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El sistema circulatorio es uno de los más afectados al sufrir de ansiedad ya que

llega a producir cambios en la circulación de la sangre y en el pulso. Esto se debe


a diferentes cambios. Por ejemplo, se produce una redistribución del flujo
sanguíneo, de manera que los músculos más directamente relacionados con la
actividad física reciben más sangre, y reciben menos sangre la piel, los dedos de
manos y pies y la zona abdominal.
En el cerebro se produce también una redistribución de la sangre que afecta, por
un lado, al área frontal (zona vinculada con el razonamiento) donde disminuye el
flujo; y por otro, a las zonas relacionadas con las respuestas instintivas y motoras
(correr o luchar) se incrementa.
La redistribución del flujo sanguíneo en el cerebro puede producir sensaciones de
mareo, de confusión, perdida de sensibilidad, hormigueo, palidez y dificulta ciertas
funciones cognitivas superiores como la capacidad de planificación, razonamiento,
que se verán reestablecidas cuando se desvanezca el estado de alarma. También
durante este episodio al pasar mas sangre, los vasos se estrechan y como
respuesta el cuerpo comienza a sudar para bajar la temperatura

La ansiedad intensa y continua puede alterar los ritmos cardiacos, causando


palpitaciones, arritmias y hasta taquicardia”, dijo Hakop Hrachian, M.D.,
electrofisiólogo con el Miami Cardiac & Vascular Institute. Con el tiempo, la
ansiedad crónica que constantemente estresa al corazón, puede debilitar el
sistema cardiovascular, y si es lo suficientemente severa, puede llevar a un ataque
cardiaco o a un infarto cerebral”.
El ritmo cardiaco es considerado anormal cuando aumenta entre 30 y 40 latidos
por minuto por arriba de lo normal. Un ritmo cardiaco de entre 60 y 100 latidos
por minutos es considerado normal, según la American Heart Association.

El sistema de coagulación de nuestro cuerpo consiste en dos mecanismos que se


equilibran el uno al otro y que son cruciales para mantenernos con vida. Durante la
coagulación, la sangre se espesa de tal modo que impide que se produzca una
hemorragia excesiva si se dañan vasos sanguíneos. Al mismo tiempo, la sangre
permanece líquida a través de un proceso llamado fibrinólisis, que disuelve
cualquier coágulo que se haya formado durante la coagulación. Los investigadores
observaron que, mientras que en los pacientes que padecían ansiedad se activaba
el proceso de coagulación por el cual se espesa la sangre, la fibrinólisis se inhibía.
Un fallo en el equilibrio del sistema de coagulación puede provocar la formación de
coágulos y el bloqueo de las arterias coronarias. El incremento de la coagulación
podría, por consiguiente, ser el «eslabón perdido» que explica por qué los
pacientes con trastornos de ansiedad tienen un riesgo mayor, según las
estadísticas, de fallecer a causa de enfermedades cardíacas, explicó la Dra.
Franziska Geiser de la Universidad de Bonn, quien dirigió el estudio. «Claro que
esto no significa que todo paciente que padezca un trastorno de ansiedad intenso
deba preocuparse por la posibilidad de sufrir un ataque cardíaco», recalcó. «Los
valores de coagulación que medimos estaban en todo momento dentro de la
escala fisiológica, lo que quiere decir que no existe un peligro agudo.» Sin
embargo, la Dra. Geiser cree que se podría hacer más para que se diagnostiquen
antes los trastornos de ansiedad con el fin de reducir el riesgo de sufrir una
enfermedad cardíaca. «Al fin y al cabo, contamos con programas para ayudar a la
población a dejar de fumar o a hacer más ejercicio. Pero si queremos reducir el
número de enfermedades cardíacas, tendría sentido mejorar la manera en que se
diagnostican y se tratan los trastornos de ansiedad», afirmó.

Los investigadores tomaron muestras de sangre y pidieron a los voluntarios que


realizaran una serie de pruebas por ordenador para, a continuación, tomar una
segunda muestra de sangre. Los análisis de sangre mostraron que los pacientes
que padecían ansiedad tenían un sistema de coagulación más activo en
comparación con el de los voluntarios sanos.

La contracción de los grandes grupos musculares que prepara al organismo para


la acción se reconvierte en sensaciones de tensiones musculares o incluso dolor,
temblores, espasmos, calambres y sacudidas. Estos últimos son producidos por la
acción del ácido láctico, un producto que se obtiene al generarse la energía, que al
permanecer en los músculos termina por actuar como un tóxico.

Sistema muscular: Necesitamos que los grandes grupos musculares


(extremidades y otros) entren en acción, tensándose, para poder emprender la
acción de huir o luchar.

Dolor muscular

La ansiedad produce tensión, lo que se tensa son sus músculos y eso hace que
sienta un dolor similar a cuando se esfuerzas demasiado en el gimnasio.

Sistema respiratorio:
La mejor manera decontrarrestar esto es que el individuo inhale lenta y
profundamente para asegurarsede que en realidad puede respira

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