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El Paleolítico inferior es el primero de los periodos en que está dividido el Paleolítico, la etapa

inicial de la Edad de Piedra. Está caracterizado por la presencia de dos tradiciones líticas de
evolución muy lenta: la olduvayense o modo técnico 1 y la achelense o modo técnico 2.

El Paleolítico Superior es un concepto que abarca el final del Paleolítico Medio y comienzos del
Mesolítico.

Como ocurría con el periodo anterior, las fechas de comienzo y final del Paleolítico Medio
varían mucho según la región del planeta. En líneas generales, los expertos señalan que
duró hasta el 30.000 a.C.

Las zonas geográficas más importantes en cuanto a la actividad humana fueron Europa y
Oriente Medio. Fue en este periodo cuando apareció el Neandertal, ya dentro del género
Homo sapiens.

También existen evidencias que confirman la presencia del hombre de Cromañón, con
características prácticamente iguales a las del hombre moderno, en algunas regiones
asiáticas.

Las dos especie tuvieron que afrontar una condiciones ambientales muy duras debido a los
periodos glaciales que caracterizaron esta época. Esto provocó que la mayor parte de la
vegetación fuera la típica de la tundra.

Por otra parte, la mayor capacidad craneal permitió que los seres humanos elaboraran
herramientas más complejas. Se han encontrado restos que demuestran que ya eran capaces
de fabricar utensilios compuestos, uniendo la piedra con la madera.

Otros restos prueban que habían comenzado a utilizar técnicas para conservar la carne.
Igualmente, también empezaron a pescar, sobre todo en los ríos que encontraban a su paso.

Fue entonces cuando los primeros seres humanos mostraron sus primeras creencias
religiosas, especialmente relacionadas con los enterramientos.

El propio nombre de este periodo, Paleolítico (Piedra Antigua), muestra la


importancia que este material tuvo para los primeros humanos. Aunque aún no
sabían cómo pulirla, pronto empezaron a tallarla de diversas maneras.

Entre las técnicas más destacadas para tallar la piedra se encontraba la percusión.
Esta consistía en golpear una piedra del tipo concoidea, como el cuarzo o el sílex,
con otra piedra más dura o con los cuernos de algún animal. Con este proceso
lograban darle la forma deseada.
Durante el Paleolítico Superior, al final del periodo, el ser humano aprendió a
tallar la piedra usando la presión. Con esta técnica se obtenían resultados más
precisos. Era, por ejemplo, el mejor modo de conseguir filos cortantes o lascas.

Las herramientas que primero se elaboraron eran muy sencillas: los cantos
tallados. Más adelante, empezaron a fabricar hachas de mano o bifaces. A pesar
del nombre, estas hachas se utilizaban para múltiples actividades, desde cortar a
perforar.

El siguiente paso fue la especialización de las herramientas. Cada una empezó a


tener una utilidad concreta, como en el caso de las raederas que se usaban para
curtir las pieles.
Paleolítico: etapas, características,
herramientas, economía
El Paleolítico fue un periodo de la Prehistoria que comenzó hace unos 2,59 millones de
años. Su nombre significa “piedra antigua” y fue ideado por John Lubbock en 1865. Este
periodo es el más extenso dentro de la existencia del ser humano, ya que se prolongó hasta
hace aproximadamente unos 12000 años.

Junto con el Mesolítico y el Neolítico, el Paleolítico forma parte de la Edad de Piedra. A su


vez, está subdividido en tres fases diferentes: el Paleolítico Superior, el Medio y el Inferior.
Esta categorización está basada en el tipo de restos arqueológicos que se han encontrado en
los yacimientos

Durante el Paleolítico, la especie humana vivió una gran transformación. Así, los
homínidos empezaron a evolucionar hasta alcanzar las características físicas y mentales del
hombre actual. Por otra parte, los grupos humanos aún no habían adoptado el sedentarismo,
sino que se trasladaban de un lugar a otro buscando las mejores condiciones de
supervivencia.

La evolución de los seres humanos propició también que fueran capaces de fabricar
herramientas más complejas y con materiales cada vez más diversos. Muchos de estos
utensilios tenían como finalidad la caza y la pesca, actividades que, junto con la
recolección, eran la base de la alimentación de las sociedades primitivas.

Etapas
El Paleolítico tuvo su comienzo hace unos 2,59 millones de años, cuando apareció el Homo
habilis, el primer representante del género Homo en la Tierra. Su finalización se marca en
el momento en que los seres humanos aprendieron a controlar la agricultura y a desarrollar
nuevas técnicas para trabajar la piedra.

Dentro de la división cronológica de la Prehistoria, el Paleolítico es la primera fase de la


Edad de Piedra. Las otras dos fueron el Mesolítico y el Neolítico, tras el que comenzó la
Edad de los Metales.

