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OBJETIVO GENERAL

Establecer criterios clínicos y de laboratorio útiles para el diagnóstico y de manejo de los


casos de dengue clásico y grave en todo el territorio nacional, con el propósito de brindar
una mejor atención a las personas afectadas y, de esa manera, reducir el riesgo de muerte o
la ocurrencia de complicaciones. La audiencia principal de la presente guía son los
profesionales de la salud que laboran actualmente en las instituciones prestadoras de
servicios de salud del territorio Nacional con el fin de garantizar una atención integral de
los pacientes que ingresan por esta patología. Realizar el seguimiento continuo y
sistemático de los casos de dengue y dengue grave de acuerdo con los procesos establecidos
para la notificación, recolección y análisis de los datos, que permita generar información
oportuna, valida y confiable para orientar medidas de prevención y control del evento.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

 Mantener actualizada la información sobre morbilidad por dengue y dengue grave.



 Mantener actualizada la información sobre mortalidad por dengue y realizar su
análisis. 
 Predecir la aparición de brotes o epidemias en áreas altamente receptivas y
vulnerables de transmisión de dengue en el país. 
 Monitorizar la circulación del virus en áreas endémicas o endemo-epidémicas.
Identificar factores de riesgo y orientar la definición de intervenciones
intersectoriales y de reorientación e integración funcional de los servicios de salud.
 Ubicar los sitios especializados donde se puedo obtener información fidedigna sobre
los casos presentados de dengue  Clasificar por edades la aparición del dengue

JUSTIFICACION

El dengue es una patología de alto poder epidémico que en los últimos años se ha venido
presentando en sus formas clásica y hemorrágica en una gran parte del territorio nacional
debido a la alta dispersión del vector en el país, constituyéndose en un evento cuya
vigilancia, prevención y control revisten especial interés en salud pública.

EL DENGUE: QUÉ ES, SU HISTORIA Y CÓMO SE TRANSMITE


El registro más antiguo se remonta a la Dinastía Jin (265 a 420 DC) en China. En América,
se conoció a fines del siglo XVIII y se convirtió en un problema mundial en el siglo XX.
Cada año, se producen 390 millones de infecciones por dengue.

e
El dengue es una infección viral transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti,
originario de África, que llegó al hemisferio Occidental al principio de las exploraciones y
la colonización de América.

El célebre médico cubano, Carlos Juan Finlay, fue quien descubrió a este mosquito como
transmisor de enfermedades, entre ellas la fiebre amarilla, a partir de investigaciones que
presentó en la Conferencia Internacional de Sanidad en 1881 en Washington, Estados
Unidos. Era la primera vez que alguien asomaba la idea de un vector biológico como el
mosquito.

Las personas infectadas con dengue, sintomáticas y asintomáticas, son los portadores y
multiplicadores principales del virus, y los mosquitos se infectan al picarlas. Si bien la
etimología del término “dengue” no está del todo clara, se cree que podría provenir
de “dinga” o “dyenga” que, en voz suajili, idioma del este de África, significa“ataque
repentino parecido a un calambre o estremecimiento provocado por un espíritu malo”, lo
que describe el sufrimiento del paciente con un fuerte dolor de huesos.

En América se conoció a fines del siglo XVIII; produjo epidemias extensas en el Caribe y
ciudades costeras del sudeste de los Estados Unidos en el siglo XIX, hasta convertirse en un
problema mundial en el siglo XX. A partir de la década del 50 hubo una progresión de la
enfermedad desde el Caribe al resto de los países hasta llegar a la Argentina a fines del
siglo XX.

EL REPORTE MÁS ANTIGUO SE REMONTA A CHINA

El dengue es una enfermedad que acompaña al hombre desde hace siglos. El registro más
arcaico de esta enfermedad se encuentra en una enciclopedia china de los Síntomas de
Enfermedad y los Remedios, publicada por primera vez durante la Dinastía Jin (265 a 420
DC). Los chinos la llamaban “agua venenosa”: pensaban que, de algún modo, estaba
conectada con insectos voladores asociados al agua.

Las primeras epidemias compatibles con el dengue en Latinoamérica y el Caribe ocurrieron


en las Antillas Francesas en 1635 y en Panamá en 1699. Sin embargo, los primeros reportes
clínicos en la literatura médica atribuidos a esta enfermedad corresponden al año 1779 en la
isla de Java, Indonesia, en el sudeste asiático, y a 1780 en Filadelfia, Estados Unidos. En
las primeras décadas del siglo XX, los brotes fueron más comunes en Estados Unidos, con
importantes epidemias en Florida en 1934 y en Nueva Orleans en 1945.

Los conflictos bélicos, a partir de la Segunda Guerra Mundial, generaron las condiciones
para que el dengue resurgiera, principalmente por su impacto ecológico, poblacional y
social. También influyó la intensificación del transporte comercial entre los puertos de la
región del Caribe y el Sur de los Estados Unidos con el resto del mundo. De hecho, en 1954
se describió el primer caso de dengue grave, conocido como dengue hemorrágico, durante
una epidemia de la enfermedad en Filipinas y Tailandia, en Asia.

