ESTATUTO PARA LA RENOVACIÓN DIÓCESIS DE LOMAS DE ZAMORA

CARISMÁTICA CATÓLICA
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CARISMÁTICA CATÓLICA

ESTATUTO PARA LA RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA

DIÓCESIS DE LOMAS DE ZAMORA

Ad Experimentum

I. NATURALEZA, OBJETIVO Y MISIÓN.

1. La Renovación Carismática Católica (RCC) es una corriente de gracia que agrupa

variadas expresiones y distintos énfasis, pero con una experiencia espiritual común.
Entre las distintas expresiones podemos mencionar: Grupos de Oración,
Comunidades de Alianza, Asociaciones de Acción Social, Asociaciones Religiosas,
comunidades de Vida y otras que el Espíritu va suscitando.
Este estatuto reconoce también a Ministerios de Evangelización, Ministerios de
Música y otros Ministerios que se reconocen tributarios de estas corrientes de
gracia.

2. La RCC es una reunión muy diversa, de personas, grupos y actividades, con

frecuencia del todo independientes unos de otros, en diferentes grados y modos de
desarrollo y con diversos énfasis; sin embargo, participan de la misma experiencia
fundamental y persiguen los mismos objetivos generales.
Este modo de relaciones sumamente flexibles se encuentra a nivel diocesano y
nacional, como también a nivel internacional. Tales relaciones se caracterizan muy
frecuentemente por su libertad de asociación, diálogo y colaboración, más que por
su integración o por una estructura organizada.
El liderazgo, a todo nivel, se caracteriza más que como gobierno, como un
ofrecimiento de servicio para aquellos que lo desean.

3. Los objetivos generales de la RCC consisten en:

a) Promover una conversión personal, madura, continua, a Jesucristo, nuestro

Señor y Salvador.
b) Propiciar una apertura decisiva hacia la persona del Espíritu Santo, su presencia
y su poder.
Con frecuencia, estas dos gracias espirituales se experimentan a la vez en lo que
se llama “Efusión del Espíritu Santo”.
Ordinariamente por ello se entiende una aceptación personal de las gracias de la
iniciación cristiana y un recibir fuerza para poder realizar el propio servicio
personal en la Iglesia y en el mundo.
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c) Fomentar la recepción y el uso de los dones espirituales (carismas), no

solamente en la Renovación Carismática sino también en la Iglesia entera.
Estos dones se encuentran abundantemente en laicos, religiosos y clérigos. Su
justa compresión y uso correcto, en armonía con otros elementos de la vida de
la Iglesia, son una fuente de fuerza para los cristianos en su camino hacia la
santidad y en el cumplimiento de su misión.
d) Animar la obra de evangelización en el poder del Espíritu Santo, incluyendo la
evangelización de quienes no pertenecen a la Iglesia, la re-evangelización de
cristianos no prácticos, la evangelización de la cultura y de las estructuras
sociales. La RCC promueve especialmente el Evangelio con palabras y obras,
dando testimonio de Jesucristo mediante la vida personal y aquellas obras de fe
y justicia a las que cada uno está llamado.
e) Impulsar el crecimiento progresivo en santidad, a través de la correcta
integración de estos dones carismáticos con la vida plena de la Iglesia. Esto se
realiza mediante la participación en una rica vida sacramental y litúrgica, el
aprecio por la tradición de la espiritualidad católica, la progresiva formación en
la doctrina católica guiada por el Magisterio de la Iglesia y la participación en
el plan pastoral de la Iglesia.

4. La Iglesia necesita, en palabras de S. S. Juan XXIII, “como un nuevo Pentecostés”.

Según el pensamiento de S. S. Pablo VI, la gran necesidad de la Iglesia de hoy es el
Espíritu Santo; la Iglesia necesita su “perenne Pentecostés”. Y S. S. Juan Pablo II
ha expresado el mismo deseo y el mismo anhelo: la necesidad de “un nuevo
Pentecostés” para el mundo, en los umbrales del siglo XXI.
Siendo así, la RCC busca aparecer como una respuesta, entre muchas otras, a las
plegarias de la Iglesia que quiere renovarse bajo la acción poderosa del Espíritu
Santo, plenamente consciente de que las gracias de Pentecostés fueron y son para
toda la Iglesia: particular, local y universal: para la Iglesia de todos los tiempos. Por
tanto, la Renovación Carismática se esfuerza por no encerrarse en sí misma y busca
abrirse en fecunda acción apostólica asumiendo como misión no comunicar ni
riquezas propias ni una espiritualidad particular exclusiva, sino despertar, en sus
propios miembros y también en todos los demás grupos de la Iglesia, la conciencia
de la necesidad urgente de un nuevo Pentecostés, y suscitar el deseo de una mayor
efusión del Espíritu Santo para el mundo entero.
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II. DE LOS GRUPOS DE ORACIÓN Y OTRAS EXPRESIONES CARISMÁTICAS.