A su vez, los expertos han dividido el Paleolítico en tres periodos: el Inferior, el Medio y el
Superior. Todos los conocimientos sobre esta etapa provienen de los restos encontrados en
los diferentes yacimientos. Su estudio ha permitido conocer qué tipo de herramientas
utilizaban, qué comían o, incluso, que fue en esta etapa cuando se descubrió el fuego.
Uno de los aspectos importantes en la evolución de los primeros grupos humanos fue el
clima. Durante el Paleolítico, el planeta se encontraba en una era glaciar, lo que hacía más
dura la supervivencia. A finales del periodo el tiempo empezó a calentarse, algo que
favoreció el final del nomadismo y la aparición de la agricultura.

Paleolítico inferior

Los expertos coinciden en marcar su comienzo sobre el año 2.600.000 a.C., pero existen
muchas diferencias acerca de su finalización. Así, las fechas señaladas oscilas desde el
250000 a.C al 15000 a.C.

Durante esta etapa se produjeron hasta cuatro periodos glaciales en el hemisferio norte. Este
clima tan frío fue una de las causas que obligaron a los primeros humanos a vivir en el
interior de cuevas. Además, también provocaba que los alimentos escasearan, lo que hacía
que los grupos tuvieran que trasladarse cada poco tiempo.

En el Paleolítico Inferior apareció el Homo habilis en una zona ubicada en el este de África.
Para poder sobrevivir se organización en grupos familiares de unos 15 o 20 individuos.

Otro importante tipo de homínidos que vivió durante este periodo fue el Homo erectus. Los
clanes que formaron eran bastante mayores y sus herramientas ganaron en complejidad.
Ambos factores les permitió ampliar sus capacidades de capturar presas para alimentarse.
El consumo de más proteínas animales propició que adquirieran mayor inteligencia.

A finales del Paleolítico Inferior se produjo uno de los descubrimientos más importantes de
toda la historia de la humanidad: el fuego. Al principio, los humanos solo podían
aprovecharlo cuando se generaba de manera natural, pero, con el tiempo, aprendieron a
manejarlo.

Paleolítico medio

Como ocurría con el periodo anterior, las fechas de comienzo y final del Paleolítico Medio
varían mucho según la región del planeta. En líneas generales, los expertos señalan que
duró hasta el 30.000 a.C.

Las zonas geográficas más importantes en cuanto a la actividad humana fueron Europa y
Oriente Medio. Fue en este periodo cuando apareció el Neandertal, ya dentro del género
Homo sapiens.

También existen evidencias que confirman la presencia del hombre de Cromañón, con
características prácticamente iguales a las del hombre moderno, en algunas regiones
asiáticas.
Las dos especie tuvieron que afrontar una condiciones ambientales muy duras debido a los
periodos glaciales que caracterizaron esta época. Esto provocó que la mayor parte de la
vegetación fuera la típica de la tundra.

Por otra parte, la mayor capacidad craneal permitió que los seres humanos elaboraran
herramientas más complejas. Se han encontrado restos que demuestran que ya eran capaces
de fabricar utensilios compuestos, uniendo la piedra con la madera.

Otros restos prueban que habían comenzado a utilizar técnicas para conservar la carne.
Igualmente, también empezaron a pescar, sobre todo en los ríos que encontraban a su paso.

Fue entonces cuando los primeros seres humanos mostraron sus primeras creencias
religiosas, especialmente relacionadas con los enterramientos.

Paleolítico superior

La etapa que puso fin al Paleolítico y dio paso al Mesolítico comenzó sobre el año 30.000
a.C y finalizó 20.000 años después.

A comienzos de esta fase, los neardentales y los cromañones coincidieron en Europa. La


cohabitación duró unos 10000 años, hasta que, por motivos desconocidos, los primeros se
extinguieron.

Estos homínidos seguían siendo nómadas, recolectores y cazadores. Pronto, los grupos
empezaron a ampliarse, aunque aún basados solo en relaciones familiares.

El Paleolítico Superior fue una etapa durante la que el ser humano vivió una importante
transformación. Entre otras facetas, comenzaron a perfeccionar la técnica para tallar la
piedra y, además, surgieron nuevas herramientas construidas con huesos.

Precisamente, el hueso fue la materia prima principal para la fabricación de armas


arrojadizas. Estas suponían un gran avance, ya que permitían cazar animales de manera más
segura, sin tener que acercarse demasiado. Muchas de esas cacerías quedaron reflejadas en
las pinturas rupestres con las que adornaban las paredes de las cuevas.

