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SECCIÓN 2: INVESTIGACIÓN
La Rebelión de Tupac Amaru II, que tuvo lugar en el Virreinato del Perú entre
1770 y 1780, fue un evento de gran importancia en la historia de América
colonial y se desarrolló en un contexto particularmente interesante. Para
comprender su génesis y relevancia, es necesario contextualizarlo. La Rebelión
de Tupac Amaru II se llevó a cabo en el Virreinato del Perú, una extensa
entidad colonial que comprendía territorios actuales de Perú, Ecuador, Bolivia,
y partes de Colombia, Chile y Argentina. En la segunda mitad del siglo XVIII, el
Virreinato del Perú experimentó una serie de reformas borbónicas impulsadas
por la Corona española. Estas reformas tenían como objetivo central consolidar
el control del imperio sobre sus colonias y aumentar la eficiencia administrativa,
así como incrementar la recaudación de impuestos. Uno de los elementos
clave de las reformas borbónicas fue la creación de intendencias, unidades
administrativas con amplios poderes económicos y fiscales, destinadas a
supervisar y recaudar impuestos de manera más efectiva. Estas reformas
también buscaban eliminar prácticas coloniales obsoletas y, en muchos casos,
contraproducentes. La Rebelión de Tupac Amaru II fue una respuesta a las
tensiones sociales y políticas que surgieron como resultado de estas reformas.
José Gabriel Condorcanqui, más conocido como Tupac Amaru II, un líder
indígena descendiente de la nobleza incaica, se levantó contra el sistema
colonial y las reformas borbónicas. Su levantamiento tuvo múltiples
motivaciones, que incluyen la explotación de los indígenas, la reducción de sus
derechos y la recaudación de impuestos opresivos. La importancia de la
Rebelión de Tupac Amaru II radica en varios aspectos. Primero, representó un
intento de los pueblos indígenas y mestizos de resistir las políticas opresivas
impuestas por el régimen colonial español y las reformas borbónicas. Segundo,
la rebelión tuvo un impacto significativo en la conciencia política de la época y
fue uno de los primeros movimientos de independencia en América Latina,
mucho antes de las guerras de independencia que ocurrieron en el siglo XIX.
Por lo que, la Rebelión de Tupac Amaru II, que tuvo lugar en el Virreinato del
Perú entre 1770 y 1780 como respuesta a las reformas borbónicas, desempeñó
un papel fundamental en la configuración de un espíritu de resistencia y
emancipación en América Latina, marcando un precedente esencial para los
movimientos posteriores de independencia en la región.
En primer lugar, la Rebelión de Tupac Amaru II fue un precursor directo de los
movimientos independentistas en América Latina. Ello se evidencia de manera
notoria según lo menciona López junto con Aguilar (2015):