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Transtextualidad en Las horas de Michael Cunningham en relación a La señora Dalloway de

Virginia Woolf

Pauli Jussila

Filología Inglesa

Universidad de Oulu Primavera 2013


1. Introducción

La literatura contemporánea está llena de alusiones y referencias a literatura previa y


probablemente ha sido así desde que la gente pudo escribir. Así, la intertextualidad es un
fenómeno literario extensamente reconocido que ha sido ampliamente examinado,
especialmente en décadas recientes, quizás en parte debido a su penetrabilidad en el reino de
la literatura. La interacción entre textos es un fenómeno de tal extensión que se siente como
una idea fascinante observar un trabajo literario individual, y ver cómo es posible para una
novela referir a y tomar prestado de otra y aun así tener éxito en crear su mundo y ser una
pieza de arte original.

Como Roland Barthes proclama en su famoso ensayo “La muerte del autor”, el escritor
moderno, como él llama al autor contemporáneo, es meramente un mediador que selecciona
su material de la inagotable fuente que llamamos cultura sin producir nada original en
realidad. (Barthes 1986: 57-58) Linda Hutcheon cita a Umberto Eco en su artículo
“Historiographic Metafiction” diciendo “I discovered what writers have always known (and
have told us again and again): books always speak of other books, and every story tells a story
that has already been told1” (Hutcheon in O’Donnell and Davis 1989: 8). Se puede no estar
completamente de acuerdo con esto, pero hay que admitir que en el campo de la prosa
contemporánea la mayor parte de los trabajos producidos, al menos en el reino de la literatura
contemporánea, están conectados de una forma u otra con la historia del lenguaje escrito. A
pesar de que los lenguajes están en constante desarrollo y naturalmente la literatura junto con
ellos, no se puede escribir una pieza completamente original, simplemente porque, en cierta
forma, todo ya ha sido escrito. En mucha de la prosa de hoy en día, el autor intenta esconder o
disfrazar las referencias que usa. Sin embargo, como será demostrado en esta tesis, a veces un
autor elige construir su obra de arte sobre la base de una pieza ya existente.

En 1998, Michael Cunningham publicó una novela que es basada en gran parte en la obra
maestra de Virginia Woolf, La señora Dalloway2 (1925, SD de ahora en adelante) y también en
la vida personal de Woolf. Las Horas3 (1998, LH en adelante) no deja lugar a dudas sobre con
qué trabajo es deudor Cunningham, y él no titubea al hablar sobre la influencia que la novela
de Woolf ha tenido en su escritura en numerosas entrevistas, como se demostrará más
adelante en esta tesis. Siendo este el caso, resulta útil investigar cómo los diferentes aspectos
de la intertextualidad fueron utilizados en la novela de Michael Cunningham. En esta tesis, el
objetivo es descubrir en qué medida fueron utilizadas en la novela las referencias a los escritos
de Woolf, y qué efecto crea en la lectura de La señora Dalloway.

2. Material

1
“He descubierto lo que los autores siempre supieron (y nos dijeron una y otra vez): los libros hablan de
otros libros, y cada historia cuenta una historia que ya fue contada”.
2
En esta traducción se trabaja con Woolf, Virginia La señora Dalloway. Madrid: Ediciones Cátedra. 2011.
Traducción de Mariano Baselga.
3
En esta edición se trabaja con Cunningham, Michael Las horas. Argentina: Editorial Norma. 2004.
Traducción de Margarita Valencia Vargas.

2
Michael Cunningham es un novelista estadounidense nacido en 1952, y su trabajo, además de
Las horas, incluye novelas como A Home at the End of the World (1990) y Specimen Days
(2005). La novela de Michael Cunningham, Las horas, fue publicada por primera vez en 1998.
LH es probablemente el más aclamado de sus trabajos; después de todo, ganó el Premio
Pulitzer por ella. La trama de la novela consiste en tres historias que cuentan un único día en la
vida de tres mujeres que viven en distintas épocas. Los personajes principales incluyen a
Virginia Woolf al momento de la escritura de SD, es decir, a principios del siglo XX, y un ama de
casa, Laura Brown, que lucha con su rol de madre y esposa en los Estados Unidos de los ’50. La
protagonista de la tercera historia es Clarissa Vaughan, una residente del Nueva York
contemporáneo. Lo que vale la pena resaltar a la luz de esta tesis es que la historia de Clarissa
Vaughan es esencialmente una redención de la SD de Woolf. Como Eerika Kokkonen sostiene
sobre la novela de Cunningham en su tesis Queering the Familiar — Family, Gender and
Sexuality in Michael Cunningham’s the Hours (2008): “It can be said that Mrs Dalloway
permeates the 3 latter novel so thoroughly that they can be seen to be in constant dialogue as
from the structure of the narration to the motifs, thematic choices and finally the textual
allusions...” (2008: 6)4

SD es uno de los trabajos más influyentes de Virginia Woolf. Publicado por primera vez en
1925, fue considerado pionero por su estilo de escritura de fluir de la consciencia, que
discutiblemente desarrolló hasta el punto más alto con su novela, e influenció a numerosos
escritores desde entonces. Esta retrata un solo día en la vida de Clarissa Dalloway y sus amigos,
quienes asisten a la fiesta que ella está organizando. SD tiene mucho que decir, por ejemplo,
de las consecuencias de la guerra a nivel personal y también en la sociedad como un todo.
Además, critica y se burla de las clases sociales altas a través de personajes desagradables
como Lady Bruton. El foco de la novela es, por una parte, la problemática relación de Clarissa
con varios de sus invitados, y por otra parte, la confusión personal de Septimus Smith, que está
conmocionado y profundamente turbado tras regresar de los campos de batalla de la Primera
Guerra Mundial.

Estas novelas fueron elegidas como tema de mi investigación dado que en LH Cunnigham toma
prestado, tanto estilísticamente como en contenido, de Virginia Woolf y más específicamente
de su aclamada novela, La señora Dalloway. Así, en mi opinión, los ejemplos de diferentes
tipos de alusiones intertextuales a La señora Dalloway serían fáciles de extraer de la novela, y
más importarte a la luz de esta investigación, habría suficiente material para esbozar algunas
conclusiones con respecto a las preguntas de mi investigación. Es también necesario resaltar a
este punto que como el objetivo de esta tesis es estudiar la relación intertextual entre SD y LH,
el énfasis estará en la historia de Clarissa Vaughan, ya que su historia es escrita como una
versión moderna de SD.

Por más que la influencia en la novela de Cunningham proviene principalmente de SD, parte de
esta tesis tratará referencias a otros textos escritos por Virginia Woolf. Estos serán ensayos, la
mayoría de los cuales pueden ser encontrados en el libro llamado Selected Essays (1992). Sin
embargo, la mayor parte de esta tesis tratará con las referencias a La señora Dalloway.

