedad (UNESCO, 2007a).

En tanto derecho humano, el derecho a la educación no significa sólo acceder


a ella, sino además que ésta sea de calidad y logre que los alumnos se desarrollen y
participen lo máximo posible. El derecho a la educación es también el derecho a
aprender y a desarrollar los múltiples talentos y capacidades de cada persona, para ser
actores efectivos en sociedades cada vez más plurales (UNESCO, Op. cit.). En
cualquier situación de enseñanza-aprendizaje la cultura de procedencia, así como la
condición social, de género y otras condiciones personales como competencias,
habilidades e intereses, mediatizan los procesos de aprendizaje. Para responder con
precisión a los diversos referentes culturales ritmos, estilos, procesos y motivaciones de
aprendizaje, los centros escolares precisan una diferenciación cada vez más adecuada
de los currículos y modalidades de enseñanza. Una formación de calidad que respete

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plenamente la identidad cultural de sus estudiantes, requiere contemplar e incorporar al
proceso educativo la lengua, la cultura y los métodos de enseñanza tradicionales o
culturalmente adecuados para la comunicación y construcción del saber (Declaración
Universal, 2001: Art. 5).

La Educación ha de dar respuesta equilibrada al doble desafío de asegurar


Aprendizajes básicos para todos y dar respuesta, al mismo tiempo, a las necesida
UNESCO 18 des de cada uno. Así lo entendieron los ministros de educación de América
Latina y el Caribe, reunidos en la Habana, 2002, al expresar la necesidad de
proporcionar diferentes opciones, caminos y modalidades, equivalentes en calidad, para
atender la diversidad de necesidades de las personas y de los contextos en los que
tienen lugar los procesos de enseñanza y aprendizaje (PRELAC, 2002).
En algunos casos la institucionalidad educativa pública, sin embargo, ha promovido la
formación de una supuesta “identidad nacional” avasallando las identidades de las
etnias originarias, afrodescendientes y otras minorías culturales, perjudicando de este
modo la construcción de aprendizajes significativos. Pero en otros casos, la escuela ha
llevado a cabo una formidable labor de rescate de las tradiciones culturales, valorizando
la identidad cultural de los estudiantes, experiencias que se han convertido en punto de
partida de procesos de enseñanza y aprendizaje y en un verdadero aval de los éxitos
escolares de estas comunidades.

Visto desde otro ángulo, la diversidad cultural impone a la educación la doble


misión de alentar una toma de conciencia de la igualdad del valor de las culturas (la
ausencia de jerarquía o superioridad entre culturas) y del valor positivo de las
diferencias. El contacto cultural no debería entenderse como contaminación, amenaza,
deterioro o invasión, sino como enriquecimiento y oportunidad. “Ello implica no quedarse
en la polaridad de aprendizaje de lo propio y lo ajeno sino propiciar una reflexión sobre
los espacios intermedios de negociación y encuentro (muchas veces conflictivos)”
(Zavala y otros, 2005).

Si bien los sistemas educativos no pueden por sí solos asegurar el respeto de


las diferencias y garantizar la igualdad sociocultural, sí pueden cooperar en la edificación
de sociedades más justas y solidarias. En algunos casos los sistemas educativos han
propiciado la segregación entre instituciones educativas y la marginalización de

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estudiantes por poseer otras creencias o prácticas religiosas, hablar una lengua distinta
a la oficial, poseer menos recursos, vestirse diferente, por sus rasgos, su color, etc.

EDUCACIÓN INCLUSIVA Y SUS CARACTERÍSTICAS

La UNESCO define la educación inclusiva en su documento conceptual así: La inclusión


se ve como el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de
todos los estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, las culturas y
las comunidades, y reduciendo la exclusión en la educación. Involucra cambios y
modificaciones en contenidos, aproximaciones, estructuras y estrategias, con una visión
común que incluye a todos los niño/as del rango de edad apropiado y la convicción de
que es la responsabilidad del sistema regular, educar a todos los niño/as.

Se basa en el principio de que cada niño/a tiene características, intereses, capacidades


y necesidades de aprendizaje distintos y deben ser los sistemas educativos los que
están diseñados, y los programas educativos puestos en marcha, teniendo en cuenta la
amplia diversidad de dichas características y necesidades.

Se ocupa de aportar respuestas pertinentes a toda la gama de necesidades educativas


en contextos pedagógicos escolares y extraescolares.