El mosquito Aedes aegypti fue erradicado de América del Sur a mediados del siglo pasado,
pero a partir de 1980 se reintrodujo en la mayoría de los países, entre ellos la Argentina, por
el transporte desde zonas infectadas y la disminución de los sistemas de control.

Volvió a tomar notoriedad por el brote epidémico de dengue hemorrágico en 1981 en Cuba,
seguido del segundo gran brote ocurrido entre 1989 y 1990 en Venezuela, hitos que
indicarían la diseminación progresiva de dicha enfermedad como un fenómeno
emergente en la región.

ENFERMEDAD ENDÉMICA EN MÁS DE 100 PAÍSES

Antes de 1970, sólo 9 países habían sufrido epidemias de dengue. Ahora, los reportes de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que la enfermedad es endémica en más
de 100 países de las regiones de África, las Américas, el Mediterráneo Oriental, Asia
Sudoriental y el Pacífico Occidental.

Las regiones más gravemente afectadas son las Américas, Asia Sudoriental y el Pacífico
Occidental. ‘Endémica’ significa que tiene una circulación constante a lo largo del tiempo y
de un modo bastante predecible, en una determinada área o región.

En las últimas décadas, aumentó enormemente la incidencia de dengue en el mundo. Según


estimaciones recientes de la OMS, se producen 390 millones de infecciones cada año, de
los cuales 96 millones se manifiestan clínicamente, cualquiera sea la gravedad de la
enfermedad. Alrededor de la mitad de la población del mundo corre riesgo de contraer esta
enfermedad, que se presenta en los climas tropicales y subtropicales de todo el planeta,
sobre todo en las zonas urbanas y semiurbanas.

Europa también ya se enfrenta con la posibilidad de brotes de dengue: la transmisión local


se notificó por vez primera en Francia y Croacia en 2010, y se detectaron casos importados
en otros tres países europeos.

En 2012, un brote de dengue en el archipiélago de Madeira, en Portugal, ocasionó más


2.000 casos y se registraron casos importados en otros 10 países europeos.

Entre los viajeros que regresan de países de ingresos bajos y medianos, el dengue
constituye la segunda causa de fiebre diagnosticada detrás del paludismo.

El año 2016 se caracterizó por grandes brotes de dengue en todo el mundo. La región de las
Américas notificó más de 2.380.000 casos ese año y solo en Brasil hubo poco menos de
1.500.000 casos. En 2017 hubo una reducción significativa del número de casos de dengue
notificados en las Américas: de 2.177.171 en 2016 a 584.263 en 2017, lo que representa
una reducción del 73%, pero en 2019 volvió a subir y se sigue propagando.

La transmisión de esta enfermedad es un problema de salud pública, en gran medida,


resultado de comportamientos humanos, incluido el crecimiento de la población, el
aumento de los viajes por tierra, agua y aire, la mala planificación urbana con hacinamiento
y saneamiento deficiente, la falta de un control efectivo del mosquito y, probablemente,
también de los cambios climáticos generados por el calentamiento global.
i
Fuentes:

Organización Mundial de la Salud (OMS); Organización Panamericana de la Salud (OPS);


Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud, Ministerio de Salud de la Nación; Fundación
io, especializada en Enfermedades Infecciosas, Medicina Tropical y del Viajero. Revista de
la Asociación Médica Argentina (AMA).

El dengue se transmite a través de la picadura de un mosquito infectado. Es una enfermedad


que afecta personas de todas las edades, con síntomas que varían entre una fiebre leve a una
fiebre incapacitante, acompañado de dolor intenso de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolor
en músculos y articulaciones, y eritema. La enfermedad puede progresar a formas graves,
caracterizada principalmente por choque, dificultad respiratoria y/o daño grave de órganos.
El dengue tiene un comportamiento estacionario, es decir, en el hemisferio Sur la mayoría
de los casos ocurren durante la primera mitad del año, en cambio, en el hemisferio Norte,
los casos ocurren mayormente en la segunda mitad. Este patrón de comportamiento
corresponde a los meses más cálidos y lluviosos.

En las Américas, el vector principal responsable de la trasmisión del dengue es el


mosquito Aedes aegypti.
Datos clave

 Cerca de 500 millones de personas en las Américas están actualmente en riesgo de


contraer dengue.
 El número de caso de dengue en las Américas se ha incrementado en las últimas
cuatro décadas, en tanto pasó de 1.5 millones de casos acumulados en la década del
80, a 16.2 millones en la década del 2010-2019
 En 2013, un año epidémico para la región, se registraron por primera vez más de
2 millones de casos, y una incidencia de 430.8 cada 100 mil habitantes. Se
registraron también 37.692 casos de dengue grave y 1.280 muertes en el continente.
En 2019 se registraron un poco más de 3.1 millones de casos, 28 mil graves y, 1.534
muertes
 Los cuatro serotipos de dengue (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DEN-V 4) circulan
a lo largo de las Américas y en algunos casos circulan simultáneamente.
 La infección por un serotipo, seguida por otra infección con un serotipo diferente
aumenta el riesgo de una persona de padecer dengue grave y hasta morir.
 En las Américas, el Aedes aegypti es el mosquito vector para el dengue, y está
ampliamente distribuido en todo el territorio, sólo Canadá y Chile continental están
libres de dengue y del vector. Uruguay no tiene casos de dengue, pero tiene el
mosquito Ae. aegypti.