“Todos se reunían asiduamente para escuchar
la enseñanza de los Apóstoles y participar
en la vida común, en la fracción del pan
y en las oraciones”.
Hch. 2:42

1. Los Grupos de Oración (GO) y otras Expresiones Carismáticas (EC) son los
núcleos básicos de la RCC. En ellos sus miembros buscan renovar la vida cristiana
por la oración, bajo el impulso del Espíritu Santo, lo cual ha de motivarlos dar
testimonio de Cristo vivo en su propia comunidad parroquial y en toda su vida.

2. Se caracterizan por su apertura incondicional a todo aquel que desee participar de

un encuentro a la vez personal y comunitario con el Señor por medio de la oración
dirigida al Padre, por el hijo, en el Espíritu Santo, en un clima de convivencia
fraterna.
Ordinariamente se reúnen cada semana para alabar a dios, darle gracias, pedir
perdón por sus propios pecados, con sincera humildad, para presentarle sus
peticiones y alimentarse de la Palabra de Dios, brindando una cordial acogida a
cada nuevo hermano que se acerca.

3. Los objetivos principales de un GO y otras EC están ligados y proceden de los

objetivos esenciales de la RCC por lo que todo GO y/o EC buscarán además de
otros posibles objetivos particulares:

a) ofrecer a sus miembros un espacio adecuado y favorable para permitir un

encuentro personal, siempre nuevo y eficaz, con Cristo, que los lleve a una
conversión continua y a su aceptación, cada vez más plena, como Señor y
Salvador de sus vidas;
b) motivar continuamente el deseo de recibir en plenitud el don del Espíritu Santo
prometido, reconociendo su presencia, su poder y su acción constante en la
Iglesia, en el mundo, en las comunidades y en cada persona;
c) fomentar la recepción y el uso correcto de los dones que proceden del Espíritu
Santo, que Éste distribuye para el bien común, reconociendo siempre, en última
instancia, la autoridad de la Jerarquía eclesial en el discernimiento de estas
manifestaciones;
d) trabajar en la obra evangelizadora impulsados por el poder del Espíritu Santo,
agente principal de la nueva evangelización, llevando el mensaje del Reino de
Dios a cada uno de sus miembros, avivando la esperanza en la salvación
definitiva que se dará al final de los tiempos;
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e) promover en cada participante el fortalecimiento de la fe y del testimonio

cristiano, colaborando constantemente para despertar en cada miembro del grupo
un verdadero anhelo de santidad:
∗ armonizando los carismas regalados por el Espíritu Santo con una auténtica
vida en la Iglesia, sacramental (en especial en la Eucaristía y en la
Reconciliación) y litúrgica, fomentando una participación viva y
perseverante;
∗ apreciando todo lo que haya de valioso en la Tradición católica presente en
las prácticas de oración y espiritualidad conservadas a lo largo de los siglos,
incorporándolo a las vivencias del grupo;
∗ profundizando progresivamente en el conocimiento de la doctrina católica
bajo la guía del Magisterio de la Iglesia, programando el crecimiento
mediante enseñanzas y estudios;
∗ participando en el plan pastoral de la Iglesia, programando el crecimiento
mediante enseñanzas y estudios;
∗ participando en el plan pastoral de la Iglesia, adhiriendo a los proyectos del
ámbito parroquial y diocesano.

4. El Párroco es el Asesor natural, por sí mismo o por un delegado suyo, de todos los
GO y otras EC que se reúnan en el territorio de su parroquia.
El Asesor está llamado a ser pastor y guía espiritual de los fieles, garante de la
verdadera doctrina de la Iglesia y del carácter eclesial de los GO y/o EC.