Lejos de ser un tema marginal sobre cómo se puede integrar a algunos estudiantes en
la corriente educativa principal, es un método en el que se reflexiona sobre cómo
transformar los sistemas educativos a fin de que respondan a la diversidad de los
estudiantes.

La educación es un derecho, no un privilegio.

La educación inclusiva es una aproximación estratégica diseñada para facilitar el


aprendizaje exitoso para todos los niño/as y jóvenes. Hace referencia a metas comunes
para disminuir y superar todo tipo de exclusión desde una perspectiva del derecho
humano a una educación; tiene que ver con acceso, participación y aprendizaje exitoso
en una educación de calidad para todos.

Escuela inclusiva
Parte de la defensa de igualdad de oportunidades para todos los niño/as.

Tiene que ver con remover todas las barreras para el aprendizaje, y facilitar la
participación de todos los estudiantes vulnerables a la exclusión y la marginalización.

Significa que todos los estudiantes reciben los soportes que requieren para tener la
oportunidad de participar como miembros de una clase o aula regular, con pares de su
misma edad y de contribuir a sus colegios del vecindario.

Inclusión significa posibilitar a todos los estudiantes a participar de lleno en la vida y el


trabajo dentro de las comunidades, sin importar sus necesidades. Es el proceso de
mayor participación de los estudiantes en el colegio y la reducción de la exclusión de las
culturas, el currículo y la comunidad de los colegios locales.

La inclusión se ve más como un enfoque de la educación que como un conjunto de


técnicas educativas.

Dyson destaca que la inclusión simplemente denota una serie de amplios principios de
justicia social, equidad educativa y respuesta escolar.

La educación inclusiva significa que todos los niño/as y jóvenes, con y sin discapacidad
o dificultades, aprenden juntos en las diversas instituciones educativas regulares
(preescolar, colegio/escuela, post secundaria y universidades) con un área de soportes
apropiada.

Más que el tipo de institución educativa a la que asisten los niño/as, tiene que ver con
la calidad de la experiencia; con la forma de apoyar su aprendizaje, sus logros y su
participación total en la vida de la institución.

Escuela inclusiva
La educación inclusiva puede ser concebida como un proceso que permite
abordar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los educandos
a través de una mayor participación en el aprendizaje, las actividades culturales
y comunitarias y reducir la exclusión dentro y fuera del sistema educativo. Lo
anterior implica cambios y modificaciones de contenidos, enfoques, estructuras
y estrategias basados en una visión común que abarca a todos los niños en edad
escolar y la convicción de que es responsabilidad del sistema educativo regular
educar a todos los niños y niñas. El objetivo de la inclusión es brindar respuestas
apropiadas al amplio espectro de necesidades de aprendizaje tanto en entornos
formales como no formales de la educación. La educación inclusiva, más que un
tema marginal que trata sobre cómo integrar a ciertos estudiantes a la enseñanza
convencional, representa una perspectiva que debe servir para analizar cómo
transformar los sistemas educativos y otros entornos de aprendizaje, con el fin
de responder a la diversidad de los estudiantes. El propósito de la educación
inclusiva es permitir que los maestros y estudiantes se sientan cómodos ante la
diversidad y la perciban no como un problema, sino como un desafío y una
oportunidad para enriquecer las formas de enseñar y aprender"
(UNESCO, 2005, pág. 14.)

La educación inclusiva se caracteriza principalmente por tener un objetivo muy claro:


que todos los niños y jóvenes de una determinada comunidad desarrollen su etapa
escolar en un mismo centro y aula ordinaria, sin que tenga lugar ningún tipo de
separación en función de unas determinadas condiciones personales, sociales o
culturales. El concepto de inclusión es integral y completo, incluyendo también a
aquellos niños que presentan algún tipo de discapacidad o trastorno del aprendizaje.

1.1 Características de la educación inclusiva

Para poder llevar a la práctica la idea de una escuela donde todos tengan cabida de una
forma natural, armoniosa y sin conflictos significativos, y que además resulte exitosa a

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la hora de extraer el máximo potencial individual de cada alumno o alumna, es necesario
que se den las siguientes características:

 El principio rector y filosófico de un proyecto educativo inclusivo debe basarse


en el concepto de NOSOTROS como sinónimo de COMUNIDAD.
 Debe ser una escuela flexible en su currículo, evaluación, promoción y
organización.
 La escuela debe estar enfocada y prestar una gran atención a la diversidad de
intereses, capacidades, ritmos y necesidades de aprendizaje de cada alumno de
manera individual.
 Humanización, libertad, democracia, justicia e igualdad de oportunidades deben
ser los principales valores por los que se rijan las diversas actuaciones y
actividades de la escuela.
 A nivel metodológico, el enfoque ha de centrase en las características del alumno
y no tanto en los contenidos.