4
“Puede decirse que La señora Dalloway impregna las tres últimas novelas tan exhaustivamente que
pueden ser vistas en constante diálogo tanto desde la estructura de la narración hasta los motivos, las
elecciones temáticas y finalmente las alusiones textuales”

3
3. Marco teórico

En esta sección describiré varias teorías de la intertextualidad, centrándome en las teorías de


Gérard Genette, y presentaré el marco teórico alrededor del cual girará esta tesis, a fin de
describir las características intertextuales de Las horas de Michael Cunningham. Para resumir
brevemente la teoría de Genette, usé dos libros de estudio de la intertextualidad; siendo uno
de ellos una colección de artículos llamado Intertekstuaalisuus — suuntia ja sovelluksia,
editado por Auli Viikari (1991) y el otro libro titulado Intertextuality de Graham Allen (2000).
Del libro de Auli Viikari me beneficié mayormente del artículo de Pirjo Lyytikäinen llamado
Palimpsestit ja kynnystekstit [Palimpsestos y paratextos]. No obstante, mi principal fuente de
información sobre las teorías de Genette será, naturalmente, su trabajo seminal, Palimpsests
[Palimpsestos], publicado originalmente en 1982.

Mientras leía un grupo de teorías de la intertextualidad de los dos libros mencionados


anteriormente, me encontré con las teorías de Gérard Genette. Él es considerado uno de los
grandes nombres de la teoría literaria, y probablemente es más conocido por su trabajo en
teorías de la intertextualidad. Además hay otros teóricos que han tenido mucho que decir
sobre este tema. Julia Kristeva (de quien a menudo se le da el crédito de ser la primera crítica
en utilizar el término), Roland Barthes y Mijaíl Bajtín, por ejemplo, cada uno tiene sus teorías,
pero mientras me iba familiarizando con ellos, sentí que no convenían para los propósitos de
esta tesis. Es decir, en realidad ellos no refieren directamente los aspectos de los tipos de
relaciones textuales que esta tesis intenta cubrir, y así llegué a la conclusión de que sería más
conveniente utilizar lo planteado por Gérard Genette. Sin embargo, las teorías de Kristeva y
Bajtín serán usadas más adelante en la tesis, y serán explicadas de manera detallada.

Mientras que los primeros teóricos como Julia Kristeva o Mijaíl Bajtín prefieren utilizar el
término intertextualidad en el sentido que yo lo hice hasta ahora, para cubrir la interacción y
las relaciones recíprocas entre textos, Genette prefiere el término transtextualidad para
abarcar completo el “campo de la intertextualidad” y presenta cinco subcategorías del
fenómeno transtextual (Allen 2000, 101). Genette presenta estas cinco categorías en su ya
mencionado Palimpsestos. Estas subcategorías no están claramente separadas y se
superponen. Esta es la más notoria debilidad, al menos a la luz de esta investigación en
particular, en la teoría de Genette dado que en algunos casos la superposición es tan extensiva
que dificulta la distinción entre los diferentes tipos de transtextualidad. Sin embargo, Genette
mismo sostiene que estas categorías no deben ser consideradas como entidades
absolutamente separadas, de hecho, asegura que tienden a superponerse en algún punto
(Genette 1997:7). Dicho esto, en esta tesis intentaré mantener las categorías tan separadas
como sea posible por el bien de la claridad. En los siguientes párrafos, los cinco tipos de
transtextualidad serán explicados uno por uno.

La primera categoría de transtextualidad se llama, lo suficientemente confuso,


intertextualidad. Según Allen, la intertextualidad de Genette refiere a “copresence between
two texts or among several texts”5 (2000: 101). Para aclarar esto, Genette ha subdividido

5
“copresencia entre dos textos o entre varios textos”

4
intertextualidad en tres tipos diferentes que son cita, plagio y alusión. En otras palabras,
significa el tipo sencillo de ejemplos de fragmentos que son extraídos directamente de otro
texto. De acuerdo a un artículo de Pirjo Lyytikäinen (Viikari: 1991) que trata sobre
Palimpsestos, Genette conecta este tipo de intertextualidad local con la forma en que Julia
Kristeva y Michel Riffaterre trabajan intertextualidad. Con esto, hace parecer que los otros
tipos de relaciones interactivas entre diferentes textos que Genette trae a colación no fueron
tomados en cuenta en sus teorías.

Por cita Genette se refiere a fragmentos tomados prestados de otros textos que han sido
marcados, lingüísticamente, como tales (por ejemplo el uso de paréntesis, comillas o cursivas).
Plagio, según él, refiere a una forma de cita no acreditada. Estos dos tipos de intertextualidad
son, de alguna manera, sencillos y no presentan problemas, pero el tercero requiere mayor
explicación. La propia explicación de Genette para el término es más bien complicada: "-- an
enunciation whose full meaning presupposes the perception of a relationship between it and
another text, to which it necessarily refers by some inflections that would otherwise remain
unintelligible"6 (Genette 1997: 2). En otras palabras, alusión refiere al tipo de declaración que
debe ser notada por el lector para ser entendida como referencia a otro texto. Como otros
teóricos de intertextualidad fueron mencionados, vale la pena marcar aquí que Genette refiere
a las teorías de Michael Riffaterre en conexión con la noción de la percepción del lector de la
relación entre un texto y los que lo preceden (Genette 1997: 2). Naturalmente, esta
observación de las relaciones textuales es la clave en el reconocimiento de las alusiones
literarias.

Genette llama a su segundo tipo de transtextualidad metatextualidad. Esta categoría trata con
textos que comentan uno anterior. Por ejemplo, las críticas a diferentes tipos de textos
pueden ser consideradas ejemplos de metatextualidad. Lo que parece un poco confuso es que
esta categoría es bastante cercana a la de intertextualidad. Por esto he decidido combinarlas y,
de ahora en adelante, ambas serán comentadas bajo el término de metatextualidad. Otra
razón para combinar estos dos aspectos de la transtextualidad en uno para los propósitos de
esta investigación, es que no parece razonable hacer una división entre referencias
intertextuales y comentarios de textos anteriores puesto que parecen entrecruzarse en LH.
Otra razón para llamar a la categoría metatextualidad en lugar de intertextualidad es bastante
simple: para no confundir el concepto con cómo otros teóricos han discutido el fenómeno
transtextual.