HOJA INFORMATIVA
SOBRE EL DENGUE

 Se transmite por la picadura de un mosquito infectado con uno de los cuatro


serotipos del virus del dengue.
 Es una enfermedad febril que afecta a lactantes, niños y adultos. La infección puede
ser asintomática, o cursar con síntomas que van desde una fiebre moderada a una
fiebre alta incapacitante, con dolor de cabeza intenso, dolor detrás de los ojos, dolor
muscular y en las articulaciones, y sarpullidos. La enfermedad puede evolucionar a
un dengue grave, caracterizado por choque, dificultad para respirar, sangrado grave
y/o complicaciones graves de los órganos.
 No hay medicina específica para tratar el dengue.
 La enfermedad tiene un patrón acorde con las estaciones: la mayoría de los casos en
el hemisferio sur ocurren en la primera parte del año, y la mayoría de los casos en el
hemisferio norte ocurren en la segunda mitad.
 La prevención y el control del dengue debe ser intersectorial e involucrar a la
familia y la comunidad.

Sobre el Aedes aegypti


Respuesta de la OPS

 La OPS/OMS brinda asesoramiento y apoyo técnico para la prevención y el control


del dengue sobre la base de una estrategia regional, adoptada por los Estados
miembros de la OPS/OMS en 2016, denominada "Estrategia para la Prevención y
Control de las Enfermedades Arbovirales" (CD55.R6).
 En 2008, los Estados Miembros de la OPS/OMS establecieron una Red de
Laboratorios del Dengue de las Américas (RELDA) para fortalecer las capacidades
técnicas de diagnóstico del dengue. Actualmente, la RELDA ha sido ampliada para
incluir el chikungunya y la fiebre de Zika y hoy está integrada por 32 laboratorios
en 26 países de la Región.
 La OPS/OMS está apoyando el desarrollo de un modelo de sistema integrado de
vigilancia del dengue en el contexto de la circulación de otras arbovirosis para
generar información estandarizada para todas las Américas.
 En el 2010 la OPS/OMS adaptó las guías clínicas 2009 de la OMS sobre el manejo
de pacientes con dengue para su uso en las Américas. Después de su
implementación, la tasa de letalidad en casos de dengue disminuyó de 0.07% a
0.05% en el 2019, es decir una reducción del 30%. Una segunda edición de esta
guía fue publicada en 2015, incorporando nuevos elementos, incluido el dengue
durante el embarazo, dengue en recién nacidos, dengue en ancianos y preparación y
respuesta ante brotes de dengue.
 En 2016 se publicó un instrumento para el diagnóstico y la atención a pacientes con
sospecha de arbovirosis (dengue, chikungunya y Zika). Actualmente se trabaja en el
desarrollo de la primera guía clínica de arbovirosis siguiendo la metodología
GRADE. Esta guía será publicada en el 2020.

DENGUE: CAUSAS, CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS Y PREVENCIÓN*

Dr. Jesús Querales


Presidente del Instituto Nacional de Higiene "Rafael Rangel"

*Presentado en la sesión de la Academia Nacional de Medicina del día 07-02-2002.

El dengue es la arbovirosis más importante presente en el ser humano tanto en términos de


morbilidad como de mortalidad. El dengue, fiebre dengue, fiebre rompe huesos o fiebre
quebrantahuesos, es una enfermedad viral transmitida por antrópodos mosquitos Aedes
aegypti en nuestro continente, caracterizada por fiebre, cefalea, dolor retroocular,
mioartralgias y a menudo exantema.

Con métodos serológicos se pueden distinguir cuatro serotipos que se designan como
dengue 1, dengue 2, dengue 3 y dengue 4. La infección del hombre por un serotipo produce
inmunidad para toda la vida contra la reinfección con ese serotipo, pero sólo protección
temporal y parcial contra los otros. Todos los serotipos han sido aislados de casos
autóctonos de las Américas. Si bien el dengue 2 estuvo asociado con el brote principal del
dengue con shock (DH/SCD) en Cuba en 1981, el dengue 1 y el dengue 4 fueron los
serotipos circulantes que predominaron en la década de 1980 (1). Además de los brotes de
los cinco países sudamericanos ya mencionados, el dengue 1 también causó brotes
importantes en Aruba, México y Nicaragua. La introducción del dengue 4 en las Américas
en 1981 fue seguida por las epidemias de dengue del Caribe, Centroamérica, México y
Sudamérica septentrional durante 1981-1883 y posteriormente por las grandes epidemias
con casos de dengue hemorrágico (DH) en México (1984), Puerto Rico (1986) y el
Salvador (1987). El virus dengue 4 es ahora endémico en la Región. En varios países se ha
observado la circulación simultánea de los serotipos 1, 2 y 4 durante varios años, creando
una situación que pone a estos países en grave riesgo de DH epidémico. En Venezuela
circulan activamente los 4 serotipos de dengue (2).

