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Gabriela Ughi
Profesorado en Italiano
INTRODUCCIÓN:
1
PIMENTEL, L. A., El relato en perspectiva: estudio de la teoría narrativa . Buenos Aires. Siglo
XXI Editores, 1998, Pág. 57.
Uno de los tópicos en las novelas, es la cuestión del tiempo. Se
observa la desacralización del enfoque tradicional cronológico, por lo
general a cargo de un narrador. El tiempo se confunde en un fluir de
ideas, emociones, percepciones y recuerdos que se emanan desde lo
profundo de cada ser. El autor nos revela la visión y doble función del
narrador-poeta que con un lenguaje rico en figuras poéticas, expone
al lector ante tan compleja concepción del tiempo por medio de la
reflexión y el impacto estético. El paso del tiempo, a menudo
simbolizado en el agua, el mar, los movimientos de las olas, delata la
finitud humana y sintetiza angustia.
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Amalgamando poesía y prosa, Virginia Woolf desafiará
prejuicios en cuanto a la forma de la novela pero estableciendo
aquellos puntos cuya modificación consideró vitales para la
supervivencia del arte narrativo. Guió su búsqueda entorno a un
medio que le permitiera “comunicar simultáneamente un cuadro de
vida y costumbres y una imagen correspondiente en las mentes” 3.
Como lo testimoniara en su “Carta a un joven poeta” (1932) la tarea
del escritor es “encontrar la relación correcta... entre el yo que
conoces y el mundo exterior”.
3
FREEDMAN, R., La novela lírica, Barcelona, Barral, 1972, Pág. 243.
3
El concepto relativista de la dilación temporal depende de la
mente y de las circunstancias vividas por el sujeto que la percibe, con
lo cual se intenta recrear la complejidad del tiempo subjetivo
mediante la utilización de la técnica del “fluir de la conciencia”, un
tratamiento del tiempo que elimina la frontera entre pasado y futuro
en una experiencia descrita por Virginia Woolf como “tunnelling
process”.
Virginia Woolf fue una de las autoras más influyentes del siglo
XX. Su existencia fue un proceso continuado de ruptura de los moldes
literarios establecidos y de renovación de las técnicas narrativas
existentes. Ella afronta la escritura con obsesión enfermiza pero
también con grandes dosis de sensibilidad e inteligencia. Sus técnicas
narrativas son fílmicas y en ellas, los argumentos se cortan para
formar historias en las que el léxico empleado está lleno de
intimidades y colmado de lirismo poético.
Trama:
4
DE TORRE, G., Doctrina y Estética Literaria, Madrid: Ediciones Guadarrama, 1970, p.556.
4
Mrs. Dalloway, escrito en 1924 y publicado en 1925, cuenta un
día, un miércoles de mediados de julio de 1923, en la vida de Clarissa
Dalloway, una señora de cincuenta y dos años, perteneciente a la alta
sociedad londinense, ocupada en los preparativos de la fiesta que
dará esa noche en su casa. La trama, desde el punto de vista de los
acontecimientos, se desarrolla en tres momentos. Durante la
mañana, la protagonista cruza la ciudad en la que vive, Westminster,
para comprar las flores necesarias para la fiesta, arregla el vestido
que ha decidido usar esa noche, recibe a Peter Walsh, un amigo
recién llegado de la India, del que rechazó, en su juventud, una
propuesta de matrimonio. Durante la tarde, su marido, Richard,
vuelve a casa con las rosas para ella y, en la noche, Clarissa asiste
complacida a la fiesta.