La tercera categoría de transtectualidad se llama architextualidad. Esta consiste en todas las


características que están ligadas a, por ejemplo, cierto género o tipo de texto. En la mentalidad
de Genette, cada tipo de texto tiene su arquetipo que presenta y regula las propiedades de
otros textos que pertenecen a la misma clase. Por ejemplo, una época tiene una relación
architextual con todas las épocas anteriores a través de su forma arquetípica. (Lyytikäinen
1991: 146) De acuerdo con Genette, esta relación es un tanto oscura, que a lo sumo se suele
hacer referencia fuera del contenido textual real de una novela. Concluye su introducción a la
architextualidad diciendo que esta tiene parte en la dirección de las expectativas del lector

6
“una enunciación cuyo pleno significado presupone la percepción de una relación entre ella y otro
texto, a la que se refiere necesariamente por algunas inflexiones que de otro modo permanecerían
ininteligibles”

5
(Genette 1997: 4-5) Esta noción se vuelve bastante obvia si se considera en qué consisten los
géneros. Un cierto género está formado con las características que se le consideran típicas, y
así, si uno se cruza con un trabajo literario que ha sido etiquetado como una época, por
ejemplo, tendrá ciertas expectativas respecto al trabajo y, además, dirigirá la forma en que es
percibido por el lector.

El cuarto tipo en la clasificación de Genette es paratextualidad. Consiste en todos los textos


que rodean el texto real. Para aclarar qué es considerado el texto real y qué no, debemos
tomar los títulos, dedicatorias, prólogos y las introducciones a un texto como pertenecientes a
la categoría de paratextualidad. El texto real, en sí mismo, es sólo el texto e incluso los
subtítulos en medio son considerados paratextos. Genette además divide la paratextualidad
en dos subcategorías, a saber peritexto y epitexto. Los peritextos consisten en elementos que
están estrechamente relacionados al texto real, como el título, los títulos de capítulos,
prefacios o notas. Los epitextos son elementos con una relación más libre como entrevistas,
anuncios publicitarios, cartas privadas y otras discusiones del autor y la editorial relacionadas
al texto real. (Lyytikäinen 1991: 148) Al tratar con la paratextualidad, Genette asegura que los
paratextos son a menudo ignorados por algunos lectores. Sin embargo, también sostiene que
la paratextualidad es "a treasure trove of questions without answers"7 (Genette 1997: 4) Con
esto no quiere decir que no valga la pena considerar a los paratextos, sino que generan
preguntas que son imposibles de responder de manera completamente satisfactoria.

Esto nos lleva a la quinta y última categoría: hipertextualidad. Por hipertextualidad Genette se
refiere a una relación que une dos textos separados; además, trata relaciones de
transformación entre dos textos. El que es transformado se llama hipotexto y la
transformación, hipertexto. Un ejemplo de este tipo de relación, presentado en un artículo de
Pirjo Lyytikäinen, es la que hay entre Ulysses de James Joyce y la Ilíada y Odisea de Homero.
(1991: 155) Lo que distingue metatextualidad de hipertextualidad es que un hipertexto no
simplemente comenta su hipotexto sino que está estructurado, normalmente con algunas
adaptaciones, sobre las bases de este. De acuerdo con Genette, la transformación puede ser
simple o indirecta. El ejemplo que usa, Ulysses de James Joyce, ha transferido la acción de la
Odisea de la antigua Grecia al Dublín de principios de siglo XX (Genette 1997: 5-6). En LH,
Cunningham ha hecho una transferencia similar en las historias al traspasar la acción de SD del
Londres de principio de siglo XX al Nueva York contemporáneo.

Una amplia sección de Palimpsestos de Genette está dedicada a analizar el concepto de


pastiche. Siguiendo a Genette el pastiche es hecho tanto con admiración como en burla. Sin
embargo, asegura que el pastiche más común es el que combina burla con una apreciativa
reproducción del texto. También habla de la diferencia entre leer a un novelista y escribir en el
estilo de un novelista. Genette utiliza Flaubert y Proust como ejemplo de este proceso
bilateral. Además, sostiene que el proceso de leer a Flaubert por Proust y de escribir a Flaubert
por Proust son inseparables (Genette 1997: 103). Para decirlo de otra manera, cuando se
intenta imitar el estilo de escritura de alguien, el proceso de lectura también afecta la forma
en que el pastiche es escrito. Así, al leer LH, por ejemplo, uno también ve cómo el autor leyó el
trabajo que imitó.

7
“a treasure trove of questions without answers”

6
Finalmente, para ver cómo leer LH puede afectar la lectura de SD, utilicé las teorías de Julia
Kristeva, que están presentadas en su libro Language in Discourse. También usé una colección
de artículos editados por Susan Franz y Katherine Rennhak llamada Women Constructing Men
(2010) para examinar cómo la presentación de los personajes masculinos difiere o coincide en
las novelas en cuestión.

4. Análisis transtextual

En esta sección analizaré LH, concentrándome en sus características transtextuales en relación


con SD. Además, como se dijo más arriba, analizaré referencias a ensayos de Woolf. No
obstante, el centro de atención estará en las referencias a SD. Esto se hará pasando por todas
las categorías en el orden en que fueron presentadas más arriba, una por una ─ con la
excepción de la siguiente sección─ y discutidas en detalle.

(…)

4.4. Hipertextualidad

Finalmente, hablaré de la hipertextualidad en LH. Para recordarnos, la hipertextualidad trata


con la relación de transformación entre dos textos. Hipertexto es el estructurado en base a su
hipotexto. En su artículo, Pirjo Lyytikäinen usa el Ulysses de James Joyce como un ejemplo de
hipertexto de la Odisea de Homero. Una relación similar se construye entre LH y SD y en esta
sección demostraré cómo se estructura. Este tema fue trabajado más arriba en el aparatado
de metatextualidad, ya que estos tipos de transtextualidad se superponen un poco.

Como se dijo en la sección de metatextualidad, los eventos en la historia de Clarissa Vaughan


coinciden con aquellos de SD. En este punto es necesario resaltar que LH completa no puede
ser tomada como hipertexto de SD, ya que sólo la historia de Clarissa está estructurada según
la novela de Woolf. Así, en este apartado se trabajará mayormente con una parte de LH.
Ciertamente, uno encuentra similitudes con SD en las historias de Laura Brown y Virginia
Woolf, pero cuando contempla la definición de fondo de este apartado, siguiendo una
interpretación estricta, las otras dos historias no pueden considerarse hipertextos porque no
toman SD como base. Dicho esto, hay características en las otras dos historias de la novela de
Cunnigham que están estrechamente relacionadas a La señora Dalloway de Virginia Woolf,
que trabajaré en esta sección.