Por último, los seres humanos iniciaron una nueva actividad: la agricultura. Aunque aún
pasarían años para que la dominaran y se convirtiera en la base del paso al sedentarismo, ya
comenzaron a plantar y aprovechar las cosechas de algunos productos.

Características
Como se ha señalado, el Paleolítico es la época de mayor duración en la historia de la
especie humana. Esto provoca que cada fase de ese periodo tuviera características propias,
aunque pueden extraerse algunas comunes a todas ellas.
El nombre de este periodo, Paleolítico (Piedra Antigua) proviene del primer material que el
primitivo ser humano utilizó. Al principio, solo las recogía del suelo para usarlas, pero poco
a poco aprendió a tallarlas a voluntad.

Uno de los aspectos más importantes del Paleolítico fue la evolución del propio ser
humano. Durante estos miles de años, cambió físicamente, aprendió a elaborar nuevas
herramientas, descubrió cómo manejar el fuego y empezó a manifestar creencias religiosas.

Variaciones climáticas durante el Paleolítico

El eje de la Tierra sufrió algunas variaciones durante el Paleolítico, lo que afectó de manera
notable al clima. Durante este periodo se produjeron hasta cuatro glaciaciones que
cambiaron totalmente las características de grandes extensiones del planeta.

Los primeros seres humanos debieron aprender a sobrevivir en esas duras condiciones de
frío. Buenas parte de la forma de vida de esos homínidos se debieron a ese clima tan
desfavorable, comenzado por la necesidad de vivir dentro de las cuevas.

La evolución humana

Por una parte, los expertos señalan que existe una correlación bastante exacta entre los tipos
de homínidos y las fases en las que se divide el Paleolítico. Así, el Homo habilis, que
residía en África, fue el más importante durante el Paleolítico Inferior.

La siguiente fase estuvo caracterizada por la presencia del Hombre de Neandertal en


Europa y Oriente Medio. Por último, el Paleolítico Superior trajo consigo el dominio del
Hombre de Cromañón.

En cuanto a la evolución temporal y geográfica, los primeros homínidos (el Homo habilis y
el Homo ergaster) eran originarios del continente africano. Fue el segundo el que comenzó
a migrar fuera de África, alcanzado lugares tan lejanos como la Georgia actual.

Por su parte, el Homo erectus apareció en Asia y sobrevivió hasta que los humanos
modernos acabaron con su presencia.

Mientras, los homínidos que habían llegado a Europa continuaron su evolución hasta que
aparecieron el Homo heidelbergensi, primero, y el Neardental, después.

Estos últimos, que llegaron al continente europeo hace unos 200.000 años, tenían algunas
características similares a las del hombre moderno. En esa misma época surgió en África el
Homo sapiens, la especie humana actual, aunque no llegaría a Europa hasta hace unos
50.000 años.

Forma de vida
La forma de vida de los homínidos que vivieron durante el Paleolítico era nómada.
Normalmente, formaban pequeños clanes familiares de entre 12 y 20 personas y se
desplazaban buscando el mejor lugar para sobrevivir. Ese tipo de asociación favoreció que
apareciera el concepto de familia.

Las bajas temperaturas obligaban que esos grupos tuvieran que buscar cuevas en la que
alojarse. En ocasiones, durante los veranos de las épocas interglaciales, construían algunas
chozas aprovechando las pieles y huesos de los animales, hojas y cañas.

La población del Paleolítico se alimentaba de los frutos y vegetales que recogían. En cuanto
a la carne, en un primer momento eran carroñeros y, más tarde, empezaron a cazar hasta
convertir esta actividad en su fuente más importante de proteínas.

Aunque la agricultura no se desarrolló hasta la llegada del neolítico, algunos hallazgos


parecen demostrar que estos homínidos pudieron practicar una horticultura limitada. El no
contar con los utensilios adecuados y el mal tiempo impidieron que pudieran ir más allá en
esta actividad.

A partir del Paleolítico Medio, siempre según los restos encontrados, los primeros hombres
empezaron a obtener alimento de ríos y de las zonas costeras. La mayoría de las veces, tan
solo se trataba de moluscos cuya concha rompían con las piedras que habían convertido en
herramientas.

Creencias en el Paleolítico

No es posible conocer el momento en el que los primeros seres humanos comenzaron a


tener creencias religiosas o trascendentales. Gracias a los yacimientos, sí se sabe que los
ritos más antiguos tuvieron relación con los enterramientos, lo que da a entender que
desarrollaron una especie de veneración por sus antepasados.

Aunque también se han encontrado fosas comunes, los expertos afirman que solían enterrar
a sus muertos. Después, se colocaba alguna losa de piedra y se hacían ofrendas para
honrarlos. Los que más desarrollaron estas ceremonias fueron los neardentales, que incluso
decoraban las losas que cubrían las tumbas.