Los estudios moleculares sobre las secuencias de nucleótidos de los genomas virales del
dengue permite clasificar el agente en genotipos. Se sabe que en las Américas están
circulando un grupo genotípico del virus dengue 1 y dos del virus dengue 2. En 1980 se
aisló otro genotipo de dengue 1, pero solamente en México. La importancia clínica de la
infección humana debida a estos genotipos no se conoce en la actualidad, pero resulta útil
para comprender la epidemiología de los virus de dengue.

El dengue puede cursar con o sin hemorragia ya que esta hemorragia estaría determinada
por mecanismos inmunológicos del hospedero humano o características del virus. El
dengue se presenta clínicamente bajo dos formas: dengue clásico (o simplemente dengue) y
dengue hemorrágico, que puede cursar este último con shock o sin shock (3).

DENGUE CLÁSICO

Puede presentarse desde formas febriles leves hasta fiebre con severo ataque al estado
general. La edad y respuesta inmunológica determinan en gran parte la forma clínica y
evolución de esta enfermedad. Usualmente además de la fiebre se encuentran síntomas
como: mialgias, artralgias, cefalea, dolor retrocular, inapetencia, disfagia y decaimiento;
ésta es la forma clínica más frecuente. Se presenta en escolares, adolescentes y adultos y
pueden tener una duración de 3 a 7 días. Frecuentemente en lactantes, solo hay fiebre y/o
erupción que no es reconocida como dengue.

En algunos casos al cuadro clínico anterior se le puede agregar manifestaciones


hemorrágicas (petequias) pero no se observa disminución de las plaquetas (menos de 100
000 mm3) ni hemoconcentración (incremento del hematocrito superior al 20 %).

DENGUE HEMORRÁGICO

Los casos típicos de DH observados en Asia se caracterizan por cuatro manifestaciones


clínicas fundamentales: fiebre alta, fenómenos hemorrágicos, hepatomegalia y, a menudo,
insuficiencia circulatoria. La trombocitopenia de moderada a intensa con
hemoconcentración simultánea es un hallazgo de laboratorio característico. El cambio
fisiopatológico principal que determina la gravedad de la enfermedad en el DH y lo
distingue del dengue clásico es la extravasación de plasma, puesta de manifiesto por un
incremento del hematocrito y una hemoconcentración ascendente (4).

DENGUE HEMORRÁGICO SIN CHOQUE

La enfermedad suele comenzar con un aumento súbito de la temperatura, que viene


acompañado por rubor facial y otros síntomas constitucionales no específicos que se
asemejan al dengue, como anorexia, vómitos, cefalea y dolores musculares o de las
articulaciones. Algunos pacientes se quejan de dolor de garganta y en el examen clínico
puede encontrarse congestión faríngea. El malestar epigástrico, la sensibilidad en el reborde
costal derecho y el dolor abdominal generalizado son comunes. La temperatura es
típicamente alta durante 2 a 7 días y luego baja a un nivel normal o subnormal;
ocasionalmente, puede subir hasta 40-41°C y pueden presentarse convulsiones febriles.

La manifestación hemorrágica más común es una prueba del torniquete positiva; en la


mayoría de los casos se encuentran moretones y hemorragias en los sitios de venipuntura.
Durante la fase febril inicial pueden observarse petequias finas diseminadas en las
extremidades, las axilas, la cara y el paladar blando. A veces se aprecia una erupción
petequial concurrente con características áreas redondas y pequeñas de piel normal durante
la convalecencia, cuando la temperatura ya es normal. Puede verse una erupción
maculopapular o rubeoliforme al principio o al final de la enfermedad. La epistaxis y la
hemorragia gingival son menos comunes. En ocasiones se produce una hemorragia
gastrointestinal leve.

Por lo general, el hígado puede palparse a principios de la fase febril. Su tamaño oscila de
apenas palpable a 2-4 cm por debajo del borde costal y no muestra correlación con la
gravedad de la enfermedad, pero en la hepatomegalia no se observa ictericia, ni siquiera en
los pacientes con un hígado agrandado y doloroso a la palpación. La esplenomegalia es
poco común en los lactantes pequeños, pero a veces se encuentra un marcado aumento de
tamaño del bazo en el examen radiográfico.

En los casos leves a moderados, todos los signos y síntomas desaparecen cuando cede la
fiebre. La lisis de la fiebre puede ir acompañada de sudoración profusa y de cambios leves
en la frecuencia del pulso y en la presión arterial, junto con frialdad en las extremidades y
congestión de la piel. Estos cambios reflejan los trastornos circulatorios leves y transitorios
resultantes de cierto grado de extravasación de plasma. Los pacientes suelen recuperarse
espontáneamente o después de recibir líquido y electrólitos (5).