Desde el principio de la parte “La señora Dalloway” se hace claro para el lector que Clarissa
Vaughan es la versión contemporánea del personaje creado por Virginia Woolf, Clarissa
Dalloway. Ambos personajes están yendo a comprar flores para una fiesta que darán ese
mismo día. Las dos Clarrissa además, están dando la fiesta al mismo tiempo: a fines de Junio.
Se puede ver vivamente la similitud al comparar el inicio de ambos: “La señora Dalloway” y La
señora Dalloway:

La señora Dalloway dijo que ella misma compraría las flores.

Porque Lucy ya le había hecho todo el trabajo (…) Y entonces, pensó Clarissa Dalloway,
¡qué mañana! ꟷfresca como si fuesen a repartirla a unos niños en la playa.

7
¡Qué deleite! ¡Qué zambullida!. Porque eso era lo que siempre había sentido cuando,
con un leve chirrido de goznes, que todavía ahora seguía oyendo, había abierto de
golpe las puertaventanas y se había zambullido en el aire libre de Bourton. (SD: 149)

Aún hay que comprar las flores. Clarissa finge exasperación (aunque adora hacer esto
mandados), deja a Sally limpiando el baño y sale corriendo, no sin antes prometer que
estará de vuelta en media hora.

Es la ciudad de Nueva York, finales del siglo XX.

La puerta del vestíbulo se abre hacia una mañana de junio tan espléndida y limpia que
Clarissa se detiene en el umbral como si se encontrara al borde de una piscina y
observa el agua turquesa que lame las baldosas, las redes líquidas de sol que tiemblan
en las profundidades azules. (LH: 19)

Se puede observar que los fragmentos anteriores son sorprendentemente similares uno con
otro. Primero, en ambos extractos se explica cómo Clarissa está yendo a comprar las flores
para una fiesta y deja a alguien encargada de otros mandados que también son necesarios a
fin de asegurar que la fiesta resultará como lo planearon. Además, el vocabulario conectado
con el agua es usado para expresar cómo la hermosa mañana de verano afecta la mente a
Clarissa. En SD, Clarissa siente como si se “zambullera” en las calles de Londres para hacer su
encargo de conseguir las flores. En LH, Clarissa es descripta como deteniéndose en el umbral
de su departamento “como si se encontrara al borde de una piscina”. En otras palabras, en las
dos novelas Clarissa se está preparando para una inmersión que es equivalente a entrar en las
ocupadas calles de una larga ciudad. Al comparar estos fragmentos, parece obvio que
Cunningham escribió intencionalmente en una forma que hiciera al lector pensar en SD.
Naturalmente, si el lector no ha leído SD, probablemente no notará nada fuera de lo ordinario
al principio de “La señora Dalloway”.

Clarissa Vaughan está dando una fiesta para su amigo terminalmente enfermo, Richard, para
celebrar el premio literario que ha ganado. La razón de la fiesta que da la señora Dalloway
nunca es revelada, pero parece diferir de la de LH. Los eventos coinciden con SD en otras
maneras también, pero hay algunos eventos de SD que no están en LH. De hecho, la narración
está mucho más condensada en LH que en SD. La explicación obvia para esto es que
Cunningham decidió contar la historia de Clarissa en muchas menos páginas que Virginia
Woolf. La autora usa gran parte de los flashbacks y otras técnicas para hacer que sus
personajes vuelvan en el tiempo y para desviar sus pensamientos hacia algo que ocurrió en el
pasado o hacia algún otro personaje. Esto ocurre ocasionalmente en LH, pero no con tanta
frecuencia como en SD. Dicho esto, surge una pregunta más razonable de la idea de que la
narración de Cunnigham es más condensada que la de Woolf: ¿qué decidió omitir Cunnigham
y cómo afecta la transformación de SD?

Para empezar, las flores juegan un papel importante en las dos novelas. De hecho, parece ser
un motivo central en ambas. SD y la historia de Clarissa en LH comienzan de manera similar,
como se puede notar en las citas anteriores, indicando que Clarissa comprará las flores para la
fiesta. También, en la historia de la señora Brown, Laura está pensando en comprar flores ya
que es el cumpleaños de su esposo. Para Laura Brown las flores parecen indicar circunstancias

8
ideales y felicidad. Sin embargo, hay un pasaje en el cual ella está pensando en las flores para
su esposo y cuando nota que él le compró flores a ella, empieza a sentirse culpable, ya que
siente que debía haber comprado ella para Dan, su esposo. Las flores parecen ilustrar los
sentimientos de los personajes en varias ocasiones en las que se hace referencia a ellas,
parecen causar una emoción en los personajes como en el caso ya mencionado. En SD, están
conectadas con la muerte, ya que Septimus imagina que su amigo fallecido, Evans, surge desde
una cama de flores a la que está mirando. También en LH las flores se conectan con la muerte,
en “La señora Woolf” la sobrina y los dos sobrinos de Virginia encuentran un pájaro muerto y
quieren darle un funeral. Por consiguiente, arreglan un lecho de muerte para el pájaro, hecho
de flores que encuentran en el jardín de Virginia y Leonard (su esposo).

Como el marco de las historias de Clarissa Vaughan y Clarissa Dalloway son similares, algunos
de los eventos están extraídos de SD pero adaptados a la mentalidad contemporánea.
Cunnigham claramente creó su propio mundo usando a SD de base a su forma particular de
contar una historia. Como se dijo, en SD, está el personaje de Septimus, un veterano de guerra
que sufre de alucinaciones y al final de la novela se suicida arrojándose por una ventana
abierta. En LH, es Richard, el amigo de Clarissa, quien escucha voces en su cabeza y termina
suicidándose de la misma manera que Septimus. En Women Constructing Men, Virginia Richter
caracteriza a Septimus de la siguiente manera:

If Septimus, as Bradshaw’s antipode, can be interpreted as the


representative of a new, less domineering and predatory, more fluid and
sensitive masculinity, it also must be said that this new concept is
presented as marginal and ultimately silenced, as not —yet—viable in a
society whose modernization is more superficial than it appears8. (Richter
2010: 161)

Como se dijo antes, Richter categorizó los personajes masculinos de Woolf en hombres que
representan una masculinidad rígida y aquellos que representan una masculinidad fluida.
Según sostiene en la cita anterior, Septimus es representante de esta masculinidad fluida y
sensible. Sin embargo, en parte por esta sensibilidad, acaba con su vida al final de SD. Richard
es, en algún sentido, muy similar a Septimus, sin embargo en el caso de Richard los traumas
fueron causados por su enfermedad, esquizofrenia y el virus de SIDA, que lo inhabilitan a
disfrutar la vida. Septimus y Richard comparten otras características. Por ejemplo, ambos se
presentan escuchando voces en griego en sus cabezas. En el caso de Septimus, las voces que
escucha son causadas por pájaros. Richard oye voces en griego en su cabeza, según le cuenta a
Clarissa en LH.