Arte en el Paleolítico

Las evidencias sobre la existencia de arte en el Paleolítico apuntan a que se empezó a


desarrollar durante el periodo Superior. Hay que tener en cuenta que, en realidad, las
pinturas, las tallas o los huesos grabados tenían funciones prácticas y que no se elaboraban
como expresión artística.
Sin duda, el arte más conocido de esta época son las pinturas rupestres. La mayoría de ellas
aprovechaban las paredes de las cuevas para pintar sobre ellas, aunque existen también
ejemplos en el exterior.

La temática de estas pinturas solía ser la caza. Se supone que sus autores trataban de
“invocar” la buena suerte a la hora de capturar animales. Otros temas frecuentes fueron las
representaciones humanas, aunque las figuras solían tener rasgos grotescos. Igualmente, la
fertilidad fue otro de los motivos habituales en el arte rupestre.

Además de estas pinturas, y de las figurillas que representaban a mujeres con los rasgos
asociados a la fertilidad exagerados, durante este periodo se desarrolló un tipo de arte
mobiliar. Se trataba de obras móviles que se realizaban en huesos, piedras o conchas. Un
ejemplo eran las pinturas realizadas sobre collares o puntas de lanzas.

Armamento del Paleolítico

Aunque la guerra era un concepto desconocido durante el Paleolítico, el ser humano


empezó muy pronto a fabricar armas. En este caso, su objetivo era tener las mejores
herramientas posibles para la caza y la pesca.

Una simple piedra fue, sin duda, el primer tipo de armamento utilizado por el ser humano,
Más tarde, empezaron a afilar esas piedras para que pudieran cortar y raspar. Nacieron así
los cuchillos y las hachas de mano. Cuando empezaron a unirle palos de madera para que
actuaran como mango, estas armas mejoraron su eficacia.

Otro hito en este ámbito se dio tras el descubrimiento del fuego. Los humanos de la época
se dieron cuenta que si acercaban un palo afilado a las llamas, esta acababa endureciéndose.

Antes de que el Paleolítico acabara, las armas se habían perfeccionado en gran medida. En
esos momentos, sus dueños comenzaron a realizar inscripciones y tallas en ellas para
adornarlas y personalizarlas.

Herramientas e inventos del Paleolítico


Aunque, como se ha señalado, existieron diferentes especies y culturas, las
técnicas para fabricar herramientas no difirieron demasiado entre ellas. Sí, en
cambio, fue produciéndose una evolución en la complejidad y eficacia de esos
utensilios.

Al principio del periodo, durante el Paleolítico Inferior, los homínidos solo tenían
conocimientos para fabricar herramientas sencillas.
Como ocurrió con las armas, lo primero que se utilizó fue una simple piedra para
golpear con ella y partir huesos u otros objetos. Cuando las piedras se rompían,
podían usar las partes afiladas para cortar.

La piedra: el primer material

El propio nombre de este periodo, Paleolítico (Piedra Antigua), muestra la


importancia que este material tuvo para los primeros humanos. Aunque aún no
sabían cómo pulirla, pronto empezaron a tallarla de diversas maneras.

Entre las técnicas más destacadas para tallar la piedra se encontraba la percusión.
Esta consistía en golpear una piedra del tipo concoidea, como el cuarzo o el sílex,
con otra piedra más dura o con los cuernos de algún animal. Con este proceso
lograban darle la forma deseada.

Durante el Paleolítico Superior, al final del periodo, el ser humano aprendió a


tallar la piedra usando la presión. Con esta técnica se obtenían resultados más
precisos. Era, por ejemplo, el mejor modo de conseguir filos cortantes o lascas.

Las herramientas que primero se elaboraron eran muy sencillas: los cantos
tallados. Más adelante, empezaron a fabricar hachas de mano o bifaces. A pesar
del nombre, estas hachas se utilizaban para múltiples actividades, desde cortar a
perforar.

El siguiente paso fue la especialización de las herramientas. Cada una empezó a


tener una utilidad concreta, como en el caso de las raederas que se usaban para
curtir las pieles.

Etapas en la talla de la piedra

Los historiadores distinguen hasta cuatro fases diferentes en la evolución de las


técnicas de talla de la piedra.

La primera etapa se produjo durante el Paleolítico Inferior Arcaico. En esta


predominó el denominado modo técnico 1 o Cultura de los cantos tallados.

Tras esta fase llegó el achelense o industria de modo 2, cuya herramienta


distintiva son los bifaces. Las novedades técnicas permitieron a los homínidos de
la época obtener 40 centímetros de filo por cada kilo de roca.
La última fase (modo técnico 3) se desarrolló en el Paleolítico Medio. Fue
cuando apareció en musteriense y los humanos podían lograr hasta dos metros de
filo por cada kilogramo de roca.