El correr de las horas en esta jornada londinense es medido por
los toques del Big Ben y de los demás relojes de la ciudad, que tienen
la función se señalar la transición entre uno y otro personaje. Además
de seguir los movimientos espaciales e interiores de Clarissa, el texto
propone las reflexiones de otros personajes, entre ellos Peter Walsh,
de regreso en Londres para obtener el divorcio y poder así casarse
con una muchacha en la India; Elizabeth, la hija de Clarissa, quien es
perseguida por un desconocido mientras realiza un paseo en autobús
en un barrio de Londres; y el joven Septimus Warren Smith, quien,
marcado profundamente por la traumática experiencia de la guerra,
durante la cual asiste a la muerte de un amigo, se suicida ese mismo
día.
5
Durante una noche de septiembre de 1914, se programa una
excursión al faro que, a los ojos de James, el hijo menor, se presenta
como un sueño a realizar, rico de misteriosos significados. Pero la
excursión deberá posponerse a causa del mal clima.
Pasan los años, la guerra mantiene a los Ramsay alejados de la
isla y la vieja casa cae en las ruinas. Mueren la señora Ramsay, el
hijo Andrew y la hija Prue.
Diez años después los sobrevivientes de la familia Ramsay y
algunos de los mismos huéspedes vuelven por un tiempo a la isla. El
señor Ramsay y dos hijos realizan, finalmente, la excursión al faro.
Mientras tanto, una de los huéspedes, la pintora Lily Biscoe, termina
de pintar un cuadro iniciado diez años antes. En las dos acciones se
entrelazan simbólicamente el pasado y el presente, los personajes y
la relación que los une se presentan con sus verdaderos significados.
6
“tunnelling”, van sumándose, mientras que el tiempo cronológico es
marcado, como se mencionó anteriormente, por las campanadas del
reloj. La experiencia del tiempo subjetivo y las características
psicológicas de los personajes son el punto central de la novela.
El abandono del narrador omnisciente y del enlace de los
acontecimientos a favor de una voz narradora que asume un punto
de vista que se identifica con la conciencia del personaje y que
reflexiona sobre los motivos interiores, constituye una novedad
respecto de las fórmulas naturalistas del Ochocientos.
Si tomamos como ejemplo las páginas iniciales de Mrs.
Dalloway:
“La señora Dalloway decidió comprar ella misma las flores.
Sí, ya que Lucy tendría trabajo más que suficiente. Había que
desmontar las puertas, acudirían los operarios de Rumpelmayer.
Y entonces Clarissa Dalloway pensó: qué mañana diáfana, cual
regalada a unos niños en la playa. […]
¿Qué pretendía recobrar? Qué imagen de blanco amanecer
en el campo, mientras en el libro abierto leía: No temas más al
ardor del sol. Ni las furiosas rabias invernales.”5
7
“¡Qué fiesta! ¡Qué aventura!” parecieran formar parte de un
monólogo interior que podrían considerarse como la posibilidad de
conocer la intimidad, el pensamiento del personaje.
Las imágenes sensoriales, la frescura de la mañana, el chillido
de las bisagras abriéndose, estimulan el recuerdo de Clarissa y la
transportan treinta años antes, en Bourton, cuando era una joven.
8
estos momentos la protagonista tiene la revelación imprevista de la
verdadera naturaleza del tiempo y percibe su carácter escondido.” 6
9
la certeza, de los árboles de su casa, de la casa misma, a pesar
de ser fea y destartalada; (…)”8
8
WOOLF, V., Mrs. Dalloway. Op.cit Pág. 9
10
Envuelto en sensaciones contrastantes, improvisamente Peter
vuelve a obsesionarse con el pensamiento de Clarissa y con la
profundidad del vidrio del cual emerge, como si fuera un espejo
mágico, su propia identidad presente, no tan distinta de aquella del
pasado:
11
de blanco.” La emoción que él siente hacia ella es el vehículo de una
percepción del tiempo similar a aquella sentida por la mujer:
12
relato es la meditación de la madre: de su conciencia brotan
recuerdos de todos los tiempos, lugares, personas haciendo caso
omiso al presente extendiendo la temporalidad del relato al pasado.