Otro parecido remarcable en LH y SD es el fragmento en el que Clarissa va a la floristería.


Mientras Clarissa está eligiendo las flores para su fiesta, algo sorprendente ocurre. Lo que
diferencia las escenas es que en LH Clarissa y la florista escuchan un ruido estruendoso que
resulta ser el ruido provocado por un grupo de filmación de una película. En SD, la florista y

8
“Si Septimus, como la antípoda de Bradshaw, puede interpretarse como el representante de una
masculinidad nueva, menos dominante y depredadora, más fluida y sensible, también debe decirse que
este nuevo concepto se presenta como marginal y finalmente silenciado, como no viable en una
sociedad cuya modernización es más superficial de lo que parece”

9
Clarissa escuchan lo que es descripto como una “violenta explosión” (SD: 161), que resulta ser
el ruido producido por la falla de un auto. En las dos novelas, lo que sigue es la descripción de
cómo es vista una persona famosa y la gente piensa quién podría ser. En LH es, naturalmente,
una estrella de cine, quizás Meryl Streep o Vanessa Redgrave y en SD aparentemente la
persona misteriosa es el Primer Ministro. Este pasaje, aunque es sólo de una página, parece
tener una gran importancia en las dos novelas. En ambas la florista parece sentir alguna clase
de afecto hacia Clarissa, y también Clarissa parece sentirse un poco culpable en no responder
el sentimiento. También hay una peculiar diferencia entre las novelas en cómo interactúan la
dueña de la floristería y Clarissa. Mientras que en SD la florista es nombrada formalmente por
su apellido, en LH se la conoce únicamente por su primer nombre.

También se mencionó en el apartado que trata sobre metatextualidad que los personajes, más
precisamente sus nombres y personalidades en la historia de la señora Vaugham, están
basados en personajes presentes en SD. Sin embargo, los personajes de la interpretación de
Cunnigham viven en una era totalmente distinta a la de los personajes de SD, quizás el autor
quiso imaginar cómo hubieran sido sus vidas de haber vivido a fines del siglo XX. Por ejemplo,
el SIDA de Richard y la relación lésbica entre Sally y Clarissa son signos de la adaptación de los
personajes al mundo contemporáneo. Además, en LH Richard es presentado como bisexual,
tuvo una relación con Clarissa, mientras que en SD Richard está casado con Clarissa. Como se
dijo antes, el personaje de Richard de LH tiene mucho en común con Septimus Smith de SD. En
otras palabras, Cunningham no sólo tomó personajes de SD y los modernizó para que encajen
en el mundo contemporáneo, sino también combinó personalidades y características de esos
personajes. En realidad, el Richard de Cunningham tiene ciertas similitudes con Peter Walsh, el
personaje de SD que todavía siente celos por Clarissa a pesar de que la perdió años atrás por
Richard Dalloway. En otras palabras, Richard en LH es, más o menos, la combinación de al
menos tres personajes de la novela de Woolf.

Aparte de los personajes con nombre de pila similares, hay algunos en LH que claramente
fueron moldeados en base a personajes de SD. Están, por ejemplo, los personajes de Lady
Bruton (SD) y Mary Krull (LH), ambas que parecen tener actitudes frías y poco amigables hacia
Clarissa. Mary Krull es amiga de la hija de Clarissa Vaugham, Julia, y Lady Bruton es una señora
de clase alta, Clarissa cree que ella está encaprichada con su esposo Richard. Los nombres de
los personajes mencionados son muy similares entre ellos en cuanto a sus significados. El
apellido Bruton probablemente es derivado de la palabra “bruto”, que significa una persona
insensible y tosca, y Krull es similar a la palabra “cruel”. Los modales de ambos personajes son
presentados como desagradables y fríos hacia Clarissa. Sin embargo, en LH, el personaje de
Mary Krull también es descripto como si tuviera cálidos sentimientos hacia Clarissa, con lo que
se diferencia de Lady Burton. En SD está también el personaje de la señorita Kilman, quien
formó una amistad con Elizabeth que Clarissa no aprueba por sus matices lésbicos. Así,
considerando las similitudes entre Mary Krull y Lady Bruton, parecería que, de hecho, Mary
Krull es una combinación de Lady Bruton y la señorita Kilman.

Además hay algo parecido entre las hijas de Clarissa de las dos novelas aunque tienen distinto
primer nombre. En LH se llama Julia y en SD, Elizabeth. Ambas son descriptas de forma similar.
Por ejemplo, se pueden considerar los siguientes fragmentos:

10
Es una chica rara, pensó, recordando repentinamente a Elizabeth cuando entró en la
habitación y se quedó de pie junto a su madre. Estaba crecidita; bastante grande, no
guapa exactamente; apuesta, más bien. (SD: 203)

Siempre ha sido una niñita seria, inteligente pero peculiar, demasiado grande,
caprichosa y llena de tics (…) Es tan inesperadamente bien parecida, ha cambiado
tanto, que Louis teme que las lágrimas surjan de nuevo. (LH: 135)

Las dos jóvenes son descriptas no como hermosas o bonitas, sino como apuestas, bien
parecidas9. Además se dice que son extrañas y peculiares. Vale la pena resaltar, que ambas
descripciones se presentan a través de la perspectiva de personajes masculinos, quienes
parecen mostrar desprecio por la hija de Clarissa. No obstante, el motivo de este desagrado
difiere. En LH, un personaje llamado Louis es el hombre cuyos pensamientos se mostraron más
arriba; es un viejo amigo de Richard que se acercó a conversar sobre la salud de este con
Clarissa. En SD, Peter Walsh piensa sobre Elizabeth. Él es un ex novio de Clarissa y en
apariencia siente aún algo por ella, con lo que su opinión hacia Elizabeth es de cierta forma
comprensible. Pues, la joven es el resultado del amor de Clarissa con el hombre que la alejó de
Peter.