Al final del Paleolítico, en el Superior, se produjo una gran mejora en la talla de


la piedra. En lo que se ha llamado modo técnico 4, los habitantes de la época eran
capaces de obtener 26 metros de filo por cada kilo de roca.

El hueso

Aunque, como se ha señalado, la piedra fue la materia prima por excelencia del
Paleolítico, los primeros seres humanos también utilizaron otros materiales que
tenían a mano.

Entre estos destacaron los huesos de los animales que cazaban o, simplemente,
morían a su alrededor. Las herramientas elaboradas a partir de este material
fueron bastante variadas. Las más importantes fueron los punzones, las agujas de
coser, los propulsores y los arpones para pescar.

No obstante, este tipo de utensilios fueron bastante escasos hasta el Paleolítico


Superior, cuando el ser humano moderno llegó a Europa procedente del
continente africano.

Inventos durante el Paleolítico Inferior

Durante el Paleolítico Inferior se produjo uno de los descubrimientos más


importantes: el fuego. Sin embargo, no se aprendería a dominarlo hasta tiempo
después.

Sobre el año 500000 a.C, se empezaron a elaborar vestidos usando las pieles de
los animales. Unos cien mil años más tarde, el ser humano comenzó a añadir
piezas de madera a sus herramientas de piedra, con el fin de que fueran más
fáciles de utilizar.

Hachas de tamaño reducido han aparecido en restos datados sobre el 250000 a.C.
Poco después, inventaron los bifaces, los raspadores, las puntas de lanzas o los
cuchillos.

Inventos durante el Paleolítico Medio


Las herramientas de percusión y el consiguiente uso de esa técnica para tallar la
piedra fue una de las novedades más importantes durante el Paleolítico Medio.
Esto propició la fabricación de nuevas clases de cuchillos, raspadores o azagayas,
todos con una calidad superior.

Otros utensilios que aparecieron en esta época fueron los buriles, las raederas o
unos punzones que permitían trabajar mejor las pieles y las piedras. Por otra
parte, sobre el 75000 a.C se produjo un gran adelanto técnico en la industria del
hueso.

Inventos durante el Paleolítico Superior

Un nuevo material empezó a utilizarse alrededor del 30000 a.C: la arcilla. Más o
menos al mismo tiempo se inventaron el arco y la flecha. Ya cerca del
Mesolítico, los seres humanos mejoraron mucho el tratamiento de la piedra, lo
que anunciaba la llegada de la nueva técnica que caracterizaría al Neolítico: la
piedra pulida.

El fuego

Aunque realmente no pueda considerarse ni una herramienta ni un invento, el aprendizaje


por parte del hombre de cómo manejar el fuego supuso una revolución a todos los niveles,
incluido el fisiológico. En este sentido, cocinar los alimentos con fuego mejoró la absorción
de nutrientes, lo que desembocó en una mejora de la inteligencia.

Fue el Homo erectus el que primero comenzó a usar el fuego. En un primer momento debía
limitarse a aprovechar los eventos naturales que provocaban incendios, pero después
aprendió cómo encenderlo y conservarlo.

Se han encontrado restos que prueban que el Homo erectus comenzó a cazar y a asar a sus
presas. Además, esta técnica hacía que la carne se conservará más tiempo antes de
estropearse.

Las bifaces

Uno de los utensilios más característicos de todo el Paleolítico fue el bifaz. Se trataba de
una herramienta construida con piedra, normalmente sílex. Este se tallaba por las dos caras
usando una técnica denominada buril hasta darle una forma triangular.

El uso del bifaz se generalizó, sobre todo, durante el Paleolítico Superior. Sus funciones
eran cortar, perforar o raspar otros materiales, especialmente hueso y madera.

Las hachas de mano


Aunque en muchas ocasiones se confunden con los bifaces, las hachas de mano fueron una
herramienta diferente. Comenzaron a utilizarse durante el Paleolítico Inferior y
mantuvieron su importancia hasta que se le añadió un mango de madera para facilitar su
uso.

Para fabricarlas había que golpear la piedra con un martillo del mismo material. Con
habilidad, se conseguía darle la forma deseada y afilar los bordes.

Los historiadores señalan que sus usos más habituales eran cortar madera o carne, cavar o
raspar el cuero. Igualmente, parece que se utilizaron para cazar o para defenderse del ataque
de los animales.

Puntas de lanza

La técnica de la percusión permitió que el ser humano pasara de usar lanzas elaboradas
completamente con palos a añadirles puntas fabricadas con sílex. Gracias a esto, la caza se
multiplicó, además de hacerla menos peligrosa.