1.2 Buenas prácticas para la educación inclusiva

En base al concepto de escuelas para todos y de las características anteriormente


reseñadas, existen una serie de buenas prácticas que favorecen la inclusión en el
ámbito escolar.

 Facilitar la diversificación de la enseñanza y la personalización de las diversas


experiencias de aprendizaje.
 Fomentar la participación de los padres en los siguientes ámbitos: actividades
de la escuela, apoyo en determinados aprendizajes y control de los progresos
de sus hijos.
 Diálogo y consenso de todos los miembros de la comunidad educativa:
profesores, padres y todos los alumnos.
 El centro debe estar abierto a su entorno y realizar acciones conjuntas con
instituciones, asociaciones culturales, empresas, etc.
 Contar con los recursos necesarios para satisfacer las necesidades de los
alumnos con necesidades educativas especiales (NEE): profesores de apoyo,
material informático y didáctico, clases especiales para llevar a cabo algún tipo

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de aprendizaje específico, aunque lo ideal es que la inmensa mayoría de las
clases se realicen en el aula ordinaria.
 Crear lazos de convivencia y tolerancia entre toda la comunidad escolar.
 Prevenir la exclusión por motivos culturales favoreciendo la adaptación de los
alumnos inmigrantes y realizando actividades que fomenten la aceptación de la
diversidad y la interculturalidad (visión positiva y enriquecedora de la mezcla de
culturas).
 Crear una relación cálida y de confianza entre los profesores y los alumnos y sus
familias.

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RAÍCES DE LA EDUCACIÓN INCLUSIVA

En la década de los 80 se comienza a utilizar a nivel educativo un nuevo término que da


respuesta a la exclusión vivida por mucho tiempo por algunas minorías, como las etnias
o la población con discapacidad, consecuencia de la opresión y violación de los
derechos humanos que han sufrido los diferentes grupos minoritarios, por los discursos
hegemónicos. Es el término de Integración; éste es entendido como un principio que
orienta, ayuda y mentaliza a aceptar que la sociedad está formada por seres diferentes.
Concibiendo así la integración desde una perspectiva social reformulando el contexto
para responder a una integración no sólo física, sino a un principio de normalización
donde los alumnos sean aceptados y atendidos de acuerdo a sus características.

Este concepto de Normalización se refiere a que las personas con discapacidad puedan
acceder a una vida normal con su condición personal, permitiéndoles la igualdad de
derechos y el tener un ritmo de vida acorde con su edad y contexto. “No se normaliza a
las personas, sino al entorno y al ambiente”. (Gaviria, 1992, p. 29)

De esta forma la normalización se convierte en una base para la integración, en especial


para la integración escolar, “entendida como la unificación de las educaciones ordinaria
y especial, ofreciendo una serie de servicios a todos los niños y niñas de acuerdo a sus
necesidades de aprendizaje”. (Gaviria, 1992, p. 10)

La integración escolar debe permitir el desarrollo integral, personal, intelectual y la


autonomía social, a través de algunos principios como:

 Reconocer la educación como un derecho general.


 Cambiar la imagen y concepción que se tiene sobre la discapacidad.
 Concebir la integración como un proceso continuo.
 Elaborar proyectos educativos individualizados.
 Integrar a las personas con discapacidad en instituciones regulares.
 Generar calidad en el sistema educativo para responder a las diferencias
individuales.

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La integración de niños y niñas con NE y NEE obliga a importantes modificaciones en
la organización escolar y en la distribución de espacios de aprendizaje que habrían de
ser necesariamente más flexibles.

El desarrollo de la integración en el marco de una escuela comprensiva, ha producido


en los últimos años una evolución conceptual en lo que se entiende por integración; se
tiende a abandonar este término y sustituirlo por el de Inclusión, que surge en la década
de los 90, por se una época en donde se comienza el reconocimiento de los derechos
de las personas en situación de discapacidad.
Pero a partir de aquí, se ha venido dando una confusión entre estos dos términos. Si se
ha dado una evolución del concepto de integración, es necesario encontrar el porqué
del cambio y vislumbrar la diferencia entre uno y otro.