Igualmente, la actitud de un personaje masculino hacia la hija de Clarissa coincide en ambas


novelas. En SD Peter Walsh percibe la aparición de Elizabeth como un evento molesto y
desagradable ya que se apresura a salir de la habitación mientras ella entra: “ꟷ¡Hola,
Elizabeth! ꟷgritó Peter, metiéndose el pañuelo en el bolsillo, acercándose a ella rápidamente.
Dijoꟷ: adiós, Clarissa ꟷsin mirarla, saliendo rápidamente de la habitación, bajó corriendo la
escalera y abrió la puerta del vestíbulo.” (SD: 195) De forma similar, a Louis, el amigo de
Clarissa, parece molestarle la llegada de Julia cuando él había estado llorando: “Se oye una
llave en la puerta principal. ‘Es Julia’ dice Clarissa. ‘Mierda.’ ‘No te preocupes. Ella ha visto
hombres llorando.’ Es su maldita hija.” (LH: 134) Las coincidencias entre los personajes no
terminan aquí. Ambos están celosos de Clarissa pero en diferentes sentidos: Peter aún tiene
sentimientos por ella mientras que Louis los tiene por Richard. Se cuenta cómo en su juventud,
Clarissa, Louis y Richard vivieron bajo el mismo techo, y este último eligió a Clarissa (como
pareja) por sobre Louis. Del mismo modo, en SD, Peter Walsh recuerda su relación amorosa
con Clarissa y lamenta haberla perdido por Richard.

La vida y la muerte también juegan un papel importante en las dos novelas. Los personajes
forcejean entre ellas en el curso de ambos textos. Por ejemplo, Laura Brown lucha entre vivir o
morir, pero eventualmente elije la vida por sobre la muerte. En la historia de Virginia Woolf, la
presencia de la muerte es incluso más fuerte. Al fin y al cabo, la novela comienza con el
suicidio de Virginia Woolf. Schiff, de hecho, sostiene que este suicidio “... hovers ghostlike over
the ensuing narrative”10 (Schiff 2004: 367) Además, cuando Vanessa, la hermana de Woolf, y
sus tres hijos están visitando a Virginia, encuentran un pájaro muerto al que arman un lecho
fúnebre con pétalos de flores. En SD las referencias a la muerte no son quizás tan directas

9
En ambas novelas, en su idioma original, para describir a las chicas se utiliza el adjetivo handsome que
suele utilizarse para referentes masculinos.
10
“Flota como un fantasma sobre la narrativa resultante”

11
como en TH. Sin embargo, el climax de ambos textos involucra una muerte. En la novela de
Woolf, es la muerte de Septimus Smith, cuya noticia irrumpe en la fiesta de Clarissa. Lo mismo
ocurre en la novela de Cunningham, sólo que quien termina tirándose por la ventana es
Richard. Las otras dos historias también rondan a la muerte, pero tienen un punto culminante
en otro sentido. En el prólogo de TH, Virginia Woolf se arroja al río, pero la historia de su lucha
para escribir La señora Dalloway no termina tan dramáticamente.

Otro tema que parece coincidir en las novelas refiere a los efectos de la guerra. En SD, la
Primera Guerra Mundial terminó recientemente y sus efectos se notan en algunos personajes.
En LH, Laura Brown vive en California después de la Segunda Guerra Mundial. Aquí, se
menciona la guerra pero sus efectos no son tan notorios como en SD. Uno de los personajes
principales de SD, Septimuns Smith, sufre neurosis de guerra y es atormentado por voces y
apariciones, como se dijo antes varias veces, se encuentra en una situación en la que la única
salida para él es el suicidio. En LH, la guerra se menciona al pasar; no obstante, es el marco de
la historia “La señora Brown”. De hecho, la guerra enmarca la relación de Laura Brown con su
esposo, Dan:

Pero este es el nuevo mundo, el mundo salvado ─no hay espacio para el ocio. Se
arriesgó y se perdió tanto; murieron tantos. Hace menos de cinco años creyeron que el
mismo Dan había muerto, en Anzio, y cuando descubrieron dos días después que
seguía vivo (él y un pobre muchacho de Arcadia tenían el mismo nombre), fue como si
hubiera resucitado. Era como si hubiera regresado, con la misma dulzura, con el mismo
olor, del reino de los muertos. (LH: 45)

En la mente de Laura Brown, Dan había muerto una vez y había regresado, tenía una nueva
vida. El sentimiento personal se une con el concepto más universal del mundo salvado.

SD también tiene mucho que decir de la guerra. Virginia Woolf trata los efectos de la guerra,
en mayor medida, a través del personaje de Septimus, pero además comenta de manera
general sobre los horribles efectos:

La guerra había terminado, salvo para gente como la señora Foxcroft en la Embajada
anoche, comiéndose las entrañas con sus lágrimas porque aquel joven tan bueno había
muerto y ahora la vieja finca iría a parar a manos de un primo; o como Lady
Bexborough que inauguró la tómbola, dijeron, con el telegrama en la mano, John, su
predilecto, muerto; pero había terminado, gracias a Dios ꟷdel todo. (SD: 151)

Como puede verse, ambas novelas tratan la guerra a través de imágenes y connotaciones
similares. Los fragmentos citados más arriba ponen a la muerte como una consecuencia de la
guerra, pero también marcan que la vida sigue aunque esta afectó numerosas vidas de forma
terrible. En el personaje de Septimus, la guerra toma forma mucho más concreta ya que le ha
pasado factura a su salud mental. En un punto en SD, Septimus imagina a su amigo Evans, que
murió en batalla, levantándose de una cama de flores, está mirando a su esposa, Lucrezia.
James Schiff sostiene, lo que resulta interesante, que en LH, más precisamente en “La señora
Dalloway”, la guerra fue reemplazada por un tipo diferente de disturbio: el SIDA (Schiff 2004:
367). Como se dijo en reiteradas ocasiones, el amigo de Clarissa Vaughn, Richard, está en una
etapa terminal de SIDA y también otros conocidos de ella fueron afectados por esta
enfermedad de una manera u otra.

12
Las similitudes temáticas mencionadas traen la idea sobre cómo cada autor percibió el mundo
y cómo el contexto afecta la forma en que la literatura trabaja ciertos temas en distintas
épocas. Las imágenes de guerra son de cierta forma parecidas entre las novelas, a pesar de
que Cunningham es un escritor cuya vida no se vio afectada tan directamente como la de
Woolf, como europea. Virginia Woolf probablemente se vio afectada por la Primera Guerra
Mundial y uno pensaría que esto se notaría en la forma que escribe sobre la guerra. Hay un
personaje en el cual esta cercanía de la guerra puede haber jugado un rol importante mientras
Woolf lo creaba, a saber, Septimus Smith. Mediante su personaje se ve lo que la guerra puede
hacer a un individuo: perturbar de forma tan dramática su mundo interior y llevarlo,
eventualmente, a su muerte.