Cuchillos

Como ocurrió con las puntas de lanzas, los humanos tuvieron que esperar a que se
descubriera la percusión para tener sus primeros cuchillos. En realidad, se trataba más bien
de lascas anchas con los bordes muy cortantes.

Estos cuchillos se inventaron en el Paleolítico Medio. Antes de eso, para cortar debían
usarse piezas de madera o hueso afiladas y bastante menos resistentes.

Economía
No se puede hablar de la existencia en este periodo de una economía en el sentido moderno.
Al utilizar este concepto los expertos se refieren a las actividades relacionadas con la
obtención de bienes y con los posibles intercambios que desarrollara la población.

Desde este punto de vista, la economía durante el Paleolítico es calificada como


depredadora. Su base era la caza y la recolección, actividades con las que lograban cubrir
todas las necesidades básicas, desde la obtención de alimentos hasta la de materiales para
fabricar la ropa.

Este tipo de actividades fueron evolucionado a lo largo del tiempo. En un primer momento,
la caza era bastante menos importante que la recolección y la carne que se consumía se
obtenía mediante el carroñeo.
Por otra parte, algunos autores califican a los grupos humanos formados en la época como
opulentos. Esto implica que tenías sus necesidades, o la mayoría de ellas, cubiertas por
completo, aunque siempre dependían de la naturaleza y las condiciones cambiantes de esta.

Primeros homínidos

Como se ha señalado, los primeros tipos del género Homo, como el habilis, no tenían
grandes habilidades para la caza. Su economía estaba basada en la recolección de los
vegetales que encontraran a su alrededor.

Estos homínidos tan solo capturaban de vez en cuando algún animal pequeño, como
algunos reptiles o aves. El resto de la carne que consumían provenía de los animales
muertos o moribundos que encontraran.

Incluso el Homo erectus continuó manteniendo la carroña como principal fuente de


alimentación carnívora, a pesar de que se han encontrado evidencias de que había
comenzado a cazar y a utilizar trampas para capturar animales.

Fue el Homo heidelbergensis el primer tipo de homínido que se empezó a cazar como
actividad principal. Más adelante, el Homo sapiens mejoró sus técnicas y comenzó también
a pescar.

Estos homínidos continuaban siendo nómadas. Cuando los alimentos de una zona
empezaban a escasear, los grupos se desplazaban a otra en la que pudieran encontrar todo lo
que necesitaban.

División del trabajo

No se han encontrado evidencias de que los grupos humanos durante el Paleolítico tuvieran
un sistema de división del trabajo. Las únicas excepciones podrían ser los chamanes o los
artesanos, aunque tampoco se sabe a ciencia cierta.

En general, cada individuo debía hacerse cargo de cualquier tipo de labor. Lo importante
era sobrevivir y todos tenían que aportar sus habilidades para ello.

Hasta hace poco, la mayoría de los expertos pensaban que sí existía cierta diferenciación en
los trabajos dependiendo del sexo de la persona.

Así, se creía que los hombres se dedicaban a la caza mientras las mujeres se ocupaban de la
crianza y la recolección. Algunos hallazgos parecen desmentir esta idea y señalan que las
mujeres también jugaban un papel importante en las partidas de caza.

Otro aspecto que podía provocar una cierta división en los trabajos era la edad. No
obstante, esto no implicaba ningún tipo de jerarquización dentro del grupo.

Intercambios
Durante el Paleolítico no existía el concepto de comercio. Sí se producían, sin embargo,
intercambio de bienes, pero basados en la reciprocidad o en la donación. En este último
caso, el que entregaba algo lo hacía sin esperar nada a cambio. Tan solo podía suponer un
aumento de su prestigio social.

Por otra parte, cuando la entrega de bienes se basaba en la reciprocidad, el individuo que la
realizaba esperaba obtener algún producto a cambio del suyo. Sería, en cierto modo, el
origen del trueque.

Toda esta organización económica provocaba que los grupos fueran muy igualitarios, sin
que nadie acumulara bienes y, por lo tanto, poder. La cooperación estaba por delante de la
competencia, ya que lo importante era la supervivencia del clan.

Organización social

El ser humano del Paleolítico era, fundamentalmente, nómada. La búsqueda de recursos


naturales hacía que tuviera que desplazarse de un lugar a otro. Normalmente, lo hacían en
pequeños grupos, de no más de 20 personas unidas por lazos familiares.

Los expertos dan por seguro que existieron culturas de diversos tipos, desde las
patrilineales a la matrilineales. Sin embargo, aseguran que estó no implicaba que
aparecieran privilegios o herencias.

Como se apuntaba anteriormente, todos los miembros del grupo tenían que cooperar para
poder sobrevivir. El pequeño tamaño de estas comunidades hacia imposible que existiera la
especialización en el trabajo, ni la jerarquización del mismo.