COMPLICACIONES Y MANIFESTACIONES POCO FRECUENTES

En el DH no son frecuentes los signos de encefalitis tales como convulsiones o coma,


aunque pueden aparecer en casos de choque prolongado con hemorragias graves de
distintos órganos, comprendido el encéfalo. No es raro encontrar una intoxicación hídrica
iatrogénica que evolucione a la encefalopatía debido a la administración incorrecta de
soluciones hipotónicas a pacientes hiponatrémicos con DH.

En ocasiones, los lactantes menores de un año presentan, durante la fase febril, una forma
leve de convulsiones que en algunos casos se consideran convulsiones febriles, puesto que
el líquido cefalorraquídeo es normal.

En los últimos años ha habido un número creciente de casos de fiebre del dengue y DH con
manifestaciones poco frecuentes. Aunque su incidencia es baja se han descrito signos poco
habituales de afectación del sistema nervioso central, como convulsiones, espasticidad,
alteraciones del nivel de conciencia y paresias transitorias, todas las cuales son motivo de
preocupación. Algunos de estos pacientes podrían tener una encefalopatía como
complicación de un DH con coagulación intravascular diseminada grave que induciría
oclusiones o hemorragias focales. Se han descrito casos mortales con manifestaciones
encefalíticas en Indonesia, Malasia, Myanmar, India y Puerto Rico. Sin embargo, en
general no se han realizado exámenes autópsicos para descartar la hemorragia o la oclusión
de los vasos sanguíneos. Se necesitan nuevos estudios que permitan identificar los factores
que contribuyen al desarrollo de estas manifestaciones poco comunes. Se debería asimismo
prestar atención a los factores propios del huésped, tales como trastorno convulsivo
subyacente o una enfermedad concurrente. La encefalopatía asociada a la insuficiencia
hepática aguda es frecuente, mientras que en la fase terminal suele aparecer insuficiencia
renal. En estos casos se observa una gran elevación de las enzimas hepáticas, con valores
de aspartato aminotransferasa sérica situados unas 2,5 veces por encima de los de alanina
aminotransferasa sérica.

Otras manifestaciones poco habituales, que rara vez se encuentran, son insuficiencia renal
aguda y el síndrome hemolítico urémico. Se han observado algunas de ellas en pacientes
con factores de predisposición subyacentes que favorecen la hemólisis intravascular. En
casos con manifestaciones poco habituales se han descrito otras infecciones endémicas
concurrentes, como leptospirosis, la hepatitis vírica B y la melioidosis (6).

MANIFESTACIONES CLÍNICAS EN EL ADULTO

La experiencia de Cuba en 1981, con 130 casos adultos (26 con resultado mortal), demostró
que la infección generalmente se manifestaba por los síntomas clínicos del dengue (por
ejemplo, fiebre alta, náuseas o vómitos, cefalalgia retroorbital, mialgia y astenia), que eran
independientes de la evolución, fatal o no, del paciente. Con menos frecuencia, se
encontraron trombocitopenia y manifestaciones hemorrágicas; entre estas últimas, las más
comunes fueron las hemorragias de la piel, la menorragia (en mujeres) y la hematemesis. El
choque manifiesto fue menos frecuente en los adultos que en los niños, pero era grave
cuando se presentaba; se encontró sobre todo en adultos blancos con una historia clínica de
asma bronquial y otras enfermedades crónicas. En una serie de 1 000 casos adultos
estudiados en Cuba, los enfermos más graves presentaron habitualmente trombocitopenia y
hemoconcentración. En los cinco casos con choque hipovolémico no asociado a
hemorragia, la enfermedad respondió al igual que en los niños, a una enérgica reposición de
líquidos.

En el brote de Puerto Rico de 1986, el DH con choque manifiesto en casos adultos no fue
raro pero ocurrió con menos frecuencia que en los niños (7).

Criterios para el diagnóstico clínico del dengue hemorrágico/síndrome de choque del


dengue

Se han elegido las siguientes manifestaciones clínicas y determinaciones de laboratorio


como indicadoras de un diagnóstico clínico de DH. El uso de estos criterios puede
contribuir a evitar un sobre-diagnóstico injustificacdo de la enfermedad.

DATOS CLÍNICOS

• Fiebre: de comienzo agudo, alta, continua y de 2 a 7 días de duración.

• Manifestaciones hemorrágicas, que comprenden al menos una prueba del torniquete


positiva. Pueden observarse cualquiera de los siguientes síntomas: petequias, púrpura,
equimosis, epistaxis y hemorragia gingival, hematemesis o melena, o ambas.

• Puede o no haber un aumento en el tamaño del hígado en alguna etapa de la enfermedad.