Otro tema recurrente en ambas novelas es la sexualidad y la confusión sexual. En SD se


examina mayormente a través del personaje de Clarissa, por sus fuertes sentimientos hacia
Sally Selton, a quien, como se dijo antes, ha besado. En LH los tres personajes principales
experimentan emociones lésbicas de algún tipo. El personaje más cómodo con su sexualidad
parece ser Clarissa Vaughan: vive una relación abiertamente lesbiana con Sally. Por otro lado,
en “La señora Woolf”, Virginia besa a su hermana y, según se narra, no se siente un beso
completamente inocente, al menos para Virginia. Finalmente, en su historia, Laura Brown
besa a su amiga Kitty, aparentemente para consolarla, pero hay un trasfondo de confusión
sexual:

Puede besar a Kitty en la cocina y también amar a su marido. Puede anticipar el


incómodo placer de los labios y los dedos de él (tal vez desea su deseo) y sin embargo
soñar con besar a Kitty de nuevo, en la cocina o en la playa mientras los niños gritan
entre el agua, en un corredor, con los brazos llenos de toallas dobladas, mientras ríen
suavemente, excitadas, inermes, enamoradas de su propia temeridad ya que no de la
otra, se exigen silencio, se separan rápidamente y siguen adelante. (LH: 141)

Aparentemente, Laura trata de justificar el beso pensando que es completamente aceptable y


no significa nada serio. Sin embargo, sospecha de sus sentimientos hacia su marido, y
finalmente vuelve a fantasear con besar a Kitty otra vez en el futuro. Clarissa Dalloway tiene
sentimientos parecidos en SD cuando recuerda el beso con Sally Seaton en su juventud. Como
sostiene Stella McNichol, acertadamente, en su introducción a la novela: “In her attic room,
Clarissa remembers her girlhood fascination with Sally Seton for whom she felt ‘what man
felt’”11 (p.34). Con Sally hubo excitación, éxtasis y un beso: “el momento más exquisito de su
vida” (SD: 183). Por consiguiente, el personaje de Laura Brown refleja los pensamientos de
Clarissa Dalloway sobre sentimientos homoeróticos hacia otra mujer. Stella McNichol también
afirma que en la novela Clarissa está tratando de utilizar sus propias ideas lesbianas con
respecto a su hija, Elizabeth, y su afecto por la lesbiana Miss Kilman. En LH también está
presente la insinuación de que la hija de Clarissa es lesbiana. Además, es destacable que en
ambas novelas a Clarissa no le agrada la amiga de su hija.

Algunas cuestiones estrechamente conectadas a la hipertextualidad son los géneros literarios


de parodia y pastiche. Según Genette, la parodia es un género que enfoca su tema
satíricamente, mientras que el pastiche, en general, enfoca la escritura de manera no satírica

11
"En su habitación del ático, Clarissa recuerda la fascinación de su niñez con Sally Seton por quien
sentía 'lo que un hombre sentía'".

13
(Genette 1997: 24). También define, por estas formas de escribir, la relación que se forma
entre hipotexto e hipertexto. De acuerdo con esta clasificación, pastiche y caricatura tienen
una relación de imitación con el hipotexto, mientras que parodia y travestimiento forman una
de transformación. De acuerdo a esta limitada categorización, la novela de Cunningham
pertenece a la categoría de imitación. Dado que la caricatura debe estar dotada de
características satíricas, difícilmente se pueda considerar LH como una. Así, la única posibilidad
es considerar la novela de Cunningham como pastiche. Genette reconoce que quizás es
demasiado azaroso dividir los textos sólo en satíricos y serios. Sigue adelante y añade otra
categoría entre las de imitación no satírica, a saber, transposición. En la clasificación de
Genette, pastiche es un intento lúdico de imitar a un escritor, mientras que transposición es
una búsqueda mucho más seria (1997: 85). Al mirar las entrevistas a Cunningham, por
ejemplo, puede verse que habla de SD y Virginia Woolf con mucha admiración y admite que
intentó imitar el estilo de escritura de Woolf. El análisis de las similitudes architextuales entre
las novelas, presentado en la sección 4.2., también sostiene esta opinión. Mientras que las
aproximaciones satíricas a un hipotexto generalmente apuntan a burlarse o difamar un escrito,
un pastiche suele ser un intento de rendir homenaje y ciertamente es el caso con LH, como se
demostró en las secciones anteriores.

Como se dijo en el apartado del marco teórico, la lectura que hace un autor del texto sobre el
que escribe un pastiche, afecta esta escritura. En la novela de Cunningham, el pastiche está
limitado, en sentido estricto, a la historia de Clarissa Vaughan. Como la historia de Clarisa
Vaughan es alrededor de una tercera parte de la extensión de la novela de Woolf, es natural
que Cunningham haya recortado gran cantidad de material. Así, atender a qué exactamente
decidió incluir y, a la inversa, qué excluir de la historia de Clarissa Vaughan, podría ser
revelador sobre el tema de lo que Cunningham, como escritor y lector, considera que vale la
pena reinterpretar en su propia escritura de la novela de Woolf, como homenaje.

(…)

6. Conclusión

Si se observa cómo los diferentes aspectos de la transtextualidad se presentan en la novela de


Michael Cunningham, se hace claro que todos los tipos de transtextualidad con los que se
refiere a SD de Virginia Woolf fueron usados en una variada y diversa manera. Por ejemplo, los
eventos que son similares a los de SD están casi totalmente presentes en la historia de Clarissa
Vaughan pero aun así Cunningham se las arregló para crear su propio universo e historia, al
cambiar algunos acontecimientos y adaptarlos para que encajen en su mentalidad y, al hacer
esto, reinterpretar SD y darle nuevos significados. Además, al nombrar su novela con uno de
los títulos provisorios de la de Woolf, Cunningham deja en claro a qué novela está
homenajeando. A pesar de que el énfasis se puso sobre una de las tres historias, por las
razones ya establecidas, en las demás también hubo visibles referencias transtextuales a SD.

El hecho de que el énfasis en la cantidad de relaciones transtextuales con SD naturalmente se


inclinan hacia la historia de Clarissa Vaughan muestra que aunque Cunningham tomó muchas
influencias e incluso la línea básica de la historia de la novela de Virginia Woolf, también se
sostiene por sí misma con la ayuda de las otras dos historias, que no son una mera
transformación de la novela de Woolf e igualmente refieren a ella. Si se comparan las

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referencias en las tres historias, rápidamente se hace claro que mientras que la mayoría de las
referencias en “La señora Dalloway” son indirectas, es decir, hay pocas citas directas de SD y
otras citas no son reconocidas como tales, en las otras dos historias las citas y alusiones están
claramente marcadas y funcionan de manera diferente.

Las características architextuales de las novelas coinciden en varias formas distintas. Esto sólo
es natural ya que Cunningham mismo admitió abiertamente que está rindiendo homenaje a SD
con su novela. A pesar de esto, el autor no se contenta con sólo copiar el estilo de Virginia
Woolf. El estilo que Cunningham adoptó, como se ha demostrado, ciertamente tiene
numerosas similitudes con la escritura de Woolf, pero en general también se desvía de ella en
la medida en que su estilo se convierte en algo más que un mero pastiche. Sin embargo, es
notable en LH cómo las referencias architextuales pueden ser utilizadas a fin de rendir
homenaje a otro trabajo literario.