5. Otras normas referidas a los GO y otras EC:

a) Un GO y/o EC serán reconocidos por la RCC de la Diócesis de Lomas de

Zamora cuando éstos soliciten permanecer a la comunidad diocesana y hayan
sido autorizados previamente a funcionar como tal por el Párroco de la
comunidad a la cual pertenecen;
b) Cada GO y/o EC, que deseen ser reconocidos por el Equipo Coordinador
Diocesano (ECD), se comprometen a aceptar cumplir los lineamientos básicos
que se exponen en este estatuto;
c) Cada GO y/o EC, reconocidos por la RCC, por el hecho de pertenecer de una
manera especial a la comunidad diocesana, está llamado a contribuir
económicamente al sostenimiento del servicio de la Coordinación Diocesana, de
la forma en que ésta disponga en cada oportunidad;
d) El ECD reconoce a los GO y EC de Jóvenes (entre 15 y los 35 años de edad) que
así lo deseen.
El ECD alienta la creación de nuevos GO y/o EC de Jóvenes y los convocan a
reunirse en Asambleas periódicamente de jóvenes.
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Los Servidores- coordinadores de GO de Jóvenes elegirán entre ellos en

Asamblea a los Delegados que integrarán el ECD al comienzo del Trigueño. La
elección de los Delegados del ECD se realizará conforme a lo establecido en el
Capítulo IV inc. 5b de este estatuto.
e) Un GO y/o EC, para poder convocar a equipos o sacerdotes de otras Diócesis
para cumplir tareas de evangelización, a nivel parroquial, deberá contar
previamente con la autorización de su Asesor, es decir su Párroco. Una vez
obtenida deberá informar al miembro del ECD, delegado vicarial, en que se
realizará el evento. A su vez éste deberá informar al ECD.
f) En caso de disolverse un GO y/o EC, los bienes que éste administraba pasará a
ser patrimonio de la Parroquia a la que pertenecía.
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III. DE LOS SERVIDORES

Jesús los llamó y les dijo: “Ustedes saben
que aquellos a quienes se considera gobernantes,
dominan a la naciones como si fueran sus dueños,
y los poderoso les hacen sentir su autoridad.
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario,
el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes;
y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos.
Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido,
sino para servir…”
Mc. 10:42-45

1. El Documento de Puebla presenta a la Iglesia, el Pueblo de Dios, como “un pueblo

de servidores”, con un modo propio de servir, que es evangelizar, y esto lo hace, en
primer lugar, mediante el testimonio de su vida (Ns. 270 a 272). Por ello todo
cristiano está llamado a ser “servidor del Evangelio”.
En particular, en la RCC, llamamos servidor a aquel que, reconociéndose miembro
del cuerpo de Cristo, según su función y carisma propios, acude al llamado de
colaborar en la obra de la evangelización y recibe el encargo de cumplir con un
ministerio específico dentro de su comunidad.

2. Proponer y comprometer a un determinado miembro de la comunidad con un

servicio específico requiere, por parte de quienes hacen el encargo, valorar, según
ciertos criterios, la aptitud de quienes se proponen, ya que en ellos reside la
responsabilidad de la decisión.
Como guía de estos criterios, necesarios al momento de nombrar servidores para la
comunidad, se sugieren los siguientes:

a) participar activamente en la vida litúrgica y pastoral de la comunidad a la que se

lo llama a prestar servicio;
b) haber realizado el Seminario de Vida en el Espíritu Santo, curso de
evangelización fundamental con la renovación de sus sacramentos y la efusión
del Espíritu Santo;
c) tener, al menos, un año de permanencia en el GO y/o EC, como fruto de su
perseverancia en la búsqueda del crecimiento en la fe y cordial pertenencia;
d) ser consciente del propio carisma o carismas que el Espíritu Santo le haya
querido dar para la edificación de la comunidad, mostrando docilidad a la guía y
discernimiento que el Párroco y los hermanos de la comunidad hagan de estos
carismas y su ministerio;
e) mostrarse abierto a las luces del Espíritu Santo, para discernir la voluntad de
Dios sobre sí mismo, sobre la comunidad y, en particular, sobre aquellos
hermanos a quienes tiene el encargo de servir;
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f) contar con la aceptación del Párroco y de la comunidad en general;

g) haberse desenvuelto con madurez, equilibrio y prudencia en las relaciones con
sus hermanos de comunidad;
h) contar con una formación suficiente, que lo capacite para asumir las
responsabilidades del ministerio que se le habrá de encargar.

Estas mismas pautas pueden orientar la valoración del servicio que cada servidor
esté presentando en cada momento.