Por ejemplo, se encontró hepatomegalia en 90-96 % de niños tailandeses y en 67 % de
niños cubanos con DH. Su frecuencia es, en cualquier caso, variable.

• Choque: Se manifiesta por pulso rápido y débil con estrechamiento de la presión del pulso
< 20 mmHg o hipotensión con piel fría y húmeda y agitación.

Datos de laboratorio

• Trombocitopenia (100 000/mm3 o menos)

• Hemoconcentración; elevación del hematocrito en un 20 % o más del valor de


recuperación o normal.

Los dos primeros criterios clínicos más la trombocitopenia y hemoconcentración o un


índice hematocrito creciente bastan para establecer un diagnóstico clínico de DH. Cuando
hay anemia o hemorragia grave, el derrame pleural (radiografía del tórax), la
hipoalbuminemia o ambas constituyen indicios confirmadores de la extravasación de
plasma. Estos signos son particularmente útiles en los pacientes con anemia, hemorragia
grave o ambas.

El choque con índice hematocrito elevado (excepto en pacientes con hemorragia grave) y
marcada trombocitopenia apoyan el diagnóstico de DH/SCD (8).

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Al comienzo de la fase febril, el diagnóstico diferencial comprende una amplia gama de


infecciones víricas, bacterianas y protozoarias. En la región de las Américas, deben
considerarse enfermedades como la leptospirosis, la malaria, la hepatitis infecciosa, la
fiebre amarilla, la meningococemia, la rubéola y la influenza.

La presencia de trombocitopenia intensa con hemoconcentración simultánea distingue el


DH/SCD de otras enfermedades. En pacientes con hemorragia grave, los signos de derrame
pleural, hipoproteinemia o ambos, pueden indicar la extravasación de plasma. El hallazgo
de una velocidad de sedimentación, globular normal ayuda a diferenciar esta enfermedad de
una infección bacteriana o de un choque séptico.

VIGILANCIA DE LA ENFERMEDAD

Para permitir la adopción de medidas inmediatas de prevención y control del dengue


epidémico, un sistema de vigilancia debe ser sencillo en su estructura y operación,
representativo de la población que sirve, aceptable para los usarios, flexible para posibilitar
la incorporación de nueva información y oportuno para la recopilación y el análisis de
datos. El sistema debe tener la sensibilidad y especificidad adecuadas para identificar en
forma correcta a los individuos con la enfermedad en cuestión y excluir eficientemente a
los que no la tengan.

En el caso del dengue/DH, el sistema de vigilancia debe considerar la enfermedad desde


una perspectiva tanto clínica como entomológica. El espectro clínico de la enfermedad
asociada con la infección por el dengue puede variar desde un síndrome vírico inespecífico
hasta la enfermedad hemorrágica grave y mortal. Como a menudo no es posible diferenciar
clínicamente el dengue de las enfermedades causadas por otros virus, bacterias e incluso
algunos protozoos, la vigilancia del dengue/DH debe basarse en pruebas de laboratorio.

La vigilancia del dengue/DH puede ser activa y pasiva. La vigilancia activa implica una
búsqueda proactiva de las infecciones de dengue, especialmente en las situaciones en las
que pueden atribuirse a otras causas, como la influenza o la rubéola. La vigilancia pasiva,
por otro lado, depende de la notificación de casos por parte de los médicos. En la mayoría
de los países donde se notifica la transmisión del dengue, el sistema de vigilancia es de tipo
pasivo, y las autoridades de salud esperan hasta que los servicios médicos reconozcan y
detecten la enfermedad mediante el sistema de notificación de rutina. Se recomienda
enfáticamente que en todos los países en peligro el dengue sea una enfermedad notificable,
para que los programas de vigilancia de dengue/DH tenga una base legal.
VIGILANCIA PASIVA (REACTIVA)

Cada país endémico de dengue debe tener un sistema de vigilancia pasiva, establecido por
la ley, que considere el dengue/DH una enfermedad notificable. La vigilancia pasiva debe
requerir informes de casos de todas las clínicas, consultorios privados y centros de salud
que proporcionen atención médica a la población en riesgo. El sistema debe definir las
tendencias en la transmisión del dengue y detectar cualquier aumento de la incidencia de
esta enfermedad.

Para este tipo de vigilancia es indispensable que exista un mandato legal acerca de la
comunicación de casos de dengue. Aún así, la vigilancia pasiva es insensible, puesto que no
todos los casos clínicos se diagnostican correctamente durante los períodos de transmisión
baja, en los que en general existe un escaso nivel de sospecha entre los profesionales
médicos. Además, muchos pacientes con síndrome vírico leve e inespecífico permanecen
en sus domicilios y no solicitan tratamiento médico. Para cuando los casos de dengue son
detectados y notificados por los médicos en el marco de un sistema de vigilancia pasiva, ya
ha ocurrido una considerable transmisión de dengue e incluso puede haber llegado al
máximo. En este caso, es posible que sea demasiado tarde para que las medidas de control
logren reducir significativamente la transmisión.

