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Presentado al Profesor
ALVARO COGOLLO
Aunque esta etapa se identifica con el uso de útiles de piedra tallada, también se
utilizaron otras materias primas orgánicas para construir diversos artefactos:
hueso, asta, madera, cuero, fibras vegetales, etc. Durante la mayor parte del
Paleolítico inferior las herramientas líticas eran gruesas, pesadas, toscas y difíciles
de manejar, pero a lo largo del tiempo fueron haciéndose cada vez más ligeras,
pequeñas y eficientes. El hombre del Paleolítico era nómada, es decir, su vida
estaba caracterizada por un desplazamiento continuo o periódico (estacional).
El esqueleto de los primeros H. sapiens era más ligero que el de los neandertales
y se fue volviendo cada vez más grácil a lo largo del Paleolítico superior. También
se fue haciendo más pequeño: si al principio del periodo la media de altura
masculina era de 1,76 m y la femenina de 1,63, en el Mesolítico-Epipaleolítico se
había reducido a 1,63 y 1,51 respectivamente. Es posible que estos cambios
fueran la consecuencia de la aparición de armas como el propulsor y el arco, que
les permitieron matar sus presas a gran distancia, necesitando así mucha menos
energía y fuerza. A la vez, su mayor ligereza les permitía realizar largos
desplazamientos con un gasto energético relativamente bajo.
En último lugar cito la sedentarización. Este fue el proceso por el cual el hombre
deja de ser nómada para habitar permanentemente un lugar y puede ser explicado
gracias al desarrollo de la agricultura y de la ganadería que permitió al hombre
producir sus propios alimentos y no ir tras ellos. En cualquier caso, sólo en
aquellas zonas de mejores condiciones climáticas y de fertilidad la sedentarización
fue un hecho.
Durante el siglo XX, las investigaciones y estudios a partir de los yacimientos de la
Prehistoria, dieron paso a diversas teorías acerca del origen de la humanidad y de
algunos pasos decisivos, como fue el paso del paleolítico al neolítico, es decir, de
un modo de vida cazador-recolector cuyo apogeo fue la cultura Magadaleniense
que nos proporcionó hermosas evidencias de arte paleolítico como las cuevas de
Altamira, a un modo de vida más sedentario con la agricultura y ganadería como
principal fuente de abastecimiento alimentario. Uno de los que expuso teorías de
las causas de transición del paleolítico al Neolítico fue Vere Gordon Childe, con su
ensayo titulado Qué sucedió en la historia, escrito a mediados del siglo XX.
La “teoría del oasis “, formulada por Gordon Childe, sostiene que las comunidades
del final del Pleistoceno se vieron obligadas a recluirse en zonas más fértiles con
abundancia de agua, ante el deterioro ambiental que supuso la desecación del
cambio climático del Holoceno, en el cual se retiraron los hielos hacia el Norte y
aumentaron las temperaturas. Esas zonas fértiles eran los “oasis” de refugio,
pequeños reductos con recursos de agua que sirvieron para acoger especies
vegetales y animales que se refugiaron en ellos y al mismo tiempo atrajeron al
hombre, que las aprovechó ejerciendo una domesticación que las conservara
asegurando su reproducción, iniciando un modelo de vida sedentaria e iniciando
las prácticas de vida agrícolas y ganaderas. Este modelo conduciría milenios
después a la llamada por Childe “revolución urbana” en esos mismos escenarios.