Pilar Arnaiz justifica el cambio de término, a la vez que da a conocer las diferencias, en
los siguientes cuatro aspectos:

1. El concepto de inclusión comunica más claramente y con mayor exactitud, que todos
los niños y niñas necesitan estar incluidos en la vida educativa y social de las escuelas,
del barrio, y en la sociedad en general, no únicamente dentro de la escuela ordinaria.
2. El termino integración está siendo abandonado, ya que implica que la meta es integrar
en la vida escolar y comunitaria a alguien o a algún grupo que está siendo ciertamente
excluido. El objetivo básico de la inclusión es no dejar a nadie fuera de la escuela
ordinaria, tanto educativa, física como socialmente.
3. La atención en las escuelas inclusivas se centra en cómo construir un sistema que
incluya y esté estructurado para hacer frente a las necesidades de cada uno de los
alumnos. No se asume que las escuelas y aulas tradicionales, que están estructuradas
para satisfacer las necesidades de los llamados “normales” o la mayoría, seas
apropiadas y que cualquier estudiante deba encajar en lo que ha sido diseñado para la
mayoría. Por el contrario, la integración de estos alumnos lleva implícita que realmente
estén incluidos y participen en la vida académica. De aquí la responsabilidad del equipo
docente de la escuela, ya que tiene que acomodar ésta a las necesidades de todos y
cada uno de sus alumnos.

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4. Asimismo, hay un cambio con respecto al planteamiento de ayudar sólo a estudiantes
con discapacidad. El interés se centra ahora en el apoyo a las necesidades de cada
miembro de la escuela. (Arnaiz, 1996).

Con este término hay entonces un sentido de comunidad, y el problema ya no es como


integrar a algunos/as estudiantes con NEE, sino cómo desarrollar un sentido de
comunidad y apoyo mutuo que fomente el éxito entre todos los miembros de la escuela,
reconociendo como miembro de la escuela también a la familia. Y así lograr un trabajo
en equipo, donde todos los padres, estudiantes y docentes, formen vínculos de
cooperación y compromiso.

En cuanto al proceso dentro del aula, los y las estudiantes, clasificados tradicionalmente
con severas y profundas discapacidades, son incluidos en las aulas ordinarias a través
del uso de “círculos de amigos” y otros enfoques centrados en “conectar” estudiantes y
profesores a través de amistades y relaciones. Estos esfuerzos tienen la finalidad de
que toda la escuela desarrolle un mejor sentido de comunidad. (Arnaiz, 1996).

En el modelo de integración, los niños con discapacidad pasaban mucho tiempo fuera
del aula recibiendo apoyo. En las escuelas inclusivas ningún alumno sale del aula para
recibir apoyo, sino que el apoyo se recibe dentro del aula, lo que exige que los recursos
estén en la misma y los profesores de apoyo realicen una importante tarea de
coordinación con el profesor tutor. (Arnaiz, 1996).

La inclusión implica por tanto cambios en la filosofía, el currículo, las estrategias de


enseñanza aprendizaje. Tales cambios no sólo afectan a los estudiantes con NE y en
situación de discapacidad, sino que vas más allá del alcance de lo que tradicionalmente
ha sido considerado como educación especial. (Arnaiz, 1996).

Con lo ya mencionado se puede decir cuales son entonces las condiciones de una
escuela inclusiva, he aquí más específicamente:

 Trabajo colaborativo entre profesorado.

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 Estrategias de enseñanza – aprendizaje.
 Atención a la diversidad desde el currículo.
 Organización interna.
 Colaboración escuela – familia.
 Transformación de los servicios/recursos destinados a la educación especial.

Para comprender y explicar el fracaso escolar es preciso considerar aspectos políticos


económicos y culturales, “por ello autores como Barton (1998), Clark, Dyson y Millward
(1998), Oliver (1990); Skrtic (1991) y Slee (1993), entre otros, han criticado duramente
esta situación, y han iniciado un proceso de reconstrucción de la Educación Especial
como un supuesto medio de asegurar la igualdad, la cohesión y la inclusión.” (Arnaiz,
1996, p. 12).