3. Es necesario que los servidores, además de ser verdaderos testigos de vida cristiana,
reciban una sólida, amplia y progresiva formación integral que los capacite
suficientemente para asumir de manera adecuada responsabilidades en beneficio de
la comunidad.
Respecto de la formación del servidor de la RCC, se señalan los aspectos más
significativos:

a) un servidor es siempre, en primer lugar, servidor de la Palabra. Toda su

formación cultural y aún doctrinal deberá estar siempre iluminada por la Palabra
de Dios;
b) se formará gozosamente para conocer de verdad a Dios y disfrutar de su
sabiduría: amando lo que aprende y viviendo lo que ama;
c) su formación deberá llevarlo siempre a asumir plenamente la doctrina, la
disciplina y la liturgia de la Iglesia;
d) adherirá a los medios de formación sistémicas que el ECD organice en cada
oportunidad.
e) La RCC incluye en la formación del servidor, no sólo lo estrictamente
carismático sino también otras instancias de formación de la Iglesia.

4. Todo servidor es miembro del Cuerpo de Cristo y se encarna en una realidad

particular que es su comunidad. De allí que, además de las misiones propias que se
le encarguen, será responsabilidad del servidor:

a) profundizar la comunión con la Jerarquía eclesial, amado sinceramente a la

Iglesia de Cristo en sus pastores;
b) realizar todas las actividades que implique su servicio, en diálogo, en unidad, y
con la aprobación del Párroco, pastor de la comunidad y Asesor natural de los
GO y/o EC;
c) colaborar en la vida de oración, de amor a la Palabra de Dios, a los Sacramentos,
a la Iglesia y a la Santísima Virgen María,
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d) hacer propios los objetivos de la RCC, procurando constantemente el disponer los

medios necesarios para traducir esos objetivos en experiencias concretas,
adecuadas a la realidad de su comunidad
e) los servidores de GO y/o EC, al ser convocados para cumplir tareas de
evangelización por sí mismos o dentro de un ministerio deberán contar con el aval
de su Servidor- coordinar y/o su Asesor, es decir su Párroco.

4.1. Del Servidor- coordinador.

a) El/ los servidor-coordinador/es (SC) es/son los responsables del GO y/o EC.
b) Su misión es:
∗ Convocar al Grupo de Oración y/o Expresión Carismática;
∗ Presidir sus reuniones y Asambleas;
∗ Representar al Grupo ante las demás instancias eclesiales;
∗ Acompañar en el crecimiento espiritual de los demás servidores y perseverantes.

c) Cada GO y EC definirá en acuerdo con su Asesor los modos de elección del SC

y los requisitos mínimos, sugiriéndose para ello un compromiso estable de 2
(dos) años.

d) Permanecerá en su servicio por el período de 3 (tres) años pudiendo ser reelecto

una vez.

e) El proceso eleccionario de los SC será acompañado por algún miembro del

Equipo Coordinador diocesano o a quién éste delegue.

f) Algunas de las tareas concretas de los SC son:

∗ Reunirse periódicamente con el Asesor para evaluar y discernir acerca de la

marcha del GO y/o EC, cuidando la unidad del mismo, y la comunión con
todos los GO y/o EC de la Parroquia y la Diócesis;
∗ Administrar con claridad, por sí o por un delegado, los bienes materiales del
GO y/o EC bajo su responsabilidad, manteniendo los registro adecuados;
∗ Participar de las Asambleas Diocesanas, Reuniones Vicariales y de aquellas a
las que se los convoquen.
∗ Animar a los demás servidores y perseverantes a formarse.

g) El SC podrá ser removido por razones graves a criterio del Párroco y/o del ECD.
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IV. DEL EQUIPO COORDINADOR DIOCESANO

“En virtud de la gracia que me fue dada, les digo a cada uno
de ustedes: no se estimen más de lo que conviene;
pero tengan por ustedes una estima razonable,
según la medida de la fe que Dios repartió a cada uno.
Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros
con diversas funciones, también todos nosotros formamos un solo
Cuerpo en Cristo, y en lo respecta a cada uno,
somos miembros los unos de los otros”
Rm. 12:3-5

1. El Equipo Coordinador Diocesano (ECD), se conforma como un equipo de

servicio, antes que de gobierno, y cumple su ministerio ofreciendo ese servicio a
aquellos que lo deseen.