VIGILANCIA ACTIVA

El objeto de un sistema activo de vigilancia basado en pruebas de laboratorio es


proporcionar a los funcionarios de salud pública información temprana y precisa acerca de
cuatro aspectos del aumento de la actividad del dengue: el tiempo, la ubicación, el serotipo
de virus y la gravedad de la enfermedad. En consecuencia, un sistema de vigilancia
proactiva permitirá la detección precoz de casos de dengue y, por tanto, mejorará la
capacidad de los servicios de salud pública para prevenir y controlar la propagación de la
enfermedad. Entre las características principales de este tipo de vigilancia está su capacidad
predictiva. El análisis de las tendencias a través de los casos notificados, el establecimiento
de centros de vigilancia asistencial, la confirmación de casos de dengue mediante pruebas
de laboratorio y la rápida identificación de los serotipos involucrados en la transmisión
brinda la información necesaria para precedir la propagación del dengue y orientar las
medidas de control con antelación al momento de transmisión máxima. La vigilancia
clínica proactiva debe estar vinculada con la vigilancia entomológica para identificar la
transmisión del dengue en cuanto a tiempo y lugar (9).

Las muestras clínicas óptimas para realizar pruebas específicas deben ir acompañadas de
información clínica suficiente para permitir la identificación de la gravedad de la
enfermedad. Todas las muestras clínicas deben ir acompañadas de un formulario que
indique el nombre, la edad, el sexo y la dirección del paciente, la fecha del inicio de los
síntomas, la fecha de recolección de la muestra, los síntomas (una lista corta de las
manifestaciones importantes), el detalle de los viajes realizados durante las dos semanas
anteriores al comienzo de la enfermedad, el lugar de hospitalización y el nombre, dirección
y número de teléfono del médico a cargo.
Un sistema de vigilancia de este tipo, basado en pruebas de laboratorio, proporcionará
información sobre el inicio, la ubicación, el serotipo viral infectante y la gravedad de la
enfermedad. También permitirá la notificación inmediata de los resultados a los dipensarios
y médicos que los han requerido, y posibilitará la obtención de información adicional, si fue
necesario, en casos de enfermedad grave o importantes para la salud pública.

Actualización epidemiológica semanal para dengue, chikunguña y zika en 2022


Resumen de la situación de arbovirus En la Región de las Américas, entre las semanas
epidemiológicas (SE) 1 y la SE 52 del año 2022, se notificaron un total de 3,125,367 casos
de enfermedad por arbovirus. De estos, 2,811,433 ( 90.0 % ) fueron casos de dengue,
273,685 ( 8.8 % ) casos de chikungunya, y 40,249 ( 1.3 % ) fueron casos de zika. Los datos
específicos de cada país sobre el recuento y la integridad de los casos se pueden encontrar
en https://www.paho.org/plisa El patrón de circulación de trece años de estos arbovirus se
muestra en el (gráfica 1). Que muestra que la introducción de chikungunya en diciembre de
2013 se observa claramente en 2014. De manera similar, después de la introducción del
Zika en 2015, hubo una circulación generalizada del virus en 2015. Sin embargo, la
circulación del dengue ha continuado predominando
Actualizado: Jun 25 2023 1:00AM
DENGUE 2,811,433 casos 283.39 casos x 100,000 hab. 4,607 dengue grave (0.2%) 1,290
decesos 0.046% tasa de letalidad (CFR) Nicaragua es el país con mayor incidencia
acumulada
CHIKUNGUÑA 273,685 casos 27.55 casos x 100,000 hab. 87 decesos 0.032 % tasa de
letalidad (CFR) Belize es el país con mayor incidencia acumulada
ZIKA 40,249 casos 4.05 casos x 100,000 hab. 2 decesos 0.005 % tasa de letalidad (CFR)
Belize es el país con mayor incidencia acumulada
Grafica
En la Región de las Américas, el número total de casos de enfermedad por arbovirus
notificados en el 2022 a la SE 52 representa una disminución relativa de 118.5 % en
comparación con el mismo período del 2021. Cabe señalar que en el año 2022 el dengue
alcanzó su punto máximo en la SE 18, mientras que el chikungunya alcanzó su punto
máximo en la SE 18. para el mismo período de tiempo, La circulación del zika fue más
fuerte en el primer semestre del 2022, sin embargo, su patrón de circulación es menos
pronunciado, debido a un menor número de casos
Grafica
En la Región de las Américas, el número total de casos de enfermedad por arbovirus
notificados en el 2022 a la SE 52 representa una disminución relativa de 118.5 % en
comparación con el mismo período del 2021. Cabe señalar que en el año 2022 el dengue
alcanzó su punto máximo en la SE 18, mientras que el chikungunya alcanzó su punto
máximo en la SE 18. para el mismo período de tiempo, La circulación del zika fue más
fuerte en el primer semestre del 2022, sin embargo, su patrón de circulación es menos
pronunciado, debido a un menor número de casos

LAS 10 ENTIDADES FEDERATIVAS DEL PAÍS CON MÁS CASOS Y MUERTES


POR DENGUE

Los estados de centro y sur de México son los más afectados por la actual temporada de
dengue, que es cuatro veces más intensa que la de 2022.
mar 05 septiembre 2023 04:17 PM

En América, el vector principal responsable de la trasmisión del dengue es el


mosquito Aedes aegypti. (Foto: Cortesía SXC)
Dulce Soto
@dulceanahisoto
Con 13,025 contagios confirmados a nivel nacional hasta el 28 de agosto y otros 75,628
casos sospechosos, la temporada de dengue 2023 es cuatro veces más intensa que la del año
pasado.