Las relaciones paratextuales con SD también tienen su lugar en LH, aunque no hay mucho para
decir de ellas cuando se las compara con las otras características transtextuales. La
paratextualidad se limita, casi exclusivamente, al título de la novela y a las entrevistas a
Cunningham en las que habla de la influencia que SD tuvo en su escritura. En estas entrevistas,
comúnmente habla sobre cómo SD fue un punto de inflexión sobre él y lo entusiasmó a leer y
eventualmente lo llevó a convertirse en escritor. La brevedad de la sección sobre
paratextualidad se debe mayormente al hecho de que no hay mucho que analizar en tanto que
esta relación trata cuestiones que no abundan en la novela de Cunningham. Sin embargo,
mirar las características paratextuales ofreció algunas idea sobre cómo el autor mismo percibe
su relación con la obra de Virginia Woolf y especialmente con SD. Además, reveló algo de las
intenciones de Cunningham y de cómo ve su novela en relación con cuestiones de originalidad
y escritura en general.

Otro descubrimiento de importancia fue que el contexto de una novela en particular


definitivamente impacta en el proceso de transformar un hipotexto en hipertexto.
Naturalmente, algunas transformaciones pueden creerse causadas por el simple hecho de que
los textos fueron escritos por distintas personas. A pesar de esto, es seguro decir que pude
demostrar cómo el contexto afecta la transformación de un texto. Finalmente, el análisis de las
características transtextuales me llevó a una pregunta que necesitaba respuesta. A saber:
¿cómo transforman las formas de relaciones transtextuales a la lectura de SD? Aunque
responder a esta pregunta de forma satisfactoria sin caer en meras suposiciones es una tarea
desafiante, tenía que hacerse. Pensar en las diferencias contextuales e históricas en que las
novelas fueron escritas y publicadas, y recurrir a las teorías de críticos literarios tales como
Julia Kristeva, Mijaíl Bajtín and Hans Jauss, ciertamente me permitió profundizar en la
consideración de la transformación de la percepción del lector antes que confiar en mis ideas y
prejuicios personales sobre el asunto.

Si LH puede considerarse un pastiche o no tiene relevancia en lo que respecta a la


transtextualidad en relación con la crítica de la literatura contemporánea. Hace frente al tema
de si un trabajo literario que fue en gran parte derivado de otro puede ser considerado como
una pieza de arte valiosa en su propio derecho. En la actualidad, generalmente el término
“pastiche” está cargado de connotaciones negativas. Normalmente se usa en sentido

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despectivo, para comentar una obra de arte que es considerada como meramente derivada
por su público o un crítico individual.

Como se mostró, Cunningham también hizo referencia en su novela a otros textos escritos por
Virginia Woolf. El personaje de Laura Brown de alguna manera se asemeja a la mujer que
Woolf describe en su ensayo “Mr. Bennett and Mrs. Brown” y también parece comentar otro
ensayo, “Character in Fiction”, a través del personaje de la señora Brown. El énfasis está
puesto en SD, pero la semejanza del personaje de Laura Brown con el prototipo, si se quiere,
de un personaje literario en la ficción moderna, suma a la versátil transtextualidad presente en
la novela de Cunningham.

En conjunto, preparar esta tesis demostró ser revelador en el sentido de que la variedad de
formas de aludir a SD mediante diferentes tipos de transtextualidad explica en parte el
prestigioso estatus que la novela de Cunningham alcanzó después de su publicación. En parte,
el éxito puede deberse al hecho de que SD es altamente apreciado, especialmente entre los
críticos contemporáneos. Sin embargo, esto no quita el incuestionable mérito que la novela
tiene en su sutil reescritura y las alusiones a la obra de Virginia Woolf. Lo que es más, fue
revelado que las referencias a SD son usadas como medio de vinculación y transición y para
explicar los sentimientos de los personajes, y por lo tanto usadas para diferentes funciones.

Como se dijo antes en la tesis, la categorización presentada por Gérard Genette tuvo que ser
ligeramente ajustada para hacer una división más clara y evitar la superposición entre los
distintos tipos de transtextualidad. Sin embargo, debería tenerse en cuenta que el concepto de
transtextualidad de ninguna manera es simple o unilateral. Basta con comparar a los teóricos
que cada uno tuvo su propia opinión sobre el fenómenos de las relaciones textuales. Además,
las categorías de metatextualidad e hipertextualidad parecen superponerse por momentos,
pero quizás la categorización no fue pensada para el análisis de una sola novela, o no al menos
la forma en que esta tesis en particular trata con la transtextualidad. Sin embargo, para otras
partes la tipología parece servir a su propósito bastante bien y ciertamente ayudó en la
investigación del tema.

A pesar de los puntos de posible mejora mencionados, hubo numerosos descubrimientos


relevantes que dicen algo del uso de Michael Cunningham de las relaciones transtextuales
como una parte importante de su novela. Al aludir a la proeza de Virginia Woolf, SD, creó una
significante pieza de literatura contemporánea que bien podría, en el futuro, ser trabajada
como parte de los estudios literarios en distintas universidades. Estudiar el tema en cuestión
también dio una idea, un ejemplo, de cómo funciona generalmente la transtextualidad en la
literatura contemporánea.

Finalmente, pensar cómo la lectura de la novela de Cunningham podría afectar la lectura de la


novela a la que refiere constantemente, fue iluminador en tanto a través de esto se volvió
claro que la polifonía entre novelas es un proceso bidireccional en el que la lectura de una
novela publicada alrededor de cien años antes puede (y será) afectada por la que fue
publicada unos noventa años después. La forma en la que un lector percibe cierto texto
también se ve comprometido por su contexto histórico; el lector tendrá que considerar el

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mundo en el que la novela fue publicada originalmente, por un lado, y cómo el mundo cambió
desde entonces. También puede considerar cómo será recibido en el futuro un trabajo
literario. Para concluir, la forma en la cual Michael Cunningham construye un mundo que está
basado en gran parte en el trabajo de Virginia Woolf es algo que ciertamente fue notado en el
mundo literario, y posiblemente esta tesis puede explicar en parte el estatus que esta novela
consiguió. El hecho de que Cunningham alude no sólo a SD, sino también al proceso de
escritura de la novela de Woolf ya ensayos de esta autora, suma a la complejidad de LH, lo cual
muestra que se puede crear arte prestigioso cuyo valor proviene de una variada y extensa
alusión a una obra de literaria canonizada.

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