2. El ECD está constituido por un (1) Coordinador Diocesano electo y un Vice-

coordinador nominado; un Delegado por Vicaría y un Vice- delegado nominado; un
Asesor Diocesano, Delegado del Obispo. Un secretario7a nominado por el ECD.
Un miembro del Equipo de Asuntos Económicos de la RCC diocesana. Dos (2)
Delegados de GO Jóvenes. Otros delegados y/o ministerios podrán ser integrados
por el ECD según las necesidades Pastorales.

3. El Coordinador y los Delegados Vicariales miembros del ECD serán elegidos por la
Asamblea Diocesana de Servidores (ADS); el Coordinador. Durarán en sus cargos
tres años, pudiendo ser reelectos por otro período consecutivo.

4. La ADS se formará con un Responsable de cada GO y/o EC, reconocido por ECD
de acuerdo al capítulo dos (2) de este Estatuto, o dos cuando éste supere los diez
(10) miembros, con tres años ininterrumpidos del servicio y que cuenten con el
envío de su Párroco para participar de dicha Asamblea.
Cuando el Responsable enviado a participar de las ADS se encuentre impedido,
podrá enviar a un delegado, servidor del GO y/o EC, con una nota de presentación,
lo que será suficiente para considerar presente al Responsable.

Se establece que los servidores que tengan diez (10) años o más, ininterrumpidos de
servicio y en las actividades diocesanas, serán miembros de derecho de las ADS,
con facultad de votar y de ser elegidos; contando con el aval del Servidor-
coordinador del GO y/o EC y del Párroco.
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El ECD formará parte de las ADS, la que será conducida por el Coordinador
diocesano y tendrá bajo su responsabilidad el cumplimiento de lo dispuesto para su
realización conforme a lo dicho en este Estatuto

5. El Coordinador diocesano y Delegados del ECD serán elegidos de entre los

Servidores- coordinadores de GO y/o EC, y los miembros de derecho presentes o
representados en las ADS, mediante el siguiente procedimiento:

a) Se convocará a ADS para elegir al nuevo ECD:

∗ Con sesenta (60) días de anticipación a la fecha de su realización;

∗ Con fecha posterior a la establecida por el Equipo Coordinador Regional para

sus elecciones;

∗ Informar sobre los requisitos necesarios para poder participar de la ADS

conforme al presente Estatuto;

∗ Invitar a toda la comunidad a unirse en oración, invocando al Espíritu Santo,

para que el día de la votación los participantes de la ADS puedan obrar
conforme a la voluntad del Señor.

b) el día fijado para la elección, reunida la ADS, con presencia de más del 50%
(cincuenta por ciento), de servidores- coordinadores reconocidos, se votará en
primer término para elegir Coordinador diocesano; será electo aquel que obtenga
los dos tercios de los votos presentes; sin ninguno de los votados alcanzara este
porcentaje, se efectuará una segunda elección. Si en la segunda elección, ningún
servidor obtuviere los dos tercios de los votos, se procederá a una tercera
elección entre los dos servidores que hayan obtenido más votos en la segunda
elección; siendo electo el que obtenga la mayoría simple.

Todo este procedimiento se repetirá para la elección de cada uno de los Delegados
vicariales del ECD; votando en este caso, los Servidores- coordinadores de los
GO y/o EC y miembros de derecho de la vicaría correspondiente

c) Tanto el Coordinador Diocesano como los miembros del ECD electos deberán
manifestar su aceptación de la designación y asumirá su ministerio desde el
momento en que el Obispo los confirme en el mismo.

d) Concluida las elecciones, el resultado de las votaciones será trascripto a un libro

de Actas de Asambleas Diocesanas, y en él constará nombre, apellido y firma
GO y/o EX y Parroquia de todos los presentes. De este Acta se elevará copia al
Obispo, rogando confirme la elección.
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6. En caso de quedar vacante la Coordinación Diocesana, los miembros del ECD

podrán elegir de entre ellos un nuevo Coordinador, o si lo consideran oportuno,
convocar a una nueva ADS para elegirlo. En cualquier caso, el nuevo Coordinador
cumplirá el encargo hasta completar el período en curso.

7. En caso de producirse un cargo vacante en el ECD, el equipo remante, en apertura

al Espíritu Santo, buscará la mejor manera de resolver tal situación.

8. el Asesor Diocesano será nombrado por el Obispo de la Diócesis a partir de una

terna propuesta, con orden de preferencia, por el ECD entrante.