En el mismo periodo de 2022 se notificaron 3,417 casos de dengue y ocho defunciones,


mientras que en lo que va de este año se han reportado 300 decesos por probable dengue,
pero hasta ahora se han confirmado solo 13, según datos de la Secretaría de Salud.
Del total de contagios confirmados en 2023, 7,191 corresponden a dengue no grave y 5,834
a dengue grave o con signos de alarma.

LOS ESTADOS CON MÁS CASOS DE DENGUE


La mayoría de los contagios se concentran en el centro y sur de México. En Yucatán,
Quintana Roo, Veracruz, Oaxaca y Morelos se acumula el 71% de los casos confirmados.

Yucatán

De las 32 entidades federativas del país, Yucatán ocupa el primer lugar con más dengue.
Aquí se han reportado 2,636 casos confirmados; 12,047 sospechosos y dos defunciones.

La tasa de incidencia de esta enfermedad también es la más alta aquí, con 113.02 casos por
cada 100,000 habitantes.

MÉXICO
Cofepris alerta: vacuna contra el Dengue no debe aplicarse a menores de 9 años

VERACRUZ

La segunda entidad con más dengue es Veracruz. Suma 10,925 contagios sospechosos;
2,596 confirmados y una tasa de 29.92. Aunque aquí no se ha confirmado ninguna muerte
por dengue, a la fecha 26 defunciones se encuentran en estudio para confirmar o descartar
la enfermedad.

QUINTANA ROO

Esta entidad federativa del sur de México acumula 11,185 casos probables de dengue;
2,324 confirmados y tres decesos. Así como una tasa de 126.59 casos nuevos por cada
100,000 habitantes.

PUEBLA

Aquí se han notificado 3,239 casos sospechosos, 1,131 confirmados y una tasa de
incidencia de 16.68 por cada 100,000 habitantes. En Puebla se estudian cuatro decesos para
confirmar si fueron causados por dengue.
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MORELOS

Entre los estados del centro del país, Morelos es el segundo en casos de dengue, con 5,867
probables, 954 confirmados; además de una defunción confirmada y 15 en estudio.

CHIAPAS

Con 4,461 casos probables, 839 confirmados y una tasa de 14.04, Chiapas es la sexta
entidad federativa con más afectaciones por la temporada de dengue 2023. Hasta ahora se
ha confirmado una muerte en el estado y se evalúa la causa de tres más.

OAXACA
Se trata del estado con más defunciones por dengue confirmadas, al sumar tres. Otros 16
casos están en estudio. Aquí se han notificado 7,580 contagios sospechosos y 709
confirmados. La tasa es de 16.85.

GUERRERO

En esta entidad federativa se han confirmado dos muertes por dengue, se estudian ocho
decesos más y se reportan 4,024 casos sospechosos, 665 confirmados y una tasa de
incidencia de 18.02 por cada 100,000 habitantes.
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TABASCO
Suma 2,635 probables casos, 317 contagios confirmados y una muerte con sospecha de
dengue.

CAMPECHE

Suma 1,070 probables casos, 99 confirmados y dos decesos en estudio, Campeche es la


décima entidad federativa con más contagios de dengue.

Secretaría de Salud Enfermedades Enfermedades contagiosas Epidemias

BIBLIOGRAFIA
https://politica.expansion.mx/mexico/2023/09/05/dengue-en-mexico-2023-estados-con-
casos-muertes#:~:text=En%20el%20mismo%20periodo%20de,de%20la%20Secretar
%C3%ADa%20de%20Salud.
https://www.paho.org/es/temas/dengue
https://ais.paho.org/ha_viz/arbo/pdf/OPS%20Arbo%20Boletin%202022.pdf
http://www.cenaprece.salud.gob.mx/descargas/pdf/dengue.pdf

Links ]

http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0367-47622002000300005
https://www.paho.org/es/temas/dengue
https://www.caeme.org.ar/la-historia-del-dengue-una-enfermedad-que-acompana-al-
hombre-desde-hace-siglos/#:~:text=El%20reporte%20m%C3%A1s%20antiguo%20se,
(265%20a%20420%20DC).
https://repository.unad.edu.co/bitstream/handle/10596/25944/TESIS%20SONNIA
%20YANETH%20RIOS
%20ZAPATA.pdf;jsessionid=DBFD2E1346A997B666FAFCC789292700.jvm1?
sequence=1

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