Sociedades igualitarias

Los grupos sociales del Paleolítico eran muy igualitarios. Cada miembro del clan recibía,
probablemente, los mismos bienes, desde alimentos a herramientas. Esto no implica que no
existieran diferencias entre el prestigio de cada individuo, pero las tumbas encontradas
parecen indicar que esto no se tradujo en ningún tipo de jerarquización.

Igualmente, los historiadores señalan que todos tenían acceso libre a los bienes disponibles.
La posesión de estos era comunal, aunque el uso de la ropa o las herramientas pudiera ser
individual. Uno de los efectos de este sistema fue la poca conflictividad presente en el
interior de los grupos.

Conflictos bélicos

Representación de conflicto de Paleolítico. Fuente: Eduardo Hernández Pacheco [Public


domain]
Hasta el momento no se han encontrado pruebas de que se produjeran enfrentamientos
bélicos entre las distintas comunidades. De hecho, los expertos apuntan que las
circunstancias vitales de la época hacía que no existieran motivos para que estallaran
guerras, empezando por la escasa densidad de población.

Los últimos cálculos estiman que la máxima población existente durante el Paleolítico fue
de unos 10 millones de personas en todo el planeta. Esto implica que fuera complicado que
los diversos grupos se encontraran y que, además, no era necesaria la lucha por los
recursos.

La última etapa del Neolítico en Oriente Próximo, Europa, Egipto y otras regiones del Viejo Mundo
que entre el VII y el III milenio a. ... adoptaron la agricultura y la ganadería como base de su
economía, recibe el nombre de Eneolítico, Paleolítico, Edad del Cobre o Neolítico Final.

La domesticación de los animales, comienzo de la


ganadería
La domesticación de animales, que fue consecuencia directa de la caza, es junto con la
agricultura, la manifestación más temprana del proceso de neolitización. Como
demuestran los restos arqueológicos hallados, ambas actividades se desarrollaron por
primera vez en la región conocida como el Creciente Fértil hacia el 9000 a. C.
Para evitar la aniquilación de los rebaños, los cazadores mesolíticos comenzaron a
seleccionar sus capturas en función del sexo y la edad de los animales. A esta caza
controlada, posteriormente se uniría la costumbre de perseguir y guardar en recintos
cerrados manadas enteras de bóvidos. Así se consiguió disponer de carne durante largos
períodos de tiempo sin depender de la caza.
El primer animal domesticado para la alimentación fue la cabra. Los restos encontrados en
Irán e Irak evidencian que las cabras que vivían en los poblados del Neolítico -procedentes
de la especie salvaje llamada bezoar-, ya eran de menor tamaño y tenían cuernos más
pequeños que sus parientes salvajes.
La explicación que dan los zoo-arqueólogos a este fenómeno es que, desde los inicios de la
ganadería, los pastores prehistóricos optaron por seleccionar sólo a los individuos que eran
más pequeños y dóciles de manejar y que, por lo tanto, al apartar a las hembras domésticas
de los grandes machos que vivían en libertad, el Homo sapiens modificó de forma intuitiva
la genética del animal. Esta costumbre, que se repetiría con el resto de especies
domesticadas -incluidas las vegetales-, provocó que, con el tiempo, las cabras domésticas
acabaran convirtiéndose en una especie distinta de la original.

Los primeros animales domesticados


Cabra, el primer animal domesticado por su carne. Hacia el 8000 a. C. Proviene de la
especie salvaje Copra aegragus.

Oveja, deriva de los cameros salvajes de los montes de Irán. Apreciada por su carne, leche
y lana. VIII milenio a. C.

Vaca, además de proporcionar carne, leche y cuero, fue utilizada como animal de tiro. VI
milenio a. C. Anatoüa.

Caballo, proviene de los caballos salvajes de Kazajstán y no fue utilizado como montura
hasta el IV milenio a. C.

Asno, sus ancestros fueron el onagro de Asia occidental y el kian del Tibet. Domesticado
desde el V milenio a. C.

Jabalí, proviene del jabalí. Fue criado en cautividad en el sudeste de Turquía desde el VIII
milenio a. C.