La inclusión no se produce por si misma sino que requiere un cambio en la política


educativa y en el funcionamiento de los centros. Esta es contraria a la competición, es
una cuestión de derecho, de equidad, de lucha contra la desigualdad. Su fin es que todo
ciudadano pueda recibir una educación acorde a sus características, que se constituya
en la puesta de entrada a la sociedad del conocimiento.
Pilar Arnaiz Sánchez cita los estudios de Rutter y otros (1979) y Morimore (1988), estos
hablan del papel de los centros educativos en asegurar y promover la igualdad de
oportunidades para todos y todas las y los estudiantes, garantizando su formación y
progreso social.

Así también el currículo juega un papel importante en la transmisión de lo que es


reconocido y valorado en términos del conocimiento y cultura, mediante reglas y
prácticas sociales, (Arnaiz, 2003) quedando inscrito el currículo oculto.

Escuela inclusiva
BENEFICIOS DE LA EDUCACIÓN INCLUSIVA

Décadas de investigación indican que la educación de alumnos con discapacidades en


entornos inclusivos puede ofrecer una serie de beneficios académicos y sociales para
estos alumnos. La primera subsección de esta sección describe los beneficios
académicos de la inclusión para alumnos con una variedad de discapacidades y la
segunda subsección describe los beneficios académicos de la inclusión para los
alumnos con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales en particular. La
última subsección resume los beneficios sociales de la inclusión para los alumnos con
discapacidades.

Los alumnos con discapacidades incluidos superan académicamente a los


alumnos segregados.
Existen pruebas contundentes de que los alumnos con discapacidades se benefician
académicamente de la educación inclusiva. El impacto académico de la inclusión se ha
estudiado de muchas maneras con diversas poblaciones de alumnos alrededor del
mundo.

Múltiples análisis sistemáticos de la literatura de investigación académica indican que


los alumnos con discapacidades que fueron educados en clases de educación general
superaron académicamente a sus pares que fueron educados en entornos segregados
(Baker, Wang y Walberg, 1995; Katz & Mirenda, 2002). Esta subsección comienza con
una descripción de los estudios realizados en los Estados Unidos y finaliza con pruebas
de estudios internacionales.

Un estudio de 2012 realizado por Hehir y colegas analizó el desempeño de más de 68


000 alumnos con discapacidades de la escuela primaria y secundaria del estado de
Massachusetts de los Estados Unidos. Usando datos de pruebas del estado, los autores
identificaron muchos factores que influyen en los logros académicos de los alumnos. El
ingreso familiar, la calidad escolar y el dominio del inglés se relacionaban con el
desempeño académico del niño. Luego de controlar estadísticamente estos factores, los
autores hallaron que, en promedio, los alumnos con discapacidades que invirtieron una
mayor proporción de su día escolar con sus pares no discapacitados se desempeñaron
significativamente mejor con respecto a los índices de lenguaje y matemática que los

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alumnos con discapacidades similares que invirtieron una menor proporción de su día
escolar con sus pares no discapacitados (Hehir, Grindal & Eidelman, 2012). Los niños
con discapacidades también se benefician de estar incluidos en programas previos al
jardín de infantes. Un estudio de 757 alumnos de tres y cuatro años en el Oeste Medio
de los Estados Unidos halló que las habilidades lingüísticas de los alumnos con
discapacidades se benefician sustancialmente de tener la oportunidad de asistir al
preescolar con alumnos no discapacitados (Justice, Logan, Lin & Kaderavek, 2014).

La educación inclusiva tiene grandes beneficios tanto para los niños con discapacidad
como para los niños que no tienen ningún tipo de discapacidad. Todos pueden aprender
de todos y además, potenciar lo mejor de ellos mismos. Pero además de todo esto,
también hay otros beneficios que merece la pena mencionar:

- Desarrollo de fortalezas y dones individuales, con expectativas altas y apropiadas para


cada chico.

- El trabajo sobre los objetivos individuales durante su participación en la vida de la clase


con otros estudiantes de su misma edad hará que potencie las capacidades de cada
niño.

- Involucrar a los padres en la educación académica de sus hijos y en las actividades de


las escuelas locales.

- Fomento de una cultura escolar de respeto y pertenencia.

- La educación inclusiva ofrece oportunidades para aprender y aceptar las diferencias


individuales, lo que reduce el impacto de acoso e intimidación.

- Desarrollo de amistades con una amplia variedad de otros niños, cada uno con sus
propias necesidades y capacidades individuales.

- Aprecio de la diversidad y la inclusión en un nivel más amplio dentro de una comunidad.

Escuela inclusiva
Fuentes Bibliográficas:

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