9. Las funciones y responsabilidades del ECD en conjunto son :

a) animar la RCC en la Diócesis y promover el crecimiento de los GO, EC y otra

experiencias espirituales propias de la Renovación Carismática fomentando la
unidad entre ellos;
b) representar a la RCC ante la Jerarquía y los órganos pastorales de la Diócesis;
c) reconocer a los Grupos de Oración, Expresiones Carismáticas, Servidores.
Coordinadores y Ministerios;
d) visitar a los Grupos de Oración y Expresiones Carismáticas reconocidos por el
ECD;
e) servir de puente entre las instancias diocesanas Regionales y Nacionales;
f) convocar la ADS a fin de transmitir información, consultar la opinión de la
comunidad sobre determinados temas o bien, tomar decisiones sobre diversos
asuntos. En particular convocar a la Asamblea para renovar al ECD;
g) actualizar periódicamente la lista de los GO y/o EC reconocidos por el ECD a
fin de difundirlos e informar acerca de los eventos que estos organicen en cada
oportunidad y lo realizará en todos los medios que se cuenten en la diócesis;
h) administrar las contribuciones económicas que recibe el ECD para solventar sus
tareas, fondos provenientes de la realización de eventos y en general, todo tipo
de bienes materiales destinados al cumplimiento de su servicio;
i) nombrar servidores para ministerios diocesanos que se pongan en función;
j) para el caso en que el Coordinador Diocesano no pueda representar a la RCC
Diocesana en encuentros, asambleas Nacionales y/o Regionales, se designará
quien lo sustituya.
k) Cualquiera de los miembros del ECD que sean convocados a participar de un
servicio en una comunidad dentro de la diócesis o en otra diócesis, deberá contar
con el aval del coordinador diocesano y/o su Asesor. Una vez obtenida deberá
informar al resto del ECD, en especial al delegado vicarial, en que se realizará el
evento (de ser dentro de la diócesis de Lomas de Zamora).

10. El Coordinador Diocesano tiene a su cargo, además de las funciones y funciones

mencionadas en el punto 9, algunas que les son propias:

a) Representar a la RCC Diocesana en los encuentros y asambleas Regionales y

Nacionales;
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b) Conducir la ADS Responsables, cada vez que esta sea convocada;

c) Se compromete a no asumir otros ministerios de coordinación diocesano, en
Movimientos o Instituciones dedicados a la Evangelización, a fin de evitar
conflictos en sus responsabilidades.

11. El Asesor Diocesano está llamado a mantener la identidad católica de la

Comunidad Diocesana, asegurando la fidelidad a la verdadera doctrina de la Iglesia
y la eclesialidad de la experiencia y espiritualidad de la Renovación Carismática
Católica.
Colabora, de una manera especial, en el discernimiento de la obra del Espíritu
Santo, distinguiéndola de la obra de los hombres, a fin de evitar caer en la miserias,
excesos o debilidades, para no extinguir la acción del Espíritu, examinándolo todo
y quedándonos con lo bueno (Cf. 1 Tes. 5: 19-21).
Participará normalmente de las ADS y reuniones del ECD.

12. Respecto de los bienes materiales que intervengan en la realización de su servicio,

el ECD actuará como administrador a través del Consejo de Asuntos Económicos
(constituido en el 1° mes asunto), sabiendo que dispone de ellos por encargo de la
Comunidad, sin poseer derechos de propiedad.
Algunas pautas para ejercer su administración sobre el patrimonio de la RCC
Diocesana, son las siguientes:

a) Podrá solicitar contribuciones a los GO y/o EC que sean reconocidos por el ECD
y registrados, organizando los modos que crea más adecuados a cada momento y
para cada situación;
b) Deberá mantener registros de las operaciones que realice con todo el detalle
necesario para asegurar la claridad de la información;
c) Si por cualquier motivo fuera disuelta la Coordinación diocesana, los bienes
administrados por el ECD hasta ese momento, serán entregados al Obispado de
Lomas de Zamora;
d) Como testimonio de fe en la Palabra que predica, el ECD dará el diezmo de sus
ingresos al Obispado de Lomas de Zamora;
e) En la administración que haga de los fondos disponibles, el ECD atenderá los
gastos que le demanden a sus miembros o delegados el cumplimiento del
servicio; en los casos que el Equipo lo juzgue oportuno.

13. El ECD no podrá invitar a Sacerdotes o laicos a realizar tareas de evangelización en

la Diócesis sin contar previamente con la autorización del Asesor Diocesano u
Obispo en caso necesario.
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