En otro pasaje, la conciencia de Mrs. Ramsay fluye en relación a
la vida y al tiempo mientras lee un cuento a su hijo James, todo lo
vivido se trasmuta en recuerdos:
9
WOOLF, V.: Al Faro Buenos Aires. Editorial Sudamericana, Quinta Edición, 1980. Pág.201
13
la casa de la isla y en algunos de los protagonistas. Así, en el plazo
de diez años mueren Mrs. Ramsay, su hijo Andrew en la guerra y su
hija Prue de parto. La muerte aparece como consecuencia inevitable
del paso del tiempo:
Mr. Ramsay va al faro, en barco con sus hijos James y Cam. “El
faro en sí funciona como un poderoso símbolo que estructura la obra,
sin embargo, Virginia Woolf se encarga de que sea un símbolo vacío,
sin ningún significado propio, sino que sea el propio lector el que se lo
dé”11:
No; también eso otro era el Faro. Pues nada es tan solo
una sola cosa; aquello otro era también el Faro. A veces no se
distinguía apenas al otro lado de la bahía. Al anochecer,
levantando la vista, podía uno ver el ojo que se abría y se
cerraba, y la luz parecía alcanzarlos en ese jardín lleno de aire y
de sol donde estaban sentados. ”12
10
WOOLF, V.: Al Faro, op.cit. Págs.202-203
11
AA. VV., Il Filo Rosso, Tomo Tercero *. Bari. Laterza Editore. Primera Edición, 2006. P. 689
12
WOOLF, V.: Al Faro op.cit . Págs.283-284
14
En la segunda parte de la obra, se advierte el contraste del
tiempo humano entre la primera y la tercera parte. El hombre busca
el significado del pasado para poder orientarse y crear un futuro
posible. Woolf logra este efecto mediante el proceso de “tunnelling”
en la caracterización de sus personajes. Pero en la segunda parte,
nuestra escritora incluye una intromisión brutal de un tipo distinto de
tiempo. La muerte de los personajes se menciona casi
accidentalmente, fuera de la secuencia narrativa, de forma tal que la
muerte aparece como un hecho insensato. El tiempo de la naturaleza,
de las olas, del viento, etc., alcanza protagonismo mientras los actos
humanos son narrados entre paréntesis. Desde este punto de vista,
existen algunas correspondencias muy precisas entre “el adentro” y
“el afuera” de dichas paréntesis: por fuera de ellas, el tiempo que
pasa en la casa abandonada; por dentro, los acontecimientos que
suceden lejanos. Pero sobre todo, fuera de la paréntesis, las
impresiones, las visiones, los ruidos que anuncian y, de alguna
manera comentan, los hechos que fueron anunciados dentro de la
paréntesis.
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una narrativa cultural capaz de deconstruir la Historia que había
erigido a los hombres en árbitros de los destinos de la humanidad. A
lo largo de toda su vida sus intereses fueron evolucionando y
construyendo todo un mundo rico de preocupaciones, que
comenzaron siendo literarias, pero que sin duda terminaron siendo
políticas y personales. Su técnica del monólogo interior y estilo
poético se consideran entre las contribuciones más importantes a la
novela moderna.”13
13
AA. VV., Quadri d’Autore,op.cit .Pág. 323
14
AA. VV., Il Filo Rosso, op.cit.Pág.690
16
para Virginia Woolf una expresión cualitativa de la duración de la
vida.
CONCLUSIÓN:
15
FREEDMAN, R., op.cit, Pág. 269
17
proliferar, desde la conciencia de los personajes, las imágenes
relacionadas con la vida y la muerte.
Bibliografía:
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AA.VV., Laboratorio di lettura, Milano. Le Monnier Editore.
1978.
Amoros, A., Introducción a la novela contemporánea, Madrid.
Cátedra, 1979.
Sitografia:
http://www.lamaquinadeltiempo.com/algode/woo lf02.htm
(consultado el 21.11.08)
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