Cultivos primitivos, inicios de la agricultura


Vasija encontrada en Jericó

Si la ganadería surgió como una evolución de la caza, la aparición de la agricultura está


vinculada a la recolección de semillas, raíces, frutos y todo tipo de vegetales que los grupos
humanos practicaron desde sus orígenes. La misma carestía de recursos naturales que había
obligado al Homo sapiens a modificar sus estrategias predadoras, influyó también en la
recolección y, por este motivo, los hombres y mujeres del Mesolítico abandonaron la
costumbre de consumir las plantas de forma inmediata para desarrollar técnicas de
molienda y almacenaje de los alimentos.
Estas prácticas, además de promover la creación de nuevos instrumentos y objetos -como
los morteros para moler el grano y los recipientes para guardarlo-, provocaron que las
plantas recolectadas acabaran colonizando los asentamientos humanos: al transportar las
semillas y frutos de un lado a otro, el ser humano se convirtió en un improvisado vehículo
de propagación de diferentes especies vegetales.
El estudio del ciclo reproductivo de las plantas, especialmente de aquellas que por sus
propiedades alimenticias eran consumidas en mayor cantidad, hizo que, tras miles de años
de recolectar especies salvajes, algunas comunidades aprendieran a domesticarlas y, así, en
los albores del Neolítico, empezó a desarrollarse la agricultura.
Como en el caso de la ganadería, los registros más antiguos de una economía agrícola se
han hallado en Palestina, en el norte de Mesopotamia y en Turquía, y datan también del IX
milenio a. C. Las primeras especies cultivadas fueron el trigo y la cebada, dos tipos de
cereales abundantes en estas regiones, muy nutritivos y que requieren pocos cuidados.
Posteriormente, a la lista de especies domesticadas se añadirían nuevos cereales, como la
avena, el centeno y el mijo, así como diferentes tipos de legumbres, como la lenteja y el
guisante.
Según se cree, el cultivo itinerante predominó en las primeras fases del Neolítico: tras
desforestar una zona, se quemaba el terreno para que quedase limpio de malas hierbas y,
cuando el suelo se agotaba, se elegía una nueva ubicación para iniciar el proceso en tierras
más fértiles. Con el tiempo, no obstante, los campesinos neolíticos descubrieron y aplicaron
mejoras en los sistemas de cultivo, lo que permitió aumentar considerablemente la
producción de alimentos y abandonar la agricultura itinerante.
El espacio que el trigo y la cebada ocuparon en Oriente Próximo lo llenó el arroz en China -
comenzó a cultivarse durante el VIII milenio a. C.-. Desde allí se extendería a las regiones
vecinas. En América, por su parte, el principal vegetal cultivado sería el maíz -a partir del
VII milenio a. C.-, cuyo consumo se cree originario de Mesoamérica.
El desarrollo de la economía productora comportó una explosión demográfica, forzó la
colonización de nuevas regiones -lo que, por ejemplo, permitió la difusión del Neolítico a
Europa- y provocó cambios en la organización social. De esta manera, además de favorecer
la sedentarización y la consiguiente creación de poblados estables -un proceso que, de
forma independiente, había comenzado en el Mesolítico-, las nuevas actividades obligaron
a adoptar formas de convivencia más complejas y estructuradas -incluyendo una incipiente
división del trabajo-.

LA AGRICULTURA

La agricultura se inicio hace unos 10.000 años en la zona del Próximo Oriente donde el
trigo y la cebada crecían en estado silvestre.

Hombres y mujeres aprendieron a cultivar la tierra, enterrando semillas para que germinen
al cabo de algún tiempo.
La aparición de la agricultura es considerada uno de los fundamentos de el neolítico hace
(8.000 años antes de Cristo) siendo las primeras plantas domesticadas el trigo, la cebada y
las leguminosas.
El hombre comenzó a domesticar los animales y se dedico a la ganadería y al pastoreo,
siendo las primeras especies domesticadas: cabras, vacas, cerdos, con los que compartían
los escasos pozos de agua y los ríos.
La agricultura es el arte del cultivo y explotación de la tierra, con el objeto de obtener
productos con fines humanos o con destino a los animales domésticos.
Con la agricultura se aplicaron diferentes técnicas, entre las que influyo: la siembra, la
irrigación, y la fertilización del suelo.

LA GANADERÍA

El hombre comenzó a domesticar los animales y se dedico a la ganadería y al pastoreo,


siendo las primeras especies domesticadas: cabras, vacas, cerdos, con los que compartían
los escasos pozos de agua y los ríos.

La agricultura es el arte del cultivo y explotación de la tierra, con el objeto de obtener


productos con fines humanos o con destino a los animales domésticos.
Con la agricultura se aplicaron diferentes técnicas, entre las que influyo: la siembra, la
irrigación, y la fertilización del suelo.

LA AGRICULTURA

La agricultura se inicio hace unos 10.000 años en la zona del Próximo Oriente donde el
trigo y la cebada crecían en estado silvestre.
Hombres y mujeres aprendieron a cultivar la tierra, enterrando semillas para que germinen
al cabo de algún tiempo.
La aparición de la agricultura es considerada uno de los fundamentos de el neolítico hace
(8.000 años antes de Cristo) siendo las primeras plantas domesticadas el trigo, la cebada y
las leguminosas.

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